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CAPÍTULO II

Liam abrió la puerta de su habitación y la cerró con violencia. Se dejó caer sobre la cama y gruñó. No le gustaba que ese bastardo reptiliano se paseara por la casa como si fuera suya. Para Liam, los reptilianos eran escoria. Durante la guerra cósmica se unieron a los pleyadianos, en un intento de destacar, pero al darse cuenta que los planes de los habitantes de las Pléyades tomaban otro rumbo, se aliaron a los humanos. El hombre sabía que esos seres no eran de confianza, a menudo cambiaban de bando sólo por conveniencia. Eran tramposos, rastreros y siempre albergaban segundas intenciones.

Griffin detestaba a Lucian, especialmente porque el sujeto acosaba a Morrigan, la observaba de manera libidinosa y siempre la seguía a dondequiera que ella fuera. Más de alguna vez lo sorprendió espiándola cuando la chica nadaba en la piscina del jardín o se preparaba para ir a dormir. También lo encontró tratando de entrar a su alcoba desde la parte posterior de la casa. Liam sabía que Lucian no tenía buenas intenciones con Morrigan, por ello lo mantenía bajo una vigilancia constante.

Liam se puso de pie y cogió su aparato móvil. Debía hacer una llamada importante y de carácter urgente, Jensen se lo había pedio y él no se podía negar a las peticiones de su cuñado. Marcó el número y espero a hacer contacto.

-¡Qué sorpresa! - Murmuró Haggard - ¿Hace cuánto no me llamabas? ¿Un año?

-Sí, exactamente un año - Suspiró Liam - Pero recuerda que te prometí no molestar a menos que...

-A menos que fuera algo muy urgente - Lo interrumpió Adrian Haggard - ¿Qué sucede? ¿Cómo están las cosas en Nova Terra?

-En lo que cabe, las cosas están bien - Murmuró Liam - Pero se trata de mi sobrina, Morrigan.

-¿Qué hay con esa niña escandalosa? - Preguntó Adrian, quién conocía perfectamente el comportamiento de la joven Stone - ¿Está embarazada?

-No, no - Gruñó Liam - No se trata de eso, ¡no te llamaría por algo tan banal como un embarazo!

-¿Entonces? - Exclamó Haggard - ¿Por qué me llamas?

-Es algo referente a la seguridad de Morrigan - Dijo Liam - Jensen quiere que te conviertas en su custodio...

-¿Qué? - Gritó Haggard - Yo no soy niñero de nadie - Rió a carcajadas - No, yo no sirvo para eso - Continuó - Si lo que Jensen quiere es un limpia mocos para su pequeña, que contrate un androide niñero, ¡esos sí que son eficientes! Y muy económicos - Se burló el hombre.

-Te pagará todo el metálico que le pidas, también te dará electrónico si eso es lo que quieres o...

-¡Sabes que no necesito efectivo! - Dijo Haggard sintiéndose ofendido - Tengo suficiente metálico para vivir por mucho tiempo.

-Lo sé - Suspiró Liam - Pero Jensen no confía en nadie más.

-¿Por qué no la cuidas tú? - Lo interrumpió Adrian.

-¡Sabes bien que no puedo! - Gruñó Liam - Yo he malcriado mucho a mi sobrina - Exclamó - Tengo cierta culpa en su comportamiento rebelde y, ¡no puedo decirle que no! - Se rió - podré ser un hijo de puta con todo el mundo, pero con mi niña ¡jamás! Sólo necesita dedicarme esa mirada suya y ¡yo caigo ante su encanto!

-Sí, sí, sí - Balbuceó Haggard - Eres un blandengue, te faltan huevos.

-¡Es mi niña! - Suspiró - Y es la viva imagen de su madre... ¡así que no puedo! Por eso te necesitamos.

-Pues sus asuntos familiares son solo suyos - Comento Adrian - A mí no me necesitan, ¡yo ya dejé las misiones! Ya no soy un mercenario, ni un asesino, dejé eso atrás...

-¡Pero esta es una misión especial! - Suspiró Liam - Es la seguridad de Morrigan y de todo el Universo.

-¿Qué acaso ella no cuenta con uno de los mejores guardaespaldas? - Preguntó Adrian con un tono mordaz - Qué el fulano ese siga haciendo su...

-¡El sujeto es un completo inútil! Tiene cerebro de babosa carroñera - Bufó Liam - Ese tipo piensa con el pito. Es irresponsable y fácil de corromper. Estamos considerando su despido.

-Pues debieron de hacerlo hace mucho tiempo - Exclamó Haggard - Pero te sugiero que busques a otro, yo puedo recomendarte a...

-Piénsalo, ¿quieres? - Murmuró Liam - Sólo hazlo como un favor especial, por el cariño que le tuviste a Duncan...

-¡Te llamaré! - Gruñó Adrian - Voy a tomarlo en cuenta, ¿de acuerdo?

-¡Gracias! - Exclamó Liam - La seguridad de Morrigan es muy importante para nosotros.

Haggard ya no le respondió y terminó con la llamada. No le gustaba hacer ese tipo de trabajos, pero le debía mucho a la familia Stone. Sin embargo, conocía de sobra el carácter, la actitud y la mala reputación de la chica. Morrigan no era un pan de Dios, la chica era rebelde, grosera, siempre tenía problemas con sus guardaespaldas, a excepción de ese último. Adrian presentía que entre él y esa joven habría muchos problemas. Su carácter explosivo no les ayudaba demasiado. El hombre suspiró y miró la pantalla de su teléfono. No era buena idea cuidar de Morrigan, estaba seguro que eso les traería graves problemas.

* * * * *

Morrigan miró a todos lados. La gran mayoría de los asistentes a esa fiesta estaban ebrios o drogados. Ya nadie bailaba o charlaba, ahora todo era un caos total dentro del recinto. En una esquina de la habitación, un grupo de invitados practicaba el sexo orgiástico y en otro de los rincones, varios más inhalaban vapores alucinógenos. La chica miró hacia otro lado y observó a su guardaespaldas que filtreaba con un par de mujeres.

Morrigan se levantó y caminó hacia donde estaba el hombre. Todo eso ya no le parecía divertido como antes, ni tampoco le causaba placer. Lentamente sus ideas comenzaban a dar un nuevo giro. Ya no quería llevar la contra a su padre o a su tío. Tenía ideas respecto a algunas investigaciones y tenía nuevos proyectos en mente para la compañía. De pronto sintió grandes deseos de ponerse a trabajar en esos planes.

Además de todos esos pensamientos, desde que llegó a ese sitio, la chica fue presa de un mal presentimiento. En un principio supuso que era el cargo de conciencia por hacer enfadar a su padre, pero a medida que el tiempo pasaba, se daba cuenta que no era por eso. Morrigan suspiró y se levantó de su sitio, caminando hacia donde se encontraba su guardaespaldas y le tocó suavemente el hombro.

-Goodman, ¿podrías llevarme a casa, por favor? - Preguntó en tono autoritario.

-En un rato más, Morrigan - Dijo el hombre - Estoy empezando a divertirme - Exclamó - Porque hoy estuviste bastante aburrida, querida - Rió, siendo imitado por las dos chicas.

-Creo que no tenía muchas ganas de venir - Suspiró la joven - ¡Ya vámonos!

-¡No quiero! - Gruñó el hombre - Mejor no hubieses venido - Dijo molesto y continuó con lo suyo. Ignorando completamente a Morrigan.

La joven frunció el ceño, mirándolo con desagrado. ¡Ese tipo era un fastidio! Necesitaba alguien nuevo, Goodman le estaba pareciendo ser demasiado fastidioso y se tomaba atribuciones que no le correspondían. Quizá ella había tenido la culpa, ¡pero ya no más! Estaba decidida a despedirlo y buscar a alguien mejor. Alguien nuevo con quién salir a divertirse de vez en cuando.

-¡Entonces yo me voy! - Dijo la chica con firmeza mientras daba media vuelta y caminaba hacia la salida.

Goodman rodó los ojos y se puso de pie de un salto. Las mujeres protestaron, pero él hizo caso omiso de ellas y siguió a la chica, caminando a paso veloz. Ya se estaba hartando de los caprichos de esa chica. Él tenía una misión, y Morrigan no se prestaba por las buenas, ¡lo tenía que hacer por las malas! De lo contrario, la señora Stella lo despediría ¡y peor aún! Tendría que enfrentarse a la ira de Lucian y lo que menos deseaba era recibir un castigo de un reptiliano.

-¡Morrigan! - Murmuró al ver que ella no se detenía - ¡Morrigan! - Volvió a gritar Goodman, corriendo detrás de la joven, pero esta lo ignoró.

La chica no se detuvo, de hecho aceleró el paso y prácticamente corrió hasta la pequeña nave y la abordó, se acomodó en el asiento y la encendió. Morrigan miró hacia abajo y esbozó una sonrisa de triunfo, mezclada con burla. Si Goodman estaba disfrutando de la fiesta, ¿por qué carajo no se quedaba ahí? La nave emprendió el vuelo mientras Goodman gritaba que se detuviera, pero ella ya no lo escuchó, la chica tenía un presentimiento y este no era bueno. Debía estar en casa lo antes posible.

* * * * *

Después de hablar con Haggard. Liam salió de su habitación, necesitaba notificar la decisión de Adrian a su cuñado. Miró el reloj, era tarde, pero quizá Jensen aún estuviera despierto, a veces solía pasar la noche en su estudio, trabajando en nuevos proyectos para su empresa. Se detuvo frente a la puerta de la alcoba y llamó suavemente.

La puerta se abrió de inmediato y apareció Stella. Liam arqueó la ceja y la miró con desprecio.

-Necesito hablar con Jensen - Murmuró el hombre - Por favor, déjanos solos.

-No son horas de venir a molestar - Dijo Stella con fastidio - ¿No puedes esperar hasta mañana?

-¡Necesito hablar con Jensen! - Repitió Liam en un tono de voz más firme.

-¡Está dormido! - Susurró Stella- Baja la voz.

-¡Despiértalo! - Le ordenó Liam.

-Hazlo tú - Exclamó la mujer, horrorizada - No quiero que se moleste conmigo por tu culpa. Adelante, despiértalo - Murmuró y se hizo a un lado para que Liam entrara.

Liam entró en la alcoba y caminó lentamente hacia la cama. Su cuñado se encontraba tapado con las mantas, recostado sobre su costado. Liam lo tocó con suavidad y lo movió, ¡no sucedió nada!

-¡Jensen! - Gruñó Liam - ¡Despierta hermano! Necesito hablar contigo, es importante - Exclamó - Sabes que de no ser así, no me atrevería a molestarte a estas horas indispuestas.

Liam volvió a moverlo, esta vez con un poco más de violencia. Jensen no tenía el sueño tan pesado. Él siempre estaba alerta y ningún ruido pasaba desapercibido. Liam se tensó, Jensen ya debía haber respondido, ¡algo no andaba bien!

-¡Jensen! - Gritó y lo sacudió.

Los ojos de Liam se abrieron desmesuradamente al notar cómo el cuerpo de su cuñado caía al piso. ¿Qué le había pasado? ¿Qué demonios sucedió? Rápidamente, el hombre se acercó a auxiliarlo, cuando descubrió que Jensen estaba muerto. Su cuerpo estaba extrañamente helado y rígido.

-¿Qué le hiciste? - Gritó Stella fingiendo espanto - ¡Jensen, amor mío! - Exclamó y se arrojó al cuerpo del hombre - ¿Qué le has hecho desgraciado?

-¡Yo no hice nada! - Se defendió Liam - Más bien soy yo quién debe preguntar, ¿qué le hiciste tú, desdichada?

-Yo... - Balbuceó Stella - ¡Yo no hice nada! - Dijo poniéndose colorada - Hablamos, dijo que tenía sueño y se acostó a dormir - Exclamó con voz temblorosa - Yo lo dejé en paz y me fui a la biblioteca a leer un rato - Murmuró y señaló un par de libros que se encontraban sobre la mesa de noche - Después regresé y seguí con mi lectura.

-¿Y no te pareció raro? - Gritó Liam revisando a Jensen.

-¡Claro que no! - Gimió Stella - Supuse que me ignoraba, ya que peleamos...

-¿Pelearon? - Gritó de nuevo - ¿Por qué?

-Por lo de siempre, ¡Morrigan! - Suspiró Stella - Esa niña es un gran dolor de cabeza y...

-¡Llamaré a la policía y al médico! - Dijo Liam - Tú quédate aquí - Le sugirió...

-Yo llamaré a Lucian...

-A esa escoria la quiero fuera de este lugar - Estalló Liam - No lo quiero ver merodeando...

-¡Pero! - Gimió Stella.

-Nada de pero... - Gruñó Liam - ¡Quédate aquí y no te muevas!

Liam salió corriendo de la habitación. El hombre estaba destrozado, pero había hecho un esfuerzo sobrehumano para contener el llanto. Una vez que entró en su alcoba, se sentó sobre una silla y se echó a llorar. ¿Cómo había sucedido todo eso? Jensen no se quejaba, de hecho estaba siendo sometido a un tratamiento genético para conservar intacta su salud. Él no había hecho lo que sus antecesores, quienes decidieron dejarlo todo en manos de la naturaleza humana y morir como cualquiera en el mundo. Él planeaba vivir más años, ya que deseaba que su hija se quedara al frente de "Genetic Design"

-Jensen - Susurró Liam limpiándose las lágrimas - ¿Por qué? - Gimió y volvió a soltar el llanto.

De pronto, dejó de llorar. Liam se limpió el rostro y trató de serenarse. Tenía que estar tranquilo y localizar a Morrigan, ella debía saber que estaba pasando. Pero antes, tenía que comunicarse de nuevo con Haggard, lo necesitaba en esos momentos, ya que en cualquier momento él podría perder el control y sólo Adrian podría ayudarlo a serenarse y a pensar de manera correcta.

Liam tomó nuevamente el teléfono y marcó el número de Haggard, apenas había pasado un rato cuando habló con él. Seguramente Adrian iba a extrañarse, pero no importaba, era algo de extrema urgencia.

-¿Qué sucede, Liam? - Exclamó Adrian del otro lado de la línea - ¿Qué sucede ahora? No hace mucho que llamaste y...

-Jensen está muerto - Murmuró Liam con la voz velada por el llanto.

-¡No estoy para bromas! - Gruñó Adrian, molesto por la jugarreta de Liam - Si haces eso para que acepte hacerla de niñero, ¡estás muy equivocado!

-¿Me crees tan imbécil cómo para gastarte una broma así? - Gritó Liam - ¡Qué poco me conoces, Adrian! - Suspiró - No puedo jugar con un tema tan delicado como este - Exclamó tratando de serenarse - ¡Yo lo vi! - Gritó - Jensen ha muerto.

-¿Cómo pasó eso? - Preguntó Adrian, consternado por lo que Liam acababa de decirle - Perdón pero he estado my alterado con unos asuntos - Suspiró - Estas malas noticias me han tomado por sorpresa, ¡no puedo creerlo!

-Él estaba tratando de mantenerse sano - Suspiró Liam - No quería envejecer tan a prisa, deseaba irse cuando Morrigan tomara el mando de todo... cuando él la dejara lista para ello - Murmuró y se le quebró la voz - ¡Morrigan no está lista!

-Pero estás tú con ella - Dijo Adrian - Podrás ayudarla, la guiarás tal y cómo lo hubiera hecho Jensen...

-¡Pero yo no puedo! - Gritó Liam - No puedo hacerlo solo... Él era su padre y yo sólo soy un igual para ella, soy su tío el consentidor, el tipo que siempre le cumplió los caprichos - Bufó - Morrigan no me respeta porque yo así se lo permití.

-¿Y qué quieres que yo haga? - Preguntó Adrian - Estaré allá en unas horas y hablaremos, ¿de acuerdo? Te noto muy alterado y temo que puedas cometer una idiotez - Exclamó el hombre - Trata de calmarte y... ¿ella ya lo sabe? - Preguntó de pronto.

-No- Dijo Liam con tristeza - Morrigan no está en casa, discutió con Jensen y se fue molesta...

-Seguro está de parranda - Gruñó Adrian - Trata de localizarla para que regresa a casa cuanto antes - Murmuró - Yo te veré en unas horas y me haré cargo de todo, ¿de acuerdo?

-¡Gracias! - Suspiró Liam - Sabía que podía contar contigo.

-De nada - Dijo Adrian y cortó la llamada.

* * * * *

Morrigan entró como un torbellino en la casa. Le sorprendió ver a un montón de personas dentro de la propiedad, pero los ignoró completamente mientras llamaba con grandes voces a su padre.

-¡Morrigan, detente! - Exclamó una voz detrás suyo.

Morrigan pasó por alto esa llamada y corrió hacia la gran escalinata de roca. Necesitaba ver a su padre y cerciorarse de que él se encontraba bien. No le gustaba para nada esa opresión en su pecho, ni esa sensación de vértigo que se había apoderado de ella.

-¡Morrigan! - Gritó de nuevo la voz - ¿Acaso no piensas detenerte? - Preguntó.

-¡Déjame en paz, Lucian! - Respondió la chica - ¿Qué carajo quieres?

-No puedes ir para allá...

-¿Por qué no, cerebro de...? - Dijo la joven, pero fue interrumpida.

-¡Morrigan! - La voz de Liam la hizo girar el rostro.

Los ojos de la joven se encontraron con el semblante de su tío. El hombre se notaba muy apesadumbrado y aunque intentaba mantenerse sereno, sabía que algo no estaba bien. Liam había llorado y, ¡ella nunca lo había visto llorar! Algo malo estaba sucediendo y la joven tenía que saber de qué se trataba. De pronto, su corazón comenzó a latir más a prisa y se echó a correr al encuentro de su tío.

Liam abrazó con fuerza a su sobrina y la apretó contra su pecho, mientras le acariciaba los rubios cabellos. Sin poder contenerse, Liam echó a llorar. Morrigan tembló ante ese llanto inconsolable, volviendo a preguntarse qué sucedía. Ella lo abrazó con fuerza y, contagiada por el sentimiento, también rompió en llanto.

-¿Qué pasa? - Preguntó Morrigan entre sollozos - ¿Por qué lloras? - Dijo apartándose de Liam, contemplándolo - ¡Tienes los ojos hinchados!

-Ven acá muñeca - Respondió el hombre tomándola de la mano - Tenemos que hablar.

La chica se dejó conducir hasta una pequeña salita y se sentó junto a su tío en un elegante sillón. El hombre la tomó de la mano, exhalando un profundo suspiro.

-Déjate de rodeos, Liam - Murmuró Morrigan un poco desesperada - ¿Vas a decirme por qué estás así? - Preguntó apretándole la mano.

-Se trata de tu padre - Dijo su tío.

-¿Qué le pasa a mi padre? - Preguntó Morrigan cada vez más preocupada - ¿Él está bien, verdad? - Murmuró pero no obtuvo respuesta.

El hombre volvió a suspirar y bajó los ojos. Una lágrima rodó por su mejilla y negó con la cabeza. Morrigan lo contempló con los ojos bien abiertos, muy sorprendida y angustiada.

-Él está bien, ¿verdad? - Preguntó alzando la voz.

-No pequeña - Dijo su tío - Papá no está bien... - Murmuró - Verás, él...

-Dilo de una vez, ¡maldita sea! - Gritó Morrigan - Ya no soy una niña pequeña, Liam - Gruñó - ¿Qué le pasó a mi padre?

-Él... - Suspiró Liam y guardó silencio - Tu padre está muerto, Morrigan.

Morrigan abrió la boca para decir algo, pero las palabras murieron antes de que pudiera pronunciarlas. ¿Qué estaba diciendo Liam? ¡No, no podía ser verdad! Ella acababa de ver a su padre, de hablar con él y...

-¡No! - Gritó la joven poniéndose de pie - ¡No es verdad!

La chica salió corriendo de la habitación y se dirigió a la alcoba de su padre. Liam no podía hablar en serio. ¡Eso no podía estar pasando! Todo era parte de una macabra broma por parte de ambos para que ella enderezara el camino y se portara mejor. Estaba segura que al llegar a la habitación de Jensen, él estaría en ella, de pie junto a la ventana, mirando el firmamento estrellado y al verla le sonreiría y la abrazaría, pidiéndole que se portara bien.

Morrigan se detuvo en seco en el umbral de la alcoba. Dentro de eta se encontraba un grupo de personas y, sobre la cama yacía el cuerpo de Jensen Stone. Morrigan abrió desmesuradamente sus ojos y lanzó un grito agudo, caminando a toda velocidad.

-¡Papá! - Gritó la chica - ¡No, no! - Chilló - ¡Papá! - Exclamó de nuevo y lo sacudió - ¡Por favor, despierta! - Le suplicó, abrazando el cadáver del hombre - Papá, no me hagas esto - Murmuró y comenzó a llorar abundantemente.

* * * * *

Morrigan sabe que su padre ha muerto. Es un momento triste y desgarrador, pero ¿qué va a pasar ahora? Seguramente tendremos acción en los siguientes capítulos. Además de que Haggard llegará en cualquier momento.
¿Qué les pareció? Espero que hayan disfrutado de este nuevo capítulo.
No olviden dejar sus votos y comentarios y gracias por leer.
Les recuerdo que por el momento, está historia se publica cada quince días.
Maria Decapitated

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