꒰ ⌗ Once ! ꒱
El plan de Seungmin para aminorar el impacto de la traición que los cachorros recibían cada vez que eran dejados en la guardería comenzaba a dar sus frutos. La idea principal se basaba en llevarlos por separado. A primera hora Jaehyun entraba en su sala con una monitora y Seungmin, quien jugaba un poco con él para darle una última vez de comer, debían pasar unos cuantos minutos para que el cachorro ignorase por completo a su padre. Como los trillizos seguían la misma lógica, al cabo de un rato dejaban de prestarle atención al Omega y no sufrían su partida cuando le veían salir por la puerta principal.
Seungmin estaba decepcionado pero aliviado.
Sus hijos lo veían como si fuese solo alimento.
—Ya no quiero traerlos a la guardería... —Murmuró abrazándose al Alfa desde abajo, miedoso por alzar la mirada y encontrarse con los ojos de su pareja preocupados— Me quita un peso de encima que no lloren por mi, pero es feo que no me quieran ni un poquito...
—Ellos te aman, Seungminie. Eres su padre-
—Quieren la leche que les doy porque odian las papillas de verduras...
El vampiro no podía refutarlo, los pequeños no se esforzaban mucho en darle esperanzas al Omega, ninguno de ellos guardaba algo de aprecio por él sino fuese por la lactancia, al finalizar el día se volvían toscos e indiferentes.
—No será así para siempre, ahora solo tienen once meses y lo que más les preocupa es llenar su estómago y jugar entre ellos, puede que no te quieran como su padre pero aprecian tu presencia y cariño, se sienten bien cuando estás presente y, aunque no lo demuestren, les haces falta cuando no estás. Te extrañan y te celan, simplemente son muy pequeños como para expresarlo...
—Tal vez tengas razón pero no puedo dejarlo pasar sin que me afecte... —Escondió su rostro en el cuello del vampiro alzándose de puntitas, sintió como el Alfa ajustaba su agarre para que no cayese— ¿Quieres... —Tomó aire jugueteando con los mechones rizados que le caían detrás de la nuca y alzó un puchero— ¿Quieres tener más cachorros después?
Le escuchó reír nervioso.
—¿Quieres ver si los siguientes les ganan a mis genes vampíricos y salen más humanos que chupasangre? —Seungmin asintió en un sonidito caprichoso— Dudo que algo así se dé, pero si quieres podríamos intentarlo... —Acarició su espalda y finalmente le hizo enrollar sus piernas en su cintura para cargarlo— Es tarde ya... ¿quieres algo de comer antes de dormir?
No escuchó ninguna afirmación y tampoco alguna negación de parte de su pareja, tal vez estaba pensando aún en eso de tener más cachorros cuando Bangchan lo dejó en la encimera de la cocina con sus labios carmines fruncidos en un mohín, no le gustaba del todo ser llevado de un lado a otro de esa manera pero a Bangchan parecía gustarle mucho tenerle en sus brazos.
Le vio elegir entre diferentes tipos de fideos instantáneos y por breves segundos vio los biberones jamás usados por sus crías, habían comprado decenas de ellos cuando les dieron la noticia de los trillizos imaginando ingenuamente que los bebés tomarían la leche desde allí.
Bajó la mirada a sus rodillas pero los pequeños bultitos que tenía como pechos interrumpieron sus pensamientos, de la nada quería suprimir la sensación de desamor de sus hijos por un poco de amor íntimo de parte de su esposo.
—¿Tienes hambre? —Preguntó Seungmin en un tono suave, llegó a rozar la coquetería cuando le atrapó por la cintura una vez regresó al suelo.
—Son casi las dos de la mañana —Le recordó asintiendo con algo de pereza y somnolencia.
—¿Vas a comer solo eso? —Señaló y se hizo un hueco entre el cuerpo del vampiro y la encimera, su espalda pegada al borde frío del mármol, le vio desde allí con falsa inocencia y con las mejillas encendidas.
El vampiro es tímido, mas no estúpido.
—¿Me ofreces algo más a estas horas? —Inquirió.
—Mi leche... —Restregó sus pechos pequeñitos y suaves en los pectorales duros y marcados del vampiro, las mejillas le dolieron de la calentura y su corazón quiso salírsele por la boca cuando su Alfa no refutó ni se avergonzó por sus acciones.
—No me dejaste morder mucho el otro día-
—¡Tienes los colmillos muy grandes! —Bang alzó una ceja— D-Dejaré que... hagas eso... si logras satisfacerme...
Oh.
Las prendas sudadas que fueron arrebatadas a tropezones por Bangchan ahora estaban amontonadas en la encimera de la cocina, había un rastro de unas pocas ropas desde allí hasta el salón principal donde se encontraba la pareja. Pero realmente solo Seungmin estaba desnudo.
Bangchan tenía los ojos cerrados y la boca medió abierta, la punta de su lengua húmeda y suave se deslizaba lenta y tortuosamente por la piel febril del Omega, desde el pezón endurecido hasta delinear un camino que acababa en la boca del otro, asombrado por la corriente de escalofríos que sacudían sus zonas más sensibles. Estaba siendo estimulado de muchas maneras.
El serpenteo de los dedos de Bangchan recorriendo sus muslos poco a poco lograba sacarle suspiros nerviosos que morían al momento de juntar sus bocas, avanzando entre masajes hasta sus glúteos y centrándose en apretar las curvaturas de su cintura únicamente para pegarle más a la dureza de sus pantalones. No podía moverse mucho, Bang era quien decidía si podía rozar sus intimidades, era el que degustaba despacio sus senos sin darle tiempo a gemir con soltura. Pegaba sus labios como si quisiera saborearlos mas no devorarlos, solo apreciando la textura suave que desprendía el sabor dulce de la leche.
Los dientes de conejo atraparon la punta del pezón.
Doloroso.
Jodidamente doloroso para Seungmin.
Bajó su cabeza buscando al conejito de vampiro que había tomado venganza.
Pero no podía molestarte con esos luceros suyos tan oscuros y brillantes, ni fue capaz de aguantarse los gemidos. Si Bangchan no le besaba, no había nada que detuviese esos cortitos jadeos que se colaban entre sus labios.
Una vez más la lengua cálida repasó la punta endurecida, ensalivando despacio, apretando solo un poco la parte inferior del seno.
Dulces gotitas blancas se deslizaron.
Bangchan había estimulado tanto sus senos que ahora chorritos pequeños de leche bajaban por su abdomen hasta caer en la ropa del Alfa.
—¿Así es como lo consiguen ellos? —Preguntó pellizcando la bolita oscurecida, la leche dejó de drenar por la presión— Me gusta... me gusta cómo te haces el desinteresado, me gusta porque ya te has corrido dos veces con solo chuparte las tetas...
Seungmin suspiró sin coraje para discutir.
—S-Sigue...
—Me prometiste poder comer de ti...
—Haz lo que quieras, Bangchan... —Masculló— Pero quiero que me la metas ya...
—Aún no estoy duro... —Saboreó la esencia blanca que de desperdiciaba en la piel morena, apretando más sus senos— Tendrás que hacer algo para usarme, ¿no crees?
Tuvieron que pasar algunos minutos más para que Bangchan dejase de burlarse de Seungmin y de la poca cordura y firmeza que guardaba el Omega cuando sus tetas estaban en la boca del contrario, siendo mordidas, lamidas, apretujadas y besadas. No lo iba a negar, había logrado correrse rápidamente, de forma abundante y con espasmos fortísimos que lo dejaban agotado en el regazo de su Alfa, mismo que negaba su excitación aunque Seungmin sintiera la dureza entre sus glúteos humectados por el sudor y la secreción del lubricante.
Bang sostiene la cabeza de Seungmin con ambas manos, entrelazando sus dedos en sus suaves rizos castaños. Kim no puede moverse libremente, tampoco pudo hacerlo antes, y todo lo que puede hacer es resignarse al hecho de que Bangchan empuja deliberadamente su garganta con movimientos suaves y profundos, casi enseñándole cómo debía tomar su polla correctamente sin hacer uso de sus dientes.
Cada uno de sus nuevos empujones provoca un gemido húmedo que esconde sin querer el placer, ahogado y vibrante en la garganta del Omega que se retuerce un poco entre las piernas del otro buscando oxígeno.
Bangchan se aleja por un momento, solo para escuchar a Seungmin jadeando, buscando aire, y ver los ojos llorosos cuando parpadea y lo mira. Y Bangchan no puede evitar gemir huecamente y empujar su polla de regreso a la boca de Seungmin, haciendo que el chico gimotee suavemente y sus manos se enganchen en sus duros muslos.
Pero no importa qué, Seungmin lo toma muy bien esta vez, dejando que Bangchan use su boca como quiera.
—"Te mereces esto después de haberte lesionado..."
A Seungmin le gusta disfrutar de un orgasmo. Pero lo que realmente ama es el momento después de él, cuando Bangchan todavía golpea despiadadamente en el sofá del salón principal al demasiado sensible Seungmin, quien aún no se ha recuperado por completo del placer que recibió después de haberle complacido degustando sus senos.
De hecho, esta es su parte favorita en el sexo. Y sobre todo el sexo con Bangchan, porque nadie puede follárselo ni la mitad de bien que él y nadie podría llegar a igual la mueca inocente que mantiene el vampiro mientras saborea de forma obscena sus tetas.
Oh.
Nadie podría tocar sus senos, solo Bangchan... y sus tres cachorros lactantes claro.—Mañana es viernes... —El murmullo que resuena en la cocina es el agua hirviendo en la olla, los fideos están listos y el cocinero se niega rotundamente a sacar el pene del interior de Seungmin— No vayas al trabajo... —Intenta convencer desde detrás de su oreja, sus labios bajan un poco y saborean los restos de sangre que aún humedecen la zona del cuello y parte de la nuca del Omega.
—¿Cuidarás de los cachorros tú? —Inquiere sin fuerzas, no puede moverse sin sentir dolor en alguna parte de su cuerpo.
Desde su cuello mordisqueado y ensangrentado hasta sus rodillas dañadas al estar tanto tiempo hincado.
Pero no dudaría en repetir esa noche. El nudo en su interior no se ha desecho, su Alfa le consiente con mimos y besos, acaricia sus piernas y suelta su aroma para relajarle, aún así no puede evitar pensar en sus tres bebés.
—¿No te fías de mi?
—No me fío de ellos... —Siente sus facciones pesadas, el agotamiento empieza desde la pérdida de sangre, la sensación de mareo y desgaste que le deja secuelas por un par de días después de que Bangchan beba de él es un precio muy elevado para su cuerpo.
—Los cuidaré bien... —Susurra antes de que Seungmin se dé por vencido— Te amo... —El vampiro susurra contra los labios del Omega y éste lo mira, sus ojos brillan, repitiendo las mismas palabras con tanta ternura que Bang piensa que su corazón está a punto de estallar.
꒰𝓣𝓣𝚊𝚎 ♡︎... ꒱
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro