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Two: Bᴇ Mɪɴᴇ. Pᴀʀᴛ: ¹

--------6 años atrás--------

--Adrien--

-¡Al fin! ¡Aleluya! ¡A partir de hoy iré a la iglesia, señor!

-Nino, cállate -Le susurre a mi amigo tapandole la boca y mirando a todos lados, al instante pude percibir como Nino me lamía la mano- ¡Ahg, que asqueroso eres, hermano!

-¡No, no, no, no! ¡No me callare! ¡Nada hará que me calle cuando al fin acabas de admitir que...! Uhh... ¿Son para Martin Garrix? -Me intentó arrebatar los boletos pero yo rápidamente los aleje de él- ¡Damelos, hijo de Madonna!

-Tranquilo, Nino. Te los daré si me ayudas a decirle que me gusta -Volví a aguardar los boletos en mi mochila mientras miraba a mi amigo con ambas cejas levantadas.

-Mmm, discúlpame, pero... ¿Podrías repetir quien es la chica que te cautivo? Me gusta como dices su nombre -Emitió en un tono de señora inglesa. Inevitablemente rodé mis ojos y me asegure que nadie estuviera cerca para acercarme a levemente a Nino.

Cuando algo se le metía a la cabeza era difícil sacarselo, al igual que su novia.

-Te dije que... Me gusta Marinette.

-¡Señor Dios, tu que estas en los cielos! ¡Gracias por escuchar mis plegarias, mi señor!

-¡Ya, Nino!

-Perdón, es inevitable -Se encogió de hombros soltando una risa-. ¿En que precisamente quieres que te ayude a declarátele?

《En todo...》

-¿Cómo se lo digo? -Pregunté empezando a jugar nerviosamente con mis sudorosas manos.

-Con la boca, así de simple -Se encogió de hombros obvio-. Mira, tengo un libro en mi casa que tiene muchas palabras que podrías usar al hablar.

-¿Hablas de un diccionario?

-¿Yo que se? Allí tiene palabras que es lo importante. Te lo presto y buscas cuales decirles a Marinette, pero tengo una idea de cuales podrías usar. Mmm... déjame pensar. "¡ME GUSTAS!"

-Lo siento... No soy gay.

Nino soltó una sonora risa y me golpeó la espalda.

-Marinette lo pensará si no le pides que sea tu novia.

-¿Tu crees? -Pregunté empezando a sentirme nervioso.

Nino volvió a soltar una risa, pero esta tardó menos, pues escuchamos dos risas muy conocidas para nosotros. Ambos al levantar la vista nos enfocamos en nuestras chicas... Si. Nuestras.

-¡Hola chicos! -Saludó alegre Alya mientras besaba la mejilla de mi amigo y el giró rápidamente el rostro.

-Hola -Esa dulce voz hizo que me levantara de los escaleras y le sonriera nervioso.

-Hola M-marinette. ¿Cómo estás hoy? Te ves buena. ¡Digo! Te ves bien. No es que no estés buena, porque mentiría si te dijera que no. ¡Pero no quise decirlo en voz alta!

《¡Maldición! ¡Controla tus hormonas, Agreste!》

-Amigo -Susurró Nino en mi oído-... cállate.

-P-pues... ¿Gracias? -Sonrió sonrojada y se pasó un mechón de su cabello detrás de su oreja- A mi también me alegra que estés... Bien.

Sonreí como un idiota al ver como ella agachaba su rostro y miraba hacia el suelo. Estaba tan tentado a acercarme a ella y obligarla a que me viera a los ojos para así poderme perder en ellos, y después, intentar probar sus labios...

-Bueno, se acabó el descanso -Comentó Alya al oír como la campana sonaba. Los cuatro empezamos a subir las escaleras restantes. Las chicas iban frente a nosotros mientras que yo le intentaba pedir ayuda a Nino.

-¡Por favor, hermano! -Grité por lo bajo desesperado- Estoy en blanco. No se me ocurre nada. Ayúdame.

-Antes que nada, ¿quieres una propuesta sencilla o...?

-La propuesta es para Marinette, ella no merece algo sencillo -Hablé mientras sentía como otra sonrisa boba salía de mis labios.

-Pues... Si prometes darme los boletos para el concierto te ayudo -Dijo mientras alzaba sus cejas varias veces. Nino Interesado Lahiffe le dicen.

-Ya que -Rodé ojos a lo que el sonrió pícaro mientras se frotaba las manos- ¿Donde te le confesarás?

Ambos entramos finalmente al salón y tomamos asiento. Sin embargo, sus palabras me pusieron a pensar. ¡¿Donde demonios le pediré a Marinette que me ame?!

-Yo... No se.

-Dios, hermano. Si que eres un desastre. Y mira que justo hoy es catorce de febrero. Piensa en algo bueno y no quedes en ridículo.

-Pero para eso estas aquí para ayudarme... Dame ideas.

Nino comenzó a ver hacia el techo mientras se intentaba concentrar. Creo. Pero para mi mala suerte, el director entró al salón.

Tal vez al final no tenia tanta suerte, pues nos estaba informando que la maestra Bustier se encontraba enferma y tendríamos los dos primeros períodos libres. Cuando el director Damocles salió, rápidamente me acerqué a Nino para seguir con nuestra "charla".

-¿Y bien...? -Pregunté ansioso y susurrando para que no nos escucharán las chicas.

-¿Que?

-¿Me ayudaras a pensar en donde confesarme?

-¿Que no las iglesias es adonde tienes que hacer eso?

Rápidamente golpeé su cabeza, él soltó una risa y se acomodó la gorra para luego levantar sus manos frente a mi.

-Ya tranquilo -Me dio un ligero golpe en el hombro tratando de calmarme.

-No puedo, siento que todo saldrá mal.

-Adrien, si sigues con esos pensamientos negativos, créeme que algo si saldrá mal. Relájate un poco, respira.

-¿Estas bien, Adrien? -Preguntó Alya lanzandome una pelota de papel. Rápidamente volte a ver a las chicas con los ojos muy abiertos.

¿Me habrán escuchado? Oh no...

-S-si... Todo está de maravilla.

-Estas muy rojo -Ahora fue Marinette la que me dirigió la palabra. Vi como salía de su asiento para acercarse a mi y posar una mano en mi frente- ¿Seguro no tienes fiebre...?

Automáticamente el mundo desapareció para mí. Sus hermosos ojos me miraban con preocupación mientras su pequeña boca parecía estar haciendo un leve puchero mientras se mantenía entreabierto. Me relamí los labios instintivamente y miré fijamente sus ojos. ¿Ya había dicho que eran hermosos? Pues no me importa si es así. Nunca me cansaría de decirlo. Justo en estos momentos sólo quiero besar sus labios...
Me empecé a inclinar hacia ella mientras que me miraba algo sorprendida ante mi leve movimiento, pero antes de siquiera parpadear, su rostro se convirtió en el de Chloé.

-¿¡Cómo es eso de que estas enfermo?!

-¿Que de...?

-¡Joder, Chloé! Me golpeaste -Reclamó Marinette desde el suelo.

-Marinette, ¿estas bien? -Me dirigí hacia ella levantándola con cuidado.

-Si, nada mas me golpeé la muñeca cuando Chloé me empujó.

-Eso te pasa por estar en mi camino. ¿Estas bien Adrienboo? -Colocó su mano en mi frente y la quite despacio.

-Eh... Si si... Solo... tenia calor.

-¿¡Ves lo que causas, panadera?! -Le gritó a Marinette. Ella rodó ojos mientras se sobaba la muñeca y tomaba asiento nuevamente.

-Lo siento -Me dijo con una mueca en sus labios al lo que yo rápidamente empecé a negar.

-No, no fue por tu culpa.

-¡Mentiroso! -Oí "toser" a Nino a mis espaldas, al voltear a ver, Alya le dió un golpe en la espalda- ¡Oye!

-Sólo te ayudo a no ahogarte -Alya encogió hombros sonriendo burlona.

-¡Oh! -Exclama Chloé mientras se dirigía a su bolso y sacaba unas invitaciones para entregarnoslas a Alya, Nino y a mi- Daré una fiesta esta noche en el hotel por ser el dia de San Valentin y están invitados -Chasqueó los dedos y Sabrina empezó a repartir invitaciones a todos. Todos excepto a mi hermosa bichita.

-¿Que hay de Marinette? -Pregunté mientras volteaba a verla mientras me miró sonrojada. Amaba tanto que hiciera eso.

-¿Qué con ella?

-¿No la vas a invitar?

Ella la volteo a ver y la miro de pies a cabeza con una mueca en su rostro.

-Mmm... No.

-¿Y por qué demonios no? -Me estaba empezando a enojar la actitud indiferente que siempre tenía con Marinette. ¿Algún día cambiará?

-No quiero invitarla.

-Bien... -Solté un suspiro y me acerqué a la linda azabache extendiendole mi invitación y ella me miró confundida a lo que le guiñé el ojo- Me aburro muy rápido es fiestas. Mejor ve tu.

-P-pero yo no...

-¡Oh por favor! No hablarás en serio. ¿Oh si?

-Lo siento, Chloé -Me encogí de hombros metiendo mis manos en mis bolsillos y sentandome en mi respectivo lugar.

-¡Bien! ¡De acuerdo! ¡Marinette! ¡Estas invitada! ¡¿Feliz, Adrien!? -Me preguntó alzando sus manos.

-No te imaginas cuanto.

Giré mi mirada hacia Marinette y me sonrió agradecida, yo asentí con la cabeza. Segundos después, sentí como alguien jalo mi cabello fuerte, volte a ver quien era y pude ver a la agresiva de Alya.

-Auch...

-Si si, como sea -Rodó ojos y se sentó en las piernas de Nino-. Cuéntame... ¿Cómo es eso que te le quieres declarar a Marinette?

-¿Cómo...?

-No preguntes sólo gozalo. Ahora bien. Te puedo ayudar en eso.

-¡¿Hablas en serio?! -Alya rápidamente me hizo una mueca que bajara la voz. Mire por el rabillo del ojo a Marinette, solo para percatarme que se encontraba dibujando con un lindo sonrojo y sonrisa en su rostro. Giré mi vista hacia ambos morenos otra vez y sonreí mientras los tres nos alejabamos de los asientos- ¿Que tienes en mente?

-Ah, ¿no debería yo preguntarte eso? -Me encogí de hombros rápido- Ayúdame Dios. Okey, a Marinette le gustan los girasoles y las sorpresas. Al igual que ella siempre parlotea que le gustaría saber que se siente estar en una cita romántica al anochecer. Úsalo. Es San Valentin.

-¿Sería buena idea que se lo pida en la fiesta de Chloé?

-¿No acabas de oír lo que dije?

-Si lo escuché, pero me refiero a sí lo digo en público y luego la llevo a cenar. ¿O sería demasiado llamativo para ella?

-Créeme Adrien -Nino se acercó a mi y me abrazo por los hombros mientras miraba a Alya con una sonrisa cómplice-, Marinette estará más que fascinada con eso.

Sentí como una gran sonrisa empezaba a nacer de mis labios y como también la felicidad empezaba a rebosar en mi interior. Sin lugar a dudas, el imaginarme junto a Marinette me llenaba de paz y gozo. Tenia que planear todo pero ya.

-Oh demonios -Pasé mis manos en mi rostro por la frustración.

-¿Que pasa? -Preguntó Nino mirándome.

-Necesito hacer una reserva en algún restaurante -Rápidamente me dirigí a mi asiento para agarrar mi mochila y salir a preparar todo, pero nuevamente Chloé me lo impidió, aunque no personalmente.

-Bien, escuchen ineptos. La fiesta será casual y juvenil ¿Entienden? . Vestidos de cualquier tipo y trajes. ¿De acuerdo? Si no llegan tal y como les pido, yo misma me encargaré de patearlos en el trasero para que se salgan de mi fiesta. ¿De acuerdo? -Algunos asintieron mientras que otros simplemente miraban sus celulares- Bien. Los espero a las cinco treinta.

-¿A donde vas amigo? -Preguntó Nino al ver que el alboroto de Chloé había acabado.

-Ya te dije. Iré hacer una reserva a algún restaurante elegante rápido.

-Marinette no es de esas chicas interesadas, Adrien -Me advirtió Alya mientras se cruzaba de brazos y se acercaba a mi.

-Eso ya lo sé. Pero ella se lo merece.

-Bueno, si si. Dejando ese tema de lado... ¿Qué hay con las siguientes clases? Tu padre te mataría si se entera que faltaste a una, Agreste -Nino me tocaba el pecho con su índice para que yo le hiciera caso. Pero no le sirvió.

-Cubranme, por favor.

Ambos morenos se miraron entre sí y soltaron un suspiro resignado y asintieron. Empecé a correr hacia afuera del salón para bajar rápidamente las escaleras. Tuve suerte de que Fred no estuviera cuidando la entrada pues salí del colegio sin ningún problema. Saque mi celular y mire la hora. Las ocho y media. Bien aún era temprano.

-¿Qué hago, qué hago, qué hago? -Susurré mirando hacia ambos lados de de la calle.

No lograba ponerme de acuerdo conmigo mismo. Estaba tan emocionado que no sabia por donde empezar. Me decidí empezar a buscar flores. Al ser día de San Valentin dudo que hayan Muchas disponibles.

Empecé a correr como un loco por las calles ajetreadas de París. La suerte se me estaba volviendo a poner en mi contra, pues a cada local que entraba, ¡no tenían los girasoles que quería! Esta era la décima florería a la que entraba y no encontraba nada.

Saque mi celular y ya eran las diez de la mañana. ¿¡Por qué el tiempo va demasiado rápido?!

《Espera... ¿Esos son girasoles?》

Volví a correr dirigiéndome a un pequeño puesto de flores donde una chica se encontraba atendiendo a una pequeña niña con una sonrisa. Frené rápido mis pasos y tomé aire, y justo cuando ella me miró, yo hable... Al mismo tiempo que otro chico.

-Quiero los girasoles. ¿Qué? No, yo los vi primero.

Genial. ¿Ahora que? ¿Haremos un duelo por las flores?》

-Perdóname, rubio, pero yo las vi primero -Contestó el chico de cabello marrón agarrando el par de flores. Yo alce una ceja y le arrebate las flores.

-No, perdóname tu a mi, pero yo vine más rápido que tú.

-Em... Chicos, tranquilos -Habló con cierto temor la chica mirándonos con un sonrojo.

-Ayúdame ¿Si? -Pidió el chico- Mi novia ama los girasoles y quiero regalarle estos para su perdón -Me volvió a quitar las flores.

-¡Oh! Mira que casualidad -Exlamé con falsa alegría-. Justo, la chica que me gusta también ama los girasoles y pensaba declararmele hoy -Ahora yo se las quite a él.

-Aw, mira que original eres, rubito -Él volvió a tomar las flores.

-Si si, trae para acá -Nuevamente se las arrebate pero él fue demasiado rápido y las agarro con la otra mano mientras le tiraba el dinero a la chica para salir corriendo-. ¡No! ¡Rayos!

-¿Estas bien? -Preguntó con su ve voz a la chica. Era obvio que no estaba bien justo en estos momentos, pero ella no tenia la culpa de que otro tipo quería las flores, así que sólo me limité a asentir. De pronto, su mano se colocó en mi hombro, y un girasol apareció frente a mi- Úsalo -Volvió a hablar y la miré. Ella me sonreía en grande, lo que me contagio a mi también-. Creo que a ti te servirá más que a mi.

-Oye, muchas gracias -Empecé a palpar mis bolsillos pero ella me detuvo.

-La casa invita -Sonreí aún más feliz y bese su mejilla en agradecimiento a lo que ella se sonrojó. Solté una risa por lo bajo y corrí en busca de un restaurante. Ojala hubiera disponibles aún.

♡ ♡ ♡

Definitivamente, éste no era mi día. Saque mi celular y marcaba ya las tres de la tarde y no encontraba ni un solo restaurante con reservas disponibles. Mi celular no paraba de vibrar con las llamadas entrantes de mi padre, le había mentido que me encontraba en casa de Nino haciendo un trabajo y que posiblemente llegaría tarde. Y me hizo prometer que llegaría a las dos treinta. Lo siento Gabriel.

Pero lo bueno era que el girasol seguía intacto.

Salí frustrado de el vigésimo restaurante y ya estaba topado. No puede ser. Justo cuando necesito de las cosas, no están a mi favor. Resignado, me dirigía hacia mi casa, pero a decir verdad, no estaba prestando atención hacia donde me dirigía. Después de caminar unos cuantos minutos, levanté la vista y supe de inmediato en donde me encontraba. La panadería de los Dupain-Cheng.

Tal vez ellos me puedan ayudar》

Rápidamente entre a la panadería y mire una corta fila, agarre una bolsa y empecé a escoger unos cuantos panecillos y crossaints. Tenia hambre.

-Adrien, que bueno verte por aquí -Saludó la señora Cheng recibiendo la bolsa para verificar lo que llevaba.

-Hola, señora Cheng. También es bueno verla.

-¿Sólo llevaras esto, cariño? -Me preguntó amablemente mientras se dirigía hacia un estante detrás de ella.

-Si, solo es para llenarme un poco el estómago.

-¿Acaso no has almorzado? -Me preguntó mientras me miraba un poco asombrada a lo que yo levante hombros despreocupado.

-A decir verdad, no tenía hace unas cuantas horas atrás.

-Pues en ese caso, regalale un pastel de queso, mujer -Un hombre robusto entró a la panadería con una bandeja llena de manzanas carameladas en forma de corazón y me ofreció una. Gustoso acepté para luego recibir el pedazo de pastel de queso- ¿Que es lo que te quitó el apetito, muchacho?

-Yo... pues...

《¿Es buena idea decirles que los quiero como suegros?》

-¿Una chica? -Preguntó Tom acariciándose el bigote, yo asentí- ¿Acaso te botaron?

-No. No es eso sino que... Me le quiero declarar. Pero al parecer todo esta en mi contra. Apenas si encontré este girasol y no pude encontrar un lugar en algún restaurante para cenar.

-A Marinette le encantan los girasoles -Comentó la señora Cheng mientras miraba la flor que yo mismo había puesto en el mostrador.

-Pues... Eso lo sé.

El señor Dupain me volteo a ver con una ceja alzada mientras se cruzaba de brazos.

-¿Acaso es lo que estoy pensando?

-No... Lo sé.

El señor Dupain se cruzó de brazos y se e paró enfrente de mi.

-¿Te gusta mi hija?

《Wow, directo al grano》

-Amm...

-Tranquilo, cariño -Intervino la señor Cheng-, que no te intimide. Tom suele ser bastante bruto aveces.

-Claro que no, mujer -Su esposa le hizo una señal de que guardara silencio y él acepto un poco a regaña diente.

-Pues...La verdad. No me gusta su hija -Ambos abrieron sus ojos impresionados, lo que me hizo soltar una pequeña risa-. La amo.

-Bueno, tienes agallas.

-Tom...

-Perdón -Otra corta risa salió de mis labios. Y pensar que en un futuro, Marinette y yo podríamos ser así- Entonces, ahora que confirmaste que amas a mi hija y nos contaste tus frustrados planes... ¿Que piensas hacer?

Un sonoro suspiro salió de mí. ¿Qué que tenia pensado hacer? Fácil. Llorar.

-A decir verdad, se me acabaron los planes.

-Oh vamos, hijo. No te detengas nada mas allí -Mi futuro suegro pasó un brazo por mis hombros-. Si no pudiste conseguir una cena... ¿Por qué no le haces una?

-¿Hacerle una cena? -Ambos padres asintieron... No era mala idea.

-Te podemos dar unas cuantas cosas para que le hagas una y listo -La señora Cheng sonrió mientras me daba el girasol y el señor Dupain agarraba mi bolsa y metía un Baggett, macarons y un oar de crossaints más para luego enterarme la bolsa de nuevo.

-De veras... Muchas gracias. ¿Cuanto es por todo?

-Oh vamos. No es necesario -Dijo el señor para luego sonreírme y palmearme el hombro amistosamente-. Con que hagas feliz a nuestra pequeña bastará.

Abrazó a su esposa y ambos me sonrieron. Yo miré el girasol con una pequeña sonrisa en mis labios. Al final del día todo parecía estar a mi favor de nuevo. Levante la vista y les devolví la sonrisa que ellos me daban.

-Tengan por seguro que así será, señor y señora Dupain. Amaré como nunca a su hija. Se los prometo.

||Próximo Capítulo Express xd||

Miércoles 29 de Agosto.

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