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Darmstadtio

El paisaje a su alrededor era muy bello. Flores blancas, rojas, naranjas y rosas se veían por doquier, repartidas en forma ordenada junto a los caminos o colgando de los árboles. Todo un espectáculo colorido para la vista de Senku y Kohaku, que a pesar de estar paseando por un sitio tan hermoso no podían quitar sus expresiones de pesar.

—Senku, este lugar es hermoso… pero todavía no creo que debas estar tan relajado. —Le frunció el ceño—. Podrían habernos seguido.

Él finalmente abandonó su expresión seria para mirarla con incredulidad.

—Claro que no nos siguieron. Ya estaría muerto. —Rodó los ojos—. Pero si el parque Rosenhöhe no sirve para relajarte entonces vamos al museo estatal de Hesse. Eso me relajará a mí. —Rió.

—Y si estás tan seguro de que no nos han seguido ¿por qué necesitas relajarte? —preguntó acusadoramente.

—¿Tal vez porque un psicópata quiere matarme y tuve que abandonar mi país y fingir mi suicidio dejando atrás a mi familia devastada?

Kohaku se congeló.

—Claro… Lo siento. —Bajó la cabeza, avergonzada.

—Descuida. —Rió entre dientes—. Estamos en la misma situación. Cuando dijiste que vendrías conmigo tuvimos que fingir tu muerte también.

—Sí, pero mi hermana sabe que no es cierto —señaló tristemente—. Tu familia debe estar sufriendo mucho, Senku.

—No te preocupes por ellos. Es mejor así, de ese modo no irán tras ellos si llegan a sospechar.

—Supongo… —Seguía siendo triste, pero Senku no era de los que se deprimían—. Entonces… ¿vamos a ese museo? —intentó mejorar el ánimo.

Pero él negó con la cabeza.

—De hecho, estoy bastante cansado por el viaje. Lo mejor será encontrar un hotel para descansar.

—Ah, claro. —Retorció nerviosamente la correa de su bolso—. Empezaré a buscar un trabajo esta tarde…

—Mejor mañana. Tampoco es que hayamos traído poco dinero. —Bostezó—. Además solo dormiste una hora en el avión y has pasado muchos días sin una buena siesta. Tranquilízate un poco, ya estoy fuera de peligro aquí en Darmstadt.

—Por cierto, ¿por qué de todos los lugares a los que podríamos haber ido elegiste Alemania? —preguntó con curiosidad—. ¿Y por qué esta ciudad?

—Darmstadtio.

—¿Eh?...

—Número atómico 110. Símbolo Ds. Es transactínido o también llamado superpesado y fue descubierto justamente en esta ciudad, por eso su nombre. —Sonrió ladinamente—. ¿No es emocionante?

Kohaku lo miró en un silencio incrédulo por largo rato.

—¿Elegiste nuestro escondite del cual depende tu vida… por un elemento de la tabla periódica?...

—Sí, el darmstadtio. —Asintió felizmente.

Kohaku se contuvo de rodar los ojos.

Honestamente, este tipo de cosas ya no deberían sorprenderle de él después de tantos años como su fiel guardaespaldas y amiga.

Después de ver varios hoteles cercanos en internet, encontraron uno bueno y no tan ridículamente caro cercano y se dirigieron allí.

—¿Cuál era mi nombre falso? —No recordaba lo que decía la identificación falsificada.

—Tú te llamas Angelika y yo Albert, como Einstein. —Rió como un loco, haciendo que gotitas se deslizaran por la frente de su acompañante—. Nuestro apellido es Neumann, por cierto.

—De acuerdo, no lo olvidaré. —Asintió solemnemente, antes de tensarse en su sitio—. Espera… ¿has dicho "nuestro apellido"?...

—Sí, eso dije —contestó como si nada.

Ella no dijo nada, pero lo observó con el rostro enrojecido. ¿Acaso eso significaba que…?...

Llegaron al hotel y fueron recibidos por una bonita recepcionista de cabello castaño claro bien peinado.

Guten Tag —saludó Senku y Kohaku rápidamente lo imitó aunque no tenía ni idea de qué hablaba.

—Guten Tag —La mujer asintió, pero luego los miró fijamente—. Ustedes… ¿son japoneses? —habló en perfecto japonés.

Eso los tomó por sorpresa, a lo que la mujer aclaró que recibían muchos turistas y hablaba varios idiomas.

—Medio japoneses. Padre alemán, madre japonesa —mintió Senku con una sonrisa cortés—. Mi hermana y yo estaremos aquí por unos días. —Al escuchar eso, Kohaku se quedó helada—. ¿Tiene una habitación de dos camas disponible?

La mujer asintió, pero Kohaku dejó de escucharlos.

¿Hermana?... Ese bastardo… ¡¿acababa de presentarla como su hermana?!

Kohaku sintió una profunda indignación recorrerla y la ira brotar desde lo más profundo.

Recorría el mundo a su lado, lo seguía hasta los lugares más inesperados y estaba dispuesta a dejar todo atrás solo por él… ¡¿y la presentaba como simplemente su maldita hermana?!

Cuando llegaron a su nueva habitación, Kohaku arrojó su bolso y su mochila descuidadamente al piso y se sentó malhumorada en su cama, llamando la atención de Senku.

—¿Y ahora qué te pasa?

Ella lo miró venenosamente.

—Oh, nada… Onii-chan.

Él se estremeció.

—No me llames así. —Frunció el ceño—. ¿Estás loca o qué?

—Podría preguntarte lo mismo. —Se cruzó de brazos—. ¿Qué diablos fue eso? ¡¿Por qué dijiste que éramos hermanos?!

—Simplemente creí que era una buena coartada. —Encogió los hombros—. ¿Acaso te molesta?

—¡Sí! —gritó sin pensar, antes de morderse la lengua y mirar a otro lado—. Solo es… raro. No nos parecemos en nada y yo no sé alemán y ni siquiera me dijiste mucho de nuestra coartada y solo… me preocupa que nos descubran… por tu seguridad. —Se cruzó de brazos.

—¿Oh? —Alzó las cejas, mirándola sospechosamente mientras hurgaba en su oído con el meñique—. ¿Segura qué es solo eso lo que te molesta?

—¿Qué clase de pregunta es esa? —Alzó una ceja—. Por supuesto que estoy segura… ¿Qué otra cosa habría de molestarme? Hemos sido amigos durante muchos años, es normal que me veas como una hermana, solo que a mí se me hace raro y no creo que… —Fue interrumpida por los labios de Senku repentinamente sobre los suyos.

En algún momento de su perorata él se había sentado a su lado en la cama, y ahora su boca la estaba haciendo perder la cordura mientras la besaba con una pasión que nunca habría esperado de él, haciéndola temblar cuando sus manos comenzaron a acariciar su cintura y sus piernas.

Estaba demasiado sorprendida como para hacer nada más que derretirse bajo su toque, pero cuando él la recostó en la cama y comenzó a besar su cuello, ella reaccionó y de inmediato sintió la felicidad invadirla e instarla a quitarle la camisa desesperadamente, tocándolo lo más posible en el proceso.

Fue así que la recepcionista de antes los encontró cuando abrió la puerta después de tocar varias veces sin que ellos respondieran, diciendo que se habían olvidado sus documentos.

Al verlos, la pobre mujer de inmediato gritó horrorizada.

Kohaku apartó a Senku de una patada un poco demasiado bruscamente, sonrojada, jadeante y con su vestido prácticamente enredado en su cintura.

—¡N-no es lo que parece! —gritó avergonzada mientras acomodaba su ropa apresuradamente.

—E-entonces los japoneses si que tienen muy normalizado el incesto ¿eh?... —Se veía muy pálida—. C-como lo siento… Dejaré esto aquí… —Dejó los documentos en una mesilla cercana y se dio media vuelta para irse.

—Espere. —Una vez recuperó el aliento, Senku habló—. ¿De qué tonterías de incesto habla? Uno no entra así a la habitación de un matrimonio y los acusa de ese tipo de cosas…

—¿Matrimonio? —preguntaron ambas, confundidas.

—Usted la llamó su Imōto —señaló acusadoramente.

—Lo cual significa que ella es Meine Frau. —Sonrió orgullosamente, antes de mirar con petulancia a la mujer—. ¿Quién le enseñó japonés? Tiene varias cosas que corregir.

La recepcionista se quedó en silencio, antes de sonrojarse y bajar la cabeza.

—Lo siento muchísimo. Me iré ahora… —Rápidamente se marchó de allí, dejándolos solos.

Kohaku miró confundida a Senku.

—¿Qué fue lo que le dijiste? —No había entendido del todo.

—Lo importante es que ya no pensará nada extraño. —Encogió los hombros—. ¿Te apetece ir a ese museo ahora? O tal vez a la universidad dónde se descubrió el darmstadtio… ya que eso definitivamente mató el estado de ánimo. —Demasiado avergonzada como para decirle que en realidad quería continuar, ella asintió repetidamente—. Excelente, así de paso compramos condones. Siendo fugitivos realmente no es buen momento para mocosos. —Rió maliciosamente.

Ella se sonrojó hasta las orejas.

—¡CÁLLATE, SENKU!

Fin.

Holaaaaaa :D

Aclaración: Senku le mintió a la recepcionista en ya se imaginaran qué UwU

Me pregunto qué le habrá dicho... una pena el no saber alemán ;D

No olviden que los amo! :3

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

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