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❥ Unión perfecta ❥

Empezó a presionar besos en la parte inferior de la mandíbula de YoonGi. Se movió bajando por el cuello y los costados, lamiendo un sendero en su estomago para conectar con sus caderas.

YoonGi se corcoveó y se retorció contra el peso que lo mantenía atrapado mientras la boca de SeokJin lo atormentaba, burlándose, mordisqueando aquí y allá. Sus manos trazaron el cuerpo ajeno como si estuviera desesperado por memorizar cada curva. Lo tocó por todas partes.

Cuando sus dedos presionaron la tierna piel de sus muslos internos, YoonGi saltó y su polla abofeteó su vientre. Cerró los ojos con fuerza mientras SeokJin se reía. Podía sentir su aliento caliente en su lugar más privado.

—Siempre  tuviste muchas cosquillas. Solía ponerme tan duro durante nuestras peleas de cosquillas cuando eras un chico.

—Pervertido —gruñó YoonGi, recordando de repente su amistad y por qué no debería estar desnudo debajo de SeokJin con las piernas abiertas.

Trató de unirlas, pero SeokJin lo detuvo con una mano pesada en cada rodilla. Las sostuvo abiertas, sus ojos fijos entre las piernas de YoonGi mientras hablaba.

—Me diste mi primera erección, y casi todas después de esa. Estábamos en la piscina de mi abuela. Te pusiste a nadar desnudo, porque te olvidaste el bañador y los míos se te caían continuamente. Recuerdo la forma en que tu polla gordita se tambaleaba entre tus piernas y supe que no debería estar tan interesado, porque era como la mia, excepto que no lo era. Parecía tan rosada y suave y quería tocarte allí tan mal. Terminé yendo adentro y escondiéndome en el baño, porque no podía dejar de mirarla y estaba duro y no quería que nadie lo viera.

Cubrió la polla dura de YoonGi con su mano, sólo sosteniéndola suavemente y descansando su palma sobre ella. El suave toque estuvo cerca de enviarlo al borde.

Gimió y apretó las piernas alrededor de la mano de SeokJin, pero el chico mayor presionó sus rodillas manteniéndolas abiertas una vez más. Agarró su polla y la frotó suavemente con su pulgar mientras continuaba.

—¿Te acuerdas de mis inspecciones de vello púbico? —preguntó SeokJin con una sonrisa burlona.

YoonGi se tapó la cara roja con las manos.

—¡Oh Dios! ¡Me olvidé de eso! ¡IDIOTA!

Al chico mayor le salió vello púbico mucho antes que a YoonGi y se lo mostraba con aire satisfecho.

YoonGi había estado tan preocupado de que nunca le creciera vello allí. Miraba y miraba, pero no podía ver entre sus piernas, por lo que SeokJin generosamente se ofreció a inspeccionarlo una vez a la semana.

Cada semana, YoonGi se acercaba, se bajaba los pantalones y dejaba que su mejor amigo mirara su entrepierna en busca de cualquier señal de vello púbico, algunas veces llegando incluso a separar las piernas e inclinarse para que SeokJin pudiera ver mejor.

Finalmente, YoonGi habia conseguido cubrirse de vello allí abajo y las inspecciones se habían detenido. Los dos chicos habían evitado por completo hablar de eso durante años. YoonGi todavía estaba avergonzado de lo excitado que había estado de mostrarle a SeokJin sus partes privadas, pero eso no le detuvo de masturbarse pensando en ello a veces.

—No pretendas que no te gustó tanto como a mí. —dijo SeokJin. Apretó la hinchada polla de YoonGi una vez más y luego se movió hacia abajo para acariciar sus testículos y tirar del suave vello rubio.— Creo que te toca otra inspección —dijo con voz ronca.

Gimió cuando SeokJin lo agarró por las caderas y lo rodó sobre su vientre. Presionó sus fuertes pulgares en el centro de sus nalgas y sintió su pliegue abrirse para la inspección de SeokJin.

Rápidamente descubrió que mirar no era lo único que SeokJin había planeado. El rubio gritó cuando una lengua húmeda y caliente presionó justo en el centro de su culo y lo lamió.

Eso lo sobresaltó tanto que se echó hacia delante y trató de levantarse de la cama.

—Oh no, no voy a dejar que te alejes de mí esta vez.

SeokJin lo atrapó por el pelo y lo jaló de vuelta a sus brazos. El cuerpo mucho más grande del deportista acorraló y apresó al chico rubio, presionando su espalda contra los duros abdominales de su mejor amigo. Su cuerpo estaba increíblemente caliente.

YoonGi jadeó cuando SeokJin gruñó en su oído.

—No te dejaré ir. Te tendré, esta noche. Acéptalo, Yoonie.

El indudable deseo y la posesión en su voz hicieron que la polla de YoonGi latiera entre sus piernas. Se dio cuenta de que SeokJin realmente pretendía tomar su virginidad esta misma noche. Sus manos tenían atrapada la cintura de YoonGi, apretándolo demasiado fuerte. Pareció notar que le estaba haciendo daño en el mismo momento que YoonGi, y liberó el aplastante agarre.

SeokJin se apresuró a sostener sus manos otra vez, sus dedos se entrelazaron mientras las manos de SeokJin descansaban sobre las de YoonGi. No presionó, pero la amenaza estaba allí. YoonGi no intentó moverse. Todo el peso de SeokJin descansaba sobre su espalda, aplastándolo contra la cama.

Tomó respiraciones rápidas y superficiales cuando SeokJin comenzó a hundirse lentamente en el pliegue del trasero de YoonGi. Restregó la gruesa cabeza de su polla sobre el seco anillo del agujero de YoonGi. El corazón de YoonGi se detuvo al darse cuenta de que SeokJin podría penetrarlo en cualquier momento. Él podría lastimarlo, violarlo.

Sabía que su mejor amigo no lo haría, pero la vulnerabilidad que sentía en ese momento lo excitó terriblemente.

La respiración de SeokJin era caliente y pesada en su oído.

—¿Sabes cuánto tiempo te he deseado? ¿Cuánto quería estar contigo siendo más que tu mejor amigo? Nunca lo supiste, ¿verdad?

SeokJin había soltado sus manos, pero las
mantuvo en el sitio como si estuvieran atadas. YoonGi se sometió completamente al asalto sensual cuando movió una mano para agarrar su garganta y con la otra alcanzó la mesita de noche, y después bajó entre sus piernas.

Derramó descuidadamente el aceite sobre su agujero y lo empapó entre los muslos, haciendo un desastre de las sábanas. A YoonGi ni siquiera le importó, porque por primera vez, los dedos de SeokJin le habían tocado allí.

YoonGi gimió y bajó la cabeza, aumentando la presión sobre su garganta donde SeokJin lo sostenía con firmeza, manteniéndolo en su lugar como un cachorro travieso a punto de ser castigado.

El chico mayor se burló de él, usando caricias ligeras como plumas, moviendo sus dedos cerca de la entrada de su amigo más joven, arriba y abajo de su hendidura y sobre su perineo antes de finalmente presionar un dedo lubricado.

Aunque YoonGi se había lavado por afuera, por dentro todavía estaba lubricado. Estaba caliente y bien estirado, listo deseoso, y SeokJin lo sabía.

Presionó su polla firmemente contra el palpitante agujero rosado de YoonGi, pero se detuvo cuando estaba a punto de penetrarlo.

SeokJin acarició su mejilla. El pecho de SeokJin presionaba tan fuertemente la espalda de YoonGi que podía sentir su pecho retumbar cuando habló.

—Dime que quieres esto. Dime que me quieres. Si no lo haces, me detendré ahora mismo.

Sus fuertes brazos agarraban a YoonGi con tanta fuerza que era difícil respirar, era difícil hablar, era difícil pensar. Se sentía caliente y febril. Era todo lo que siempre había deseado, tanto así que no podía estar seguro de no estar soñando. YoonGi sacudió la cabeza, sin confiar en sí mismo para hablar en ese momento. Temblorosamente, tomó aire.

La voz de SeokJin tembló.

—YoonGi, necesito saber que no estás haciendo esto por miedo o lástima. Necesito saber que quieres esto tanto como yo.

YoonGi inspiró hondo, exhaló, tomó aire otra vez y luego dijo la verdad que había pasado toda su vida escondiendo.

—SeokJin, te necesito. Te quiero, siempre te he querido.

—Eres mío, YoonGi. Ahora y por siempre, eres mío.

Asentía frenéticamente con la cabeza mientras SeokJin se introducía dentro de él. YoonGi jadeó y clavó las uñas en las sábanas ya que no había tomado nunca nada tan grande. La quemadura al ser estirado por la gruesa polla de SeokJin era aún más intensa que la primera vez que se jodió con el dildo.

Todo era diferente. La polla de SeokJin era dura, pero aterciopelada, suave y caliente con su propio calor. Normalmente, YoonGi tenia control total sobre la profundidad y la velocidad de la penetración, pero ahora no tenía ninguno. SeokJin estaba completamente en control ahora.

Todo lo que YoonGi podía hacer era morder su labio inferior Dara sofocar sus aritos v arduear la espalda tratando de aliviar la intensa presión. SeokJin puso en práctica su experiencia, tomándose su tiempo, trabajando el agujero abierto de YoonGi con empujes cortos y controlados, deslizándose fuera y luego presionando hacia adentro, una y otra vez hasta que YoonGi estaba temblando de placer y
anticipación.

Era como joderse a si mismo con su juguete, pero mil veces más intenso porque era la polla de SeokJin la que estaba dentro de él, impulsada por el calor, la fuerza, y el deseo de SeokJin, gruesa, pesada, abrumadora y real.

Con una última punzada de incomodidad, SeokJin embistió hasta el fondo.

YoonGi gritó por un segundo y su mejor amigo lo abrazó. Uno de sus brazos se envolvía alrededor de su pecho y sostenía su cuello. El otro estaba debajo de sus caderas, manteniendo a YoonGi cerca de él.

Por un buen tiempo, SeokJin sólo lo sostuvo
mientras YoonGi temblaba. Habló suavemente.

—Pasé todos estos años amándote y soñando contigo, ¿Puedes imaginarte cómo me sentí hoy cuando te vi a través de la ventana, jodiéndote a ti mismo y gritando MÍ nombre? ¿Saber que me querías de la misma manera que te he deseado por tanto tiempo?

Abrumado por la emoción, YoonGi comenzó a sollozar cuando SeokJin empezó a entrar y salir de él. Los sollozos fueron interrumpidos por gritos de puro placer.

—Shhh, te tengo. —Escuchó a SeokJin decir a distancia. YoonGi colapsó sobre su almohada, el rostro entre sus brazos y jadeando mientras SeokJin lo follaba más duro, golpeando toscamente la cabeza de su polla contra la próstata de YoonGi.

Su visión centelleó cuando su orgasmo se
construyó rápidamente. Se sentía como si se estuviera ahogando en él. En lugar de tener el control, fue como si estuviera atrapado en una ola feroz de placer, arremolinándose, girando y chocando contra él mientras SeokJin lo obligaba a sumergirse en el agua, presionando su cabeza.

Gritó y sus dedos se apretaron. SeokJin enroscó sus dedos en su cabello y tiró suavemente.

—Tranquilo YoonGi, tranquilo cariño.

Y eso fue todo, la dulzura del consuelo de su mejor amigo en medio de la pasión sexual, eso fue todo lo que se necesitó para llevarlo al límite. Su cuerpo entero se tensó y gritó su orgasmo.

Gimió sobrecogido por el intenso placer, arqueándose, apretando la polla de SeokJin mientras alcanzaba un perfecto y devastador alivio.

Pudo haber perdido el conocimiento por un
momento. Su cuerpo entero se rindió y colapsó de nuevo sobre la cama. SeokJin simplemente lo siguió jodiendo implacablemente el húmedo charco de músculos y piel enrojecida en que se había convertido YoonGi.

La pesada bofetada de sus caderas contra el rojizo culo de YoonGi sonó fuerte, complementado por los gruñidos de SeokJin. Si acaso, el nuevo ángulo obligaba a la polla de SeokJin a deslizarse aún más fuerte hacia adelante y hacia atrás sobre la próstata de YoonGi. Se sentía horrible e increíble al mismo tiempo. Estaba tan sensible.

YoonGi sollozó boquiabierto, jadeando en las sábanas mientras su polla goteaba semen con cada embestida. No había forma de que pudiera llegar al clímax de nuevo, pero aún así se sentía dolorosamente bien.

SeokJin habló en voz baja detrás de él, evitando que se desmoronara por completo. Con su pesado cuerpo sobre la espalda de YoonGi, susurró al oído de su amigo mientras lo sostenía junto con su peso y sus palabras.

—Eres tan hermoso Yoonie, tan perfecto para mí. Dios, te amo. Te amo tanto que duele —dijo mientras jodía a YoonGi a través de su orgasmo, impulsando su dureza en el espacio que cavó dentro del chico rubio... O tal vez en el espacio que siempre le perteneció y simplemente estaba esperando ser llenado.

Perdió la noción del tiempo mientras lo jodía una y otra vez, incesantemente, hasta que YoonGi casi se adormeció debido a la presión en sus entrañas.

YoonGi se preguntó cómo todavía podía estar duro después de todo este tiempo hasta que SeokJin confesó:

—Dios, cuando te vi con ese pequeño juguete de color púrpura, desapareciendo dentro y fuera de tu pequeño agujero. Nunca he estado tan duro en mi vida. Nunca he estado tan celoso de un objeto
inanimado. —Se rió entonces.—Habría entrado y te habría tomado en ese mismo momento, pero me corrí en los pantalones en el momento en que gritaste mi nombre.

YoonGi quería reírse ante la imagen de su afable amigo mayor corriéndose en los pantalones como un niño inexperto, pero todo lo que pudo manejar fue un jadeo exhausto y divertido en la almohada.

—No pude ver tu cara entonces. Quiero ver tu cara cuando me corra. Todavía me cuesta creer que puedo estar contigo de esta manera, que puedo tenerte.

Con un desagradable «schlop», SeokJin se retiró. Fue un poco demasiado rápido, y la gruesa cabeza de su polla tiró del tierno agujero de YoonGi. Gimió cuando SeokJin lo agarró y lo volteó con la misma facilidad que si voltease un panqueque. YoonGi aterrizó en su espalda con un grito de sorpresa.

SeokJin ya estaba entre sus piernas, extendiéndolas a ambos lados. Deslizó su mano bajo la espalda de YoonGi y lo alzó mientras lo arrastraba hacia él para empalarlo en su polla.

Con la forma en que SeokJin sostenía su culo en sus manos, prácticamente levantando la parte inferior del cuerpo de la cama para poder joderlo duro, YoonGi casi podía ver el lugar donde sus cuerpos se unían. Estaba fascinado por los duros y bronceados muslos de SeokJin entre sus piernas y por el oscuro vello púbico que ensombrecía la polla gruesa y dura de SeokJin. Resplandecía en la luz para desaparecer después dentro de él.

YoonGi maulló como un gatito cuando SeokJin lo penetró profundamente. SeokJin atrapó el grito impotente en su boca y deslizó la lengua dentro de los labios de YoonGi con la misma urgencia abrumadora con que embestía rudamente su polla dentro y fuera de su cuerpo.

El chico más bajo sintió como si su cuerpo se estuviera dividiendo en dos mientras SeokJin lo machacaba, pero sus besos eran suaves y amables en contraste. YoonGi cruzó los tobillos sobre la espalda de SeokJin y enredó los dedos en su cabello.

Sus miradas se encontraron y YoonGi sonrió con una sonrisa exhausta pero radiante.

—Te amo—susurró tímidamente.

Las pupilas de su mejor amigo brillaron. Fue la reciprocidad de su afecto lo que finalmente pareció empujar a SeokJin al borde. Presionó su rostro en el cuello de YoonGi y lo embistió una última vez, corriéndose dentro del chico con un grito ahogado.

Sus ojos marrones se ensancharon. Nunca había sentido algo así, pero era lo que faltaba cada vez que se jodía con su pequeño juguete; el fuerte agarre de los brazos de SeokJin sobre él, el grueso palpitar de la polla de SeokJin dentro de él, el golpear inestable de sus caderas, el jadeo entrecortado en el hombro de YoonGi.

SeokJin se desplomó, su pesado cuerpo presionando a YoonGi en la cama. La frutilla del postre fue que SeokJin se derramara dentro de él, llenando su agujero con su caliente semilla tal y como YoonGi siempre habia imaginado.

Sus brazos se envolvieron alrededor de su mejor amigo, las piernas rodeando su cintura, YoonGi mantuvo a SeokJin apretado mientras este temblaba encima de él. SeokJin gimió y reaccionó un poco más profundo mientras continuaba derramándose dentro de él.

Estaba tan destrozado como YoonGi después de correrse.

Se estremeció cuando YoonGi le apartó el pelo húmedo de la frente, y después clavó las uñas en las nalgas apretadas de SeokJin. El gran cuerpo del atleta tembló mientras se daba la vuelta, llevándose a YoonGi con él.

YoonGi yacía sobre su pecho, subiendo y bajando con cada respiración que su amigo tomaba. SeokJin lo envolvió en sus brazos, sus piernas enredadas. En algún momento al darse la vuelta, su polla se habia deslizado fuera y YoonGi podía sentir el semen saliendo de su agujero.

—Ya no soy virgen—dijo asombrado—. Mí mejor amigo tomó mi virginidad.

SeokJin lo miró.

—Era mío para tomar, después de protegerlo por tanto tiempo —gruñó.

YoonGi lo golpeó suavemente en las costillas.

—Jodepolvos.

—Te lo compensaré... una y otra vez. —Sonrió SeokJin con oscura promesa en sus ojos.

YoonGi suspiró, y cerró los ojos.

—Más te vale.

Ambos se relajaron, sus latidos aún erráticos. La cabeza de YoonGi descansaba sobre su hombro. Dejó salir otro pequeño suspiro, listo para quedarse dormido, seguro y protegido.

Sonrió cuando SeokJin le besó la parte superior de su cabeza y murmuró en su cabello.

—Me perteneces Yoonie, ahora y siempre.

Miles de recuerdos de la amistad de toda la vida pasaron por la cabeza de YoonGi a la vez. Tanto felices como tristes, cada uno mostraba una indiscutible verdad...

—Siempre lo hice SeokJin, y siempre lo haré.





Gracias por leer (。♡‿♡。)

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