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❥ Descubierto ❥

YoonGi se despertó más tarde esa noche sintiéndose increíblemente constipado. Gimió con incomodidad y se movió perezosamente.

Tardó unos minutos en darse cuenta que se había quedado dormido con el dildo todavía encajado en su culo. Todavía estaba resbaladizo y pringoso con lubricante húmedo y frío, y su agujero se había cerrado sobre él, de modo que le tomó algo de tiempo atraparlo y sacarlo de nuevo.

Había semen seco sobre su estómago y muslos. Se sintió asqueroso y avergonzado de sí mismo. La ventana aún estaba abierta y le mortificaba la idea de que SeokJin pudiera haber venido en cualquier momento y lo encontrara así.

Su rostro y sus orejas se tiñeron de rojo escarlata, empujó el dildo mojado debajo del colchón y arrastró los pies hacia el baño.

Una ducha larga y caliente lavó la mayor parte de su vergüenza por el desagüe y salió sintiéndose como un hombre nuevo.

YoonGi tarareó para sí mismo mientras peinaba con los dedos su cabello rubio dorado hasta que lo curvó alrededor de sus orejas y enmarcó su rostro. Se cepilló los dientes hasta que resplandecían, echó bálsamo sobre sus labios rosados y luego aplicó su loción favorita sobre su cara, brazos y codos. SeokJin se burlaba de él por usar crema hidratante, pero nunca parecía quejarse cuando se sentaban a ver la televisión y el distraídamente acariciaba su cuello y sus brazos, apreciando silenciosamente la suavidad.

Sus ojos marrones miraron el espejo brumoso, apreciando su suave piel y su esbelta estructura ósea, pero su sonrisa cayó mientras contemplaba su pecho lampiño, su PLANÍSIMO pecho lampiño. A Jin le gustaban las tetas, enormes «senos» los llamaba. YoonGi no tenía senos, porque no era una chica, y no importaba lo lindo que se volviera; SeokJin nunca iba a fijarse en él de ese modo.

Ser consciente de ello dolió profundamente en su pecho.

YoonGi inconscientemente cerró la mano en un puño y lo presionó contra su pecho, apoyándose en el mostrador y respirando hasta que el dolor en su corazón disminuyó.

Una única lágrima hizo su camino desde debajo de sus pestañas y descendió por su mejilla. La apartó enojado antes de arrojar una toalla alrededor de sus caderas y regresar a la oscura habitación.

La toalla cayó al suelo cuando se inclinó y seleccionó unos boxers.  Acababa de subirlos y cubrir sus redondeadas nalgas cuando una profunda voz habló detrás de él.

—¿Recuerdas en la escuela primaria cuando solíamos jugar al pilla pilla?

YoonGi gritó y se dio la vuelta. Su espalda desnuda golpeó contra el tocador y se inclinó para apoyarse contra la pared y terminar finalmente a cuatro patas. Se agarró de los costados para estabilizarse hasta que el latido de su corazón regresó a la normalidad.

SeokJin estaba recostado de espaldas sobre la cama, con las manos entrelazadas detrás de la cabeza al abrigo de las sombras, más allá de la luz del baño. La ventana estaba abierta y las cortinas revoloteaban en una brisa fresca. A pesar de la ira, sus pezones de inmediato se endurecieron. Cruzó los brazos sobre ellos y miró acusadoramente a su mejor amigo. 

—Me diste un susto de muerte.

SeokJin sacó las piernas por el lado de la cama y se inclinó hacia delante. Estaba completamente vestido con unos jeans y una camiseta mientras YoonGi estaba casi desnudo. Se sintió extraño. Aún más extraño era la mirada en sus ojos. Lo miraba intensamente.

—¿Te acuerdas? ¿Pilla pilla?

YoonGi agitó la cabeza en confusión, incluso mientras respondía afirmativamente:

—¿Qué? ¿Sí?

Su amigo suavemente se apartó el cabello de los ojos.

—¿Recuerdas, Yoonie, cuando jugábamos, siempre me la llevaba?

—Sí, lo recuerdo —dijo en voz baja.

YoonGi siempre se había sentido un poco mal por eso. En aquel entonces, SeokJin había sido más pesado y más lento que los otros niños. Siempre pasaba la mayor parte del juego como el que se la llevaba, corriendo detrás de los demás tratando de pillarlos... pero, mayormente corriendo detrás de YoonGi, tratando de atraparle específicamente a él.

A YoonGi le gustaba burlarse de él. Con regocijo se mantenía fuera del alcance de las manos de SeokJin mientras se esforzaba por agarrarlo.

Todo lo que conseguía atrapar era aire mientras el joven ágil se retorcía, se giraba y se agachaba para esquivar a su mejor amigo en casi una especie de baile mientras reía y reía. Lo había amado, pero amaba más que a nada la forma en que SeokJin parecía tener ojos sólo para él.

SeokJin juntó sus manos como si estuviera confesando.

—Siempre dejaba que me atraparan a propósito. Me gustaba ser quien te perseguía, y no me gustaba que nadie más te tocara. —YoonGi lo miró, sin comprender. Su amigo continuó, mirando fijamente a YoonGi con sus manos unidas—. Y cuando estábamos en sexto grado, ¿recuerdas a Kan EunJi?

El chico más joven se encogió de hombros.

—Vagamente

—Ella estaba colada por ti —dijo SeokJin con total naturalidad.

—¿En serio? Nunca lo supe.

—Eso es porque cuando me dio una nota para que te la diera, la leí, la tiré por el retrete y le dije que te gustaba alguien más.

—¿Por qué? —YoonGi jadeó—, ¿Por qué hiciste eso?

SeokJin se puso de pie a su máxima altura.

—Porque estaba celoso.

YoonGi le frunció el ceño.

—Eso fue algo bastante estúpido de tu parte. Si te gustaba tanto EunJi, todo lo que tenías que hacer era decirlo.

El chico más alto rodó los ojos.

—No se trataba de EunJi. Hice lo mismo con todas las chicas desde entonces. No eres tan impopular con las mujeres como piensas.

—¿Qué quieres decir?

—Lo que quiero decir es que cada vez que una chica se interesaba por ti, yo lo boicoteaba, bien rechazándola, distrayéndola o seduciéndola para alejarla de ti.

YoonGi se quedó boquiabierto mientras su rostro se volvía rojo de furia. 

—SeokJin, ¿no... cómo pudis...? — Se detuvo, incapaz de verbalizar su dolor y confusión.

—Nunca fue por ellas —dijo SeokJin lentamente—. Siempre fue por ti. Estaba celoso por ti, tu tiempo, tu atención y tu afecto. No podía soportar dejar que nadie más que yo lo tuviera. No podía soportar la idea de que alguien se interpusiera entre nosotros.

—¿Entonces tu solución fue hacerme pensar que las chicas no me querían? ¿Que era demasiado patético incluso para conseguir una cita para el baile de graduación?

—Quería llevarte. Fuimos solos. Lo pasamos muy bien, ¿recuerdas?

—¡ESE NO ES EL PUNTO! —gritó YoonGi, todavía no muy seguro de por qué estaba tan enojado. ¿Por qué SeokJin hizo eso?

SeokJin cambió de tema otra vez, desconcentrando a YoonGi. Dio unos pasos hacia adelante y habló.

—Recuerdo cuando teníamos unos quince años, tú y yo estábamos pasando el rato en el parque y vimos a un par de chicos besándose en el banco. Te pusiste de un rojo brillante e hiciste un ruido fingiendo náuseas, después dijiste «¡Asqueroso!» Estuve de acuerdo contigo para cubrir mi propia vergüenza. El comentario fue inusualmente cruel y de mente cerrada viniendo de ti, pero también encubrías tu vergüenza, ¿verdad? —Dio otro paso adelante—. Porque cuando los viste besarse, te gustó, ¿verdad?

Sus ojos estaban fijos en YoonGi mientras le preguntaba gentilmente.

—Eres gay, ¿verdad?

YoonGi se quedó helado cuando su corazón saltó a su garganta y se detuvo, justo allí. Se sentía como si toda la sangre se hubiera ido a sus pies.

Apartó la mirada, rompiendo el contacto visual con SeokJin y rechazando la pregunta con su cuerpo. Sólo una vez que había escapado de la penetrante mirada de su mejor amigo fue capaz de mentir nuevamente.

—No, no lo soy. — murmuró.

El calor de SeokJin estaba en su espalda ahora.

—Sabes que puedes decirme cualquier cosa Gi. ¿Por qué no puedes decirme esto?

El chico más bajo negaba con la cabeza mientras su mejor amigo masajeaba sus brazos y sus hombros. De repente se sintió atrapado por el intenso cuestionamiento. Se sacudió, alejándose del toque de SeokJin, después se giró y cruzó los brazos sobre su pecho de forma defensiva.

—Porque incluso si lo soy, no es asunto tuyo.

—¿No es asunto mío? —SeokJin preguntó asombrado—. No es de mi incumbencia. No tienes ni idea de cómo te veo, ¿verdad?

Los grandes ojos marrones de YoonGi lo miraron y se humedeció los labios con la lengua. Los ojos de Jin siguieron el movimiento y se mantuvo fijo en su boca.

—Eres gay y he estado ciego a esto durante todos estos años, demasiado atrapado en mi propia mentira para ver que prácticamente estabas jadeando por ello. Por mí. ¿No es así?

El rubio se quedó mirándolo con los ojos muy abiertos, demasiado sorprendido para decir algo. Sus mejillas estaban sonrojadas y su cuerpo temblaba. Se mordió ansiosamente el regordete labio inferior.

SeokJin acercó su mano para trazar la curva de la mejilla del más joven mientras sonreía.

—Precioso twink.

YoonGi se sonrojó y bajó los ojos.

—No, no lo soy —murmuró, petulantemente en desacuerdo con el cumplido sólo porque lo avergonzaba.

—No, no lo eres. —Estuvo de acuerdo SeokJin, para su sorpresa, y luego continuó. —Eres el twink más precioso.

Jadeó y sus ojos se dispararon cuando su mejor amigo acechó hacia adelante. YoonGi retrocedió y golpeó contra la pared. SeokJin literalmente lo había arrinconado en una esquina. Frunció el ceño en reacción.

—No me llames así.

—¿Por qué?

—Porque tiene connotaciones negativas. —dijo con remilgo.

En lugar de sentirse mal por el comportamiento brusco de YoonGi, Seok puso su mano en la pared y se acercó.

—¿Si? ¿Como cuál?

YoonGi puso una mano en el pecho de su amigo y presionó ineficazmente. Miró por encima del hombro lo mejor que pudo teniendo en cuenta su diferencia de altura.

—Implica que yo seré el que esté abajo en lugar de ser el que... bueno, ya sabes.

—Joda.—SeokJin terminó por él.

El rubor del chico se hizo más profundo.

—Entonces quieres ser el de arriba, ¿eh?

El tono burlón de su voz enfureció a YoonGi e hirió aún más el orgullo ya hecho jirones del chico. Sus pequeños puños se cerraron a los costados, sus ojos marrones chispeaban con furia.

—Si, puede que si. Podría ser el activo, ¿tú qué sabes?

—Sé que nunca serías feliz siendo el que está a cargo.

YoonGi lo miró, sorprendido y enojado y más que un poco ofendido. Su boca cayó abierta por un momento, pero luego la cerró mientras miraba con labios temblorosos a su mejor amigo. De alguna manera se sentía terriblemente traicionado.

SeokJin cerró la distancia restante, moviéndose de manera que sólo había unos pocos centímetros de aire entre sus cuerpos.

YoonGi odiaba cuando lo hacía porque sólo le llegaba a los hombros y tenía que inclinar la cabeza hacia atrás para mirarlo. SeokJin pasó el pulgar por su tembloroso labio inferior. Su mirada ardiente.

—No mocoso, lo que necesitas es que tome el control y te obligue a enfrentar la verdad de tus propios deseos.

La cara de YoonGi se tornó roja y dejó caer los ojos, incapaz de mantener el intenso duelo de miradas al que SeokJin le arrastró. Todo su cuerpo hormigueaba con las palabras que SeokJin había dicho.

Se sentía caliente y excitado y, tan avergonzado. YoonGi trató de alejarse de él, pero SeokJin no lo dejó escapar. Sacó sus brazos en su lugar, envolviendo la pequeña cintura de YoonGi y presionando fuertemente sus cuerpos juntos.

El chico rubio forcejeó salvajemente.

—¡SeokJin, déjame ir!

—NO —respondió SeokJin en voz alta,
sobresaltando a YoonGi sacándolo de su rabieta— No esta vez.

El chico mayor lo presionó contra la pared, capturando ambas muñecas y deslizándolas hacia arriba hasta que estaban clavadas a la pared a cada lado de su rubia cabeza.

Sus cuerpos se presionaban tan estrechamente que YoonGi podia sentir el latido del corazón de SeokJin latir a ritmo desigual al suyo.

Balanceó su pelvis hacia adelante y YoonGi sintió su dureza contra su vientre. SeokJin también estaba excitado, incluso más que él. Los ojos de YoonGi se dispararon hacia los suyos. Esas profundidades doradas estaban llenas de deseo, pero también vacilaban con la duda que se hacía eco en el corazón de YoonGi.

—¿Tienes miedo? ¿De mí, de esto?—SeokJin susurró.

YoonGi asintió con la cabeza. Estaba aterrorizado pero también emocionado con la esperanza que inundaba su pecho.

El otro chico sonrió gentilmente.

—Yo también, pero no retrocederé ahora.

Con facilidad, se inclinó y colocó a YoonGi sobre su hombro, boca abajo como si fuera un saco de patatas. El rubio chilló con indignación.

—¡SEOKJIN, BÁJAME!

—De ninguna manera.

El chico más joven comenzó a golpear su ancha espalda, sus pequeños puños rebotaban inútilmente en los duros músculos. SeokJin se rió malvadamente mientras sujetaba las piernas de YoonGi con los brazos y luego se inclinaba para tirarle de espaldas en la cama. Se le cortó la respiración.

SeokJin se quitó apresuradamente la camisa y luego cayó sobre él, presionando besos en su garganta y rostro mientras lo sostenia apretado contra el colchón.

YoonGi tardó un momento en recuperar el aliento, pero en el momento en que lo hizo, comenzó a empujar a SeokJin, intentando alejarlo. Sin inmutarse, SeokJin agarró sus muñecas y tiró de ellas sobre su cabeza.

YoonGi estaba empezando a sentirse desesperado, claustrofóbico y asustado. Sabía que pendían del precipicio de un acantilado, y una vez que lo pasaran, no habría marcha atrás. Las cosas nunca volverian a ser lo mismo.

—SeokJin, no, ¿Y nuestra amistad? Tú y yo, nosotros…

—Shhh Yoonie, hablas demasiado.

SeokJin lo besó, sujetando sus dos manos en una, luego descendió su mano libre por las costillas de YoonGi. El toque lo hizo saltar.

Los dedos del jugador de fútbol estaban callosos del trabajo y del levantamiento de pesas, eran fuertes y cálidos, y muy gentiles cuando trazaron la sensible piel del suave vientre de YoonGi y después hurgaron bajo la cintura de sus boxers. El grito de protesta de YoonGi cuando le despojó de ellos, desapareció en la boca de SeokJin.

Quedó tendido, vulnerable y desnudo debajo de su mejor amigo. SeokJin se acomodó bien entre los suaves muslos de YoonGi como si él perteneciera alli, como si siempre hubiera pertenecido ahí.

Miró a los asustados ojos de YoonGi y éste le devolvió la mirada. No entendía cómo SeokJin podía hacer esto tan despreocupadamente. Necesitaban hablar primero. SeokJin era hetero, ¿no?

YoonGi se retorció y tiró de sus muñecas. Insistió:

—SeokJin, déjame ir. Esto no está bien. Te gustan las chicas, lo sé.

SeokJin asintió, acariciando su garganta.

—Claro que me gustan, pero me gustas más tú, desde siempre.

—No entiendo.

La clara evidencia de la atracción de SeokJin hacia él estaba presionando como un peso en su estómago, pero el recuerdo de todas las chicas con las que su amigo había estado era aún más pesado en su mente.

Su mejor amigo lo miró cariñosamente.

—Sabes que la bisexualidad no es sólo una cosa que se inventan las universitarias borrachas para salirse con la suya besando a sus amigas con el fin de llamar la atención de los chicos, ¿verdad?

—S-sí —dijo YoonGi, aunque su voz aún mostraba inseguridad.

—La bisexualidad se trata de amar a alguien por quién es, no por los órganos sexuales que posea. Encuentro a las mujeres hermosas, pero nunca encontré una que me atraiga como tú. Del modo en que siempre me has atraído. ¿No notaste que siempre las elegía con ojos marrones, piernas largas y cabello rubio? Se trataba de ti, siempre de ti. Sólo usaba a aquellas chicas para cubrir mis sentimientos hacia ti.

Su boca había descendido al pecho plano de YoonGi y su aliento se detuvo sobre sus pezones rosados. Se endurecieron como si pidieran ser tocados.

—Tenia tanto miedo de que te horrorizaras si alguna vez descubrías cómo me sentía realmente. Tenía miedo de que me odiases si te dijera la verdad, y de perderte para siempre.

Las palabras se parecian tanto a los sentimientos de YoonGi que tardó un momento en darse cuenta que no las habia dicho él.

SeokJin enterró su rostro en el vientre de YoonGi.

—Durante años, esto ha estado entre nosotros y estaba demasiado asustado para actuar en consecuencia. Cada vez que pensé que podrías estar interesado, me contuve, porque pensaba que tal vez sólo estaba viendo lo que quería ver.
Imaginándomelo.

SeokJin llevo un fuerte brazo bajo el chico mas joven para levantarlo y así poder atacar a sus pezones rosados. YoonGi jadeó, se retorció y se sacudió debajo de él mientras la boca húmeda y caliente de su amigo cubría su aureola y comenzó a succionar vorazmente la delicada protuberancia.

El chico más joven gimió por la intensidad de la sensación. SeokJin finalmente liberó la carne tierna con un lascivo «pop». Su pezón se sentía hinchado. SeokJin lo lamió mientras hablaba.

—Me encantan estos, tan rosados y hermosos y respingones. Siempre tan duros bajo tus finas camisetas. Sabía que serían sensibles. Otro de tus puntos débiles ¿No es así? Sé dónde tienes muchos otros—dijo SeokJin con una sonrisa.

Su oscura cabeza se inclinó para acariciar la sensible piel justo en frente de su axila. YoonGi jadeó y se tensó, era terriblemente sensible allí.

Estaba asustado y excitado. Confiaba plenamente en SeokJin, como siempre lo había hecho, pero este era un lado de su amigo que no había visto antes y YoonGi no tenía control, no podía decir nada.

—Tengo miedo —susurró honestamente.
SeokJin besó un lado de su boca y soltó sus muñecas.

—Todo estará bien. Confía en mí.

Fue amable pero firme con el chico rubio mientras sostenía el cuerpo de YoonGi atrapado debajo de él.

Gracias por leer 😊💕.
El próximo capítulo ya es el final y también muy hot. (◕દ◕)

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