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Neodimio

La noticia estaba en todos lados: un alienígena había llegado a la Tierra, a Japón, a Tokio, más precisamente, y Senku por supuesto que intentó ir a meter las narices, pero había un fuerte operativo del ejército japones y estadounidenses.

Chasqueó la lengua.

Un alienígena aterrizaba su nave en un parque a treinta minutos de su escuela y no podía conseguir un vistazo, era como prometerle un dulce a un niño y luego cometerlo tú mismo frente a sus ojos. Qué crueldad.

—La confirmación de vida extraterrestre justo frente a mí y no puedo acceder a ella, maldita sea —murmuró rencorosamente apoyado contra un árbol mientras Taiju y Yuzuriha lo miraban con una sonrisa resignada.

—¿No probaste preguntarle a tu padre? Dicen que la NASA llegó ayer a la zona —comentó Yuzuriha, antes de darle un mordisco a su sándwich ya que llevaban horas acampando ahí por no querer dejar solo a Senku que ya no iba a clases por querer ver al alienígena.

—Le pregunté si sabía algo, pero solo sabe lo que dicen en las noticias, que el alienígena hasta ahora parece pacifico, es prácticamente igual a cualquier ser humano, habla varios idiomas terrestres y quiere hablar con "nuestros líderes", y que aparentemente tiene ciertas demandas que quiere que sean cumplidas. Aunque sí dijo algo emocionante, y eso es que hoy mismo algunos conocidos suyos en la NASA van a hablar con el alien, así que puede que luego pueda conseguirme algo de información útil. —Sonrió con todos los dientes, lleno de emoción.

Esa misma tarde, cuando finalmente aceptó uno de los sándwiches de Yuzuriha para descansar un minuto de estar mirando fijamente a la enorme carpa que pusieron alrededor de la nave espacial, de repente vio varios autos con el logo de la NASA entrar en la carpa.

—Bueno, definitivamente algo emocionante va a pasar ahora. —Rio.

—No piensas quedarte a acampar aquí otra vez, ¿cierto? —Hasta Taiju estaba preocupado.

—Por supuesto que me quedaré a acampar otra vez. —Sus amigos solo pudieron suspirar.

Esa noche lastimosamente no pasó nada, pero al día siguiente las cosas dieron un giro...

—¡¿Te pidieron tu colaboración para hacer un acuerdo con el alien?!

—Sí, hijo, pero no puedo darte ninguna información ni a ti ni a nadie o sino me van a sacar del proyecto —dijo su padre con voz lastimera, a lo que Senku gruñó por lo bajo.

—¡Algo tienes que poder decirme!

—No, aún no, pero cuando regresé a Japón voy a ver qué puedo hacer, hasta entonces deberás ser paciente.

Lastimosamente, Senku no pudo convencerlo, ni siquiera cuando regresó a casa, ni siquiera después de que Senku lo viera entrar a la carpa junto con otro grupo de personas, y estaba tan desesperado que hasta intentó entrar después con la excusa de que "era el hijo del astronauta Ishigami Byakuya", pero nada, todo fue inútil.

Luego de que Byakuya viera al alien, al regresar a casa su actitud era... rara, parecía preocupado, pero también... ¿esperanzado, expectante? Senku quiso interrogarlo con miles de preguntas, pero su padre le dijo que no podía decirle nada aún.

—Y remarcó el "aún"... porque ya me dieron permiso para revelarte la verdad en una fecha determinada... —dijo de pronto, dejando a Senku boquiabierto.

—¡¿En serio?! —Sonrió con ojos brillantes.

—No solo eso, sino que... podrás ir a ver a la alien...

—¡¿Podré?! ¡¿Cómo los convenciste?! —preguntó totalmente extasiado.

—No puedo decirte aún, Senku, pero simplemente sé paciente... y podrás ver a la alien.

Senku asintió obedientemente, decidiendo ser agradecido y no arruinar esta oportunidad de oro, podría hasta lamer las suelas de quién sea con tal de ver a un alien que...

—Espera, ¿la? ¿Es una mujer alien? —Sonrió divertido al ver la cara repentinamente llena de pánico de su padre—. Ah, así que sí se te escapó decirme algo después de todo. —Rio.

—¡Shh! ¡No vayas a compartir esta información o nos van a sacar a ambos del proyecto y no vas a ver a la señorita alien y preguntarle de su planeta y su tecnología como sé que tanto quieres!

Lleno de pánico de perder su oportunidad, Senku asintió obedientemente.

Se guardaría sus preguntas hasta que tuviera la oportunidad de ver a la "señorita alien" él mismo, ¡lo cual tenía que ser una de las oportunidades más emocionantes de toda su vida!

Tuvo que esperar una semana hasta que finalmente su padre le dio la noticia de que iría dentro de la carpa el siguiente sábado, y fue solo entonces que su padre tuvo permitido darle detalles sobre la alienígena y la razón por la cual le iban a permitir verla...

—¿Me estás diciendo... —Senku frotó sus sienes con fuerza— que esa alienígena que confirmó finalmente la existencia de vida en otros planetas y que no estamos solos en el universo vino aquí única y exclusivamente para usar a la Tierra como una especie de Tinder y conseguirse un novio? ¡¿Eso me estás diciendo?!

—Ella dice que es una especie de regalo, ofrenda de paz y prueba a la vez. —Byakuya rio nerviosamente—. Su especie hace estas cosas con otras especies similares a ellos, envían a alguien para probar el mestizaje entre especies y ver la forma en la que ambas podrían beneficiarse de la mezcla de ADN, y como su especie es mucho más fuerte que la nuestra la descendencia que tendrían sería otro paso en la evolución humana, por eso dice que es un regalo... pero también dice que es una prueba, porque si no encuentra a nadie digno entonces nunca vendrán a compartir conocimientos con nosotros, y ella se iría, así que... el Dr. Xeno te recomendó para presentarte ante ella, y yo acepté porque pensé que me ibas a odiar si te negaba la oportunidad de conocer a la señorita alien.

—Hiciste bien. —Bufó, todavía frotando sus sienes—. Entonces se supone que tendré una cita con una alien, ¿eso es lo que debo hacer el sábado?

—No, más bien es como una entrevista o algo así... Xeno te recomendó a ti, pero otros especialistas recomendaron a otros jóvenes, así que todos se presentaran ante ella y veremos si les caen bien, aunque tiene cierto carácter. —Rio divertido—. Será mejor que seas caballeroso con ella, si te rechaza el primer día ya no la volverás a ver y no podrás preguntarle de su mundo, porque ella se niega a responder muchas preguntas, sigue diciendo que solo revelará información importante si encuentra alguien que le guste, porque sino entonces simplemente se irá.

Senku bufó. ¿El destino de la ciencia y el avance de la humanidad estaba ligado al coqueteo de un grupo de adolescentes con una alien temperamental? Estaban jodidos.

.

Finalmente, llegó el sábado y Senku pudo entrar a la carpa en compañía de su padre, donde de inmediato lo llevaron fuera lo que parecía ser una pequeña casita de las típicas que se veían en películas de Hollywood, y lo reunieron con un grupo de varios chicos jóvenes donde el Dr. Xeno, que su padre le contó que era el Dr. X que lo instruía, llegó junto con otros científicos para presentarse ante ellos.

—Soy el Dr. Xeno, de la NASA, esta de aquí es la Dra. Mironi, de una organización secreta cuyo nombre no puedo revelarles. —Señaló a una mujer de lentes oscuros y corto cabello jade que sonreía con calma—. Y este es el Dr. Ions, del área científica del ejército japones, somos los tres principales organizadores de este... proyecto para llegar a un mejor entendimiento con la joven alienígena que responde al nombre de Hizashi Kohaku.

—Deben saber que la señorita Hizashi ya nos ha confirmado que su planeta es muy similar a la Tierra, y su especie muy similar a la del humano —continuó hablando la Dra. Mironi—. Ella tiene pocas diferencias con una humana normal, su apariencia física, sus órganos y funciones básicas son prácticamente iguales, aunque ella se ha dejado hacer muy pocas pruebas, por lo que también se les pedirá que cualquier información que ella les brindé la anoten y nos la comuniquen sin falta.

—Ahora bien, todos ya saben por qué están aquí —habló el Dr. Ions, dando un gran aplauso para llamar la atención de todos—. Kohaku-chan busca un noviecito, así que deben intentar conquistarla, o por lo menos caerle bien para que ella les permita seguir visitándola. Ella fue muy enfática en que fue enviada aquí para buscar un compañero con el cual reproducirse y que solo después de ver que nuestra especie es aceptable para la suya accederán a venir más de ellos, así que ustedes deben ser agradables y despertarle al menos un poco de interés para que no elija irse de inmediato, aunque ella ya los aprobó como los "no tan feos" en fotos y aceptó su visita, pero ahora deben caerle bien.

—Así que déjenme presentarles a la Dra. Elise Coutta. —Xeno señaló a una mujer bajita de grandes ojeras y cabello negro—. Es una experta en relaciones, será la encargada de aconsejarlos durante esta tarea.

—Me aseguraré de conservar solo a los que hagan un buen trabajo, los que yo decida que no son útiles, se irán —dijo de forma tajante Elise, con un leve acento francés.

—La señorita Hizashi ha asegurado tener dieciséis años, y que los años en su mundo son prácticamente iguales a los nuestros —continuó la Dra. Mironi—. Igual su desarrollo, crecen a la misma velocidad, aunque ellos envejecen un poco más lento en promedio, según lo que nos reveló, pero deben saber que mentalmente es como cualquier chica humana de dieciséis años. Ya le hicimos pruebas.

—Aun así, ella dijo que aceptaría un rango de dieciséis a veinticuatro años para posibles pretendientes —continuó Elise—. Por eso mayormente trajimos personas mayores a dieciocho años, y algunos cuantos menores de edad que necesitan la autorización de sus padres o tutores o bien que estén emancipados.

Senku giró la cabeza discretamente, viendo que solo él y otros dos chicos venían acompañados de sus padres... Maldita sea, de repente se sentía como un maldito bebé.

—Ella nos pidió traer a jóvenes excepcionales, lo mejor que la humanidad tuviera para ofrecer, así que trajimos atletas, artistas, mentes brillantes y expertos románticos, y esperamos que den lo mejor de ustedes —continuó la Dra. Mironi, mirándolos casi con orgullo maternal.

—La señorita Hizashi bajará en un momento, pero por mientras quisiera hablar con tres de nuestros jóvenes científicos —habló Xeno—. Ishigami, Hoshieda y Winters —los llamó, a lo que Senku fue de inmediato, seguido por Byakuya, pero Xeno le pidió a Byakuya quedarse atrás, por lo que fue solo junto con otros dos chicos que parecían poco mayores que él.

Fueron hasta un rincón de la gigantesca carpa y Xeno los miró con seriedad a los tres.

—Ustedes son mi llave científica en este equipo, deben saber que la señorita Hizashi es muy renuente en dar información, así que aparte de concentrarse en caerle bien, conquistarla o lo que prefieran, necesito que intenten recolectar información y anotar todo para luego informarme directamente a mí antes que a nadie... Yo los recomendé, así que espero que sepan devolverme el favor.

El chico con el gafete que decía "Rod Winters" asintió de inmediato, casi como un soldado siguiendo ordenes. El chico con el gafete que decía "Hoshieda Yoshio" dudó un poco, pero finalmente asintió, y Senku se tomó un momento para mirar algo desconfiado a Xeno, pero pronto sonrió.

—Muy bien, la ciencia es de todos, nunca tuve problemas en compartir información con la comunidad científica —dijo rascando su oído con el meñique, a lo que Xeno lo miró muy serio por un momento, antes de reír por lo bajo.

—Eres más parecido a tu padre de lo que quieres reconocer —murmuró Xeno con diversión, antes de dar por finalizada la reunión y volver con los demás.

Finalmente, luego de unos minutos de espera, la puerta de la casita estereotipada se abrió y la chica alien finalmente salió.

Senku no podía negar que era... objetivamente de una belleza superior a cualquier chica humana que él hubiera visto, de cabello dorado y ojos azules, pero rasgados de una forma muy similar a los japoneses, lo cual quizás fue su razón para elegir Tokio como su lugar de aterrizaje. Además tenía una figura... muy alineada con los estándares de belleza... y muy fértil... desde el punto de vista biológico. Ejem.

—Ja, ya era hora —dijo ella, su voz suave pero a la vez enérgica—. Bien, vamos al grano, ¿con quién hablaré primero?

—¿Qué tal el más guapo? —propuso la Dra. Mironi como si la situación le pareciera muy entretenida.

—Entonces este. —La Dra. Elise señaló a alguien que Senku reconoció no por su gafete sino porque salía en televisión, Asagiri Gen.

La señorita alienígena Kohaku arrugó un poco la nariz hacia él, sin embargo.

—Cuando me mostraron su foto dije que no era tan feo, pero no creo que sea el más guapo —murmuró la chica de otro mundo con excesiva sinceridad.

—Auch~ eso me hiere. —Gen rio con una mirada analítica—. Entonces, ¿cuál escogería usted, Alien-chan?

Kohaku comenzó a mirar entre todos con curiosidad.

—Yo diría que este. —La Dra. Mironi señaló a Shishio Tsukasa, un luchador famoso que Senku también conocía por la televisión.

Kohaku solo le dio un breve vistazo antes de voltear la vista hacia los demás, hasta que finalmente se fijó en Senku y se le quedó mirando más de lo que había mirado a los demás, por lo que él alzó una ceja y ella apartó la vista rápidamente.

Senku se llevó una mano a la barbilla mientras veía a la señorita alien terminar con su escrutinio, y entonces ella hizo una mueca pensativa y se quedó en silencio.

—¿No ha decidido, señorita Hizashi? —preguntó la Dra. Mironi.

—Eh... —Kohaku miró de reojo a Senku, antes de voltear a la otra punta y señalar rápidamente a alguien cuyo gafete decía "Ueda Daisuke"—. Probaré a hablar con este primero.

Senku frunció el ceño mientras veía a un muy sonrojado Ueda Daisuke entrar a la casita de la alien, y mientras pasaban los minutos la Dra. Mironi decidió mejor formarlos para ya no tener que tardar tanto en hacer elegir a la chica alien, por lo que Senku hizo lo posible para estar entre los primeros lugares de la fila, acabando cuarto.

Luego de un rato Daisuke salió y entró otro, y luego otro y luego otro hasta que finalmente fue su turno y pudo ver a la señorita alien ligeramente nerviosa mientras lo invitaba a sentarse delante de ella con una mesita en medio.

—Bueno, como ya le dije a los otros, mi objetivo aquí es comprobar si la humanidad es una especie compatible con la mía —dijo directamente, muy seria—. En mi planeta ya saben que somos biológicamente compatibles, pese a lo débiles que son ustedes, pero también sabemos de su violenta y caótica historia de guerras, esclavismo y segregación, así que me enviaron como una prueba. Si puedo establecerme y formar mi familia aquí, más de los míos vendrán y podremos compartir nuestra cultura y conocimientos.

—Qué emocionante. —Senku rio entre dientes—. Dijeron que tu planeta es muy similar a la Tierra, ¿tiene el mismo tamaño? ¿El mismo cielo, los mismos mares? ¿Qué hay de la flora y fauna? ¿Qué comes? ¿Tienen escuelas o...?

—Yo hago las preguntas aquí —lo interrumpió, aunque parecía mirarlo con intriga ahora—. ¿Estarías de acuerdo en formar una familia conmigo a futuro pese a no pertenecer a tu mundo?

Senku hizo una mueca de disgusto.

"Cierto, ella quiere usar la Tierra como su Tinder personal, qué poco científico..."

—No estoy en contra de la idea —dijo más que nada para no ser descalificado o lo que sea.

—¿Me encuentras atractiva según los estándares de un humano?

—Bastante. —Eso era cierto.

—¿Por qué accediste a venir aquí sabiendo mi misión?

—Porque eres la confirmación de vida en otros planetas, lo que la ciencia tanto ha estado esperando. —Se hizo hacia atrás en su asiento, mirándola con ojos brillantes—. No tienes idea de lo mucho que había esperado por algo así, yo y gran parte de la comunidad científica, hiciste realidad los sueños y esperanzas de mucha gente. —Rio entre dientes.

Ella alzó ambas cejas, sorprendida.

—Me dijeron algo parecido, pero... no lo había visto de esa forma. —Sonrió—. ¿Qué planeas hacer con tu futuro?

—Soy un científico, pero tengo dieciséis años así que me falta terminar la preparatoria, ir a la universidad y luego probablemente me dedique a crear cohetes, desde niño quería ir a la Luna, pero si tú y tu especie nos dan herramientas diez billones por ciento más eficiente de las que tenemos ahora, podría apuntar incluso más allá de este sistema solar. —La miró con ojos refulgiendo de emoción, a lo que ella volvió a mirarlo con curiosidad—. ¿Cuánto te tomó viajar hasta aquí? ¿A qué distancia está tu mundo?

—Eh... viaje como dos meses, creo... —Senku sonrió y ella de repente frunció el ceño—. Espera, dije que yo hago las preguntas aquí. —Cruzó los brazos.

—Bueno, ya me has dado una pieza clave de información respecto al nivel tecnológico que poseen. —Rio, completamente emocionado.

Ella lo miró con la cara roja de la ira, sus ojos entrecerrados.

—No te voy a revelar ningún secreto de mi gente, humano astuto, no hasta que compruebe que son dignos.

Senku se apoyó en el respaldo de su silla, mirándola con una ceja arqueada, cosa que pareció ponerla ligeramente nerviosa.

—Si tu objetivo es comenzar una relación con un humano, la relación debe ser reciproca, si quieres saber cosas sobre mí, también tengo derecho a saber cosas de ti ¿no?

Ella se quedó muda por un momento, antes de mirarlo con ojos entrecerrados.

—Ja, realmente eres una escoria muy astuta, pero me han ordenado no revelar secretos de nuestra gente... aunque tampoco es que yo sola pueda revelarles nada relevante.

Senku alzó una ceja, profundamente intrigado.

—¿Cómo que "tú sola"?

—Ja, pues no sé muchas cosas de tecnología, yo no construí la nave en la que vine, soy una guerrera, la más fuerte de mi generación, no una científica. Sé lo que aprendí en la academia, nada más.

Senku sonrió, más que emocionado.

Incluso si ella no sabía mucho, acababa de revelarle detalles muy interesantes solo con esa pequeña información, como que había algún tipo de sistema educativo para ellos, que su especie priorizaba su supervivencia y no le importaría que ella atacara humanos de ser necesario por su seguridad, y que por lo tanto definitivamente no les tenían mucha confianza, y que debían tener un sistema militar medianamente similar al de los humanos.

—Hay algunas preguntas básicas que la gente que tiene citas a ciegas intercambian, me parecería justo hacer un intercambio de preguntas —dijo, intentando convencerla de sacarle más información.

—Ni siquiera sé si quiero que te quedes aquí luego de esta cita. —Cruzó los brazos y Senku apretó los labios—. Pero... si me dices algo que me interese, quizás quiera una segunda cita.

—¿Cómo puedo saber qué te interesa si no conozco tus gustos?

—Ja, ese es tu problema, no el mío. —Sonrió burlonamente.

—Eres toda una leona audaz, ¿eh?

—¡¿Le-leona?! —Se sonrojó profundamente, luciendo indignada y furiosa—. ¡¿Cómo te atreves?! ¡No eres mi esposo para decirme algo tan descarado e íntimo!

Senku pestañeó lentamente.

—No creo que tenga el mismo significado para ti que para mí...

—¡Escoria, lárgate y no quiero volver a verte! —le chilló.

—E-espera, déjame explicarte lo que...

—¡Vete! ¡Ahora! —exigió, echando un puño hacia atrás, haciéndole un gran cráter a la pared, atravesando la madera y todo, dejando a Senku todavía más pálido y horrorizado de lo que ya había estado por haber perdido la oportunidad de su vida por una tontería.

Asustado de morir a manos de una fiera alien loca, decidió mejor retirarse con una mirada de muerto en vida, sin hacer caso a las miradas confundidas de todos por el escándalo que se escuchó por el golpe de Kohaku.

Estuvo en un rincón deprimiéndose el resto de la tarde, hasta que todos tuvieron la cita y finalmente los científicos fueron a hablar con la chica para ver quién se quedaba y quién se iba.

Mientras se deprimía, recordó el modo en el que ella atravesó esa pared y como su mano quedó completamente intacta a pesar de los trozos cortantes de madera... Definitivamente no era solo fuerte, sino que también parecía ser más resistente... Aparentemente tenían otras diferencias marcadas con los humanos... ¿Si la intentaban apuñalar, le harían daño?

Demonios, de verdad le gustaría saber más de su especie, pero ya no sería posible...

Al cabo de un rato los científicos salieron y comenzaron a anunciar los nombres de los chicos que iban a quedarse en el proyecto.

Senku ya sabía que su nombre no estaría entre los elegidos, pero aun así quiso aferrarse a una ingenua esperanza y escuchó atentamente el dictado de los nombres elegidos.

—Y por último se queda Ueda Daisuke... e Ishigami Senku —terminó de leer el Dr. Xeno.

Senku casi se desmaya.

¡¿Al final sí lo aceptó?!

Definitivamente, no entendía a las mujeres, ni de este planeta ni de ningún otro.

Su padre lo estuvo interrogando todo el camino de regreso a casa, pero Senku no dijo mucho, muy concentrado en hacer anotaciones de todo lo que la alien dijo y sus hipótesis respecto a su mundo y su especie.

Volvió la siguiente semana, donde compartió sus datos con Xeno, que lo miró muy sorprendido.

—Eres el que más pudo sacarle información... No esperaba menos. —Sonrió casi con orgullo—. En especial me interesa esa pieza de información respecto a que no se hizo daño al golpear una superficie dura... Si su especie es tan superior a nosotros, sería bueno confirmar si podemos dañarlos o no, presta atención a eso —pidió y Senku asintió—. Se supone que mañana te espera una cita de treinta minutos con ella, pero me aseguraré de que nadie los moleste por si necesitas más tiempo para sacarle más información... Toda la que puedas, y no olvides decirme todo. Ah, y lleva algo para impresionarla, un regalo o algo, todos lo harán, pero intenta ser sobresaliente.

Senku sonrió emocionado, más que dispuesto a cumplir con la misión.

Esta vez la cita sería paseando alrededor del parque que estaba rodeado por el ejército, y Senku fue ya listo con un regalo que estaba seguro que iba a impresionar la chica alien.

Se reunieron en un lugar donde el techo de la carpa era transparente para dejar entrar mejor la luz del sol, aunque ese día estaba nublado, y Senku se sentó junto a la alien en una banca, viéndola bastante ceñuda.

"Ah, claro, nuestra última cita terminó en malos términos y realmente me sorprende seguir aquí..."

—Antes que nada... lamento si lo que sea que dije te ofendió la última vez que nos vimos, no era mi intención —dijo rápidamente, queriendo conservar su lugar en el programa de citas todo lo que pudiera para sacarle más información.

—Bien... le pregunté a la doctora Mironi y dijo que no quisiste decir lo que yo pensaba, así que puedo perdonarte. —Bufó—. Sin embargo, si sigues portándote como escoria será mejor que dejes de venir.

"Sí, ni en diez billones de años, seguiré estirando mi tiempo contigo tanto como pueda, leona alienígena".

—Muy bien, te traje un pequeño regalo que estoy seguro que te fascinara al diez billones por ciento. —Sacó una medianamente pequeña, pero pesada caja de su maletín de la escuela y la abrió, revelando varios cristales, piedras e imanes que hicieron que Kohaku lo mirara extrañada y curiosa a la vez—. De acuerdo, empecemos con los cuarzos.

—¿Cuarzos?...

—Suelen llamar más la atención de las chicas, o eso creo. —Encogió los hombros, dándole varios cuarzos de varios colores y diciéndoles sus nombres y sus propiedades minerales—. Algunas compañeras de clases hablan como si tuvieran energías o alguna tontería así, pero esas son tonterías, deberían hablar más de sus propiedades piezoeléctricas, eso es mucho más interesante. —Rascó su oído con el meñique.

—Ja, no sé de qué hablas, pero parecen joyas, son piedras bonitas. —Sonrió alegremente.

—Agh... apuesto que te interesaría esa tontería de propiedades mágicas ilógicas, pero no sé de eso. —Bufó—. Bien, probemos con la pirita, esta echa chispas golpeándolas entre sí. —Las golpeó y sacó unas chispas, haciendo a Kohaku jadear, fascinada.

—¡Interesante! ¡No tenemos cosas así allá, o yo no las he visto, por lo menos! —Tomó las piedras y las chocó una contra la otra, pero lo hizo tan fuerte que las destrozó por completo—. Ow...

Al ver su cara triste, Senku sintió el impulso de buscar rápidamente algo que la alegre.

—Eh... Mira, esto es calcita, pensé en traerla porque hoy está bastante nublado e instalaron este techo transparente de este lado de la carpa donde no hay edificios altos que puedan ver el interior, así que... Te tengo un reto... ¿Dónde está el sol?

—Oh, emm... —Miró a todo el cielo que la carpa les permitía ver—. ¿Del otro lado de la carpa?...

—No. —Rio entre dientes—. Si debería estar a la vista de este lado, pero no podríamos encontrarlo a simple vista... pero si ponemos este marco con una marca en forma de ojo... —Sacó del maletín un trozo de madera al que le talló un hueco con forma de ojo y colocó el cristal de calcita detrás, apuntándolo al cielo.

—¡Wow! ¡Se ve como si tuviera dos marcas! —Kohaku lo miró impresionada.

—Ajá, y puedes ver que cada una tiene un brillo con distinta intensidad. —Le dio el cristal y la madera y la hizo apuntarlos al cielo e irlos moviendo—. Y así puedes buscar el punto exacto... —al moverlo más a la derecha, finalmente Kohaku jadeó al darse cuenta— encontrarás dónde está el sol cuando las marcas tengan el mismo brillo.

—V-vaya, esto es tan arcaico, pero... es hermoso. —Sonrió suavemente.

—¿No te enseñaron de este tipo de cosas en tu academia? —preguntó intentando sonar casual en su intento de sacarle información.

—Realmente no, desde pequeña vieron mi potencial como guerrera y eso fue lo que priorizaron en mi educación, solo sé lo básico de las otras... Espera, ¿estás interrogándome de nuevo? —Lo miró acusadoramente.

—Pff, no, es solo una conversación casual. —Tomó el cristal de calcita y la madera y sacó uno de los imanes antes de que hiciera otra acusación—. Esto es un imán de neodimio, es... —Apenas lo acercó, vio un poco de polvo desprenderse de la mano de la chica y ella de repente jadeó, alejándose rápidamente con un salto a varios metros de él.

—¡AUCH! ¡¿Qué rayos se supone que haces?! —gritó, molesta.

Él pestañeó lentamente.

—¿Qué fue eso?...

—¡Eso es lo que quiero saber yo! —Frotó su mano.

—¿Acaso... el imán te lastimó?

—¿Por qué un simple imán me lastimaría? —Se acercó desconfiada a él.

—Por lo que dices, parece que tienen imanes en tu mundo... pero ¿tienen imanes de neodimio?

—No lo sé, tal vez, pero yo nunca escuché de ellos...

—Hmm... ¿Te... te dolió mucho? —De repente sintió un pellizco de culpa.

—No... Fue como si me raspara o algo así. —Hizo una mueca, observando su mano.

—¿Te atreverías a acercar tu mano otra vez?... —preguntó no sin culpa, pero incapaz de contener su curiosidad.

Ella lo miró desconfiada, pero también era notorio la chispa de curiosidad en sus ojos.

—De acuerdo... —Acercó su mano lentamente al imán y esta vez Senku vio claramente como diminutas motas de polvo, motas de su piel, se desprendían y volaban al imán, hasta que ella apartó la mano de nuevo, siseando—. Auch... Duele un poco...

—Kohaku... ¿Es posible que tu piel esté... hecha de metal?

—¿Eh? No, no es... Bueno, recuerdo una clase de biología donde mencionaban que nuestra resistencia tenía algo que ver con la composición de nuestra piel, pero no presté mucha atención...

Senku se llevó una mano a la barbilla.

—Bueno, los humanos tenemos nuestra propia dosis de metal en el cuerpo, sin la cual no funcionamos bien... Puede que ustedes tengan metal distribuido a lo largo de su piel en dosis muy pequeñas, pero que explicaría su resistencia a cortarse. Mmm... ¿puedo tocarte?

—¡¿QUÉ?! —Se sonrojó.

—Solo quiero comprobar algo. —Guardo el imán en la caja y la hizo a un lado, tendiéndole su mano a Kohaku—. Solo déjame tomar tu mano.

—D-de acuerdo... —Ella parecía renuente a todo esto, pero podía ver que también la invadía una gran curiosidad, en eso no era muy diferente a él, parecía incapaz de ignorar el llamado de la curiosidad.

Era algo inherente a los humanos, y al parecer a los de su especie también... o al menos a ella.

Senku tomó lentamente la mano de la chica alien, envolviéndola en sus dos manos, sorprendiéndose al notar que era suave y cálida... No era precisamente frágil, pero tenía cierta delicadeza... era agradable, en verdad.

—Hmm, tu piel no parece fría y dura de ninguna manera...

—¡Ja, pues claro que no! —Lo miró ofendida, aunque pronto se sonrojó cuando él bajó más sus manos para palpar su muñeca y seguir bajando por su brazo.

—Y no solo las manos, toda tú eres suave y cálida... —Kohaku se sonrojó más y más—. Nada parece indicar que poseas una piel metálica, pero podría ser una capa inferior... Necesito hacerte unas pruebas, tomar unas muestras, necesito... —Calló cuando ella apartó su brazo bruscamente fuera de su agarre.

—No me harás ninguna prueba. —Lo miró con exasperación—. Ja, me advirtieron cómo son ustedes los humanos, que quieren diseccionar lo que no conocen, pero estoy preparada.

—¿Preparada?

—¿Por qué crees que enviaron una guerrera como yo? Para defenderme de cualquier ataque de ustedes, y estoy dispuesta a todo para volver a ver a mi familia y mis amigos, no me dejaré capturar y matar para que me usen como sacrificio para explorar las debilidades de mi especie. —Lo tomó del cuello de la camisa, mirándolo amenazadoramente.

Senku alzó una ceja, antes de fruncir el ceño ante las implicaciones de sus palabras.

—Yo no quiero que te lastimen, Kohaku, solo quiero saber más de ti, tu especie y tu mundo —dijo con seriedad—. ¿No tienes idea de lo que eres? ¿No sabes lo impresionante que es para mí estar hablando contigo? Eres literalmente mi sueño hecho realidad. —Rio con emoción—. Mirarte, tocarte, conversar contigo... todo esto es maravilloso para mí, siempre soñé con algo o alguien como tú, eres mi sueño de toda la vida, y nunca haría nada que me alejará de ti, no a propósito, al menos, porque eres incluso más fascinante de lo que nunca habría podido soñar. —Sonrió, con los ojos brillantes.

Kohaku abrió mucho los ojos, de repente soltándolo y casi haciéndolo caerse por la perdida del equilibrio.

—No estoy segura de si eres escoria o un caballero, pero... supongo que puedo confiar en que no eres una amenaza. —Suspiró, sentándose en el césped—. La verdad, yo también quiero saber más de tu mundo... Todo lo que me has mostrado es tan maravilloso... Nunca conocí cosas como estas, quiero saber más... incluso si es peligroso. —Miró al imán—. No lo entiendo, he estado en contacto con imanes antes, ¿por qué este me lastima?

Senku la miró con una sonrisa.

Definitivamente ella era una leona curiosa diez billones por ciento interesante.

—Bueno, los imanes de neodimio son conocidos por ser los más potentes del mundo, este en particular tiene una potencia considerable, pero me sorprende que no los conocieras para nada ni conocieras el efecto que puede tener en ti, ¿no tienen neodimio allá? ¿O no los usan como imanes, al menos? Aquí en la Tierra el neodimio... bueno, técnicamente el neodimio es una "tierra rara", pero es considerablemente abundante en la corteza terrestre, el nombre de tierras raras más bien se les dio por ser tan difíciles de aislar.

—No lo sé, yo no soy una científica, ya te lo dije, pero imanes no estaban en la lista de cosas que pueden ser potencialmente mortales para nosotros en tu planeta —murmuró—. Cuando llegué, me dispararon, tal como me advirtieron, pero sus balas no me hicieron daño, creí que no iba a tener problemas... pero ahora debo añadir esto a la lista.

"Así que tienen una lista de eso, ¿eh?", pensó Senku, pero no dijo nada.

—Quizás es un secreto en tu planeta, no es que sea común querer atacar a alguien con imanes. —Bufó—. Si no hubiera querido mostrarte mis cosas de nerds nunca lo habríamos descubierto... —Hizo una mueca, mirando a la caja donde guardaba el imán.

¿Podría ser un arma utilizable contra ellos? ¿Podría la humanidad usar esa arma para acabar con esa especie tan tecnológicamente superior?

¿Él... quería decirle a los demás que esa era una forma de herir a esta chica?...

Dijo que era a prueba de balas, quizás le estaban siguiendo al juego de sus exigencias porque creían que era invencible para ellos, pero si supieran de esta debilidad... ¿querrían lastimarla? ¿Querrían aprisionarla y obligarla a darles información por las malas?

El Dr. Xeno sin duda sería capaz, y... quizás por eso le había pedido darle información a él antes que a los otros científicos.

Y, por accidente o coincidencia, Senku acababa de encontrar una pieza de información clave que podría quizás definir el destino de la humanidad.

Y...

—¿Senku? ¿Senku? ¿Qué te pasa? —Kohaku tomó su barbilla y lo obligó a voltear a verla cuando pasó demasiado tiempo perdido en sus pensamientos—. ¿Estás bien?

—Solo estaba... pensando...

—Me estabas hablando sobre ese neodi-lo-que-sea del que estaba hecho el imán.

—Sí... Sí, es... de la serie de los lantánidos y... su número atómico es el 60 y... —Ella soltó su rostro, mirándolo con curiosidad mientras él luchaba por encontrar las palabras para hablar sobre el neodimio con el torbellino de pensamientos que estaban corriendo por su mente— es una de las tierras raras más reactivas... y... como polvo fácilmente hace combustión y puede desde echar chispas hasta explotar...

—¡¿Explotar?! ¡Genial! —Los ojos le brillaron mientras apretaba los puños con emoción, acercándose más a él, que retrocedió instintivamente.

—Sí, eh... No se usa solo para imanes, tiene muchos usos como colorear cristales y en fabricación de gafas de protección para trabajos como soldar que pueden dañar la vista de los humanos, no sé si es así para ustedes también.

—Pues supongo que sí, aunque yo tengo muy buena vista. —Hinchó el pecho, pero luego se sonrojó—. Aunque, de hecho... mi capitán me dijo que mi buena vista me hace más débil ante la luz, así que más bien creo que mi vista es más fácil de dañar...

"Y ahí va esa leona tonta diciéndome otra debilidad suya..."

—Puede producir rubíes sintéticos y ser utilizados en laceres, aparte de otras aplicaciones en pinturas y esmaltes, aunque mi aplicación favorita es la experimentación para aprovechar sus propiedades magnéticas para explorar la levitación magnética.

—¡¿Levitación?!

Senku rio y procedió a explicarle cómo funcionaba la levitación magnética, dejándola muy impresionada, y él mismo se divirtió con la explicación y su cara de sorpresa, pero entonces llegaron dos de los pretendientes y le dijeron que ya llevaban casi una hora, que no era justo y que se fuera para que los demás tuvieran su turno.

—Oh, sí, lo siento. Debo ver a los demás. —Kohaku bufó, luciendo decepcionada de no poder seguir estando con él—. Les diré que quiero verte de nuevo pronto, ¡y me seguirás contando de esas cosas geniales de su ciencia en la Tierra! Nunca me interesó mucho en mi planeta, pero quizás fue porque no tuve un maestro tan bueno como tú, Senku. —Le sonrió de forma radiante.

Senku solo atinó a asentir, pero no pudo decir nada más porque uno de los dos recién llegados comenzó a empujarlo para que se fuera, dejando a Kohaku en su cita con el otro.

Senku notó que Kohaku no dejó de verlo hasta que se salió completamente de su vista.

Una vez de regreso en la carpa, Xeno lo llamó para hablar respecto a los descubrimientos que hizo.

—Te di tanto tiempo extra como pude, espero que no haya sido en vano, ¿qué averiguaste?

Senku se congeló, pensando en esa sonrisa radiante y sincera en Kohaku, en sus ojos curiosos y en el toque de su mano entre las suyas...

—Ella... es muy fuerte, rompió un cuarzo con las manos...

—Interesante, aunque ya teníamos una idea de eso por su primer enfrentamiento con las autoridades japonesas —murmuró Xeno.

—Ella... tampoco es muy conocedora de temas científicos, afirma ser una guerrera y que mayormente su educación fue orientada a pulir sus habilidades como luchadora.

—Ah, eso es muy elegante, justo lo que quería saber. —Xeno sonrió oscuramente.

Obviamente estaba interesado en conocer las capacidades de Kohaku como guerrera, y probablemente estuviera más interesado en saber sus debilidades...

Y era por el Dr. Xeno y su recomendación que Senku pudo conocer a la alienígena, y ya le había prometido decirle todo, así que si Xeno quería saber sobre sus debilidades... debía darle la información.

—Ella... dijo tener amigos y familia, y que espera regresar con ellos, por lo que claramente no es que fue criada como un arma, tiene su hogar y ve esto como una misión más.

—Interesante. —Xeno lo miró con una ceja en alto—. ¿Algo más, Dr. Senku?

Senku se mordió el labio.

Debía decirle, él no tenía idea de las verdaderas intenciones de Kohaku, bien todo eso de asentarse en la Tierra podría ser mentira, quizás ella buscaba información de ellos para una invasión a futuro, quizás toda ella era falsa, su apariencia, su tacto, su mirada, su sonrisa... ese interés que brillaba en sus ojos cada vez que lo veía...

Tomó aire, apretando los puños con fuerza.

—No. Nada más.

Se marchó a su casa sin saber si había hecho lo correcto, pero no podía traicionar la pureza tras la sonrisa de Kohaku. Y no podía negar que él mismo comenzaba a verla con interés... un interés que iba más allá de la información que podría sacarle... Mucho, mucho más allá...

Fin.

¿O no?

No lo sé, quizás lo continue uwu

Tal vez en el Praseodimio q aparentemente es como un "gemelo" para el neodimio porq se descubrieron juntos, pero está a como veinte fics de distancia así q espero no tardar tres años en llegar ahí XD

Intentare subirle el ritmo al reto de la tabla periodica SenHaku :'D

Pero no prometo nada :P

En fin, espero q les haya gustado y q no haya estado tan raro x'D A mí me gustan las tramas de aliens owo

Y como dije, no importa si tardo diez años, terminare este reto! Por el SenHaku! *O*

Ah, y por si les interesa apoyarme, tengo mi Patreon con material exclusivo y estoy vendiendo un librito SenHaku para los q quieran ayudarme en mi meta de conseguir una compu q no sea tan chatarra y me ayude a escribir más fics TwT

Gracias a todos y no olviden q también con un comentario me alegran el día! QwQ Se les ama~

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

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