Fermio
Día uno .
Kohaku llegó al laboratorio de Ishigami Senku con una mirada decidida en sus ojos azules.
Él estaba en el laboratorio de la universidad, trabajando en experimentos complejos que la mayoría de la gente no entendería ni un poco.
La verdad… Kohaku no estaba del todo segura qué estaba haciendo allí.
Era una especie de reto.
Conviértete en novia de Ishigami Senku por una semana y si al final de esa semana él quería mantener la relación, ganarías todo el dinero de las apuestas que decían que él jamás aceptaría.
Todas las semanas después de que una nueva chica pidiera la oportunidad de ser su novia, las apuestas se disparaban en la universidad de Tokio, todo orquestado por el multimillonario Nanami Ryusui, que siempre apostaba miles y miles de yenes a que Senku aceptaría a la chica. Eso mantenía vivas las apuestas ya que eran muy pocos los que apostaban a favor de la chica. La mayoría apostaba a que Senku rechazaría a cualquiera.
Y, si esta chica llegara a ganar, ella se quedaría con la mayor parte de todo ese dinero que apostaban en su contra.
Kohaku quería el dinero, claro, pero más que nada ahora estaba allí por simple y mera curiosidad.
Sabía que Ishigami Senku había rechazado a las chicas más bonitas de la universidad e incluso de la ciudad. Toda clase de mujeres seguras de sí mismas, seductoras y confiadas habían salido con él por una semana, pero ninguna había logrado que él quisiera continuar con la relación luego.
Todo empezó por una extranjera llamada Luna que de algún modo lo convenció de ser su novio por un tiempo, a lo que la apuestas comenzaron y varios ganaron bastante dinero porque muchos habían creído que ni el insensible científico no podría resistirse a los encantos de la extranjera. Solo fue cuestión de una semana para que rompieran.
Entonces una tal Amaryllis, escuchando los rumores de que Senku era imposible de conquistar, sintió curiosidad y le pidió salir también. Senku no iba a aceptar, pero Ryusui lo convenció diciendo que la mayor parte de lo que apostarán en contra de la chica se iría a su bolsillo.
Entonces comenzó todo.
Chica tras chica, todas las semanas una era rechazada por el genio de la universidad. A veces ni siquiera completaban la semana que él les dio, y eso que era solo una semana de cinco días, sin contar los fines de semana.
Después de varios meses y de que Ishigami Senku rechazara a las super modelos Ruby, Sapphire y Garnet en el espacio de tres semanas, Kohaku empezó a sentir mucha curiosidad.
Senku era amigo del novio de su hermana, y por lo que escuchaba de Chrome no era un mal tipo. Y le causaba mucha curiosidad un tipo de veinte años que aparentemente no tenía ningún interés en relaciones amorosas.
Y, en contra de su mejor juicio, ese martes después de descubrir que la última que lo había intentado se hartó y rompió con él en tan solo un día, Kohaku se dirigió al laboratorio casi inconscientemente.
Y ahora estaba allí, viéndolo sumergido en su computadora portátil junto a una máquina de apariencia muy extraña.
—¿Y bien? —Finalmente dejó de teclear y la miró con completo desinterés—. Si vas a pedirme salir que sea ahora o bien vete.
Kohaku frunció el ceño.
Él no parecía el tipo agradable del que Chrome hablaba tan bien…
—Ja, solo no quería interrumpir. —Cruzó los brazos—. Por lo que sé, esa máquina extraña junto a ti podría volar toda la ciudad.
—Entonces no sabes mucho. —Rió entre dientes—. Solo es un acelerador de partículas… las probabilidades de que destruya la ciudad o la Tierra son tan absurdamente bajas que realmente ni siquiera vale la pena tenerlas en cuenta.
—¡¿Destruir la Tierra?! —Casi se va de espaldas.
—Te dije que las probabilidades son risibles. —La miró con condescendencia—. Te conozco, eres hermana de la novia de Chrome. ¿También te prestarás a esta ridiculez? —Hurgó en su oído, luciendo aburrido de la vida.
—Ja, ni yo sé por qué lo hago —admitió sin pena—. Supongo que me das curiosidad.
—No eres la primera que lo hace por curiosidad. —Encogió los hombros con una sonrisa despreocupada—. Muy bien entonces. Te daré… 100 horas.
—¿Disculpa? —Alzó una ceja—. Creí que era una semana.
—Solía serlo hasta que me aburri de tener que lidiar con las más entusiastas. —Bostezó—. Le di menos horas a la que se me confesó ayer, fue uno de los factores que la instó a terminar tan rápido. Ya que estoy trabajando con el fermio, número 100 en la tabla periódica, te daré 100 horas. Tómalo o déjalo. —Volvió a teclear en su computadora.
Ella hizo una mueca.
Bueno… no es como que realmente planeara ganar ni nada. Solo que le parecía que esto podría ser interesante. Tal vez mañana cambiaría de opinión, así que daba igual.
—Muy bien. —Asintió—. Entonces… ¿ya somos novios?
—Tengo solo tres reglas. —Dejó su computadora de lado por un momento—. No me beses. No me digas que me amas. Y por todos los cielos no te quites la ropa. —Se frotó las sienes.
Ella alzó una ceja.
—Esas son reglas extrañas. ¿Malas experiencias, verdad? —No pudo evitar sonreír divertida.
—A pesar de que esto es una buena fuente de ingresos, solo planeó seguir prestándome a este absurdo un par de meses más antes de finalmente mandar a todos a la mierda. —Rascó su oído con fastidio.
—Ja, ya desearía yo que me pagaran por rechazar a la gente. Aunque entiendo que esto debe ser cansado para ti. —Volteó hacia la máquina extraña que él llamó "acelerador de partículas". No tenía ni idea de cómo funcionaba pero seguro que requería habilidad—. ¿No estoy interrumpiendo ningún experimento importante, verdad? ¿Debería irme ahora?
—Nah, solo estaba produciendo pequeñas cantidades de fermio para probar el proceso de radioactividad inducida.
—Aunque ya dijiste que es un elemento de la tabla periódica, nunca había escuchado de él. —Hizo una mueca—. Aunque… es probablemente por estas cosas que no me iba muy bien en química y esas cosas. —Rió nerviosamente.
—Veo que la ciencia no es lo tuyo. —Volvió a bostezar.
—¡Definitivamente no! —admitió sin pena—. ¡Lo mío es el kendo! ¡Aunque estoy estudiando criminalística y se me dificulta mucho dedicarle tanto tiempo como cuando iba en preparatoria!
—La criminalística también requiere de mucha ciencia. —Volvió a su computadora.
—Lo sé, y es lo que más me cuesta, pero me estoy esforzando. —Sonrió decidida—. Decidí qué es lo que quiero hacer con mi vida y he estado dando todo de mí por lograr esa meta, paso a paso, ¡porque es algo por lo que realmente creo! —Miró soñadoramente al techo, inconsciente de que la mirada de Senku había regresado a ella cuando no pudo evitar emocionarse y alzó la voz.
—Veo que eres una leona muy decidida… —Sonrió ladinamente.
—¡¿Leona?! —Se crispó con indignación—. ¡Tengo sentimientos! Cuida como me hablas o puede que eso te cause problemas. —Alzó un puño de forma amenazante—. Y mi nombre es Kohaku, por cierto.
—Sí, sí, lo que digas. —Bostezó—. Escucha, ahora que saldremos durante 100 horas, te pondré las mismas condiciones que a las otras chicas. Las tres reglas son inquebrantables o terminamos. Voy a salir contigo cuando me lo pidas y a donde tú quieras mientras no sea en mis horas de laboratorio. Voy a prestar atención a lo que me digas aunque no te prometo que me importe o me interese siquiera un poco. Puedes invitarme a tu casa pero no olvides las malditas reglas. —Rodó los ojos, seguramente recordando experiencias pasadas—. Y no pienso gastar un centavo en esto, si quieres llevarme a algún restaurante o algo así tú pagas.
—Eres el novio soñado, ¿eh? —Rió sarcásticamente—. Si tú puedes poner reglas, ¿puedo poner mis reglas?
Él alzó una ceja.
—Ok, esto si es nuevo. —Rió entre dientes—. Pero adelante, mientras sean razonables.
—Bueno, no sé si tú seas esa clase de chicos pero por citas anteriores solo quiero dejar en claro que: No quiero que me digan cómo vestirme. No puedes tocarme ni tratar de levantar mi falda. Si no te gusta a dónde quiera invitarte dilo, no estés con cara de amargado todo el tiempo. Soy muy sincera así que si digo algo que te ofenda dime y me disculparé o bien simplemente terminamos de una vez. —Encogió los hombros—. Solo estoy haciendo esto por curiosidad, realmente me da igual.
Él agrandó levemente su sonrisa.
—¿Y qué hay del dinero? Es una gran cantidad la que ganarías si me hicieras perder.
—No creo ganar, no veo posible que vaya a gustarte en solo cien horas. —Rió divertida—. Además, ¿realmente querrías estar con una chica que ganó miles de yenes por ser tu novia?
La sonrisa de Senku se deshizo y él llevó una mano a su nuca, con una mueca pensativa.
—Esa es una buena pregunta… Pero no es como que quiera una novia y menos por este estúpido juego de Ryusui. —Volvió a reír—. Muy bien, y dime ¿cuándo quieres tu primera cita? Tus cien horas ya han empezado.
—Mmm… supongo que puedo permitirme ir a una cafetería cerca de aquí en la tarde. —Diablos, debería haber pensado en su presupuesto antes de lanzarse a jugar este "juego estúpido".
Él rió entre dientes.
—Muy bien entonces. Saldré del laboratorio a las cinco, sé que es tarde pero necesito…
—De hecho, mi entrenamiento acaba a las seis. ¿Puede ser a las seis y cuarto? También debo ducharme y eso.
Él alzó una ceja.
—Claro, de hecho me encantaría quedarme más tiempo en el laboratorio. —Sonrió emocionado—. Aunque debo decir… que me sorprende que entrenes hasta esa hora. ¿Kendo, verdad?
—¡Sí, y es que realmente me encanta! —Sonrió de forma resplandeciente—. Y aunque me guste ser fuerte, no es solo una cuestión de fuerza. ¡Es todo un modo de vida! Siempre que tengo un mal día no hay nada que me haga sentir mejor que entrenar con mi espada. —Sus ojos brillaron.
Ella siguió hablando, contándole respecto a su entrenamiento y los grados Dan. Y le impresionó que, aunque no tenía nada que ver con ciencia, Senku aún así pareció genuinamente interesado en lo que estaba diciéndole. Le hizo preguntas y alabó su entusiasmo, hasta le dio algunos datos históricos interesantes sobre samuráis famosos y sus técnicas.
Solo cuando su amiga Kirisame le mandó un mensaje, Kohaku se quedó con la boca abierta al darse cuenta de que ya iba a empezar su próxima clase y había pasado casi una hora hablando con Ishigami Senku.
Rápidamente se disculpó con Senku y le dijo que ya debía irse a clases y que volvería a su laboratorio a las seis y cuarto para su cita.
Y mientras se iba del laboratorio, se sorprendió al darse cuenta de lo mucho que deseaba volver a encontrarse con él para continuar hablando.
Parecía que Chrome si tenía razón después de todo. Senku era un chico realmente genial.
Después de que la chica se fuera, Senku volvió a examinar sus datos obtenidos con la experimentación del fermio, pero no pudo concentrarse del todo en ello.
Por alguna razón… estaba presintiendo que se arrepentiría de haberle dado solo 100 horas a esa chica.
Había pasado tan solo una hora con ella y ya era la persona más interesante que había conocido en años… aunque no es como que la viera como un posible interés romántico, claro que no.
Bueno, si seguía siendo tan absurdamente interesante y agradable después de esos cuatro días, tal vez pudieran seguir siendo amigos.
La idea lo hizo sonreír.
Esa tarde a las seis con veinte minutos, Senku terminó de guardar todo en el laboratorio y salió para esperar a su "novia de la semana".
Parecía que la leona no era muy puntual. Eso ya la estaba haciendo perder puntos… no es que estuviera ansioso por verla.
Al mirar a los alrededores, alzó una ceja al ver una pequeña multitud rodeando algo no muy lejos del laboratorio.
Frunció el ceño y decidió acercarse a mirar por las dudas de que alguien necesitara primeros auxilios.
Apartó un par de hombros y, cuando finalmente vio lo que estaba en medio de la multitud, sus ojos se ampliaron.
Era Kohaku, sometiendo a un tipo del doble de su tamaño con una llave de lucha. Y aunque eso era impresionante, Senku se fijó más en el cuchillo incrustado en su pierna, que estaba sangrando en cantidades si bien no letales aún alarmantes.
Rápidamente preguntó si llamaron a una ambulancia y alguien le contestó que llamaron a la policía, a lo que Senku chasqueó la lengua y llamó también a una ambulancia, antes de dirigirse hacia la chica.
—¿Qué se supone que estás haciendo? —preguntó con las manos en la cintura y una ceja en alto.
—Este hijo de puta estaba queriendo llevarse a rastras a una chica. Lo enfrente y me amenazó con el cuchillo. Estoy esperando a que venga la policía —informó con el ceño fruncido, antes de mirarlo con una sonrisa culpable—. ¿Podemos retrasar nuestra cita para la noche? Seguramente quieran llevarme a dar declaración.
—Olvídate de la cita, necesitas ir a un hospital a que examinen eso. —Se arrodilló junto a ella y observó la herida, ignorando la forma en la que el tipo no dejaba de retorcerse y gruñir. Kohaku parecía muy tranquila, así que claramente no iba a escaparse—. ¿Quién sabe dónde estuvo antes este cuchillo? Además necesitan retirarlo y cuidar la herida meticulosamente, el cuchillo está muy cerca de una vena.
—Oh. —Solo entonces pareció preocupada—. Rayos, mi hermana se va a preocupar. —Senku no pudo evitar reírse.
¿Eso era lo que le preocupaba?
Era absurdo lo fascinante que era esta chica.
Una vez llegó la policía, se llevaron al tipo y a la chica a la que había maltratado, y le dijeron a Kohaku que irían a tomar su declaración al hospital.
Cuando la ambulancia llegó, la gente ya había empezado a dispersarse, pero mientras subían a Kohaku a una camilla un tipo tomó el hombro de Senku.
—Tu novia es genial, amigo —le dijo—. Eres muy afortunado.
—Gracias. —No se molestó en contradecirlo, porque tenía razón.
Ella era técnicamente su novia, aunque fuera por un juego estúpido y solo por 100 horas. Y ella definitivamente era diez billones por ciento genial.
La acompañó al hospital y estuvo con ella mientras trataban su herida y esperando a que su padre y hermana vinieran por ella.
Estuvo solo una hora, pero cuando finalmente su padre y hermana llegaron, le sonrió y decidió despedirse de una vez.
—Fue una cita muy interesante. Diez billones de puntos para ti. —Rió mientras se dirigía a la puerta, solo pudiendo reír más al ver su cara sorprendida.
Definitivamente se iba a arrepentir por darle solo 100 horas.
Fin.
¿O no?
Pues nop! Esta historia continuará en el siguiente fic del reto Tabla Periódica! xD
Ya que el pinchi Fermio y el pinchi Flerovio (pinchi nombre raro) son elementos sintéticos inútiles ò.ó decidí que voy a hacerlos a los dos en la misma historia para darles algo de especial XD
Los elementos sintéticos son mi peor enemigo x'D Me hacen doler mucho mi cabecita al pensar en tramas... pero no me dejaré vencer ùwú
Ya con este fic me faltan solo 80 fanfics más para completar los 118, vamos que se puede WUUUUUUUUUU! *O*
Falta casi nada :v Jajaja XDD
Gracias por todo su apoyo! No olviden que los amo!~
Me despido!
CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro