Gran desastre en Yakutsk.
El avión había sido dañado por las defensas soviéticas, la patrulla ocho tuvo que saltar del mismo por temor a ser derribados.
Los paracaídas se abrían en los aires, otros no corrían con esa suerte, cayendo de lleno al suelo, muriendo al instante.
A pesar de que el paracaídas abría en mitad del aire, muchos jugadores y NPC morían por los disparos de las defensas de los defensores de Yakutsk, entre ellos Eugeo, quien resultaba herido.
-¡Maldita sea, tenemos que salir de aquí! –Gritó Asuna, quien estaba arrastrando a Eugeo para un lugar "seguro".
Las explosiones en el aire ahogan los gritos de los soldados, quienes disparaban en la obscuridad de la noche a quien sabe que cosas, acertando una o dos balas a los objetivos de cien tiros realizados.
-¡¿Yuna, donde demonios estas?, Eugeo está herido! –Gritó Asuna nuevamente, Eugeo no dejaba de gritar por las heridas que tenía.
Yuna atendía a un jugador que no dejaba de gritar por que le habían volado una pierna, tratando de recuperarlo para que sus HP no se redujeran a cero.
Kirito disparaba tácticamente, teniendo en cuenta que la mayoría de sus disparos no acertarían, esperaba que las luces de las explosiones en el cielo alumbraran el camino, revelando a sus enemigos para tratar de matar a los que se pudiera.
En su mayoría la defensa de Yakutsk se comprendía por NPC, pero también se concentraban setenta jugadores para impedir el avance nipón por la Unión Soviética.
-¡¿Dónde está Alice?! –Preguntó Yuna, corriendo por los campos donde se realizaba el combate, el soldado había muerto.
-¡No lo sabemos, estamos buscando también a Sinon! –Contestó Kirito disparando una vez más.
-¡Yuna, maldita sea, ven por el amor de Dios! –Suplicó Asuna, a Eugeo no le quedaba mucho tiempo si no lo atendían rápido.
-¡No te atrevas a dejarnos Eugeo, o de lo contrario te daré una paliza en la escuela!
-¡Tendrías tanta suerte, Kirito!
Yuna llegó para al fin atender a Eugeo, sus heridas eran profundas, pero podría curarlo a como diera lugar. Estaba más vivo que muerto, con eso se tendría esperanza.
Los disparos de la artillería se concentraban en todos lados, alzando la tierra y la nieve que caracterizaba las regiones de las afueras de Yakutsk.
El frío era de treinta grados bajo cero, y se pondría considerar que hacía calor en Yakutsk. Los pinos secos y de ramas delgadas no ofrecían cobertura alguna, pero impedían ver al enemigo junto con la neblina que la nevada estaba dejando.
Todo estaba cubierto por una espada capa de nieve, las pestañas de casi todos los soldados estaban completamente blancas por todo el frío que hacía.
Una granada alzo la nieve, cubriendo los ojos de Kirito. Cuando se quitó la tierra y nieve de ellos, un soldado soviético le cayó encima, ahorcándolo con su fusil.
Kirito luchaba, poniendo sus manos en el rifle para tratar de quitárselo del cuello, pateando las costillas del soviético que tenían sobre él.
-Shh, prosto ostavaytes' svobodnymi i rasslablennymi, eto proydet.
-¡Ya no me la vuelve a hacer, malditos rusos! –Kirito tenía un cuchillo de combate en el hombro, desenfundándolo para enterrarlo dos veces en el rostro del soviético, quien se hizo para atrás, gritando y poniéndose las manos en el rostro. -¡Do svidaniya!
Tomando el rifle del soldado, Kirito le disparó hasta que el letrero de "Death" apareció arriba, soltando el rifle para tomar el propio, corriendo nuevamente sobre las capas de nieve y hielo que había en el campo de batalla.
La línea de defensa de Yakutsk era muy fuerte, sobre todo por lo que los japoneses no tenían ni la menor ayuda en cuanto les fuera posible. Ni refuerzos, ni artillería o fuego de cobertura, no tenían nada.
-¡Por qué demonios a la comandante se le ocurre perderse en un momento tan crítico, estamos bien jodidos! –Farfulló un soldado al tiempo que disparaba su Tipo 100.
Y justamente hablando de Sinon, ella había caído en un lugar a varios cientos de metros lejos de donde se lograba la batalla para entrar a Yakutsk. Se arrastraba pecho tierra por la blanca nieve, dejando un rastro por donde pasaba, pero nadie estaba por ahí.
Su objetivo era neutralizar a los cañones que estaban haciéndole la vida imposible a sus aliados, si mataba a sus operarios lograría una victoria sin pensarlo mucho tiempo, pero estaba contra la espada y la pared, debía darse prisa.
Alice, por su lado, tuvo tan mala suerte de caer en una de las calles de las afueras de la ciudad, siendo buscada por un grupo de NPC liderados por tres jugadores. La habían divisado al caer, buscándola por todas las cercanías.
-Aquí está su paracaídas, si fue herida deberíamos encontrarla pronto. –Dijo uno de los rastreadores.
-No tendrá mucha suerte si sigue aquí, ¡quiero a ese desgraciado frente a mí ya!
El uniforme de Alice era una ventaja al ser en su mayoría blanco, por lo que se camuflajeaba perfectamente en la nieve, estando simplemente recostada en el piso.
Cuando un jugador pasó por donde estaba ella con un grupo de NPC, no lo pensó dos veces, sacando su bayoneta y cubriendo la boca del jugador, ella le cortó la garganta.
-Shh, tikhiy. –Susurró ella, tirando el cuerpo del soldado y poniendo un silenciador a su arma.
Los NPC registraban el lugar que el jugador les había indicado.
-¿Chto nam teper' delat', ser? –Preguntó uno de ellos.
-¿Ser?
-¿Tam yest'?
Lo siguiente que pasó fue una corriente de disparos que llegaba desde la puerta, acabando con los NPC al instante. Alice soplaba del humo que dejaba, acomodándose ligeramente uno de sus mechones que tenía sobre la frente.
En el frente de batalla, Eugeo ya estaba sanado y listo para combatir nuevamente, lanzando varias granadas a los soviéticos que estaban ocultos.
-¡Idi syuda, sukin syn! –Gritaba, disparando su ametralladora Tipo 2.
-¿Desde cuándo aprendiste a hablar ruso? –Cuestionó Kirito, levantando una ceja.
-Desde que supe que iríamos a Moscú, ¡Vot tvoi tripaloski, blin!
-Creo que se está tomando esto demasiado enserio. Pensó Kirito, observando como Eugeo recargaba.
Sinon seguía arrastrándose por el suelo, tranquilamente, sin prisa. Al visualizar los cañones de artillería, puso el trípode de su francotirador, quitándole el seguro.
-Si el retroceso es correcto, además de la dirección y fuerza de viento, la caída de la bala...creo que todo está viento en popa. –Sinon puso su ojo en la mira y disparó en la cabeza de uno de los operarios del cañón.
-¡¿No chto eto bylo?! –Otra bala acertó en una nueva cabeza.
Al acabarse los disparos de artillería en el campo de batalla, los japoneses se quedaron confundidos.
-¿Qué sucedió? –Cuestionó Yuna, quien había dejado incluso de disparar.
-¡Sinon y Alice, eso fue lo que sucedió! –Exclamó Kirito quien desenvainó su espada, saliendo de donde estaba cubriéndose. -¡A la guerra!
Toda la oleada de soldados japoneses corrió con dirección a los soviéticos, quienes no dejaban de disparar a cada segundo.
Eugeo se quedaba en la retaguardia, lanzando varias granadas lo más lejos que podía para dar una oportunidad a sus aliados.
Yuna, quien podía ser muy linda y todo, pero aun con esas una guerrera en todo el sentido de la palabra, golpeando su piedad a sus enemigos con la culata de su PPSh-41 o con la bayoneta que le había montado.
Kirito usaba su espada para atravesar a sus enemigos o bloqueando sus bayonetas y disparos con ella.
Trató de dar un corte vertical a uno de sus enemigos, quien puso su rifle para bloquear la espada, dándole una patada a Kirito, derribándolo al suelo.
El soviético se le echó encima, golpeándolo a puño cerrado, con sus guantes de pelea. Rápidamente Kirito comenzó a sangrar de la nariz y de las orejas.
Sin duda alguna...los soviéticos eran su peor pesadilla dentro de GGO.
Yuna le dio una patada en las costillas al soldado que le estaba dando una paliza a Kirito y luego le disparó una ráfaga con el PPSh-41, tendiéndole la mano a Kirito para ayudarlo a levantarse.
-Definitivamente ya me cayeron mal los rusos. –Se quejó él, limpiándose la sangre de la nariz.
-¡Sigamos avanzando! –Exclamó Yuna, quien se dejaba caer a un lado de Asuna, que disparaba con precisión su Arisaka.
Alice había despejado por completo uno de los edificios donde la estaban buscando, ahora tenía que retirarse.
Corriendo entre las calles, se encontró de frente con un pelotón de NPC liderado por dos jugadores, quienes sonrieron al encontrarla sola y en tan vulnerable posición.
-¿Pero a quien tenemos aquí? me doy cuenta que eres como una gatita perdida.
-¿Hablas mi idioma?
-Claro que sí, así que dime una cosa, ¿en verdad estás perdida, linda gatita?
-Di eso de nuevo...
-¿Estás perdida, linda gatita?
Alice desenfundó rápidamente su pistola para dispararle en la cabeza al jugador, siendo atacado por los demás soldados. Ella dio un salto hacía una pared para protegerse, disparando la pistola varias veces hasta que se quedó sin balas.
-¡Idi s flanga, ya khochu, chtoby on ostalsya v zhivykh!
La mitad del pelotón corrió al lado contrario de la calle para rodear a Alice, quien estaba consciente de las estrategias que usarían sus contrincantes, recargando su pistola de inmediato.
Los otros soldados soviéticos se movilizaban lentamente, con el dedo en el gatillo al momento de dar con Alice para capturarla.
Cuando estuvieron cerca de la pared donde ella se encontraba, todos se echaron encima, apuntando sus rifles...pero no encontraron nada.
-Ser, zdes' nikogo net.
-Ya by poklyalsya, chto eto bylo spryatano zdes'.
La parte del pelotón que estaba flanqueándola llegó con ellos, pero Alice no estaba en ningún lado de la calle, así que se juntaron.
-Ja, idiotas. –Alice estaba sobre una ventana, había escalado la pared para ocultarse en ella, por lo que lanzó una granada.
Al explotar, los pocos que quedaron vivos fueron masacrados por la pistola de Alice, por lo que tomó un PPS-43, disparando a los NPC que trataban de huir.
Recogiendo la munición y unas armas más, Alice emprendió la retirada al campo de batalla, en donde las cosas estaban más parejas que en su situación.
Los combates cuerpo a cuerpo se habían reducido tras la retirada de los soviéticos dentro de la ciudad, cediendo la entrada de la misma, pero aún se disparaban rondas de disparos de vez en cuando.
Sinon no había aparecido en la línea de ataque de los japoneses, pero no se marcaba que estuviera muerta en combate, por lo que no se perdía la esperanza de encontrarla. Lo mismo era con Alice.
-Al fin un pequeño descanso... -Suspiró Asuna, quien se acostaba en la nieve para tomar un respiro.
-Los combates se han detenido de poco en poco, los alemanes siguen marchando a Moscú, los italianos los apoyan y la guerra sigue estancada en Francia. –Informó Kirito viendo el mapa.
-Los japoneses ganamos en algunas islas del pacifico, ¡genial! –Exclamó Yuna.
Un mensaje por radio llegaba al de la base que se estaba montando, un oficial al mando corrió, tropenzandose con una silla, pero llegó para atender el radio.
-¡¿Qué sucede?!
-Aquí la comandante Sinon...¿pueden darme una mano?
-¡Sinon! –Exclamó Asuna.
-¿Dónde se encuentra, comandante?
-Digamos que los soviéticos me detectaron con el escáner, ¡estoy tratando de acabar con varios de ellos, pero me rodean!
-Tengo una idea... -Yuna volteó a ver a Eugeo. -¡Oye tú!
-¿Qué?
-¡Sácate la ropa!
Eugeo se sonrojó al instante, ¿Por qué Yuna lo quería ver sin ropa en un momento tan importante?
El plan era sencillo, Eugeo tomaría un uniforme de los soviéticos y, por su apariencia de uno y su conocimiento del ruso, se haría pasar por un soldado que acababa de tomar varios prisioneros.
Naturalmente eso distraería a los soviéticos de capturar a Sinon y les daría una ventaja.
Los prisioneros eran Kirito y Asuna, que estarían desarmados a excepción de una pistola en la espalda, Eugeo llevaba una Degtiariov, que era un arma para pensárselo dos veces antes de atacar sin estar armado.
Con eso en mente, los tres emprendieron marcha hacía el escuadrón soviético que rodeaba a Sinon. Varios soldados también perseguían a Alice, pero ella se encontraba sobre el techo de los edificios, siendo indetectable ante sus enemigos.
Al ver la ráfaga del rifle de Sinon, ellos ya sabían que estaban cerca del escuadrón que la tenía rodeada.
-Es tu turno, amigo. –Comentó Kirito, quien le quitaba el seguro a la pistola para ponerla en su espalda.
-¡Pomoshch' tovarishch, pomoshch'! –Gritó Eugeo.
-¡Idi i posmotri, chto proiskhodit! –Ordenó el oficial, a lo que varios soldados corrieron a donde se había escuchado el grito de Eugeo.
Al encontrarlo, él estaba apuntando a Kirito y a Asuna, quienes estaban contra una pared, cubiertos por nieve en la cabeza.
-Y zakhvatil eti predmety, ya dumayu, chto oni chto-to znayut o progresse v gorode. –A grandes rasgos, Eugeo mentía diciendo que ellos dos sabían algo de la ciudad, pero que los tenía prisioneros.
-Pozdravlyayu, tovarishch, davayte voz'mem eto s ofitserom.
Eugeo les apuntaba con la ametralladora a Kirito y Asuna, los soldados estaban delante de ellos, vulnerables, pero no era momento.
-¡Davay, gulyay! –Gritó Eugeo para seguir el juego.
-Háblame en japonés, maldito ruso.
-¡Zatknis' i dvigaysya vpered!
-El plan está funcionando a la perfección. –Dijo Asuna, sabiendo que nadie le entendería.
-Es lo bueno de hablar otro idioma. –Comentó Kirito.
Al estar con el oficial, los disparos a donde estaba Sinon fueron cesados. Ella veía cómo es que Eugeo entregaba a Kirito y a Asuna.
-Maldito traidor... -Masculló ella.
-Ser, ya prishel, chtoby osvobodit' etikh dvukh zaklyuchennykh.
-Pozdravlyayu, soldat. teper' otdykhay. Muy bien, ¿Qué tenemos aquí?
-Habla japonés... -Asuna estaba asombrada.
-Lo básico, por lo que quiero respuestas cortas y ciertas. –El oficial sacó su pistola. –Como casi no se hablar su idioma, seré breve en mis explicaciones: o me dicen que planean o los mato ahora mismo, no recibieran nada del bono si es que su bando gana, sabrán que les conviene.
-Sabemos una cosa y solo una cosa. –aseguró Kirito.
-Dímela...
-¡Que hoy te mueres, maldito ruso! –Kirito y Asuna desenfundaron sus pistolas, disparando al oficial, Eugeo entonces disparo su Degtiariov, masacrando a varios soldados.
Sinon se quedó bastante impresionada, incluso ella había caído en el engaño. Disparó nuevamente para dar soporte a sus compañeros.
Cuando el campamento estuvo despejado, Kirito corrió rápidamente para ver los planes y estrategias de la defensa de la ciudad. Asuna y Eugeo hicieron varias señas a Sinon, indicando que podía salir de su escondite.
-Nada mal para ser unos novatos. –Suspiró ella, levantándose de donde estaba oculta, dirigiéndose rápidamente a donde estaban ellos.
Kirito se llevaba todo lo que podía, tomando capturas de los planes para idear una estrategia que pudiera llevarlos a la victoria segura.
Tenían tanques lanzallamas de reserva y varios fusiles antitanque, además de bastantes armas que podrían ser un dolor de cabeza absoluto.
Esperaban refuerzos al día siguiente, si la ofensiva triunfaba, avanzarían hacía Manchuria, retomándola tras saber que ya estaba libre de jugadores, todos se encontraban en Yakutsk.
-¡Date prisa, falta poco para la tregua! –Apuró Asuna.
-¡Tengo lo necesario, eso es todo lo que se!
-No pensé que mi acento ruso fuera tan bueno...al menos ya sé que puedo hacerme pasar por un ruso en Moscú.
Asuna miró a Eugeo con los ojos bien abiertos. -¡Eres un genio, ya sabemos que puedes hacer!
-Ok...ese plan suena bien.
-Combates terminados, la tregua total comienza ya...
Todos los jugadores fueron desconectados del evento al instante. Kirito sacó su celular de inmediato para ver las capturas que había hecho. Algunas estaban borrosas, en otras la luz no alumbraba bien o la nieve cubría los puntos importantes de los mapas.
Pero las que si se veían, era oro en su estado más puro, por lo que las compartió con sus amigos inmediatamente de que escogió las mejores.
Las estrategias serían hechas mañana en la escuela o antes de que se jugara el evento nuevamente.
Tras la entrada de la patrulla ocho en Yakutsk y con el adueñamiento de los planes de combate de los soviéticos, era hora de hacer una contra estrategia, algo que no solo contrarrestara la defensiva, sino también que pudiera crear las condiciones para una ofensiva.
Los cuatro chicos estaban sentados en la cafetería analizando el plano, Kirito lo tenía impreso y le dibujaban flechas, algunos muñequitos de palitos o tanques miniatura, tratando de simular las estrategias a seguir.
-Muy bien. Los soviéticos planean atacar desde el nordeste con una división de NPC y tres jugadores de rango alto, en el sur atacaran con un tanque lanzallamas y una división de cañones anti infantería. –Explicó Kirito.
-No pensé que Yakutsk fuera tan importante para ellos. –Dijo Eugeo.
-Claro que lo es, si tomamos esa ciudad significaría que los soviéticos se quedan reducidos a Moscú, que no será poca cosa defenderla de dos ejércitos. –Comentó Alice.
-Bueno, el ejército rojo derrotó a catorce ejércitos durante la revolución rusa, creo que nosotros no somos rivales tan aguerridos.
Todos se le quedaron viendo feo a Eugeo.
-Vaya apoyo nos das, Eugeo. –Se quejó Asuna.
-Solo dijo lo que es verdad. Además están haciendo este plan mal, los edificios de aquí, aquí y aquí seguramente tendrán ametralladoras montadas para impedirnos el paso, si lanzamos granadas nos las van a devolver, ¿Qué tal si usamos un lanza cohetes? Necesitamos fuerza explosiva. –Explicó Eugeo poniendo una "x" sobre los puntos que decía.
-O le decimos a Yuna que se encargue usando el IS-2 que capturamos de Manchuria. –Opinó Alice.
-Que así sea. Entonces ya está, patrulla ocho, ¡hasta la victoria siempre!
-¡Hasta la victoria siempre!
Y así es como regresaban a los campos de combate, en el mismo lugar donde se habían quedado.
-Muy bien, ¡tenemos que reagruparnos, vamos Sinon! –Exclamó Kirito, tomando algunos explosivos que tenían en las manos.
Yakutsk tenía grandes edificios con muchas ventanas, lo que les daba una ventaja táctica a los soviéticos, quienes ponían varias ametralladoras en ellas para resistir los ataques de los nipones.
El tanque IS-2 aterrizaba siendo movilizado por un avión. En cuanto estuvo en tierra, varios NPC se montaron sobre sus ruedas, pero Yuna era quien lo iba a manejar.
-Muy bien Alice, ya sabes cuál es el plan, tenemos que acabar con esos malditos. –Dijo Asuna por radio.
-Entendido, tengo los explosivos en la mira.
Alice iba a poner explosivos en los pilares de algunos de los edificios en donde se esperaba mayor resistencia de los soviéticos. El juego había cavado algunas trincheras para los combates en campo abierto, que eran algunas plazas o calles muy amplias.
Los soviéticos movilizaban a sus hombres, casi todos estaban armados con PPSh-41 porque el combate iba a ser cercano sin duda alguna. En cuanto a los japoneses, sus tipo 100 o algunas ametralladoras ligeras estaban en su poder.
Los cañones eran nuevamente llevados en varios caminos donde se esperaba encontrar la mayor cantidad de resistencia. Lo que la patrulla ocho no sabía, era que los soviéticos tenían un as bajo la manga, un as que hacía temblar de miedo a los mismos alemanes en la verdadera guerra.
Los miembros de la patrulla iban corriendo por algunas calles, encontrándose rápidamente con varios NPC soviéticos, que les disparaban con bastante estrategia a pesar de no ser jugadores.
-¡Yaponets vperedi!
-¡Ogon' po usmotreniyu!
-¡Disparen a esos NPC, tenemos que seguir avanzando! –Farfullaba Asuna al tiempo en que Eugeo lanzaba una granada en donde se protegían los soviéticos.
-¡En los sacos de arena, disparen ahí!
Al acabar el corto tiroteo, la patrulla ocho volvía a correr para dar con nuevos pelotones y divisiones, temiendo encontrarse con algo que los pusiera en verdaderos problemas.
Sinon estaba sobre el techo de uno de los enormes edificios en terreno japonés, buscaba algunos objetivos, pero la nieve le dificultaba bastante la visibilidad.
-Maldito clima.
El tanque IS-2 podía hacerse pasar por uno soviético, así que estaba quieto y apagado, con Yuna y otro jugador dentro, esperando que una patrulla pasara para sorprenderlos.
Nuevamente los tiroteos se reanudaban, dos pelotones se encontraban por accidente, teniendo una verdadera lucha.
A uno de los soviéticos se le había encasquillado el arma, sacando su bayoneta para ponerse a correr a atacar a uno de los jugadores japoneses, derribándolo para acuchillarlo en el suelo.
Los compañeros del japonés le dispararon al sovietico, tumbándolo al suelo, pero en su valor, sacó una pistola llevándose a otro, hasta que al fin fue masacrado por los tipo 100.
-Vaya que tienen coraje estos malditos. –Dijo uno.
Alice ya tenía colocados los explosivos en los puntos que estaban indicados en su mapa de papel, pero varios soviéticos que iban a dar fuego de ayuda la encontraron.
-¡Ogon' po usmotreniyu!
-¡Katis' bystro!
-Estos idiotas nunca aprenden, ¿verdad? –Alice desenfundo su ametralladora ligera, quitándole el seguro, disparando en un punto donde no era posible verla.
Su uniforme blanco nuevamente le ayudaba en su lucha contra los soviéticos, quienes le lanzaron una granada.
-Rayos... -Ella saltó para evitar la explosión que lanzaba tierra y nieve, dejándola aturdida.
-¿Chto ona budet zdes' delat'?
-Eto dolzhno byt' chast'yu plana yapontsev, ¡sdelat' yego plennikom!
-Diablos. –Entre varios soldados desarmaron a Alice y se la llevaron a un bunker, donde la amarraron a una silla.
Una ametralladora en una ventana estaba haciéndoles la vida imposible a Kirito y a Eugeo, quienes dirigían a varios NPC a uno de los edificios.
Además en la primera planta varios jugadores les disparaban o les lanzaban una granada que Eugeo devolvía rápidamente, estallándoles a ellos o en el aire.
-¡Necesitamos acabar con ese maldito!
-¡Las balas se le acabaran pronto, en cuanto eso suceda tenemos veinte segundos para movernos de posición!
-Maldita sea, ¡Oye tú! –Kirito apuntó a un NPC. -¡Te alistaste para morir así que corre para distraerlos, muchacho.
-¡Señor si señor!
-¡Disparen para cubrirlo, tiene que distraer a ese maldito!
Los demás miembros del pelotón dispararon a la primera planta de la casa, matando a algunos jugadores y NPC en el proceso.
-¡Corre, ya, ya, ya! –El NPC empezó a correr, siendo acribillado por la ametralladora. -¡Vamos, rápido!
Kirito y Eugeo salieron de las tablas de madera en donde estaban ocultándose, disparando a lo idiota acercando de pura suerte a varios NPC.
Al perder de rango la ametralladora, se lanzaron a combate cuerpo a cuerpo, siendo Kirito inmediatamente derribado por un soviético que lo golpeaba en la quijada con su rifle.
Eugeo, al ver que el jugador estaba por matar a Kirito con la bayoneta de su rifle, le disparó varias veces para matarlo, teniéndole la mano a su amigo.
-Mejor ya no pelees mano a mano con los soviéticos, no han dejado de humillarte.
-¡Cállate! Lo peor es que tienes razón.
Al tener el primer piso de la casa asegurada, quedaba revisar el segundo piso, los NPC subieron las escaleras, pero los jugadores lanzaron varias granadas, haciéndolos volar.
Uno de ellos se asomó para ver cuantos eran, llevándose varios tiros en el cuerpo y en la cabeza.
-Para que uno de ellos se asome a ver, entonces eran por lo menos unos diez ahí arriba. –Comentó Eugeo.
-¿Les decimos que se rindan? –Sugirió Kirito.
-¡My prevoskhodim ikh, sdayemsya i otpuskayem!
-¡Nikogda, snachala my berem pyaterykh iz vas, prezhde chem my sdayemsya!
-¿Qué dijo?
-Que no se van a rendir, ¿Qué sugieren ahora?
-Señor, podemos lanzar algunas granadas por las ventanas, si alguien se arrastra por las escaleras y hace lo mismo, los reducimos a la mitad y con eso podremos acabarlos.
-Buena idea, ¡ya oyeron al NPC promedio, lancen granadas por las ventanas! –Ordenó Kirito.
Eugeo fue el que se arrastró por las escaleras, lanzando las cuatro granadas que tenía a los dos pasillos para los que daba la escalera, escuchándose algunos gritos o pisadas.
En las ventanas no se corrió con la misma suerte, las granadas que lanzaron fueron devueltas en su mayoría, pero no hicieron daño a nadie del pelotón.
-Bien, solo queda usar la fuerza bruta. –Kirito puso la bayoneta en su arisaka, subiendo por las escaleras junto con varios NPC.
Tuvo, ahora sí, la suerte de que los jugadores se concentraran en los NPC y no en él, por lo que enterró la bayoneta en uno de los jugadores, disparándole con el arisaka, recargando el cerrojo.
No eran tantos como Eugeo había dicho, eran tres jugadores, uno de ellos se vio rodeado, detrás de una mesa.
-¡Me rindo, me rindo! –Dijo, con su acento ruso y apenas entendiéndose.
-¡No disparen, alto al fuego!
-¡Se rinde, no disparen!
-¡Eugeo, tenemos un prisionero, ven para acá!
-Ya sdayus', ¿ty vidish'? U menya ruki podnyaty
-Sí, ya, ya. Ahora voltéate, Vladimir Putin.
Eugeo subió de inmediato. -Ochen' khorosho, skazhi mne, chto ty znayesh', i skazhi mne seychas.
-Odno podrazdeleniye soobshchilo, chto oni zakhvatili devushku, nakhodilis' v glubokoy chasti goroda, ne khoteli nichego govorit'.
-¿Kak ona?
-Blondinka, ochen' krasivaya i s golubymi glazami. yego forma bela kak sneg.
-¡Puta madre, Kirito creo que tienen a Alice!
-Maldita sea...¿crees que quieran hacer un intercambio?
-Si es que no le sacamos más información, seguramente sabe bastante este chico, tienen una radio aquí.
-Úsenla, quiero iniciar una negociación.
Alice estaba amarrada en una silla, en un sótano, alumbrada por la luz de un foco. Una gota de agua le caía cada treinta segundos en la cabeza, seguramente era para que entrara en desesperación.
Un soldado entró nuevamente, haciendo mucho ruido por la puerta metálica en donde ella estaba encerrada.
-¿Ya piensas hablar?
-Nunca, nada de lo que me ofrezcan es mejor que la recompensa que tengo en puertas.
-Bien, entonces no te daremos más ese gusto. –El soldado desenfundó su pistola y le quitó el seguro, apuntando con ella a Alice.
El radio comenzó a sonar, siendo escuchada una conversación entre varias personas.
-¿Esta mierda está funcionando? –preguntó Kirito.
-Sí, está funcionando. –Respondió Eugeo.
-Kirito...Eugeo. –Pensó Alice.
-¿Qué carajos?
-Oye comunista, sé que estás ahí, queremos negociar algo, ¿estás ahí?
-Sukin syn, ¡¿Qué es lo que quieres, japonés?!
-Resulta ser que tenemos a uno de tus chicos en nuestras manos. Tengo entendido dos cosas: la primera es que éste muchacho sabe mucho, la segunda es que tienen a uno de mis soldados como prisionero, a una chica rubia, muy guapa, de ojos azules y con uniforme blanco como la nieve.
-Es verdad, le acabas de salvar la vida porque estaba por ejecutarla, ¡ahora habla!
-Hagamos un intercambio, el muchacho por ella.
-Chert poberi. Está bien, se hace el trato.
-Así me gusta...
Eugeo tenía puesto todavía el uniforme de los soviéticos, por lo que se utilizaría la misma técnica que antes: Eugeo se haría pasar por un soviético.
Sinon y Yuna estaban avanzando en la ciudad, disparando a todo lo que tuvieran en frente, en especial la que iba montada en el IS-2, derribando paredes con las enormes explosiones.
-¡Siga maniobrando así, señorita, estamos acabando con estos malditos! –Le dijo su artillero.
-Sin duda alguna, necesito otro blanco.
Un pelotón de soldados estaba corriendo para defender una de las plazas que daba a todos los puntos de la ciudad, era de extrema importancia para evitar la caída de la misma, por lo que Yuna les disparó dos veces, acabando con casi todos.
Los que quedaron fueron acribillados por la ametralladora. Ya estaban empezando los problemas: varios morteros eran disparados para evitar el avance de los japoneses.
Disparando una vez más, Yuna recargó el tanque, pero un OT-133 lanzallamas derrumbó un muro al pasar por él, apuntando su cañón directamente contra el IS-2.
-Ay no... ¡¡¡napalm!!! –El OT-133 disparó una ráfaga de llamas, explotando el IS-2 donde estaba Yuna, matándola de inmediato.
Ella reaparecía en ALO con una cara de inconformidad, estaba bastante enojada. A su alrededor estaba Klein, Ágil, Suguha, Liz y Silica.
-¡Demonios, me mataron! –Farfulló ella.
-Te acostumbras. –Le dijo Klein.
Asuna se percataba de la baja de Yuna en el indicador de la patrulla ocho, siendo puesta una calavera en donde estaba el nombre de Yuna.
-Maldición, la han reventado. –Se comunicó por radio con Sinon y Kirito. -¡Derribaron a Yuna, repito, derribaron a Yuna!
-Era de esperarse que sufriéramos bajas en esta batalla, pero todavía falta llegar a Moscú, ese será el verdadero safari. –Sinon disparaba tres veces para luego recargar su rifle.
Al prisionero lo dejaron ir de inmediato, Eugeo estaba desarmado y siendo dirigido por Kirito al punto de encuentro donde estaba el oficial. Nuevamente la pistola estaba en la espalda del muchacho para sacarla y disparar.
Eran tres personas las que escoltaban a Alice, quien hizo una cara de confusión al ver aquello, ¿Por qué entregarían a Eugeo si él era del bando japonés?
-Tovarishch, kak priyatno, chto ya eto vizhu, ya dumal, chto umru tam. –Dijo Eugeo, sacándole una sonrisa a Alice. Ya se había dado cuenta del plan.
-Tikhiy tovarishch, my skoro vytashchim yego iz etoy dyry. Muy bien, es hora de que me entrege a mi hombre, aquí tiene a la chica.
-Muchas gracias, caballero. Pero antes, su camarada tiene que decirle algo.
-¿Qué es?
-¡Que soy japonés, maldito imbécil! –Eugeo disparó la pistola y Kirito su arisaka, matando a los escoltas de Alice, quien había salido ilesa.
-No capté el plan hasta que Eugeo hablo ruso, ¿desde cuándo puedes hacerlo?
-Hum, digamos que aprendí hace dos días. –Eugeo junto las piernas como si fuera mujer, sonrojándose.
-Kirito, tengo buenas y malas noticias. –Dijo Sinon por radio.
-Te escuchó, habla.
-Digamos que tenemos a los soviéticos rodeados, es la única división que les queda, todos los jugadores están en el mismo sitio, incluso el tanque que asesinó a Yuna está en la posición.
-¡Genial! ¿Qué esperan para acabarlos?
-¡No seas animal, dije una buena noticia y una mala!
Del otro lado del radio, Kirito tenía los cabellos hacía el lado contrario de la bocina por el grito que Sinon había pegado.
-Ok...¿y cuál es la mala?
-Se atrincheraron en el edificio más grande, ya hicimos estallar los otros en donde Alice puso los explosivos, no tenemos más. Solo queda ir corriendo a darles una patada en los yaytsa a esos perros.
-¿Yaytsa? ¿Qué demonios quiere decir eso?
-Que te diga Eugeo.
El chico miró apenado hacía otro lado. –Quiere decir "huevos".
-Ahhh, huevos...no es tanto que les vamos a dar una patada ahí, les faltan yaytsa por no salir a encararnos.
-¡Ven aquí de inmediato y nos arreglaremos, ¿quedo claro?!
-Como el agua.
La patrulla ocho y los demás jugadores japoneses se reagruparon todos en el edificio de la alcaldía de Yakutsk, teniendo por lo menos unos siete pisos y 49 ventanas en todo el edificio, siendo ocupados por ametralladoras ligeras, francotiradores y soldados con rifles de mediana distancia, por lo que iba a ser toda una odisea lograr rendirlos.
Ya no tenían tanques y una sola pieza de artillería que estaba dañada por el fuego del tanque lanza llamas, siendo peor aún. No podrían ir a fuerza de correr, se les acabarían los NPC antes de poder avanzar diez metros.
Lo que sí, es que había algunas coberturas y agujeros de mortero. Tenían que tomar Yakutsk para marchar hacia Moscú, que ya era asediada por los alemanes e italianos. Una cosa era segura: la URSS sería la primera nación en caer rendida, con suerte le seguiría Francia al día siguiente.
Todo era cosa de suerte, pero ahora la patrulla ocho y sus acompañantes querían tomar la alcaldía para rendir Yakutsk.
Estaban ya en posición de ataque, esperando la orden de Sinon, quien comandaba la operación Grano de mostaza, siendo elegido por los dirigentes de los japoneses. Si fuera por ella, la operación se llamaría "Operación patearle el culo a los comunistas mugrosos", o abreviadamente: OPCC.
-Ataquemos. –Ordenó finalmente. -¡Lancen granadas de humo, quiero todo cubierto para el ataque!
Siendo así, Eugeo y otro granadero lanzaron tres granadas de humo cada uno. Por cada segundo que pasaba la cortina se hacía más espesa.
Alice se encontraba en el lado contrario del edificio, tenía granadas a la mano. Las usaría para destruir el tanque lanzallamas, que iba a ser un dolor de cabeza tratar de destruirla si era a punta de balazo.
-¡El humo es bueno, avancemos! –Farfulló Sinon, a lo que todos los jugadores y NPC lanzaron un grito de guerra, corriendo hacía las trincheras o a los agujeros de mortero.
-¡Strelyat' po svoyemu usmotreniyu, my mozhem sdelat' eto kontrnastupleniyem!
Asuna corría al lado de Kirito partiendo las balas con sus espadas, al final se dejaron caer sobre una trinchera.
-¡Lancen granadas en las ventanas! –Ordenó Asuna.
-¡Entendido! –Eugeo lanzó una granada que fue devuelta, explotando en el aire. -¡Mala idea, eso no va a servir!
El tanque lanza llamas estaba empezando a movilizarse, Alice subió rápidamente en él para abrir la compuerta de entrada, dejando caer una granada.
Cuando los heridos operarios salieron a ver qué pasaba, Alice los remató a tiros con un PPSh-41, ya no tenía balas de otra arma, para luego hacerse con el tanque.
-Ahora voy a ser yo quien los aplaste. –Haciendo el tanque unos metros para atrás, levantó el cañón para disparar un torrente de fuego en una de las ventanas, por lo que el artillero colocado ahí, se lanzó para tratar de apagarse.
El resultado fue que los japoneses lo balacearon. Estaban a medio camino de poder llegar al edificio, pero de igual forma ya no tenía humo y solo quedaba una bala del lastimado obús tipo 96, siendo disparada por Eugeo de forma táctica en una ventana que tenía un francotirador y al lado una ametralladora ligera.
-¡¿Qué haces ahora, comandante Sinon?! –Preguntó uno de los jugadores.
-¡Tengo una idea, posiblemente no funcione pero lo mejor es intentar, necesito un radio, un maldito radio!
El NPC del radio fue a gatas para ir junto con Sinon, quien tomó la bocina para ir con línea directa a los recursos del juego.
-¿Qué tienes en mente, Sinon? –Preguntó Asuna.
-Ya lo veras. –Sinon se mordía el labio, como si estuviera excitada por alguna extraña razón. -¡Shinji, llama a la caballería, necesitamos un ataque aéreo sobre la alcaldía!
Unos segundos pasaron, solo se escuchaban gritos, disparos y el tanque lanza llamas quemando algunas ventanas, además de explosiones de granada para tratar de frenarlo.
Más o menos a los treinta segundos fue que el ruido de un avión se escuchó, cada vez siendo más y más fuerte.
-¿Sinon, qué fue lo que hiciste? –Preguntó Kirito.
-Algo simple, ¡Demolición de edificios!
-¡O der'mo, bombardirovshchik, vse pokryto!
El avión pasó dejando caer en la alcaldía varios kilos de TNT, que mandaron todo al infierno, sin rastro alguno de vida. Alice, quien estaba a algunos metros del edificio, tuvo suerte en estar protegida por el blindaje del tanque, pero aun así salió herida y con la barra de HP bastante baja.
Eugeo, como su enamorado, fue corriendo a todo lo que daba para ir a ayudarla, ignorando de que pudieran dispararle.
-¡Ven para acá Eugeo, eso es muy peligroso! –Farfulló Kirito.
-¡Tengo que ayudar a Alice! –Contestó Eugeo, escalando los restos del tanque lanza llamas, abriendo a culatazos de su arma la escotilla del mismo.
Alice estaba inconsciente, sangrando de la cabeza pero viva. Eugeo la sacó como pudo del tanque, cargándola en sus brazos.
El letrero de "Victoria" apareció en las pantallas de los jugadores japoneses y la de "Derrota" en la de los rusos, quienes estaban bastante molestos.
Al ya estar con sus amigos, Eugeo dejó en el suelo a Alice, acariciando su cabeza para que ella se despertara con una sonrisa en sus labios.
-Ganamos, ¿verdad, Eugeo?
-Si...ganamos.
-Definitivamente adoro la demolición de edificios en este juego, simplemente es excitante. –Masculló Sinon en donde estaba sentada.
Kirito se le quedó viendo feo, cuando ella se percató de eso, simplemente le aventó una escombró en la cabeza, tirándolo al suelo.
La radio ahora comunicaba una señal que no era de los japoneses. No obstante, era de sus aliados.
-¿Me escuchan? ¿Pueden escucharme? –Dijo una voz con un fuerte acento alemán.
-Aquí comandante Sinon de la patrulla ocho, ¿con quién hablo?
-Con el Coronel Hans Landa del sexto ejército nazi destinado a Moscú. Acabo de ver que ganaron en Yakutsk, enviaremos varios aviones alemanes para que los recojan, les enviaremos las estrategias a seguir que el alto mando alemán tiene planeado.
-¿Hans Landa? ¿Qué eso no es de una película?
-¡Mir fiel kein anderer name ein, es tut mir leid, dass ich nicht perfekt war!
Del otro lado de la bocina, Sinon tenía el cabello desacomodado. Ahí era cuando entendía el dicho "si quieres hablar alemán, sólo grita".
-Ok...coronel Landa, me da igual que le haya dicho el alto mando alemán, el Tercer en GGO no tiene poder sobre mí, así que usaré sus estrategias como "consulta".
-Entiendo lo que dice, pero debe aprender a seguir órdenes, comandante Sinon. A menos que nuestras órdenes sean derogadas por el alto mando del Imperio Japonés, entonces podrá hacer lo que quiera.
-Ya vera que sí, esperamos sus aviones, Coronel Landa. –Dijo Sinon seductoramente, colgando al instante la comunicación. –Idiota, ni que necesitara de órdenes de ataque.
Los aviones arribaron en la plaza de la alcaldía de Yakutsk, llevándose a la patrulla ocho directo al nuevo lugar de batalla: Moscú.
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Bueno aquí ya hubo batallas a una mayor escala, espero les este gustando ya que la verdad es complicado para mi escribir esta vaina.
Siempre tuyo:
-Arturo Reyes.
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