Lutecio
Duke Izara no siempre soñó con estudiar para convertirse en fisicoquímica, pero cuando la revivieron en un mundo reiniciado después de aquella extraña luz verde que la aterró y escuchó que fue un científico el responsable de salvar al mundo, Izara quiso contribuir con su pequeño grano de arena.
Siempre tuvo buenas notas en la escuela, así que decidió esforzarse aún más y convertirse en científica.
Sin embargo... jamás podría haber imaginado que su elección de carrera la habría llevado a conocer al mismísimo héroe de la humanidad, el gran Dr. Ishigami Senku.
Cuando entró a su salón de clases acompañado de su profesor de siempre, todos los estudiantes se quedaron con las mandíbulas por el piso.
¡De verdad era él!
Un par de chicas hasta chillaron por la emoción, mientras que muchos alumnos empezaron a murmurar, hasta que el profesor les pidió guardar silencio.
—El día de hoy nuestra universidad recientemente fundada, la primera en el nuevo Tokio, tiene el honor de contar con la presencia del respetado y renombrado Ishigami-sensei, famoso científico y astronauta, inventor de la fórmula de despetrificación, que estará dando varias clases a lo largo de esta mañana. —Varias chicas volvieron a chillar, a pesar de que el gran científico no se veía tan magnifico mientras rascaba su oído y soplaba un pequeño cumulo de cera de su meñique.
Si Izara viera a otro chico hacer eso, lo tacharía de asqueroso, pero este era su héroe, y ella solo pensó que era admirable que a él no le importara mostrarse elegante y pulcro a pesar de su enorme reputación, él parecía muy genuino y despreocupado.
El profesor les dijo que tendrían el honor de recibir la clase de hoy por Ishigami Senku, e Izara de inmediato tomó su libreta y pluma, ansiosa de anotar todo lo que él dijera.
—Bueno, vamos directo al grano. —La voz del científico era gruesa y juvenil, con un toque de cinismo, y todas las chicas, y hasta algunos chicos, lanzaron un suspiro—. Esto es lutecio puro. —Sacó una piedra de forma un tanto cuadrada, plateada y con una contextura rara, como si le hubieran hecho un montón de rayones—. El lutecio es sumamente emocionante, igual que todas las otras tierras raras. —Sonrió de forma un tanto macabra, pero seguía siendo guapo—. Imaginó que ya conocen sus propiedades básicas. Nómbrenlas. —De repente apuntó a un estudiante cualquiera, que fue rápidamente empujado por una chica que tomó su lugar con una gran sonrisa.
—¡Yo las sé, sensei! El lutecio es un lantánido. Símbolo Lu, número atómico 71, masa atómica 174.967, electronegatividad de 1.27 ¡y su nivel de oxidación es de 3! —exclamó rápidamente la chica.
—Correcto, diez billones de puntos para ti. —La chica se desmayó en su sitio—. Continuando con sus propiedades, el lutecio es un metal duro y denso, buen conductor de calor y electricidad, que reacciona lentamente con el aire y el agua, al igual que con los ácidos. Una característica especialmente emocionante de este elemento es la vida media de uno de sus isotopos radioactivos naturales, que puede durar unos trescientos sesenta mil millones de años, lo que ayuda a determinar la edad de los meteoritos en relación a la edad de la Tierra. ¡¿No es emocionante?! También es fundamental en el estudio del magnetismo, pero les estoy hablando de este elemento no por esas características, sino por lo complejo que es el método para aislarlo. Es el metal más complicado de aislar entre los lantánidos. La dificultad para obtener esta pequeña piedra de lutecio puro es tan molesta que muchos de ustedes querrán echarse al suelo a llorar. —Alzó la piedra en su mano con una risa maliciosa—. Pero para eso estoy aquí, voy a explicarles el método y en la clase de mañana seguramente puedan probarlo con su profesor.
Él siguió enseñándoles todo sobre el lutecio y otros elementos, además de diferentes métodos de aislamiento, e Izara intentó concentrarse en lo que decía, a pesar de que una parte de su cerebro estaba muy concentrada en lo guapo y sensacional que era. Y, por los murmullos a su alrededor, sabía que no era la única.
Al final de la clase, el Dr. Ishigami sorprendió a todos cuando se acercó a la chica que antes se había desmayado y dejó la piedra de lutecio frente a su escritorio.
—Buen trabajo respondiendo con tanto entusiasmo durante la clase de hoy, puedes quedarte con eso —le dijo mientras se iba, otra vez rascando su oído con despreocupación.
La chica volvió a desmayarse.
Una vez Ishigami Senku y el profesor salieron del salón, todos se acercaron a la chica, que estaba prácticamente babeando sobre la piedra que el famoso científico le dio.
—¡Tienes tanta suerte, Hinami! ¡El héroe de la humanidad se fijó en ti! —chilló con entusiasmo una compañera de clases.
—¡Lo sé! ¡Hasta me sonrió! ¡Creo que me voy a morir!
—No es para menos. ¿Lo vieron? ¡Es muy apuesto! —dijo otra chica.
—Atractivo, inteligente y heroico. ¡Es perfecto! —clamó otra.
—Y es joven, escuché que tiene solo veintiocho.
—¡Y además está soltero!
Todas las chicas suspiraron con ilusión, Izara incluida.
—Saben, creo que podríamos hacer un club de fans sobre Ishigami-sensei —propuso Izara, sonriendo con emoción.
—¡Es una gran idea! ¡Hinami puede ser nuestra presidenta!
—¿Eh? ¿Yo? —La aludida se sonrojó, pero se notaba que le gustaba la idea—. Bueno, tendría sentido... ¡Podemos hacerle un altar con esta piedra! ¡Seré generosa y la compartiré con ustedes!
—¡Eres la mejor! —Todas chillaron con emoción.
Y fue así como Izara acabó como la vice-presidenta del club de fans de Ishigami Senku-sensei, por ser la que tuvo la idea, y ya que estaba de acuerdo con que Hinami fuera presidenta.
Él no volvió a su universidad, pero ellas empezaron a planear todo tipo de estrategias para verlo en persona otra vez.
Se reunían tres veces a la semana, veían todas las noticias donde decían algo de él, coleccionaban revistas donde mencionaran su nombre o hubiese fotos, visitaban mensualmente el museo de los primeros re-inventos que se hicieron en el mundo de piedra y buscaban entrevistar a todos los que habían convivido con Ishigami Senku antes de que se volviera tan famoso y pasar la mayor parte del tiempo en su enorme laboratorio.
Muchos de los amigos cercanos de Senku-sensei eran personas muy ocupadas, aunque personas como el aldeano Ginro y el policía Yo-kun siempre estaban dispuestos a responder las preguntas de las chicas.
Izara y Hinami también entrevistaron a una tal Luna Wright, mujer que no les agradó porque parecía estar enamorada de Ishigami-sama. Aunque era perfectamente comprensible, porque él era perfecto, no les gustó que ella hubiera insinuado que estaban o estuvieron en una relación.
—Ella es muy poca cosa para él —murmuró con rencor Hinami, mientras le comentaban al club cómo fue la entrevista con Luna—. En vez de quedarse en su país vino aquí a Japón para perseguirlo, ¡es una acosadora! Y se cree la gran cosa. —Bufó.
—Hmm, a mí no me agrada porque parecía no ser muy sincera cuando dijo eso de que estuvieron o están en una relación —acotó Izara—. Pero creo que sí es cierto eso de que ella ayudó a salvarlo una vez, sabemos que está estudiando para ser médico, así que igual no me cae tan mal.
—¡Claro que todo debe ser mentira! —refutó Hinami, gritando, haciendo a Izara brincar un poco en su sitio—. No le creo para nada, debe ser una zorra rastrera.
Izara hizo una mueca, pero prefirió no decir nada más. Hinami era la que controlaba el club a su antojo, todas seguían su palabra como ley, prefería no discutir con ella por alguien que ni siquiera le agradaba.
Los meses pasaron y más gente se unió a su club, incluso chicas de otras universidades o mujeres que no eran estudiantes, y hasta un par de chicos. Todos aportaban un poco de dinero para sus reuniones, bocadillos, viajes al museo u otros lugares y las entrevistas. Izara estaba bastante feliz con la comunidad que habían creado, aunque la perturbaba un poco el que Hinami constantemente hablará sobre la vez que Ishigami-sensei le dio su piedra de lutecio, se lo decía sin falta a todos los que se unían, y que además prohibiera que las chicas escribieran cartas de amor a Ishigami-sensei, hasta llegó a romperlas luego de que las leyeran en el club.
—No podemos molestarlo con esas cosas, él es un científico, su amor es la ciencia. —Esa fue su excusa, pero Izara sabía que Hinami constantemente le escribía cartas que no eran del todo platónicas.
Hinami dejó de caerle bien a Izara, pero intentó no demostrarlo, porque no quería crear problemas, y ella siguió planeando actividades y formas para que su club permaneciera bonito y lleno de admiración por el gran Ishigami Senku-sensei, todavía hablando muy seguido con Hinami para asegurarse de que sus planes no chocaran con los de ella, por más que no le agradara.
Un día, se les presentó una oportunidad de oro: Ishigami Senku asistiría como juez a una feria de ciencias pública para todas las edades, o sea que cualquiera podría ir. Y, además, si presentaban un proyecto, quizás él podría juzgarlas, ¡lo verían en persona!
La idea las emocionó tanto que de inmediato todas planearon un gran proyecto para presentar en la feria de ciencias. Decidieron dividirse en grupos, uno para construir el proyecto y otro grupo para ganar dinero suficiente para financiarlo.
Hinami era muy lista, así que ella acabó a cargo del grupo que haría el proyecto. Izara también era lista, pero prefirió estar a cargo del otro grupo para tener un mejor equilibrio.
Pasaron dos meses y finalmente el proyecto estuvo listo, e Izara se lamentó de no haber supervisado más qué era lo que Hinami tenía planeado.
—¿Un medidor de compatibilidad romántica? —Su decepción e incredulidad fue enorme al ver una máquina llena de corazones rosados fosforescentes, tubos extraños y cables sospechosos.
—¡Es ciencia! Funciona con químicos. —Hinami se puso a la defensiva al ver su expresión—. Mide los niveles de hormonas de dos personas al mirarse, solo hay que conectarlo al cuello con estos cables, ¡su efecto es rápido y eficiente! Funciona de verdad. ¡Te aseguró que hasta ganaré la feria con esta creación! Eh, quiero decir... ganaremos.
—Es cierto, en realidad. —Hanaki Mikan, la chica más inteligente del club, asintió con entusiasmo—. Lo hemos comprobado, la máquina puede medir el tipo de hormonas necesarias para identificar la atracción o falta de atracción entre dos personas al mirarse. Es un mecanismo más complejo de lo que parece.
—Oh. —Escucharlo de Hanaki tranquilizó mucho a Izara—. Ya veo, me alegra. —Ya estaría arrancándole el cabello a Hinami por desperdiciar todo el dinero que reunieron en una tontería.
Cuando llegó la feria de ciencias, todo el club se presentó, aunque eran muchísimos, pero como estaban en una pradera no hubo problema, y todas saltaban de emoción por poder ver a Ishigami-sensei en persona al fin. Muchos nunca tuvieron la oportunidad de siquiera verlo de cerca.
Observaron el lugar con binoculares y todo, buscándolo, y al verlo entrar el grito colectivo de todas atrajo la atención de toda la feria, pero poco les importo.
Sin embargo, pronto la emoción de todos disminuyó cuando la presidenta Hinami graznó con indignación.
—¿Quién es esa mujer que viene con él? —masculló al ver a una rubia caminando muy cerca de Senku.
—¿Qué no la conoces? —preguntó Izara, incrédula.
—¡BLASFEMIA! —Una chica del club tomó de los hombros a Hinami y la sacudió, dejando a todos con la boca abierta—. ¡¿Cómo no conoces a la maravillosa Kohaku-sama?! ¡Astronauta, guerrera, la gran heroína de la humanidad! ¡La mujer más fantástica en la historia del mundo! —Se quitó su banda que decía "Club de fans de Ishigami Senku-sama" y se puso otra banda que decía "Club de fans de Kohaku-sama" con una carita dibujada de la heroína en cuestión—. ¡Soy miembro muy activo de sus tres clubs de fans, aunque estén mayormente conformados por hombres, todos difundimos la palabra de nuestra diosa y salvadora, Kohaku-sama! —Alzó los brazos al cielo.
—Ya la recordé. —Hinami la apartó con desagrado—. Es la astronauta que fue con él a la Luna, sí, sí. Ya entendí tu punto, como sea que te llames.
—No puedo creer que esté aquí, de haberlo sabido habría llamado a mis clubes. —La chica empezó a babear mientras miraba con binoculares a Kohaku a lo lejos—. Me llamó Misa, por cierto.
Hinami rodó los ojos y siguió mirando con binoculares, hasta que Ishigami-sensei empezó a calificar proyectos más cerca y entonces ocultó los binoculares y se sentó con una pose muy recta y agraciada en una de las dos únicas sillas que trajeron, aunque se suponía que eran para los jueces.
Tomó un tiempo para que Ishigami-sensei se acercara a ellos, y de inmediato tuvo que cubrirse los oídos por los chillidos que lanzaron la mayoría de las chicas. Quisieron rodearlo y tocarlo, pero Hinami les gritó que recordaran lo que habían acordado de dejarlo en paz y se contuvieron, aunque luego ella frunció el ceño con molestia al notar que Kohaku se había puesto delante de Senku apenas las chicas hicieron amago de acercarse a él en manada.
—¿Y cuál es su proyecto? —preguntó con esa voz súper sexy suya, rascando su oído con fastidio, fastidio que solo aumentó cuando todas suspiraron con solo escucharlo hablar.
—¡Este es mi maravilloso "Medidor de compatibilidad amorosa"! —exclamó Hinami, como si lo hubiera construido ella sola—. Emm... Hanaki, explica tú cómo funciona.
Hanaki suspiró con resignación y se lanzó a toda una explicación de hormonas y cómo el medidor interpretaba todo en una escala del 10% al 100%, o 0% en los peores casos donde el medidor interpretara que existía desagrado entre ellos. Había un medidor individual para cada persona y un medidor en conjunto que sumaba los sentimientos de ambos, y todo se veía los tres corazones alargados que se veían en la máquina.
—Je, interesante, podría tener otros usos aparte de ser un medidor de compatibilidad —murmuró Senku, viéndose levemente interesado luego de la explicación de Hanaki, que se sonrojó profundamente, sonriendo, hasta que Hinami le envió una mirada asesina que la hizo encogerse en su sitio.
—¿Le importaría ser nuestro sujeto de prueba, Ishigami-sensei? Nos mediremos usted y yo —dijo la presidenta del club, con ojos brillantes. Era obvio que eso era lo que había estado esperando desde que se le ocurrió construir esa máquina.
—No creo que quieras que lo haga. —Senku sonrió ladinamente y todas se sintieron a punto de desmayarse, más Hinami, que pareció ni escucharlo.
—¡Por favor siéntese, solo sentirá un ligero piquete!
—Vamos, puede ser divertido. —El otro científico, que Izara reconoció como el Dr. Xeno, parecía entretenido por la cara de fastidio del científico menor—. Parece ser un proyecto realmente elegante.
—Bien, yo se lo advertí. —Senku se sentó frente a Hinami, que estaba hiperventilando.
Los conectaron a la máquina y Hanaki empezó a darles instrucciones.
—Muy bien, para que sea más rápido necesito que se miren fijamente a los ojos, sin apartar la mirada, pero no hay problema con que pestañeen, y también pueden hablar si quieren, lo importante es que se centren el uno en el otro. —Rio nerviosamente—. Solo necesitarán estar así unos minutos, por favor, miren fijamente al rostro del otro y no dejen de hacerlo.
Senku se llevó el meñique al oído, viéndose sumamente fastidiado mientras miraba a Hinami, haciendo caso a las instrucciones de no apartar la mirada de su rostro. Hinami, por otro lado, apartó la vista solo un segundo, para sacar la piedra de lutecio de su bolsillo y alzarla frente a su rostro.
—¿Recuerdas esto? Tú fuiste quien me la dio por mis excelentes respuestas. ¡¿Lo recuerdas?! —le preguntó, casi llorando de la emoción.
—Ah, sí, cuando fui a dar clases a la universidad. —Siguió rascando su oído, sin cambiar su expresión de desinterés.
—La he guardado todo este tiempo —dijo ella, con una sonrisa demasiado grande y obsesiva.
Senku alzó una ceja y prefirió no decir nada a eso.
Hinami siguió intentando hablarle, pero él se mantuvo en silencio, aunque mirándola, cosa que la tenía muy sonrojada.
Finalmente, luego de unos minutos, Hanaki anunció que los resultados estaban listos.
Todos observaron los corazones en la máquina. Primero subió el de Hinami, hasta alcanzar un 53%.
—¡¿Solo 53?! —chilló ella, indignada.
Luego empezó a subir el medidor de Senku que... no, de hecho, no subió. Se quedó en 0%.
Hinami palideció, con cara de que la habían apuñalado.
El medidor de en medio, que calculaba la compatibilidad en base a los datos de ambos, sacó solo un 13%.
Todo el mundo se quedó en el silencio más incómodo que Izara había presenciado en su vida.
—Oh... vaya. —Hanaki ajustó sus lentes, mirando los datos en su computadora—. Eh... Eso es todo, pueden quitarse los cables.
—¡De ninguna manera! —Hinami saltó de su asiento con brusquedad—. ¡Esa cosa está rota! ¡Repárala ahora mismo, Hanaki!
—No creo que esté rota. —Senku rio entre dientes, relajándose en la silla.
—Pe-pero todo parece funcionar perfectamente, le hice muchas pruebas antes de...
—¡Te digo que está rota, así que repárala!
—Hay una forma de comprobar sí está rota o no —intervino Xeno, luciendo muy entretenido—. Hagamos otra prueba, esta vez con la señorita Kohaku.
—¿Qué? ¿Yo? —Ella lo miró incrédula.
—¡¿Ella?! —La presidenta pareció aún más indignada.
—Sí está rota, debería arrojar los mismos resultados o bien otros resultados cuestionables. La prueba y error es parte de la ciencia. ¿O acaso no aman la ciencia, a pesar de su invento tan elegante?
—Cla-claro que la amamos, mucho. —Hinami tragó saliva y se levantó de su silla a regañadientes—. Bue-bueno, seguramente arrojará los mismos datos, porque obviamente está rota.
Kohaku, con los brazos cruzados y mirada de desconfianza, se sentó en la silla y tomó otro cable.
—¡Yo te ayudó a colocarlo! —Misa, su fanática incondicional, corrió de inmediato a ayudarla a colocarse el cable, desmayándose luego de conectarlo cuidadosamente, murmurando algo acerca de que su piel era más suave de lo que había soñado.
Senku miró a Misa con irritación.
—Por favor manténgase mirando a Kohaku-sama, Ishigami-sensei —pidió Hanaki, volviendo a teclear en su computadora—. Ya he reiniciado el sistema, deben quedarse varios minutos haciendo contacto visual sin apartar la mirada del rostro del otro, por favor.
—Ja, no entiendo para nada de qué se trata esta cosa. —Kohaku jugueteó con el cable en su cuello, antes de que Hanaki le pidiera amablemente que no lo tocará y que mantuviera su mirada en Senku.
Todos se quedaron en silencio mientras Senku y Kohaku se miraban con expresiones serias.
Poco a poco, el rostro de Kohaku comenzó a adquirir cierta tonalidad de rosa en sus mejillas y Senku comenzó a esbozar una lenta sonrisa ladina descarada, que enrojeció más el rostro femenino y ella apartó la mirada.
—Ojos en el Dr. Senku, señorita Kohaku —Xeno le llamó la atención de inmediato, a lo que ella maldijo y volvió a observarlo.
Senku siguió sonriendo y ella se mantuvo seria, con el ceño muy fruncido y cara de absoluta concentración, hasta que notó los ojos de él comenzar a bajar un poco. ¿Era impresión de Izara o le estaba mirando los labios? El rostro de Kohaku enrojeció todavía más al notar su mirada en otra parte, y ella también empezó a mirar más que su rostro.
Era algo muy sutil, notó Izara, con la boca abierta. Ellos miraban constantemente a los labios y al cuerpo del otro, pero por una fracción de segundo casi insignificante, antes de pasar varios segundos mirándose a los ojos, dudaba que todo el mundo se estuviera dando cuenta de lo mucho que realmente se estaban analizando con la mirada.
Llegó un punto en el que Kohaku empezó a removerse en su asiento y Senku ya no se molestó en ocultar su sonrisa de absoluto descaro y satisfacción por estarla avergonzando, hasta se inclinó en su asiento para verla más de cerca, haciéndola retorcerse más.
Izara y todo el club de fans estaban con la mandíbula por los suelos. Xeno y los otros jueces se veían divertidos, y Hinami era la única que parecía querer asesinar a alguien de la rabia.
Luego de unos minutos de una tensión sexual tan obvia que pronto empezaría a brillar, Hanaki anunció que los resultados estaban listos.
El primer corazón en llenarse fue el de Kohaku, que alcanzó la suma de 99%.
—¿Eso qué significa? —preguntó ella, un tanto confundida, pero nadie le hizo caso porque el corazón de Senku comenzó a subir también. Y esta vez sí que subió y subió y siguió subiendo.
Hinami gritó horrorizada cuando el corazón mostró otro 99%.
Finalmente, el corazón de compatibilidad también empezó a llenarse, llenarse, llenarse y no dejar de llenarse hasta alcanzar el 100%.
Eso fue suficiente, Hinami colapsó en el suelo.
—¡No es posible! —gritó, pataleando—. ¡Está mal, está roto, averiado! ¡Definitivamente! ¡Arréglalo, arréglalo ahora!
—No lo sé, a mí me parece muy funcional y muy elegante. —El Dr. Xeno anotó algo en su libreta—. Quédense para la premiación, por ahora ustedes son fuertes candidatos para ganar el primer lugar.
—¡Hurra! —Hanaki aplaudió con emoción.
Senku se quitó el cable del cuello y ayudó a Kohaku a quitarse su cable.
—No entiendo nada de esos números y símbolos raros. ¿Qué significan? —le preguntó ella, que no entendió nada de la explicación de la estudiante antes.
—Te lo explicaré durante la cena, ahora vamos, tenemos que ver el siguiente proyecto —le dijo él simplemente, ya caminando al siguiente puesto.
Cuando se fueron, todo el club siguió con las bocas abiertas, y con Hinami lloriqueando en el piso, abrazada a su piedra de lutecio y repitiendo que la maquina funcionaba mal.
—Ow, Ishigami-sensei ya tiene novia. —Varias se unieron al llanto de Hinami.
—Pero hacen muy bonita pareja. —Muchas otras estaban con los rostros ruborizados y ojos soñadores.
—Creo que el único hombre en la Tierra que podría merecer a la diosa Kohaku-sama es Senku-sensei. —La fanática de Kohaku estaba llorando más por ella que por él.
—Seguro que ella es otra acosadora, como esa Luna Wright —murmuró Hinami venenosamente, poniéndose de pie—. Tengo un nuevo proyecto para el club. Escuchen, de ahora en adelante nos dedicaremos a alejar a esa loca de él, ¡es una obsesionada que no lo deja en paz! ¡Se nota, hay que detenerla! —gritó.
Eso fue suficiente para Izara.
—A la que hay que detener es a ti, Hinami. —Finalmente le plantó cara—. Este club es para admiradoras del héroe del mundo, no para ayudarte a conquistarlo ni para meterse en la vida de Ishigami-sensei. He tolerado que molestes a todos con tus fantasías, que rompas cartas y hagas lo que quieras, ¡pero hasta aquí! ¡Sensei está enamorado de una mujer fantástica y ella le corresponde, deberías alegrarte por él! Y en cuanto a tu estúpida piedra... —Miró la piedra de lutecio en el suelo y la recogió—. No la mereces, pero se nota que la quieres más que a ninguna de nosotras, ¡así que ve por ella! —La arrojó lejos.
—¡NOOOO! —Rápidamente corrió a buscarla.
Todos la miraron con muecas de asco, finalmente viendo lo patética que era.
Después de ese día, Izara tomó la presidencia del club y Misa tomó la vicepresidencia, y uno de los clubs de fans de Kohaku se unió a ellos. Así se convirtieron en un club todavía más grande, ahora de fans de Senku y Kohaku. Fans de ellos individualmente como personas asombrosas y fans de ellos como pareja.
Hinami intentó molestarlos un par de veces, pero la ignoraron y eventualmente formó otro club de fans más obsesivas de Senku-sensei, con el objetivo de arruinar su relación con Kohaku-sama.
No había nada que temer, sin embargo. ¡El club de Fans SenHaku se encargaría de no dejar que nada ni nadie molestará a su pareja favorita!
La pareja más increíble y perfecta del mundo de piedra jamás caería. Diez billones por ciento seguro.
Continuará...
Holaaaa :D
Ya era hora de que continuará con el reto de la Tabla periódica xD
Ojala esto les haya gustado aunq está un poco raro xP
Espero seguir avanzando bien con el reto, son 118 fanfics pero ya voy más de la mitad, aún no me rindo! :'D
No olviden q se les ama con todo el kokoro!
Me despido!
CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
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