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Californio

Después de semanas en guerra contra el Dr. Xeno en Estados Unidos, finalmente Senku y su equipo lograron llegar a un acuerdo con los norteamericanos para vencer a la amenaza mayor, el hombre del Why, y ahora estaban contemplando los términos de su alianza antes de que volvieran a Japón o bien comenzarán con los planes para la construcción del cohete que sería su único medio para alcanzar al enemigo que amenazaba a toda la humanidad.

En fin, el punto era que finalmente podían pasearse por Estados Unidos sin que alguien quisiera matarlos todo el tiempo, y después de unas semanas tan agitadas Senku por una vez decidió que su tripulación merecía un poco de tiempo libre para relajarse. Y Ryusui rápidamente se ofreció de guía para contarles las maravillas de lo que hace miles de años fue la gran ciudad de San Francisco.

Mientras los aldeanos se maravillaban intentando imaginar lo que el capitán intentaba explicar de la mejor forma posible y los japoneses de la era moderna que nunca habían viajado a ese lugar sentían anhelo por el pasado, Senku estaba pasando por uno de los peores momentos de su vida.

Verán… había una nueva adición a su tripulación.

Creanlo o no, resulta que ahora tenía una novia.

Por alguna razón, una espía del enemigo lo encontró atractivo y, a cambio de salvar su vida con sus escasos conocimientos en medicina cuando fue herido por una bala, ella le pidió que fuera su novio. Y Senku solo le dijo que sí para mantenerla contenta y que lo curará de la forma más eficiente posible. Era lo lógico.

Y, a lo largo de las semanas, honestamente hasta se había olvidado que tenía una novia ahora. Y por lo tanto no había surgido la oportunidad de terminar con ella como tenía planeado.

Aunque ahora mismo parece ser el momento perfecto, pensó mientras Luna se pegaba a su brazo, chillando acerca de las aventuras que había tenido en su adolescencia durante unas vacaciones en San Francisco.

No muy lejos de ellos, Senku podía sentir el aura oscura del guardaespaldas y el chofer de Luna, que aparentemente eran sus fieles lamebotas y lo odiaban con pasión pero en silencio.

Honestamente ya estaba harto de esta situación, pero no quería terminar con la chica en frente de todos porque: A) no quería lidiar con reclamos y lágrimas frente a una multitud ahora mismo; y B) tenía el presentimiento de que los lamebotas de Luna estaban esperando por una excusa para molerlo a golpes en la primera oportunidad que se presentara y seguía delicado por sus heridas.

Así que, al menos por ahora, tenía que soportar este noviazgo por conveniencia un poco más.

Después de un breve paseo en barco por las costas de San Francisco, Ryusui siguió su curso hacia el noreste, señalando algunas cosas interesantes a los interesados aldeanos y japoneses totalmente desconocedores de las costas americanas.

-¡Y allí solía estar Treasure Island! ¡Era una isla artificial, creada por el ser humano! Aunque muy pequeña, no me extraña que ya se haya hundido.- rió escandalosamente mientras todos observaban asombrados la zona que había señalado.

-¿D-de verdad el ser humano en el siglo XXI hasta podía crear islas por sí mismo? ¡Eso es increíble!- Chrome no cabía en sí mismo de la emoción.

Senku aprovechó la oportunidad para zafarse de Luna y acercarse sonriente a donde Chrome miraba hacia el mar junto a Kohaku y Suika.

-En realidad las islas artificiales no son ningún invento del siglo XXI, datan desde la prehistoria.- informó entre risas al ver los rostros sorprendidos de absolutamente todos. —Claro que no eran tan grandes como Treasure Island, pero el ser humano siempre ha construido su propio suelo donde no lo había, y con la ciencia avanzando sus alcances llegaron a grandes proporciones. Aunque traían su impacto negativo en el medio ambiente…-

-¡Increíble!- Chrome seguía sin bajar de su nube.

-¿Qué significa "Treasure Island"?- preguntó Suika con curiosidad.

-Es el nombre que le dieron a la isla basada en un libro famoso, creo. Pero significa isla del tesoro.- al decir eso, pudo sentir la mirada de Kohaku en su perfil, pero al voltear a verla de reojo solo la encontró mirando hacia el frente, hacia el océano.

Ahogó un suspiro.

Si mal no recordaba, la última vez que tuvo un tiempo a solas con Kohaku fue en la isla donde habían aterrizado los astronautas, una isla a la que él bautizó como isla del tesoro.

Luego de irse de allí estuvieron muy ocupados, y desde que todas las cosas se habían calmado entre ellos y sus enemigos, Kohaku había estado un poco distante.

En realidad era un cambio muy sutil, no es que ella lo evitará ni nada, solo que… Agh, realmente no tenía tiempo para pensar en esto. Mañana se reuniría con Xeno así que debía planear bien todas sus posibles respuestas a las estrategias que propondría. Tenía mucho en lo que pensar como para perder tiempo pensando en cosas irrelevantes.

-¡Y allí en el este pueden apreciar las costas de la ciudad de Berkeley! ¡Conocida por sus playas, grandes construcciones y bellos paisajes! Mi padre me obligó a ir a un museo allí, y debo admitir que no estuvo tan mal.- Ryusui siguió narrando alegremente mientras navegaba por la bahía de San Francisco.

-Oh, Berkeley.- bien, tal vez podría permitirse un poco más de pensamientos irrelevantes. —Una ciudad muy famosa, deberíamos ir allí para explorar un poco.-

-¡JAJA! ¡Ya veo, Senku!- Ryusui chasqueó los dedos con una gran sonrisa. -¡Hasta tú te has enamorado de los bellos paisajes de Berkeley y sus playas! ¡Parece que también tienes el corazón de un aventurero después de todo!-

-Sí, sí, lo que digas.- hurgó en su oído. —En la universidad de California ubicada en la ciudad de Berkeley se descubrió por primera vez el llamado Californio, es el elemento más pesado que se produce en la Tierra de forma natural y es una fuente de neutrones absurdamente eficiente. ¡En estas tierras se hizo historia en la química!- sus ojos brillaron mientras observaba las costas de Berkeley.

Todos, menos Chrome, lo observaron con gotitas bajando por sus frentes.

-Eh, Senku-chan…- Gen lo miró con una sonrisa resignada. —Solo tú piensas en este tipo de cosas estando en California…-

Antes de que nadie pudiera decir nada, Francois terminó de traducir casi todo lo dicho a Luna y ella de inmediato se lanzó a abrazarse a un brazo de Senku.

-¡Oh, Berkeley! ¡Es un sitio tan romántico! ¡Gran idea el ir allí!- habló en inglés, siendo entendida solo por unos pocos miembros de la tripulación y sus acompañantes.

-¿Has estado en Berkeley también, señorita Luna?- preguntó Ryusui amablemente, hablando en inglés también.

-¡Sí! De hecho, tuve un par de citas con un ciudadano de Berkeley, aunque no duramos mucho pero él me enseñó su romántica tradición.- sus mejillas se sonrojaron mientras se pegaba más a un increíblemente fastidiado Senku.

-Oh~ ¿Y de qué se trataba?- Gen la observó con interés.

-¿No la conocen? ¡Me dijo que era muy famosa! Dicen que sí te sientas en las costas de Berkeley, justo en la orilla, y ves el atardecer junto a la persona que te gusta, se quedarán juntos para siempre.- suspiró ilusionada mientras pegaba su mejilla contra la de un todavía más irritado Senku.

-Eh…- Gen la miró con una sonrisa condescendiente. —Lo siento por decirlo, pero lo más probable es que ese chico solo haya dicho eso para coquetear más contigo, señorita Luna…-

-Oh.- su burbuja de ensueño se rompió por un momento, pero de inmediato volvió a sonreír soñadoramente mientras se abrazaba esta vez al cuello de Senku. -¡Bueno, de todos modos fue muy romántico, así que quiero ir allí con mi querido novio!-

Estuvieron varias horas jugando en las playas de lo que alguna vez fue la gran ciudad de Berkeley, divirtiéndose a pesar de que ya hacía un frío considerable desde hace unos cuantos días, y al final encontraron unos ciervos y decidieron que se quedarían allí a organizar una barbacoa y ya mañana volverían a la ciudad de Sacramento donde estaba el castillo de Xeno.

En algún momento del día, Senku se escapó de Luna para hablar sobre ciencia con Chrome, pero al atardecer ella logró encontrarlo y arrastrarlo hacia la playa, aunque solo se sentaron allí durante unos minutos y, justo antes de que Senku se decidiera a terminar la relación de una vez, los lambiscones los interrumpieron y él pudo volver a escaparse.

Luna acabó decepcionada. Sabía que Senku no estaba realmente interesado en ella, pero se había decidido a intentar conquistarlo porque, después de todo, ella era una chica muy capaz.

Todavía tenía una oportunidad con Senku, solo tenía que seguir intentando.

Esa noche Senku no pudo dormir mucho. Se levantó a altas horas de la madrugada, todavía planeando sus estrategias y respuestas a posibles soluciones que Xeno quisiera ofrecer.

Al salir de su litera, sus ojos inconscientemente buscaron la litera de Kohaku y se sorprendió al no encontrarla en su cama.

Salió del barco hasta tierra y no tardó mucho en encontrar a Kohaku, sentada sobre la arena, mirando hacia el mar.

Ella no volteó, pero él sabía que lo había notado.

Sonrió suavemente, sentándose a su lado sin decir nada.

Permanecieron en silencio un buen rato antes de que ella, todavía sin mirarlo, se dispusiera a hablar.

-¿Qué te trae por aquí?-

Senku no se molestó en sofocar su risa.

Esto le estaba recordando demasiado a la noche que pasaron juntos en la isla del tesoro poco antes de marcharse. Excepto que esta vez ella no le sonreía.

Bueno, tendría que hacer algo al respecto.

-Solo daba un pequeño paseo nocturno, pero te vi aquí tan interesada en el paisaje que pensé que te interesaría saber lo más interesante acerca de California.-

-¿El californio?- alzó las cejas.

-Exacto, diez billones de puntos para ti.- rió por lo bajo. —Bueno, sin duda es lo más interesante para mí… pero en realidad hay mucho que decir sobre California. Por ejemplo, solía existir una ciudad llamada Los Ángeles aquí, y en esa ciudad se encontraba Hollywood, un símbolo de la industria del entretenimiento. ¿Recuerdas que te habló sobre las películas, las imágenes en movimiento?-

-En realidad me cuesta imaginarme algo así.- abrió mucho los ojos, pero se notaba claramente interesada.

Y Senku le contó sus películas favoritas sacadas de Hollywood, en especial aquellas que habían causado furor por sus efectos especiales. Aunque no era un gran fanatico de la gran mayoría de productos de entretenimiento familiar que solía sacar Estados Unidos, sí era un gran fan de sus grandes producciones y los efectos visuales y de sonido.

Le explicó todo a Kohaku lo mejor que pudo, sintiéndose recompensado cada vez que veía una sonrisa iluminar su rostro.

Sin embargo, a la llegada del amanecer, ambos guardaron silencio y contemplaron la salida del sol sin decir nada, muy a gusto en compañía del otro, hasta que finalmente Senku decidió cambiar de tema a las maravillas del californio y Kohaku acabó dormida al poco tiempo, abrumada por tanta información que no entendía.

Él no se quejó, simplemente la dejó reposar sobre su hombro… al menos por unos momentos.

A lo lejos, Luna los observó con rostro triste.

Como no dormían en el barco, ella, Carlos y Max se habían quedado en una tienda afuera junto a otros que se emborracharon y se quedaron tendidos por allí, y Luna se había despertado al escuchar a Senku pasar cerca de allí.

Después de arreglarse un poco el cabello, quiso acercarse a él para pasar un tiempo a solas, pero en su lugar se quedó paralizada al verlo sentarse junto a esa chica bonita que se parecía a la famosa cantante Lillian Weinberg. Y no pudo dejar de observarlos.

Observó que, aunque no entendía para nada lo que decían y aunque no los conocía muy bien, a pesar de que ella inició la conversación, fue Senku el que insistió en seguir hablando. Para Luna fue evidente que Senku quería que esa chica le prestará atención, quería conversar con ella, que lo escuchará y que le sonriera, quería pasar tiempo con ella.

Oh…

Así que nunca tuvo una oportunidad, después de todo.

A pesar de que su corazón le estaba doliendo, sonrió al verlos mirar en silencio el amanecer.

Su ex novio le dijo que los que observaran el atardecer en las costas de Berkeley se quedarían juntos para siempre, pero ellos terminaron a los pocos días.

¿Quién sabe? Sí el atardecer daba fin a las relaciones, tal vez el amanecer les daría inicio.

Fin.

Holaaaaaaa! :D

Este es el fanfic número 18 del Reto Tabla Periodica!

O sea que ya solo me faltan 100 más! WUUUUUUU! OwO

Muy poco, casi nada XD

Hmm, normalmente no me gusta escribir cosas q estén tan pegadas a lo q pasa en la actualidad del manga porq sé q algunos lectores traviesos por aquí todavia no están al día 7u7 Oh, sí, los cache~ ;D

Lean el manga, está bueno xD

Aunque esto no sigue el canon ni nada pero si que dice muchos spoilers xP

Bueno, ojala q les haya gustado el fic! Lo hice especialmente para mi querida amiga Ty~ ella me pidió uno con este tema así q espero q le haya gustado QwQ

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

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