Dulce chocolate
Habían pasado unos meses desde aquel incidente, sus hermanos empezaron a ser más controladores y eso al menor no le gustaba. Incluso Mondo se volvió más centrado y muy pocas veces jugaba con él.
Aquello tenía muy estresado al quelonio chico, no sabía porque estaban tan tensos, pero lo que fuese el haría todo para liberarlos, aunque muriese por ellos.
Esa mañana empezó tranquila, Michelangelo se despertó antes que todos y les preparo un encantador desayuno. Faltaba poco para que ellos llegasen, así que se quedó jugando con su Gatito Helado, aun no recordaba cómo es que lo tenía, pero lo amaba mucho.
A los minutos llegaron sus hermanos y se sentaron, esperaron a que su pequeño sol se sentara y comieron tranquilos en una amena charla. Al terminar Rockwell y Mondo lavaron todo.
Leatherhead regreso a su cuarto y Slash se llevó a su hermanito al trabajo. Supuso que sería bueno que aprendiera algo de lo que ellos hacían. Al llegar el menor miraba todo con asombro, nunca imagino que sus hermanos trabajasen en un lugar como ese.
Uno de los Ultrons les recibió y con orgullo le contó quienes eran y que hacían allí. Ellos ya estaban enterados de todo lo que le había pasado al menor, por lo cual no se molestaron en verlo allí.
Miguel Ángel le pregunto si podrían enseñarle a usar esas máquinas y demás, el Ultron dudo un poco y miro al quelonio más grande, el cual le sonrió suave y asintió. Teniendo aquello en claro, acepto enseñarle un poco de eso. Al caer la noche, ambos volvieron a casa, claro que el pequeño hablaba feliz de todo lo que le habían enseñado.
Mikey: oye, Slash -se detiene y lo mira- quiero chocolate
Slash: ahora no, ya es tarde y debemos llegar a descansar -le toma y sigue el camino-
Al llegar cada uno se fue a su cuarto, aunque el pequeño aun seguía con ese deseó y determinado salió de allí.
En aquella silenciosa noche se podía ver vagar a alguien bajo las sombras, llevando un paso suave pero decidido.
Por otro lado se podía ver a la distancia a una pecosa tortuga buscando algún lugar abierto, llegó a un local y desde donde estaba analizaba el sitio.
???: Vaya y pensé que era el único buscando un sitio abierto -viendo tranquilo a la tortuga-
Mikey: eh? -lo mira y de inmediato toma sus armas- no te me acerques
???: Tranquilo, solo vengo por un chocolate -suelta una pequeña risa-
Mikey: tú también? -de alguna forma aquello le alegraba- qui-quiero decir, eso no me importa -apenado tratando de sonar serio-
???: Jaja, eres simpático -sonríe leve, aunque este no pudiera verlo- te parece hacer tregua, hasta obtener la golosina?
Mikey: bueno -dudoso lo mira- pero si haces algo indebido te matare -susurra con una pequeña sonrisa que pareciera mostrar inocencia, pero era todo lo contrario, algo que aquel sujeto percibió bastante bien-
???: Echo -le tendió la mano, la cual estaba con un guante, pero dejaba ver con claridad que portaba tres dedos únicamente-
Miguel Ángel lo acepto y entre los dos "asaltaron" el lugar, una vez que tuvieron su tan preciado chocolate, fueron a la misma azotea en la que se encontraron.
Mikey: eso fue genial -dando pequeños saltitos por la emoción-
???: Eres hábil pequeño -viéndole con total calma-
Mikey: gracias, tú también eres muy hábil -se sienta junto a el- por cierto soy Miguel Ángel -sonríe-
???: Grover -suspira y sacando de la caja uno de los chocolates se lo ofrece- es un gusto conocerte
Mikey: -sonríe un poco más y lo toma- el gusto es mío
Narra Grover (Leo)
Desde que lo vi supe que algo andaba mal, pero cuando Slash nos enfrentó así... Estoy seguro que esto fue mi culpa, nunca debí dejarlo sólo. Aun así, me siento feliz por él... pero quisiera ser yo al que se aferre de esa forma, a quien le muestre esas sonrisas.
Lo siento tanto hermanito... Ojala un día me perdones por haberte echo sufrir de esa forma.
Narrador.
Mikey: Grover? -lo mira tranquilo- gracias, pero ya debo irme -se aleja con calma-
Grover: ve con cuidado Miguel Ángel -toma la cajita y se retira tranquilo-
Ambos se fueron por sus propios caminos, aunque uno no lo deseaba, debía de hacerlo. Dolía mucho tener que dejar nuevamente a su pequeño niño de ojos celeste, pero fue por él que estaba así.
Destrozado, aferrándose a alguien que no era nada suyo. Entregando su corazón a unos seres que jamás le darían lo que necesitaba.
Quizás él estaba mal o eran sus estúpidos celos que no querían aceptar que su pequeño hermano ya estaba en mejores manos y que nunca volvería a tenerlo así.
Sí, seguramente era eso. Se escuchó un suave suspiro y luego aquellos ojos se posaron en la cajita que tenía en sus manos. Allí estaban los chocolates que tanto alegraban al travieso de la familia. Que siempre que podía le daba unos cuantos, aun sabiendo que se los comería en un solo día; pero así es como lo amaba.
Se sentía tan idiota al ver que su necedad y dolor lo habían segado y obligado a dejar lo único bueno en su vida.
Ese pequeño que con solo un abrazo suyo le llenaba el alma y le reparaba su tonto corazón.
Ese pequeño y dulce chocolate que te embriaga con su delicado aroma.
Fue estúpido el creer que allí encontraría lo que siempre tuvo a su lado.
Bueno, aquí les dejo otro cap.
Por cierto, cambiaré el día y subiré los capítulos los días Lunes.
Muy pronto aparecerá otro de ellos, quieren apostar quien sera? OwO
Donatello
o
Raphael
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