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꒰ ⌗ Noveno ! ꒱

Los cachorros habían vuelto a casa acompañados de sus siniestros padres traicioneros y descarados, entre los tres bebes habían formado un complot perfecto de quejas y bufidos, todos ellos emitían jadeos indignados y hacían pedorretas exageradas sabiendo que a Seungmin le ponía de los nervios verles hacer esos gestos. Sobre todo habían priorizado la venganza contra el Alfa de vampiro pues del que menos se esperaban una acción así de macabra era de su papá favorito.

Pasaron unos veinte minutos bastante entretenidos con la salita de juegos que les prepararon para su estancia diaria, habían estado explorando cada rincón y arrojado cada juguete a la alfombra, incluso Jaehyun se enfrentó a Jaemin por una pelota de goma que chillaba cada vez que la mordían.

Era muy divertido. Hasta que cayeron en cuenta.

¿Y su papá? Alzaron sus cabecitas escasas de cabello y voltearon a todos los posibles escondites del vampiro, rebuscaron entre lloriqueos y por sus gargantas asomaban los gritos si no daban con el pelinegro, la cosa empeoraría si en esa exhaustiva búsqueda tampoco vislumbraban la cabellera castaña de Seungmin. Y Jungwoo fue el primero en soltar un suave pero inquietante sollozo, ese débil dolor viajó por la sala hasta alertar al resto de cachorros.

Sus hermanos, sentados en sus lugares, voltearon hacia él y como si la conexión entre lazos sanguíneos les diese poderes telepáticos, rompieron a llorar fuertemente.

¿Dónde estaban sus papás? Hacia un par de minutos que estaban de pie en la puerta, mandaban besitos y les repetían que los querían mucho pero aquello no les resultó extraño porque la pareja es muy melosa con sus bebés, así que ellos supusieron que era cosa de rutina.

Hasta ese momento, donde daba igual las ofertas de juguetes que lanzaban sus cuidadoras, ellos mantendrían el escandaloso descontrol y únicamente lo interrumpirían si sus dichosos progenitores acudieran a sus plegarias dolorosas, ¿es que no los escuchaban?

Tras ver la situación perdida contra los trillizos, las dos cuidadoras decidieron que sería mejor intentar dormirlos, todo cachorro cedía ante el sueño después de trabajar sus pulmones y garganta con unos buenos gritos enfurecidos, y los vampiros no eran la excepción.

Uno a uno fue cayendo en la cuna, sus cuerpecitos aun sufrían espasmos por el llanto, mantuvieron esos pucheritos adorables y sus pestañas continuaban humedecidas por los torrentes de lágrimas que cayeron de sus ojitos.

Dos horas después despertaron hambrientos.

¿Y su mamá? Rebuscaron una vez más, esta ocasión fueron más rápido y comprendieron que debían dar cuerda otra vez.

Las dos cuidadoras se vieron entre sí. Se notaba que era el primer día de los cachorros de vampiro, estaban alterados, desconfiaban de ellas, no les resultaba sencillo jugar sin la presencia de sus padres y no aceptarían una comida distinta a la leche de Seungmin.

—¿Crees que estén molestos? —Seungmin volteó a ver a su esposo con una mueca de obviedad ante la pregunta estúpidamente inocente que hizo tras ver al trío de vampiros sentaditos en dirección al sillón y dándoles la espalda a ambos.

Escuchaba sus bufidos y juraba que uno de ellos seguía lloriqueando en silencio, conteniendo las ganas de estar entre sus padres para recibir mimos.

—Creo que la idea fue de Jaehyun—Comentó colocando las manos a los costados de su cintura— Jaemin solo le hace caso a él así que le ayudaría y Jungwoo se sentiría presionado por la elección de sus hermanos y por el peso de ser juzgado por los otros, decidió apoyarlos aunque se esté muriendo de hambre...

Bangchan chasqueó la lengua.

Seungmin conocía muy bien a sus bolitas de lágrimas resentidas, era cuestión de minutos para que alguno de ellos abandonara el campo de batalla para unirse al enemigo, dejando el fuerte debilitado ante un cobarde guerrero que no supo mantener la lealtad.

Siempre era Jaemin el traidor.

El castañito se sentó junto a Bangchan en el sillón y ambos observaron a sus bebés quietecitos viéndoles de frente, les era difícil darse la vuelta para mantener la lucha pues aún eran bebés de meses que se negaban a hacer esfuerzos para trasladarse, así que no tuvieron más opciones que mantenerse en sus lugares con esos preciosos ojuelos cristalizados y ese pucherito adorable marcándose en sus labios rositas. El corazón de Bangchan se descongeló en cuestión de segundos, casi derritiéndose por el calorcito de ternura que le provocaban sus criaturas.

—¿No les vas a dar pecho...

—Me van a morder, sobre todo Jaemin, me arrancarán el pezón si les doy. —Se quejó en modo automático, no estaba listo para arriesgarse.

Bangchan lo pensó un par de segundos, Jaehyun era el más resentido y posesivo con el Omega así que cualquier acercamiento a su pareja desataría un cabreo más al cachorrito. Aún así Bangchan se alzó de hombros por su pensamiento y se acostó en el regazo de Seungmin, colocando su cabeza hacia arriba y viendo el mentón del chico desde allí, así como sus dos pechos grandes y redondos. No había lactado en muchas horas y se notaba que necesitaba vaciar algo de leche.

Seungmin sonrió enternecido con su Alfa, porque pensó que quería mimos por el trabajo cansado y el cargo de consciencia que tuvo a lo largo del día por dejar a sus bebés en la guardería. Comenzó a acariciar sus largos cabellos negros despacio.

Sin vergüenza, Bangchan introdujo su mano por debajo de la camiseta de Seungmin.

—¿Qué haces... —Pronunció con una pequeña sonrisa escurridiza, de esas que salen sin querer pues nunca imaginó que su Alfa, ese de tiernos luceritos y de actuar sofisticado, se las llevara ahora de impuro y fetichista.

El Alfa alzó una ceja y se hizo el inocente sin dar una respuesta.

Y sin avisar atrapó la teta del chico en su mano, la tibia y suave piel le hizo cosquillas, sintió el pezón endurecerse en cuestión de segundos. Su mano no abarcaba el seno completo, tantas horas sin dar alimento a sus tres cachorros daban ese resultado tan prominente y desmesurado.

Sus deditos se hundían casi sin quererlo, la textura era suave y lisa, lo sentía caliente. Cometió el error de estrujar suavemente, le habían ganado las ganas de hacer aquello y por su carita, el Omega deducía que estaba descubriendo su cuerpo, aún así no dejaba de ser una situación un tanto vergonzosa y, sin poder negarlo, admitía que también era excitante.

Nunca los había tocado de esa forma sin pedir permiso antes y ahora estaba muy arrepentido por la mueca que puso el Omega.

—Bang-

—Perdón, q-quería ver si poniéndolos celosos querrían comer- ellos nunca me dejan estar cerca de ti y pelean por ti, a-así que pensé que se molestarían. Al menos así comen algo... —Habló muy deprisa, los nervios recorriendo cada centímetro de su cuerpo le hizo vacilar en sus movimientos y acabó por sacar la mano del sitio para enderezarse en el sillón.

Ahora sus mejillas pálidas relucían un fortísimo color carmín e iba tanteando territorio por todo su rostro hasta teñir de rojo sus orejas. Algo típico en Bangchan era su manera desesperada de apartar la mirada cuando sentía que había hecho algo malo y que sería reprimido por ello. Aún así nunca se había dado en su relación.

Pero el plan de Bangchan floreció a la perfección, mucho mejor de lo que había imaginado porque los tres bebes se habían movido para sostenerse del sillón, silenciosamente habían comenzado a llorar y a renegar por quién sería el primero en comer.

—No pasa nada, Chanie... —Dijo entre dientes sin dirigirle la mirada, tal vez el Alfa estuviera avergonzado pero él lo estaba más.

¿Cómo podría decirle ahora que había encendido todas sus hormonas con esa corta pero exquisita acción?

¿Podría decirle siquiera que lo volviera a hacer una vez estuvieran solos?

Tuvo que apartar esos obscenos y sucios pensamientos de su mente lo más lejos posible, tenía a tres cachorritos de vampiro llorándole a los pies, todos ellos estaban molestos y hambrientos, la mezcla imperfecta que más perjudicaba al Omega a la hora de lactar. Aún así se armó de valor sacado de muy adentro para tomar primero a Jaemin, como pudo alzó también a Jungwoo y Jaehyun ya había escalado el sillón, sentado en sus piernas y dándole exactamente igual que sus hermanos se hayan arrecostado en los brazos de su papá. Alzó la camiseta y echó un vistazo inmediato a Bangchan.

Daba la casualidad que Bangchan estaba viendo en esa dirección sin querer... no es como si quisiera verle las tetas a su Omeguita mientras lactaba...

—Cálmate, Chanie, luego es tu turno...

꒰𝓣𝓣𝚊𝚎 ♡︎... ꒱

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