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⊰⊹ฺ ᶜᵃᵖⁱ́ᵗᵘˡᵒ 19 ⊰⊹ฺ

Cielitos, les recomiendo leer este capítulo con Tonight de fondo, para una mejor experiencia. Pueden colocar la canción desde el inicio de la lectura, si no donde vean esta señal 🎵 pueden empezar a reproducirlo.

Espero que lo disfruten ♡🌻

Por primera vez en mucho tiempo el ambiente en el cielo se sentía triste, como si en un abrir y cerrar de ojos una tormenta caería sin aviso.

Era de madrugada en el Reino, la Luna brillaba con intensidad sobre esa bolita a lo lejos llamado Tierra.

Su balcón estaba rodeado de plantas de algodón y unas pequeñas mariposas descansaban en sus tallos blanquecinos.

El viento soplaba con delicadeza levantando la gracia y las pequeñas partículas de arena, casi blancas y suaves. Las piedras de cuarzo estaban incrustadas en el suelo marcando el camino, el resto de plantas se balanceaban de un lado a otro marcando la paz del Reino.

Sus pies rozaban con los algodones, su cuerpo estaba casi al descubierto, sus pantalones anchos arremangados color rosa y su torso desnudo a la intemperie.

Pronto amanecería, pero él no había podido dormir lo suficiente, probablemente las ojeras adornaban su rostro y decían más de lo que él podía expresar con palabras

Su estado de ánimo era el mismo, podía ver el velo entre él y la tierra.

Entre él y todo.

Entre él y su aldeano de ojos color café y sonrisa tierna.

Se alejó alistándose para dar la preciada bendición en la mañana.

La ducha demoró más de lo que había previsto, el perfume a lavanda se impregnó en el lugar y toda su habitación, mientras subía el cenit del sol y calentaba su frío ambiente.

Seokjin se vistió con lentitud, sin lograr coordinar sus pensamientos con sus movimientos. Sus ropas doradas se ciñieron a gusto en su esbelto cuerpo, tanto la túnica, su capa y sus accesorios resplandecían en cada área del príncipe.

A su puerta tocaron por lo que abrió encontrándose con su fiel ayudante, Siyeon.

—– Buenos días, Alteza —– le sonrió, débilmente, Seokjin logró corresponder la sonrisa.

—– Buenos días, Siyeon.

—– ¿Durmió bien, su majestad?

—– No realmente —– suspiró, Siyeon le observó con preocupación, casi todo el reino había notado los comportamientos del príncipe, se reflejaban en la atmósfera aunque él se esforzara tanto en ocultarlo.

—– ¿Cómo puede su sierva ayudarle?

Seokjin sonrió —– Haces ya un gran trabajo, no te aflijas por lo que pasó. Pronto estaré bien.

—– Sí, su majestad.

—– No comeré con la familia hoy, voy al Salón del Azulejo.

—– ¿Tan temprano? —– Seokjin asintió —– Está bien, alteza. Avisaré a sus padres. Pido permiso para retirarme —– dijo mientras se inclinaba.

—– Permiso concedido —– Con una sonrisa, la joven se retiró.

Al mismo tiempo, Seokjin salió de su habitación acomodando su atuendo, se aseguró que la corona estuviera en su lugar y que sus accesorios no incomodaban su paso lento y seguro.

Como todas las mañanas, iba por el camino hacia el Salón. Le gustaba caminar hasta el lugar mientras veía como los habitantes organizaban lo que harían en ese día.

🎵

Saludando a todos como de costumbre llegó, suspiró y se sentó frente al gran piano de cola del salón, cerró sus ojos con delicadeza mientras sus manos se colocaban en cada tecla; tomó aire y se concentró en cada nota, sintió su mente desconectar de sus dedos, pero la verdad, es que todo en su ser se conectó con la melodía, su alma hizo contacto con su cuerpo inspirando a su boca abrirse desbordando cada gota de sus emociones y a la vez de sus pensamientos.

"Desde que pasó esa noche.

Tengo miedo de ya no poder verte.

Esa mirada clara.

Ese toque al que me estaba acostumbrando.

Y esa sonrisa que me dabas mientras me mirabas.

¿Ahora ya no podré verte más?

Cada día que iba tenía la esperanza de que estuvieras ahí.

Ahora que te he encontrado no puedo quedarme.

Cuando la luna se oculte y el sol salga.

¿No estaré a tu lado?

Si cierro mis ojos.

Siento como los recuerdos que pasamos juntos son devueltos.

Si cierro mis ojos otra vez.

Siento como solo los recuerdos felices vienen a mi mente.

Si cierro mis ojos.

Si cierro mis ojos.

Si cierro mis ojos.

Siento como los recuerdos que pasamos juntos son devueltos.

Si cierro mis ojos otra vez.

Siento como solo los recuerdos felices vienen a mi mente.

Desde que pasó esa noche tengo miedo de ya no poder verte.

Desde que pasó esa noche tengo miedo de quedarme solo para siempre"

Su voz sonó como un susurro apacible al final.

Los habitantes tenían pequeñas lágrimas en sus ojos al ser tocados por la melodía que con un sentimiento tan fuerte llenaba sus corazones.

Gracias a una melodía que ya tenía una letra.

Abrió sus ojos y se quedó mirando sus manos.

—– Tal como dijo mamá —– sonrió ladinamente.

—– Tienes una voz hermosa, Príncipe —– subió su mirada encontrándose con el radiante Príncipe Hoseok, su mente captó su presencia levantándose de golpe.

—– El velo... —– susurró confundido.

—– Aún está puesto, pero será hasta hoy —– dijo con una sonrisa.

—– ¿Qué? Pero, aun falta para...

—– No te apures —– negó suavemente —– Tu padre convocó una junta con las huestes celestiales para revisar el cronograma de los próximos eventos astronómicos, próximamente habrá un eclipse que no esperará los días de rotación, viene adelantado, por lo que se puede levantar el velo por un consenso unánime —– Se acercó quedando frente a Seokjin —– Por ello, será el velo hasta hoy, Seokjin.

La mente del pelinegro captó cada información lentamente, la verificó más de una vez y revisó si en todo lo que se le había enseñado y aprendido eso era posible.

Y sí.

Sí lo era.

Pero, no era tan fácil como Hoseok lo había dicho.

Tuvo que haber intervenciones de los Reyes de ambos lados, los dos grandes luceros.

La Luna y el Sol.

¿Sería eso posible?

—– ¿Es de verdad? —– parpadeó un par de veces.

Ofendido, Hoseok se llevó una mano al pecho.

—– ¡Claro que sí! Un Príncipe nunca miente, que falta de respeto eres —– Seokjin rodó los ojos y sonrió, la sonrisa fue correspondida por el príncipe menor que se acercó a él sentándose a la par —– ¿Cómo has estado? —– preguntó en tono suave y delicado, Seokjin suspiró.

—– No muy bien. Me he sentido tan ido, como vacío y extraño, mis ánimos han decaído tanto. Los habitantes, mis hermanos, mis padres, todos tienen la idea de que me siento mal, se lo he confesado sólo a papá —– suspiró —– Me esfuerzo, Hoseok. De verdad que lo hago, no quiero que la gente sepa que su Príncipe tiene una debilidad, trato de ser fuerte, oero ¿Cómo? Si con solo cantar pienso en él, en el trabajo, Namjoon está en mis pensamientos. En cualquier cosa que haga me desconecto por unos momentos, más la sensación de que me han arrancado algo está ahí. Por más que intente ignorarla, ahí está y siento que cada día es más grande, siento que puedo ver como esa sensación crece y no puedo detenerla. Me parece tan estúpido, pero eso es en lo que me he convertido.

—– Él se siente igual.

—– ¿Como un estúpido?

—– Probablemente —– el silencio se quedó en el ambiente mientras los sentimientos encontrados se calmaban.

—– ¿Cómo está él? —– preguntó sin atreverse a mirar al Príncipe pelirrojo.

—– No mejor que tú —– suspiró —– Para él tiene menos sentido esto. Mientras que tú dices que no es justo que se te haya quitado él dice ¿Por qué yo? ¿Qué está pasando? Le he explicado un poco sobre la maldición que los azotaba. También les conté algunas historias de los reinos para mantenerlo un poco intrigado, es muy literal por lo que se le debe dar una base más lógica para su mente.

La sonrisa en los labios de Seokjin era genuina y con un poco de esperanza.

—– Gracias, Hoseok.

—– No es nada, Seokjin —– le sonrió —– Otra cosa, le dije que confiara en ti. Hay una incógnita que aún no le has aclarado —– el pelinegro lo miró confundido pero luego, entendió.

—– ¿Le dijiste?

—– No. Eso te corresponde a ti. Lo único que le dije es que confiara en ti.

—– ¿Cómo podré decírselo?

Hoseok se encogió de hombros.

—– No lo sé, pero debes explicárselo. Eso puede ser una brecha entre su relación.

Su ceja estaba en lo más alto que llegaba.

—– ¿Relación?

—– ¡Claro! Ustedes están en una relación —– le dijo enarcando una ceja, para hacerle competencia.

—– No, claro que no.

—– Sí, claro que sí. La marca en su muñeca es una señal y... —– se acercó rodando el brazalete de su mano —– ésta en la tuya me lo confirma. Están destinados.

Cielitos, necesito hacer una aclaración: La letra de Tonight fue levemente adaptada a la situación de la historia, son sólo algunas palabras y lo pueden confirmar en el vídeo de multimedia.

Eso es todo.

Los tqm ♡🌻

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