MEINDERT

La hermandad se desprende de raíz.

Uno por uno, sin despedidas.

Sin mirar atrás.

Sin inmutarse.

El buzón hambriento de respuestas.

Solos, observando desde la ventana a las cariñosas de papá. Antes, nos pidió que por nada saliéramos. Estaba más desesperado que los dos por atención. Daba lástima, así como sus aires de grandeza y superioridad... Vincent no paraba de decir que era un torpe rey en su propio juego.

Embriagado de caricias que tienen precio.

Él tuvo la carga de tal soledad. Un mes atrás hubo discutido. Northon lo llamó cualquiera y eso desata una erupción de insultos. Los echa del hogar y su vista. Ya éramos libres... pero no con la seguridad de estar preparado. Ese camino suele ser solitario. Con variedad de direcciones, amigos poco fiables y viviendo en precariedad.

No me sentía listo de atravesar la puerta. Pasar a ser un simple perro de callejón. Mi necesidad se encontraba dentro, no tenía porque hurgar en el mundo... Nada me hizo cambiar de opinión, ni la dignidad, y menos descubrir a Vincent llevándose el coche que con esfuerzo era yo también dueño.

Golpeé la ventanilla.

Baja de inmediato el cristal.

—Te devolveré parte del dinero, cuando consiga trabajo, por supuesto.

—Dudo que puedan emplear a un ladrón.

—¡Ladrón no, sino tonto al creer que nos conocíamos de toda la vida! Es una pérdida de tiempo pelear por cosas materiales, ahora que estamos solos contra el mundo.

—No comparto la culpa de los demás.

—Entonces esta es la vencida y transformarás la situación en casa... Pasaré la noche en este estacionamiento, si decides renunciar de opinión.

—Más problable de zapatos, mi amigo... —Arrugo la tarjeta—. A fin de año espero el dinero, sin artimañas esta vez.

El sueño de estar a solas, sin hermanos ni autoridad acaba de cumplirse... Es cruel pero imprescindible cuando has escuchado de todo; problemas, quejas, mal humor... Solo eres el centro, manteniendo el control. Comiendo a tus horas y lavando un plato, uno solo. Nadie dicta órdenes. Ningún ojo distingue lo limpio de lo sucio. Si despierto hasta la 12...

Si hoy no dejo entrar al sol.

Conforme a los días fui descubriendo que el vacío de la mansión era similar a mi persona. ¿Tiene de malo que guste del silencio? No, a excepción que te fusiones en uno mismo. ¿ Y cómo papá ha sabido adaptarse? Ah, es fácil... El alcohol y estar cerca de personas escandalosas.

Mentirosas.

Vulgares.

¿Y qué hago yo en medio?

Nadie está listo para lo que viene después, y tampoco debe haber dudas en cruzar la puerta. El destino es incierto, de algún modo, y eso le da sentido. Emoción. Mueve la curiosidad... Da inicio a un capítulo en las páginas de tu vida, cuando empiezas a caminar hasta el hotel más barato. A medianoche. Buscando taxi entre los autos. Bostezando con frecuencia.

Un parpadeo y a nada estuvo de pasarme por encima. La aventura que con ansias decidí pudo terminar en vano si no hubiese frenado a tiempo... La página a medio arrancar. Salpicones de sangre. El dibujo de un cuerpo torcido y roto bajo las llantas.

Olvidado en la fosa común.

Iba procesando lo ocurrido, sin embargo, seguía en crisis, porque confundí la cara del responsable con la de Vincent... Necesitaba ir directo al psiquiátrico, no obstante, era el mismo que yo conocía. Se estaba maldiciendo por conducir deprisa.

Pienso en lo horrible que es el destino al reencontrarnos, a costa de graves accidentes.

La canción que me recuerda después, después de tomar asiento en nuestro auto y hacer de menos este orgullo mío, es Never Let Me Down de Depeche Mode... Cómo en casa se nos prohibía el ruido alto y la música de moda, íbamos a todos lados con una casetera.

Empecé a lucir una chamarra de cuero. Él prefirió un suéter blanco. Los dos con pantalón de mezclilla y arracadas en la oreja... Paseando en ferias, comiendo en estacionarios, patinando, bailando en discotecas de momento... Cuando nos cansaba la rutina, mirábamos el atardecer, acostados en el capó del coche.

Disfrutando del silencio en compañía del otro.

Sin recurrir a estupefacientes.

De personas mentirosas.

Solo dos amigos siendo testigos de aquella época.

Observando la vida pasar.

🍂🍁🍁🍁🍂

Luke se ha mostrado dócil, buscando que lo perdone. Me ha regalado incontables detalles para demostrarlo. Ha hecho bien en incluir un pastel, pues me recuerda a mi cumpleaños, pero, cuando practico con el violoncello, es ignorante. Indiferente. No hace un mínimo esfuerzo por entender mi mundo.

He pasado disgustos, nada comparado con estos, y fáciles de sobrellevar.

Siento perder los estribos y echárselo en cara... o estoy siendo muy exigente. Nuestra relación no lleva ni dos meses y ya comenzamos con el pie izquierdo. Me cansa, me consume creer que esto va a terminar en desastre, como las anteriores... pero se ve arrepentido.

Es tonto que continúe creyendo en el amor, yo un sujeto con más años que el promedio normal. Se me puede considerar un alma vieja con apariencia de 27... Sin embargo, no hace mucho ruido. Sigo comportándome de la misma forma.

Los años no hacen sabio, sino la experiencia.

—April se ha vuelto loca.

—Quisiera no haberte escuchado, pero sé todo al respecto.

—Los hermanos asfixian, te lo digo por experiencia.

—No viene al caso el drama cuando la solución está frente.

—¿Y cuál se supone?

—Hacerte cargo.

—Por ahora quiero demostrar lo mucho que te amo.

—¿Dices que los hermanos estresan?

—Ya luego habrá tiempo para lo demás.

—Holly no es parte del montón.

—... Y no niego que sea hija mía... Ojalá compartieras el miedo que siento ahora.

—Nadie está listo para lo que viene... En este caso aconsejo prevenirte, prepararte de los obstáculos que encontrarás en el camino.

—Ese es otro problema... ¿Qué pasa si soy uno de ellos? ¿Si desisto a mitad del viaje?