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CAPÍTULO XIII

Tristan abrió las puertas de aquel salón y entró veloz como un rayo. Estaba muy furioso; había intentado comunicarse con Goodman para salir rápidamente hacia Ganímedes, pero no obtuvo respuesta del hombre. Beckett no comprendía el motivo por el cual, la señora Mayer había insistido en que ese bueno para nada, lo acompañara en su misión.

El mercenario prefería trabajar solo y si necesitaba de un escuadrón o un pequeño grupo de personas para llevar a cabo su misión, él mismo seleccionaba a quienes lo acompañarían en su cruzada, buscando elementos capaces de ayudarlo en su propósito.

El cyborg miró a todas pates de aquel recinto, donde un grupo de hombres y mujeres se encontraban en pleno coito. ¡Debió haberlo imaginado! El tal Goodman disfrutaba mucho de ese tipo de fiestas, provocando con esto que su rendimiento fuera bajo. Por ese motivo el cyborg no deseaba que ese sujeto lo acompañara, presintiendo que quizá el tal Goodman pudiera echar abajo la misión y Tristan no deseaba fallar.

Beckett lanzó un gruñido al localizar a Goodman, quién acariciaba el trasero de un par de morenas que le practicaban la felación. Tristan caminó a grandes zancadas, evadiendo a dos hombres, hasta llegar a Goodman y tiró con fuerza de él, arrebatándole un quejido.

-¡Es hora de partir! - Gritó Tistan tirando de sus cabellos - No debemos perder más tiempo...

-¡Pero... pero! - Grito frustrado - ¿Qué no ves que estoy ocupado?

-¡No me interesa! - Dijo Becket y lo amenazó con el cañón de un arma.

Al ver el arma, las mujeres gritaron y se echaron a correr, seguidas del grupo que se encontraba en el recinto, quienes esperaban lo peor y se dispersaron por el club, tratando de salvar sus vidas. Goodman tragó grueso, mirando el cañón del arma con el rabillo del ojo. Lo prudente era no protestar y hacer lo que Beckett le ordenaba, de lo contrario, podría desatar su ira.

Goodman se puso de pie y respiró profundo tratando de tranquilizarse, buscó su ropa y se alistó a la velocidad de un rayo para salir casi corriendo detrás del gigante del brazo de metal. Tristan no quería perder el tiempo, tenían que darse prisa pues había localizado a Morrigan y deseaba tomar a Haggard por sorpresa y emboscarlos para atrapar a la chica, entregársela a Lucian y después ajustar cuentas con Adrian. Sabía que no se habían movido de Ganímedes. El radar marcaba el mismo punto desde hacía más de un día.

-¿A dónde vamos? - Balbuceó Goodman entrando en la nave.

-Lo sabrás cuando lleguemos ahí - Murmuró Tristan con un gruñido - Ahora, ¡no hagas preguntas!

Goodman miró a su alrededor. Lucian se encontraba en el asiento del copiloto, ajustando el curso. Por las coordenadas, dedujo que se trataba de Ganímedes. A Morrigan le encantaba ir a ese sitio ya que los tratamientos con cristales eran muy populares, además de que disfrutaba de los minerales de sus aguas termales. También la chica disfrutaba de ir a esquiar y juguetear con la nieve; seguramente Morrigan se estaba divirtiendo de lo lindo en ese lugar en compañía de Adrian Haggard.

-¿Qué hace Lucian aquí? - Preguntó Goodman torciendo la boca, en realidad no le agradaba para nada el reptiliano.

-Es mi copiloto y capitán - comentó Tristan con seriedad.

-¿Qué? - Gritó Goodman mientras se echaba a reír - ¿Ese bueno para nada? - Preguntó lanzando sonoras carcajadas - No sabe ni disparar un arma, es un...

-Ha demostrado ser más útil que tú - Comentó Beckett frunciendo el ceño - Es buen elemento - Dijo dando por finalizada la conversación.

-¡Buen elemento, buen elemento! - Refunfuñó Goodman y tomó asiento detrás de Lucian que lo miró con burla.

-¿Dónde estabas Goodman? - Preguntó Lucian con curiosidad.

-¡Eso no te incub...!

-En una orgía - Respondió Beckett - Por eso no respondía nuestro llamado - Dijo y frunció el ceño - Tengo planeado lanzarlo a un agujero negro o dejarlo varado en algún lugar - Comentó y miró a Lucian que se echó a reír a grandes carcajadas - Realmente no entiendo porque Stella quiere que carguemos con este estorbo.

-Ella lo aprecia de algún modo - Comentó Lucian y se encogió de hombros - No sé qué clase de favores le haya hecho para que ella lo tenga en tan alta estima.

-Ya lo imagino - Dijo Beckett mirando la pantalla de navegación - Quizá es para lo único que sirva.

Goodman los miró con odio. Ese par de tipos no iban a dejarlo en paz. Sin embargo, no les diría la verdadera razón por la que Stella lo apreciaba. Hacía unos años que conoció a Stella y la ayudó a salir de un problema, cuando unos sujetos intentaban secuestrarla. La mujer le cogió algo de aprecio y le devolvió el favor al contratarlo como el guardaespaldas de Morrigan, con la condición que se deshiciera cuanto antes de la chica; algo que él aceptó de inmediato. Pero al conocer a Morrigan, Goodman quedó prendado de la belleza de la chica, la deseó y así desobedeció a Stella, ganándose un poco de su repudio. No obstante, la mujer no olvidaba que él la ayudó y le debía la vida, por ese motivo no lo eliminaba como siempre le hacía ver.

-Llegaremos en unos minutos - La voz de Lucian interrumpió los pensamientos del guardaespaldas - Vamos a dar un leve rodeo...

-Atravesaremos el cinturón de asteroides - Comentó Tristan - No quiero dar estúpidos rodeos.

-Es peligroso - Le advirtió Lucian - Sabes que...

-El piloto soy yo, la nave es mía, así como la misión - Rugió el cyborg - Así que, o saltan de la nave o hacen lo que yo les diga.

Los hombres se miraron unos a otros y se encogieron de hombros antes de abrocharse los cinturones y asegurarse bien en sus asientos. El cinturón de asteroides era peligroso y de momento tuvieron sus dudas. Pero Tristan era un hábil piloto y logró esquivar los asteroides de mayor tamaño. Hubo algunos impactos, pero nada que lamentar, así que rápidamente estuvieron en Ganimedes.

-¡Hemos llegado! Y quiero que ambos tengan los ojos bien abiertos - Dijo Tristan - La mujer no puede estar muy lejos. Ella es nuestro objetivo - Continuó - Debemos preparar una emboscada y tomarlos por sorpresa - Exclamó - Recuerden que Haggard no es cualquier sujeto, el hombre está dotado de grandes habilidades y una fuerza descomunal - Gruñó - Puede matarlos de un golpe... - Dijo y esbozó una sonrisa siniestra.

-Lo sé - Intervino Lucian - Ya lo comprobé en la casa Stone.

-Ustedes se harán cargo de la chica - Dijo Beckett y les entregó unas armas - Haggard es mío, ¿de acuerdo? - Murmuró y los miró con frialdad.

-Señor, ¡sí señor! - Respondieron Lucian y Goodman al unísono.

El guardaespaldas le echó un ojo al radar de Lucian en el cual, un punto rojo parpadeaba con insistencia. Miró atentamente el mapa y el paisaje; en realidad no había mucho que ver; el lugar estaba cubierto de nieve y parecía estar deshabitado, a excepción de una pequeña colina, lo demás era terreno llano.

-Es por allá - Comentó el hombre - Detrás de esa colina de hielo - Dijo y señaló un punto cercano en el horizonte.

Tristan sonrió y se frotó las manos, ¡esta vez no iba a cometer errores!

-¡Tras ellos! - Exclamó el cyborg - ¡Y no vayan a fallarme!

* * * * *

Morrigan miraba atentamente al hombre que se encontraba absorto en la tarea de reparar el casco de la nave. Durante el trayecto, algunos asteroides golpearon la estructura, provocando una que otra abolladura. Morrigan pensaba que se trataba de una exageración y una pérdida de tiempo. El armatoste ese se estaba cayendo a pedazos, pero Adrian insistía en repararlo en lugar de dar un paseo en esquí como ella se lo había sugerido. Morrigan suspiró y se acomodó en un banquito cerca de la nave. Tenía una buena vista del lugar y se entretuvo un rato mirando a una familia de roedores de las nieves que salían de su madriguera a tomar el desayuno. Después de que se aburrió de mirar roedores y otros especímenes de la fauna del lugar, decidió admirar de nuevo a Adrian, quién continuaba ocupado junto a AB, dando los últimos ajustes al War Hawk.

-Sí señor - Comentó AB y entró en la nave, mientras Adrian seguía reparando una abolladura.

-¡Estoy aburrida! - Gimió Morrigan, abrazando al hombre por la espalda - ¡Vamos a dar un paseo!

-No podemos, Mor - Dijo el hombre con un voz tan sexy que la hizo estremecer - Cuando la nave esté lista, partiremos a otro sitio.

-¿Y a dónde iremos esta vez? - Preguntó la chica soltándolo.

-Viajaremos al cinturón de Orión - Murmuró Adrian - Pero, ¿por qué no te entretienes disparándole a esas ratas? - Comentó y le entregó un arma - Así no te aburres...

-¿Estás loco? - Gritó la joven, horrorizada - Ni creas que le voy a disparar a esos animalitos - Bufó y lo golpeó en el hombro.

-Dudo que logres darle a uno - Comentó en un tono burlón - No creo que sepas disparar...

-¿Quieres averiguarlo? - Sonrió Morrigan con malicia y le arrebató el arma - ¿Por qué mejor no te disparo a ti? - Comentó, apuntándole.

-Eso quiero verlo - Respondió Adrian y le devolvió la sonrisa.

Morrigan se carcajeó. No era muy buena, pero sabía utilizar un arma, sin embargo, había aprendido un poco, la chica pensaba que eso fue lo único bueno que le dejó la compañía de Goodman. La chica estaba a punto de dispararle a un bloque de hielo, cuando la presencia de AB los interrumpió.

-Señor, tiene un mensaje del... - Murmuró el androide y titubeó - Es un mensaje importante.

Adrian se puso serio, sabía que el mensaje provenía de la Tierra, pero a través del canal secreto de comunicación. No podía darse el lujo que alguien, sea quien fuere interceptara su comunicación y se enterara de cosas que era conveniente mantener bajo la mayor de las discreciones. Como la rebelión de los mineros de Ganímedes.

-Quédate con Morrigan - Murmuró el hombre haciendo a un lado sus herramientas - Enséñala a disparar y... - No terminó la frase, ya que con grandes zancadas entró rápidamente a la nave.

Morrigan lo miró alejarse y lanzó un suspiro, no le gustaba que Adrian tuviera que alejarse de ella por un rato. La chica frunció el ceño, pero no protestó, tenía que acostumbrarse. Además, no se iba a rehusar a un par de lecciones de tiro, sabía que las necesitaría, así que cambió la expresión de su rostro por una más relajada y se reunió con el androide.

Adrian se acercó al tablero de control y tecleó el código para recibir la llamada. La pantalla le entregó la imagen de Liam, acompañado del sargento Downey. Griffin sonreía y parecía que se encontraba tranquilo y un poco relajado. Al verlo, Adrian esbozó una enorme sonrisa de satisfacción al ver que su amigo estaba bien y a salvo.

-Haggard - Sonrió Liam - ¡Qué gusto verte! - Dijo y añadió de inmediato - ¿Dónde está Morrigan? - exclamó - ¿Cómo está mi niña? ¿Has cuidado bien de ella? - murmuró - Sé que es un poco necia y que...

-Todo está bien - lo interrumpió Haggard - No debes preocuparte por nada. - exclamó el hombre - Morrigan y yo estamos tratando de entendernos y de llevar la fiesta en paz - dijo Adrian - En estos momentos ella está afuera, AB la está cuidando, no hay nada que temer. - murmuró y le dedicó una sonrisa.

-Me quitas un gran peso de encima - Murmuró Liam - Estaba muy angustiado por ella...

-La encontré devastada - suspiró Adrian - Ha sido demasiado para ella, Morrigan tiene muchas dudas - Dijo Haggard inmediatamente - Yo traté de despejarle algunas, pero hay otras preguntas que sólo tú debes responder...

-Aún no es el momento - Suspiró Liam - Es muy pronto para decirle que yo... - Bufó - Estoy con vida. Ella no debe saberlo, ¡no aún!

-Es tu decisión - Comentó Adrian - Yo no puedo decir más al respecto, no me corresponde y lo sabes.

-¡Lo sé! - murmuró Liam - Y te agradezco que hayas guardado silencio - dijo Griffin y sonrió de medio lado - Cuando hayan llegado a la Tierra, hablaré con Morrigan y trataré de responder a todas sus preguntas y resolver sus dudas.

-Entonces... - exclamó Adrian - ¿Estás en la Tierra?

-Así es - respondió Liam - Me encuentro en la base de los Esmilodontes, sabes muy bien que es un sitio muy seguro. - murmuró el hombre - No quiero ir a ningún otro lugar, no hasta que Morrigan esté a salvo. - exclamó Griffin - He decidido custodiar la encomienda de Jensen hasta que tú y mi niña se reúnan conmigo en esta base.

-Será como tú digas, Liam - respondió Adrian - Aunque nuestro viaje será largo - murmuró - Morrigan y yo daremos un rodeo para llegar a la Tierra, ya que si tomamos el camino más corto, es posible que Tristan Beckett nos encuentre. - dijo Haggard con seriedad - Lo conoces muy bien, es un tipo astuto y sospecha muchas cosas. - añadió - Incluso, creo que conoce algunos secretos - exclamó el hombre - No va a desistir hasta dar con lo que quiere.

-Entonces ten cuidado - Le pidió Liam - Deshazte pronto de ese estorbo y trae a mi niña sana y salva a la Tierra - Comentó el hombre - Ahora debo dejarte, sé que no es seguro mantener conversaciones largas, pero ya tendremos tiempo para hablar - Dijo Griffin - Te llamaré después.

Adrian asintió al escuchar las palabras de Liam. El hombre había estado muy inmerso en la conversación con su amigo, que no se dio cuenta de la presencia de Morrigan. La chica había entrado en la nave ya que por accidente, AB destruyó su arma y necesitaba una nueva. Ella buscaba a Adrian para pedirle un reemplazo, sonreía y estaba muy animada, cuando escuchó la voz de su tío. En un principio no podía creerlo, ¡seguro se trataba de una jugarreta del destino! Pero también escuchó a Haggard, sosteniendo una conversación con él. ¿Qué estaba sucediendo? ¡Ella lo vio morir! ¡Liam estaba muerto! ¿O acaso él era...?

No pudo continuar, las lágrimas resbalaron por sus blancas mejillas y permaneció de pie, cerca de Adrian, observando fijamente la imagen de Liam en aquella pantalla.

-¡Liam! - Gimió Morrign sin contenerse - ¡Estás vivo! - Gritó y empujó a Adrian para acercarse a la pantalla y acariciar a través de esta el rostro de su tío.

Haggard la miró y lanzó un hondo suspiro, no se percató de la presencia de la joven en la nave, pero era lógico, ella podría entrar en cualquier momento y no tomó las precauciones necesarias. Aunque de cualquier modo, ella iba a enterarse de que Liam estaba vivo; sin embargo, no esperaba que fuera tan pronto.

Liam miró a su sobrina, él tampoco notó su presencia. El rostro de Morrigan estaba desencajado, sus ojos transmitían su sorpresa y melancolía, además de que estaban llenos de lágrimas. A Liam se le encogió el corazón al ver a su pequeña, tan triste y acongojada.

-Nena - murmuró el hombre con tristeza - Yo...

-¡Estás vivo! - Repitió la muchacha - Pero... - Sollozó - ¿Cómo es posible? - Preguntó - ¡Yo te vi morir! - Gritó, exaltándose - Yo vi cómo ese cyborg descargaba toda la potencia de su arma en tu pecho, te vi caer... ¡estabas muerto! - Continuó - ¡No es verdad! - Murmuró - Esto es un sueño, ¡nada de esto es cierto!

-¡Mor, Mor! - Exclamó Liam - Por favor, necesito que guardes la compostura para...

-¡No! - Gritó la joven, un poco histérica - Necesito una explicación, ¡tienes qué decirme que sucedió!

-Morrigan - Intervino Adrian colocando su mano en el hombro de la chica - Por favor, Liam tiene razón - Susurró.

Morrigan suspiró cerrando los ojos, la voz de Adrian tenía un efecto calmante en ella. La chica respiró profundo y dejó que los brazos de Haggard la envolvieran. El saber que su tío Liam estaba vivo, era algo difícil de asimilar. Tenía tantas dudas, tantas preguntas por hacer y sus emociones estaban a tope. ¡No sabía cómo reaccionar a ello! Estaba demasiado confundida y no tenía idea de qué decir o que preguntar.

-Tranquila mi amor - exclamó Liam - No digas nada, yo puedo explicarlo. - murmuró el hombre - Pero no es el momento adecuado para hablar, hay muchas cosas que debes saber y yo responderé a todas tus preguntas. - dijo su tío.

-Pero ¿por qué? - preguntó Morrigan sin entender.

-Lo hice para protegerte - respondió Liam - Tenía que fingir mi muerte para que el cyborg se retirara.

-¡Pero moriste! - dijo Morrigan con desesperación - Yo te vi morir, ¡no puedes estar vivo! Todo esto es producto de mi imaginación, sólo un mal sueño. - murmuró la chica y comenzó a llorar.

-No es un sueño, Morrigan. - exclamó Griffin - Quizá Adrian pueda explicarte algo, tiene mi permiso para hablar de este tema contigo. - dijo el hombre - Yo debo dejarte ahora...

-¡No puedes dejarme! - suplicó Morrigan - ¡Por favor! - exclamó - ¡Cuéntamelo todo!

-Ya te lo dije - respondió Liam - No puedo hablar en este momento, podemos tener una interferencia y nuestros enemigos podrán localizarnos con facilidad. - dijo Griffin - Les pido por favor que dejen Ganímedes y busquen otro lugar en el cual refugiarse antes de llegar a la Tierra para que te reúnas conmigo.

-¿Estás en la Tierra? - preguntó la chica con lágrimas en los ojos y su tío asintió.

-Hablaremos pronto, nena. - murmuró Liam - Te amo, no lo olvides. - dijo y cortó la comunicación.

Morrigan se refugió en los brazos de Adrian y dio rienda suelta al llanto. Sin embargo se sentía más aliviada al saber que su tío estaba con vida y que pronto se reuniría con él.

* * * * *

Morrigan se ha enterado que su tío Liam está con vida,pero él sabe que es peligroso hablar pues Beckett está cerca y es astuto. Morrigan y Adrian deben darse prisa para salir de Ganímedes y alejarse de Beckett y sus compañeros, que por cierto ya dieron con ellos y preparan una emboscada. ¿Qué creen que pase ahora? ¿Lograrán huir antes de que los encuentren? ¿Algo malo ocurrirá? No olviden dejar sus votos, comentarios y respuestas a estas preguntas, gracias por su apoyo.
Maria Decapitated

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