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Litio

Senku nunca antes vio a una novia más furiosa que Hizashi Kohaku, parada en el altar frente a él, con las cejas tan fruncidas que casi se tocaban entre sí, con su mandíbula tensa y los ojos llenos de tanto desprecio que honestamente estaba sorprendido de que no lo hubiera matado aún.

No entendía por qué estaba tan enojada, esta alianza matrimonial era por el bien de sus dos clanes, él necesitaba sus recursos y ellos necesitaban su poder, y un matrimonio era una buena garantía de que no se traicionarían más adelante, teniendo en cuenta su largo historial de alianzas fallidas debido a la terquedad de ambos líderes de familia.

Por suerte para esta generación, aunque Kokuyo era tan terco como su padre antes que él, Byakuya era lo suficientemente amistoso y carismático como lo fueron todos los líderes anteriores de las dos familias juntos, y logró ganarse la confianza de Kokuyo, más cuando Byakuya desposó a una prima lejana de los Hizashi, Lillian Weinberg. Pero un matrimonio con una prima lejana del líder no era suficiente garantía, así que los dos líderes acordaron un matrimonio entre sus hijos.

El hijo mayor de Byakuya, aunque era adoptado, estaba dispuesto a casarse por el bien de una tregua entre los clanes. La hija mayor de Kokuyo estaba enamorada de alguien más, así que la hija menor tomó su lugar como la novia. Uno habría pensado que ella estaba dispuesta a aceptar su destino por el bien de su hermana mayor, pero Hizashi Kohaku parecía tener acumulado el odio de los dos clanes por las diecisiete generaciones juntas.

Aunque quizás tuviera que ver con el hecho de que Senku y Kohaku nunca se llevaron bien...

Como Byakuya siempre fue un hombre súper amistoso, siempre invitó a Kokuyo a todas las celebraciones de su clan, y cuando celebraban los cumpleaños de Senku lo alentaba a traer a sus hijas. Kokuyo al principio no confiaba nada en Byakuya, pero como los clanes necesitaban ayudarse mutuamente quieran o no y los líderes anteriores estaban en una relativa calma pronto cedió y comenzó a asistir a las celebraciones, llevando a sus hijas al cumpleaños número cuatro de Senku.

Como Kohaku tenía la misma edad que Senku, ella se interesó en jugar con él, siendo una niña energética y alegre.

Senku, con cuatro años cumplidos ese mismo día, envuelto en su kimono más elegante y pesado, rodeado de gente ruidosa y obligado a dejar sus juguetes hasta después de la fiesta, no estaba de buen humor en ese momento.

—¡Hola! ¿Cómo te llamas? —le preguntó Kohaku con una gran sonrisa.

—Senku —contestó de mala gana.

—¡Hola, Sengu! ¿Quieres jugar?

—Es Senku —la corrigió, frunciendo el ceño.

—Sí, te oí. —Pestañeó, confundida—. ¿Quieres jugar, Sengu?

—Que es Senku, niña tonta.

Kohaku jadeó, antes de apretar fuertemente los puños, inflando las mejillas, con sus ojos aguados.

—¡No soy tonta, tú... tonto! —Tomó el pastel más cercano y lo estrelló en la cara de Senku.

Y fue así como el cumpleaños número cuatro de Senku se arruinó.

Senku no dejó de patalear, mientras que Kohaku empezó a llorar a gritos. Kokuyo se puso a gritarle a Byakuya, que estaba corriendo de un lado a otro intentando calmar a Senku y limpiar el pastel de su cara, disculparse con los invitados, y tranquilizar a la niña chillona.

El siguiente cumpleaños fue todavía peor, Kohaku estaba molesta porque su tía Lillian la estaba obligando a disculparse con Senku, y al final cuando la convenció de disculparse ¡él la ignoró!

—Discúlpame por decirte tonto y tirarte un pastel en la cara, aunque te merecías ambas cosas. —Aunque quizás esa no fue la mejor forma de disculparse.

Y quizás enojarse porque la ignorara y lanzarlo al suelo para sacudirlo tanto que le rompió su ropa no fue bueno tampoco, la castigaron por eso y al siguiente cumpleaños fue más enojada todavía.

Y él no le hizo fácil controlar su ira.

—¿Quién invitó a la leona?

Kohaku acabó arrojándolo por la ventana.

Era un primer piso, pero le dolió.

El séptimo cumpleaños ya no fue tan malo. Lillian ya estaba casada con Byakuya y ella les jaló las orejas a ambos para no pelearse en el cumpleaños de Senku, y hasta los obligó a ir a jugar juntos sin golpes, insultos ni sarcasmos o se enojaría mucho y también se pondría triste, dejando a los dos niños sintiéndose moralmente obligados a portarse bien.

Al principio ellos se sentaron en el césped del jardín con los brazos cruzados, las cejas fruncidas y un pronunciado puchero, pero entonces Senku se aburrió y empezó a hacer brillar piedritas a su alcance con su magia, llamando la atención de la niña.

—¿Así es tu magia? —preguntó impresionada.

—Ajá, no puedo hacerla sin usar objetos, es bastante patética. —Bufó.

—¡Creo que es increíble! —exclamó sinceramente, dejando al niño mirándola con sorpresa—. Mira, mira, yo puedo hacer esto. —Pasó su dedo a través del aire, dejando una estela de luz amarillenta en su camino—. ¡¿No es genial?! Aunque recién estoy aprendiendo, ¡mi padre puede hacer cosas más geniales!

—Es genial, ya me gustaría poder hacer eso. —Rascó su oído con el meñique, sonriendo perezosamente.

—¡A mí me gustaría poder darles magia a los objetos! ¿Podría hacerlo con mis muñecas? —se preguntó, emocionada, con un dedo en su barbilla.

—No te lo recomendaría. —Rio entre dientes—. Este tipo de magia agota la energía del objeto. —Tomó una de las piedritas usadas y la hizo brillar mucho más, por un tiempo más largo, hasta que la hizo estallar en cientos de pedacitos, dejando a Kohaku boquiabierta—. Por eso nuestros clanes tienen que llevarse bien obligados, ya sabes.

—¿De qué hablas? —Ladeó la cabeza, sin tener ni idea.

—¿No te lo dijeron? Ustedes tienen litio, es por eso que hemos sobrevivido todo este tiempo frente a otros clanes. El litio como magia es muy resistente a ser utilizado varias veces incluso con todo el poder del más poderoso hechicero. Aunque a mí me interesa más por sus propiedades científicas. —Sus ojos brillaron y una sonrisa enorme se extendió en su rostro—. Lo he estudiado y con mi magia soy capaz de acceder al uso de iones de litio, que tienen la capacidad de ser utilizados para avanzar el desarrollo tecnológico con la absurda ligereza de sus componentes, su elevada capacidad energética y su resistencia a las descargas eléctricas, aparte de tantas otras capacidades. ¡Con el litio en mis manos, haré que mi clan se vuelva rico! —Empezó a reír como un desquiciado.

Kohaku se puso en pie lentamente, retrocediendo varios pasos con mucha cautela, antes de finalmente largarse corriendo.

¡No había entendido mucho, pero estaba segura de que ese niño estaba loco!

En el octavo cumpleaños de Senku, él estaba molesto con ella.

—No me dejaste terminar de contarte todo sobre el litio la última vez que estuviste aquí —se quejó.

—No quiero saber de tus planes malvados. —Lo miró con desagrado.

—No es un plan malvado... Bueno, tal vez un poco —reflexionó con una mano en la barbilla.

—¡Ajá, lo admites!

—Es en beneficio de la ciencia.

—No sé qué sea eso de latencia, pero no me interesa. —Le sacó la lengua.

—¿Qué no sabes qué es ciencia, leona?

—¡No soy una leona!

—No lo sabes, ¿verdad?

—No...

—Ven, tengo mucho que decirte. —Tomó su mano y la jaló lejos de la multitud.

En su cumpleaños número nueve, Senku volvió a arrastrar a Kohaku a un rincón para explicarle sobre ciencia, aunque esta vez la mareó incluso más que la vez anterior y acabó haciéndola dormirse.

En su décimo cumpleaños, Kohaku se escapó de él a propósito y Senku se quedó malhumorado.

Cuando cumplió once años, Senku la ignoró toda la fiesta y Kohaku se molestó tanto que volvió a lanzarlo por la ventana, calculando la trayectoria para que fuera a parar de cara a un charco de lodo.

Cuando cumplió trece años, Senku estaba muy lejos de su clan, viajando para obtener más conocimientos, y Byakuya celebró su cumpleaños más como un funeral, llorándose la vida porque su amado hijo no estaba allí con él.

Kohaku por un momento se sintió molesta de que él no le hubiera dicho nada, ya que de vez en cuando le enviaba cartas para hablarle sobre sus cosas científicas, pero esto explicaba que desde hace seis meses no le enviaba nada. ¡Y ella aquí como idiota creyendo que estaba molesto o que se olvidó de ella o que ya no le importaba! Eh... no es que le importe. ¡De todos modos siempre lo detestó!

En el cumpleaños número catorce de Senku, ambos se sorprendieron al verse. Ya no eran ningunos niñitos, ambos pegaron un buen estirón, él se hizo más alto que ella, su voz se hizo mucho más profunda y las chicas de clanes vecinos empezaron a mirarlo más. Kohaku se volvió una chica innegablemente hermosa, no hubo joven que no la mirara al menos dos veces. Y claro que nada de eso tuvo nada que ver con que los dos se la pasaran completamente malhumorados e irascibles durante toda la celebración.

En el cumpleaños número quince de Senku, una chica llamada Luna se quedó fascinada con él. Era la hija de un clan mucho más rico que el clan Ishigami y el Hizashi, y apenas vio a Senku y lo escuchó balbucear sobre su ciencia, le pidió a su padre casarse con él, como si fuera un vestido en un escaparate. Kohaku, que había estado escapándose de los intentos de Senku de contarle sobre su viaje y todos sus descubrimientos, escuchó cuando Luna y su padre se acercaron a Senku con la propuesta de matrimonio.

—Eh, en realidad sería muy beneficioso para mi clan. —Él sonrió despreocupadamente—. ¿Tienen mucho dinero, verdad? ¿Cuáles son sus negocios? ¿Suelen viajar mucho? —Se veía de verdad interesado en la propuesta que incluía casarse con esa desconocida.

Kohaku no supo qué se metió en ella en ese momento, solo caminó lentamente hasta la mesa de bocadillos, con pasos lentos y pesados, haciendo retumbar el suelo bajo sus pies. Tomó el pastel más grande que encontró y volvió con pasos mucho más rápidos a donde estaba Senku, que la miró con los ojos muy abiertos, justo un segundo antes de que ella enterrara el pastel en su rostro, tirándolo al suelo por la fuerza.

En el cumpleaños número dieciséis de Senku, Kohaku se negó a ir. Sabía que él no había accedido a casarse con la tal Luna al final, pero solo porque ellos no tenían recursos que le interesaran, eso dijo Lillian. O sea que si los tuvieran si lo hubiera hecho, ese bastardo.

En el cumpleaños número diecisiete de Senku, tampoco fue a la celebración, pero a los pocos días su padre anunció que había decidido comprometer a Senku con Ruri para consolidad una alianza con los Ishigami.

Y aquí estaban ahora, luego de meses de Kohaku luchando con su padre para tomar el lugar de Ruri, era el cumpleaños número dieciocho de Senku y ella parecía dispuesta a que fuera su último cumpleaños y el último día de su vida, para el caso.

Pronto el matrimonio fue consolidado y él le dio una flor brillante, cargada con su magia, como dictaba la tonta tradición de su clan. Ella quemó la flor en el acto, dejando a todo el clan Ishigami con la boca abierta, menos a Byakuya que se estaba carcajeando en el suelo, y a Lillian, que solo podía negar con la cabeza por la actitud de su sobrina lejana.

Pronto fueron a su nueva casa, una especie de cabaña dentro de los terrenos del clan Ishigami, y Kohaku sacó de entre los pliegues de su kimono de bodas un futon escondido.

—Espero que tengas una almohada extra —murmuró mientras desdoblaba el futon.

—Ya te tenía un futon listo, así que sí. —Rascó su oído con desinterés, sonriendo cuando ella se estremeció con rabia—. ¿Qué pasa, leona? ¿Acaso creías que tengo interés en ti de esa forma?

—Cierra tu asquerosa boca, escoria. —Comenzó a quitarse el kimono, sin importarle que la viera.

—Pues sí lo creías... déjame decirte que estabas diez billones por ciento en lo correcto. —Rio maliciosamente.

Kohaku se congeló a medio camino de quitarse la última capa del kimono.

—¡¿Qué?! —Volteó a verlo con el rostro al rojo fuego.

—¿Tanto te molesto que una chica me coqueteara hace tres años? Para que lo sepas, solo quería saber de sus estrategias de ventas, nunca tuve intención de aceptarla. —Rodó los ojos—. ¿Solo por eso pensabas dejar de hablarme toda la vida?

—T-tú... tú... —No podía dejar de tartamudear—. T-t-tú... ¡D-dejaste de escribirme cuando te fuiste de viaje!

—Porque tú jamás me respondías mis cartas. —Le frunció el ceño.

Kohaku se quedó en blanco.

—¡P-parecías muy contento con toda la atención de esas chicas cuando regresaste!

—Y tú parecías muy contenta con toda la atención de esos chicos. —Rascó su oído con desinterés.

—¡Claro que no! ¡Eso no es verdad ni un milímetro! —Lo miró disgustada y ofendida.

—No, en realidad no, pero en ese momento estaba tan celoso que no pensaba correctamente. ¿No se te hace familiar? —Eso la dejó con la boca abierta y sin argumentos.

Ok, quizás nunca lo había visto hacerle caso a ninguna chica, pero...

—T-te casas conmigo solo por el litio... —murmuró ya nada segura, como último recurso.

—Claro, porque nuestros padres no se llevan lo suficientemente bien como para formar una alianza solida solo por su amistad. —Rodó los ojos—. Además, con mis inventos ya tenemos el suficiente dinero para comprarles sin perdidas y lo sabes.

Kohaku por un momento se quedó sin palabras, antes de señalarlo con ira.

—¡I-ibas a casarte con mi hermana! —Eso le devolvió la seguridad y la ira.

—Eso fue idea de Ruri para hacerte luchar por mí o una mierda de esas. —Bostezó, aburrido por la situación.

—¡¿QUÉ?! —Oh, ahora entendía por qué Ruri se esperó hasta ese momento para ir por el idiota de Chrome—. Voy a matarla... —Una vena se hinchó en su sien mientras se dirigía a la puerta.

—Claro, déjame solo otra vez, en mi cumpleaños y nuestra boda, ya estoy acostumbrado. —Se acomodó en la cama, cerrando los ojos y cruzando los brazos tras la nuca, totalmente tranquilo.

Kohaku lo miró de reojo, recordando todas las veces que huyó de él o lo evitó. Todas esas veces... ¿a él le importó?

Suspiró y, usando sus grandes habilidades como cazadora y peleadora experta, caminó hasta la puerta y la abrió y la cerró, para luego simular el sonido de sus pasos alejándose. Entonces se volteó lo más sigilosamente posible, viendo a Senku abrir los ojos con pesar, viéndose tan miserable que le rompió un poquito el corazón y la hizo lanzarse sobre él de inmediato.

—¡¿Q-qué demonios haces, leona?!

Ella esta vez no se quejó del estúpido apodo, simplemente tomó los lados de su rostro y lo besó profundamente, con todas sus ganas acumuladas, planeando no soltarlo en toda la noche y compensar todos sus cumpleaños arruinados con una memorable noche de bodas a modo de regalo.

Y vaya que su regalo le encantó y lo hizo olvidarse de todos los fiascos anteriores... y de absolutamente todo lo demás.

Fin.

Holaaaaaaaaaa :D

Después de mucho tiempo, finalmente me digné a continuar con el reto Tabla Periódica! XD

Y con este fic, oficialmente estoy A LA MITAD del reto! :'D

Van 59 de 118! Llegué a completar la mitad del reto! WUUUUUUUUUUU! TTwTT

Y solo me tomo un año y medio :V Casi nada xD

Ah, y también es el cumpleaños de Senku, bien por él XD Okno, feliz cumpleaños a nuestro husbando! *w*

Este fic está dedicado a nuestra cebolla favorita :3

Ojala el fic les haya gustado! Iba a hacer lemon pero me dio flojera :P

No olviden q se les ama muchito!

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

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