Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Neón

(N/A: Para entender este fic deben haber leído mi fic llamado "Mercurio").

—Así que... —Kohaku miró impresionada lo que tenía delante de ella—. ¿Esta es la nueva máquina del tiempo?...

Era... una máquina del tiempo más pequeña de lo que habría podido imaginar... Parecía un rejunte amontonado de muchísimos whymans pegados unos contra el otro, pero podía ver que no era así, más bien era algo construido de ese modo, y además tenía muchas luces de colores (rojo, naranja, amarillo, verde y azul) que le daban cierta decoración llamativa.

Sin embargo, aunque eso se veía muy, muy impresionante, era más impresionante las decenas y decenas de computadoras conectadas a la pequeña máquina, con monitores y CPUS por doquier, aparte de lo que parecían ser motores enormes que llenaban todo un lado de la gran habitación de 20 metros. Había cables grandes y pequeños unidos a los "whymans".

—Sep, he estado trabajando diez años en ella. —Senku sonrió orgullosamente.

—Ja, es realmente impresionante, supongo que debí imaginármelo, siempre logras impresionarme. —Cruzó los brazos, también sonriendo con orgullo. Orgullo por él.

Ah, el viejo Senku de siempre... Era bueno ver que seguía siendo el mismo, incluso teniendo casi cuarenta ahora. Le gustaba ver que a pesar del tiempo casi no cambió nada.

De repente, lo sintió tomar su mano y un leve rubor invadió sus mejillas.

—Faltan solo unos pocos detalles para terminar la máquina, pero esos detalles nos costarán muchos meses, quizás un año o dos, por eso quería pedir tu ayuda... porque realmente necesito a una leona como tú en la que confió plenamente para poder terminar este proyecto... Siempre hemos trabajado juntos, y siempre hemos sido el equipo más eficiente... juntos.

Kohaku sonrió, profundamente conmovida.

—Sí, por supuesto que te ayudaré, Senku, trabajaremos juntos para volver a casa. —Lo abrazó sin poder evitarlo.

En ese momento, él alzó su barbilla y la miró brevemente a los ojos, antes de besarla una vez más.

A Kohaku le seguía sorprendiendo su repentina impulsividad, pero este beso... se sentía tan necesitado, como si estuviera desesperado por ella, y era algo que no sentía desde esa noche que compartieron tan apasionadamente...

Aunque él mismo dijo que esa noche no fue nada para él...

Dolida ante el recuerdo, apartó el rostro rápidamente, y pudo ver de reojo la sonrisa comprensiva de Senku.

—Lo entiendo, aún no me perdonas, y estoy bien con eso, de verdad, pero quiero que sepas que he madurado, y ahora sé apreciar la gran mujer que eres para mí... Eres irremplazable, y no sabes cuánto te he extrañado... —La miró fijamente a los ojos, su mirada refulgiendo con tan intensidad que ella no pudo evitar creerle todo, sonriendo suavemente al sentir su mano tomar la suya.

—Ya estoy aquí, Senku. —Decidida a mostrarle que no estaba tan enfadada como pensaba, y que valoraba sus disculpas, le dio un breve beso en los labios, antes de carraspear y alejarse—. Muy bien, ¡estoy lista para trabajar! ¿Qué es lo primero que debemos hacer?

Senku sonrió astutamente.

—No te preocupes, esperaré todo lo necesario por ti... —dijo, haciéndola sonrojar un poco—. Pero en fin, lo primero es recolectar algo de material, ¿lista para la hazaña, leona?

—¡Ja, claro que sí! —Decidió ignorar sus palabras de "esperarla"—. ¡Y no me digas leona!

.

Senku tardó casi una hora en anotar todos los números, pero a medida que los iba anotando su supuesta tataranieta iba trabajando, buscando, pero aún sin resultados.

Cuando pasó otra hora, Senku comenzó a caminar de un lado a otro.

Ni siquiera le interesaba mirar toda la maravillosamente avanzada tecnología asombrosa que tenían, no podía dejar de pensar que quizás si no se apresuraban ahora tendría que volver a casa sin Kohaku... y sin poder verla nunca más.

¿Qué le diría a su padre? ¿Qué le diría a su hermana? ¿A Suika, Chrome, Mirai y todos sus amigos y compañeros? ¿Qué le diría a su sobrino? ¿Cómo se suponía que iba a mirarlos a la cara? Todo esto era su culpa...

Y... ¿qué haría con él mismo si perdía a Kohaku? ¿Cómo viviría consigo mismo?

Mientras estaba comenzando a sentirse al borde de caer en un pozo de desesperación, escuchó a su supuesta tataranieta jadear.

—¡Ja, lo encontré! —gritó triunfante.

Senku se acercó corriendo.

—¡¿Dónde está?! ¡¿Podemos ir a buscar a Kohaku?!

—No tan rápido, abuelito, encontrarlo solo es el primer paso, ahora necesito concentrarme junto con mi equipo en romper la barrera que colocó para impedir encontrarlo y luego la barrera para impedirnos pasar. Puede que tome otra hora o quizás dos...

—¡Dijiste que las horas aquí pueden ser meses para ella! ¡No podemos retrasarnos más tiempo! —Ya estaba comenzando a desesperarse.

—Lo siento, hacemos todo lo que podemos, te aseguró que tengo a los mejores trabajando en esto, porque tengo a muchos Ishigamis, y somos los mejores. —Volteó a verlo con un guiño—. Además, en cuanto rompamos por completo la barrera que impide rastrearlo podré saber exactamente cómo pasa el tiempo allí, si te quedas calladito y no estorbas podré hacerlo más rápido.

Frustrado, pero sin tener más opción, Senku se fue a un rincón a seguir desesperándose.

Por suerte, pasó solo media hora para que su supuesta tataranieta, Leona, volviera a jadear con alegría.

—¡Primera barrera caída! ¡Tengo toda la información que quiero respecto al universo donde están y la época en la que están! Ahora solo falta romper la barrera que nos impide entrar... Y estamos trabajando a toda velocidad, espero que nos agradezcas.

—Sí, sí, sí, solo dime cuánto tiempo ha pasado para Kohaku. —Volvió a acercarse corriendo.

—¿Ni un gracias? Dios, sí que te pareces a la hermana de mi bis abuelita... En fin, han pasado tres meses para ella a estas alturas, y si tardamos otra hora seguro pasará otro mes y medio, así que sé un buen tátara abuelito y no estorbes.

Aunque de nuevo sintiéndose muy frustrado, Senku volvió a su rincón.

Se llevó una mano a la boca, sintiendo la información que acababa de recibir hundirse lentamente en su psique.

Tres meses...

Kohaku había pasado tres meses con esa copia de él... Una copia que seguro estaba intentando engatusarla y seducirla para convencerla de quedarse con él, para convencerla de nunca volver a su casa...

¿Ella aceptaría? ¿Se olvidaría de todos y se quedaría con ese Senku falso?...

¿Se olvidaría... de él?

Pasada una hora más, finalmente su supuesta tataranieta se acercó a él sonriente.

—Estamos a minutos de terminar de romper la barrera, vas a ir a rescatar a tu Kohaku tú mismo, ¿no es cierto?

—Por supuesto que sí. —Apretó los puños.

—Bien, te enviaré con mi tío Lyon, aunque este es más joven que yo porque viene de otro universo, mi verdadero tío Lyon está en otra misión. —Rio jocosamente.

Senku alzó una ceja.

—¿Esta es una especie de alianza inter-universal de mis nietos o qué?

—Más o menos, uno de los Lyon viejos fundó todo, yo soy relativamente nueva, aunque este universo, mi universo, tiene ya años en la alianza, como la llamas tú, pero no te preocupes, este Lyon te garantiza que podrás tener la oportunidad de recuperar a tu Kohaku, es imbatible. —Apretó los puños con entusiasmo.

—No solo la oportunidad, la recuperaré.

—Si tú lo dices... —Ella pareció mirarlo con pena, como si ya creyera que las cosas con Kohaku ya estaban perdidas.

Senku no quería creer eso, sin embargo...

No podía aceptar perder a Kohaku... Simplemente no.

En ese momento, un portal se abrió.

Del portal salió un joven de unos dieciocho años, de cabello blanco-verdoso corto y ondulado en su flequillo desnivelado que cubría parcialmente su ojo derecho, que se acercó a él.

Se parecía físicamente a Senku, delgado y de la misma altura, y sus ojos tenían la misma forma, pero por alguna razón... su mirada le recordaba a alguien más...

Además, tenía los ojos verdes.

—Hola, bis abuelito. —Le guiñó un ojo—. Soy Ishigami Lyon, tu bis nieto, aunque en mi realidad falleciste cuando era niño, así que no te recuerdo mucho. —Rio como si eso fuera gracioso, rodeando sus hombros con un brazo—. En fin, problemas con la bis abuelita, ¿eh?

—Solo dime Senku. —Su ceja tembló con molestia.

—Ya casi estamos rompiendo la barrera, estén listos para saltar al portal, solo tendrán unos segundos antes de que se auto repare —advirtió Leona, concentrada en la pantalla holográfica frente a ella.

Senku se tensó, preguntándose dónde saldría el portal, pero en ese momento Lyon le tendió una bolsa.

—Allí hay algunas armas, te enseñaré a usarlas en el otro universo, seguramente las vamos a necesitar.

—¿Armas? —Hizo una mueca.

—No te preocupes, no son letales. —Lyon sonrió como si supiera exactamente lo que había pensado, sorprendiéndolo—. Tú y mi otro bisabuelo nunca lo hubieran aprobado, así que yo no me manejó con armas que puedan matar a nadie... No es mi estilo. —Cruzó los brazos tras la nuca, sonriendo suavemente.

—¿Tu otro bisabuelo?... ¿Lo conozco?...

—Es...

—Lyon, si le cuentas demasiado le diré a tu abuela —advirtió Leona, ceñuda—. El portal se abrirá en treinta segundos frente a ustedes, prepárense para saltar.

—Ugh, mi abuela... Ella me aterra... —Lyon se estremeció—. Aunque mi abuelo la controla bastante bien...

Senku alzó más su ceja, pero si estaba hablando de una supuesta hija suya prefería mejor no preguntar... así que se concentró en contar los segundos.

Veintiocho... Veintisiete... Veintiséis...

—Les advierto que el Senku criminal sabrá que estarán ahí, así que tendrán poco tiempo para rescatar a su Kohaku —dijo Leona, sin mirarlos—. Seguramente no se irá tan rápido, no querrá asustarla, pero actúen velozmente.

Quince... Catorce... Trece...

—¡Ja, no te preocupes, sobrinita, lo perseguiremos hasta el fin del multiverso y haremos que dejé de aterrorizar bisabuelitas!

Nueve... ocho... siete...

—¡Deja de tratarme como niña, soy mayor que tú!

Seis... Cinco... Cuatro...

—Y no te preocupes —Lyon palmeó el hombro de Senku—. No te quedarás sin tu Kohaku, lo prometo. —Sonrió amablemente.

Tres... Dos... Uno...

El portal se abrió y ambos saltaron sin dudar.

—¡Buena suerte! —Eso fue lo último que escucharon de Leona.

Senku esperaba poder volver a ese lugar alguna vez y aprender más de su tecnología... pero solo lo haría con Kohaku ya a su lado.

No pensaba perderla.

Cayeron en unos arbustos, Lyon de pie, Senku de cara, pero no se estrelló tan fuerte porque Lyon lo sostuvo a tiempo.

—Vaya, en serio eres terrible con todo lo físico, ¿eh?... Bueno, no me sorprende, los Ishigamis ganamos la fama de genios de ti y de fuertes por Kohaku. —Rio burlonamente.

—¿Acaso todos los Ishigamis que andan rodando por el universo son unos leones genios o algo así? —preguntó sin mucho interés, examinando la zona.

Parecían estar en... el pasado... En la Europa del pasado... ¿Época medieval? No, definitivamente era pasando la época medieval, viendo la estructura de las casas cercanas, pero no sabría decir exactamente cuándo...

—No todos, una de tus hijas es una loca de la ciencia y la otra es más bien una mente creativa y ágil y más una atleta.

—¿Hijas? —Eso despertó su curiosidad—. ¿Tendré dos?

—Eh... No debería decirte eso... Mi abuela me mataría...

—¿Y cuál es tu abuela? ¿La científica o la atleta?

—Mi abuela es... —Calló cuando un pitido sonó en su celular—. Ah, mi sobrinita nos dio las coordenadas de dónde está tu Kohaku y... —Palideció—. T-también me dio una foto de ella...

—Déjame ver. —Senku intentó quitarle el celular, pero él lo apartó rápidamente.

—No quieres ver eso...

—Claro que sí. —Lo miró frustrado.

—Bueno... Supongo que te lo mostraré, para que decidas si quieres continuar...

Senku alzó una ceja, pero no tuvo tiempo a decir nada cuando Lyon giró el celular, enseñando la foto de Kohaku.

Ella estaba caminando por una especie de palacio mezcla occidental-oriental, tomada de la mano de ese Senku farsante que parecía de unos cuarenta años y... ella...

Ella...

—Kohaku está... —Tragó saliva—. Embarazada...

—Lo siento... —Lyon se mordió el labio—. Puede ser que hayamos llegado tarde...

Senku sintió todo su mundo derrumbarse, y cayó inevitablemente de rodillas al suelo.

Ahora... ella nunca querría dejar a ese farsante... sin importar que le mintió, sin importar lo que pudiera decirle... sin importar que él nunca pudo disculparse por sus palabras ni decirle que realmente la amaba...

Apretó los puños con fuerza, sintiendo su vista incluso nublarse.

—Y dije que puede ser —continuó su supuesto bisnieto, luciendo mucho más serio de repente— porque se supone que aquí pasaron unos cuatro meses... Y ese embarazo parece de cinco o seis meses... ¿Seguro que no es tuyo, rey del drama? —Cruzó los brazos con sequedad.

Senku alzó el rostro inmediatamente, sus ojos iluminados con una nueva chispa.

—Bien, mocoso —Se puso de pie con una fuerte determinación renovada— enséñame a usar esas armas que dijiste...

Lyon sonrió como todo un psicópata.

—Bien, lo haremos de camino a la fortaleza de tu versión criminal, porque definitivamente ya nos detectó, y debemos llegar allá antes de que pueda huir... con tu Kohaku y quizás tu bebé.

.

Kohaku frotó su vientre distraídamente mientras miraba por una ventana.

Había sido toda una sorpresa descubrir ese embarazo, pero Senku pareció sumamente feliz con la noticia, y ella misma se acostumbró rápidamente a la idea, aunque la frustraba que a partir de descubrirlo no la dejaron ayudar mucho con la máquina del tiempo, pero aun así... se sentía tranquila...

Sabía que volverían a casa eventualmente, y podrían criar a este bebé juntos.

Senku le había mostrado todo su apoyo, cosa que de ninguna manera hubiera hecho si todo hubiera seguido normal en su época, seguramente le hubiera reclamado por quitarle su valioso tiempo de trabajo, pero desde que se perdieron en este pasado tan extraño había notado el cambio en él... y por eso se sentía mucho más tranquila.

Lo único que no le gustaba del todo era que a veces la miraba demasiado, la buscaba demasiado, la tocaba demasiado... La ponía nerviosa, así que lo alejaba, porque aún tenía el fantasma del pasado en la cabeza.

Sin embargo, estaba comenzando a superar ese pasado, y ya había aceptado casarse con él formalmente apenas regresaran a su realidad.

Sip... todo estaba bien... Incluso aunque extrañaba a su familia y amigos, estaba emocionada por este bebé... y por estar con este Senku... tan cambiado y maduro...

Era como si todos sus sueños se hubieran vuelto realidad...

Aunque no se esperó que en ese momento su sueño hecho realidad llegará pateando la puerta.

—¡Kohaku, tenemos problemas! ¡Tienes que empacar tus cosas ahora mismo! ¡Hay que irnos de aquí!

—¿Qué dices? —Parpadeó con confusión.

—No hay tiempo de explicar. —Gruñó y comenzó a guardar su ropa y muchas de sus cosas en varias bolsas él mismo.

—Oye, ¿qué pasa contigo? —Se acercó a él preocupada.

—Maldita sea... Hay... unas personas de las cuales no te hablé...

—¿Qué...?

—Hay... Una especie de dictadura del tiempo... gente que quiere matar a todos los viajeros del tiempo... Ya vinieron por mí antes, pero supe escapar de ellos... Y ahora me encontraron otra vez... Y vendrán por los dos... Aunque a ti probablemente de dejen vivir por no ser científica y estar embarazada, pero definitivamente querrán separarnos.

—¡¿Qué dices?! —Se horrorizó—. ¡No los dejaré, no me separarán de ti! ¡No pienso dejarte solo cuando apenas me encontraste luego de diez años! —Tomó sus cuchillos rápidamente.

Lo notó sonreír tristemente.

—Toda una leona ¿eh?... Sé que me salvarías si pudieras, siempre lo has hecho... —Tomó su mejilla en su mano con delicadeza—, pero ahora debemos pensar en nuestra hija.

—¿Hija? —Se llevó una mano al vientre—. ¿Crees que será niña?

—Sé que sí. —Sonrió misteriosamente—. Su nombre es Tsukiku y será mi hija... Nuestra, quiero decir. —Carraspeó.

—Ja, veo que ya pensaste el nombre sin mí. —Rio—. Bien, tienes suerte de que me guste. —Lo abrazó—. No te preocupes, no dejaré que nadie nos separé. —Ella misma tomó su rostro entre sus manos y lo besó.

En ese momento, un disparo llegó por la ventana, a varios metros de ellos, pero causando el escandalo suficiente para que se separaran bruscamente.

A través de la ventana, Kohaku vio a... Senku... sosteniendo un arma en su dirección, con el rostro retorcido en furia, con un joven similar a él a su lado, saludándola como si nada.

—¿Pero qué...?

—Tsk, ¿así que lo trajeron? Y encima con ese mocoso de Lyon... —Escuchó a su Senku hablar con desprecio, antes de que tomara su mano y la llevara lejos de la habitación mientras los alquimistas se lanzaban a atacar a los dos con armas.

—¡S-Senku... dos Senkus...! —Kohaku sentía que se podría desmayar.

—¡Es un truco, Kohaku! —aseguró su Senku, llevándola por los largos pasillos de la mansión—. ¡Un truco visual para engañarte, no dejes que te engañen y me dejes!

Ella pestañeó lentamente, antes de asentir.

—¡Ja, son muy ingenuos si creen que con eso me harían traicionarte! ¡Nunca te dejaría, Senku!

Lo notó sonreír.

Continuaron corriendo hasta que llegaron a la habitación que contenía la máquina del tiempo.

Ahora había más motores, pero Senku le había dicho que aún faltaban meses para alcanzar la energía necesaria que los dejará viajar en el tiempo.

—Aquí ya no es seguro... —murmuró él con voz desesperada, abriendo de repente una pantalla holográfica que la dejó boquiabierta—. Iremos a otro mund... a otro tiempo.

—¿De dónde sacaste...?...

—¡KOHAKU! —La voz de Senku la hizo estremecerse y voltear, pero no era su Senku quien habló, sino aquel que vino con el muchacho similar a él, entrando a la habitación pateando la puerta.

Su Senku chasqueó la lengua, repentinamente aplastando un botón en la máquina del tiempo, que empezó a brillar con más intensidad.

—Ah-ah. —El muchacho desconocido le apuntó el arma a su Senku, pero Kohaku rápidamente se colocó delante de él, haciéndolo bajar el arma—. Eh... Esto es malo...

—¡Kohaku, él es un farsante! —gritó el farsante, con voz desesperada—. ¡Yo soy quien siempre estuvo contigo, yo soy el culpable de todo esto, y yo soy el padre de ese bebé! —La miró profundamente a los ojos, dejandola boquiabierta por lo sincero que parecía... aunque sabía que mentía.

Cuando su Senku, manteniéndose siempre detrás de ella, la rodeó con su brazo, ella tomó su mano, mirando fijamente al farsante.

—No creo tus sucias mentiras —aseguró con la barbilla en alto.

Y ese farsante la miró tan devastado... que ella no pudo evitar sentir algo en su interior flaquear.

—Lo siento. —Su Senku tomó la máquina del tiempo en sus manos, despojándola de sus cables—. Ella es mía ahora... y para siempre.

Con eso, una luz cegó toda la habitación, y ellos desaparecieron por completo.

.

Llegaron a una época distinta, a un lugar lleno de niebla y nubes tan densas y oscuras que bloqueaban casi en su totalidad la luz del sol, y Kohaku apenas respirar el aire de aquel lugar comenzó a toser.

—Lo siento. —Senku palmeó su espalda con rostro culpable—. Este es el único lugar seguro por ahora, prometo que pronto encontraremos algo mejor...

Kohaku lo miró aturdida.

Apenas se veía nada, pero caminando un poco se encontraron con muchos edificios de apariencia descuidada, llenos de carteles brillantes y luces tenues y algunas no tan tenues a las que era difícil mirar sin que le dolieran los ojos.

—Sé que este lugar no es el más acogedor... pero las luces le dan su toque, ¿no? —murmuró Senku mientras caminaban—. Tengo un lugar donde podemos quedarnos cerca.

Kohaku tosió un poco más, antes de parpadear y acostumbrarse un poco más a las luces.

—Las vi una vez... Ryusui las colocó en su casino y Gen las usó para su show... Son... luces de neón, ¿no es cierto?

—Diez billones de puntos para ti. —Rio suavemente—. Aunque no todas son luces de neón, solo las de colores rojos o medianamente anaranjados... Son bellas, ¿no es así?

—Sí... ¿Pero si no todas son de neón, por qué les dicen a todas así? —preguntó, apretando su cuchillo en su mano, temerosa de que algo saliera de las sombras.

—Fueron las que popularizaron este tipo de luces... se podría decir que fueron de los primeros gases en iluminar la noche de esta forma, entonces el término se mantuvo para los demás colores, incluso aunque el xenón, el helio o el kriptón también son populares, dando los colores azules, violetas y verdes, y existen más gases que dan más colores. Incluso instale ese sistema en la máquina del tiempo. —Levantó el rejunte de medusas, y Kohaku frunció el ceño al ver los distintos colores brillando.

—Tienes tecnología más avanzada de la que pensé...

—No tanto, la primera lampara de neón fue presentada en 1910, solo pocos años desde que se descubrió el neón, que fue en 1898, y se empezó a popularizar en 1920, cuando aún no existía la televisión ni las computadoras, es tecnología bastante antigua.

—No hablaba del neón, Senku. —Kohaku dejó de caminar, bajando la cabeza, su mirada oculta por su flequillo—. Dijiste que tienes un lugar para esconderte aquí... O sea que ya has estado aquí antes... Y usamos la máquina del tiempo cuando me habías dicho que no está lista... —Alzó la mirada—. Senku... ¿Por qué me mentiste?...

Él la miró con el rostro en blanco por un minuto entero, haciéndola sentir un sentimiento extraño de vacío en su pecho, pero entonces apartó la mirada, su expresión volviéndose más humana, más Senku.

—Lo siento... Realmente hay muchas cosas que no te he contado... Pasaron más cosas en esos diez años, siempre estuve solo, sí, pero también... siempre fui perseguido. Esos que intentaron matarme hoy han intentado matarme todos estos años, y yo... tuve que hacer lo necesario para sobrevivir, Kohaku. —Se acercó a ella y tomó sus manos—. La verdad, hace tiempo tengo energía suficiente para llevarnos a esta época, estamos en 1990, en una ciudad oscura y contaminada de Japón, lo siento, pero aquí es seguro...

—¿Y por qué no volver a casa directamente? —Se soltó de sus manos—. Nuestros amigos nos ayudarían.

—Lo sé, pero piensa que con esto solo viajamos unos pocos cientos de años al futuro, Kohaku, juntar energía para ir tres mil setecientos años al futuro es demasiado, en verdad la máquina no estaba lista para ir a casa, en eso no mentí ni te oculté nada... —Al decir eso, evitó verla a los ojos.

—¿Y qué hay de esa pantalla tan extraña?... ¿Qué fue eso?

—¿De dónde crees que saqué todo para construir la máquina del tiempo? ¿De dónde crees que saqué las piezas de la medusa? Eso no se construye en diez años en esa época tan atrasada... Robé esa tecnología, de los mismos que trataron de usarla para matarme. —La miró seriamente—. Sin embargo, siempre te esperé, y ahora prometo protegerte. Lo juro.

Kohaku miró fijamente a sus ojos, buscando alguna señal de que no era sincero, pero solo veía su desesperación porque le creyera y su inmenso amor por ella... y no creía que este hombre que la amaba tanto fuera capaz de mentirle.

Finalmente, se relajó y sonrió levemente.

—Está bien... Lo siento, es solo que... todo pasó tan rápido y... me confundí, pero te creo.

—Yo lo siento. Lo siento tanto... —La abrazó, acariciando su cabello casi con adoración—. Te prometo que volveremos a casa pronto, ahora vamos a mi guarida, ahí podrás respirar un aire más limpio y no le harás mal a mi hija... —Tomó su mano y volvieron a caminar.

Ella lo miró fijamente mientras avanzaban en ese mundo silencioso y oscuro lleno únicamente de luces de neón y sin ninguna persona a la vista...

¿Por qué sentía que algo andaba mal? ¿Por qué no podía dejar de pensar en ese Senku farsante? ¿Por qué sentía que debía tener miedo de este Senku?... ¿Por qué?

Fin.

¿O no?

Pues no, aún queda una parte más para finalizar esta historia! :D

Espero no tardar mucho en subirla, y espero poder ponerla como parte del reto de la Tabla Periodica *o*

Diez billones de gracias a Alejandra Hernandez por comisionar esta continuación! *W* Todas las gracias a ella!

Ojala te haya gustado TwT

Gracias a todos por su apoyo y me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro