La patrulla ocho estaba en un camión que arribaría en las fronteras de Moscú. Varios soldados alemanes estaban esperando en el campamento donde serían recibidos. Era un pequeño grano de arena en un desierto comunista, apenas si se lograba tomar unos puntos de las cercanías de Moscú por lo fortificada que se encontraba la ciudad.
Se estimaba que la batalla duraría día y medio si no es que hasta más. Cada jugador ruso que muriera sería reemplazado al instante con otro jugador, y todavía quedaban muchas de las reapariciones disponibles.
Así que de ahí nadie se iría en todo el día.
Al bajar del camión para dar los primeros pasos en un Moscú donde el frío llegaba a los menos 15 grados centígrados, se podían ver muchos cañones de 88, motos de nieve, tanques Tiger y un sinfín de armas.
La patrulla ocho y delta eran las únicas japonesas combatiendo en el teatro europeo, casi todos se encontraban luchando en las islas, batalla que iban ganando.
Sinon le dio la mano a uno de los comandantes que estaban ahí, quien los condujo hasta un bunker bajo tierra.
-¿Qué estos tipos no hablan? –Le secretó Asuna a Kirito ya que nadie estaba hablando en los pasillos del bunker.
-No tengo idea...
Al pasar por una muerta de hierro, varios oficiales de altísimo rango estaban sentados en una mesa, admirando un mapa. Las conversaciones en voz baja se silenciaron al instante.
-Sir, hier die Acht- und Delta-Patrouillen der japanischen kaiserlichen Armee.
-Danke, jetzt komm zurück zu deinem Posten, Soldat.
-¿Wer von euch spricht deutsch? –Preguntó un oficial que le dio la mano a Sinon, ella simplemente negó con la cabeza.
-Lo siento...pero no hablamos alemán. –Dijo con algo de pena.
-Yo hablo japonés. Tuve que ir a estudiar en la universidad de Yokohama. –Dijo el traductor alemán, quien hablaba con un fuerte acento alemán.
Sinon se acercó a ver el mapa de la ciudad de Moscú, viendo con bastante duda las flechas y señalamientos que ahí se hacía. Para ella la estrategia era bastante mala, desastrosa inclusive.
Ella sacó otro mapa de su bolso, entregándoselo a los oficiales, más precisamente al mariscal de campo.
-Diles que lo lean. –Pidió Sinon al traductor.
-Sagt, lesen Sie es, Sir.
Los oficiales, de manera extrañada se pusieron a revisar el mapa que Sinon tenía. Las estrategias eran completamente diferentes, nada tenía que ver con el plan que ellos estaban llevando acabo.
-Es ist nicht wirklich so schlimm, es sind sehr gute Bewegungen ... aber das Detail ist, dass Moskau extrem geschützt ist, es ist unmöglich, dies zu tun.
-Dice que es imposible de llevar a cabo por las defensas de la ciudad.
-Wir haben die sowjetische Verteidigung mehr als zwanzig Mal überprüft und nach zwei Tagen Planung ist dies das Ergebnis.
-Es el plan de dos días, todo para contrarrestar a las defensas soviéticas.
-Mejor hazles caso, Sinon. No tiene caso discutir con ellos. –Pidió Eugeo.
-Los tomaré como consulta. La patrulla ocho actúa por cuenta propia.
La patrulla ocho salió por la puerta con algunos malos entendidos con los alemanes. Vaya que Sinon había sido muy clara al decir que ella no recibía órdenes de nadie, pero eso podría acarrearles problemas.
De todos ya tenían un mapa de la ciudad, la nieve bloqueaba la visibilidad de los edificios moscovitas, siendo bastante doloroso para Alice, quien estaba ansiosa de conocer la plaza roja.
A Yuna le hubiera encado la visita de Moscú...pero ella ya no estaba en las filas de la patrulla ocho, ahora estaba junto con el crew sentada viéndolos darse de golpes con los pocos comunistas que quedaban.
Se enrolaron en una división alemana que atacaría en la famosa "Guerra relámpago". Primero pasaría un ataque de aviación, luego se descargaría artillería de 88 sobre las afueras de la ciudad y por último entrarían los soldados y tanques Panzer para hacer un último reconocimiento de la ciudad, acabando con los soldados enemigos que pudieran quedar.
Un soldado alemán se le acercó a Alice, tomándola del hombro.
-Ich wusste nicht, dass wir diese Schönheiten in der deutschen Armee haben. Was für ein Bundesländer bist du, hübsch?
Alice, quien frunció el ceño y quitó la mano del alemán de su hombro, sacó un pequeño diccionario Japonés-Alemán.
-Ich bin Japaner. –En pocas palabras eso significa que ella era japonesa.
El soldado abrió los ojos y se quedó sin habla. Al saber que nada de lo que dijera sería entendido por Alice y que nada de lo que ella dijera podría ser entendido por él, únicamente se limitó a despedirse con la mano.
-Sayōnara. –Dijo.
-Tch. Los alemanes son muy molestos. –Suspiró ella.
-Vamos, no tienes por qué enojarte por tratar de coquetearte, por eso vengo de la mano de Kirito. –Asuna alzó la mano para mostrar su mano y la de Kirito, que estaban entrelazadas.
Alice, sin perder más tiempo, tomó de la mano a Eugeo, quien se sorprendió bastante.
Muchos soldados miraban a Sinon, incluso más de uno de chiflaba y le gritaba halagos en alemán. Ella siempre fría e inexpresiva. Solamente un hombre conocía un lado tierno de ella...y ahora mismo estaba a su lado, sosteniendo la mano de otra chica.
Pero ella estaba escuchando, con muchísima gracia e ironía, Raindrops Keep Falling on My Head mientras la ciudad de Moscú era devastada por los bombardeos de los 88.
Cada segundo era uno menos para entrar en la batalla que significa el fin de los soviéticos y el de los Aliados.
-¡Truppen vorrücken!
Los tanques arrancaron tomando una velocidad bastante considerable, los soldados alemanes e italianos corrían detrás de ellos y a sus lados, tumbándose en el suelo, vigilar que no hubiera enemigos y luego volverse a levantar.
La patrulla ocho estaba parada, viendo como todos los soldados y tanques se movían a su alrededor. Pero estaban estorbando a un escuadrón.
-Komm schon, zögere nicht die offensive.
-¿Qué dice? –Preguntó Asuna.
-No tengo idea, pero tú sigue a los demás. –Contesto Sinon, quien comenzó a correr tras los tanques mientras los demás la seguían.
Ella miraba arriba de los edificios para saber en dónde se podría colocar para tener un buen ángulo de tiro, pero no había puntos altos.
La patrulla ocho era auxiliar de una compañía de Panzergrenadier que era compuesta por el oficial, el sargento, tres fusileros, tres francotiradores, un médico, dos radio operadores con fusil; tres grupos que componían la unidad antitanque. Los que componían la unidad de ametralladoras eran comandados por otro oficial, dos soldados, otro médico, un sargento que estaba al tanto de las ametralladoras compuestas por el artillero y su auxiliar, siendo doce de ellos y siendo protegidos por doce NPC.
En sí, los cinco miembros de la patrulla ocho eran auxiliares de treintaicuatro jugadores alemanes y doce NPC. En total estaban formando un equipo de cincuenta y un soldados listos para la batalla de Moscú.
No había nada de extraño por esos rumbos, únicamente escombros, fuego y polvo. No se veía a ni un solo soviético en las lejanías del radar.
Lo que sí, es que los soviéticos habían preparado sus defensas detrás de las afueras de la ciudad en espera de un ataque sumamente violento. Con ello consiguieron que la hora de artillería alemana se fuera al traste ya que ni uno solo de ellos estaba muerto.
-¿Creen que hayan escapado? –Preguntó Eugeo.
-Quien sabe...pero es mejor estar alertas en todo momento. –Contestó Kirito.
-¡Still! –El oficial alzo el puño, poniéndose de rodillas.
-¿Robo? ¿Saqueo? ¿Qué quiso decir? –Preguntó Asuna.
-Creo que eso no fue en ingles...todos se detuvieron, creo que quiere decir que nos quedemos quietos. –Supuso Sinon, quien iba al frente.
-Es war nichts, gehen wir weiter. –Los tres fusileros avanzaron a toda velocidad para registrar los escombros y edificios caídos.
Los Panzer avanzaban sobre los escombros con gran velocidad, pero dejando una gran nube de polvo en el proceso. En uno de los edificios que estaba más o menos bien, dos soldados soviéticos lanzaron granadas a los soldados detrás del tanque.
-¡Sie greifen uns an! –Los alemanes corrieron de las granadas, siendo heridos algunos de ellos, los que estaban bien comenzaron a disparar contra la ventana.
-Hay disparos...eso quiere decir que...
-¡Russen vor uns! –Varios disparos se empezaron a escuchar, la formación se rompió y todos comenzaron a tomar cobertura en donde fuera.
Kirito corría en sentido contrario al de Sinon, por lo que ella lo tomó del hombro y lo arrogó al suelo.
-¡No rompas la formación de la patrulla! –Le gritó para luego irse corriendo a un punto que fuera más o menos alto.
Eugeo disparaba su ametralladora ligera con bastante puntería, acertando a los soviéticos que estaban en las ventanas.
-¡Granaten werfen! –Varias granadas fueron lanzados al edificio, por lo que Eugeo copió lo que ellos hacían.
Alice salía de la calle en donde estaban atrapados, disparando contra los soviéticos que se acercaban para flanquear a la compañía.
Asuna estaba tumbada en el suelo recargando su arisaka para dispararlo una vez más en contra de un NPC que caía de una ventana.
-¡Zurückgreifen! –Toda la compañía empezó a correr fuera de la calle para ser recibidos a tiros por los soviéticos, que se lanzaban a pelear con sus bayonetas y culatas para golpear a los alemanes.
Alice se levantaba de donde estaba, tomando un pedazo de escombro en la mano para arrogárselo en la cabeza a un soldado que estaba por matar a un alemán, pateándolo en el suelo.
-¡¿Qué esperas?, dispárale, maldición!
El alemán estaba completamente en shock sin poder moverse ni un solo pelo, Alice seguía pateando al soviético hasta que redujo su barra de HP a cero.
-¡Cuando te diga que le dispares, le disparas! –Alice sacó su diccionario. -¡Schießen, maldición, schießen!
-¿Schießen?
-¡Sí!, ¡yes! Imagino que hablas inglés, ¡yes, do it!
-¡Aquí está su Kalinka, malditos comunistas! –Sinon había entrado disparando con su pistola a varios soviéticos atrincherados en una ventana con muy buena posición, por lo que ahora era ella quien disparaba a los rusos que trataban de batirse en retirada al fallar su estrategia.
Ambos bandos habían tomado prisioneros, por lo que las estrategias tendrían que ser reformuladas. Aquel era el único lugar en donde la ofensiva alemana se veía fracasada en su intento por hacer una expedición en la ciudad.
-¡Zahl der Opfer, Pflege für die Verwundeten!
-¡Patrulla ocho, reagrúpense! –Gritó Kirito.
En sí, el único miembro que había salido lastimado era Eugeo, ya que una esquirla de granada se le había enterrado en el brazo. El médico alemán se la quitó con cuidado para desinfectarla.
-Kirito, ahora ya sé por qué dicen que los médicos alemanes son los mejores. –Sonrió él.
-En realidad son los cubanos.
Sinon saltó de la ventana en donde estaba apuntando, cayendo sobre Kirito para tomarlo del cuello.
-Aquí no hables de comunistas. ¿Qué mejor comunista que uno muerto? –Dijo Sinon mientras apretaba su agarre.
-¡Vamos, no seas tan exagerada! –Masculló Kirito.
-¡Chicos no jueguen tan rudo! –Pidió Asuna, quien ayudaba a levantar a Kirito a la vez que Sinon se quitaba de él. –Ya tenemos bastante de que preocuparnos para que estén matándose el uno al otro.
-¡Fue esta demente!
-Delicado. –Sinon apuntó con unos prismáticos la posición de los soviéticos.
En el lado de los soviéticos, ellos estaban preparando una enorme contraofensiva para aplastar a los Tiger y a los Panzer que rondaban por las afueras de Moscú y con ese ataque reducirían drásticamente la infantería fascista que cada vez más tomaba la ciudad calle por calle.
-¡Davay, tovarishchi, davayte izbavimsya ot etikh ublyudkov!
Cuatro camiones con misiles contados sobre ellos se colocaron en posición, justamente a las coordenadas en donde se encontraba la patrulla ocho.
Rápidamente los que estaban presentes se taparon los oídos por el ruido que estaba por llegar, un ruido que le encantaría escuchar a Stalin una vez más.
Se estaba instalando un nuevo campamento en lo poco que se había logrado avanzar aquella hora, pero en cuanto se modificaran ligeramente los planes, las cosas estarían parejas una vez más.
-Installieren Sie das Radio dort, diese Gewehre recargalos und bringen Sie mir eine Tasse Kaffee.
-Ja, mein Herr.
-Sabían que "si" en alemán quiere decir "ja" eso explica por qué parece que se están riendo a cada segundo. –Explicó Alice mientras ojeaba el diccionario.
-Solo grita y te confundirán con una alemana...todavía me duele el oído por los gritos de ese tal "Hans Landa" que poco original. –Se quejó Sinon, quien jugaba con la nieve.
Eugeo estaba comiendo una salchicha sauerkraut asada en una pequeña hoguera que se construyó para degustar de aquella delicia. El problema fue que al darle la primera mordida, algo en sus oídos no fue muy de su agrado.
Un ruido que cada vez se hacía más fuerte se escuchaba en todo el campamento.
-¿Was ist das für ein Geräusch?
-Es klingt nicht nach Artillerie, es muss etwas anderes sein.
Eugeo se puso blanco del susto, tragándose lo que tenía en la boca y tirando el resto de la sauerkraut que estaba a más de la mitad.
-¡¡¡Todos cúbranse, cúbranse ya! –Todos se le quedaron viendo raro Eugeo, pensaron que se había vuelto loco.
-Oye amigo, ¿Qué es lo que te pasa? –Preguntó Kirito con algo de pena.
-¡¡¡Son los órganos de Stalin!!!
-¿Stalin? ¿Was hat Stalin damit zu tun?... –Uno de los misiles cayó cerca del campamento y luego le siguieron otros muchos más.
Eugeo corría para tomar la mano de Alice y de Sinon, Kirito tomó la de Asuna y fueron corriendo a uno de los edificios que tenían sótano, encerrándose ahí adentro.
Fueron cerca de diez minutos de bombardeo, en donde todos estaban sumamente asustados ya que no sabían que pasaba, la tierra y la nieve caía al sótano con cada nueva detonación.
-¿Qué fue lo que dijiste? ¿Los órganos de quién? –Cuestionó Sinon.
-Vi un documental, ese sonido tan característico son los "órganos de Stalin" son camiones lanzacohetes, deben de estar como a tres kilómetros de aquí, su poder de destrucción es impresionante.
-¿Crees que los de afuera salgan vivos? –Preguntó Asuna.
-Lo dudo mucho, nada puede escapar de los órganos de Stalin.
Al detenerse el bombardeo, Alice abrió la puerta del sótano solamente para que ella y la patrulla ocho observaran que todo fue reducido a una nada. Los pocos restos de edificios estaban calcinados, muchos cadáveres se encontraban en el suelo, incluso varios incendios eran tratados de ser apagados por algunos soldados para que éstos no llegaran a los cajones de pólvora.
-Dank des Himmels, in dem sie leben, sind wir nur fünf der gesamten Firma.
-Lo siento, no te entiendo. –Dijo Asuna, que era a la que se dirigían.
-Aktiviere den Spielübersetzer.
-¿Qué?
-Aktiviere den Spielübersetzer. –El soldado alemán hacía señas desesperadas, como tratando de darse a explicar.
-übersetzer...eso quiere decir "traductor". –Intervino Alice.
-¡Ja! Hum...¿speak english?
-¡I speak english! –Contestó.
-¡Yes, cool! activate the game translator.
-¿Game translator? ¿does that really exist?
-Yes...in the options menu.
-¡Ay maldita sea, y tanto que me esforcé por darme a entender en alemán! –Alice arrogó lo más lejos que pudo su diccionario y empezó a patear el suelo, siendo calmada por Eugeo.
-Quedamos solo siete de toda la compañía, señorita.
-Me doy cuenta...¿Qué hacemos ahora?
-Ya perdimos en este maldito frente, tenemos que reagruparnos o seremos presa fácil para los soviéticos.
-Seguramente... ¡Sinon, ¿Cuál es el punto de reunión en alguno de estos casos?!
-Nuestra compañía lo iba a poner...pero creo que tendremos que seguir a la novena compañía de Tiger, se dirigen hacia el oeste de la ciudad.
-Hacía la plaza roja...
La patrulla ocho, con sus nuevos miembros anexados, tomaron las armas del arsenal sobreviviente del bombardeo conforme lo haría una Compañía Fallschirmjäger, únicamente con algunas modificaciones.
Al mando estaba Sinon, pero ella no usaría un MP-40, ella usaría su fiel rifle. Su segundo al mando, el oficial alemán lo tendría. Kirito movería una de las MG-42 y su auxiliar sería Asuna, ella iba a usar un Mauser Kar98; Eugeo y Alice tendrían fusiles de asalto MP-44. Otros dos alemanes tendrían la faltante MG-42 y los faltantes usarían Kar98 para cubrir el fuego a larga distancia.
Ya con esas, era hora de moverse como guerrilleros por las calles de Moscú, y justamente les tocaría hacer eso.
Al estar superados más de veinticinco a uno, harían una especie de guerrilla armada dirigida por Sinon y por Eugeo, quien tenía bastantes conocimientos militares en ese aspecto.
-Qué bueno que leí "Pasajes de la guerra revolucionaria". –Sonrió Eugeo, pero Sinon le dio un zape. -¡Oye, ¿y eso por qué?!
-¿Qué haces leyendo a los comunistas? ¡Deberías de dispararles!
-Oye creo que estas llevando esto a un extremo demasiado lejos...
-Debo tomarme esto enserio, solo imagínate esto: "Sinon, la comandante que dirigió la victoria japonesa en el frente occidental" suena bien, ¿no crees?
-A eso se le llama narcisismo, ¿sabías?
Cada que pasaban por una esquina, Alice corría de una calle a otra para ver que todo estuviera bien, apuntando la mira de su MP-44 en donde pusiera sus ojos.
La patrulla ocho iba lento pero seguro, todavía faltaban algunos minutos para que la tregua del día fuera dictada.
Repasando el día: victoria en Yakutsk, derrota de su compañía en el asalto inicial a Moscú y ahora tenían que cubrir acciones guerrilleras en esa congelada ciudad. Por suerte para ellos que los NPC no podían contrarrestar la guerrilla que ellos estaban librando, atacando de dos flancos a la vez y de una forma muy rápida.
En una pequeña plaza estaba situado un campamento vigilado por tres jugadores y demás NPC, aquella sería su última victoria del día si es que todo salía perfectamente.
Sinon estaba en el techo de una casa, una las ametralladoras colocadas en un muro bajo y los demás soldados con Kar98 emplazados en ventanas.
Eugeo lanzó dos granadas, siendo una de ellas de humo.
Alice entonces corrió delante, abriendo fuego con su MP-44. Kirito disparó la MG-42, el retroceso del mismo le sorprendía bastante ya que era muy poco para ser un arma pesada.
La otra MG-42 también disparó, los alemanes accionaron sus Kar98 para disparar desde lejos.
Uno de los jugadores sobrevivientes empezó a correr lo más rápido que pudo, tratando de escapar para avisar acerca del ataque, pero Sinon le disparó en la cabeza desde donde estaba.
Ahora tocaba reunirse nuevamente, todos se juntaron en el centro de la plaza. Tendrían dos minutos para que se declarara la tregua.
-Bien, las acciones guerrilleras urbanas serán de cierta utilidad mientras avanzamos por Moscú, tendremos que tener en cuenta que estos bastante peligroso. –Explicó Sinon.
-Sí, pero de todos modos la compañía Delta se encuentra librando una escaramuza, tenemos tiempo para llegar. –Dijo el oficial alemán.
-Yo no me preocuparía por eso. Lo importante ahora es capturar a esos "órganos de Stalin". Si podemos hacernos con un IS-2 o con ayuda de un Tiger...los destruiríamos fácilmente. –Intervino Eugeo.
-Veremos después ese asunto, ahora tenemos que descansar. ¡Hasta la victoria siempre!
-¡Hasta la victoria siempre!
Los alemanes se quedaron viendo un segundo...pero luego supieron que ahora eran parte de la patrulla.
-¡Immer bis zum Sieg! –Hasta la victoria siempre, en alemán.
Todos quedaron desconectados, Kirito se recostó en su cama para quitarse el Amusphere de los ojos...tenía una pregunta existencial.
Yuna era la que había impuesto el famoso "Hasta la victoria siempre"...¿pero ella lo había inventado o era copiado de otro lugar?
No importaba que fueran las doce de la noche, encendió su computadora y puso aquel eslogan en el buscador.
Lo primero que encontró fue una película, luego se fue a imágenes...en donde vaya que sonrió de forma muy malévola por lo que estaba frente a sus ojos.
Al estar en la escuela, naturalmente buscaba a Yuna por todos los rincones del lugar, al fin dando con ella.
-Oye Yuna, tengo una pregunta. –Le dijo.
-¿Qué se te ofrece? –Preguntó ella de forma curiosa.
-¿De dónde sacaste el "Hasta la victoria siempre" que dijimos al entrar al juego?
-Ay ya ni me lo recuerdes, sigo estando un poco triste por morir tan rápido. Pero, a decir verdad, lo vi en un letrero en la calle, además ahí decía "Siempre 26 de Julio".
-Ah...creo saber qué pasa.
Ambos amigos se despidieron y cada quien partió a su casa...no sin antes de que Kirito le mandara un wallpaper del famoso eslogan a Sinon...el cual tenía una foto de Ernesto Che Guevara...lo que la hizo hervir en cólera.
-¡¡¡Malditos comunistas!!! –Su grito se pudo escuchar a varias cuadras de su casa, por lo que varios vecinos salieron al corredor de los departamentos para ver qué pasaba.
Al entrar de nuevo al juego, Sinon llegó dándole de golpes a Kirito por las razones anteriormente mostradas, vaya que está enojada.
Entre toda la patrulla ocho trataron de quitársela de encima...pero vaya que estaba muy enojada.
-Diablos señorita. –Dijo uno de los alemanes al sostenerla en sus brazos.
-¡Déjenme matar a ese desgraciado comunista!
-Pero si él está con nosotros, Sinon. –Asuna estaba confundida.
-¿Recuerdan el grito de celebración que damos al acabar cada partida? Pues es del Che Guevara y de Fidel Castro...
-Ah...creo que esto explica por qué Sinon esta tan enojada. –Intervino Eugeo.
-¡Pero yo no lo puse, fue Yuna!
-¡Ven para acá, maldito comu!...
Nuevamente los órganos de Stalin sonaron a lo lejos, por lo que la patrulla ocho se refugió en el primer lugar que vio, siendo algunas casas, en el mismo suelo, etc.
Alice podía ver la estela de humo y fuego que dejaban los misiles, tomando una captura de pantalla para tener bien en cuenta.
Los misiles no iban a su dirección, estaban yendo seguramente a la posición de la compañía Delta, por lo que se tranquilizaron.
-¡Sigamos avanzando para allá, tenemos que destruir esos malditos lanza misiles! –Ordenó Sinon limpiándose la nieve de la ropa.
Al pasar por una calle muy cerrada y estrecha vieron que algunos soldados estaban descargando varias municiones y suministros que irían al frente de batalla principal, a no ser que...
Kirito y Asuna se tumbaron al suelo para accionar la MG-42, los alemanes mantuvieron su distancia ocultos entre las paredes de una calle aledaña.
Eugeo y Alice corrieron para combatir mano a mano con los soviéticos, deteniendo sus bayonetas y golpeándolos con las culatas de sus armas.
Sinon estaba dirigiendo a la otra MG-42 en sus disparos a los soviéticos, quienes apenas si pudieron responder con algunos disparos antes de caer muertos.
-¡Tomen todo lo que puedan, si tienen cargadores vacíos entonces cambien de armas! –Ordenó Sinon mientras buscaba la caja de las granadas para destruir esos suministros.
-Tenemos buenas municiones, si seguimos entrando en combate directo de esta manera se nos acabaran las municiones para dentro de unos tres combates. –Advirtió el oficial.
Alice vio como un soviético se arrastraba, herido. Simplemente infló ligeramente las mejillas y le disparó, provocando que la señal de "Death" apareciera sobre él.
-Un buen comunista es un comunista muerto. –Bromeó Sinon con una risa para activar una granada, haciendo estallar todos los suministros.
-Es hora de correr, seguramente eso llamara la atención de algún escuadrón. –Dijo Kirito, a lo que todos se fueron corriendo.
Manzana a manzana, la patrulla ocho libraba batallas que causaban bastantes bajas en el ejército rojo, teniendo ellos apenas un herido, que era uno de los alemanes.
Al ver a los "órganos de Stalin" frente a ellos, vaya que se sorprendieron. No eran exageradamente grandes, era camiones normales que tenían aquel semejante poder de destrucción.
-Carguen nuevamente los misiles, ordenaron un nuevo ataque. –Ordenó uno de los comandantes.
Eran cuatro camiones, pero ya se sabía de su enorme poder de destrucción masivo.
Sinon se plantó en uno de los edificios para tener mayor cobertura de tiro, protegiendo así así a sus amigos y a los alemanes.
El asalto se suponía tenía que ser rápido e inmediato...pero mala suerte para ellos que justamente se desplegó el mapa de la ciudad, delatando su posición.
-¡Enemigos en esa calle, vayan por ellos! –Gritó el mayor. -¡Llévense los órganos, no tienen que ser capturados!
Y justamente a la orden del soviético, los camiones dispararon una última ronda de misiles y se marcharon al instante.
Sinon intentó disparar a los conductores pero falló los tiros, quedando incluso ella misma bastante sorprendida de eso.
-¡Kirito necesito cobertura! –farfulló Alice, quien estaba atrapada entre los disparos.
La MG-42 fue movida de lugar para poder tener mayor rango de disparo contra el ejército rojo, quienes trataron de correr para evitar los disparos, siendo acribillados a tiros de ametralladora.
Eugeo salió junto con uno de los alemanes, disparando al frente y tomando cobertura en un auto destruido. Cuando una granada cayó frente a ellos, Eugeo la regresó de inmediato, explotando en el aire.
-¡Tomen esto, malditos rusos! –Gritaba el acompañante alemán de Eugeo, al que le dispararon en el hombro.
-¡Mierda, necesitamos un médico aquí!
-¡No puedo ir para allá, tienes que sacarlo de ahí!
-¡Carajo!
Eugeo tomó de los hombros a su compañero, quien disparaba su pistola para darle cobertura al chico. Lo tuvo que arrastrar hasta una pared que era más o menos segura, regresando a su posición de combate.
La que tenía menos dificultades era Sinon, puesto que ella disparaba a los soviéticos que se ocultaban entre la nieve o algunas coberturas...pero rápidamente fue visualizada por varios soldados, ella estaba en el tercer piso de una fábrica abandonada.
Los soldados del ejército rojo corrieron para la fábrica, Sinon se percataba de ello, por lo que cerró la puerta, bloqueando el picaporte con una silla.
-Espero que sea suficiente... -Pensó para a si misma.
La MG-42 se quedaba sin balas, Kirito la tiró al suelo y sacó su MP-44, Asuna lo seguía por detrás.
-¿Crees distraerlos un segundo para que yo pueda dispararles? –Preguntó él.
-Aun soy la destello veloz, Kirito. Deséame suerte. –Asuna disparó un par de veces desde donde estaba oculta para luego correr hacía donde se encontraban los alemanes.
Al estar distraídos, Kirito aprovechó para dispararles a los soviéticos, quienes cayeron con el letrero de "Death" al instante.
Ya la calle se encontraba completamente despejada, únicamente el alemán quedaba herido, pero Sinon seguía atrapada en la fábrica con los soviéticos que quedaban.
-Chicos...necesito de su ayuda. –Dijo ella por el radio.
-¿Qué sucede, Sinon? –Preguntó Eugeo.
-Estoy rodeada, ¿ven la fábrica detrás de ustedes? Ahí estoy.
-Vamos para allá, Sinon. ¡Vamos chicos, dense prisa!
Toda la patrulla ocho fue detrás de Asuna, puesto que era ella quien corría más rápido. Los soviéticos trataban de derrumbar la puerta, pero al no lograrlo a patadas, mejor le dispararon, hiriendo de la pierna a Sinon.
-¡Maldito comunista desgraciado! –Sinon disparó con su pistola a la puerta, hiriendo al soldado que había disparado.
Por uno de los huecos de las balas cayeron dos granadas...y ella no tenía escapatoria.
-Ay, maldita sea...si voy a morir, ¡al menos me llevaré a alguno de ustedes! –Sinon corrió para tomar las dos granadas, abrir la puerta y lanzar una de ellas.
La explosión se vio desde la parte de abajo, los cristales cayeron por toda la calle además de algunos pedazos de ladrillo.
Pronto, el nombre de Sinon desaparecía de la patrulla ocho.
-¡¡¡Sinon!!! –Gritó Kirito, por lo que Asuna fue corriendo todavía más aprisa.
Los soviéticos salían tosiendo de la fábrica, terminando ametrallados por Asuna y algunos alemanes que le siguieron el paso.
Al adentrase a ver si quedaba algún soldado, no quedaba ni uno solo. Al lado del cadáver quemado y sin un brazo de Sinon se hallaban varios más de soldados rusos.
-¡Hijos de puta! –Gritó Asuna, tomando a Sinon en sus brazos.
Los espectadores por televisión soltaron un "awww" por aquella conmovedora escena en donde una jugadora lamentaba la muerte de una amiga.
Asuna tomó el rifle de Sinon y se lo entregó a uno de los alemanes. -¿Eres tirador? –Le preguntó con algo de molestia.
-N-no, yo soy de apoyo.
-Ahora eres tirador.
Sin un comandante, el oficial alemán quedaba ascendido a ese cargo, Kirito sería el segundo al mando...pero de todos modos quedaba ese vacío en el equipo, que desde la muerte e Yuna se notaba pronunciado.
Cuando Sinon apareció en la sala de la cabaña de Alfheim, ella hizo un berrinche ya que quería seguir jugando.
-¡No es justo, por eso odio a los malditos comunistas, en donde ponen la mano lo arruinan todo! –Se quejó ella con las mejillas infladas y un lagrimeo en los ojos.
-Vamos, vamos. No exageres tanto. –Yuna le jaló la cola, haciendo que ella soltara un quejido que retumbaba en todo el mapa del juego.
Se tenía que buscar alguna nueva estrategia para deshacerse de los "órganos de Stalin", que aun provocaban bajas considerables en el ejército alemán.
Las acciones de guerrilla urbana quedaban relegadas a un intento de huida. Al tratar de atacar a los camiones lanzamisiles, treinta de los trecientos jugadores soviéticos estaban buscando a la patrulla ocho.
Estaban armados con ametralladoras y francotiradores, además tenían un IS-1 con ellos, por lo que no podían tratar de atacarlos ya que serían pulverizados por aquel tanque.
El oficial alemán buscaba en el mapa a toda prisa en donde estaban las líneas aliadas para ir corriendo de inmediato antes de ser atrapados por los soviéticos. Se hallaban a doscientos metros al noreste.
-¡Vamos, muevan el culo, vamos, vamos! –Apuraba el oficial mientras todos corrían delante de él.
-¿No tenemos nada con que hacerle frente a ese IS-1? –Preguntó Alice.
-Para nada, las granadas no le harían daño, por si fuera poco se nos acabaron las balas de ambas MG-42. –Contestó Asuna.
-El problema no es el IS-1, no es tan rápido en las calles tan destruidas, ¡si los soviéticos nos flanquean estamos acabados! –Añadió Eugeo.
Kirito estaba sumamente pensativo y callado mientras corría, seguramente planeaba algo.
Al pasar por una de las calles, un King Tiger avanzaba por las calles, casi arrogando al pensativo Kirito. El oficial alemán fue corriendo para llamar la atención del King Tiger, quien se frenó al instante, saliendo de la cabina su conductor.
-¿Qué hacen tran profundo en las líneas enemigas?
-¡Viene un IS-1 detrás de nosotros además de infantería soviética!
-No hay problema, ¡Leute, wir haben Kommunisten hier! –Una división de soldados del eje salió corriendo de entre las calles, siendo ahora ellos quienes perseguían a los soviéticos y al IS-1.
-¿De qué nos perdimos mientras combatíamos en la guerrilla? –Cuestionó Eugeo.
-Parece que de bastante. –Respondió un alemán.
-Ahora son parte de "Die große Offensive von Moskau" ¡Vayan al campamento, tomen municiones y enrólense de inmediato!
-¡Si señor!
Ya con la calma de saber que estaban en sus terrenos, la patrulla ocho descansó de la agotadora guerrilla urbana que se vieron obligados a formar. Asuna se tiró en unos sacos de arena, mirando al cielo, estaba bastante triste por la muerte de Sinon; si ella hubiera llegado antes, Sinon estaría con ellos.
Faltaba tan poco para llegar a las líneas aliadas. Kirito le arrogó un bola de nieve, sonriendo.
-¿Por qué la cara larga, Asuna? –Preguntó él.
-Por Sinon...
-Si te acuerdas que no está muerta, ¿verdad?
-De todos modos...se notaba estaba tan feliz de jugar con nosotros.
-Si pero ya ni modo. Quizá en nuestra próxima partida llegué más lejos.
-¡Oigan, tenemos que prepararnos para la ofensiva! –Apuró Alice, quien tenía en sus manos varias armas.
-Alice tiene razón, ¡ahora a las trincheras! –Kirito ayudo a Asuna a pararse, abrazándola al final. –Ya verás que al acabar tendremos bastante dinero por llegar hasta el final.
En realidad el término "las trincheras" era un campo de batalla completamente raso, teniendo que pelear por la ciudad de Moscú. Si lograban sobrevivir a eso le seguiría Berlín y después Versalles.
Toda la infantería corría a través de los disparos, impactos de mortero y bombas lanzadas desde los aviones de ambos bandos.
Tierra y nieve caían por todos lados, Eugeo disparaba con el rostro sucio, desenvainando su cuchillo para pelear contra un soviético.
Pero a diferencia de Kirito, él era más listo, porque al ser derribado, sacó su pistola para acabar con la vida de su oponente, levantándose y tomando su rifle.
Al ser mala idea cargar con una MG-42 en campo abierto, Kirito disparaba una degtyarev dp 27 capturada de los soviéticos, la cual era increíblemente útil para el combate lejano.
Una de las tantas balas logró rozarle el brazo, apenas haciéndolo sentir dolor, cuando las balas se le acabaron, agarró del suelo un PPSh-41 con el cargador lleno.
Asuna se encontraba a su lado, combatiendo hombro con hombro y disparando a los mismos objetivos, eliminándolos más rápidamente.
Alice, por su parte, usaba su fiel rifle de asalto con el que disparaba algunas rondas y se cubría un poco en los agujeros de mortero, saliendo de ellos tras recuperar el aliento.
Los soviéticos se veían retrocedidos hasta la trinchera de donde salían todos los soldados que iban al campo de batalla. No obstante, jamás cedían ni un solo pixel debido a su determinación y coraje, tomándose muy orgullosamente la partida.
Algunas trincheras que creaba el juego al azar servían para dar asilo tanto a soviéticos como a los alemanes, pero se convertían rápidamente en objetivo de la artillería o de los aviones.
Eugeo, ignorando un poco ese hecho, se dejó caer en una de las trincheras para recargar su rifle de asalto. En cuanto trató de salir, un avión soviético balaceó la trinchera, por lo que casi todos los refugiados murieron. Él sobrevivió por poquísimo, siendo apenas herido en una pierna, se había refugiado en una caja de municiones.
-¡Un médico, tengo herida la pierna! –Gritó.
-¡El médico está muerto, trata de revisar si existe algo de utilidad en su bolso!
-¡Carajo! –Eugeo comenzó a arrastrarse por la trinchera, una granada explotó arriba de él, causándole un dolor en los oídos increíble.
Kirito y Asuna entraban de igual forma a la trinchera, hicieron varias señas para llamar la atención de los soldados de la patrulla ocho, Alice se encontraba algo adelantada en comparación de ellos.
-¡El objetivo es tomar ese maldito edificio, nada de destruirlo, nada de explotarlo, lo necesitamos de pie ya que del otro lado se encuentra la plaza roja y el kremlin de Moscú!
-¡Ya quiero desfilar en esa maldita plaza, eso sería una victoria!
-Lo haremos si salimos de esta trinchera. –Asuna recargó su arma. -¡Vamos, ordenen el ataque!
El oficial hizo sonar un silbato para llamar la atención de todos los soldados que se encontraban en la trinchera, un segundo avión se preparaba esta vez para bombardear toda la zona.
-¡Lass uns soldaten gehen, um anzugreifen! –Para el segundo silbato, todos salieron de la trinchera, incluso el herido Eugeo.
-¡No dejen pasar a los fascistas! –Gritó uno de los soviéticos.
-¡De pie soldados, de pie hacia la muerte! –Los soviéticos salieron de su trinchera para atacar una vez más.
Casi todos usaban subfusiles o ametralladoras ligeras por lo enorme que era la ofensiva alemana, y al encontrarse de frente ambos bandos, la colisión fue igual de enorme.
Con las bayonetas bien puestas en sus armas, todos se pusieron a pelear con sus puños, palas, culatas e incluso hasta sus cascos de pelea.
Alice tenía su pistola y su cuchillo de combate en las manos, cuando se le acabaron las balas, le arrogó su pistola a uno de los soviéticos y se lanzó contra él con el cuchillo, enterrándoselo en el ojo.
Ahora las espadas que tenían Kirito y Asuna servían de bastante ya que era combate cuerpo a cuerpo, en caso de que alguna bala les llegara, la cortaban con la hoja de la espada.
-¡Ahora quien es el idiota que es apaleado, ublyudki! –Farfulló Kirito mientras pateaba a un NPC.
A regañadientes los alemanes consiguieron entrar en la trinchera soviética, guardando sus armas blancas para ponerse a disparar una vez más a los soldados que trataban de escapar.
En el edificio varias ametralladoras disparaban a la trinchera, como se situaban en los pisos superiores, era prácticamente imposible defenderse.
-¡Señor, tenemos que hacer algo con esas ametralladoras!
-¡Llamen al King Tiger para que los vuele en pedacitos!
-¡Tenemos orden de no destruir el edificio, señor!
-¡No lo vamos a destruir, solo tiraremos unas cuantas ventanas! –El oficial alemán se echó a reír.
Tirando granadas de humo, se ocultó la llegada del tanque y los movimientos de la infantería en la trinchera, la cual se movilizaba en aquella cortina directo a la entrada del edificio que daba a la plaza roja.
Para mala suerte del soldado que tenía que tumbar la puerta, fue balaceado apenas la misma cayó.
La patrulla ocho estaba reunida afuera del edificio, ellos serían de los primeros en entrar al mismo. El King Tiger, inmune al fuego de ametralladora, disparó violentamente contra las ventanas, dejando sin vida a los artilleros.
Las pocas piezas de artillería que quedaban eran usadas para darle apoyo al King Tiger, destruyendo de igual forma varias ventanas.
-¡Patrulla ocho, ahora les toca! –Todos entraron para ser recibidos a tiros.
Una granada cayó a un lado de Asuna, quien la pateó para que explotara en las defensas soviéticas consistidas en mesas tiradas o muebles de oficina.
Otra granada fue lanzada por Eugeo, la cual explotó alzando bastante polvo y algunos gritos. Antes de entrar a ese cuarto, Eugeo disparó sin ver varias veces, dándole paso a Alice y a Kirito, quienes revisaban que todo estuviera en orden.
Al ser descubiertos, Kirito fue herido en el brazo, matando a su ataque con bastante enojo.
-¿Ya está despejado? –Preguntó uno de los alemanes.
-Creo que si... -Un herido de granada se arrastraba por el suelo...Alice le disparó para rematarlo. –Despejado.
La batalla por el edificio se llevó con bastante recelo y lentitud, siendo finalmente tomada por los alemanes, quienes tenían veinte jugadores prisioneros.
-Registren todos los cuartos, quiero que se instante un puesto de mando, pongan ametralladoras en la azotea y varios morteros, tenemos que preparar el ataque al kremlin. –Ordenó el oficial. –Kirito, ahora tú te haces cargo de la patrulla ocho.
-¿Señor?
-Lo que escuchaste. –El alemán se quitó la banda de líder de pelotón del brazo y se la puso a Kirito. –Ve y has que tu fallecida comandante se sienta orgullosa.
-¿Si sabe que no murió de verdad?
-Es un decir, Scheiße.
Eugeo y Alice miraban la plaza roja desde la azotea del edificio en donde se encontraban, sin duda la vista era esplendida, pero no lo hacían por gusto.
-Veo tres IS-2...tres T-34 de 85... algunos cañones antitanque de 45, son como cien hombres armados con PPSh-41 y degtyarev dp 27 y varias ametralladoras DS-39...tendremos que usar mucho fuego de contención. –Decía Eugeo mientras miraba con sus prismáticos.
-No es necesario, al alto mando planea usar un ataque aéreo masivo para rendir el kremlin, quieren ahorrar todos los jugadores posibles para mandarlos al frente de África. –Corrigió Alice.
-¿Nosotros incluidos?
-Lo dudo, la patrulla ocho terminara en Versalles para el día de mañana.
En los ojos de Eugeo se posaba un antiguo enemigo suyo...los "órganos de Stalin" entraban en la plaza roja, estacionándose a un lado de los IS-2.
-¿Planearan atacar el edificio?
-Sería un poco tonto, aún no saben que lo tomamos, llevémosle el informe al oficial.
Ambos bajaron de nuevo a los primeros pisos para llevar el informe, sin duda se necesitaría de bastante aviación en la plaza roja, que era donde se localizaba todo.
Muchos sacos de arena estaban desplegados por toda la plaza para ofrecer protección a la infantería, los tanques y los "órganos" se encargarían del trabajo debido a la falta de artillería o de tanques en el ejército alemán.
La tregua total llegaría con los planes para tomar la plaza roja y el kremlin, ya faltaba muy poco para ir a Versalles, si es que todos salían vivos de esa última ofensiva.
Pero se haría lo que se pudiera, fuera como fuera.
Al día siguiente en la escuela, Asuna y Kirito veían algunas fotos de sus nuevos amigos alemanes, siendo unos diez años mayores que ellos, sorprendiéndolos bastantes.
Uno de ellos era un militar en la vida real, se le veía en una foto arriba de un tanque con su rifle en las piernas, asombrando a ambos jóvenes.
-¿Haber por qué no eres como él? –Asuna le dio un zape a Kirito y luego soltó una risita.
Él no respondió, únicamente se le quedó viendo feo a Asuna, quien no paraba de reír.
Nuevo día, nueva batalla, la patrulla ocho se encontraba nuevamente en el juego con disposición de matar comunistas. Ya se planeaba la ofensiva, Kirito tenía un subfusil al ser el encargado de la patrulla. Asuna, Eugeo y Alice usarían rifles de asalto porque justamente eso iban a hacer: asaltar la plaza roja.
Uno de los jugadores del ejército rojo era español, éste si era efectivamente comunista, teniendo conocimientos del tema. Él se encargaría de levantar la moral en los jugadores soviéticos.
-¡Camaradas, quiere pasar el fascismo, pero yo digo que no pasará nadie! –El español se subió arriba de un tanque para ser escuchado por más jugadores rusos. -¡¿Lo vamos a dejar pasar?!
-¡No!
-¡No los dejaremos pasar!
-¡El fascismo no pasa!
-¡Exacto, no pasarán, no pasarán! –Estaba usando el mismo lema de los republicanos en contra del fascismo del perro rabioso de Franco.
-¡No pasarán!
Los gritos de "No pasarán" llamaron la atención de todo el edificio en donde se encontraban los alemanes, quienes miraban por las ventanas como la moral de los soviéticos creía como la espuma.
-¿Qué significa el "no pasarán"? –Preguntó el oficial.
-Lema de comunistas españoles...usado durante su guerra civil. Además decían "Madrid será la tumba del fascismo".
-Lächerlich. –Para el oficial aquello era digno de ridículos. -¡Empiecen el bombardeo con los morteros, luego que pase la maldita aviación a barrer a esos comunistas!
Alice y Eugeo eran encargados de uno de los morteros, siendo puesto por él y recargado por ella.
-¡Fuego!
El sonido del mortero al ser disparo era bastante considerable, Alice quedó ligeramente aturdida por no taparse los oídos, haciéndolo en el segundo tiro.
Al caer los proyectiles, los soviéticos se movilizaron rápidamente, cubriéndose en algunos sacos de arena, movilizando a los tanques para que abrieran fuego en contra del edifico.
Era de vital importancia para ellos que tampoco fuera derribado ya que de lo contrario la artillería y tanques alemanes pasarían a la plaza roja, algo no deseado por nadie.
Ya quedaban menos de treinta reparaciones en el ejército rojo, doscientos alemanes y ciento cincuenta italianos se hallaban en ese frente, además de los cuatro japoneses de la patrulla ocho.
Kirito y Asuna esperaban órdenes para salir del edificio, dirigiendo él a la patrulla ocho que partiría sin Alice y Eugeo.
Cuando se detuvo el bombardeo de los morteros, causante de algunas bajas y la avería de uno de los T-34.
Algunas de las ventanas fueron destruidas por el disparar de los tanques, causando únicamente heridos y dos muertos italianos.
Un retumbar de tambores se escuchó en toda la plaza roja, además de que Eugeo lanzaba con todas sus fuerzas una granada de humo negro, color que representaba el fascismo.
Los soviéticos esperaban el ataque de la infantería salir de las puertas del edificio, pero al escuchar a la Luftwaffe alemana, empezaron a entrar en pánico.
Varios aviones pasaron arrogando varias bombas, las cuales caían con furia sobre la plaza roja, destruyendo a los IS-2 y a uno de los "órganos de Stalin", los cuales trataban de responder al ataque.
-¡Soldaten, lass uns kämpfen gehen! –Tras un grito de guerra, los soldados de la Wehrmacht salieron disparando sus armas, fuego que fue respondido al instante por los soviéticos.
-¡Pomnite tovarishchi: oni ne proydut!
La balacera era bastante notoria, los tanques disparaban sus ametralladoras y sus cañones en la dirección que fuera, siempre y cuando matara a unos cuantos alemanes.
Para contrarrestar a los "órganos de Stalin" a los IS-2 y a los T-34, varios panzerschreck fueron desplegados para acabar con aquellos gigantes de acero.
Eugeo y Alice servirían de francotiradores al ser muy arriesgado usar los morteros...pero ella tenía una mejor idea.
-¡Eugeo, ayúdame a recargar! –Alice tomó un panzerschreck que se encontraba en la azotea.
-¡Y-ya voy! –Eugeo fue corriendo por un cohete para colocarlo en el tubo. -¡Dispara!
-¡Tengo que estabilizar esta cosa! ¿Sabes cuál es su alcance efectivo?
-Leí que ciento cincuenta metros, pero no estoy seguro.
-Funcionara...espero. –Alice disparó contra la parte débil de un IS-2, haciéndolo estallar. -¡Maldición, si!
-¡Bien hecho!
Asuna corría entre sus enemigos con una pistola y su espada metálica, siendo inalcanzable por su velocidad, ni siquiera las balas podían ganarle.
Kirito la apoyaba por detrás disparándole a sus agresores con el subfusil que tenía. Esa distinción que tenía por ser líder de pelotón lo delataba bastante, por lo que un soviético le disparó varias veces en la pierna y en la cadera.
-¡Agh, maldito!
El soviético estaba por rematarlo, pero el cargador estaba vació. Al Kirito tampoco tener balas, ambos sacaron sus pistolas, siendo más rápido el chico, quien le dio un tiro en la cabeza.
-¡Hijo de perra, hijo de perra, me dejó cojo por el resto de la partida! –Kirito cayó en el campo de batalla por lo grave de su herida, sin embargo, ahí estaba Asuna para auxiliarlo.
-Vamos, Kirito. –Con el rifle de Asalto en un brazo y Kirito en el otro, Asuna trató de salir lo más rápido posible del campo de batalla.
Cuando Alice los vio, rápidamente soltó el panzerschreck y tomó un Kar98 con mira telescópica para darles cobertura a sus amigos, quienes eran asediados por varios soviéticos.
Eugeo hizo lo mismo, siendo ligeramente más rápido que Alice en su recarga en su tiempo de disparo.
Cuando Asuna logró entrar de regreso al edificio, varios médicos tomaron a Kirito para atenderlo con algunos otros cuantos heridos.
-Vamos Kirito...vive para poder ir a Paris, ¿no te emociona?
-Una cita ahí sería lo más romántico de la vida. –Kirito tomó la mano de Asuna. –Patéales el culo, por mí.
Asuna se hecho el rifle al hombro para recargarlo y regresar a la pelea.
Todavía quedaban una cantidad considerable de soviéticos, pero sin artillería, tanques o armas pesadas...sus oportunidades estaban reducidas, sumándole al hecho de que en varias ventanas del edificio se encontraban MG-42 dándoles fuego de cobertura a los alemanes.
Asuna, regresando a la batalla, disparaba hasta vaciar el cargador una y otra vez, derribando a enemigo que se le pusiera en frente.
Cuando los cargadores se le acabaron, volvió a sacar su espada, usándola para bloquear balas o cortar alguno que otro brazo, rematando con un corte en el pecho o en el estómago.
Un panzerschreck destruyó el último de los "órganos de Stalin", causando que varios de los soviéticos alzaran las manos, tirando sus armas.
Treinta soviéticos quedaron del asalto a la plaza roja, eran cerca de noventa alemanes e italianos. Se veían más soldados del ejército rojo en la plaza, pero eran en su mayoría NPCS que casi no eran amenaza como los jugadores.
Mientras los alemanes revisaban a los soviéticos para desarmarlos y arrestarlos, el oficial alemán se puso en un IS-2 destruido.
-¿Saben una cosa, chicos? –Preguntó.
-¿Qué sucede, oficial Landa?
-¡Ya hemos pasado!
-¡Hemos pasado, hemos pasados!
-Malditos... -Masculló el español.
Kirito aparecía en el campo de batalla en hombros de Eugeo y Alice, quienes lo ayudaban a caminar mientras le sanaban las heridas, el temporizador indicaba diez minutos.
Con el único objetivo de joder a los rusos por lo ocurrido en Berlín hacía tanto tiempo, varios soldados alemanes alzaron una bandera sobre el kremlin, siendo capturado en una foto para que recorriera el mundo entero...para joder bastante a los rusos.
A pesar de que muchos eran anti fascistas, los alemanes, muy emocionados por su victoria en el frente oriental, comenzaron a hacer el saludo romano mientras gritaban "Heil". Muchos de ellos reían por la victoria y por el tren del mame que llevaban por ello.
Los cuatro japoneses prefirieron abstenerse de celebrar así, únicamente abrazándose, formando un círculo entre ellos.
-¡Chicos, esperen un segundo, esperen! –Interrumpió uno de los alemanes.
-¿Qué sucede, sargento Kross?
-¿Y ahora qué?...
Y exactamente...a todo eso quedaba relegado, ¿y ahora qué?
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y un minuto de silencio por Sinon, quien no pudo completar el evento que tanto había esperado xd. Ya en este capítulo acabó la guerra del frente oriental, el último tramo de la historia es Francia, que se abordara en los siguientes dos capítulos. Nos vemos en una semana
Siempre tuyo:
-Arturo reyes
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