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✿⌇≈ ▸༼19༽

Las sirenas sonaron por la desierta calle, estaban en una de las zonas más residenciales de Seúl.

El Grandioso Alfa Kim Namjoon, era el General encargado del caso Park, así fue como llamaron al delito que cometió Park Jimin, el conocía la influencia que tenía la grandiosa familia de magnates en los negocios, conocía su historia, logros y demás ya que siempre eran muy alabados en todos los medios de comunicación, deberías de vivir en una roca si no sabías quiénes eran ellos. Y por lo mismo, para el fue muy impactante saber que ahora la familia estaba involucrada en un problema con la corte.

Su trabajo no sería tan simple  debía de investigar como fue que sucedieron las cosas, la historia detrás de todo. El primer lugar que debían de investigar sería el hogar de los involucrados, la mancion del alfa rubio.

— General Kim – el auto que tenía las luces rojas y azules tintineando, frenó estacionado en frente de un portón de hierro. — La dirección da a este lugar, ¿Debemos de esperar o entramos de una ves? — el joven policía miro a su mayor esperando una respuesta.

El pelinegro miró el lugar, inspeccionando los alrededores, era un lugar tranquilo así que solo quedaba salir y entrar al domicilio para recaudar pruebas.

— Procedan – ordeno.

Los oficiales salieron de los vehículos, eran en total 5 oficiales a su cargo. Caminaron decididos hacía el portón, ingresaron una llave al costado de el seguro y se abrieron las puertas, todos se fueron distribuyendo por los alrededores, entrando tres hacia el jardín.

El pelinegro camino viendo todo su entorno, estando alerta ante cualquier cosa que se viera sospechosa. Subió unos pequeños escalones y la puerta de la mansión apareció frente a él, esta estaba ligeramente abierta.

-Sospechoso- pensó, su lobo se puso inquieto, indicando le que algo no andaba bien.

— Preparence – exclamo con cautela sacando su arma, los dos oficiales a un lado suyo sacaron sus armas para resguardar lo, el ambiente se puso un poco más tenso.

Namjoon pateó la puerta y apunto al frente, aunque no pensaba encontrarse esa escena en frente.

— Pero que de...

— ¡General, Park escapó! – llego gritando uno de sus oficiales, sacándole  una mirada de asombro y enojo — Hubo una revelion, todo fue planeado – termino de informar cuando sus ojos vieron dentro del la mancion y fijo sus ojos en el cuerpo inerte de una omega. — Mierda... – susurro más para el.

— Bien, ustedes dos quédense para los informes y el levantamiento del cuerpo, y los otros tres acompañenme a la corte, hoy debemos de encontrar a Park, debe de pagar sus delitos. –

Y con un aura imponente salio de ahí, debía de hacer que Park pagara su deuda con la corte.

 
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— ¡Caminen! – el grito del hombre fornido y vestido de negro retumbó en el automóvil que tenía las puertas abiertas esperando la salida de los individuos que la ocupaban.

Este era el aeropuerto Houkduo, una antigua estación de helicópteros en los 80, quedó rescindido y fuera de las rutas de vuelo por lo malograda que estaba y lo peligrosa que era su ubicación, pero para una huida este lugar era de los mejores, ya que nadie sabía que aún estaba en funcionamiento.

El día de hoy, Houkduo seria el lugar donde todo cambiaría, pues Park Jimin  era trasladado a Japón, para ser refugiado en la embajada.

Los hombres que estaban dentro del auto salieron apresuradamente del automóvil, entre ellos estaban Hoseok y el señor Park. Tomaron al alfa sedado que estaba en los asientos traseros, seria mucho mejor trasladarlo así porque el alfa no dejaría nunca a su omega.

Los pasos se hicieron aún más presuroso al oír a lo lejos una patrulla.

— Señor – Hablo Hoseok, mientras subían al helicóptero y dejaban el cuerpo del alfa en los dos asientos que estaban a un costado de la cabina – Debo de quedarme, voy a verificar que todo salga bien con Jungkook y que ellos se puedan encontrar — tras recibir el asentimiento del señor Park, Hoseok se bajó del helicóptero y salió disparado hacia su automóvil para luego tomar la ruta subterránea y salir del campo de visión.

En la pista de vuelo, unos alfas se enfrentaban a sus lobos que querían salir gruñendo ante la frustración que sentían, el helicóptero aún no despegaba, y parecía no querer hacerlo.

— ¡No perdamos más tiempo! – grito el señor Park.

— Nose que es lo que pasa, no quiere despegar – hablo el piloto.

La tención era mucha, pues las sirenas no paraban de sonar, acercándose más a cada segundo que pasaba.

Unos gruñidos salieron por la boca de el alfa que estaba al mando del señor Park, el era Lee Jae Sang , uno de los fieles guardaespaldas que tenía la familia Park, desde que tuvo memoria estuvo al lado de -la que consideraba ya- su familia. Estuvo al lado de su padre y cresio en el mismo lugar que Jimin, ellos dos eran más unidos que cualquiera, mejores amigos y hasta podríamos decir que hermanos. Jae se tuvo que marchar a Japón por cuestiones de entrenamiento, estuvo ahí hasta hace dos días, cuando el señor Park le avisó de la situación y también le pidió su ayuda, y sin dudarlo el acepto. Jimin era muy apreciado por el y jamas se negaría a ayudar al rubio.


Estaba frustrado, las sirenas ya se acercaban y el helicóptero aún no despegaba.

— Encontré el error, lo arreglare – hablo el piloto en medio de miles de olores picantes que desprendían los alfas enojados, movio algunas cosas y trato  de encenderlo de nuevo, esta ves si funciono.

Unos segundos más y ya la policía llegó al lugar de los automóviles salían muchos alfas con armas en las manos, el helicóptero estuvo unos centímetros sobre el suelo cuando de desató una gran balacera, Jae serro las compuertas y el helicóptero despegó subiendo a los cielos.

El la pista estaba Namjoon tratando de apuntar al tanque del helicóptero, ya cuando tuvo su objetivo localizado, fue cuando el helicóptero salió disparado, llegando tan lejos que no podían apuntarle, el simplemente disparo al aire muy frustrado, se le habían escapado.

— General Kim – de nuevo estaba aquel oficial a su costado. — ¿Como procedemos?

Namjoon estaba pensando y solo había una opción y era la más lógica.

— El omega que estaba con Park aún se encuentra hospitalizado, si llegamos a el y lo metemos preso también tendremos a Park.– miro a el oficial — vayamos a el hospital. Por ahora debemos de montar guardia he informar a la corte.

Con un asentimiento el oficial prdeno a los demás a subirse a las camionetas.

Namjoon sabía que esto se estaba saliendo de sus manos, extrañamente no se sentía frustrado, sino extrañado de sentir como su lobo se encontraba en calma, como agradeciéndole que dejara marchar a Park. Nego y se subió a su automóvil para ir al hospital, no dejaría que esto se saliera de sus manos.








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Dos horas antes con Kim Taehyung...

Esta bien, es fácil y sencillo  todo saldrá bien.

Se alentó al tomar aquel paquete de pastillas que le extendió el Alfa.

— Recuerda, no te conozco y no me conoces –  dijo contando el dinero que descansaba en sus dedos.

— ... Esta bien– con un asentimiento metió la caja a su mochila.

El había comprado unos SP y una inyección, supresores en pastillas y líquidas, a su nuevo guarda espaldas, el era joven y se podría decir que ya era considerado un buen  amigo para el.

Los supresores, eran considerados como algo ilícito para ellos, la corte los había prohibido ya hace varios años, porque los omegas solo perdían su virginidad cuando estaban casados y con una marca, antes de eso ningún omega tenía derecho a el coito, sea cual sea el caso, ni en los celos podía pedir ayuda para satisfacerse, esto fue implementado luego de que existieran varios casos de padres solteros y omegas abusados, según la corte era una gran manera de tener el control.

Taehyung estaba asustado, lo que pensaba hacer no sería fácil pero era la única forma.

Tomo la mochila y le metió los "taper" que en lugar de llevar comida, estaba lleno de dinero que esa mañana había retirado de una cuenta secreta que tenía, una que le había regalado su abuela y que el era el único que sabia la contraseña, sabía que su abuela estaría orgullosa de él sí supiera lo que estaba por hacer, la conocía muy bien al igual de que la amo antes de que ella se fuera al cielo, el peligris la tenía muy presente en sus recuerdos, siempre amo a su abuela.

Tambien metió ropa que estaba sin olor, y que le serviría para escapar con el omega, decidido tomo las correas de su mochila y salió hacia el baño, saco una pastilla de la caja que antes le habían dado, sabía que los supresores tardaban unos minutos antes de hacer efecto, el tomaría unos e inyectaria a ese omega con otros, sus olores debían de suprimirse para que nadie los encontrara, bueno, al menos hasta que estuvieran lejos.

Tomo un poco de agua y se vio al espejo, ya era hora.

— No te asustes Tae, esto saldrá bien, lo que papá está por hacer es algo malo y no dejaremos que lo haga, ya lo tienes todo, solo hazlo bien. – se auto regalo una sonrisa cuadrada, para darse fuerzas.

Ya más tranquilo salió hacia el portón  sus pisadas eran cada una el inicio de algo nuevo y desconocido para el, que en el futuro le traerían muchas experiencias, dolor, amor, envidia y varios nuevos sentimientos, solo que el aún no lo sabía.


Kim Taehyung podría ser fácilmente una oruga que estaba aún envuelto en un capullo, no sabía casi nada de las cosas que sucedían en su entorno, siempre fue criado con las más grandes comodidades y aún así no era egocéntrico ni orgulloso, sabía lo que tenía y siempre trataba de disfrutarlo, nunca salía de su casa y si lo hacía era para ver a su padre, la única persona que el conocía aparte de su padre fue su primo que traía su abuela para que jugara con el.

Ahora que era casi un adulto y que tenía consciencia, sabía que las cosas que su padre hacía no eran del todo buenas, hace dos años atrás no sabía nada de esto pues aún estaba al lado de su abuela y jugando con su primo que era mayor a el al que quería mucho. Era el momento de visitar a su primo para pedir su ayuda, ellos eran inseparables así que sabía dónde vivía gracias a las llamadas que se hacían. Era momento de ver de nuevo a Jinnie.

Su automóvil iba llegando a el hospital, de pronto sintió emociones que no eran suyas, como si su lobo estuviera soñando en medio de su desmayo  ya que con los supresores eso sucedía, su lobo se adormecida y su olor desaparecía. El se puso una chaqueta que antes había impregnado de su olor, luego la dejaría tirada por ahí para despistar.

— Llegamos  – hablo su chófer que era su más conocido guardaespaldas, lo conocía desde que tenía razón, así que el era el de confianza de su padre, al lado de ese alfa estaba el guardaespaldas que le había dado los supresores, ellos tenían un plan y ya estaba en marcha, se miraron un segundo por el espejo retrovisor y se asintieron en señal de lealtad.

El se bajó y entró al hospital como todos los días, conocía muy bien el lugar, era su segundo hogar.

Camino por los puntos ciegos de las cámaras, estos eran muchos así que no tuvo que esforzarse.

Siguio su rumbo y vio la puerta de la habitación, ese día su padre le había comentado que tenía una operación y que solo devia de dejar su comida a la enfermera de la recepción ya que estaría demasiado ocupado... pero el no lo haría, no.

Entro sigilosamente asegurándose de que su cara quedará cubierta de las cámaras y que su figura también fuera borrosa.

Ya estando dentro suspiro, este era un plan loco pero era el único.

Vio el cuerpo ya un poco mejor del omega que vio un día antes, era muy guapo y tierno, al menos a sus ojos lo era, su vista fue hacia el pequeño bultito que tenía el abdomen del omega, era tierno. Descargo su mochila y sacó la inyección que tenía ahí, con decisión se aproximó y la puso en la intravenosa que estaba conectada a el omega. Sabia hacerlo porque siempre vio como su padre lo hacía.

Espero unos minutos y ya no sintió el olor tan suave que desprendía el omega castaño.

— okey, primer paso listo, ahora el segundo – se apresuró a sacar se ese canguro que estaba impregnado de su olor y lo tiró a su mochila, luego sacó de esta un pantalón suelto y un canguro negro, devia de ser rápido.

Cambio las ropas de el castaño y dejó la bata que antes tenía puesto sobre la camilla, le tapó el rostro con la grande capucha y con todas sus fuerzas que no eran muchas pero suficientes, se lo cargó el la espalda, no sin antes desconectarle los aparatos que tenía antes conectados, para su sorpresa, el omega no pesaba mucho o eso era lo que el sentia.

Cargo su mochila en la parte delantera de su cuerpo y salio viendo a todos lados, no había nadie, corrió un poco a las escaleras de emergencia, su corazón latía por mil, estaba tan asustado y eufórico, con una adrenalina que jamás sintió en el, sus pensamientos eran buenos, su cuerpo estaba igual de eufórico que el. Bajo las escaleras lo más rápido que pudo.

Eran escaleras de emergencia, nadie subía ni bajaba de ellas y al igual que todo el edificio, tenía cámaras con puntos ciegos, el había estudiado muy bien el lugar cuando era niño.

Siguio su camino más apresurado, tenía los minutos contados, llegó a la inmensa puerta roja y salio hacia el estacionamiento, donde lo esperaba un automóvil negro con vidrios polarizados, este tenía la llave colgada en la puerta más una nota en ella, con su último aliento corrió hacia el vehículo y sacó la llave, abrió la parte trasera del auto y con cuidado dejó el cuerpo de el omega en los asientos de atrás, dejándolo echado sobre los asientos, cerró las puertas y entró al lugar de piloto.

Con las manos sobre el volante suspiro cansado. Ya estaba echo, solo era seguir con la otra mitad del plan.

Una sonrisa salió de sus labios, miró hacia atrás, estaba haciendo algo bueno, regresó su vista y empezó a manejar.

El camino se le hizo más tranquilo, sabía que su padre o las enfermeras se darían cuenta de esto, pero lo harían ya cuando fuera tarde, y su guardaespaldas entraría luego de una hora, así que tenía tiempo, maniobró el camino y se fue al norte, donde solo habían lugares abandonados, debía de dejar las pistas en esos lados para desviar la atención de los demás, unos minutos más y aparcó en un lugar alejado donde había un edificio que parecía estar abandonado, tomo su mochila y salió, se aseguró de que no hubiera nadie, y no lo había, eran aún temprano, casi las 12 y 25, todos debían de estar buscando comida.

Subió lo más sigilosamente que pudo, camino por esos oscuros pasillos que estaban demacrados por el tiempo, entro a una especie de habitación que no tenía puertas y decidió dejar todo ahí, descargo su mochila y sacó las cosas en ella, saco ese canguro lleno de su olor, saco los tapers que tenían dinero y los vasio en la mochila, los fajos de dinero cayeron dentro de la mochila y los frascos fueron dejados sobre el canguro que estaba en el suelo.  Cerro su mochila. Salio corriendo y entro corriendo a el vehículo, ellos ya debieron de darse cuenta de todo, ahora devia de ser rápido, apesar de que tenía una gran ventaja.

Solo se pudieron oír las llantas de un auto que salía corriendo de ese desastroso lugar, Taehyung ya tenía su plan muy bien trazado, y lo cumpliría.


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  — ¡Este es un hospital! ¡¿Acaso no tienen seguridad?! — reclamo eufórico el doctor Kim.

El había salido de su operación hace ya una hora para descubrir con horror como su pasiente desapareció, sin dejar más rastro que la bata.

Las enfermeras estaban siendo regañadas y no sabían casi nada de lo que había ocurrido.

Pronto el desastre se presentó, cuando llegaron los de la policía, sus guardaespaldas y una serie de personas que exigían ver a Park Jungkook. El caos se armó en el hospital.
























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Un dato, para los nuevos lectores, en mis fics de omegaverse, los omegas dan a luz a los 5 meses, es por eso que Jungkook ya tiene más desarrollado su embarazo, porque ya va en el primer mes casi por llegar al segundo mes.

Espero que les haya gustado y si hay errores, por favor diganmelos.

  🦋Ever-Dreams🦋

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