💉cคp¡тułσ [22]
Jimin se encontraba sentado mientras observaba con detenimiento aquellos documentos en sus manos, en ellos claramente podía ver su nombre escrito, haciéndolo ver como único propietario de aquella casa. Suspiro dejando estos sobre el escritorio, con sus manos se masajea el rostro, trataba de alejar el cansancio.
La noche anterior no había podido dormir, todo por la culpa y los pensamientos que su mente le traía. Habían pasado tres días desde que habló con Hoseok, hoy había regresado temprano del trabajo para poder dormir un poco, se encontraba muy cansado y angustiado, cada minuto que pasaba era un minuto más serca de revelar la verdad y tal ves, de dejar a Jungkook.
— ¿Porque fui tan idiota? Esque eres terco Jimin... un terco. – suspiro lo ultimo bajando la cabeza y apoyando la sobre su escritorio.
Las risas y correteos de las gemelas lo sacaron de su ensoñación , el ruido de la puerta ser abierta fue una alerta para su cuerpo que se puso rígido al instante.
— Jimin oppa. – las dos niñas entraron y cerraron la puerta a sus espaldas.
Jimin levanto el rostro y les sonrío.
Las gemelas se sentaron en los dos asientos en frente de el.
— ¿Quiere chocolate? – le ofreció Jerin, metiendo su mano al bolsillo de su vestido, sacando una pequeña esfera plateada. — Tome, le va a gustar.
Jimin tomo la golosina.
— Gracias –
Las niñas se miraron una a la otra claramente nerviosas.
Jimin levanto una ceja tratando de meterse en sus pensamientos y descubrir que es lo que pensaban o que dirían.
— Queremos decirle algo Jimin oppa. — Empezó a hablar Jerin, dándole la palabra a su hermana.
— Nosotras sabemos que usted y mi hermano son pareja y que se van a casar... – Jimin dejo de oír después de esa simple mención.
¿¡Pero quién había dicho eso?! El... no, el no fue.
— Nosotras solo queremos que nuestro hermano sea feliz, el siempre cuido de nosotras, trato de darnos las mejores cosas y de que nunca nos faltase comida en la mesa, muchas veces el no comía por darnos lo mejor a nosotros.
— Quizás esto no nos corresponda porque somos las hermanas menores de Kookie, pero papá y mamá no están para darte consejos... – suspiro por un momento armandose de valor. – Solo queríamos decirte y pedirte que cuides muy bien de Kookie y lo hagas feliz.
— Eso no será difícil para ti Jimin oppa, porque siempre que los vemos a los dos juntos, están felices, cada uno tiene una inmensa sonrisa en el rostro.
Ambas se volvieron a mirar y sonrieron.
— Prometenos que lo harás feliz y que jamás lo dejaras solo. – Jiren extendió la mano y su dedo meñique quedó apuntando hacia Jimin, unos segundos después Jerin hizo lo mismo.
Ambas hermanas esperaban ansiosas el apretar de sus deditos en señal de promesa, aunque dentro de Jimin se desataba una batalla entre lo correcto y la verdad de los hechos. Seria demasiado hipócrita de su parte prometerle jamás dañar a Jungkook si ya lo estaba haciendo. Simplemente no podía dejar que las imágenes de un Jungkook sufriendo, sumamente herido, lleno de odio y rencor hacia el dejarían de rondar por su mente.
Su mano tembló un poco al levantarla y unir su pequeño meñique con los dos dedos de las hermanas Jeon, ambas sonrieron felices sin saber lo que en realidad se aproximaba, el desastre de una familia.
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— Por favor hermano, será como una despedida antes de que empiecen las vacaciones. — su puchero no podía ser más tierno mientras unía sus manos en señal de ruego.
— Prometemos que no será hasta más de las 12, siii– Jerin hacia señales de "me gusta" con las manos mientras trataba de convencer a su hermano.
Jungkook seguía serio, no podía aceptar tan fácilmente.
El día de hoy sus hermanas habían llegado con una invitación, las habían invitado a una mini fiesta de pijamas como despedida he inicio de las vacaciones, era viernes y último día de clases. Jungkook no podía simplemente dejarlas ir, conocía a las madres de el colegio de sus hermanas pero jamás había tenido una conversación larga con ellas, les tenía desconfianza.
— No puedo darles el permiso tan fácilmente, seria irresponsable. — dudoso se rasco la nuca.
Las hermanas tenían muchas ganas de ir a aquella fiesta porque querían hacer algo que tenían planeado desde hace meses, ellas querían largarse de la escuela en la que estaban de la manera más épica, les pintarian el cabello de verde a sus "compañeros" y les dirían todas sus verdades, ya que ellas nunca fueron bienvenidas en ese colegio y desde un inicio aquellos niños fueron malos con ellas, así que querían salirse de ahí y hacerlo muy épico, en conclusión, necesitaban el permiso de su hermano.
— Por favor... si quieres puedes venir con nosotras o mandar a alguien. — miro de reojo a su hermana, quien entendió a que se refería.
— Podemos ir con Yeonjun oppa el cuidará muy bien de nosotras y nos traería temprano. – sugirió la pelicastaña.
Jungkook se lo pensó. Yeonjun era de confianza y sabía lo bien que el cuidaba a sus hermanas, después de todo era un buen chico.
— Esta bien, pero obedecerán a Yeonjun, si el les dice que ya es hora de marcharse, quiero que lo escuchen sin objeción. — las apunto con el dedo autoritario.
Las gemelas asintieron sonrientes.
Jungkook les sonrio de vuelta y se aserco para acariciarles los cabellos.
— Señor, ya es hora de llevarlo. – la voz de Yeonjun interrumpio su momento.
Jungkook lo miro para después levantar su brazo y revisar la hora en su reloj, era momento de empezar el día, debía de ir a trabajar.
— Esta bien – miro por última ves a las niñas — Diganle a Lisa que cuide bien de Soonie, hoy llegaré tarde, debo de terminar unos pendientes. – sus hermanas asintieron he hicieron una señal con sus manos, como si fueran parte del servicio militar. Jungkook negó y empezó a ir hacia la entrada de la mancion, dispuesto a irse a trabajar.
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Las horas pasaron y ya fue momento del almuerzo, hoy el se encontraba solo, Yoongi generalmente se iba con su pareja, el ya lo conocía y se le hacía buen tipo, después de todo Yoongi ya estaba más que embarazado, el confiaba en que su amigo escogió a la persona correcta.
Termino de devorar su sándwich y bebió de su jugo antes de ir hacia la zona de riquillos, el Salón VIP, tenía un paciente que entro en labor y por su buena posición pidió una habitación ahí. Casi corrió cuando le notificaron que tenía menos de una hora para el nacimiento.
Arreglo su uniforme para el parto e ingreso al lado de la doctora a cargo. El proceso de parto fue tranquilo y no hubieron inconvenientes, todo fluyó con calma, a excepción de los gritos.
Ya cuando todo terminó y el se encontraba fuera de servicio y con unos minutos para descansar, fue que vio todo a su alrededor. Se le hacía gracioso pensar en lo que había pasado meses atrás en ese mismo lugar. Camino pensando en una sola cosa.
Sus pasos sólo se detuvieron cuando estuvo frente a una puerta con un marco que parecía ser de oro, sonrio al pensar lo mismo que la primera ves.
Con una de sus manos giró de el picaporte y entro, todo parecía estar en el mismo lugar, solo que sin aquella persona dentro.
Camino cerrando la puerta a sus espaldas, miro la alfombra Blanca que cubría el suelo y sus ojos se fijaron en la gran cama que tenía en frente, casi podía ver a Jimin echado en aquel lugar, como lo fue ese día.
Sus pensamientos viajaron a diferentes escenarios, pero el que más le gustó traía una imagen tan irreal, una donde Jimin le pedía una cita y así poco a poco ambos se iban enamorando como una pareja normal, nada de otro mundo, los otros escenarios eran también algo tontos, una traia imágenes de bellas sonrisas que se dedicarían, su primera cita, el primer beso, su primera locura, la primera borrachera juntos, he incluso, su primera ves compartiendo suspiros y placer.
La última imagen lo sonrojo.
— ¿qué haces...?
Sus ojos se abrieron de la sorpresa mientras el se apartaba de aquella persona tan rápido que casi cae al suelo. Con el corazón casi en la mano fue que se tranquilizó.
— ¿Me quieres matar? – cuestiono algo enojado.
El solo sonrió de forma divertida.
— Seria un desperdicio de belleza matarte, igual no quería hacerlo, solo te vi en la cámara de seguridad y esperé, estuviste más de una hora parado, mirando a la nada. ¿Que hacías? – cuestiono casi burlándose, con su típico tono de diversión— ¿pensar en extraterrestres?
Jungkook se ofendió, no era un pequeño para pensar en extraterrestres, es más su mente era muy pervertida y por eso pensaba en como lo había p... bueno, es mejor no decirlo.
— No pensaba en nada... solo recordaba cosas. – lo último lo susurro.
Jimin miro toda la habitación y recordo varios escenarios. Uno fue cuando vio al castaño por primera ves, aquel chico terco y un tanto rebelde que lo volvió loco por negarse a su petición.
Una pequeña sonrisa surco sus labios, recordando todo aquello.
Sus ojos volvieron aver al castaño que tenía en frente. Jungkook era tan diferente a como lo conoció, ahora era más cariñoso con el y la mayoría de las veces lo escuchaba, su corazón se sentía cálido al solo oír la risa de Jungkook y el ver aquellos ojos convertirse en media lunas mientras sonreía era su perdición. Se quedó mirando fijamente al castaño, poniéndolo nervioso.
— ¿Qué p... pasa? — cuestiono nervioso, tratando de desviar la mirada a otro lado.
Jimin se acercó a el y lo apriciono en un abrazo.
— Siempre quise saber que se sentía caer por una persona a tal punto de necesitarla hasta para respirar. — susurro pegado a la oreja de Jungkook causandole un sonrojo a este — Querer despertar al lado de esa persona y sonreír cada que cometa una locura, querer besarla hasta que mis labios no puedan más, buscar siempre su compañía en una noche fría y poder sentir su calor en mi corazón. – Se despego un poco del cuerpo contrario y miro directamente a los ojos azabache de Jungkook, tratando de transmitir aquel extraño sentimiento que tenía en su pecho. — Jamás pude sentir eso con alguien, hasta que llegaste tu. Mi cuerpo y Alma me atormentan por no haber podido empezar bien las cosas y hacerte feliz desde un inicio, fui muy tonto por todo lo que hice, no puedo pedir solo perdón, no lo merezco y jamás voy a merecer una lágrima tuya, porque tu eres más de lo que yo puedo soñar. – Una lágrima cayó lentamente por su mejilla.
— Jimin... – susurro llevado su mano a la mejilla del rubio, limpiando la traicionera lágrima que caía por su rostro — No llores...
Los ojos de Jimin soltaron aún más lágrimas después de aquella tan linda petición, el no se merecía esto, el no merecía que Jungkook se preocupara, era el momento de hacerlo.
— Lo siento mucho Jungkook, fui un tonto que cometió un error imperdonable.
Jungkook se empezó a asustar después de oír aquello ¿A que se refería? No podría ser tan tonto como para seguir lamentándose por el inicio de su relación, eso sería mucho.
— Ya olvidé todo lo que paso antes, es momento de avanzar, no tienes porque se... — el dedo índice de Jimin fue puesto sobre sus labios, haciéndolo callar.
Jimin tomo valor para empezar a hablar.
— Fui Yo. —Jungkook frunció el ceño, no sabía a que se refería. — Yo fui quien te quitó la casa de tus padres inventé todo eso de la deuda que tenían y saqué unos documentos en donde tú padre firmaba sediendome la casa a mi, te quité el lugar donde tu y tus hermanos vivían, lo hice porque quería tenerte a mis pies.
El castaño se quedo con la mente en blanco mientras asimilaba lo que Jimin había dicho.
🌳Maratón (⁴/⁴)🍁
Pregunta:
¿Quer harían si fueran Jungkook?
¿Como reaccionarían?
Capítulos finales uwu
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