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Mayormente las personas tienen miedos absurdos e injustificables como a las ranas o a las arañas, algunos otros desde pequeños les temen a los payasos y están los que nunca dejarán de temerle a la oscuridad. Yo me incluyo en esa lista de los que aun le temen a ella. Siempre me dije a mi misma que en sí mi pavor es hacia lo que se esconde en las tinieblas, que espera paciente a atacarte cuando menos te lo esperas.

Lo paranormal es otro tema que me ha atraído a pesar de que soy una miedosa de primera.

Ahora estoy con mi mejor amiga, sentada en el porche de mi casa hablando acerca del mundo sobrenatural.

─Yo digo que algo de cierto deben de tener todas esas leyendas contadas desde mucho antes que estuvieramos en planes de nacer─ comenta Sally con la mirada fija en las plantas del frente de mi casa.

─¿Por qué lo dices?─ inquiero impaciente por saber el motivo de su razonamiento.

─Es simple, cada mito o leyenda se basa en un hecho real, no sacan una historia así como así de la nada, por eso te digo que tienen algo verídico aunque no lo creas─ me responde a la vez que se acomoda en su sitio.

Son apenas las 2:00 pm y llevamos rato charlando de lo mismo, analizando historias y sacando conclusiones, lo cierto es que una vez empezamos a hablar de ello no tenemos para cuando acabar.

─Me parece un muy buen punto ese que mencionas, por eso siempre voy a pensar que no estamos solos en este mundo, tiene que existir algo más que es invisible a la vista y que solo unos pocos suertudos tienen el privilegio de presenciarlo.

─Ahora Gisell, ¿qué me dices de todas casas disque embrujadas?─ su pregunta no me sorprende ya que Sally tiene una clase de obsesión hacia estos lugares en específico.

─Pues tengo claro que a veces en las casas donde se lleva a cabo una masacre o un asesinato la energía de las víctimas puede quedarse atrapada en el lugar y atormentar a los que se apoderen de él─ explico según lo que ya sé. Mi amiga me busca con la mirada y se queda tiesa mirándome, es como si estuviera pensando con detenimiento mi comentario.

─Es verdad, también he oído acerca de eso.

La brisa primaveral nos rodea y despeina nuestros cabellos y el calor que nos trasmite el sol me ocasiona una agradable sensación en el pecho. Me hace sentir viva y adoro poder sentir su calidez en mi piel.

─Incluso muchas de las pelis de terror son basadas en hechos reales, tal es el caso de El Conjuro ─digo detenidamente.

─Amiga, ¿no te da un raro sentimiento la mansión abandonada del frente de tu casa?

Dándole un rápido vistazo a la fachada de dicha casa si que da una extraña sensación. La propiedad está cayéndose a pedazos, no hay el menor rastro de pintura en el porche, solo queda manchas enormes de humedad y como si estuviera despellejándose cual piel putrefacta, las ventanas carecen de cristales y las adornan unas sucias y envejecidas cortinas. El jardín está seco y ennegrecido, muchos dicen que esa casa tuvo el mas bello de la ciudad pero ya no queda el menor rastro de ese esplendor. La cerca que limita el terreno ha sido invadida por las plantas silvestres y la hiedra pero lo que termina por hacer que la mires con otros ojos es la espeluznante historia de ella.

─Gisell, ¿estás bien?─ mi amiga me repara con cierta duda en el rostro y regreso a la realidad, supongo que me quedé ida y vagando en mis pensamientos.

─Disculpa, ¿qué me decías?─ cuestiono para retomar el hilo de la conversación y salir un poco del trance en que estaba.

─Te decía acerca de la casona abandonada y sobre que piensas de la misma─ repite lo que me había dicho hace un rato antes de perderme en mi mente.

─Pues si conoces su historia, nada bueno debe guardar entre esas viejas paredes.

─¿Te gustaría comprobar si es cierto lo que dicen?─ creo que mi cabeza se ha volteado como la niña del Exorcista al escuchar su pregunta.

─No sé Sally, no creo tener el valor suficiente para entrar ahí─ respondo sinceramente y siento mi corazón bombear como loco en mi pecho, la sola mención de meterme en esa casa me ha puesto incómoda y temerosa.

─Anda~, será divertido─ trata de convencerme usando voz melosa y mirada de cachorro.

─Sally, es peligroso y aparte, por mucho que me guste todo esto ya es otra cosa comprobar si los hechos son ciertos, podríamos ponernos en riesgo.

Mi amiga sigue haciendo su pataleta de niña de cinco años tratando de convencerme y recuerdo aquella noche que salí de bañarme, estaba en mi cuarto peinando mi cabello y mi vista por instinto se dirigió a esa mansión. Había sentido un leve escalofrío recorrerme la espina dorsal poniéndome la piel de gallina, como si una pesada mirada me viera desde ahí, así que cuando puse mis ojos en la ventana del cuarto superior de la misma había una luz encendida y se distinguía una figura oscura que me miraba fijamente.

Me escondí al instante de verla, cerré mi ventana y las cortinas pero seguí sintiendo como si me observaran desde ese mismo lugar, de una me metí a la cama y me tapé de pies a cabeza aún con las piernas temblando y con un sudor frio recorriendo mi cuerpo. Recuerdo bien que no pude dormir esa noche.

─Vamos, Gisell, anímate─ Sally seguía con su berrinche y si no la paro va a terminar dandome un terrible dolor de cabeza─. Porfiiiiis, porfiiiis

─Vale, pero ya para─ acepto para ya quitármela de encima.

─Si, esta noche nos vamos de aventura─ dice con voz finita y haciendo un raro baile moviendo sus brazos, mas bien parecía gusano retorciéndose.

Contengo una carcajada que amenaza por salirse de mis labios al verla tan rara haciendo de payaso pero al final termino riendo inevitablemente.

Supongo que esta noche debo enfrentar uno de mis mayores miedos y espero que nada salga mal.

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Son las 12:00 am y Sally ya me espera en la entrada de la casa, no se ni como pude acceder a esto pero supongo que ya no hay vuelta atrás. Salgo de casa en silencio y respiro aliviada una vez traspaso la puerta y no fui descubierta en el intento de salir en plena madrugada. Avanzo hacia donde se encuentra Sally y por instinto volteo a ver mi hogar, no se si luego me arrepienta de haber tomado esta desición pero tengo un muy mal presentimiento y algo me dice con certeza que esta excursión va a salir bastante mal.

Con solo recordar la macabra historia que se esconde tras esas viejas paredes me hace estremecer. Se cuenta que nada bueno a pasado con los inquilinos que han vivido en esa mansión, no fue lo contrario con la familia Park. La feliz pareja se mudó con sus tres hijos; Park JiHyun de apenas 6 añitos, Park JiSoo con sus 15 años recién cumplidos y el mayor de los hermanos con 19 años de edad, Park JiMin.

Resuelta que a la semana de haberse instalado empezaron a ocurrir sucesos paranormales, se encendían y apagaban las luces solas, se perdían sus pertenencias, escuchaban susurros y sonidos extraños; justo lo que le sucedió a los antiguos dueños de la misma. A los 30 días de vivir en ella, pasó lo inevitable, esa oscura noche Park JiMin acabó con la vida de sus padres y sus dos hermanos con un simple cuchillo de cocina.

La macabra escena que encontraron los vecinos fue digna de una película de terror, todos yacían con numerosas puñaladas en sus vientres bajo un enorme charco de sangre, el arma homicida aun estaba en manos del asesino, el cual acabó con su propia vida luego de haberse dado cuenta de lo que había hecho. Estaba metido en la bañera, la cual estaba desbordada de agua escarlata. JiMin se cortó las venas y se dejó desangrar ahi, contemplando su obra nefasta.

Luego del suceso la mansión fue clausurada y nadie más se atrevió a entrar, muchos dicen que el fantasma atormentado de JiMin aún vaga dentro de la casa, pagando por su pecado.

─Gisell, ¿me estás escuchando?─ la voz de Sally me despierta de mi letargo.

─Sí, ¿lista para esto?─ pregunto para mejorar el ambiente y mitigar estos nervios que me atacan.

─Cariño, yo nací más que lista.

Decido dejar de pensar en esa historia y centrarme, cumplir con creces a lo que venimos: comprobar si es cierto que el espíritu de Park aún habita entre esas paredes.

Pasamos justo la cerca de la entrada y si no fuera porque voy casi cagada de miedo, juraría haber visto una vez más en la misma ventana esa silueta tenebrosa escondiéndose en las penumbras como si esperara por nosotras.

Y si que lo hacía.

Este es el destino que nos espera a causa de nuestra imprudencia y el precio a pagar, nuestras propias vidas.

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Primer cap de este two shot en el que he estado trabajando, es un gran reto para mi ya que será la primera vez que escriba sobre este género y quería probarme a mi misma al escribir acerca de esto.

Espero les haya gustado, el segundo cap/final apenas lo termine se los publico.

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