Tattoo Boy
Al día siguiente Hoseok hizo lo que Yoongi le explicó e hidrató la zona del tatuaje con crema cicatrizante.
Mientras lo hacía observó con detalle el dibujo, no podía negar que le gustaba tanto que, desde que despertó, sentía constantemente la necesidad de admirarlo por unos segundos para luego sonreír.
Se preguntaba cuáles serían las reacciones de sus compañeros, imaginar las expresiones de sorpresa en sus rostros le causaba satisfacción.
Desayunó rápidamente y se arregló con su ropa típica para el trabajo; un traje formal azul marino y debajo del mismo una camisa abotonada de mangas largas, sus zapatos negros y corbata a juego con el traje no podía faltar.
No era fan de lo que tenía que utilizar en su trabajo, su forma de vestir era más animada y colorida, de esas que llaman la atención a las personas cuando pasa. Pero trabajaba en un banco, no podía simplemente ir con un traje de colores.
Por esa razón había dejado de pintarse el pelo también, disfrutaba de su aspecto cuando tenía el cabello rubio, pero eso arruinaba el look formal de banquero aburrido y además era difícil mantener las raíces siempre rubias, su cabello crecía rápido.
El único elemento que mantenía eran sus uñas pintadas, aunque a su jefe le pareció curioso el que casi todas las semanas tuviera un nuevo diseño en sus uñas, igualmente le dijo que no tenía problema con que trabajará así.
― ¿Si las chicas pueden porqué tu no?
Fue lo que dijo el hombre cuando Hoseok le preguntó si incumplia el código de vestimenta si tenía manicura siendo chico.
Cuando estuvo listo salió del edificio llendo al estacionamiento a buscar su bicicleta, su fiel medio de transporte.
Ayer no la usó ya que la cena que tendrían iba a ser pagada por el jefe, incluyendo el transporte, por lo que prefirió ir caminando hasta el banco y así su bicicleta no se quedaba toda la noche allí.
Pedaleó recorriendo su ruta habitual, pasando por la tienda de mascotas en la cual aveces hacía una parada para saludar a los perritos, un mismo cachorro no permanecía mucho tiempo ahí, le alegraba que fueran adoptados pero se encariñaba tan rápido que luego le dolía no verlos de nuevo.
Para cruzar las calles se bajaba de su bicicleta y, si era necesario, ayudaba a alguna abuelita o persona discapacitada antes de continuar con su camino.
Durante el recorrido pasó junto a aquel hombre que recogía basura para reciclarla, como todos los días Hoseok lo saludó.
Apesar de no llevar mucho tiempo en aquella ciudad, mucha gente lo conocía gracias a su característica personalidad y amabilidad, bastaba con hablarle una vez para no olvidarlo nunca.
Cuando por fin llegó al banco, estacionó su bicicleta junto a la de los demás, no era el único que usaba ese medio de transporte. Tarareando alegre entró saludando al vigilante que, como siempre, mantenía su rostro en una expresión tosca y seria.
Aún el banco no abría sus puertas así que se tomó la molestia de saludar a cada uno de sus superiores y hacer una parada especial en el escritorio del gerente para dejar golosinas, sabía que las amaba.
―Llegó nuestro pequeño Jung ―escuchó al superior Kim anunciar ―. Acércate, ayer te fuiste de la nada, no terminaste tu comida.
― ¿A causa de quien? ―Hoseok levantó una ceja observándolo acusatoriamente ya que él comenzó las apuestas ―. ¿Cuántos de ustedes apostaron a que si me haría un tatuaje? ―preguntó en voz alta para todos sus compañeros escucharán. Solo la señorita Lee y el vigilante levantaron sus manos ―. Pues gracias por confiar en mi. Todos los demás, pueden usar el cajero para sacar lo que le deben a nuestros ganadores.
Fue hasta su mesa de trabajo mientras escuchaba los murmullos y exclamaciones, sabía que se le acercarían para comprobar que fuera verdad, por lo que mentalmente contó hasta 10 antes de que se amontonaran a su alrededor.
―A ver, muestranos.
―No podemos pagar sin la prueba.
―Aquí está su prueba ―Hoseok desabotonó la manga de su traje para levantarla junto con la manga de su camisa dejando ver el colorido tatuaje.
Todos quedaron en silencio y seis cabezas se inclinaron para verlo.
― ¿Es real? ―una mano se acercó a su brazo para tocar, pero Hoseok la golpeó justo como Yoongi había hecho con él.
―Obviamente lo es ―volvió a poner la manga en su lugar ―. Y probablemente me haga otro.
―Oh Dios, despertamos a una bestia ―una de las secretarías dijo y casi todos rieron y asintieron, estaban de acuerdo con aquel comentario.
―Nuestro aprendiz ya dejó de ser un reodor asustadizo ―dijo Kim dándole unas palmadas en el hombro ―. Deberíamos salir para celebrar, el domingo habrá un festival de cerveza, podríamos ir.
Varios "Si" se escucharon, pero Hoseok negó con la cabeza y retiró la mano de Kim de su hombro.
―No puedo, tengo una cita ese día ―la atención volvió a él.
― ¿Acaso Hoseokie encontró novia?
―Novio ―corrigió causando más de una expresión de sorpresa, decidió no dar más detalles ni explicar que aún no eran más que conocidos.
No consideraba a sus compañeros como amigos a los cuales les podía contar todo, así que aprovechó que ya faltaba poco tiempo para abrir el banco para hacer que se fueran.
Su trabajo no era difícil, pero tampoco era algo que pudiera hacer con los ojos cerrados, al ser nuevo habían cosas que no sabía como hacer y no le quedaba de otra que pedir ayuda.
Aún así disfrutaba trabajar allí, al ser un trabajo de cara al público durante el día veía y conocía cientos de personas nuevas, desde jóvenes universitarios hasta abuelos olvidadizos y aunque no siempre los clientes eran amables se esforzaba en mantener una sonrisa en el rostro y transmitirle a cada persona todo su agradecimiento por elegir los servicios que ofrecía el banco.
El momento que más le gustaba era cuando algún cliente habitual pedía ser atendido específicamente por él, aun cuando los clientes deben ir hasta la mesa que les toque según su número, muchos preferían ser atendidos solamente por el alegre Hoseok.
A la hora del almuerzo se turnaron para ir a comer y así no tener que cerrar el banco ni un minuto, cuando fue el turno de Hoseok, tomó su billetera y prácticamente corrió fuera del lugar, sus compañeros tenían la costumbre de pedirle que comprara café para ellos como si fuera un mesero, la única forma de evitarlo era saliendo lo antes posible y haciendo oídos sordos a sus llamados.
Fue hasta su restaurante favorito, no tuvo que hacer ningún pedido ya que, al ser un cliente tan frecuente, ya la dueña sabía que comería. En menos de diez minutos ya tenía su plato de comida enfrente.
Su almuerzo consistía en una presa de pollo y puré de papa, simple pero suficiente.
No se tomó mucho tiempo comiendo ya que sabía que entre más rápido volviera más pronto podría ir a casa.
Al acabar, pagó e intercambió algunas palabras con la dueña quien solía bromear con desear que Hoseok perdiera su trabajo para ella darle un puesto como mesero.
El restaurante no era nada extraordinario, en realidad era bastante pequeño, no llegando ni a diez mesas, la dueña era la única trabajadora y aunque aveces tenía algún nieto ayudándola pasaba la mayor parte del tiempo ella sola atendiendo a cada cliente, haciendo la comida y recibiendo los pagos.
En varias ocasiones Hoseok se llegó a quedar ayudándola, pero no siempre podía.
Se despidió de la alegre mujer y volvió por donde llegó. Una vez devuelta en el banco, buscó en su maletín su kit de aseo para ir a lavarse los dientes, pero algo lo detuvo.
Vio como la pantalla de su teléfono se encendía mostrando que una llamada había entrado, era Yoongi.
Hoseok tomó su kit y teléfono, y prácticamente corrió hasta el baño y se encerró allí pegando su espalda en la puerta.
― ¿Hola?
―Hola Hoseok, ¿que tal? ―Hoseok notó que la voz de Yoongi se escuchaba ligeramente más profunda, se preguntó si acaso estuvo durmiendo antes de llamarlo.
―Bien, estoy en... ―observó a su alrededor ―. Mi trabajo.
― ¿Interrumpo? ―Yoongi preguntó.
― ¡No! Para nada, ¿que sucede?
―Quería saber cómo va el tatuaje ―la pregunta le pareció curiosa a Hoseok ya que se la podía haber hecho en un mensaje.
―Perfecto, se lo mostré a todos y creo que ya no me molestaran más ―comentó alegre ―. ¿Solo me llamaste para eso? Podrías haberme escrito.
Del otro lado de la línea Yoongi suspiró, lo habían atrapado.
―La verdad quería escuchar tu voz ―aquella respuesta provocó en Hoseok un sonrojo, no sólo lo sentía sino que también era capaz de verlo a través de su reflejo en el espejo.
―Oh ―fue lo único que logró formular para luego caer en un pequeño silencio, alcanzó a escuchar más voces al otro lado de la línea por lo que le entró un duda ―. ¿Estas en la tienda?
―Si, en un rato tengo un cliente al cual debo acabarle un tatuaje, es la tercera sesión.
―Entonces debe ser un tatuaje gigante ―se separó de la puerta comenzando a recorrer de un lado a otro el pequeño baño.
―Lo es, si intentaras hacértelo te desmayarias antes de comenzar ―bromeó sacándole unas cuantas risas a Hoseok, pero su felicidad fue interrumpida por toques en la puerta.
―Jung, no es el baño de tu casa ¡Sal ya! ―era la voz de uno de sus compañeros, Hoseok rodó los ojos por la interrupción.
― ¡Espere un momento! ―pidió ―. Debo colgar, hablamos luego ―se despedido del Yoongi rápidamente y sin darle tiempo de contestar colgó llendo al lavabo a cepillarse rápido.
Al acabar volvió a su lugar de trabajo y comenzó su segunda jornada, el tiempo pasó bastante rápido y en cuatro horas ya había terminado su trabajo.
Agotado arregló su escritorio y salió del lugar luego de despedirse de todos, se subió a su bicicleta y condujo hasta el edificio donde residía.
Al llegar a su pequeño apartamento fue directo a ducharse y darle los cuidados necesarios a su tatuaje. Cuando acabó, se lanzó en su sofá encendiendo el televisor en busca de algo entretenido.
Mientras veía un programa animado recibió un mensaje de Yoongi, se trataba de una imagen de una gran espalda cubierta por completo por un tatuaje de un tigre, de inmediato supo que ese era el tatuaje del que hablaron antes.
Le dio escalofríos al imaginarse lo doloroso que sería soportar por horas una aguja en la piel para poder llegar a ese resultado hermoso.
En respuesta, felicitó a Yoongi por hacer un buen trabajo en aquella gran extensión de piel, se veía impecable.
Intercambiaron mensajes por unas horas hasta que Yoongi tuvo que dejar de lado su teléfono porque un nuevo cliente había llegado.
Hoseok aprovechó el tiempo y cenó, cuando acabó se aseó y se acostó a dormir luego de dejarle un mensaje de buenas noches a Yoongi.
Era hoy.
Ya el domingo había llegado.
Hoseok se despertó como un resorte y con la energía a tope comenzó a contar las horas que faltaban para la cita que tendría con Yoongi.
Estuvo todo el rato tarareando mientras hacía su desayuno y aunque trató de aguantar las ganas terminó enviándole un mensaje al chico, la respuesta llegó más rápido de lo que esperaba, se preguntó si acaso Yoongi estaba esperando recibir un mensaje suyo.
Ambos estaban igual de emocionados por la salida que tendrían, habían elegido un pequeño parque que había en el centro de la ciudad, tenía algunos juegos, un lago y estaba rodeado por lugares para comer.
Era perfecto.
Antes de salir, Hoseok recordó que debía avisarle a sus padres que tenía un tatuaje, sabía que no les molestaría, pero definitivamente les impresionó escuchar que se había hecho un tatuaje solo por que si y más cuando él era bastante precavido. Aún así lo felicitaron y le pidieron que cuando pudiera les mostrara el resultado.
Una ves terminó de hablar con ellos salió del edificio, no usaría su bicicleta, sentía que no combinaba con su short y camiseta de colores.
Con su pequeño bolso rebotando a un costado de su cuerpo caminó hasta el parque, había acordado verse con Yoongi en la entrada.
Cuando llegó no tuvo que esperar, ya Yoongi estaba allí con su cabello destacando entre la multitud.
―Hola~ ―saludó alegre.
―Hoseok ―el chico se guardo las ganas de saltar de alegría, cada vez que Yoongi decía su nombre sentía que se desmayaría de la emoción ―. Que look tan colorido.
― ¡Gracias! Es tuyo es muy... ―detalló las prendas de Yoongi viendo que eran todas negras ―. Oscuro, hacemos un lindo contraste ―ambos rieron.
Juntos entraron al parque y la diversión comenzó. Hoseok era como un torbellino, corría de un lado a otro para hacer filas y entrar a los juegos, desde carritos chocones, donde Yoongi casi se rompe el cuello, hasta un carrusel lleno de niños.
Yoongi sabía que se veía ridículo ahí, pero la sonrisa de Hoseok hacía que fuera soportable.
Mientras caminaban buscando donde más subirse, Hoseok vio a lo lejos unos pequeños barcos navegables así que esos fueron los elegidos.
Luego de pagar, se subieron en ellos y pedaleron para que el bote se moviera.
― ¿Te diviertes? ―Yoongi preguntó mientras veía a Hoseok tomar cientos de fotos.
―Si, sonríe ―le tomó una foto ―. Wow, eres muy fotogenico.
― ¿En serio? ―Yoongi se inclinó para ver la foto también ―. Se ve bien porque la tomaste tu. Es tu turno ―sacó su teléfono y tomó una foto de Hoseok también ―. ¿Que tal?
―Lindo, ¿tomamos una juntos? ―preguntó tímidamente.
Yoongi asintió y con el visto bueno Hoseok comenzó a tomar algunas selfies.
―Hacemos buena pareja ―Yoongi comentó actuando desinteresado cuando en realidad sabía la magnitud de lo que acababa de decir, la reacción de Hoseok no se hizo esperar.
― ¿Te parece? No lo había pensado... ―Hoseok no pudo evitar sonrrojarse levemente y ponerse nervioso por aquel comentario.
―Si, somos como el sol y la luna, aunque son distintos funcionan gracias al otro, se complementan.
―Que linda forma de verlo ―Hoseok dijo fascinado recibiendo una pequeña sonrisa por parte de Yoongi.
Estuvieron en silencio por un rato, navegando cada vez más lejos de la orilla, los sonidos de la naturaleza se amplificaban opacando el de la multitud en el parque.
Notaron que estaban prácticamente solos ya que ningún otro barquito estaba por aquella zona.
Hoseok trató de poner su vista disimuladamente sobre Yoongi, quería admirar su belleza aprovechando que estaban bastante cerca pero al ver que Yoongi giró su cabeza lo hizo él también fingiendo que veía otra cosa.
― ¿Cuando deberíamos vernos de nuevo? ―la pregunta de Yoongi tomó por sorpresa al alegre chico que no lograba entender si se refería a verse en otra cita o en la tienda, ¿acaso era una forma indirecta de pedir otra cita? ¿O es que esta ya acabó y por eso pregunta? Hoseok no sabía muy bien, pero respondió igual.
― ¿Cuando tienes agenda libre?
―Para ti todos los días ¿Tu?
―Igualmente ―compartieron una sonrisa cómplice ―. Entonces nos podemos ver el miércoles, estaré en la tienda a las 7pm.
―Perfecto, esperaré ansioso ese día.
―Deberías aprovechar que me tienes aquí para decir o hacer lo que necesites ―Hoseok sabía lo que hacía, estaba tratando de lograr tener al menos la mano de Yoongi tocando la suya, no era muy ambicioso.
―Del 1 al 10 ¿Que tan raro sería si te beso? ―Yoongi utilizó la misma frase que Hoseok había utilizado antes.
―7, pero si lo haces tú no me molestaría ―le siguió el juego.
Yoongi al escuchar una respuesta prácticamente afirmativa se inclinó para acercar su rostro al de Hoseok. Antes de unir sus labios conectaron sus miradas como si hablaran a través de sus ojos.
Sus labios se unieron en un beso suave e inocente, que escaló un poco hasta que sus lenguas se encontraron, pudiendo así Hoseok sentir el metal que atravesaba la lengua del chico
Aún así el beso fue corto, pero suficiente.
―No deberíamos hacer nada inapropiado en la primera cita ―Yoongi susurró bromeando sobre los labios ajenos.
Hoseok asintió aunque en realidad quería más, sabía que lo mejor era parar ya que apenas se estaban conociendo.
Sentía que sus labios hormigeaban, la sensación de la boca de Yoongi sobre la suya era algo nuevo para él, aunque había besado antes no había sentido tantas cosas al hacerlo.
Comenzaron a pedalear para girar el bote y así volver, la cita no había acabado, pero estar a solas ahí solo los impulsaba a besarse de nuevo así que decidieron ir a comer.
Eligieron un Burger King aprovechando que era el local con menos gente, no querían estar rodeados de tantas personas.
Los atendieron rápido y en menos de 15 minutos ya tenían sus hamburguesas.
Juntos comieron mientras hacían bromas sobre la gente que pasaba frente a la ventana del lugar causando varias veces que Hoseok dejara de comer porque la risa no le permitía ni respirar.
Cuando acabaron salieron del parque y comenzaron su camino a casa. Ya que Yoongi vivía más cerca, Hoseok le dejaría ahí y luego continuaría con su camino.
Ambos se impresionaron de lo mucho que llegaron a conocer del otro en un solo día.
Como que Yoongi tenía 25 años, era graduado en administración en la universidad y tenía padres estrictos que querían que fuera dueño de alguna corporación cuando él solo quería hacer arte, mientras que Hoseok era un chico que prefirió no ir a la universidad y comenzar a trabajar apesar de provenir de una familia acomodada.
Al llegar al hogar de Yoongi, Hoseok notó que no era un edificio tan alto además de tener en la primera planta un pequeño negocio, aun así le pareció linda además de que tenía un gran balcón.
―Hasta aquí llegamos ―Hoseok dijo observando a Yoongi con una sonrisa ―. Me divertí mucho, espero poder repetirlo.
―Digo lo mismo ―Yoongi concordó.
―Nos vemos el miércoles, tal vez acabe haciéndome dos tatuajes un mismo día.
―Osea pasarás bastante tiempo con el tatuador más sexy del país ―Yoongi presumió, Hoseok no podía estar más de acuerdo con ese título.
―Definitivamente, tengo que esforzarme para no enamorarme de él.
―Yo lo conozco bien y estoy seguro de que lo conquistarías sin intentarlo ―Yoongi asintió asegurando sus palabras.
―Genial, entonces tendré suerte con él ―Hoseok le siguió el juego y habrían continuado de no ser porque un residente del edificio los interrumpió haciéndolos recordar que se estaban despidiendo ―. Hasta luego entonces ―se despidieron con un movimiento de manos.
Yoongi se adentró al edificio mientras que Hoseok siguió su camino.
Alegre, recorrió la ciudad recordando una y otra vez el beso que tuvo con Yoongi, no se sentía real, sus últimos días habían sido intensos, desde tatuajes hasta besar a un chico en la primera cita. No eran cosas que acostumbraba a hacer, pero definitivamente no se arrepentía.
Comprendió que tal vez un nuevo capítulo había comenzado en su vida y quien sabe, tal vez acabará lanzándose en paracaídas de un avión le paguen o no.
Thighs~
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