Five: Dɪsᴀᴘᴘᴏɪɴᴛᴍᴇɴᴛ. Pᴀʀᴛ: ²
--Marinette--
Sólo escuchaba una sirena a lo lejos, mis párpados pesaban mucho, luchaba por mantenerlos abiertos. Y creo que por unos segundos, o tal vez minutos lo logré.
Al mirar a mi alrededor, pude reconocer que estaba en una ambulancia, ésta no marchaba, sino que se encontraba parada. Con cierta dificultad me logré incorporar en la camilla. Al instante un fuerte dolor de cabeza me invadió.
Rápidamente coloqué mis manos allí para calmar un poco el dolor, y al hacerlo, noté que había una venda. Fruncí el ceño para intentar que el ligero mareo se acabara. Volví a levantar mi mirada y pude ver mejor ésta vez.
Aun seguía lloviendo y podía ver que muchos Para médicos se encontraban frente al auto de mi papá, el cual... estaba destrozado.
-¡Rápido! -Gritó un paramédico al oír unas segundas sirenas- ¡Necesitamos una cierra!
¿Pero que demonios?
Salté dela camilla y me bajé de la ambulancia. Miré a mi alrededor y pude notar como había cinta policial alrededor del rango del accidente y de la ambulancia donde yo estaba, al igual que un montón de personas asomándose para ver que había detrás de esas cintas amarillas. Los dos autos estaban destrozados, pero solo uno de ellos estaba con paramédicos mientras que el otro, tenia policías revisándolo.
-¡Preparen la camilla! -Gritó ahora una paramédico mientras miraba hacia la ambulancia.
《Papá...》
Intenté caminar hacia donde ellos estaban pero una mano me detuvo que mi andar. Mire mi brazo y pude notar a una señora de treinta y pico de años sonreírme como si de una bebé se tratara.
-Veo que si estás bien -Dijo mirándome para luego agarrar mi cabeza con cuidado-. Tienes suerte de que tu padre haya amortiguado el golpe.
-¿Q-que...?
¿Amortiguar el golpe? ¿Mi padre me salvó? ¿Que rayos pasaba?
-¿D-donde está? ¿Donde está mi papá? -Le pregunté de manera atropellada a la paramédico quien me frenó en mi intento de ir hacia el auto de mi papá.
-Tranquila, cariño. Siéntate aquí -Dijo al hacerme sentarme en la orilla de la ambulancia.
Mi mirada seguía posada en ella, mientras que se ocupaba revisando mi cabeza y tapándome el panorama de enfrente. No sabia que es lo que pasaba y la desesperación sólo aumentaba más y más. Y sin poder evitarlo, empecé a llorar y sollozar de manera fuerte.
-Quiero ver a mi papá -Musité intentando quitarme a la señora de encima, pero ella simplemente no se movió- Por favor.... quiero verlo -Sollozé aún más fuerte-.
-Todo estará bien, cariño. Mejor dime cual es tu nombre -Intentó distraerme pero yo no podía hacerlo, podía notar levemente como la gente miraban tensos donde el auto de mi padre estaba.
-M-marinette...
-Muy bien, Marinette. ¿Te duele algo? ¿Ves borroso?
Yo negué. Estaba completamente bien, solo quería ver a mi papá. Lo necesitaba.
-De acuerdo. Necesitaré que me des el número de teléfono de tu mamá o alguien cercano a ustedes.
Momentáneamente la paramédico se hizo a un lado permitiendome visualizar como unos bomberos tiraban la puerta del auto. Todo parecía ir en cámara lenta para mi... A como pude, le dicté el número de mi madre. Ella lo anotó y me pidió que esperara mientras iba a llamar. Y como era de esperarse...
No le hice caso.
Caminé muy lentamente hacia nuestro auto. Todo estaba destruido, miré el otro auto que estaba rodeado de policías y sentí rabia al ver que este no estaba tan dañado como el de nosotros. Volví a centrar mi mirada en el nuestro... No podía creer que ésto nos pasó. ¿Acaso el haber confiado en esos hombres era lo que estaba pagando ahora?
De ser así, de verdad que lo siento tanto.
El rostro de decepción de mi padre volvió a golpearme, su mirada lucía tan apagada, tan rota. Lágrimas volvieron aparecer en mi rostro, mientras ahora pequeños sollozos salían de mis labios.
¿Por qué sentía como si algo me faltase?
-¡Traigan rápido una camilla! -Volvió a gritar el mismo paramédico que vi al despertar. Rápidamente unos salieron corriendo para acatar el orden de éste. Vi también como sacaban con algo de rapidez y seguridad al cuerpo pálido de mi padre. Verlo así... Me asustó mucho. Tanto que sentí algo dentro mío ser arrastrado hacia el suelo y mi respiración se cortaba.
Corrí lo más rápido que pude hacia los socorristas con mi corazón en mano, pero ellos fueron más rápidos y subieron a mi papá a la camilla seguidamente hacia la ambulancia, pero antes de que cerrarán las puertas, entré.
-¡Papá! -Grité entre un sollozo- ¡Papá! P-por favor mírame... Soy Marinette, papá. Mírame.
Sus ojos se encontraban entre cerrados le colocaron una mascarilla mientras un paramédico golpeó la pared de la ambulancia avisando que arrancaran.
-¿Que es lo que tiene? -Me dirigí ahora hacia al paramédico de allí y éste me respondió sin siquiera voltear a verme:
-Al parecer cuando ocurrió el impacto, lo recibió su lado izquierdo cuando intento amortiguar el golpe que iba dirigido hacia ti, ocasionando así, una hemorragia interna y unas cuantas costillas rotas.
Ahogué un grito de impresión y miré a mi papá otra vez. Pero esta vez, parecía tener un poco mas abierto sus ojos e intentaba hablarme. Me acerqué a él ignorando completamente al paramédico a mi lado.
-No te esfuerces papá -Comenté mientras agarraba su mano, la sentía un tanto fría. A duras penas sentí que quería tocar mi mejilla y le facilité la acción-. Lo siento tanto, papi.
-N-no... No lo hagas, mi pequ-eña...
-Nada de ésto hubiera pasado si te hubiera hecho caso, papá. Tenías razón, merezco tu perdón -Mi voz se empezó a entre cortar mientras mi respiración se aceleraba. Sentí muy bien como mi corazón se estrujaba al ver a mi papá con sus ojos cristalizados. Nunca lo había visto llorar.
De nuevo él intentó hablar pero una horrible tos lo atacó. Acuné su rostro entre mi mano derecha mientras intentaba sonreírle de una manera calmada.
-Escu-eschucha... -Dijo tan bajo que tuve que agacharme un poco para oir lo que me decía- T-tú perdóname a... Mi. No soy un buen papá.
-No no no no... Yo soy la que no es buena, yo no soy buena hija...
-N-no me hagas caso.
-Si mal no recuerdo estamos así por no hacerte caso -Intenté reír, pero rápidamente Lo reemplazó un sollozo.
Mi papá limpio lentamente unas lágrimas de mi rostro mientras se hacía a un lado la mascarilla.
-Y-yo... No voy a aguan...tar mucho... -Mi corazón se estrujó al escuchar eso... No quería que se fuera.
-No, no no. ¡No digas eso por favor! ¡Tu si vas a vivir! ¡Me prometiste que vivirías 200 años! ¡Y dijiste que una promesa nunca se rompe! ¡Así que no la rompas! -Lo miré intentando parecer enojada, pero era obvio que mi expresión era de total tristeza.
Mi padre sonrió levemente mientras sus ojos dejaban salir unas largas lágrimas que me terminaron de partir aún más el corazón.
-T-te pareces tanto a tu mamá.
-P-por favor papá -Solté en un sollozo. Me sonrió otra vez y me indicó que me acerca aún más a él. Asentí llorando y acerqué mi oído a su boca, ya que miraba mover sus labios.
-R-recuerda que... nunca te dejaré... Siempre... Siempre estaré allí... Para ti y contigo -De nuevo, una horrible tos le impidió seguir hablando por unos momentos, y al acabar, siguió hablando. Yo no lo quería interrumpir, sentía que lo tenía que escuchar-... Recuerdo cuando... Te cargue en mis... En mis brazos cuando naciste eras tan pequeña y... hermosa. Me juré a mi mismo protegerte de to-do... nunca dejaría que... fueras triste...
Quería decirle que no estaba logrando lo último, quería decirle que me estaba logrando hacer llorar. Pero no quería hacerle saber que estaba fallando a eso en sus posibles últimos minutos de vida... No quería verlo más destrozado de lo que ya estaba.
Me aferré aún más hacia él mientras me comenzaba a acariciar el cabello, justo como recuerdo que lo hacía cuando quería que me leyera un cuento o cuando tenía miedo y corría a sus brazos protectores o cuando simplemente le pedía que me cantara mi canción favorita... Somewhere Over the Rainbow Para calmar alguna pena mía de niña... Que cantaba idénticamente al señor del ukulele.
-Yo... Se que no fue un buen padre para ti... Pero créeme que T-te amo con... Todo mi corazón.
-No... Tu fuiste, eres y serás el mejor padre del mundo -Me incorporé un poco de mi posición para besar su mano... Se encontraba un poco mas fría-. ¿Escuchaste? Y nada hará que eso cambie.
Vi como me sonrió de una manera tierna, y ahora fue él quien besó mis manos y acarició sus mejillas con éstas. Tal como un pequeño gato.
-Te amo hija... Y siempre... Lo haré...
-¿De aquí al fin del mun-do...? -Hablé con dificultad por unos jadeos involuntarios.
-De aquí al fin del mundo... -Él volvió a sonreír - Tambien a tu mamá... dile que... Que la amo mucho y que es... Es la mujer más, más hermosa que eh visto en... En éste mundo... -Sentí como empezó a apretar mis manos entre las suyas y respiraba con más dificultad. Pero eso no fue todo.
Por tercera vez, volvió a toser... Pero esta vez, yo misma pude sentir que eran más fuentes que las anteriores dos veces, y que eran las que te dejaban el dolor en la garganta.
-Tengo... Tengo -Empezó a dar bocanadas de aire desesperado-... En la casa... Un regalo para ti. Para tus... 18... Y-yo no voy a... poder dártelo y nadie sabe que lo hice... Está, en... Mi closet... debajo de la camisa que... Tanto amas verme con ella -Una ligera risa salió de mis labios. Pues si mal no recuerdo el haberle dicho eso, era cuando yo apenas tenía 5 años.
-Allí está tu regalo... Abrelo cuando sea tu día... No hoy... mañana...
Mire la hora en mi celuar y me asombré al ver que ya era mas de media noche... ¿Cuanto tiempo estuve desmayada?
¿Cuanto tiempo estuvo mi papá atrapado en el carro?
Su respiración se intensificó aún más la tos no faltó en aparecer. Mis manos eran estrujadas en las de él. Mis ojos se empezaron a cristalizar nuevamente al ver como el parecía querer parar ese dolor. Yo también quería que parara.
-Di-dile también a tu mamá que... Gracias. Gracias por darme una familia y... Y por enseñarme lo que es amar... -Su rostro comenzaba a verse más pálido, yo solo pude acercarme más a él- Y a ti gracias por... Por dejarme ser una mejor persona y por... amarme t-tanto, mi pequeña. Gracias por enseñarme a ser mejor persona.
-No... Gracias a ti por enseñarme a ser una mejor persona y... Por favor... perdóname papá. Te prometo que trabajaré en la panadería desde el lunes -Arrastré su mano hacia mis labios nuevamente y la bese-. Pagaré mi deuda.
Mi padre empezó a negar mientras la maldita tos que tanto odiaba empezaba a atacarlo. Pero esta vez parecía no querer irse.
-Papá. Papá tranquilo, respira bien -Intenté calmarlo pero era difícil, el paramédico, que hasta el rato se encontraba dándonos un poco de privacidad, empezó a revisarlo, media su pulso y al hacerlo volvió a pegarle a la pared.
Sin duda algo malo pasaba.
Mi papá parecía querer decir algo, pero la tos lo impedía, yo trabata de calmarlo al ver que buscaba cine desesperación aire. No sabia que hacer, así que tal como él hacia para calmarme antes... empecé a cantarle muy suavemente, en susurro y sollozo...
-Some... where over... the rainbow, way up high. And the, d-dreams that you dreamed of once in... A lullaby... -Creo que estaba logrando mi objetivo, pues empecé a ver como su tos diminuía, pero su respiración se aceleraba aún más.
Me arrepentí de haber seguido viendo como respiraba de esa manera, pues cuando dejó de toser un poco... sangre empezó a salir de su boca. Mi llanto se intensificó y fue cuando ya no pude ser capaz de seguir cantando... Mi papá logró verme a los ojos y sonrió mientras leí en sus labios un:
"Te amo."
Luego de eso, pasaron dos cosas que nunca se borrarán de mis recuerdos...
Uno... Su mano se soltó de las mías.
Y la otra fue que... su respiración paró.
Acababa de ver a mi padre morir.
Cinco minutos después de haberlo visto partir y de haber llorado aún más, al fin habíamos llegado al hospital. No quería soltar a mi papá pero tuve que hacerlo. Vi como se lo llevaban y yo me quedaba en la ambulancia aún asimilado que lo había perdido.
《Y no conseguí su perdón al final...》
Me abracé a mi misma mientras bajaba de la ambulancia y caminaba hacia el interior del hospital a tomar asiento en unas sillas del área de emergencias. Miraba fijamente a la nada recordando los últimos segundos de vida de mi padre. Ya no podía soltar ni una lágrima, solo era capaz de temblar y sollozar, pero ni una lágrima aparecía.
Apreté el anillo que le había quitado a mi papá. Era su anillo de bodas. Mire con tanto sentimiento y ternura esa pequeña argolla en mis manos. No me quedaba en ni uno de mis dedos, pues era demasiado grande, así que lo guarde en mi bolsillo. Me sorprendió el hecho de que mi celular estuviera intacto.
Si tan sólo mi padre hubiera salido así también...
Cerré mis ojos e intenté calmarme un poco. Solo quería dormir, alejarme de este horrendo día y despertar sólo para saber que fue una horrible pesadilla... Pero era obvio que no sería así.
A lo lejos, escuché como alguien entraba preguntando por mí y por mi papá...
Era mi mamá.
Abrí mis ojos, y la vi. Destrozada, y llorando a mares. Otra imagen que no podré olvidar.
-Mamá -La llamé lo suficientemente alto para que me escuchara. Ella volteo a verme y sonrió, corrió hacia mi y me abrazó.
La sentía temblar también, sus sollozos se mezclaron con los míos y ella soltó sus lágrimas... Yo no pude más que liberar una.
-Mi vida. Dime que estás bien -Decía mientras me revisaba y detenía sus manos en la venda en mi cabeza. Besó el lugar y me volvió abrazar-. Dios... No sabes lo preocupada que estaba, mi cielo. ¿Don-donde está tu papá?
《Dios... ¿Cómo le digo?》
-Mamá... Él... -Sentí un nudo formarse en mi garganta al intentar decirle lo sucedido a mi mamá. Ella entendió mi acción y se soltó a llorar más fuerte. Me acarició el cabello y me susurraba que estaríamos bien. Pero sabía que en realidad, esas palabras se las decía para ella misma.
-¿Señora Dupain? -Una voz nos sacó de nuestro momento. Y al dirigirla hacia el frente, notamos a un doctor. Mi madre asintió en respuesta y el le pidió que fuera con él.
-Oh... -Me miró antes de seguir caminando con el doctor- Llamé a Adrien para avisarle sobre... El accidente.
Y después, se fue. Yo abrí mi ojos en asombro. Con todo ésto, me había olvidado que tenia novio, el cual me siempre me pedía que chatearamos en la noche para contarnos nuestro día.
Me volví a sentar en las sillas y miré mi celular por unos instantes, para ser más precisa, en una foto. mía y de mi papá...
Una ligera sonrisa se me formó en los labios al acariciar la pantalla, justo donde el rostro de mi papá se encontraba. Aún no podía creer que ya no estaría con nosotras.
-¡Marinette! -Escuché gritar a mi lado derecho. Al levantar la vista pude divisar a mi novio con la respiración agitada y buscándome con la mirada.
Yo me levanté de mi asiento para indicarle donde estaba. Vi como su postura se relajó un poco pero eso no impidió que se detuviera de su andar. Corrió hacia mi y al tenerme cerca se abalanzó sobre mi provocando que casi nos cayeramos.
-Hermosa -Jadeó acariciando mi cabello con suma ternura y preocupación-. ¿Estas bien? ¿Te duele algo? ¿Que pasó?
Sus preguntas me terminaron de marear por completo, así que tomé su rostro entre mis manos e hice que me viera fijamente- Mírame... Estoy bien. ¿Si? No me pasó nada.
-Y... ¿Y tu papá...? ¿Él esta bien? -Preguntó imitando mi acción para luego acariciar mis mejillas.
Y justo cuando pensé que ya no tenía lágrimas, empecé a soltar junto con unos sollozos horribles.
-Se podría decir que ya está bien en otro lado.
Adrien comprendió en mensaje, pues rápidamente me abrazó contra su pecho y permitió que me descargara de cualquier emoción. No me di cuenta de cuando nos sentamos en el piso para yo seguir llorando. Varias veces vi que mucha gente en la sala me miraba con miedo. Miedo a que les pasara lo mismo.
Como a la hora, llegaron el señor y la señora Agreste. Hablaron con mi madre, nos dieron las condolencias y no se separaron de nosotras. Aun me costaba asimilar que esto estaba pasando.
Al realizarle la autopsia a mi padre, le dijeron a todos lo que el paramédico me había dicho que tenia. Hemorragia interna y costillas rotas; al parecer una de sus costillas perforó un órgano vital lo que le ocasionó la muerte. Mire mi celular y vi la hora.
5:00 am
《Mañana será tu décimo octavo cumpleaños, Marinette》
Solté una ligera risa para mis adentros. Según yo, mis peores cumpleaños empezaron a mis 11. Que equivocada estaba.
-Les ayudaremos en los gastos funerarios y en cualquier cosa que necesiten -Habló con suma delicadeza la señora Agreste acariciando mi brazo desnudo aún permaneciendo en el abrazo de Adrien.
-No... Por favor, no se tomen esas molestias -Dijo mi mamá con algo de pesar-. No es necesario.
-No es una molestia en lo absoluto -Continuo el señor Agreste.
-Total... Seremos familia mas adelante ¿No? -Volvió a hablar su esposa pero esta vez dirigiendo su mirada hacia Adrien y yo, quienes volteamos a ver a otro lado sonrojados.
Mi madre sonrió y soltó un doloroso suspiro para terminar aceptando la propuesta de los Agreste. Adrien me abrazo más fuerte y beso mi frente con ternura. Sin duda le dolía ésto a él también.
Mi mente volvió a repasar lo sucedido en la carretera. Nadie sabría porque estábamos fuera de la ciudad. Nadie, solo mi mama y yo, mi padre ya se había llevado eso hacia el cielo... Ya no quiero sentirme más culpable. Solo quiero que mi papá me perdone.
《Ésto no se quedará así, hermanos Pierre. Tengo fe en que las pagarán》
A las 5:30, todos nos fuimos para nuestros respectivos hogares, mi madre y yo teníamos que preparar la casa para el funeral aún con el corazón en la mano.
Pero había algo que no podía dejar de pensar... No le fallaré a mi padre en esa ocasión. Ya lo había decepcionado en vida... No lo haría más aún él estando muerto. Haré lo que siempre quiso que hiciera.
Trabajaré día y noche aquí, en la panadería. Hasta que pague cada centavo que lo hice perder en esa maldita farsa. No había vuelta atrás. Éste es mi castigo y lo debo cumplir.
Aunque eso implique tirar a la basura mis sueños y metas en la vida. No le fallaría más a mi padre.
《Oh papá... Me hubiera gustado que me perdonaras... Por favor papá, ojala aceptes la que haré a partir de que dejes ésta casa... Por última vez. Deja de ser orgulloso sólo por... Por el amor de una hija》
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro