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Si le preguntaran a Namjoon ¿Cómo se sentía en ese momento?

Él respondería: Nervioso y Feliz.

Si le preguntaran ¿Cómo te has sentido todo este tiempo?

Respondería: Nervioso y Feliz.

¿Por qué?

Porque así se había sentido en todo ese tiempo hasta la actualidad.

Habían pasado cuatro meses desde su reencuentro con Seokjin.

Cuatro meses en donde muchas cosas habían pasado.

Empezando con que, no se iría a vivir al Reino de la Luna, porque la maldición había sido anulada desde el día en que ambos fueron marcados.

Los muros de la maldición habían caído.

Los acuerdos de paz entre el Reino de la Luna y el gobernador de la aldea no se hicieron esperar, entre reuniones y políticas se mantuvieron una semana entera, podían bajar en las noches sin necesariamente ser eclipse, proporcionaban seguridad a la tierra mientras obtenían a cambio artilugios y materiales que trasladaban al reino de la Luna.

Una de las cosas más relevantes que alarmaron al pueblo entero fue la aparición de Youngjae y Bambam.

El pueblo entró en un estado de shock, damas mayores hasta se desmayaron al verlos, causando una alza en la tienda de Namjoon, fue la mayor venta y trabajo masivo que tuvo iniciando ese primer mes.

Omitiendo eso, todo empezaba a tomar color.

Los niños celestiales bajaban a jugar con los de la tierra, ambos mundos congeniaban y construían edificaciones.

Las cosechas crecían con más eficacia siendo bendecidas, las oraciones a los dioses se hicieron más frecuentes, el miedo irracional que tenían los aldeanos poco a poco fue cediendo.

Todo marchaba bien.

Incluso Namjoon, era ahora el centro de atención en su pequeña tienda.

Le era difícil salir cuando lo abarrotaban de preguntas sobre Seokjin, la marca o el anillo.

O cualquier cosa que tuviera que ver con ellos.

Su trabajo era enseñar a las sanadoras del reino celestial a cómo preparar ungüentos o algunos medicamentos y ellas le añadían más efectividad a sus tratamientos.

Al finalizar el día, Namjoon se sentía agotado, pero una sonrisa se formaba en sus labios cuando sentía ese característico olor emanar desde algún punto de la tienda.

Parecían feromonas que buscaban relajarlo.

-- ¿Por qué sonríes? -- Jungkook se acercó a él enarcando una ceja.

-- ¿Eh?

-- Es por Seokjin -- interrumpió una vocecita más, Namjoon rodó los ojos "Ya van a empezar" pensó.

-- ¿Estás enamorado? -- preguntó curioso Jimin que se unió al par.

-- Sí -- respondió encogiéndose de hombros.

-- Uy, que cursi -- Jungkook hizo un amague de que vomitaría.

-- Claro, que cursi -- Dijo sarcástico mirándolo de reojo -- No tan cursi como tú escribiéndole cartas a Taehyung y colocando Jungkook y Taehyung más un corazón en las piedras del deseo.

-- ¿Escribes sobre nosotros? -- preguntó el rubio con curiosidad.

-- ¡No!

-- Iugh ¿Ustedes también? -- indignado Jimin los miró.

-- ¿Qué? ¡No!

-- ¡Oye!

-- Eso es una vil mentira.

-- No le mientas a los príncipes.

-- No estoy mintiendo. Es él.

-- En el río están las piedras, por si no me quieren creer -- dijo Namjoon sonriendo, el rostro de Jungkook estaba rojo hasta las orejas, el castaño le guiñó un ojo cuando los gemelos salieron corriendo de la tienda, más rápido de lo que esperaba -- Mañana me darás las gracias, creo que también le gustas.

El pequeño salió corriendo sin mediar palabra, no sin antes señalarle el dedo medio a su hermano que solo se echó a reír con muchas ganas.

Claro que sí, todo marchaba muy bien.

Todos sonreían y tenían tranquilidad.

Cada uno había arreglado sus problemas.

Youngjae y Bambam pudieron reencontrarse con su familia sin ningún temor, junto con Jaebum, que también llegó a formar parte de la familia oficialmente.

Más los embrollos amorosos que trajo consigo la paz entre la aldea y la luna. Los sentimientos no quedaron atrás en esta unión, cada vez había más líos y solo quedaba disfrutar de ellos.

Namjoon se movió de la parte trasera hasta la central encontrando a Seokjin aun concentrado en su mezcla, sonriendo, se acercó y enrolló sus brazos en la cintura del mayor.

-- ¿Cómo vas?

-- Mmm -- Seokjin miraba con molestia la olla y la panela en ella, con un suspiro soltó la paleta recostándose en el pecho del castaño, para luego agarrar la paleta y golpear con fuerza la panela rompiéndola gruñendo de frustración nuevamente. Tirando todo lejos otra vez y recostándose de nuevo en el fornido cuerpo. Podía sentir como los hombros contrarios se movían ligeramente -- Ríete si lo vas hacer.

Namjoon se mordió sus labios para no hacerlo o luego su querido príncipe lo golpearía.

-- Es con paciencia, cariño.

-- ¿Paciencia? Por favor, eso es imposible de hacer. Cómo voy a lograr los gramos exactos de esa panela que parece piedra, debo derretir poco a poco para encontrar la consistencia correcta, pero, debo ser rápido o el color desaparece. No puedo -- lloriqueó.

-- Sí puedes -- con un puchero, Seokjin iba a recoger su desastre -- Pero, no hoy -- Namjoon se adelantó y alejó la olla, volteándolo en su silla.

Sus manos estaban a cada lado de su rostro, observando cada detalle irreal de su novio.

Los cabellos negros caían con suavidad, su largo mullet se extendía hasta su cuello, las argollas en forma de luna en sus orejas.

Simplemente precioso.

Se percató de la mirada brillante que le daba el mayor, sus mejillas sonrosadas y su respiración lenta.

Su mirada se desvió a los jugosos labios entreabiertos.

La invitación era clara y por supuesto, la aceptó gustoso.

Lo que sentían en esos momentos era simplemente inexplicable.

Seokjin sentía sus manos temblar por lo que se aferraba a la camisa de Namjoon para bajar un poco el temblor, sus labios seguían el movimiento del menor, mientras la lengua contraria rozaba con la suya provocando más escalofríos de los que ya tenía.

Se deleitaban el uno con el otro, siempre lo hacían y siempre aprovechaban cuando podían hacerlo.

Ambos se miraban de forma cálida, podrían estar mucho tiempo mirándose el uno al otro, habían cosas que no lograban decir en palabras debido a la falta de coherencia para armarlas, sin embargo, en el silencio y las miradas que compartían transmitían todo lo que sentían.

Esa noche, siguieron intentando encontrar la consistencia. Al lograrlo, el pelinegro saltó y gritó mientras el castaño reía antes las tiernas expresiones del mayor, por fin podían irse a casa.

A su hogar juntos.

Se habían esforzado tanto en construir una casa ellos mismos, que balanceara ambas personalidades y gustos. Era una casa mediana, con su propio invernadero en la parte trasera, cerca de la cascada donde se habían despedido la última vez, era perfecto para ambos, todo en ellos era recuerdos y vivencia.

Los rumores surgieron nuevamente después de que construyeron su casa.

Será que ¿Seokjin y Namjoon se casarían?

Eso estaba en cada esquina, cada persona tenía esa duda, pero, al verlos felices se les olvidaba preguntar.

¿Era necesario?

Sí, se amaban sin impedimento alguno. Estaban juntos, eso era lo importante.

Y aunque no hayan tenido una boda muy despampanante y gloriosa con invitados de todos los reinos, la verdad es que habían hecho el rito de unión celestial, era la bendición de la Luna y el Sol sobre su relación.

Podía decirse que estaban casados a su manera.

Una manera celestial y especial.

Para ellos no eran importantes las etiquetas.

Lo importante era como se sentían.

Seokjin, había encontrado a esa persona para toda su vida, el que le diera sentido a su vida, el que más allá de todo le ayudaría con su gente aun sin conocerlos.

¿Y Namjoon?

Namjoon había encontrado esa persona que hiciera su corazón latir sin ayuda del bombeo de la sangre, que lo hiciera sentir en el mismísimo cielo siendo imperfecto, distraído y con errores.

Vivían los momentos precisos, sin preocuparse del mañana.

Valoraban cada uno de ellos, estando el uno junto al otro.

Después de todo, el hijo de la Luna con una belleza inmarcesible y el aldeano naturista distraído, lograron romper la maldición que a ambos los ataba, miedo y soledad.

Después de todo, Namjoon demostraba ser la confianza que volvería a los habitantes de la Luna, a través de Seokjin.

Todo esto, gracias a una noche de eclipse y a ocho horas, que lograron unir almas destinadas.

FIN


😫😫😫😫
ᵛᵃʸᵃⁿ ᵃˡ ᵃᵖᵃʳᵗᵃᵈᵒ ᵈᵉ ᵃᵍʳᵃᵈᵉᶜⁱᵐⁱᵉⁿᵗᵒˢ. ♡♡

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