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16 | The beginning of the end

TaeHyung, con su presencia imponente, se alzaba como un líder firme mientras todos los soldados se alineaban, listos para emprender el viaje. Los últimos dos meses habían sido un torbellino de entrenamientos implacables, sin dar tregua, y la inminente batalla contra el ejército de los Kitán estaba a la vuelta de la esquina, dejándoles sin tiempo para descansar.

JungKook, lleno de nerviosismo palpable, esperaba ansioso a su alfa, consciente de que cada segundo contaba antes de emprender el camino. Aunque no era un trayecto extenso, aproximadamente dos horas a caballo, la complejidad del terreno hacía que el tiempo fuera valioso.

La atmósfera entre los soldados se distendió después de que TaeHyung asesinara a YeongGhon, anunciando una traición como motivo. Nadie se atrevió a cuestionarle, especialmente al ver la determinación marcada en su rostro. Solo JungKook conocía la verdadera razón detrás de aquel acto.

—¿Por qué estás tan pensativo? —preguntó el alfa, acercándose con atención.

—Siento nervios y miedo. Temor de no salir victoriosos o de perder a alguno de nosotros —JungKook confesó sus inquietudes.

—No sucederá. Estaremos bien. Me mantendré fuerte por nosotros. ¿Entiendes? —TaeHyung tranquilizó a su omega con un beso reconfortante en la frente—. Eres un guerrero formidable, confío en ti.

—Gracias por todo —JungKook se dejó envolver por las caricias del alfa—. Te amo.

—También te amo —TaeHyung, tras dejar un beso en la frente del omega, se enderezó—. ¡En marcha, no podemos que se haga de noche!

Sin más, iniciaron su camino hacia lo desconocido, confiando en la fuerza que el padre de TaeHyung les proporcionaría. La incertidumbre les aguardaba en el horizonte, pero con esa ayuda, esperaban salir victoriosos de la batalla que se avecinaba.

La noche se cernía sobre ellos mientras se acercaban a su destino, pero el penetrante olor a madera quemada anunciaba un sombrío presagio. A pesar de su inquietud, intentaron mantener la calma al desacelerar el paso de los caballos. Al llegar, se encontraron con un panorama desolador: destrucción, cadáveres de aldeanos y soldados esparcidos por doquier.

JungKook apartó la mirada al presenciar la escena. La nieve estaba teñida de carmesí, revelando la brutalidad de la masacre. Su mirada buscó a TaeHyung entre los presentes, quienes guardaban un silencio sepulcral. Aunque notó que algo no estaba bien en la expresión de TaeHyung, se contuvo y no se acercó, sumándose al silencio abrumador que reinaba en el lugar.

—¡Busquen supervivientes! —su grito rompió el silencio—. Intentaremos ayudar a las personas que queden vivas.

—Parece no haber sucedido hace mucho —escuchó a YoonGi que trotó en su caballo hasta llegar al castaño—. Como mucho la noche anterior, pero no parece que hayan supervivientes.

—No perdamos las esperanzas.

—TaeHyung —su tono fue de advertencia—. No lo hagas otra vez.

En la confusión, su nerviosismo se manifestó en el mordisqueo de su labio inferior. Descendió de su caballo con determinación, buscando desesperadamente signos de supervivencia, pero el desolador paisaje no ofrecía consuelo. Hombres, mujeres e incluso niños yacían sin vida, creando una escena que preferiría no haber presenciado jamás.

—¡General! —un soldado corrió hasta él con algo de dificultad por la nieve, y traía en sus manos un casco y una espada—Su padre...

TaeHyung se acercó con rapidez, pero aún así su expresión no revelaba nada, estaba completamente serio, incluso luego de tomar el casco y la espada.

—Déjenme solo —sus órdenes fueron acatadas al momento y todos se alejaron de él, dándole su espacio.

—JungKook, ven conmigo —YoonGi lo llamó—Hay que dejarlo, se recompondrá luego, no se deja vencer por una perdida, por más dura que sea. Está acostumbrado.

Y esa información no lo dejó más tranquilo.

—Te ayudaré a armar una carpa para que descanses, lo más probable es que salgamos a primera hora y debes descansar —se acercó a uno de las caravanas y sacó una carpa pequeña, como la que tenía cuando se encontraban en el primer campamento.

—¿Tú qué harás?

—Me quedaré de guardia por si Tae me necesita —dijo mientras colocaba la carpa en suelo.

Asintió con nerviosismo, mordiéndose el labio inferior. Aunque estaba profundamente preocupado por su alfa, confiaba en que estaría en buenas manos. YoonGi, con su experiencia en los momentos difíciles y su conocimiento profundo de TaeHyung, sería de más ayuda en esta situación que él mismo.

—No te agobies pensando en eso JungKook, va a estar bien —lo sacó de sus pensamientos.

—Me preocupa, no puedo evitarlo.

—Lo sé, pero tranquilo —se levantó del suelo y ya la carpa estaba completamente armada—. Quítate la armadura y descansa, mantendré a tu alfa sano y salvo —se rio ante eso y luego de darle unas palmaditas en el hombro, se fue.

Se quedó solo, envuelto en su inquietud, resignándose a esperar y ver qué deparaba el destino. La paciencia no figuraba entre sus virtudes, lo que hacía la situación aún más desafiante. A pesar del frío penetrante, se despojó de la armadura, consciente de que no podría conciliar el sueño con ella puesta. Suspiró fatigado antes de refugiarse rápidamente en la carpa, anhelando un milagro que la hiciera cálida y evitara que el gélido ambiente lo congelara.

El tiempo transcurría sin que lograra conciliar el sueño; la preocupación le afectaba profundamente. Mientras todos parecían sumidos en un sueño reparador, él permanecía despierto. La apertura de la carpa captó su atención, y justo antes de girarse, una voz rompió el silencio.

—Soy yo, tranquilo —escuchar la voz de TaeHyung lo tranquilizó como no pensó que lo haría. Pudo sentir como se acercaba y lo abrazó por la espalda.

—¿Cómo estás?

—No quiero hablar de eso ahora, pero no muy bien —inhaló el olor de su omega y se sintió tranquilo—Solo... —podía escuchar su voz quebrarse, no le gustaba verlo así—No me dejes tú también, si te pierdo no sabría qué sería de mí, te amo como no tienes idea, eres lo único que me queda.

No resistió la tentación y se giró para enfrentarlo, envolviéndolo con sus brazos y abrazándolo con mayor firmeza contra su cuerpo.

—No voy a dejarte, voy a estar contigo siempre, ¿me oyes? —las lágrimas saladas del alfa corrían por su rostro, tenía los ojos cerrados, pero sabía que estaba despierto.

Permanecieron en esa posición durante un buen rato, abrazados, hasta que finalmente se quedaron dormidos.

Despertaron temprano y reanudaron su marcha, siguiendo el plan de tomar un paso entre las montañas que les proporcionaba una ventaja estratégica para llegar rápidamente a la ciudad imperial. Aunque no era el camino más seguro, se vieron obligados a arriesgarse, conscientes de que se acercaban al enfrentamiento más monumental de sus vidas y no podían permitirse la espera. El miedo persistía, pero su determinación de ganar la guerra era inquebrantable. Aunque la victoria no estaba garantizada, confiaban en su resolución.

De repente, un cañón surcó el aire desde una de las caravanas, y al girar, vió a Mushu dentro de ese lugar.

"Lo iba a matar definitivamente"

La tensión creció cuando una flecha descendió sobre la caravana, poniendo a todos en alerta instantáneamente.

"Si es que no lo mataban primero"

—Saben dónde estamos, ¡corran! —gritó TaeHyung mientras todos galopaban para salir del paso entre las montañas, buscando evitar un enfrentamiento más peligroso.

Flechas continuaron lloviendo en un intento de alcanzarlos, algunos soldados cayeron, pero TaeHyung no se detuvo. Siguió corriendo hasta que estuvo listo para dar una nueva orden; la batalla había comenzado, y esta vez, era en serio.

¡Al fin terminé! Me costó mucho este capítulo 😮‍💨

Espero que les haya gustado, en el próximo viene lo bueno.

Se les quiere 💜✨

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