O C H O
Tropecé contra alguien, sintiendo incluso como por poco caigo al suelo por lo desconcertado que estaba con lo sucedido.
Sentí como la otra persona, con la que me había tropezado, me tomaba por los hombros para que volviera a tomar el equilibrio.
— ¿Se encuentra bien? —
Claro. Malditamente bien.
— Si... Si... — me solté de su agarre, sin ni siquiera fijarme quien era, pero si sabia que no era nadie conocido.
O sea no era Jin.
Desesperado entre al consultorio del mayor. No toque ni avise, simplemente entre y cerré con algo de desesperación la puerta detrás de mi.
Vi como Jin se ponía de pie de su escritorio al verme.
— Dios... Namjoon ¿Estas bien? — me pregunto preocupado.
Jin se acerco a mi con una clara intensión de ayudarme o ver que sucedía conmigo.
— Lo vi... — murmure.
— Estoy seguro que tienes la presión baja, tienes que sentarte — dijo, sin escuchar mis palabras, estaba mas preocupado por mi estado.
Me safe de su agarre.
— Estoy bien, estoy bien. ¿Qué no me escuchas? Lo vi, Jin —
— ¿Ver? ¿A quien viste? —
— A Jimin, vi a Jimin. ¡Maldición lo vi! —
La mirada de Jin era totalmente desconcertante y era claro que me estaba viendo como si ya hubiera perdido la cabeza o aun mejor como si ya estuviera cansado del tema. Pero lo había visto y eso mandaba a la mierda cualquier cosa.
— Namjoon... Déjame revisarte ¿Si? —
Volvió a intentar tocarme pero negué y me separe de él.
— ¡Jimin esta vivo! ¡Si existe! Lo he visto, entre a ese maldita area restringida y ahi estaba él. Él esta aquí, en este maldito refugio! —
— Espera ¿Que? — nuevamente la molestia en su tono de voz hizo acto de presencia — ¡Entraste al area restringida! ¿¡Que te pasa!? —
— ¿¡Acaso importa!? ¡Te estoy diciendo que vi a mi hijo! —
— ¡Por supuesto que importa! En el refugio hay una sola cosa que no tienes que hacer ¡Y es entrar ahi! ¿¡Porque lo hiciste!? —
— ¡Tenia que entrar! Y me importa una mierda si no debía hacerlo ¡Porque estoy seguro que ellos tampoco podían robarme a mi hijo! —
— ¡Nadie a robado a nadie! ¡Escúchate Namjoon! ¡Desde que estas aquí buscas desesperadamente cualquier cosa para dejar mal todo lo que se ha hecho por este refugio! ¡Buscabas un lugar seguro, por eso venias aquí y ahora no haces mas que provocar problemas! —
— ¡Buscaba un lugar seguro para Jimin! ¡Si desde un principio hubiera sabido que todo esto sucedería jamás! Escúchame ¡Jamás! Hubiera venido aquí —
— Estas mal Namjoon... — dijo, negando con su cabeza y mirándome decepcionado.
— Por favor Jin... Créeme, yo le he visto —
— No... Después de todo esto, no puedo confiar en tus palabras Nam... Lo siento —
Mordí con fuerza mis labios. Lo necesitaba, necesitaba de Jin para lograr sacar a Jimin de aquí.
— Si te lo pudiera probar ¿Me creerías...? —
Vi como agacho su cabeza para luego darme la espalda. Suspire con dolor al ver como el me decía indirectamente que jamás creería en mi.
En eso en una de las pantallas que se encontraban dentro del su consultorio, en la parte baja, salió el nombre de Jin. Lo estaban llamando y por un momento me preocupe.
— Jin... — murmuré.
— Solo... Deja de hacer idioteces Nam... —
Y salió. Dejándome solo en aquella habitación que simulaba lo mejor posible un consultorio.
Bufe con angustia. Ya no sabia que hacer.
Decidí esperar por él. Me senté en una de las sillas y trate de hacer mente a todo lo que había sucedido.
Mentiría si dijera que no me preocupaba que cuarenta minutos después Jin aun no llegara.
Pero realmente no sabia a que tenerle miedo.
No pude sentirme aliviado hasta que lo vi entrar al consultorio nuevamente. Pude ver su sorpresa al verme, pero en parte sentía que de todos modos me iba a buscar.
El tomo otra silla, la coloco al frente mío y se sentó.
— Me han dicho que te vieron algo alterado... — comenzó. Yo solo cerré los ojos, era hora de que yo mantuviera la boca cerrada. — Pero gracias al cielo nadie te vio saliendo del area restringida, solo... No creen que haya hecho bien en dejarte salir de la clínica —
— ¿Y que piensas tu...? — murmure.
— Que tienen razón —
Sonreí con pesar. A los ojos de Jin tenia serios problemas mentales, ahora lo podia ver.
Me limite asentir. No podia luchar contra todo esto solo, estaba empezando a cansarme.
— No podrás salir de aquí hasta que de verdad te encuentres bien, es lo mejor y no quiero que hables de nada que tenga que ver con un niño —
Levante la mirada, sorprendido.
— Hare lo que quieras. Pero no pidas que olvide lo que vi hoy. Seguiría como un idiota escuchando tus diagnósticos y dejando que me laves la mente sino hubiera visto a Jimin hoy. Y estoy seguro de lo que vi y tengo claro lo que tengo que hacer —
— Cualquier acción peligrosa o si veo que empiezas a alterarte, tengo permitido sedarte para que recobres la calma — ignoro mis palabras.
— ¿Me estas escuchando? —
— Pero solo estarás aquí para tener supervision, físicamente estas bien —
— Jin... Eres la única persona que tengo en estos momentos, no me hagas esto —
El silencio reino por unos segundos, donde ninguno de los dos dijo algo, pero el seguía sin verme a los ojos, con la misma expresión seria.
— Traeré tu comida tres veces al día... —
Cerré los ojos y tome aire.
Estaba solo.
Los siguientes días me sentía verdaderamente solo. Me sentía pésimo, incluso peor que cuando todo el destre había empezado. Era algo que realmente no comprendía. ¿Como podia comparar unos monstros, con lo que estaba pasando conmigo ahora?
Pero aun así, aun esperaba a alguien que se pusiera en mis zapatos y me dijera que todo saldría bien. ¿O era de locos también pensar así?
Me había refugiado en la angustia de saber que mi hijo estaba al otro lado pero también me hacia sentir pésimo que solo yo creyera en mis propias palabras. Sentía que nadaba contra la corriente y que poco a poco me estaba dejando llevar.
Había dejado de cruzar palabra alguna con Jin, como si fuera uno mas en el refugio.
Él solo pasaba sentado en aquel escritorio, realmente no lo entendía, antes de estar encerrado, Jin pasaba gran parte del día de un lado para el otro y una cincuenta por ciento de ese tiempo era conmigo. No entiendo porque no simplemente aseguraba con llave la puerta y se iba hacer lo que normalmente hacia.
Solo salía de vez en cuando y no dura mucho en volver.
La verdad anímicamente me sentía muy mal y realmente había dejado de darle vueltas a cualquier cosa. No sabia si esto era lo que sentía una persona al estar en depresión, pero sin duda alguna era una mierda.
— Nam... — a pesar de que hablo suave, fue como si su voz retumbara en mis oídos. Pasábamos técnicamente todo el día en silencio, Jin tarta de entablar una conversación pero incluso decir algo se me hacia cansado.
A quien engaño. Me sentía terriblemente traicionado.
— ¿Te parece ir a caminar un poco? Debes de estar casado de estar acostado...—
También me había dicho lo mismo cuando me pregunto que si quería ayudarle acomodar unos papeles o cuando me pidió acompañarlo a comer.
Solo me voltee en la camilla, dándole la espalda.
Lo que realmente estaba cansado era de luchar para no entrar en pánico y pedir a gritos que me dieran a mi hijo. Al tiempo que también esta cansado de estar luchando internamente para convencerme de que estaba seguro de que todo lo que había vivido era cierto y que tenia que buscar la forma de solucionarlo, solo.
— Al menos dime algo... — lo escuche susurrar.
Solo cerré con fuerza mis ojos y trate de convencerme de que todo esto era una horrible pesadilla.
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