Ø5 ≠ Måldîtº Ūchīhª.
Ese día amaneció pensando en lo del día anterior, la forma en la que Deidara le sonreía al ver cómo conseguía su arcilla y su expresión cuando le dijo que el primer “favor” lo iba a dejar para otro momento fue mágico.
No iba a mentir, tal vez su “solo atracción física” se estaba expandiendo en otras áreas, sabía que el menor era muy explosivo, pero tras hablar de par en par con él se acostumbró; que su arte era extraño, pero tras sus palabras lo entendió.
No, Deidara no era tan raro como creía, solo era un enojón muy infantil que se sentía cómodo haciendo explotar cosas, gritando y trasnochando creando figuras con arcilla que te podían arrancar un ojo si el quería, nada de qué preocuparse.
Los dos compartían su habitación al ser compañeros, así que los demás lo hacían despertar al rubio ya que generalmente daba miedo cuando alguien interrumpía sus dulces y pirómanos sueños.
Esa mañana fue la excepción, el de ojos celestes se despertó solo y Obito desde su cama tuvo la hermosa vista del menor abriendo sus ojos. No iba a negarlo, también daba miedo cuando dormía, generalmente lo hacía con los ojos abiertos y hablaba, casi siempre amenazando, insultando o diciendo su típico “katsu”. Sasori, Pain, Hidan y Kisame eran los que más se burlaban de él y casi todas las veces que dormía le hacían una que otra broma mientras le sacaban tema de conversación, dormido era más social que despierto, eso era muy notorio.
El mayor de los Uchiha siempre tenía que aguantarse la risa durante las noches para no despertar a nadie, ya que siempre le dio risa escucharlo decir ridiculeces sin sentido.
El rubio abrió sus ojos ojerosos por haber pasado toda la noche haciendo pequeñas mariposas, esos malditos insectos que estaba perfeccionando.
Al ver esas marcas negras bajo sus ojos y Obito sonrió inconscientemente. Su cabello estaba completamente revuelto y atado con una coleta casi en su totalidad, solo ese mechón rebelde que se posaba en su rostro quedó fuera. A Deidara le molestaba despertar despeinado porque no tenía paciencia para cepillar su cabello y se quejaba cuando Konan o Sasori lo hacían porque eran muy bruscos y le hacían doler la cabeza cuando intentaban desenredar sus nudos.
— Buenos día bella durmiente. —saludó el mayor con un leve tono de burla.
El menor lo miró con cara de pocos amigos y hundió su rostro en su almohada.
— Piérdete maldito Uchiha. —murmuró de una forma apenas audible para Obito.
Este sonrió, ya había cumplido con su broma matutina y había molestado al de ojos claros, ya podía ir a hacer su día tranquilo.
— El maldito Uchiha se va a dar un baño, nos vemos en el desayuno, Mileidy. —se despidió bajándose de su cama lleno de energía y saliendo de la habitación.
Deidara le arrojó su almohada mientras gruñía. Obito rió y se la devolvió golpeando su rostro accidentalmente.
El rubio no pensaba levantarse de su cómoda y calentita cama, mucho menos levantarse para bañarse o lavar platos, la tarea que Pain seguramente pensaba darle, ya lo había hecho la noche anterior, tenía que “cuidar el medio ambiente”.
— ¿Estás avanzando con el pequeño reto que te di o te animas a pasear la Obitoconda por Konoha? —preguntó burlándose Hidan.
Obito bufó ante la pregunta poniéndose rojo, casi lo olvidaba, pero esta vez no se sentía tan asqueado como al principio. Rogaba porque a Deidara no se la haya ocurrido levantarse y no haya escuchado.
— Chistoso, yo ya tengo algo en mente, pero todo va a depender de él, si no quiere no pasa nada, saldré a modelar mis dotes y ya. —dijo fingiendo un tono despreocupado, en realidad rogaba para que el menor lo acepte.
— Por favor, ni que tuvieras tercera pierna. —opinó Sasori tomando su taza de los Muppet y sentándose junto al Uchiha.
Konan estaba del otro lado de la mesa poniendo las tazas de los demás con sus cereales y las cosas que ella amaba preparar para el desayuno, era una buena chica, le gustaba ver a sus amigos disfrutar sus comidas.
Según ella, trabajaban mejor con “la barriguita llena y el corazón contento”.
— ¿Qué quiere nuestro Danna para desayunar? —preguntó dulcemente,era raro verla tan empalagosa, algo debió haberle pasado.
— Un poco de whisky por favor. —sonrió imitando su voz el pelirrojo.
La muchacha abrió sus ojos de par en par, bastante sorprendida al igual que los demás.
— Pero... Es el desayuno... —expresó confundida.
— Entonces también unas tostadas, si no es molestia. —contestó manteniendo su dulzura forzada el aún sonriente titiritero.
Todos se echaron a reír, incluido Obito. Sasori lo codeó y se acercó a él casi arrastrándose sobre la mesa.
— Mira, antiguo Tobi, si quieres a Barbie a tus pies tienes que lanzarte, es de la clase de chicos que aman a las personas atrevidas por más que intenten disimularlo. Está comprobado, la primera vez que leí su diario de adolescente hormonal me pareció muy raro, pero una de dos; tal vez le atraigan las personas que demuestran ser más fuertes que él porque es pasivo de aquí hasta marte o porque es un maldito masoquista. Cada quien con sus fetiches. —se encogió de hombros.
Obito pestañeó un par de veces, no podía creer que Sasori esté tan suelto de lengua. Los demás se pusieron a reír. En el momento en el que le dio un sorbo a su taza supo que ya estaba ebrio, algo que lo hizo reír.
Sabía que el mayor había estado deprimido porque todavía no podía terminar una marioneta que le había hecho a su abuela, pero nunca creyó que había caído tan bajo.
Hidan los miraba con sus ojos llenos de burla, Sasori frunció el ceño y se recostó en la mesa.
Obito se le quedó mirando por unos segundos hasta que sintió un golpe en su nuca.
— Mileidy la que me cuelga. —le dijo casi al oído el rubio.
Hidan estaba junto a él y casi escupe su leche con chocolate al oír esas palabras.
Obito sintió sus cabellos y su piel erizarse, nunca había estado tan cerca de Deidara.
El rubio se alejó y se sentó junto a su Danna, era como una clase de tío loco para él.
— ¡No me jodas! ¿Tú eras hombre? —soltó Hidan burlesco.
El rubio rodó sus ojos y apoyó su rostro en su mano mientras miraba hacia otro lado.
Obito repetía una y otra vez en su mente las mismas palabras intentando formular una idea, un plan “B” por si llegaba a fallar lo que tenía planeado, o aún mejor, acoplar su plan con las palabras de Sasori.
“arte”, “arcilla”, “una semana”, “día libre”, “atrevimiento”, “pronóstico”, “favores”, “fetiches”.
Sonrió de forma inconsciente y miró de reojo a Deidara, ya tenía una idea, una que no podría fallar.
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Bienvenidos al quinto capítulo de este libro, espero lo disfruten.
Tomen agua y aliméntense bien <3.
Raza, a que no saben quien le tiene fobia a las agujas e inyecciones y va a tener
que operarse el hígado porque le funca peor que el autocorrector, no les
voy a decir quien soy 😎.
Tengo dos preguntas:
Uno; ¿Cual es su personaje femenino favorito de todo el universo Naruto?
Weones, mi waifu siempre fueron Haku y Deidara hasta que me enteré que eran hombres, desde ese día algo cambió dentro de lotso.
Y dos; ¿Les gustaría leer un libro con tips de escritura donde plasmo mis conocimientos
de escritora de closet? pq cabros, yo amo el tema de la escritura y eso, en esta obra por ahí no se ve muy reflejado mi conocimiento pero porque un día me levanté jorni y dije
“a escribir tobidei carajo” sin ninguna planificación previa, siquiera leo mis capítulos mientras los escribo, es todo sobre la marcha pq estoy practicando una técnica
re chetada con esta historia. Bno, me cayo xd.
Cuidense gordis uwu.
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