Traición
Quiero dedicarle este capítulo a mi mamá. No creo que esté leyéndolo, pero sin embargo ¡Feliz cumpleaños!
La tapa de una alcantarilla a la mitad de la calle se levantó, y un par de ojos azules analizaron el perímetro. Un camión recorría la calle en su dirección, así que Trinity esperó a que pasara, levantó la pesada tapa por completo y salió el agujero pestilente.
Todos los demás salieron tras ella, y caminaron con rapidez por una calle secundaria vacía, aun así, estaban atentos a cualquier movimiento.
Le pidió el teléfono a Switch, ya que el suyo lo había dejado con Morfeo, y además ya había sido intervenido. En esa situación, Tank no debería tardar en contestar.
-Operador.
-Soy yo, Tank...
-¿Morfeo está vivo? -preguntó Neo, interrumpiendo lo que iba a decir.
-¿Tank, Morfeo está vivo? -preguntó de vuelta al operador, después de dedicarle a Neo una mirada de fastidio. No podían tardar, o serían localizados, además del riesgo que ya corrían al llevar armas en el medio de la calle, llamando la atención.
-Si. Se lo llevaron, pero todavía no sé a dónde.
-Está vivo. -repitió al equipo- Necesitamos una salida.
-No estás lejos de Cypher -dijo el operador.
-¿Cypher? Pensé que estaba...
-Yo también -interrumpió- Lo envié a Franklin y Erie.
-Entendido.
Colgó. Las explicaciones las pediría después.
Llegaron hasta una vieja tienda de televisores que ya les era conocida, y entraron por la única ventana que no estaba tapiada. El teléfono comenzó a sonar apenas saltaron al interior.
-Dios, adoro ese sonido -dijo Switch con una sonrisa.
Caminaron por un pasillo desde la parte trasera por la que habían entrado hasta llegar al mostrador, rodeado por estanterías con televisores muy viejos, llenos de polvo que podía verse gracias a la luz que pasaba por las rendijas de las ventanas tapiadas.
-Tu primero, Neo. -ordenó Trinity cuando se reunieron todos junto al teléfono.
El hombre levantó el auricular, y lo que todos esperaban era que se desvaneciera y su mente saliera de nuevo de la simulación para entrar a la realidad, pero ahí seguía, parado frente a ellos.
-¿Qué pasa?
-No sé... -respondió-. La línea está muerta.
Le acercó el teléfono y ella lo llevó a su oído para confirmarlo. Nada, ni siquiera un tono. Switch y Apoc se pusieron en guardia. Agarró el teléfono celular y marcó para que Tank les diera la salida ¿Es que acaso no los veía?
Descolgaron al otro lado de la línea, pero la voz que oyó no era la que esperaba.
.
.
El código le mostraba los movimientos de la tripulación. Cypher acababa de llegar al edificio indicado, así que comenzó la operación para sacarlo.
En el interior, un teléfono empezó a sonar. Tres tonos después, el auricular fue descolgado, así que le hizo una señal a Dozer para que desconectara a Cypher.
Su hermano realizó unos comandos en la pantalla táctil del puente de carga de Cypher, y en un parpadeo, el hombre estaba de regreso en la realidad. Dozer le quitó el cable de la nuca, y Cypher se acercó a la central con un gesto de preocupación.
-¿Dónde están? -preguntó
-Ya estoy llamando.
Hizo un asentimiento con la cabeza y se alejó para dejarlo trabajar.
Desde atrás, Cypher descubrió uno de los regalos que había preparado para ese par de hermanos la noche anterior. Ellos jamás conocieron lo que era vivir en la simulación, así que no tenían con qué comprar la miserable vida que seguro habían tenido en Zion ¿Y estaban orgullosos de nacer en ese agujero?
Se acercó por la espalda con el arma de descargas eléctricas que usaban para inmovilizar a los centinelas. Solo un tiro a cada uno, y su plan estaría asegurado.
Disparó.
Los nervios y la fuerza de rebote del disparo le jugaron una mala pasada, y el rayo impactó contra uno de los monitores, alertando al menor de los dos hombres, quien pegó un bote y se apartó del asiento.
-Mierda...
La recarga no tardaba más de tres segundos. Pasado ese tiempo, volvió a disparar, dándole a Tank en el torso. No estaba seguro de en qué lugar, pero seguro que eso sería suficiente para que no volviera a levantarse.
-¡No! -gritó Dozer lleno de ira y dolor.
Él era mucho más corpulento que Tank, ya que se encargaba de reparar la nave y labores más demandantes físicamente. Esa rabia que sentía el hombre le cegaba el juicio, haciendo que se abalanzara directamente hacia Cypher, que, aunque era más pequeño, tenía un arma y un objetivo bastante grande que se movía directo hacia él.
No hizo falta nada más que el sentimentalismo de un par de hermanos para que su plan estuviera más cerca de realizarse.
.
.
-Hola, Trinity.
-¡Cypher! ¿Dónde está Tank?
Sus sentidos en la realidad estaban dormidos, siendo transferidos a la Matrix, pero no hizo falta más que escuchar la voz de Cypher para sentir su aliento cerca, haciendo que un escalofrío le recorriera la columna.
-¿Sabes? -dijo Cypher en un susurro después de un largo silencio- Durante mucho tiempo pensé que estaba enamorado de ti...
¿Qué mierda estaba diciendo? ¿Por qué lo decía ahora? ¿Qué estaba pasando? Agradecía tener el altavoz apagado y que solo ella pudiera oír las insensateces que decía.
-... Solía soñar contigo... Eres una mujer hermosa, Trinity. -continuó, y tras un momento, soltó un suspiro-. Lástima que las cosas acabaran así.
-Los mataste... -Solo esa frase había bastado para entender.
-¡¿Qué?! -exclamó Apoc.
-Oh, Dios -susurró Switch.
-Estoy cansado, Trinity. Cansado de esta guerra, cansado de pelear. Estoy cansado de esta nave, de tener frio, de comer la misma puta mierda todos los días. Pero, sobre todo, estoy harto de ese imbécil y su mierda.
Por medio del auricular pudo escuchar el movimiento de Cypher, que seguramente observaba sus cuerpos inconscientes con cara de satisfacción al saber que podía hacer con ellos lo que quisiera, sin que ellos pudieran hacer algo al respecto.
-¡Sorpresa, idiota! -No le hizo falta verlo para saber que estaba hablando al cuerpo de Morfeo- Esta perra no lo vio venir ¿o sí? -Él hizo una pausa, pero para ella, todo iba quedando claro poco a poco- Oh, me encantaría estar ahí cuando te quiebren. Entrar justo cuando suceda, y entonces sabrás, que fui yo.
-Tú les entregaste a Morfeo...
-Él nos engañó, Trinity ¡Nos mintió! -Nuevamente se dirigió a Morfeo- Si nos hubieras contado la verdad ¡Te hubiéramos dicho que te metieras la píldora roja por el culo!
Algunos de los gritos de Cypher llegaban a oídos del resto a través del auricular. En sus rostros se veía la decepción de haber confiado en alguien por años, y luego ser traicionados.
-Eso no es verdad, Cypher. Él nos liberó.
-¡¿Llamas a esto libertad?! Solo hice lo que él me dijo. Si pudiera elegir entre esto y la Matrix... escojo Matrix.
-Matrix no es real -hizo énfasis en cada palabra.
-Estoy en desacuerdo, Trinity. Creo que la Matrix puede ser más real que este mundo. -hizo una pausa inquietante-. Aquí solo desconecto algo, y allá tú ves a un hombre morir.
No pudo evitar girarse a verlo. El hombre moreno estaba lleno de ira, y ahora sus ojos se inundaban de miedo ante su propia mirada. Era casi evidente lo que estaba por ocurrir, así ellos no pudieran oír lo que Cypher decía.
-Trinity...
Se desplomó con los ojos abiertos, como si su alma hubiese sido arrancada de su cuerpo de un momento a otro. Switch se lanzó hacia él gritando. A través del auricular pudo oír el pitido de alarma que dio el puente de carga de Apoc al presentar una desconexión tan repentina e incorrecta.
-Bienvenida el mundo real, muñeca.
-Pero estás fuera, no puedes volver...
-En eso te equivocas. Prometieron reinsertar mi cuerpo. Volveré a dormir, y cuando despierte, no recordaré una mierda. Por cierto, si tienes algo terriblemente importante que decirle a Switch, es ahora o nunca.
-No. Por favor, no
Sus ojos se encontraron con los de su amiga, los cuales estaban llenos de lágrimas por la pérdida de Apoc, y en los cuales se instaló el terror, la impotencia y la tristeza al entender que era la siguiente.
-Así no... -suplicó-. Así no...
Su cuerpo cayó sobre el de Apoc, de la misma manera en la que él fue asesinado por aquel que habían considerado un amigo desde hacía años.
-Muy tarde.
-¡Maldito seas, Cypher! -exclamó con un nudo en la garganta.
-No me odies, Trin. Solo soy un mensajero. Y ahora voy a probártelo.
Ya no quedaba nadie más, y si estaba hablando con ella, el siguiente solo podía ser Neo, quien estaba agachado junto a sus compañeros fallecidos sin entender exactamente qué les había ocurrido. Parecía que solo quería matarla lenta y dolorosamente, arrancándole a la gente que amaba para compensar la falta de dolor físico al morir desconectado.
-Si Morfeo estaba en lo cierto -continuó-, entonces no habrá manera de que yo lo desconecte ¿no es así?
Ella miró a Neo, con los ojos llenos de terror, sin poder ocultar ningún sentimiento. En sus ojos, él entendió que sería el próximo.
-Si Neo es el elegido -siguió hablando- entonces en los próximos segundos debería ocurrir algún tipo de milagro que me detenga ¿verdad? Porque ¿cómo podría ser el elegido... si está muerto?
Entendía que estaba por ocurrir, aunque tenía esperanzas de que no pasara. No había manera de que ella pudiera evitarlo desde allí. Con impotencia, le dio razón a Cypher: solo un milagro los salvaría.
-Nunca me lo dijiste, Trinity-Aparentemente quería hacerla sufrir hasta el último momento, extendiendo su pena-. No me respondiste si creías en toda esa mierda de Morfeo. Vamos. Puedes decírmelo ¿no? Lo único que quiero es un sí o no... -hizo una pausa, seguramente mientras agarraba el cable que conectaba a Neo- Mira a sus ojos... Esos bonitos ojos café... y dime la verdad. Sí o no.
Y así lo hizo, convenciéndose por fin de que todo lo que el Oráculo le había dicho era verdad, y si era verdad, todo estaba a punto de acabar para todos, y ella no podía hacer nada al respecto. Los ojos de Neo reflejaban un terror similar al de ella, sabiendo no había esperanza. El corazón se le encogió dolorosamente. Él... mejor dicho, nadie entendía lo que esa pregunta significaba para ella. Parecía trivial: "crees o no", pero para ella eso iba más allá. Esa pregunta lo definía todo.
-Si.
-No... No lo creo.
La voz de Cypher sonaba horrorizada. Otra voz distinta llegó ininteligible por medio del auricular, seguida de un siseo eléctrico, un golpe y el tono de un teléfono colgado.
Bajó el teléfono celular, sin estar segura de poder permitirse sentir alivio. Neo la miraba con intriga. Quería abrazarlo, ya fuera que estuvieran a salvo o que fuera lo último que hiciera. Ni ella sabía qué demonios había pasado afuera, pero fuera lo que fuera, no estaba lista para enfrentarlo si regresaba ¿Cuántos cadáveres habría? Sus compañeros de años, la gente en la que confiaba... No quería...
El teléfono fijo sonó rompiendo el gélido silencio. Al ver cómo las manos le temblaban, Neo fue quien descolgó, acercándole el aparato.
-Tú primero.
Así lo hizo. Solo hizo falta acercar el auricular a su oído, y desapareció de la simulación, dejando a Neo por unos instantes, y abriendo los ojos en una dolorosa realidad. Al levantarse miró a su alrededor, viéndolos a todos: Switch y Apoc solo parecían dormidos, Morfeo seguía conectado, respirando, y Mouse...
Giró a ver al único sobreviviente: La atención de sus ojos se dirigió de inmediato a la gran quemadura que tenía Tank en el costado derecho, con la ropa pegada a la piel en carne viva.
-Estás...
-Estaré bien. -interrumpió.
-Y... Dozer...
Su cara se contrajo de dolor. Trinity lo abrazó con cuidado de no tocar la herida, entendiendo que la pérdida de un hermano era la más dolorosa.
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