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Helio

(N/A: Para entender este fic es necesario haber leído mi fanfic llamado Fósforo).

Cuando Kohaku volvió a trabajar muy tarde en la noche, encontró a su familia ya en casa y a Senku actuando como si nada hubiese pasado entre ellos.

Tenían una nueva calefacción y todo transcurrió normalmente, hasta que llegó la hora de dormir y ella no dudó en enfrentar a Senku al estar ambos debajo de las sábanas.

—Sí recuerdas que nos besamos, ¿no?

—¿Qué clase de pregunta estúpida es esa? —Hurgó en su oído con fastidio—. Por supuesto que lo recuerdo.

—Ok… —Asintió—. Estuve pensando y… creo que te amo. —Senku casi se cae de la cama.

—¡¿Qué demonios acabas de decir?!

—Hablo en serio. —Cruzó los brazos, indignada—. Senku, cuando creí que la humanidad no tenía futuro, que mi familia y sobre todo mi sobrino no tendrían una vida tranquila, tú fuiste nuestra esperanza. Y al conocerte en persona realmente demostraste ser mucho más que el héroe de la humanidad. Eres irritante, y una escoria.

—Wow. Es la mejor declaración de amor que he escuchado. Diez billones de puntos para ti. —Su ceja tembló con molestia.

—Aún no acabo. —Lo miró mal—. Eres débil como una pulga y siento la necesidad de protegerte…

—Esta declaración solo mejora y mejora…

—¡Deja de interrumpirme! —le gruñó—. Pero —continuó lo antes dicho—, eres fuerte. Eres la persona más fuerte que he conocido. Porque en una situación donde todos enloquecieron, mantuviste la calma y encontraste una solución para el problema. La fortaleza de tu mente y tu corazón me inspiró. Nunca quise decírtelo porque no quería atosigarte, pero ahora no te lo digo solo porque te admiró, te lo digo porque eres mi amigo, me has ayudado, me has dicho cosas hermosas y me has mostrado maravillas que nunca podría haber soñado. Y los amigos a veces se enamoran. —Lo miró con una sonrisa suave—. Y es lo que me ha pasado. No te habría besado de no ser así. Te amo, Senku.

Él se mantuvo en silencio por un largo rato y ella decidió no presionarlo y se dio la vuelta para dormirse, pero entonces sintió sus brazos envolverse alrededor de ella y su boca en su nuca.

—Eres una leona diez billones por ciento demasiado ilógica. —Rió por lo bajo, haciéndola estremecerse—. Soy un asco en temas amorosos, pero admito que no te soy indiferente. Me diste la motivación que necesitaba para enfrentarme a quienes querían dejar morir vidas inocentes para mantener sus privilegios. Cada vez que tenía tiempo libre, pensaba en ti. —Kohaku se sonrojó profundamente ante esas palabras—. No diría que estoy enamorado… pero me gustas. Me gustas demasiado. De hecho es absurda la cantidad de afecto que te tengo teniendo en cuenta el limitado tiempo que pasamos juntos. Pero ahí está.

—Ja, tú eres el de las declaraciones raras. —Sonrió felizmente—. Aunque con eso me basta. —Se volteó para plantarle otro beso en los labios.

Él le correspondió con parsimonia, llevando una mano a su mejilla y apartándola luego de un rato.

—Kohaku… Si sabes que debo irme dentro de unos dos o tres meses, ¿no? Y de hecho no hay garantía de que pueda volver…

—Lo sé. —También había pensado sobre eso—. Y no me importa. Quiero estar contigo mientras pueda. —Quiso volver a besarlo, pero él apartó el rostro y se movió para hacerse más arriba en la cama y posar sus labios en su frente.

—Bueno, no sé si yo quiera eso. —Se apartó y alzó su barbilla con una mano para encontrar sus miradas—. No quisiera que alguna vez te arrepientas. No quiero lastimarte de ningún modo, Kohaku. No estaba bromeando, de verdad me ayudaste mucho cuando más lo necesitaba. —Rió suavemente—. ¿Tienes idea de lo mucho que me importas? Esto no es un juego para mí.

—Tampoco lo es para mí. —Tomó su mano en su barbilla y acarició sus nudillos—. Comprendo a qué te refieres. Y te creo. Por eso te pido que me creas también. Estaré bien si no vuelves… de todos modos siempre te recordaré. —Le sonrió con dulzura—. Y siempre voy a apoyarte en todo lo que te propongas. —Acarició su mejilla—. Pero mientras estás aquí… quiero estar contigo… si tú quieres… si me dejas. —Lo soltó y se acercó más a él—. ¿Me dejas, Senku? ¿Me dejas… besarte? —Acercó más su boca a la suya.

Él sonrió traviesamente.

—Te lo advierto, leona… Si me besas ahora… voy a hacerte el amor.

Ella se sonrojó hasta las orejas y rápidamente le dio la espalda.

—¡B-buenas noches! —Se cubrió con las mantas hasta las orejas.

Senku rió maliciosamente como la escoria que era, antes de volver a abrazarla por la espalda, poniéndola más nerviosa, y dormirse rápidamente, dejándola hecha un desastre.

Al día siguiente trabajó hasta lo más tarde que podía en el hospital y regresó a casa solo para recibir un regaño de su padre y su hermana. Cenó y se recostó junto a Senku que también la regañó un poco, aunque no sin admiración por su resistencia al frío y sus ganas de trabajar.

—Aunque no dudo que entre esas ganas de trabajar estuvieran mezcladas ganas de evitarme. —Rió.

—¡Cla-claro que no!

—Tranquila, leona. —Tomó su barbilla y la besó suavemente—. Actúas como si fuera a hacerte algo que no quieres… —murmuró contra sus labios.

—P-pero sí quiero… Ese es el problema. —Bufó.

—Si no te sientes lista, no lo haré. Así de sencillo. —Volvió a besarle la frente, aunque con una sonrisa burlona.

—P-pero…

—Veo que eres muy indecisa. —Le dio la espalda, bostezando—. Pues avísame cuando te decidas.

—T-tú… no ayudas. —Se acomodó para dormir, aún con la cara roja.

Al día siguiente volvió temprano de trabajar por pedido de su familia y tuvieron una agradable cena.

Senku no dijo nada, pero Kohaku insistió en besarlo, al principio de forma suave, hasta que sintió su cuerpo aumentar de temperatura y profundizó el beso.

—Bien, ya. —Senku se apartó riendo—. No quieres ir más lejos que esto, ¿o sí?

—S-sí quiero…

—¿Pero estás lista? —Muy roja, negó con la cabeza—. Entonces no me provoques, leona… No tengo tanto autocontrol como aparento. —Sonrió de forma descarada.

—Te ves bastante controlado para mí. —Bufó.

—Eso crees. —Rió, abrazándola por la espalda pero además moviéndose de tal forma que ella se quedó con la boca abierta al sentir algo que no había sentido antes… algo muy duro.

Se alejó de él y se escondió debajo de las sábanas, dándole una suave patada por debajo de la rodilla cuando lo escuchó reír a su costa, aunque de todos modos lo hizo sisear de dolor.

Estuvieron jugando a ese juego hasta que las cosas se volvieron demasiado pesadas. Con el paso de las semanas, él empezó a besarle el cuello, a subirle su camisón para tocar su piel desnuda bajo este y a aventurar sus manos a las partes más íntimas de su cuerpo. Y ella no se quedaba muy atrás, siempre le ganaba al besarlo, seduciéndolo con su lengua para dejar a ese hombre tan brillante completamente atontado, se frotaba contra él con descaro y a veces ni siquiera esperaba a estar solos en la cama y tan pronto como volvía del trabajo y lo veía libre sin Chrome alrededor, se lanzaba sobre él.

Aguantaron poco más de un mes hasta que un día especialmente frío tuvieron la excusa perfecta para abrazarse y no soltarse.

—¿Segura…?... —Jadeando pesadamente en su oído, con su cuerpo inclinado sobre el suyo, Senku separó las piernas de Kohaku lentamente después de un buen rato de juguetear el uno con el otro.

Pero esta vez fue diferente, esta noche ella le había vuelto a decir que lo amaba, y él le dijo que, de hecho, ya estaba bastante seguro de que sentía lo mismo. Y Kohaku se sintió lista.

Quería todo con él, y lo quería el mayor tiempo posible que pudieran estar juntos.

—Segura.

Porque incluso aunque se amaran, sabía que el mundo lo necesitaba más que ella.

Tal vez no podrían volver a verse luego de que acabara su investigación con Chrome, pero eso no le quitaba peso a lo que sentían.

Hicieron el amor toda la noche, adorándose mutuamente, compartiendo su calor y sus sentimientos, aunque sin decir nada directamente.

El día siguiente fue la primera vez que ambos se despertaron en la tarde en mucho, mucho tiempo.

Kohaku corrió a ducharse, maldiciendo porque iba a llegar asquerosamente tarde al trabajo. Senku se quedó un largo rato en la cama, con los brazos cruzados bajo la nuca, sonriendo como un idiota, hasta que ella le lanzó su ropa a la cara y le dijo que se levantara de una buena vez.

Cuando salieron de la habitación, Ruri enrojeció al verlos y les ofreció el almuerzo sin poder verlos a los ojos.

Chrome los miró mal mientras comían, con clara repulsión.

—Tienen mucha suerte de que su habitación esté lejos de la de Kokuyo y mi hijo. La próxima vez sean más discretos ¿quieren? —les dijo, haciendo a Kohaku casi atragantarse por la vergüenza.

—Guárdate tus comentarios, Chrome. Si tanto te quejas entonces vamos a insonorizar la habitación, tal como la habitación de ustedes dos. —Señaló al matrimonio, que se quedó con las bocas abiertas y los rostros enrojecidos.

—¡¿Y tú cómo demonios sabes eso?! —se quejó el castaño.

Kohaku compartió una sonrisa avergonzada con su hermana.

Le hubiera gustado quedarse más, pero ya estaba llegando lo suficientemente tarde y la verdad era la primera vez que sufría un retraso en su trabajo en siete años desde que comenzó la crisis, así que se sentía muy mal al respecto… aunque debía admitir que no se arrepentía para nada de la gran noche que vivió junto al hombre que amaba.

Como siempre fue una trabajadora ideal, nadie la regañó por llegar tarde, aunque la sonrisa estúpida que tuvo en el rostro todo el día fue fuente de rumores, pero no le importaba.

Al volver de trabajar Senku y ella se sentaron juntos a la hora de comer y se la pasaron mirándose y tocándose por debajo de la mesa, y apenas pudieron volver a la habitación se lanzaron a besarse y fueron a ciegas a la cama, y aunque intentaron ser silenciosos al día siguiente Chrome siguió mirándolos mal y Ruri aún fue incapaz de mirarlos a los ojos.

Senku pidió materiales para insonorizar la habitación ese mismo día, aunque a espaldas de Kokuyo. Fue una semana después que le dijeron a su padre que estaban juntos, y casi golpea a Senku pero se contuvo porque su nieto estaba allí, y al final acabó aceptándolo aunque muy a regañadientes.

Al principio ambos se distrajeron bastante de sus respectivos trabajos, pero luego de otro mes las cosas se volvieron bastante agitadas para Senku y acababa mentalmente agotado, tanto él como Chrome, debido al plan de supervivencia, a lo que Kohaku se dedicaba mayormente a besarlo suavemente y abrazarlo para que pudiera dormir tranquilo.

Las cosas en el trabajo de Senku volvieron a calmarse luego de otro par de semanas y él quiso compensar todo el tiempo que ella se pasó cuidándolo, haciéndola pasar las mejores noches de su vida, y no solo haciéndole el amor de forma que la hacía delirar de placer, sino que, como el invierno había terminado (o sea, la estación donde el invierno eterno era aún peor), Senku ya podía resistir estar un poco fuera de casa y la llevaba afuera de vez en cuando en la noche para enseñarle constelaciones a través de un telescopio pequeño pero muy poderoso. Y siempre le mostraba cosas maravillosas, junto con historias científicas que la dejaban embelesada.

Fue una noche observando las estrellas cuando el cielo estaba despejado que Kohaku se dio cuenta que ya habían pasado cuatro meses desde que Senku se estaba quedando con ellos.

—¿No me dijiste hace tres meses que solo te quedarías dos o tres meses? —Se preocupó al pensar que ya no quedaba tanto tiempo antes de que se fuera.

—No pongas esa cara de tragedia, leona. —Rió divertido, aunque luego la miró con una sonrisa suave—. Bueno, no sé si es mala o buena suerte, pero el viaje se retrasó. Todo a causa del helio.

—¿Eh? —Ladeó la cabeza—. Eso es lo que se usa para que los globos floten, ¿no?

—Tiene muchos usos emocionantes. —Calibró el telescopio para apuntar a cierto sitio, y le indicó ver por la mirilla con un gesto de la mano.

Al hacerle caso, Kohaku notó una estrella muy brillante, pero… en realidad… esta estrella tenía… ¿ciertos colores?

—Es una estrella hermosa… —Se quedó con la boca abierta.

—Estás viendo a Júpiter, en realidad —reveló, sorprendiéndola—. El rey de los planetas. El grandulón del sistema solar. Y con una atmósfera rica en helio, este elemento medianamente escaso en la Tierra hasta llueve allá. También se encuentra en el sol, de hecho la palabra helio proviene de helios, que significa sol. Lo cual me parece una ironía porque se usa mucho para lograr temperaturas criogénicas absurdamente bajas. Y también porque podría ayudarnos mucho a resolver esta crisis causada por nuestro sol. —Rió para sí mismo.

—¿Es… un elemento raro? —Siguió observando el bello planeta a través del telescopio.

—En realidad es el segundo elemento más abundante en todo el universo… —Kohaku casi se va de espaldas.

—¡¿Qué?! ¡¿Y entonces por qué dices que es escaso?!

—Es escaso en nuestro planeta. —Rió, ajustando su bufanda cuando una ráfaga de frío los golpeó—. Es cierto que el helio acapara más del 20% de la masa total de las estrellas, aunque de todas formas la mayoría del helio lo produjo el Big Bang, pero… aparte de ser el segundo elemento más abundante, también es el segundo elemento más ligero en el universo, o sea que es absurdamente fácil que se escape del confinamiento gravitatorio de la Tierra. Sin embargo, es muy abundante en el sol y en Júpiter, principalmente. El sol lo dispara a todo su sistema a través del viento solar, incluso al que más nos interesa, el helio-3, que tiene diversos usos absurdamente útiles. La forma más abundante del helio es la del helio-4, e incluso este es relativamente escaso en la Tierra, así que imaginarás que el helio-3 lo es mucho más.

—No entiendo casi nada. —Hizo una mueca—. Si está en todo el sistema solar, ¿por qué es tan difícil de conseguir? ¿No llega a la tierra por la crisis de enfriamiento?

—No, nunca ha llegado mucho a la Tierra debido a nuestro poderoso doble escudo. —Sonrió, alzando dos dedos—. La atmósfera y el campo magnético. En palabras sencillas: nos protegen del viento solar y de la radiación cósmica. Sin estos dos la vida como la conocemos no podría existir, incluso con esta crisis. Desgraciadamente, también mantiene alejado el valioso helio-3 de nuestra superficie. Pero… esto no es un problema con planetas que no cuentan con estos dos escudos.

—¿Y…?...

—Y, podemos conseguir helio-3 en otros lugares no tan lejanos como Jupiter… —Apuntó el telescopio a otro sitio y Kohaku de inmediato miró, sorprendiéndose al ver que simplemente apuntó a…

—¿La luna? —No había estado esperando eso—. ¿O sea que no es tan difícil de conseguir?

—Bueno, obviamente requiere mucho esfuerzo y dinero, pero es una mejor opción que Marte, Venus o los gigantes gaseosos de Júpiter y Saturno. Llaman al helio-3 el "oro lunar". El problema es, y esto me lleva a tu pregunta original de porqué aún no me he ido, que actualmente en la Tierra con esta crisis el helio se ha vuelto aún más escaso, y las organizaciones se están disputando el uso de las reservas que aún podemos utilizar. Necesitamos helio para el submarino, para las actividades de buceo, y también se tiene contemplado extraer helio de estas exploraciones marítimas. Y además para la segunda fase de exploración y explotación espacial contemplada en el plan de Chrome, donde extraeremos helio-3 y otros materiales de la luna. Necesitamos helio para alcanzar el helio, ¿entiendes el problema, verdad?

—¡Oh! —Bien, no entendía del todo, pero ya más o menos no se sentía tan perdida—. No entiendo porqué, pero el helio tiene muchos usos importantes para el plan de Chrome, ¿no?

—No te haces una idea. —Rió por lo bajo—. Mira a tu alrededor, leona… no por el telescopio, simplemente mira a la ciudad. Mira a todas las casas llenas de personas encerradas a las siete de la tarde, temerosas del frío mortal de este invierno eterno, aunque estemos en primavera. ¿Cuál crees que es el mayor problema de estas personas? Aparte de la crisis de nuestro sol, que es lo obvio.

Kohaku miró a su alrededor, viendo las casas de la gente inocente que luchaba por sobrevivir, con las luces encendidas, probablemente cenando una comida caliente, o bien durmiendo bajo la calefacción.

Hasta ella sabía cuál era el mayor problema que podría tener la gente en la actualidad.

—La energía —contestó sin dudarlo—. Si se fuera la electricidad aunque sea por una noche, una enorme cantidad de personas morirían.

A veces no podía dormir temiendo que la calefacción dejará de funcionar y su sobrinito y su padre corrieran el riesgo de sucumbir al frío…

—Diez billones de puntos para ti. —Senku sonrió tristemente—. Es por esto que elegí el plan de Chrome en la cumbre mundial. Él no solo contempla buscar más alimentos o mejores formas de administrar los recursos y proteger a toda la población que tenemos actualmente, sino que estudió de forma más precisa cómo encontrar helio en el fondo oceánico y fuera de la Tierra, aparte de cómo aprovechar mejor el potencial del helio-3, todo sin malgastar los recursos de supervivencia. En el fondo oceánico, encontrar el helio suficiente para sustentar la exploración espacial. Luego en el espacio tendremos toda una nueva fuente de recursos. También encontró una forma más precisa de encontrar y extraer helio-3 en la luna, y si extraemos lo suficiente, gracias a sus propiedades químicas se puede utilizar como combustible en plantas de energía de fusión nuclear y puede abastecernos de energía por los próximos cinco mil años, si es que logramos mejorar nuestro método de fusión nuclear. Y lo lograremos. —Kohaku se quedó con la mandíbula por los suelos—. Aunque claro que en un principio no podremos traer tanto, pero sí lo suficiente para varios siglos. Tu cuñado es quien realmente podría salvar a la humanidad, aunque lo ayude mucho a pulir sus cálculos y defender su plan ante las grandes organizaciones mundiales, pero él podría ser el que nos saque con vida de esta crisis, a todos nosotros.

Kohaku se quedó con la boca abierta, antes de mirar a la luna con esperanza, sonriendo al pensar que ese idiota marido de su hermana realmente se había esforzado para darle un futuro seguro no solo a su hijo, sino a toda la humanidad.

—Intentaré ya no golpearlo tanto.

Senku se carcajeó, comenzando a guardar el telescopio para luego tomar su mano y arrastrarla a la casa otra vez.

—Ya entremos, me muero de frío.

Fue un mes después que Senku le anunció que ya era momento de que se fuera. Kohaku no se sorprendió, pero esa noche no pudo evitar llorar en sus brazos, sin poder dejar de sentir un deje de tristeza incluso cuando él le hizo el amor con tanta ternura, diciéndole por primera vez directamente un "te amo".

A la mañana siguiente, lo ayudó a hacer sus maletas.

—Hay algo que no entiendo —le dijo mientras lo veía guardar sus miles de planos—. ¿Por qué Chrome va a ir contigo solo diez meses? Creí que la exploración submarina tomaría años…

—Vamos a cruzar todo el Pacífico, pero luego tenemos que maniobrar hasta el otro lado, para ir por el océano Atlántico. No se necesita a toda la tripulación para el tiempo que llevará, y no se espera encontrar mucho en esas costas, así que muchos bajaremos. Chrome volverá a casa, y yo cruzaré a través de México a la siguiente parada del submarino donde retomaremos la parte más difícil de la exploración marítima. Yo estaré otros dos años si tenemos suerte. Entonces comenzará la etapa de la exploración y explotación espacial, y eso me tomará muchos más años.

—Ya veo… —Sonrió con tristeza—. Yo seguiré trabajando por el bien de esta ciudad. Si alguna vez tienes tiempo… me gustaría volver a verte. Pero entenderé si no puedes, nunca me enojaría contigo por estar asegurando el futuro de la humanidad. —Las lágrimas volvieron a llenar sus ojos.

—Lo sé… Pero no significa que no deba hacer el intento. —Posó su mano en su mejilla, secando una lágrima que se le escapó sin darse cuenta—. Si no puedo venir, tal vez te secuestre para llevarte conmigo. —Sonrió traviesamente.

—Eso me gustaría… Pero solo cuando tengas un poco de tiempo. —Se acercó a besarlo—. Estaré bien, sé que tendrás que llamar a Chrome de vez en cuando… y que tendré noticias de ti en la radio… Y con eso es suficiente. —Sonrió contra sus labios—. Nunca voy a olvidarte, Senku.

—Tampoco voy a olvidarte…

Senku se fue al mediodía, para no llegar muy tarde a Tokio.

Chrome se fue con él, pero volvería.

¿Senku alguna vez volvería? Aunque nunca lo hiciera, Kohaku siempre lo amaría.

Y aunque Senku estuviera luchando por obtener ese helio especial para salvar el futuro de toda la humanidad que quedaba en la Tierra, sabía que no la olvidaría tampoco. Sabía que siempre la amaría también.

Y eso era suficiente para Kohaku. Diez billones por ciento más que suficiente.

Fin.

¿O no?

De hecho, esto podría tener una conti xD Probablemente seria la ultima parte, pero ya veremos si la hago o no uwu

Tambien tendría que toparme con un elemento de la tabla periódica que encaje con la trama xP

Me gusta bastante este AU, y aún le queda un par de cosas que contar :'D

Ojalá que les haya gustado! Muchas gracias por todo su apoyo y no olviden que se les ama!~ ❤

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

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