💀Única Parte.💀
ATENCIÓN: En esta historia se toman actitudes con respecto al satanismo, sangre y muertes.
Taehyung a sus veinte años aún seguía amando los circos, sus personajes favoritos eran los payasos y al enterarse que el circo "Sourires De Cirque" estaba próximo por llegar, sus ganas de ir aumentaron. Sus padres le regalaron las entradas cuando el circo anunció sus primeras fechas.
Sin duda, el mejor regalo que sus padres pudieron darle.
Se miró al espejo y sonrió. Se había vestido adecuadamente para la ocasión, estaba listo para reírse por dos horas y media. Bajó hasta la sala, despidiéndose de sus padres con emoción.
—Nos vemos padres, el circo me espera —dijo emocionado.
—Cuídate, amor. No regreses tarde, en cuanto termine la función regresa ¿Recuerdas que día es hoy?
—Lo sé, madre. No pasará nada malo, aparte los circos siempre vienen para este mes y no me puedo quedar sin ir solo porque es Halloween.
—Bien, anda, llegarás tarde —le sonrió.
Taehyung caminó hasta su madre para besar su mejilla, hizo reverencia a su padre y salió de su casa con destino al circo.
Cuando llegó miró la gran carpa de color blanco y rojo que se alzaba enfrente de él. Sonrió, sus ojos brillaron tan fuerte como los foquitos que iluminaban el lugar. Muchos padres con sus hijos se encontraban ahí, riendo y haciendo fila para comprar sus boletos, algunos compraban algodones de azúcar y otros se quedaban admirando los magníficos personajes que ahí se presentarían. Su emoción aumentó al mirar la carpa de payasos.
Las bocinas del circo sonaron dando la segunda llamada. Taehyung corrió hasta el divertido payaso que se encontraba recibiendo las entradas.
Este le sonrió con felicidad al mirarlo. Taehyung le sonrió de vuelta, entregándole su entrada.
—¿Y tus padres? —le preguntó con una divertida voz.
—Ellos no vinieron, pero no me podía perder sus espectáculos —sonrió mientras se balanceaba en sus pies.
—Bien, nosotros cuidaremos de ti —dijo sin apartar la mirada de él, sonriendo grande.
El payaso rompió la mitad del boleto y le entregó el otro pedazo mientras lo dejaba pasar. Taehyung sonrió, entrando entusiasmado al recinto.
Miró dentro del lugar, todo estaba adornado con luces blancas y otras de colores, había fotografías de los actores del circo en cada parte de este, mostrando sus nombres y sus rostros. El menor corrió por un buen lugar, ocupando uno en espera de la función. No pasó mucho cuando las luces comenzaron a bajar. Taehyung se emocionó demasiado.
Las luces se volvieron a encender al mismo tiempo que una melodía alegre comenzaba a sonar. Los payasos entraron primero, animando a la gente que se encontraba en el lugar.
Los ojos de Taehyung brillaron mientras los miraba. De pronto todos parecían tropezar y caer uno a uno. La audiencia rio mientras los payasos seguían en su acto.
El menor no podía apartar la mirada y mucho menos del payaso más sonriente entre todos. Cuando el último acto de la noche terminó las personas comenzaron a salir.
Taehyung caminó detrás de la carpa, directo a las casas rodantes. Quería ver de cerca a los payasos, todos eran muy divertidos.
Logró escabullirse, mirando todas las casas rodantes sin saber cúal era la indicada, hasta que escuchó voces. Se escondió, mirando a todos los payasos despidiéndose mientras se dirigían a sus respectivos lugares. Ahí lo encontró, tenía que pasar primero con el más sonriente.
Corrió a la puerta, entrando sin hacer ruido. El hombre se encontraba de espaldas a él mientras encendía un cigarrillo y esperaba a que la máquina de agua terminara de llenar su vaso.
—Señor payaso —habló lo suficientemente alto para que el hombre lo escuchara.
El payaso se giró sorprendido, pero al mirar al bonito menor se sacó el cigarro de sus labios, hundiéndolo en su vaso con agua.
—¡Joli garçon! (Niño bonito) ¿Qué haces aquí? La función ha terminado —le dijo sonriente.
—Tu acento es muy lindo ¿Estás seguro de que eres asiático? —se rio un poco.
—Lo soy, pero viví durante muchos años en Francia, es por eso que pertenezco a este circo.
—¿Sabes francés? —preguntó sorprendido.
—Oui Oui, pero dime ¿Qué te trae por aquí? —preguntó sin borrar la gran sonrisa que decoraba su rostro.
—Quería hablar contigo —soltó entusiasmado.
El payaso miró la emoción del chico, sonriendo grande. Amaba a los niños felices como él, se divertía con ellos y después... Después se los comía.
—¿De qué quieres hablar, cariño? —habló con su tono de voz normal.
Taehyung abrió su boca con sorpresa al escuchar su voz. Toda su vida pensó que los payasos nacían con esa voz y con esos alocados cabellos, por tantos años se maldijo por no haber nacido como payaso. Ahora era mayor y ya no creía en ello, pero no pudo evitar sorprenderse ante el tono ronco pero atrayente de su voz.
El hombre caminó hasta él sin despegar su mirada. Taehyung se sintió cohibido por un momento, pero después sonrió en espera del próximo movimiento.
El payaso dirigió sus manos detrás de su espalda, tomando su arma para atacarlo. El menor seguía mirándolo con una sonrisa hasta que el mayor lo sacó.
Taehyung dio un saltito divertido al mirar el largo globo color rojo. El payaso comenzó a inflarlo hasta que estuvo lo suficientemente lleno, ahora comenzó a doblarlo ante la atenta mirada del lindo chico.
—¡Un perrito! —gritó emocionado.
Tomó el globo con aprecio, sonriendo para después lanzarse a sus brazos. El hombre lo recibió con sorpresa, pero al mirar su lindo cuerpo no pudo evitar rodearlo con sus brazos.
—Le llamaré Yeontan —dijo, mirándolo desde abajo.
—Es un muy bonito nombre, tan lindo como tú.
—¿Yo?
—Sí, lo eres, claro que lo eres —le sonrió.
—¿Cómo se llama, señor payaso? Sonríe mucho y por un momento pensé en llamarle "Sonrisas" pero sería descortés de mi parte hacerlo.
—Tranquilo mi amor. Me llaman J-Hope.
—¿J-Hope? Bonito nombre.
—¿Te gustan los payasos?
—¡Sí, me encantan! Mamá dice que si me porto bien y hago mis deberes seré un gran payaso en el futuro, pero soy mayor de edad y ya no le creo, aunque deseo algún día ser un payaso tan divertido como tú.
—¿Por qué esperar demasiado tiempo? Yo puedo ayudarte a que lo seas —sonrió, ganándose la sonrisa emocionada del menor.
—¿Puedes?
—Claro que sí, pero con una condición —lo miró fijo, pasando su lengua por sus labios.
—¿Cuál es?
—Me dejarás hacer lo que yo quiera contigo —su sonrisa se hizo grande.
—Lo prometo —soltó con felicidad.
J-Hope asintió, estirando su mano. Taehyung la tomó, pronto el hombre lo dirigió hasta su pequeña habitación dentro de la casa rodante. Lo sentó enfrente del espejo y tomó su maquillaje.
Comenzó a colocar la pintura mientras se acercaba a su rostro. El menor no paraba de sonreír, su sueño al fin se hacía realidad.
—¿Tus padres te dan besos? —le preguntó mientras buscaba el siguiente color.
—¡Sí! Mamá me besa en las mejillas, a veces en la frente y cuando era pequeño me daba besitos en los labios.
—¿Me puedes enseñar? A mí nunca me los dieron mis padres.
Taehyung asintió mientras se acercaba a sus labios. Los unió con los del hombre por unos segundos y luego los separó con una sonrisa.
—Muy lindo —sonrió—. Estoy por terminar y cuando termine te enseñaré a como ser un buen payaso.
—¿Seré el mejor de todos? —preguntó inocente.
—Lo serás.
J-Hope terminó de colocarle el último color, dejando que el menor se mirase al espejo. Taehyung abrió la boca con sorpresa y después regresó hasta el mayor.
—Ven, cariño. Te enseñaré.
Sus manos se entrelazaron mientras caminaban hasta la puerta. J-Hope miró fuera de la casa rodante, no había nadie ahí. Salió con el menor, corriendo hasta el bosque sin soltarlo.
—¿Qué hacemos aquí? —preguntó cuando pararon de correr.
—Los payasos siempre tenemos que pedirles ideas a los espíritus, que nos den el don de hacer reír a los grandes y pequeños.
Miró al piso y ahí se encontraban varias piedras haciendo una formación que Taehyung no entendía el significado, solo podía apreciar una estrella encerrada en un círculo con unas velas negras alrededor.
—Ven, siéntate en mis piernas mientras hacemos esto.
El menor obedeció, caminando hasta el payaso para sentarse en sus piernas y mirar sus movimientos con determinación. Eso ya era pasarse un poco más de la línea de lo que estaba bien de lo que estaba mal, pero Taehyung no lo veía así, de hecho, había tenido problemas con respecto a su forma de ser, ya que era muy ingenuo. Sus veinte años se los vivía como si todavía fuera un niño que miraba el mundo por primera vez. Era lindo, pero no enfrente de las personas correctas.
Podía escuchar al alegre payaso recitar en otro idioma, también podía sentir sus manos colocándose en su cintura de vez en cuando hasta que este se acercó a su oído donde susurró algo que le erizó la piel.
Las velas se habían encendido ante sus ojos, no había nadie quien lo hiciera, él estaba sentado en las piernas de J-hope, entonces el lindo payaso no las pudo encender.
Sus ojos se abrieron grande cuando sintió algo de metal haciendo presión en una de sus manos.
—¿Qué es esto? —su voz tembló.
—Tranquilo, pequeño, ya estamos terminando, solo falta un poco más —y la navaja se abrió paso en su piel.
Taehyung soltó un chillido ante el dolor, comenzando a removerse en las piernas del payaso. Este reía, tan excitado al mirar la sangre brotando de la mano del menor.
De un movimiento rápido logró levantar a ambos, acercando al menor a la estrella en el suelo. Ahí apretó hasta que la sangre rodó por sus dedos, cayendo en el centro de la estrella.
Taehyung cayó al piso cuando el payaso lo soltó, ahora mirando como este hacía el mismo corte, solo que en su propia mano. Repitió la acción, dejando su sangre brotar, mezclándose con la del menor. Al mismo tiempo recitando las mismas palabras en otro idioma.
El viento sopló fuerte y helado, Taehyung cubrió su propio cuerpo con sus manos. El fuego de las velas negras se movía con fuerza, tan altas e intensas. Las hierbas del lugar se movían como si animales estuvieran sacudiéndolas. Podía escuchar voces, gritos, llantos, risas, hasta que todo paró.
Las velas se apagaron, el viento dejó de soplar y las plantas dejaron de moverse. J-hope estaba de rodillas enfrente de la estrella.
Lentamente se giró, sus ojos estaban completamente blancos, la pintura blanca estaba combinada con sangre, su maquillaje estaba corrido, no parecía un humano.
Su temor aumentó cuando lo miró tomar la navaja, lamiéndola ante su atenta mirada.
Taehyung chilló cuando este se movió hasta él, tomando su mano para retirar la sangre de esta con su lengua.
—Ya me quiero ir —susurró con lágrimas bajando por sus mejillas, llevándose la pintura que anteriormente el mayor le había colocado.
—Y te puedes ir cariño, solo dame un último beso —su voz era rasposa y profunda.
Taehyung miró sus labios, estos estaban mojados con su sangre y con la sangre del payaso. Pero quería irse, y sabía que no se podría ir si no lo besaba. Lentamente se acercó, uniendo sus labios en un rápido beso.
Pero no terminó ahí, el hombre había sujetado su cabeza, uniendo sus labios nuevamente, besándolo profundo y desenfrenado, mordiendo sus labios hasta sentir la sangre en ambas bocas.
—Viens amour, prends le corps de cet enfant et reviens vers moi (Ven amor, toma el cuerpo de este niño y regresa a mí) —gritó con voz gruesa, siendo observado por un muy asustado Taehyung.
Entonces todo se volvió negro.
Al abrir sus ojos sentía su rostro doler, sus labios le ardían y dolían. Se puso de pie, notando que seguía en la casa rodante del payaso.
—Amour? —lo escuchó—. Vous êtes-vous réveillé, ma vie? (¿Despertaste, mi vida?)
¿Era posible entender un idioma que nunca había hablado, ni aprendido? El hombre llegó hasta él, ahora ya no llevaba ese vestuario y peluca coloridos, ni llevaba ese maquillaje blanco y colores rojos, era un hombre normal y muy guapo.
—Je vais bien. Que s'est-il passé? (Estoy bien ¿Qué fue lo que pasó?) —había salido de su boca, ni siquiera entendía porque hablaba francés.
—Ofrecí el cuerpo de este niño para que volvieras a mí —dijo sonriente, caminando hasta Taehyung para tomar su mano y besarla con cariño.
¿Había escuchado bien? ¿Ofreció su cuerpo? pero si Taehyung estaba consciente de lo que pasaba ¿Acaso era una broma?
—Me olvidaba... Taehyung, nunca había visto a una persona tan alegre con los payasos, es por eso que decidí quedarme contigo —sonrió, acercándose para besar su mejilla—. Además, eres muy bonito...
Un gemido había salido de los labios del menor ¿Por qué de pronto se sentía tan atraído hacia ese hombre?
—Tal vez sea difícil al principio, pero te acostumbrarás... Tienes al espíritu de mi novio, ambos compartirán tu cuerpo. Cuando él aparezca no recordarás nada, otras veces sí, pero tranquilo, yo te ayudaré con ello —un beso en sus labios fue depositado.
Taehyung suspiró, tomando la camisa del hombre para besarlo con pasión.
De pronto toda su inocencia se había ido, volviéndose malo, tan oscuro, ahora sería como aquel payaso, controlados por los demonios y entes que anteriormente habían sido invocados.
—Tranquilo mi amor, tienes que ir a casa —una mano recorrió sus cabellos después de alejarse de sus labios—. Ellos sospecharan y si nos ven juntos no será bueno ni para ti, ni para mí.
—No quiero irme, Hoseok —volvió a besar sus labios ¿Cómo es qué sabía el nombre del payaso?
El beso se tornó brusco, Taehyung comenzó a morder los labios del otro hasta que el saber metálico los hizo separarse sonrientes.
—¿Te gusta, bebé? —una pequeña gota de sangre corrió de sus labios hasta su barbilla.
¿Por qué la sangre lo excitaba tanto?
Taehyung asintió, acercándose para lamer la sangre y succionar el labio del contrario.
—Juntos podemos divertirnos, bebé, traeremos a más niños, los ofreceremos a nuestro señor y luego jugaremos con su sangre ¿Eso quieres?
Taehyung volvió a asentir. Sintiendo su entrepierna doler de solo imaginárselo.
—Bien, eso haremos, cariño. Ahora déjame hablar con él.
Sus ojos quedaron en blanco, cayendo nuevamente al colchón de la cama. Todo volvió a ser oscuro para Taehyung.
—Ma vie (Mi vida)
—je suis ici (aquí estoy)
—Le garçon a accepté, tu peux rester (El niño aceptó, te podrás quedar)
—Pouvons-nous continuer à tuer sans que personne ne nous sépare à nouveau? (¿Podremos seguir asesinando sin que nadie nos separe nuevamente?)
—C'est ma vie, personne ne nous séparera à nouveau (Así es mi vida, nadie nos volverá a separar) —sonrió, sintiendo sus lágrimas bajar por sus mejillas.
Entonces el hombre se acercó al chico, besando sus labios con amor. Había extrañado a su novio.
Aquel joven francés de piel pálida, el que lo había metido al mundo de lo oscuro, haciendo ofrendas al gran señor Satanás. El hombre que cumplió todas sus promesas, haciéndolo famoso entre los niños, para que con esa facilidad y amor los atrajera para terminar entregando sus vidas como una ofrenda, hasta que obtuvo el permiso del más allá para poder sacar del infierno el alma de su novio y traerlo de vuelta en el cuerpo de aquel chico inocente y hermoso.
Después de ello Taehyung regresó, despertando en el beso. Mirando con ojos de amor al mayor.
—Anda bebé, ve a casa, tu primera misión es asesinar a tus padres —su mirada se volvió oscura, al mismo tiempo que relamía sus labios—. Cuando termines ofrece la sangre a nuestro gran señor, él te ayudará a regresar conmigo y entonces podremos ser felices, tanto como a ti te gusta.
Taehyung sonrió. Levantándose rápidamente. Besando los labios del hombre había desaparecido en la puerta de la casa rodante.
La luz del día lo hizo cerrar los ojos. Miró a su alrededor, no había nadie más, entonces se escabullo hasta alejarse del gran circo. Llegando a su casa tiempo después.
Sus padres estaban preocupados cuando lo miraron llegar, pero él solo podía ver dos cadáveres enfrente de él.
Hizo lo que el payaso hizo anteriormente con él. Creó una ofrenda en medio de su casa, colocó su sangre y después de una gran lucha con los mayores, sus cuerpos y el gran charco de sangre cubrían por completo la estrella.
Ahí fue donde lo vio, oficialmente estaba dentro de la secta satánica. Ahora podría correr a los brazos de su payaso.
El tiempo pasó, meses después encontraron lo que quedaba de la familia Kim, fue una gran noticia que azotó al pueblo, se desconocía al asesino y el menor de los Kim no era una opción ya que habían encontrado un hoyo en el patio trasero donde encontraron un cadáver y la ropa que el joven utilizaba.
Al pasar los años el circo seguía funcionando, ahora con su nuevo y más reciente artista.
Este se hacía llamar "V" Y era tan risueño y hermoso, tan amado por familias enteras.
Aquel chico inocente de veinte años se había vuelto el payaso más amado, pero con un gran oscuro secreto a sus veinticinco años, junto a su pareja. Nadie pensaba que aquellos payasos fueran los responsables de tantos niños desaparecidos, pero así era...
¡Hola!
¿Qué tal?
¿Qué les pareció?
Quería implementar el tema del satanismo y las ofrendas, como lo que le sucedió a Taehyung y a Hoseok, por hacerlas su vida cambió y resaltaban entre los demás payasos. También en la forma en como por hacer el ritual Taehyung se volvió otra persona diferente, ahora, como se leyó, él también hacía rituales para atraer a más gente con ayuda de Satán
La actitud de Taehyung también era inocente y despreocupada, hasta que Hoseok ofreció su cuerpo y pudo regresar la alma de su novio muerto
Creo que lo hice así porque es un tema muy oscuro, ya saben, payasos, satanismo, todo eso jaksjaj
Espero que les guste 💜
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Créditos© al creador del video
¡Adiós!
~×~×~×~×
Portada hecha por: @Merly_Ggukmin ❤ ¡Muchas gracias!
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