2.
Lunes. Odio los lunes.
Más bien, odio toda la semana. Todos los días tengo que despertar temprano para atender la tienda.
Definitivamente necesitaba un asistente. Y para mi buena suerte, conseguí uno! O una, no sé muy bien si el policía y la señora con ojos de loca se referían a una chica o un chico.
Pusieron mucho misterio a su propuesta.
Que más da.
Mientras sepa contar y tratar bien a los clientes no hay problema.
Como toda mañana, me levanté y abrí la tienda. Dormí ahí esta noche. No me atrevo a dormir en casa por mucho tiempo, ni siquiera sé porque tengo casa si no paso tiempo ahí.
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Eran alrededor de las 10 de la mañana, estaba en la mini escalera acomodando mercancía en los estantes cuando escuché la campana de la tienda sonar.
Me giré y vi a una chica de pelo rizado y castaño en la entrada. Sentí una extraña sensación en mi estómago e inconscientemente di un paso al frente no percatándome de que no estaba en el suelo.
Perdí el equilibrio y caí al suelo como idiota. ¡Solo a mi me pasan estas cosas!.
Antes de levantarme sentí una delicada mano en mi brazo.
—¿Te encuentras bien?— Su voz era linda y suave.
—Si, creo.— Reí un poco y me levanté con su ayuda.— Gracias.
—¿Segura que estás bien?— Me vio preocupada. Que amable y adorable es.
—Lo estoy, no te preocupes.— Le sonreí y bajó un poco la mirada levemente avergonzada. Realmente es adorable.
—Soy Eleven, mis padres vinieron hace un par de días a pedir trabajo.—
—¿Tú eres quien me ayudará?— Pregunté y ella asintió.— Genial, bienvenida a tu pesadilla.— Dije bromeando...o tal vez no.
Ella rió un poco.
—No le veo lo malo.— Contestó juguetona. Creo que me llevaré bien con ella.
—Es porque no conoces a la gente de este vecindario y sus exigencias.— Sonreí con malicia.
—Dudo que sea grave.— Me encogí en hombros. Ya verá que si lo es.
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—¡No te pedí Palmolive! ¡Te pedí pan molido! ¡Pan molido!.— Escuché a señora histérica número tres gritarle desde el segundo mostrador.
—Lo...siento, no escuché bien, lo cambiaré.— Respondió nerviosa. Oh vaya, si la gente le sigue gritando renunciará el primer día.
Me acerqué a ella y vi como buscaba el cambio con presión.
Tomé su mano para que no la moviera y yo entregué el cambio.
—Que tenga un lindo día.— Le dije a la señora con amabilidad. Ja claro, amable.
—Si, como sea.— Respondió, tomó sus cosas y se fue. Suspire.
Baje un poco la mirada y vi que aún sostenía su mano. La retiré levemente y la mire.
—No te pongas nerviosa. La gente aquí es algo impaciente, debes mantenerte tranquila para que puedas hacer las cosas bien y no te griten por cualquier cosa.— Le sonreí.— Pero de todas formas estaré literalmente a tu lado por si necesitas ayuda. Al fin y al cabo apenas estas aprendiendo.
Me miró unos segundos y asintió.
—Gracias.—
—No hay nada que agradecer, se supone que te enseñaré a trabajar aquí.— Le di una palmadita en la espalda y camine a mi mostrador.
—Tal vez no sea tan malo.— Susurró por lo bajo pero logré escucharlo.
No, definitivamente no.
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Hey!
Que lendo es el amor *u*
A menos que te rompan el corazón, eso es cruel jsjs
Ya saben raza, no se droguen, sean geis, dinosaurios y joteen con los compas c:
Les dejo una Maya tierna :'3
Y!
Sin más que decir: CHAO BYE!
By:Muffinisaurus_Rex8
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