Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Iterbio

En el siglo XXI viajar en el tiempo era algo inconcebible. En el siglo LVIII eso ya no era tan así, pero seguía siendo muy difícil.

Senku nunca creyó encontrar una chica con la ropa hecha jirones encima de un árbol, con un aparato increíblemente extraño en la mano.

La verdad sea dicha, le llamó más la atención el aparato que la chica rubia, guapa y semidesnuda, fue por eso que empezó a preguntarle sí estaba bien y qué demonios fue lo que pasó con ella.

Ella bajó del árbol con maestría y le habló sin tapujos:

—Creo que viaje en el tiempo.

Por supuesto que la primera reacción de Senku fue creerla una loca, pero el aparato en su mano no dejaba de despertar su curiosidad.

—Esa es una afirmación muy interesante, pero para que un científico como yo te crea tendrás que probarlo. —Rió entre dientes, sin realmente tomarla en serio aunque una parte de él estaba intrigada, pensando si esto era una especie de broma o... algo más.

—¿Eres un científico? —Lo miró esperanzada—. ¡Por favor, necesito tu ayuda! —Se abalanzó sobre él, sujetándolo de los hombros—. ¡Tienes que ayudarme a reparar esta cosa! —Le estrelló el aparato extraño en el rostro.

Senku la miró fastidiado, pero su atención rápidamente volvió al aparato extraño. Era increíblemente ligero de un lado, pero muy sólido. No se parecía a nada que hubiera visto antes, y emitía una pequeña luz débil. Tenía unos extraños cables asomándose por una abertura, una pantalla táctil y un par de botones.

Era muy interesante, y no parecía ser falso ni un juguete. Le despertaba la curiosidad al diez billones por ciento.

—Sígueme, te conseguiré algo de ropa. —Podía tratarse de solo una loca, pero no le gustaba la idea de dejar a una chica atractiva y de apariencia delicada semidesnuda sola en la calle a las ocho de la noche, así como tampoco le gustaba la idea de dejar pasar la oportunidad de examinar el extraño aparato que tenía en su poder.

No tardó en descubrir que de delicada no tenía nada cuando se toparon con pervertido que quiso toquetearla al verla con la ropa destrozada. Senku nunca antes había visto a alguien volar tantos metros con una sola bofetada.

Decidió ser muy amable con la chica, sí le daba uno de esos sin duda lo mataría.

Al llegar a su casa le dio una de sus camisas y unos pantalones suyos para que se pusiera, era solo un poco más baja que él así que no le quedaron tan grandes.

Mientras ella se cambiaba, Senku estudió el aparato, dándose cuenta rápidamente de que no era ningún juguete ni algo falso. Ese trozo de mierda que cabía en su mano tenía un compartimiento en miniatura que ejercía una presión de 16.000 atmósferas terrestres, esto para manipular las propiedades del trozo de iterbio, convirtiéndolo en un semiconductor que cumplía una función de encendido y apagado en el aparato, por lo que había teorizado, aunque no estaba seguro. Era algo increíblemente avanzado.

Por primera vez, pensó seriamente en que la chica loca no estaba tan loca y realmente podría haber... viajado en el tiempo.

Le ofreció algo de comer y mientras ella se devoraba todo lo comestible en su casa, le contó con la boca llena que venía del año 5744, que su cuñado era un científico prodigio que había descubierto el secreto del imperio mundial para viajar en el tiempo.

—Nos descubrieron bastante rápido —le dijo con la boca llena de ramen instantáneo—. Chrome ya lo había previsto, así que creó una medida de emergencia para escapar de ellos. La única forma para escapar del imperio, el único lugar en el que no pueden encontrarnos. Creó máquinas del tiempo portátiles para todos sus seres queridos, dijo que nos reuniríamos en cierto año de la historia del mundo, pero yo me quedé hasta el final peleando contra los soldados para darles más tiempo. Me empujaron para dispararme y caí sobre mi trasero. —Encogió los hombros—. Tenía el aparato en mi bolsillo trasero y creo que se estropeó y me trajó a una época errónea. No recuerdo bien cuándo era. Mil ochocientos... algo. ¿No estamos en 1800, verdad?

—2026, siento decepcionarte.

—Demonios. —Se metió otro bocado de carne en la boca—. Eso es como tres mil años en el pasado... pero no los suficientes.

—Unos tres mil setecientos. —La observó con cautela—. Lo que me cuentas es una locura. Y tu única prueba es esto. —Alzó el aparato medio destrozado—. Es una prueba bastante sólida, pero no me parece suficiente para todo lo que me estás diciendo. —Frotó su oído, intentando pensar con calma aún con lo ridícula que era la situación—. ¿Un imperio mundial con el monopolio de viajes en el tiempo? ¿Máquinas del tiempo portátiles? ¿Tanta molestia por una simple pieza de iterbio, habiendo tantos otros semiconductores más eficientes? Tu historia tiene muchos agujeros argumentales, leona.

—¡No soy una leona! —Lo miró ofendida, como si eso fuera lo más grave de todo lo que dijo.

—¿Y cómo esperas que te llame si no me has dicho tu nombre?

—Soy Hizashi Kohaku. —Cruzó los brazos—. Ja, y tú tampoco me has dicho tu nombre.

—Ishigami Senku. —Volvió a rascar su oído.

—Pues supongo que no tengo forma de probarte nada. —Encogió los hombros—. No era buena estudiante como para decirte qué es lo que pasará el próximo año, nunca podría recordar la historia del segundo milenio, con suerte recuerdo qué fue lo que cené ayer.

Senku la estudió con la mirada.

¿Debería creerse una historia como esa? Su lado científico estaba intrigado y maravillado, pero todos los demás aspectos de él estaban aterrados por lo que esto podría significar.

¿Y qué se supone que debería hacer si había encontrado a la primera viajera en el tiempo científicamente comprobable? ¿Llevarla con un equipo de científicos? ¿A la prensa? ¿Al gobierno? El mundo enloquecería con esta noticia, y todos los científicos querrían estudiar a esta chica. Además no era tan ingenuo como para no saber que habían posibilidades de que quisieran hacer pruebas con ella para ver si había mutaciones o cambios en el ADN humano de tres mil años en el futuro. Diablos que hasta él quería hacerle ese tipo de pruebas, pero ella era un ser humano, una chica de su edad. ¿Quién sabe lo que harían con ella si esto llegaba a los oídos equivocados? Pero mantenerla como un secreto tampoco le parecía correcto.

Esto era una locura. Habían tantas cuestiones morales implicadas que le dolía la cabeza de solo pensar en eso.

—Escucha, vamos a dormir por hoy. Mañana continuaremos hablando de esto.

—Bien, ¿dónde dormiré?

—En el sofá, no tengo habitación de invitados. —Encogió los hombros.

Durante la madrugada, Kohaku entró a su habitación y se le tiró encima para despertarlo, a lo que Senku abrió los ojos encontrándose con la incómoda y extraña imagen de esa atractiva desconocida encima de él, cosa que lo irritó de sobremanera y lo hizo contemplar la idea de echarla hasta de la casa, pero entonces ella volvió a estrellar el extraño aparato, alias la máquina del tiempo portátil, en su rostro. Y Senku pudo escuchar los sonidos que emitía.

¿Puedes oírme, Kohaku?

La voz era distorsionada, baja y llena de estática, pero era una voz saliendo de una supuesta máquina del tiempo, y bastó para hacer que Senku se despertará del todo, se sentará, encendiera las luces y colocara el aparato contra su oído.

¡Sé que no sabes na... ciencia, pero tienes que reparar este... ato si es que se rompió! —La voz sonaba entrecortada—. ¡Te daré ins... tire todos los días si es necesario! ¡Anota y trata de... la letra! ¡Y recuerda que el año de reunión es en mil ochocientos se... llegamos en enero y te esperaremos hasta ju...!... ¡Seguro que no puedes responderme pero no hay tiempo para... así que trabaja en reparar el estúpido a...!... ¡El iterbio es la clave!

Las palabras de aquel hombre siguieron llegando entrecortadas, pero Senku tomó una libreta y anotó absolutamente todo, cada sílaba y cada letra que lo escuchaba decir.

Kohaku lo miró esperanzada mientras él anotaba, también escuchando atentamente lo que decía el hombre que seguramente era su cuñado.

Las llamadas siguieron llamando entrecortadas los siguientes días, pero el científico, que Kohaku le dijo se llamaba Chrome, era inteligente, y repetía los mensajes varias veces al día, probablemente sospechando que se escuchaba entrecortado, así Senku podía armar mejor las cosas que decía completando los espacios vacíos.

Desgraciadamente Chrome dejó de decir el primer mensaje luego de unos días, pasando a las instrucciones para reparar el aparato. Senku había descifrado casi todo, menos la fecha exacta a la que se suponía que Kohaku debía ir. No tenía el año ni el mes, solo la sospecha de que debía ser los 1860 o 1870, lo que daba un margen de error de veinte años, aunque al menos los meses se reducían solo a Junio o Julio.

Había decidido que ayudaría a esa leona, que confiaría en ella y mantendría su existencia en secreto para que ella y el aparato no cayeran en manos equivocadas. El reto científico era lo suficientemente emocionante, aunque dolía no poder compartirlo con el resto de la comunidad científica, pero Kohaku se convirtió rápidamente en una persona en la que podía confiar, y era la chica más sincera y transparente que conocía. Era demasiado valiosa, el mundo no la merecía, no le pondrían sus manos encima. Él la protegería y la ayudaría.

Trabajaron juntos por meses y meses hasta que el aparato estuvo reparado.

—El problema es... que no sabemos a qué año se supone que debo ir. —Kohaku frunció el ceño con preocupación mientras contemplaba el aparato.

—Es por eso que iré contigo. —Senku volteó a verla con una sonrisa emocionada mientras terminaba de empacar su equipo de viaje en el tiempo.

—¡¿QUÉ?! —Ella se fue de espaldas, pero parecía aliviada en medio de su sorpresa.

Sí iba con ella, entonces no tendrían porqué despedirse aún.

—En caso de que nos equivoquemos, podré reparar el error. Ya aprendí mucho del funcionamiento de la máquina del tiempo, y creo que en cualquier época lograría repararla o recargarla, cosa que tú no sabes hacer, así que me necesitas.

Kohaku fingió estar ofendida por unos segundos, pero estaba demasiado feliz y aliviada porque viniera con ella, así que no borrar la sonrisa de su rostro.

—¿Y entonces cuál será el primer año que probaremos?

—Será el año 1878, en junio.

—¿Por qué 1878?...

—Fue el año en el que se descubrió el iterbio, que fue la primera tierra rara en descubrirse, por cierto. —Rió emocionado, mientras que Kohaku hizo una mueca de decepción por la razón tan tonta—. ¿Qué? Chrome mismo lo dijo, "el iterbio es la clave". Es un buen primer intento. —Le tendió su mano—. ¿Lista?

Kohaku se cargó el resto del equipaje que llevarían al hombro y estiró su mano para tomar la suya, pero dudó por un momento, mirándolo a los ojos con un sentimiento que no supo descifrar del todo.

Al verla dudar, Senku rodó los ojos y tomó su mano, riendo cuando ella brincó en su sitio.

Oh, sí, definitivamente no podría despedirse de su leona aún. O nunca.

Le sonrió suavemente y ella finalmente acabó devolviendo la sonrisa, entrelazando sus dedos con los suyos.

Una vez tuvieron todo listo, Senku activó el aparato después de tomar una gran bocanada de aire y entonces, con un gran destello cegador que dejó a todo Tokio sin electricidad, desapareció junto a Kohaku.

Fin.

Holaaaaa :D

Tarde pero seguro, aquí está el segundo fic del día xD

Ojala q les haya gustado, está rarito pero está hecho con mucho amor para ustedes :3

Desde hace tiempo que les debía un nuevo fic del Reto tabla periodica, espero ya no dejar tan olvidado el reto xP

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro