13 | Hot springs
—¿Cómo has estado? —preguntó su padre con una mezcla de curiosidad y preocupación al verlo entrar a la cabaña.
—He estado bien —respondió JungKook con una sonrisa, pero su expresión dejaba entrever algo más profundo.
—Veo que te has hecho muy cercano al general Kim —mencionó su padre, arqueando una ceja, buscando respuestas.
—Creo que hay algo entre nosotros... nos hemos estado conociendo de alguna manera, ya sabes. —JungKook respondió nervioso, consciente de las advertencias de su padre sobre evitar relaciones cercanas en el ejército. Sin embargo, fue algo inevitable.
—JungKook...
—Sé lo que me vas a decir, pero no pude evitarlo, no estaba bajo mi control —recordó las veces que compartieron, especialmente en ese campamento, todas aquellas acciones que hicieron que se fortaleciera su vínculo—. Él es una persona increíble.
Y así era, TaeHyung mostraba una dulzura excepcional en su trato, aunque durante los entrenamientos adoptaba una actitud implacable. A pesar de ello, cuando hería a JungKook, su semblante cambiaba, convirtiéndose en un cachorrito cuidadoso protector, esperando que se recuperara. A veces, JungKook exageraba un poco, disfrutando ver a TaeHyung en ese papel de alfa tierno.
—Bien, bien, mientras seas feliz, yo también lo soy. No puedo juzgarte, hijo, sé lo que conlleva todo esto —su padre dejó dos palmaditas en su hombro—. ¿Han hablado de tu condición?
—No, aún no, y justo de eso venía a hablarte. Mi celo está cerca, si no llega hoy, será mañana —la expresión de su padre se volvió más seria al escuchar eso, comprendiendo la complejidad del asunto—. Ne-necesito que me cubras.
—¿No crees que sería una buena razón para contarle? Al fin y al cabo, lo suyo va camino a algo más serio —la sugerencia de su padre sorprendió a JungKook, quien abrió los ojos ante esa perspectiva.
Aunque lo había considerado, lo descartaba de inmediato, temiendo la posibilidad de que pensara que solo lo quería para eso. Sus divagaciones nunca se inclinaban hacia escenarios positivos.
—¿Me estás diciendo que le cuente para que tenga sexo conmigo durante el celo?
—Por favor, JungKook, no eres un niño, y sí, lo estoy diciendo porque él podría ayudarte en tu celo.
—Yo... no lo sé. ¿Y si me rechaza? —la preocupación por un posible rechazo pesaba en su voz—¿Y si...? Es que no quiero ni pensarlo.
—Hey, no sucederá. Mírame —ordenó su padre, haciendo que JungKook lo mirara directo a los ojos—. ¿No me dices que es una persona increíble? A este punto, no sé cómo no te ha descubierto.
—Ni yo —susurró para sí mismo—. Entonces, ¿me ayudarás?
—Claro que sí, Kook, cuenta conmigo. —Ven aquí —lo atrajo en un abrazo—. ¿Te gusta mucho? —asintió— Estás enamorado —soltó una risa nasal—. Espero que no te haga daño. Cuando volvamos a casa, todo esto habrá sido un mal sueño, y tendrás una familia propia con la que serás muy feliz, estoy seguro.
—Yo también, papá, yo también.
—¿Para qué me citaste aquí? —preguntó el menor de brazos cruzados, observando al rubio cerrar la puerta y encararlo. El silencio del rubio dejó a HoSeok inquieto mientras se acercaba lentamente.
—Habla, YoonGi, no tengo todo el tiempo del mundo... —soltó un chillido de sorpresa cuando el mayor lo atrajo hacia su cuerpo y se apoderó de sus labios. No fue un beso suave; mantuvieron un ritmo desesperado, pero sin cruzar límites, disfrutando plenamente del momento.
Después de separarse, se miraron a los ojos, pero HoSeok lo besó nuevamente, aunque este duró menos que el anterior.
—Me gustas —fue lo único que se atrevió a decir YoonGi, pero la reacción de HoSeok lo sorprendió. Le dio una cachetada que lo dejó completamente pasmado.
—También me gustas, idiota.
—¿A qué vino la cachetada? —preguntó aún con sorpresa en su voz.
—Te demoraste mucho en confesarte —HoSeok pasó sus brazos por el cuello del mayor, atrayéndolo más hacia su cuerpo.
—Definitivamente, eres todo un caso.
Las aguas termales, cálidas y relajantes, envolvían a JungKook en una calma reconfortante. Se sumergió por completo, entregándose a la serenidad, sin percatarse de la intromisión en el lugar. Al emerger, su corazón casi salió disparado ante la sorpresa.
—¿Te asusté, bonito? —preguntó el alfa con una sonrisa de medio lado mientras lo miraba con intensidad.
—¿Qu-qué haces aquí? —los recuerdos del día anterior lo invadieron, recordando la mirada atónita de TaeHyung al encontrarlo en una situación similar, desencadenando una ola de vergüenza.
—Esta vez no te vi —mintió TaeHyung, desviando la mirada, lo que hizo que JungKook mordiera su labio inferior para contener la risa.
—Mientes, ¿acaso soy tan irresistible para ti? —preguntó con un puchero fingido, observando cómo la expresión del alfa pasaba de sorprendida a divertida.
—No tienes idea —susurró acercándose más a su cuerpo.
—¿Qué harás? —preguntó casi sin aliento al sentir tal cercanía.
—No se, ¿que crees tú? —TaeHyung se acercó al cuello del omega intentando inhalar un poco de su aroma, pero justo como esperaba, no sentía nada. Se sintió un poco abrumado entre la blancura de la piel del omega y la irresistible cercanía que los envolvía. Un beso pronunciado en el cuello provocó la erización de la piel del contrario, pero no hubo resistencia, lo que lo instigó a continuar. Una mano se deslizó bajo el agua, acariciando el muslo de JungKook hasta llegar a su cintura con suaves caricias.
Tras dejar una lamida en su cuello, se separó y lo contempló a los ojos. Los labios entreabiertos y los ojos cristalizados del menor revelaban la intensidad del momento. La zona besada y succionada tomó un tono rojizo, y una sonrisa se dibujó en su rostro.
No pasó mucho tiempo antes de que acortara la distancia entre ambos, sumiéndose finalmente en el tan anhelado beso.
El beso se gestó con la suavidad de un roce inicial, pero en ese instante, tanto TaeHyung como JungKook intuyeron que aquella simplicidad estaba destinada a transformarse. TaeHyung, con ambas manos ancladas en la cintura del menor, encontró reciprocidad en la respuesta de JungKook, cuyos brazos rodearon el cuello de TaeHyung. En un movimiento conjunto, se acercaron más, y el beso adquirió una profundidad ardiente que selló el momento.
—No sabes cuánto esperé esto
—También lo quería —regó varios besos por la mandíbula del alfa hasta que llegó nuevamente a sus labios.
TaeHyung no dudó y su mano recorrió el camino desde la cintura del menor hasta uno de sus glúteos, apretándolo y sintiendo la suavidad de la piel de JungKook en su palma.
—Q-Que...
—No haré nada más, solo no quería perder la oportunidad —mordió el labio inferior del omega y este sin perderle el ritmo volvió a besarlo, esta vez siendo un poco más rudo.
—Creo que me volví adicto a tus besos —besó el cuello del omega, otra vez, pero amaba sentir la piel de este bajo sus labios
—Pues voy a estar siempre para calmar esa adiccion, porque también me he vuelto adicto a ti.
Sorpresa :D
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