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Capítulo 8: La diferencia entre el mundo virtual y el mundo real

—¿A... Accel-kun? —preguntó Yuuki confundida y preocupada por la actitud del Undine frente a ella.

—¡Respóndeme, Yuuki! ¡Respóndeme! —insistió el peliazul. En cambio, Yuuki cada vez se mostraba más preocupada y asustada, por lo que Mei se acercó a ellos, separándolos mientras agarraba el brazo derecho de Yuuki, apartándola de Accel.

—¡¿Qué demonios te pasa, Accel?! —preguntó Mei seria y molesta.

—Yo... Yo solo... —iba a terminar de decir el Undine, cuando decidió dejar de mirar hacia Mei y volteó a ver a Yuuki, preocupándose al notar que la chica Imp parecía un poco asustada por la actitud que tomó Accel. Por primera vez, creía el peliazul, había visto el rostro asustado de Yuuki, y fue por su culpa, lo que lo hizo sentirse miserable en ese momento— Yo... Lo siento, Yuuki... Solo...

—No... No importa... Todo está bien... —dijo la chica Imp, ocultándose tímidamente un poco detrás de Mei.

Accel aún no muy convencido de que Yuuki estuviera todavía asustada o no por él, decidió relajarse un poco, pero no era suficiente. Se sentía un monstruo horrible por haber mostrado una actitud tan paranoica al punto de asustar a su amada Yuuki.

—¡Oh! ¡Es la “Green Forest”, la “Green Forest”! —exclamó Kei muy contento llamando la atención de todos que al voltear a verlo, observaron que este estaba revisando su recompensa en el “Sistema de Comando”— ¡Mira, Rei-nii! ¡Es la “Green Forest” que tanto querías! —y el Salamander sacó la “Piedra Evolucionadora” de su “Sistema de Comando”, acercándosela a Rei que estaba un poco sorprendido mientras Kei le entregaba la piedra.

—Así que esta es la “Green Forest”... —dijo el chico Sylph, luego decidiendo fusionar la piedra con su espada.

La espada verde de Rei, ahora pasó a tener un tono verde más brillante y llamativo, así como con detalles dorados a los costados y en otras partes de la hoja, parecidos a los de la espada “Red Lizard” de Kei. Todos se sorprendieron y alegraron por Rei, que miraba sorprendido y conmovido a su espada. El Salamander al ver tan sonriente y feliz a su hermano Sylph, sonrió muy contento por él.

—¡Gracias, Kei! —le agradeció Rei muy feliz.

El Salamander se conmovió al ver la alegría de su hermano:

—¡No hay de qué!

Todos observando con una sonrisa esta hermosa escena entre hermanos, todos excepto Accel y los “Lucky Star”.

—¡Oh! ¿Accel-kun? —preguntó Karl confundido mirando hacia la espada del Undine, quien volteó a ver desconcertado a su amigo Spriggan, mientras llamaba la atención de los demás que miraron también hacia la hoja del chico Undine— Tu espada... —dijo señalando con su dedo índice derecho hacia la hoja de Accel, por lo que este aún confundido levantó un poco su mano derecha donde llevaba su “Espada de Nivel 1”, y se sorprendió al ver que era un tanto diferente.

—¿Huh? ¿Por qué mi espada...?... —el peliazul se preguntaba confundido.

Jane se acercó a Accel y con su mano izquierda levantó la mano derecha del chico Undine junto con la espada de este y realizó la “Ventana Stacia” con su mano derecha, sorprendiéndose al ver el nombre de la hoja.

—¡Oh! Aquí dice... “Blue Skull”... —mencionó Jane un poco sorprendida, a la vez que sorprendiendo grandemente a los demás.

—¡¿“Blue Skull”?! ¡¿Es en serio?! —inquirió Kei sorprendido, acercándose a Accel para observar la espada de este— ¡Whoa! ¡Es verdad! Tal vez así es mejor. Así Mei-nee no tiene que ser la dueña de una espada que no quiere y aún así los “Sleeping Knights” seremos los portadores del “Trío de Espadas Doradas” —dijo con una sonrisa, y luego se volteó aún sonriente para dirigirse a su hermano Sylph—: ¡¿Viste, Rei-nii?! ¡Accel-kun y tú consiguieron sus espadas el mismo día!

—S... Sí... —musitó Rei que aún estaba igual de sorprendido que el mismo Accel, quien no paraba de mirar su propia espada.

—La “Blue Skull”... Así que ya no es una espada de Nivel 1... —mencionó el Undine aún mirando su hoja.

—No —negó Jane mirando con una sonrisa a Accel, que volteó a verla confundido—. Aún sigue siendo la misma espada. Tan solo ha madurado, así como el espadachín que la usa —le dijo mostrándole una tierna sonrisa a Accel, que se sorprendió, pero le acabó sonriendo.

—Sí. Tienes razón —asintió el Undine sonriéndole a su amiga.

—Va... —comenzó diciendo Yuuki, aún un poco nerviosa tratando de continuar, ocultándose detrás de Mei y estando las dos todavía cogidas de las manos, llamando la atención de todos que voltearon a ver a la chica Imp que su voz era muy baja y nerviosa— Vamos... Haru-kun seguro quiere ver su nombre y el de su gremio en el “Monumento a los Espadachines de SALO”... ¿Va... Vamos? —preguntó la pelimorada, sorprendiendo a todos, pero luego asintieron con la cabeza.

Mientras, Accel y Mei no podían dejar de mirar hacia Yuuki, que no miraba a ninguno de los dos, solo al suelo, aún escondida detrás de Mei, esta última que agarraba un poco más fuerte la mano de Yuuki, preocupada por ella.

[...]

Los “Sleeping Knights” y los “Lucky Star” caminaban hacia la gran lápida con los nombres de los que han derrotado a los jefes de los pisos.

Haru que aún estaba un poco con su mirada perdida, caminaba al lado de su compañera Natsumi que lo cogía tiernamente de la mano y lo miraba con una sonrisa tratando de animarlo. Yuuki que también parecía ligeramente con la mirada perdida, seguía cogida de la mano de Mei, quien se encontraba muy preocupada por la chica Imp.

Accel lo único que podía hacer era mirar preocupado hacia Yuuki, un poco detrás de ella, maldiciéndose a sí mismo. Jane había notado la expresión de su amigo Undine, y tal parecía reflexionar acerca de cómo solucionar eso.

—¡Ahí están! ¡Los nombres de los “Sleeping Knights” y de los “Lucky Star”! —exclamó Kei muy entusiasmado, siendo el primero en llegar a la lápida monumental.

—¡Sí! —dijo Karl igual de entusiasta.

—¡Vamos a tirarnos una foto! ¡Yo preparo la cámara! ¡Prepárense! —dijo Kei.

El Salamander se alejó de la lápida y se colocó un poco más lejos de frente mientras sacaba su cámara y la programaba para la foto. Mientras Kei estaba ocupado en esto, Haru se encontraba mirando de forma perdida hacia sus nombres debajo del Piso 10. Haru tenía una mirada distante y no parecía alegre, aunque Natsumi le sonreía tratando de darle un poco de ánimo.

—¿No estás contento, Haru-kun? —preguntó Natsumi. Haru al escucharla volteó a verla, aunque todavía con la mirada perdida— Estoy segura de que Haruhi sí estará contenta, y muy orgullosa, sobre todo por ti, Haru-kun.

—S... Sí... Supongo que sí. Supongo que tienes razón —dijo Haru tratando de animarse un poco. Natsumi entonces soltó la mano izquierda de Haru y se colocó de frente a la cámara, virando a su compañero y líder de gremio también de frente hacia la cámara, cogiéndolo de la mano derecha.

—Vamos, sonríe —le dijo Natsumi sonriéndole de una forma tierna a Haru.

—Sí —Haru le sonrió ligeramente a Natsumi, decidiendo los dos mirar con una sonrisa hacia la cámara. Kei presionó la “Screenshot Camera Crystal” en forma de rombo y salió corriendo hacia sus compañeros que ya estaban preparados.

En lo que la cámara tardaba en lanzar el flash, Accel que estaba a la derecha de Kei y a la izquierda de Jane, miraba preocupado hacia Yuuki que era la última a la derecha, al lado de Mei, de la cual seguía cogida de la mano. Karl estaba a la izquierda de Mei y a la derecha de Jane.

Todos para la foto, sonreían cada uno a su forma dependiendo de su estado de ánimo, todos excepto Accel que ni siquiera sonreía y solo miraba serio hacia el suelo.

Después de la fotografía, todos salieron del “Monumento a los Espadachines”.

—Yuuki-chan —dijo Natsumi llamando la atención de la chica Imp que se sorprendió ligeramente al ser nombrada.

—¿Huh? —preguntó la pelimorada confundida.

—¿Podemos intercambiar la información de nuestros personajes? A Haru, a mí y a nuestro gremio nos gustaría seguir en contacto contigo y tus amigos —dijo Natsumi.

Yuuki le mostró una reluciente sonrisa al escucharla:

—¡Ah! ¡Claro! ¡Menos mal que lo dijiste tú! ¡De no habernos mantenido en contacto me hubiera sentido muy mal!

—Toma, esta es la información de mi personaje. Con esto bastará, ¿no? —preguntó Natsumi dándole la información de su personaje a Yuuki a través de su “Sistema de Comando”.

—¡Sí! Y esta es la mía —dijo la chica Imp enviándole esta vez su información de personaje a través de su “Sistema de Comando”.

Una vez que Yuuki y Natsumi habían intercambiado la información de sus personajes, los “Sleeping Knights” y los “Lucky Star” decidieron coger caminos diferentes despidiéndose amigablemente. Yuuki y Mei caminaban delante, aún cogidas de las manos, y Accel miraba preocupado hacia la chica Imp por si su buena relación con ella iba a cambiar a partir de lo que había sucedido.

—¡Mei-chan! ¡Ven a mi casa, ¿sí?! —preguntó Yuuki mirando muy entusiasmada a su amiga Undine que le sonrió.

—Sí. Claro —dijo la peliazul.

—¡Entonces vamos! —exclamó entusiasmada Yuuki adelantando el paso, y por tanto Mei también adelantó su ritmo al todavía estar cogida de la mano de la chica Imp. Los demás se detuvieron sorprendidos al ver correr a Yuuki y a Mei, alejándose de ellos.

—Bueno... Nosotros nos vamos. Nos vemos mañana, ¿vale? —dijo Kei.

—Mañana nos veremos en mi casa y luego iremos a la casa de Yuuki, ¿verdad? —inquirió Jane, y el Salamander con una sonrisa le asintió con la cabeza.

—Sí. Eso fue lo que acordamos.

—Entonces nos vemos —dijo la Cait Sith con una sonrisa. Kei volvió a sonreírle y se desconectó junto a su hermano Rei, dejando solos a Karl, a Jane y a Accel.

La Cait Sith volteó a ver seria a este último que no miraba a nadie, solo hacia el suelo, un poco desanimado, decidiendo retirarse hacia su casa.

—Me voy —dijo el Undine, tan desanimado que hasta el despistado de Karl pudo notarlo, preocupado por su amigo.

—Jane... ¿No deberíamos ir con él?

—Era lo que pensaba al principio, pero... Creo que es mejor dejarlo solo.

[...]

Accel llegó a la habitación de su casa y se acostó de espaldas a su cama, recordando lo que sucedió.

—Yuuki... ¿Por qué estás aquí? —le había preguntado el Undine a la chica Imp, en su recuerdo, confundido mientras Yuuki mostraba una ligera sonrisa y decidía abrazar fuertemente a Accel. Él se sorprendió sonrojándose en lo que ella cerraba cómodamente sus ojos y abrazaba más tiernamente al Undine— ¿Yu... Yuuki?

—Tan solo abrázame —dijo Yuuki, sorprendiendo y sonrojando aún más a Accel. El Undine tímidamente acabó sonriendo, y cerrando sus ojos decidió abrazarla tiernamente—. Solo quiero... que estemos un poco más abrazados... —le decía entre sollozos a Accel, este último que le continuaba sonriendo tiernamente.

En algún momento Yuuki comenzó a llorar muy conmovida, pero no le impidió a la chica Imp abrazar un poco más fuerte al muchacho Undine, este último que se sorprendió abriendo sus ojos al notar algo.

Por un momento... Ese abrazo se sintió... Como lo más real que pude haber experimentado... En todos los sentidos... —pensó Accel tras recibir por sorpresa un tierno y fuerte abrazo de Yuuki que no lo apartaba de sus brazos, colocándose contra el pecho de Accel mientras aún cerraba los ojos cómodamente y con una tierna sonrisa.

Accel estaba aún aturdido. Seriamente impresionado, decidió abrazar más contra él a Yuuki, quien abrió los ojos confundida.

El Undine pareció comprobar lo que estaba pensando, así que colocó sus manos en los hombros de ella, apartándola de él solo un poco para preguntarle algo:

—Yuuki, exactamente... ¿quién eres tú? —preguntó mostrándole un rostro serio.

Yuuki se sorprendió y preocupó grandemente al escuchar a Accel.

—¿A... Accel-kun? —preguntó Yuuki confundida y preocupada por la actitud del Undine frente a ella.

—¡Respóndeme, Yuuki! ¡Respóndeme! —insistió el peliazul. En cambio, Yuuki cada vez se mostraba más preocupada y asustada.

Accel en este punto volvió de su recuerdo, cerrando los ojos con irritación al recordar su penosa actuación paranoica y nuevamente vislumbrando el rostro atemorizado que tenía la chica Imp a la que tanto ama.

Ahhh... Soy un imbécil... ¿Cómo se me ocurre actuar de esa forma?... Yo... Asusté a Yuuki... Eso... no puedo perdonármelo, realmente soy lo peor... Pero es que... Eso que sentí... Tal vez solo sean cosas mías, y sé que exageré un poco con mi comportamiento, pero lo que sentí... No sé explicarlo, pero... Lo que sí es real es que ese abrazo... ha sido lo más real que he sentido en toda mi vida... ha sido la experiencia más cálida que he tenido... El hecho de que fuera con Yuuki... Me hace convencerme cada vez más de que ella es lo mejor que me ha pasado en la vida... De hecho... Ella le ha dado el sentido que mi vida nunca tuvo... Y me ha dado las ganas de seguir viviendo solo por ella... ¿Qué fue eso que sentí?... Tan cálido... Tan abrumadoramente cálido... Fue en un mundo virtual, pero... ¿por qué se sintió más cálido y real que en el propio mundo real?... Ahhh... No sé... No entiendo... Solo sé que... La amo... Realmente la amo... Te amo, Yuuki... —pensó Accel acostado de espaldas en su cama y sonriendo afligida pero al mismo tiempo enamoradamente mientras cerraba los ojos.

[...]

—Ichigo... Ichigo... ¡Ichigo! ¡Ichigo! —resonaba la voz de una mujer cerca del oído del castaño pelinaranja, quien estaba sin su AmuSphere, dormido en el mundo real.

Ichigo poco a poco comenzó a abrir los ojos a la vez que se despertaba. La imagen borrosa de la mujer se iba haciendo más visible para él. Era su mamá que lo estaba tratando de despertar mientras lo agitaba solo un poco y delicadamente.

—Ichigo, despierta —dijo Sashima. El pelinaranja abrió más los ojos, despertándose por completo y sentándose en su cama mientras miraba a su madre.

—¡Mamá! ¿Qué pasó?

—Te quedaste dormido jugando SALO. Me di cuenta a las 5:00 PM, creí que llevabas mucho tiempo conectado desde lo temprano que te conectaste hoy. Decidí desconectarte preocupada por ti, pero no solo tu avatar, tú también estabas dormido. Son las 7:00 PM, no quería despertarte, pero debes comer, ¿no tienes hambre? —le preguntó Sashima dirigiéndole una tierna y cordial sonrisa a Ichigo.

—Vaya... ¿Ya es tan tarde?... Mmm... Sí. La verdad es que tengo un poco de hambre. Muchas gracias, mamá.

Sashima se preocupó un poco:

—¿Hice mal en desconectarte? ¿Pasó algo malo por eso?

—No, para nada. Es como tú dices, estaba dormido dentro del juego. Mientras sea para comer o cuando no haya hecho las tareas puedes desconectarme y despertarme siempre. De pasarme algo importante dentro del juego te enviaré un mensaje para avisarte que no me desconectes, así que no te preocupes.

Sashima le sonrió tiernamente:

—Bueno, entonces baja para que comas. Te dejé la comida preparada en el comedor —le dijo ella, dándole un tierno beso en la frente a su hijo.

[...]

Mientras tanto, Mei y Yuuki seguían en casa de la joven Imp, quien estaba acostada en su cama, con su cabeza recostada en el regazo de la Undine que sentada en la cama, acariciaba tierna y cariñosamente el pelo de Yuuki, quien se encontraba dormida como un angelito. Mei sonreía tiernamente al ver a la chica Imp, quien comenzaba a lentamente abrir sus ojos, para notar que la muchacha Undine seguía con ella. Mei sonrió un poco más al ver que Yuuki se despertó.

—¿Ya te despertaste?

Yuuki aún un poco dormida se frotó delicadamente los ojos:

—¿Me quedé dormida? —inquirió dejándose de frotar los ojos un poco más despierta. Mei le asintió con la cabeza.

—Sí. Fue llegar aquí y me dijiste que te acariciara un poco la cabeza, pero al instante te quedaste dormida. No te quería despertar, te veías muy linda y cómoda.

Me le dedicó una tierna sonrisa, y Yuuki más despierta, le devolvió la sonrisa:

—Sí... Supongo que estaba cansada... Gracias por quedarte a mi lado, Mei-chan.

—No seas tonta, claro que me iba a quedar a tu lado —le sonrió la Undine.

—¿Puedo hablar contigo acerca de algo? —preguntó un poco menos sonriente.

—Si no lo decías tú lo iba a decir yo. También quería hablar contigo. Es acerca de Accel-kun, ¿verdad? —inquirió Mei, y Yuuki le asintió con la cabeza.

—Hmm —la chica Imp afirmó con poco entusiasmo—. ¿Crees... que Accel-kun se haya dado cuenta?

—No lo creo, pero... Lo que sí creo es que es muy probable que comience a sospechar. Puede que sus sospechas aumenten o ya hayan estado aumentando. ¿Tienes miedo? —preguntó Mei. Yuuki se encogió de hombros, como una niña pequeña.

—Sí... Tengo miedo de que Accel-kun descubra mi situación... y se aparte de mí... —al oír esto, Mei se entristeció un poco por Yuuki, mientras volvía a acariciarle delicadamente el pelo y la escuchaba atentamente— Tras conocer a Accel-kun me di cuenta de una cosa... Nunca tuve miedo de presentarme delante de Asuna a pesar de saber que ella cree que estoy muerta... Pero ahora estoy comenzando a tener miedo... no tanto por Asuna, sino por Accel... El conocer a Accel me hizo entender que tal vez al saber mi situación la gente se aparta de mí por miedo o discriminación... El conocer a Accel me hizo entender eso porque tengo miedo de que Accel huya de mí... No quiero perderlo... Y me gustaría contarle todo para salir de dudas, pero... el miedo de saber que existe la posibilidad de que se aleje de mí... es lo que me impide contárselo. Yo...

Yuuki hizo una ligera pausa cuando su voz era cada vez más débil, casi a punto de comenzar a llorar:

—Quiero tanto a Accel... Lo quiero tanto... Que no soportaría perderlo... —dijo la chica Imp mientras comenzaba a dejar caer sus lágrimas por sus mejillas. Mei secaba delicada y tiernamente sus lágrimas antes de que estas desaparecieran como partículas de luz al caer de las mejillas de Yuuki— Pensé que nunca iba a querer a alguien así como quise y aún quiero a mi hermana Aiko, pero... Conocí a Asuna-chan, a quien quiero tanto como quiero a mi hermana Aiko... Y luego conocí a Accel-kun... a quien por alguna razón quiero casi tanto como quiero a mi hermana Aiko o a Asuna-chan... Y este amor cada vez es más grande, no lo entiendo, pero... Es el hecho de querer tanto así a Accel-kun, lo que hizo que reflexionara acerca de que no todos reaccionarán tan bien como tú, Mei-chan, al enterarse de mi situación... Hay quien no aceptará mi situación y que se aleje de mí por miedo o discriminación... Y no quiero aceptar la idea de que las personas a las que más amo se alejen de mí... No quiero...

Un silencio se produjo en la habitación mientras Yuuki parecía calmarse tras un tiempo de haber estado llorando, y Mei se disponía a hablar con ella tras terminar de secar sus lágrimas.

—Si yo te acepté tan rápido a pesar de lo poco que te conocía cuando me enteré de tu situación... ¿Por qué ellos, que seguro te quieren incluso más que yo, no te van a aceptar? Sobre todo... Sobre todo Asuna-san —dijo Mei, aunque ese nombre pareció dudar un poco antes de mencionarlo, pero Yuuki no pareció advertirlo—, ella... Asuna-san te conoce desde hace más tiempo que yo, ¿no?

—¿Tú crees que Accel-kun me quiera más que lo que tú me quieres a mí, Mei-chan? —preguntó Yuuki, y la Undine le sonrió tiernamente.

—Sí que es difícil que alguien te quiera más que yo, ¡súper difícil! —exclamó orgullosa y un poco bromista Mei— Porque yo te quiero así como lo que más puede llegar a querer una madre a su hijo, pero... Estoy segura de que Accel-kun te quiere incluso más que yo... Porque eso es algo que precisamente una madre es capaz de darse cuenta, ¿no?... —preguntó la Undine, sorprendiendo a Yuuki que se sonrojó mirando a los ojos a Mei, quien le seguía sonriendo.

La chica Imp se levantó de su cama y saltó abrazando a Mei, colocando la espalda de esta contra la cama, y estando Yuuki muy feliz, sonrojada y alegre encima de la Undine que estaba sorprendida.

—¡Te quiero, Mei! ¡Te quiero! ¡Te quiero! ¡Te quiero!

Mei aunque sorprendida, acabó sonriendo y acarició la parte de atrás del pelo de la chica Imp Yuuki.

—Yo también, Yuuki, yo también. Y también quiero verte feliz, por lo que te recomiendo que mañana cuando veas a Accel-kun, actúes delante de él como siempre lo has hecho, con la mayor naturalidad del mundo. No cortes tu buena relación con él, no importa si no te sientes preparada para contarle acerca de tu situación, ¿sí?

Yuuki muy feliz y entusiasmada cerró los ojos, asintiendo con la cabeza:

—¡Sí!

[...]

Al otro día, martes 9 de mayo del año 2056, Ichigo se levantó relativamente temprano y llegó a la escuela unos minutos antes de que comenzaran las clases.

Al llegar al aula, y verla casi vacía, por un momento pensó que era el único, pero se sorprendió al ver que había alguien más, Noromi, quien sentada en su puesto estaba leyendo una revista mientras escuchaba música con sus audífonos. La chica pareció advertir que alguien había llegado y volteó a ver observando que se trataba de Ichigo, quien aunque sorprendido al principio, se puso instintivamente serio y molesto, decidiendo ignorarla, y sin saludarla o dirigirle unas palabras, decidió sentarse en su puesto que estaba un poco alejado del de ella.

Cada vez que la veo me siento incómodo... Debe ser por esa patada que me metió aquel día... Ni siquiera se puede decir que nos conocemos, está en mi misma aula desde el año pasado y la vine a notar este año... Pero no es fácil que el primer recuerdo importante que tenga de una compañera de aula sea una patada... —pensó Ichigo mientras se llevaba la palma de su mano a la mejilla que recibió la patada de Noromi— Es como si aún sintiera ese dolor... Si no es jugadora de VRMMO, tiene que ser luchadora profesional, no hay de otra...

—¡Buenas! —dijo Taisha apareciendo junto a Ryoichi, los dos que se sorprendieron al ver solos a Ichigo y a Noromi.

—Buenas —saludó Noromi, llamando la atención de Taisha.

—Ah... Sí... —dijo Taisha sonriendo nerviosamente y acercándose a la mesa de Ichigo junto a Ryoichi— ¿Se puede saber qué haces tú solo en un mismo espacio con Noromi-chan? —preguntó la pelirroja mirando muy molesta a Ichigo, aunque en una voz lo suficientemente baja para que solo la escucharan Ryoichi y el pelinaranja.

—Sí, claro —dijo incrédulamente Ichigo de forma un tanto sarcástica—. Ahora va a resultar que tengo la culpa de llegar un poco más temprano que de costumbre y que diera la casualidad de que Noromi ya estaba en el aula cuando llegué.

—... No es por nada... Entiendo que quisiste sonar sarcástico, pero si lo dices de esa forma solo me hace verte como más culpable —dijo Taisha no muy convencida del todo. Ichigo en cambio abrió la boca completamente incrédulo.

—¿Hah...?

—Está bien. Por ahora confiaré en ti —dijo su amiga pelirroja más calmada cruzando los brazos, aunque Ichigo continuaba incrédulo.

—¿Y tú ahora quién eres? ¿Mi madre?

—Algo así —respondió Taisha muy seria como si nada, lo que no se creía Ichigo.

Después de clases, el pelinaranja se encontraba caminando sin mucha prisa hacia su casa. Al llegar, subió las escaleras hacia su habitación, terminó las tareas y volteó a ver su AmuSphere, un poco confundido acerca de lo que iba o debería hacer.

Ichigo finalmente suspiró y decidió acostarse de espaldas a su cama:

—¡Link Start! —dijo el comando, sumergiéndose dentro de SALO.

Accel se despertó acostado en su cama dentro del juego, pero rápidamente volteó a ver a sus lados, preocupado por si había alguien.

Suspiró aliviado al comprobar que no había nadie:

—Uf, menos mal. Parece que esa chica no está por aquí —expresó levantándose de su cama y mirando el reloj digital que tenía sobre la mesita al lado de su cama—. Aún falta un poco hasta la hora a la que decidimos reunirnos... ¿Qué debería hacer?

Accel decidió salir de su casa y pasear un poco por la “Ciudad de Inicio”.

El Undine sonreía al ver lo felices que eran los jugadores a su alrededor, pero de repente detuvo su paso un poco deprimido bajando la cabeza:

¿Yuuki seguirá molesta conmigo? —se preguntaba Accel en su pensamiento, cuando alguien de repente lo abrazó de la nada por la espalda, poniéndolo un poco nervioso cuando escuchó que esa persona le decía algo muy cerca al oído que hizo que Accel instintivamente se sonrojara tímidamente, nervioso pero asustado.

—Ac-cel-kun... —dijo la persona, que resultó ser Asuna dividiendo en sílabas el nombre del Undine, de una forma tierna pero que se podía malinterpretar como provocativamente sensual. Accel aún sonrojado no pudo evitar aumentar su expresión de susto y volteó su cabeza para ver que se trataba de Asuna, intentando apartarse un poco de ella aunque inútilmente.

—¡¿Se puede saber qué estás haciendo, Yuuki?!

Asuna le sonrió mientras no dejaba de abrazarlo y atraerlo más a ella, aún Accel de espaldas a Asuna.

—Solo quería abrazarte, ¿no puedo? —inquirió Asuna mientras Accel no daba crédito a sus oídos. Entonces el muchacho observó que los jugadores a su alrededor comenzaban a comentar acerca de lo que veían sobre Asuna y Accel.

—Qué tiernos. Hacen una linda pareja —comentaba una jugadora.

—Sí. Tienes razón. Se ven muy lindos juntos —comentaba un jugador.

—Se nota que se quieren mucho —comentó otra jugadora, lo que ponía cada vez más nervioso y preocupaba grandemente a Accel.

—¡Ya, Yuuki! ¡Los jugadores a nuestro alrededor lo están malinterpretando todo! —le gritó el Undine, tratando de separar los brazos que Asuna tenía delante de él y le impedía a Accel alejarse de ella, quien no cedía en seguir abrazándolo.

—¿Malinterpretando qué? —preguntó Asuna mostrándose realmente confundida al respecto. Mientras ella hablaba y Accel forcejeaba, accidentalmente Asuna terminó mordiéndole delicadamente la oreja izquierda al Undine, lo que provocó que este se ruborizara por completo, avergonzado mientras ejercía más fuerza y por fin consiguió apartar los brazos de Asuna de cerca de él— Oh, lo siento por eso —se disculpó ella mientras Accel se alejaba de Asuna.

—¡No hagas eso! ¡¿Por qué lo hiciste?! ¡¿Qué razón puedes tener para que hagas eso?! —preguntó el Undine aún ruborizado pero mirando preocupado hacia Asuna.

—Fue un accidente porque yo estaba hablando y tú continuabas moviéndote, ya me disculpé. Pero no creo que sea la gran cosa... ¿Te molestó? —preguntó confundida.

—¡Pero por supuesto que sí! ¡Tú y yo apenas somos conocidos! ¡Y además, ¿qué es eso de morderle la oreja a alguien?! ¡Y...! —Accel hizo tímidamente una pausa mientras volteaba la mirada un poco avergonzado, lo que llamó la atención de Asuna que se confundió un poco más.

—¿Y?

—... Tengo muchas cosquillas en las orejas... —admitió Accel, sorprendiendo a Asuna que no se lo esperaba— Tanto en la vida real como en el mundo virtual... tengo las orejas con una sensibilidad especial... —comentó, sonrojado y avergonzado.

Asuna muda por unos segundos, luego soltó una pequeña risa mientras se tapaba la boca para no reír más fuerte.

—¡No te rías! ¡No te burles! ¡No tiene nada de gracioso! —le gritó Accel.

Asuna aún sonriendo pero tiernamente, apartó su mano de su boca:

—No me estoy burlando, es solo que... —ella hizo una pausa que llamó la atención del chico Undine—... Cada vez me pareces más y más tierno... —dijo Asuna, con una sonrisa tan tierna que terminó haciendo sonrojar a Accel— Disculpa, intentaré no volver a morderte en la oreja.

Pero ese último comentario de Asuna provocó que el sonrojo de Accel desapareciera por completo, y ahora el Undine pasó a tener una expresión de real seriedad y preocupación en su rostro:

¿“Intentaré”? ¿Significa que posiblemente lo seguirá haciendo? ¿“En la oreja”? ¿Significa que tal vez me muerda en otro sitio? Esta chica... ¿Cómo consigue que por un momento me parezca tierna y linda, y después en un abrir y cerrar de ojos hace que me arrepienta de haber pensado que se veía tierna y linda?...

—¿Y bien? ¿Qué era lo que se podía malinterpretar? —preguntó Asuna.

—... —Accel al principio aún incrédulo se quedó en silencio tratando de entender si ella lo había preguntado en serio o era una de sus bromas— ¿Acaso no escuchas a los jugadores a nuestro alrededor? Creen que somos novios.

—Pero nosotros sabemos la verdad. No somos novios, y punto. ¿Qué importa lo que los demás opinen o digan? No se llega a ningún sitio escuchando la opinión tan cambiante y diferente de las personas —tras escucharla, Accel no pudo evitar sorprenderse un poco más, volviendo a sonrojarse.

Ahí está de nuevo. Me vuelve a parecer linda y tierna, lo que significa que empieza la cuenta atrás para que esa imagen que ahora tengo de ella de linda y tierna, desaparezca —pensó Accel mirando sonrojado a Asuna.

—¿En serio te importa lo que digan los demás? Pensé que eras diferente, Accel-kun. Pensé que no te importaba lo que los demás digan.

—¡Claro que no me importa lo que digan los demás! ¡No me compares con esas personas a las que les importa lo que los demás digan!

—Lo sé, Accel-kun, lo sé —sonrió Asuna un poco divertida, sorprendiendo ligeramente al Undine—. Solo estaba bromeando. Sé perfectamente que eres un buen chico... —entonces Asuna decidió comenzar a acercarse lentamente a Accel—... Un chico especial... un chico único... —Asuna abrazó tiernamente a su nieto, quien se sorprendió mientras ella cerraba cómodamente los ojos.

—Yu... Yuuki... —dijo él un poco nervioso.

—¿Sí? —preguntó ella aún abrazándolo tiernamente con los ojos cerrados.

—Precisamente si no somos novios, deberías dejar de abrazarme de esta forma o de cualquier otra. Deberías dejar de acercarte a mí así de la nada, de una forma que se pueda malinterpretar como que somos novios —comentó Accel fríamente.

Asuna pareció sorprenderse por el cambio brusco en la personalidad de su nieto, y apartó un poco su cabeza del pecho de Accel para mirar a este, fija pero tiernamente con una sonrisa.

—¿Q... Qué pasa? —inquirió Accel de nuevo un poco nervioso y sonrojado.

—¿Sabes que eres exageradamente lindo?

Accel se sorprendió sonrojándose un poco más:

Increíble... Todavía... Incluso ahora todavía me sigue pareciendo linda y tierna... Ha roto su propio récord... —pensó Accel mirando sonrojado a Asuna.

—Te prometo que intentaré no acercarme a ti de una forma que se pueda llegar a malinterpretar como que somos novios. Es solo que... Cada vez que estoy contigo... Me pareces más y más tierno... Discúlpame si hago algo que te molesta o que no es de tu agrado, solo quiero permanecer a tu lado, ¿me dejas? —preguntó Asuna con tono amable y cordial, mirando tiernamente a Accel que se sorprendió un poco más.

—S... Sí... Mientras no te excedas... Supongo que está bien, supongo que podemos seguir estando juntos... —consintió Accel tímido y sonrojado sin querer mirar directamente a Asuna, pero rodando los ojos nerviosamente sin saber a dónde mirar.

—¡Gracias, Accel-kun! —agradeció ella muy entusiasmada. Accel decidió mirarla por un momento y se sonrojó volteando la mirada tímidamente.

—P... Por nada... —dijo Accel nerviosamente.

Asuna sonrió más tiernamente:

¿Se puede ser más tierno? ¡¿Por qué te quiero tanto, Ichigo-kun?! Ahhh... Hoy ha sido un día gratificante, realmente... ¿Quién diría que en el mundo virtual descubriría tantos detalles y nuevas facetas de la personalidad de mi adorado nieto que no sabía que existían? Realmente tengo que agradecer desde el fondo de mi corazón a esta “Yuuki”. ¡Mi plan está dando muchos frutos! —pensaba Asuna entusiasmada, aún mirando tiernamente a su nieto— Bien. Vamos a dar una vuelta. Tienes un poco de tiempo libre, ¿verdad? —inquirió ella cambiándole de tema a Accel, quien aunque confundido, terminó asintiéndole con la cabeza.

Accel y Asuna pasearon un poco por la “Ciudad de Inicio”.

Asuna muy entusiasmada miraba a sus alrededores observando las tiendas al aire libre y a los vendedores que no paraban de ofertar diversos artículos.

Asuna había cogido del brazo a Accel y estaban caminando así por toda la ciudad, mientras que él no dejaba de mirar preocupado hacia Asuna por la personalidad y actitud de esta que lo dejaba cada vez más confundido.

Acabamos de acordar que ella no se acercaría a mí de una forma que se pudiera malinterpretar que somos novios... ¡Pero es justo lo que está haciendo ahora! ¡Me está cogiendo del brazo justo como haría una auténtica pareja!... Si Yuuki nos viera mis posibilidades de ser novio de Yuuki se esfumarían en un abrir y cerrar de ojos... No quiero que malinterprete que tengo novia... Si Yuuki oye la grabación de Taisha y luego me ve así, pensará que lo que dije en esa grabación eran solo palabras vacías... ¿Qué hago? ¡Vamos, Accel! ¡Ármate de valor! ¡Dile a esta Yuuki que se aparte de ti! ¡Vamos! ¡No es tan difícil!... ¡Rayos! En momentos como este son en los que me pregunto si de verdad soy un hombre... ¡Vamos, Accel! ¡Ten agallas, Accel! Es más, ¡ten agallas, Ichigo!

Cuando Accel finalmente se disponía a decirle algo a Asuna, se sorprendió al voltear la mirada hacia Asuna que estaba a su derecha.

Más a la derecha de Asuna, el Undine había detenido su paso debido a algo que le había llamado la atención. Asuna también se detuvo instintivamente mirando hacia su nieto, volteando a verlo un tanto confundida, para notar que Accel miraba hacia una mesita de una de las vendedoras que tenía su tienda al aire libre.

Accel como si nada, apartó gentilmente el brazo de Asuna y se dirigió hacia la mesita, mirando con mucho asombro un lindo collar dorado en forma de cruz que había entre los artículos que la mujer estaba vendiendo.

Asuna decidió colocarse a la derecha de Accel, observando que lo que había llamado la atención del Undine, por alguna razón, era ese collar dorado en forma de cruz. Asuna sonrió al ver la mirada y el rostro de su nieto.

—¿Te gusta ese collar? —le preguntó Asuna con una sonrisa.

Accel seguía mirando con mucha atención el collar:

—Creo... Que a una persona que conozco le gustaría y... se le vería bien...

—Y esa persona... Se trata de la otra Yuuki a la que ya conocías antes que a mí, ¿verdad? —preguntó Asuna sonriendo.

Accel se sorprendió volteando su cabeza hacia ella sin creérselo:

—¡¿Cómo?!... ¿C... Cómo lo sabes?

Asuna le sonrió tiernamente:

—Pude notarlo... Te gusta esa tal Yuuki, ¿no? Tus ojos muestran un brillo especial cuando piensas en ella. Ese brillo solo se observa en los ojos de alguien que está enamorado. Ni siquiera un mundo virtual puede evitar que nos demos cuenta de algunas cosas.

—Pues... Sí... Estaba pensando en Yuuki... A ella... Creo que le gustaría este collar... Creo que es de su estilo... Aunque también le gusta el violeta y... —iba a terminar de decir Accel, cuando a este le llamó la atención que Asuna había mostrado una gran sorpresa en su rostro, dejando un poco confundido al chico Undine— ¿Q... Qué? ¿Qué te pasa? ¿Te pasa algo malo? —preguntó preocupado por la repentina reacción de sorpresa de Asuna.

—N... No. Nada. No es nada —intentó disimular Asuna con una leve sonrisa, para luego mostrarse preocupada y un poco nerviosa—. Otra coincidencia más... A Yuuki también le gustaba el violeta, siempre fue su color favorito... ¿Qué me está pasando?... ¿Por qué siento esto?... Esta es... ¿una corazonada?... —Asuna colocó su mano derecha en su pecho, ya que su corazón latía rápidamente y sin control.

—¿Estás segura de que no te pasa algo malo? —preguntó Accel aún preocupado por Asuna, que por un pequeño momento volteó su mirada hacia los artículos que la vendedora ofertaba encima de la mesita, viendo detenidamente un brazalete verde que le provocó a Asuna una tierna sonrisa.

—La verdad es que... Conozco a una chica que también se llama Yuuki. Te puede resultar gracioso, ¿verdad? Pues... —Asuna cogió el brazalete verde y lo mostró de frente a Accel, que se sorprendió un poco— Esta chica que conozco llamada Yuuki, parece tener los mismos gustos que la Yuuki que tú conoces... —Accel, confundido, continuaba escuchando atentamente mientras observaba el brazalete que Asuna le mostraba aún con una sonrisa— Y si de verdad tu Yuuki tiene los mismos gustos que mi Yuuki... Creo que también le gustará mucho este brazalete, ¿qué te parece?

Él se sorprendió un poco por la pregunta de Asuna acompañada por una sonrisa.

—Sí... Y creo que se le vería muy lindo a Yuuki... Está bien, lo compraré —dijo Accel, sonriéndole a Asuna.

—Pero también compra ese collar que te llamó la atención. Por eso fue que dije que tu Yuuki posiblemente tenga los mismos gustos que la Yuuki que yo conozco. Así que compra ambas cosas, el collar y el brazalete, seguro que ambas cosas le quedarán bien. ¡Es más! Tú comprarás el collar y yo compraré el brazalete, después de todo lo del brazalete fue idea mía —expresó Asuna muy entusiasmada.

—No, claro que no. Yo pagaré ambas cosas.

Asuna le sonrió tiernamente:

—¡Qué caballeroso! —bromeó ella elogiando a Accel que sonrió incrédulamente.

—Bueno. Tomaré en consideración tu consejo, Yuuki-chan. Compraré el brazalete junto con el collar. Espero que a mi... a mi Yuuki le guste ambas cosas —dijo Accel, ruborizándose tímidamente cuando dijo la parte de “mi Yuuki”, no muy acostumbrado a decir algo así tan resueltamente. Asuna le sonrió tiernamente.

—Oh... Ya me dices “chan” después de mi nombre —dijo ella bromeando.

Accel se sorprendió un poco tímido, sonrojándose y tratando de voltear su mirada un poco nervioso:

—¿Y... Y qué? ¿Qué tiene de malo eso?

—¡Nada! De hecho me gusta, significa que ya te estoy cayendo mejor, ¿no? —preguntó Asuna con una sonrisa, y Accel se sorprendió un poco menos tímido.

—Sí... Supongo... —dijo él mientras ella le continuaba sonriendo.

Después de esta pequeña conversación, Accel compró ambas cosas y decidió retomar su paseo con Asuna, quien solo miraba con una sonrisa cómo su nieto observaba sonriente las dos cosas que había comprado.

—Accel-kun... —dijo Asuna, deteniéndose con sus manos detrás de su cuerpo, un poco tímida, por lo que Accel confundido también se detuvo ligeramente delante de ella, virándose hacia Asuna para atenderla.

—¿Qué?

Asuna levantó un poco su cabeza:

—Cuando ya haya suficiente confianza entre nosotros dos... —Asuna sonrojada, hizo una ligera pausa que dejó un poco confundido a Accel—... ¿crees que pueda conocer a tus compañeros de gremio?...

Accel se sorprendió:

—S... Sí. Supongo que no hay problema con eso.

Asuna sonrió un poco más aliviada y aún sonrojada:

—¡Gracias! ¡En serio me gustaría mucho conocer a tus compañeros! —exclamó, mostrándose muy entusiasmada. Luego Asuna bajó un poco su cabeza de forma pensativa— Sobre todo me gustaría conocer a esa Yuuki... Tengo el presentimiento... de que tengo que conocerla... Mi corazón no se sentirá del todo tranquilo hasta que la conozca... —pensó Asuna mirando al suelo.

[...]

En casa de Jane, esta se encontraba horneando unas galletas en la cocina con ayuda de Karl, mientras cuatro de los otros miembros de los “Sleeping Knights” estaban sentados, dos en cada uno de los dos sofás más grandes.

Kei y Rei conversaban en el sofá que se hallaba de espaldas a la gran ventana, y Yuuki tenía cómodamente con una tierna sonrisa y los ojos cerrados, su cabeza en el regazo de Mei que acariciaba el pelo de la chica Imp, las dos sentadas en el sofá de frente al de Kei y Rei. Yuuki como un cachorrito pequeño, movía sus pies con una sonrisa por lo agradable que le resultaban las caricias de Mei; si la pelimorada tuviera una cola de animal, posiblemente también la estaría moviendo.

Cuando Jane sacó las galletas del horno, el olor llegó rápidamente a Yuuki que aún con los ojos cerrados comenzó a olfatear y se levantó para ir hacia la cocina abriendo los ojos. La chica Imp se colocó en la parte de las sillas frente a la barra de la cocina, estando la Cait Sith y el Spriggan detrás de dicha barra.

—¡Qué bien huelen, Jane-nee! ¡Seguro que están deliciosas!

Jane le sonrió a la chica Imp mientras dejaba la bandeja con las galletas en la barra y se quitaba los guantes con los que había sujetado la bandeja:

—Gracias, Yuuki. Te daría a probar una, pero estas están calientes, como ves, las acabo de sacar del horno. ¡Oh! ¡Ya sé! —la Cait Sith se dirigió a hablarle al muchacho Spriggan— Karl, ¿las demás galletas están listas?

Él lo comprobó tocando cuidadosamente una de las galletas que estaban en otra bandeja, y asintió con la cabeza:

—Sí. Estas ya están.

Jane cogió una de esas galletas que ya estaban listas, y se la ofreció a Yuuki:

—Di “Aaah”...

Yuuki, con un entusiasta brillo en sus ojos, mordió la galleta en la mano de Jane disfrutando del sabor con los ojos cerrados:

—¡Mmm! ¡Ñam! ¡Delicioso! —exclamó la chica Imp muy contenta, lo que hizo que Jane, Karl y Mei sonrieran al verla.

—Bien. Siéntate a esperar las demás galletas, ¿vale? —preguntó Jane.

Yuuki abrió los ojos y asintió muy contenta con la cabeza:

—¡Sí! —la pelimorada, muy entusiasmada, decidió volver a sentarse en el sofá en el que estaba antes, en la misma posición igual con los ojos cerrados, por lo que Mei volvió a acariciar tiernamente su cabeza.

—Accel está tardando un poco, ¿no? —le preguntó Mei a Jane.

—Sí. Tienes razón —asintió la Cait Sith.

—Pero ya se conectó. Lo vi hace rato en el mapa —agregó Karl.

En ese momento, alguien entró a la habitación en la que los seis estaban. Era Accel, llamando la atención de sus compañeros, excepto de Yuuki que aún con los ojos cerrados no lo había notado.

—¡Oh! ¡Buenos días, Accel-kun! —lo saludó muy contento Kei, lo que terminó llamando la atención de Yuuki que se sentó en el sofá abriendo los ojos y mirando un poco desanimada hacia el chico Undine.

Él también miró hacia la pelimorada un poco tímido y preocupado:

—Buenas, y... —un poco nervioso, se llevó la mano derecha a detrás de la cabeza, ligeramente tímido sin saber qué decirle a la chica Imp— Yuuki, yo...

—¡Buenas, Accel-kun! ¡¿Cómo estás?! —preguntó de repente la pelimorada interrumpiendo al muchacho Undine, mientras ella le mostraba una gran sonrisa y entusiasmo a Accel que miró a Yuuki sorprendido por la actitud de esta.

—Ah... Bien, estoy bien... ¿Y tú, Yuuki? ¿Cómo estás? —inquirió él con una tierna y tímida sonrisa. Yuuki se levantó y se acercó al Undine.

—¡Muy bien! —dijo ella colocándose de frente a Accel, existiendo un silencio para nada incómodo, entre los dos que no paraban de mirarse fija y tiernamente—... Accel-kun... —de repente la chica Imp rompió intencionalmente ese silencio.

—¿Sí, Yuuki? —preguntó el peliazul.

Yuuki cerró sus ojos y depositó un tierno beso en la mejilla izquierda de Accel. Este, al principio aturdido, terminó sonrojándose al cabo de pocos segundos, totalmente sorprendido al no haber visto venir aquello.

Una vez que el beso, no tan corto, en la mejilla terminó, Yuuki abrió los ojos para volver a mirar tiernamente a Accel, aunque un poco tímida y sonrojada, con sus manos juntadas tímidamente detrás de su cuerpo.

—Solo quería aclarar que no estoy enfadada contigo, ¡para nada! —exclamó Yuuki, sorprendiendo un poco más a Accel que continuaba sonrojado— Y espero que tú tampoco estés enfadado conmigo —mencionó esto último de una forma tan tierna que sonrojó incluso más al chico Undine todavía ligeramente sorprendido.

—¡Claro que no estoy enfadado contigo! ¡Yo nunca me enfadaría contigo! Y... —Accel hizo una pausa, de una forma más calmada y tímida— Me alegro de verdad que tú no estés enfadada conmigo... Eso me preocupaba mucho... Porque no quiero que ninguno de los dos esté enfadado con el otro —el Undine también terminó hablando de una forma tan tierna que sonrojó un poco más a Yuuki, quien terminó sonriendo.

—¡Por eso aclaro que no estoy enfadada contigo! ¡Porque yo tampoco me enfadaría nunca contigo, Accel-kun!

El Undine le sonrió tiernamente:

—Gracias, Yuuki. Eso me deja más tranquilo, y... —pero Accel hizo una pausa llamando la atención de la chica Imp, la cual observó confundida cómo el peliazul parecía operar en su “Sistema de Comando”.

Entonces, Accel hizo aparecer en su mano derecha el collar en forma de cruz y el brazalete verde que había escogido Asuna. Yuuki se sorprendió mientras el Undine le mostraba ambos adornos.

—Quería regalarte estas dos cosas, las vi hoy antes de venir hacia acá... ¿Te gustan? —preguntó, mientras Yuuki comenzaba a mostrar un hermoso brillo en sus ojos.

—¡Sí, sí! ¡Me encantan! ¡Muchas Gracias, Accel-kun! —le agradeció la chica Imp sosteniendo ambos objetos y mirándolos con asombro.

—El collar lo escogí yo, pero el brazalete lo escogió una amiga por mí —explicó el Undine con una sonrisa.

Instintivamente Jane pasó a mostrarse seria y un poco molesta cuando escuchó el último comentario de Accel acerca del brazalete.

—¡Pues ambas cosas me encantan! ¡Muchas gracias de nuevo, Accel-kun! —Yuuki volvió a darle un beso pero esta vez en la mejilla derecha. Accel nuevamente se sorprendió aunque ligeramente mientras también se sonrojaba tímidamente.

Yuuki decidió acercarse muy entusiasmada a Mei con ambos regalos:

—¡Mira, mira! ¡¿No son lindos, Mei-chan?!

La muchacha Undine sostuvo el brazalete y se lo colocó a Yuuki en su muñeca izquierda mientras la chica Imp aún sostenía el collar en su mano derecha.

—Sí. Son muy lindos... —Mei hizo una pausa mientras terminaba de poner el brazalete en la muñeca izquierda de Yuuki— Pero... ¿Por qué no le pides a Accel-kun que sea él quien te ponga ese lindo collar que escogió él para ti?

Yuuki y Accel se sorprendieron y sonrojaron al mismo tiempo, tímidos los dos.

—Pe... Pero... —la chica Imp volteó tímidamente su cabeza para mirar al muchacho Undine, sorprendiéndose y sonrojándose un poco más al notar que sus miradas habían coincidido.

—A... A mí no me molesta... —tartamudeó el peliazul nerviosamente y con una pizca de timidez.

Yuuki estaba delante de Accel, pero de espaldas a este. El Undine aunque igual de tímido que la chica Imp, se acercó a ella y se dispuso a colocar el collar alrededor del cuello de la pelimorada.

Yuuki con ambas manos se recogió hacia su izquierda el largo cabello que siempre llevaba suelto, mientras Accel le colocaba el collar con mucha delicadeza.

—Ya... Ya está —mencionó el Undine aún un poco nervioso.

Yuuki volvió a dejar que su pelo largo cubriera parte de su espalda mientras miraba con una tierna sonrisa el collar que Accel le había colocado en su cuello, para luego virarse de frente al muchacho Undine.

—¿Cómo me queda? —preguntó la chica Imp sujetando con su mano derecha el collar aún en su cuello, sonrojando un poco más a Accel.

—Te queda... muy bien... Te ves... aún más linda —dijo el Undine, aunque tímidamente sin atreverse a mirar directamente a Yuuki, quien al escucharlo se sonrojó un poco más avergonzada.

—G... Gracias.

Todos miraban esta escena con una tierna sonrisa, excepto Rei que parecía entristecido, y Jane que seguía molesta con los brazos cruzados, lo que no desadvirtió el Spriggan a su lado, confundido por la expresión de la Cait Sith.

—¿Qué te pasa? Pensé que tú serías de las que más entusiasmadas estarían con esta escena romántica entre Accel-kun y Yuuki-chan —mencionó Karl.

—¿Es que acaso soy la única que notó lo de la “amiga” de Accel que le ayudó a escoger el brazalete? —inquirió Jane, aún mirando hacia Accel y Yuuki.

—A mí también me llamó la atención. Es decir, Accel tan solo debe conocernos a nosotros dentro del juego. Y si fuera alguien que nosotros conocemos hubiera dicho su nombre o una referencia si no recuerda el nombre o conocemos a esa amiga pero no sabemos su nombre, pero... Tal vez solo fue una excusa de Accel para no decir que en realidad fue él quien escogió ambas cosas, tanto el collar como el brazalete.

—No, no. Accel es muy sincero, en todo lo que hace... Además, si no es algo realmente importante, no se le da bien mentir... Aquí hay gato encerrado... —comentó Jane mientras casualmente sus orejas de Cait Sith se movían como si estuviera rastreando o sospechando de algo, lo que llamó la atención de Karl que se sonrojó al ver mover sus orejas gatunas.

Dijo “gato” y sus orejas de gatita se movieron... ¡Qué linda! —pensó el Spriggan mirando sonrojado y enamorado a Jane, que no parecía darse cuenta.

—¡Bueno! ¡¿Nos vamos ya a casa de Yuuki?! —preguntó Kei entusiasmado.

—¡Sí! —afirmó la chica Imp al principio muy entusiasmada, pero rápidamente pareció entristecerse ligeramente—: Oh... Pero... ¿Y las galletas de Jane?

La aludida Cait Sith se sorprendió por un instante, pero luego sonrió tiernamente:

—¡Ah! ¡Es verdad! Yuuki, Accel, siéntense. Ahora mismo Karl y yo serviremos las bebidas y las galletas.

Jane y Karl comenzaron a servir lo prometido, dejando las dos bandejas de galletas sobre la mesita en el centro de los asientos y luego ubicaron las bebidas: refresco y alcohol. Una vez que terminaron de servir, el Spriggan y la Cait Sith se sentaron junto con los demás, en el mismo lugar que antes, mientras el Undine se posicionaba a la izquierda de Yuuki que seguía al lado de Mei.

—Espero que les guste. Adelante —sonrió Jane, mientras los ojos de Yuuki continuaban brillando con muchas ansias de comenzar a comer las deliciosas galletas que había preparado la Cait Sith.

—¡Itadakimasu! —exclamó la chica Imp juntando por un momento las palmas de sus manos para luego coger una galleta y llevársela a la boca— ¡¡Mmm!! ¡¡Muy delicioso!!

Tras presenciar el agrado de la pelimorada, tanto Jane como Mei y Accel sonrieron. Los demás también comenzaron a comer las deliciosas galletas a la vez que se servían un poco de bebidas. Todos estaban tomando alcohol excepto Accel, Yuuki y Mei; lo que llamó la atención de Karl.

—Oh... Ustedes tres... —mencionó el Spriggan llamando la atención de los tres jugadores que curiosamente estaban sentados juntos en el mismo sofá— ¿No beben alcohol? —preguntó sorprendido.

El comentario de Karl pareció despertar la curiosidad en ellos, por lo cual Accel volteó a ver a Yuuki, notando que en su mano izquierda tenía una galleta y en su mano derecha sostenía un vaso con refresco.

—Ah, no. No me gusta el alcohol —expresó la pelimorada terminando de tragar la galleta que tenía en la boca, con una sonrisa mientras tenía un poco de restos de galleta alrededor de sus labios.

—¡Oh! ¡¿En serio?! —preguntó Karl más sorprendido, mientras por alguna razón, Accel sonrió instintivamente al escuchar lo que Yuuki había dicho.

—Yuuki y yo hicimos un trato de que si yo no bebía alcohol, ella tampoco. Porque quiero protegerla de las adicciones —comentó Mei con una sonrisa.

Yuuki asintió igual de sonriente con la cabeza, aún con los restos de galleta alrededor de sus labios.

—¿Y estás bien con eso, Yuuki? —preguntó Accel.

—¡Sí! La verdad es que de todas formas no me gusta el alcohol. Lo probé una vez por accidente y no le encuentro el sentido. Hay cosas más sanas, ¡y más deliciosas!

Accel sonrió tiernamente al escuchar eso de parte de Yuuki que mostraba el mismo entusiasmo de siempre.

—Vaya, en eso también eres idéntica a Accel, Yuuki —comentó Jane.

La chica Imp se sorprendió al escuchar eso:

—¿En serio?

—¡Sí! —respondió Karl exaltado como de costumbre— ¡Por eso me sorprendí tanto! A Accel-kun tampoco le gusta el alcohol.

El Undine pareció molestarse un poco por ese comentario:

—Eso solo significa que no soy el único que piensa así —se defendió serio, mientras cruzaba los brazos cerrando los ojos, haciendo sonreír tiernamente a Yuuki, esto último algo que no llegó a advertir Accel.

—Nunca te hemos dicho que pensar así sea algo malo. Yo misma solo bebo alcohol dentro de los VRMMO, nunca lo he hecho en la vida real por la misma razón por la cual Mei quiere cuidar a Yuuki —refutó Jane.

—¡Ah! ¡Accel, Felicidades! —exclamó de repente Karl cambiando de tema, confundiendo al Undine y también un poco a los demás.

—¿“Felicidades”? ¿Por qué? —preguntó el peliazul confundido.

—¡Por llegar al Nivel 99! ¡En solo una semana de juego ya llegaste a ese nivel! ¡Eres increíble! —explicó Karl igual de entusiasmado.

Accel se sorprendió incluso más que los demás:

—¿Nivel... 99? —y confundido, decidió mirar su nivel en su barra de jugador.

—Ah, es cierto, Accel. Felicidades —dijo Jane con una sonrisa mientras el Undine terminaba de verificar su nivel.

—¡¡¿NIVEL 99?!! —preguntó Accel sin ser capaz de asimilarlo.

Todos parecían confundidos, en especial Jane y Karl.

—¿En serio no lo sabías? —inquirió la Cait Sith incrédulamente mirando al Undine que continuaba observando sorprendido su nivel mientras le llamaba la atención a él y a los demás, que Yuuki comenzara a reírse a carcajadas, no pudiendo evitarlo.

—¡Qué gracioso! ¡¿Te viniste a dar cuenta ahora de en qué nivel estabas, Accel-kun?! —la chica Imp terminó de reírse a carcajadas pero aún sonreía tiernamente, lo que acabó avergonzando un poco a Accel que se sonrojó con una ligera timidez.

—Bueno... Es que... No sé por qué... —expresó el peliazul un poco apenado.

—Debió ser cuando usaste «Mother's Rosario» para acabar con el Jefe del Piso 10. ¡El cómo usaste esa habilidad fue algo increíble! —exclamó Yuuki.

—Ah, claro, debió haber sido en ese momento... —se sorprendió Accel, comenzando a comprender.

—Y... Esa habilidad... ¿Dónde la conseguiste, Accel-kun? —inquirió Yuuki, pareciendo muy interesada en su respuesta.

—Es una “Habilidad Heredada”. Mi abuela se la heredó a mi mamá y mi mamá a mí —admitió el Undine, sonrojando a Yuuki que sonrió mostrándose muy feliz.

¡Lo sabía! ¡Asuna-chan cumplió su promesa! —pensó emocionada y sonriente la chica Imp.

Accel, que estaba mirando a Yuuki mientras hablaba con ella, se sorprendió al ver mejor de cerca los restos de galleta alrededor de los labios de la pelimorada, sonrojándose un poco y apartando la vista, ligeramente avergonzado.

—Esto... Yuuki... —dijo él, llamando la atención de la pelimorada que jorobó ligeramente la cabeza, confundida.

—¿Qué?

Pero Accel continuaba evitando mirarla:

—Tienes... restos de galleta... —finalmente dijo tímidamente.

Yuuki se sorprendió:

—¡Oh! ¿En serio? ¿Dónde? —preguntó la pelimorada mientras se pasaba las manos por sus mejillas sin encontrar rastro de los restos de galletas que decía Accel.

Sin más remedio, el Undine decidió voltear a verla, observando que los restos de galletas seguían alrededor de los labios de Yuuki, lo que hacía que se intensificara un poco el rubor en sus mejillas.

Accel más tímido, volvió a voltear un poco la cabeza mientras le señalaba a Yuuki con su dedo índice derecho aún sin mirarla:

—Ahí.

—¿Pero dónde? —la chica Imp preguntó realmente todavía confundida.

Accel movió un poco más hacia adelante su dedo índice derecho sin saber que Yuuki había acercado más su rostro al dedo del Undine, por lo cual el peliazul se sorprendió ruborizándose muy apenado volteando a ver a Yuuki que a pesar de tener el dedo índice derecho de Accel cerca de sus labios, no se inmutó.

—A... A... Aquí... —mencionó todavía avergonzado y ruborizado.

Yuuki se pasó la mano cerca de sus labios, quitándose los restos de galletas y alegrándose mientras se los llevaba a la boca.

—¡Gracias, Accel-kun! —agradeció la chica Imp muy contenta.

Aún así, Accel continuaba un poco tímido y avergonzado, todavía ruborizado:

—Sí... No hay de qué...

Ya me extrañaba que Accel no dijera o hiciera algo... Sé que no soportas la suciedad, Ichigo-kun... —pensaba Jane con los brazos cruzados sonriendo y mirando muy confiada hacia Accel, cuando recordó las palabras de este.

«El collar lo escogí yo, pero el brazalete lo escogió una amiga por mí», tras recordar estas palabras, Jane instintivamente se molestó de nuevo, todavía de brazos cruzados, mirando fijamente al Undine.

—Bueno, no nos debería extrañar que Accel haya subido tan rápido del Nivel 90 al Nivel 99 —mencionó Karl con una sonrisa.

—... ¿Te refieres a las misiones y eventos con los que puedes subir más rápido de nivel en SALO si cumples con los parámetros indicados? —preguntó Mei.

Karl se sorprendió y sonrió ampliamente:

—¡Exacto! Vaya, ya veo que estás muy bien informada, Mei-chan.

—Claro, es Mei-nee de quien estamos hablando. Es como una enciclopedia portátil —bromeó Kei sonriendo divertido.

—Hey —su hermana Undine le dirigió una mirada incrédula y luego volteó a ver hacia Karl para continuar con el mismo tema—. De hecho, también me enteré de algunas misiones en las que te ves forzado a participar si pasas cerca... algo parecido a las típicas trampas en los calabozos. Al parecer, ese tipo de misiones obligatorias te dan una vasta cantidad de objetos y experiencia, pero son bastante complicadas... algunas incluso... pueden arrebatarte incluso más que solo un par de ítems como es habitual...

—Oh... Supongo que no todo podía ser “color de rosas” con el sencillo aumento de nivel que hay en SALO. Es algo como un “todo o nada”; ¿verdad? —inquirió Karl.

—Supongo... —comentó Mei aunque con una sonrisa incómoda.

—Por cierto, Karl-kun, usaste una habilidad tipo fuego, ¿no? —preguntó Kei.

—¿Eh? Yo soy de la raza Spriggan, ¿no es obvio? —bromeó Karl.

—Sí, pero ese... «Látigo de Fuego», fue indudablemente del elemento afín de mi raza, los Salamander —dijo Kei, ligeramente curioso. Karl sonrió amigablemente.

—Ah, eso. Pero «Látigo de Fuego» es una “habilidad de espada”, no es un ataque mágico. Cada raza solo puede usar habilidades mágicas de su elemento afín, pero existe una excepción, y es: si creas una “habilidad de espada” con la base de otro elemento. Pero justo porque estás usando un elemento que no es el correspondiente a tu raza, ese tipo de “habilidades de espada” suelen ser mucho más complicadas que formar una “habilidad de espada” usando tu elemento afín.

»Por ejemplo, para mí sería más fácil crear una “habilidad de espada” con la base del elemento ilusorio de los Spriggan antes que crear cualquier otra técnica con cualquier otro elemento, eso es un hecho. Y los usuarios de fuego tendrán mucho más complicado el asunto si se proponen crear una habilidad tipo agua. Eso depende de la relación entre los elementos y sus razas. De hecho, crear mi «Látigo de Fuego» fue bastante agotador, tanto que me hizo pensar que un «Látigo Ilusorio» hubiera estado mucho mejor en su lugar, jaja... pero un ataque tipo fuego causa más daño.

—Oh... Ya entiendo... Sí, tiene mucha lógica —sonrió Kei.

—¿Pero cómo es precisamente esa habilidad «Mother's Rosario», Accel-kun? —preguntó de repente Karl, emocionado, dirigiéndose al peliazul.

—¿Eh? Ah... —aunque confundido al principio, el Undine se dispuso a explicarlo—: Verás... Existe una opción para usar tu MP como fuerza de ataque, ¿verdad? Pues lo que hice fue juntar el poder de ataque de los 11 combos de «Mother's Rosario» en un único ataque en forma de energía. Ese fue el rayo que lancé contra esos dos monstruos. Al colocar a las dos criaturas en la misma posición con mi habilidad tipo agua, gasté todo mi MP en esa combinación. También pude lograrlo porque estábamos solo en el Piso 10 y yo me encontraba en Nivel 90. Posiblemente mi MP no hubiera servido para aniquilar a esos dos contrincantes en un piso más elevado como el 20 o superior, y tampoco hubiera funcionado si yo estuviera en un nivel inferior...

—¡Ah, ya entiendo! —sonrió Kei emocionado.

—Accel-kun... —dijo la Cait Sith, llamando la atención del peliazul y los demás.

—¿Qué? —preguntó confundido el aludido.

—¿Quién es la “amiga” que dices tú que escogió el brazalete por ti?

—... —sorprendido Accel por el brusco cambio de tema, parpadeó dos veces antes de comenzar a hablar con naturalidad— Ah... La conocí después de que derrotamos al Jefe del Piso 9. Parecía una acosadora o algo así, pero... Ahora que la estoy conociendo mejor... No parece ser una mala persona, todo lo contrario, de hecho... A veces me resulta un tanto familiar... —Accel dijo esto con una tierna sonrisa que parecía nostálgica.

—... ¿Y cómo se llama? —preguntó Jane aún mirándolo seria.

—Yuuki. Se llama Yuuki.

Su respuesta sorprendió a todos, incluyendo a Jane.

—¡¿Lo dices en serio?! ¡Qué coincidencia! —exclamó la chica Imp muy sonriente, y el Undine también le sonrió de vuelta.

—Sí. Al principio también me resultó extraño, pero se llama Yuuki igual que tú.

—¿Puedo conocerla algún día? —preguntó Jane volviendo a mirar seria a Accel.

—Ehm... Sí... De hecho, ella quiere conocernos a nosotros.

—Está bien —asintió Jane todavía seria—. ¿En qué situación exactamente la conociste? —preguntó la Cait Sith, mientras Yuuki volteaba a ver las dos bandejas sobre la mesita, notando que solo quedaba una galleta que se encontraba en la bandeja más a la izquierda de la chica Imp, a quien le comenzaron a brillar los ojos disponiéndose a coger muy sonriente y contenta la última galleta.

—... Es un alto cargo del Ejército Undine —comentó Accel mientras aún miraba dubitativamente hacia Jane, como si intentara descifrar las intenciones de su amiga Cait Sith, pero el peliazul sin darse cuenta, cogió la última galleta que Yuuki se disponía a coger justo en ese momento, pero el Undine sin proponérselo fue más rápido—. Ella tiene una personalidad un tanto extravagante como si por alguna razón tuviera conmigo toda la confianza del mundo desde mi nacimiento, o algo así me da la impresión... En resumen, aunque tiene sus propios extraños métodos para interactuar con las personas, es obvio que quiere ganar mi confianza. Al parecer el Ejército Undine necesita subordinados, aunque yo no estaba interesado en ello y por eso ella continúa apareciendo a mi lado con tal de reclutarme... De todas formas... —Accel hizo una pequeña pausa mirando más inquisitivamente a Jane— ¿Por qué de repente te interesa tanto saber sobre mi amiga?

Mientras, a Yuuki casi que se le aguaban los ojos, un poco entristecida observando la galleta que Accel aún sostenía con su mano derecha mientras conversaba impasiblemente con Jane, moviendo el Undine su mano con la galleta de un lado a otro en lo que continuaba charlando con la Cait Sith, sin darse cuenta de que Yuuki no hacía otra cosa que mirar hambrienta con los ojos aguados y entristecidos de un lugar a otro siguiendo con la vista la galleta en la mano de Accel, deseándose comer la galleta.

—Por nada en especial. Solo tenía curiosidad. ¿No puedo? —inquirió Jane aún seria mientras Accel seguía moviendo de un lado a otro su mano con la galleta y Yuuki continuaba siguiéndola con la mirada.

—Sí puedes. Pero es que si fuera solo curiosidad no me mirarías con esa seriedad y preocupación que muestras ahora. Y sinceramente me preocupa mucho cuando me miras así. Nunca hago nada malo pero si te miran mal piensas que has hecho algo malo, ¿no? —refutó el Undine.

—Supongo, pero no te preocupes, solo quería...

Iba a terminar de explicarse Jane, cuando se sorprendió sonrojándose mirando hacia Accel que se confundió al principio, pero luego él también se sonrojó un poco notando que había pasado algo extraño.

El Undine decidió voltear su mirada hacia la derecha donde se encontraba Yuuki a su lado, quien al parecer no se pudo resistir y acabó mordiendo la galleta en la mano de Accel, quien se quedó mirándola sorprendido y ruborizándose casi por completo.

Aún con la galleta en su boca y también parte de los dedos con los que Accel estaba sosteniendo la golosina, Yuuki solo miraba la galleta para luego levantar la mirada y ver con unos tiernos ojos de cachorrita a Accel, quien se sonrojó un poco más mientras Yuuki terminaba de llevarse la golosina por completo a la boca, arrastrándola lentamente de los dedos del Undine, quien sintiendo los labios de la chica Imp en sus dedos, terminó completamente rojo y atónito.

Todos miraban sonrojados esta escena que nadie se esperaba, incluso Rei, mientras Yuuki un poco avergonzada terminaba de comerse la galleta.

—Lo... Lo siento... Tenía hambre y... esa era la última galleta... Lo siento —se disculpó Yuuki tan tiernamente que el Undine continuaba completamente sonrojado y de repente, la pelimorada se echó hacia adelante, colocando su rostro muy cerca del de Accel que no se creía la abrupta cercanía—. ¡Lo siento, Accel-kun! ¡¿Me perdonas?!

El Undine súbitamente se levantó del sofá, muy nervioso y completamente rojo:

—¡Sí! ¡T... T... T... Te perdono! P... P... P... ¡Pero me tengo que ir un momento! A... A... A... ¡Al baño! —exclamó Accel retirándose muy nervioso de la habitación, dejando sorprendidos a todos que seguían sonrojados mientras Yuuki se encontraba aparentemente confundida.

Mei acabó sonriendo tiernamente tras observar retirarse a Accel.

En el baño, el Undine comenzó a mojar su rostro con el agua que salía del grifo. Agradeció profundamente a los programadores por permitirle una opción tan realista incluso si el agua continuaba siendo virtual. De esa forma, el peliazul logró refrescarse un poco aunque seguía ligeramente ruborizado.

¡Rayos!... ¿Cómo se le ocurre a Yuuki acercarse así tan de repente? Estaba muy, pero que muy cerca... ¡Y mucho menos puede acercarse tanto así después de que pasara algo como eso!... —pensaba Accel recordando cuando la chica Imp estaba terminando de arrastrar a su boca la galleta en la mano del Undine, el cual podía sentir los labios de la pelimorada en sus dedos.

Accel volvió rápidamente de su recuerdo mientras negaba abruptamente con la cabeza y luego pasó a observar los dedos de su mano derecha, en especial los que habían sentido los labios de Yuuki, sonrojándolo un poco más avergonzado:

¡¡Cielos!! ¡Qué vergonzoso! ¡Pero qué linda! ¡¿Por qué tiene que ser tan linda?! Sus labios... son tan... ¡Tan lindos como ella!

Accel, muy avergonzado, se colocó ambas manos en la cabeza.

—¿Ya terminaste, Accel-kun? —preguntó Mei, que se encontraba afuera del baño, esperándolo detrás de la puerta del mismo, sorprendiendo al chico Undine.

—¡¡Mei!! —exclamó él sorprendido.

—No dejes tan evidente el hecho de que estás sorprendido —sonrió Mei bromeando con Accel que logró calmarse un poco.

—¿Q... Qué pasa? ¿Necesitas algo?

—¿Puedo hablar contigo? —inquirió ella, sorprendiendo al Undine.

Los dos decidieron conversar en la sala principal de la casa de Karl y Jane, sentados uno al lado del otro en dos sofás.

Mei sonreía pero Accel estaba serio y un poco nervioso.

—¿D... De qué se trata? ¿Q... Qué quieres?

—Entiendo muy bien cómo te puedes sentir cerca de Yuuki, y es que... —iba a terminar de decir Mei, cuando Accel ya estaba exaltado y sorprendido.

—¡No me digas! ¡¿Tú también estás...?! —iba a terminar de preguntar Accel, pero él mismo se detuvo inseguro de si debía comentar a la ligera algo como eso.

Mei se sorprendió confundida por unos segundos, pero rápidamente sonrió mientras negaba con la cabeza:

—¿“... Enamorada de Yuuki”, ibas a decir? —tras escucharla, el Undine logró calmarse encontrándose ahora un poco menos exaltado— No me refería a eso, pero... Tú solito te delataste y revelaste que estás enamorado de Yuuki —bromeó ella, mientras Accel tragaba en seco dándose cuenta de su error—. Deberías tener más cuidado si no quieres que alguien se entere. Aunque si te soy sincera me gustaría que Yuuki se enterara. Creo que hacen una muy buena y linda pareja. Todo sería perfecto si ambos se confesaran de una buena vez —Accel se sorprendió—. Aunque estoy segura de que Jane no quiere que avancen tan rápido, posiblemente para disfrutar ayudando a que estén juntos, pero creo que se va a acabar cansando de eso si se demoran tanto en estar juntos.

—Entonces... ¿A qué te referías?

—A que... Yo al principio era como tú eras antes de conocer a Yuuki.

Mei miró sonriente al techo, sorprendiendo a Accel.

—¿Eras como yo?

—Sí... Al igual que tú, tengo una familia muy unida, siempre la tuve... Un buen comportamiento... Unos buenos amigos... Personas que siempre me han querido... Unas notas excelentes... Pero... —Mei hizo una pausa, llamando la atención de Accel— Tú y yo sabemos que nada de eso era suficiente, ¿verdad? —el Undine se sorprendió un poco más, mientras escuchaba atentamente las firmes pero nostálgicas palabras de Mei— Siempre había algo que faltaba... Y era... una razón por la cual vivir...

Accel no pudo evitar abrir mucho más los ojos, sintiéndose completamente identificado con las palabras de la chica Undine, y de repente comenzó a compararse con todo lo que Mei continuaba contándole.

—Esa razón... la vine a encontrar cuando conocí a Yuuki... Y fue lo mismo que te pasó a ti, ¿no? Según lo que le contaste en aquella ocasión a Yuuki, viniste a recuperar ese brillo que te faltaba en tus ojos, cuando conociste a Yuuki... Y fue lo mismo que me pasó a mí...

Accel continuaba mirándola, sorprendido por sus palabras. Los dos Undine eran más parecidos que solo compartir la misma raza de ALO o SALO... tenían una similitud mucho mayor e incluso una conexión que Accel no podría adivinar siquiera.

—... No sé tú, pero... Yo tenía mis razones para que no existiera ese brillo en mis ojos —finalmente eso fue lo que Accel alcanzó a decir apartándose de su sorpresa, y bajando su cabeza con un ligero tono melancólico parecido al de Mei, pero el Undine a diferencia de ella, esta vez observaba el suelo.

—... No te estoy juzgando. Te estoy diciendo que te comprendo. Tú y yo somos iguales, incluso compartimos la misma razón por la cual vivir... Yuuki, ¿no crees? —Accel sin necesidad de voltear a mirar a Mei, le asintió con la cabeza— Por supuesto yo también tenía mis razones, pero... Tal vez solo nos hacía falta encontrar la razón que era la más importante de todas... La razón por la cual vivir... Con todo esto solo quería decirte que... Nunca te vuelvas a desanimar, ¿sí?

Accel se sorprendió un poco por esas últimas palabras y volteó a ver a Mei que continuaba sonriendo aunque con un rostro melancólicamente débil.

—A Yuuki no le gusta ver sufrir a las personas a su alrededor, mucho menos a las personas que más le importan... Estoy segura que ahora que conociste a Yuuki no volverás a sentirte vacío por dentro, pero... —Mei hizo una pausa que dejó un poco intrigado a Accel, mientras la muchacha Undine se mostraba seria y luego volvió a mostrar la misma sonrisa que antes— En el caso de que Yuuki esté muy lejos de ti... ¿Volverías a sentirte así de mal como cuando no le encontrabas sentido a tu vida?

—...

—Se supone que Yuuki se volvió el sentido de tu vida... Solo porque esté un poco lejos de ti, no deberías renunciar a toda la alegría que te dio al conocerla, ¿no crees? Sería un poco triste para Yuuki, ¿no?

—... Mei... ¿Puedes decirme la verdad acerca de Yuuki? —preguntó Accel, sorprendiendo a la muchacha Undine— Antes solo eran sospechas mías, pero... por cómo me estás hablando ahora... Es como si la situación de Yuuki no sea del todo buena... Algo es más que obvio incluso si ahora intentas negármelo... Yuuki es especial... Ella... no es como cualquier otra persona, ella tiene algo que la hace diferente pero actualmente no puedo ni imaginarme qué es... Hay algo extraño que rodea a Yuuki... un aura especial, ¿no es así?... Y yo... No quiero entrometerme, pero... Quiero ayudar a Yuuki en todo lo que pueda. Me sentiría muy mal si le pasara algo a Yuuki sabiendo que yo podía haberla ayudado.

Ya creo entender por qué Yuuki está tan enamorada de Accel-kun... Él es tan inteligente pero tan bueno a la vez... Accel-kun, te estoy diciendo todo eso para que no sufras si llegaras a perder a Yuuki... Porque yo sufriría mucho, pero... Yuuki me hizo prometerle que no sufriría a tal extremo de volver a considerar mi vida como aburrida... Porque entonces Yuuki se sentiría triste en donde quiera que ella vaya tras morir...

Mei apretó sus dos puños, llamando la atención de Accel.

—¿Mei-chan? —preguntó él, preocupado por la Undine.

—Lo siento, Accel-kun. Si hay algo que decirte, tiene que ser Yuuki quien te lo diga —dijo Mei.

—Sí. Tienes razón. Discúlpame si te puse en una posición incómoda.

Me le sonrió tiernamente:

—No te preocupes, Accel-kun. Solo prométeme que no sufrirás en el caso de que Yuuki esté lejos de ti, ¿sí? —preguntó ella con una sonrisa, pero comenzó a preocuparse al notar que el Undine parecía pensar mucho acerca de su respuesta.

—... Lo siento, Mei... —la peliazul se sorprendió grandemente al escuchar estas palabras— No puedo prometerte algo que no sé si voy a poder cumplir. Por una parte no entiendo del todo lo que pasa, y... Sobre todo amo mucho a Yuuki... Ahora que la conocí no podría imaginarme una vida sin ella... Hace poco, solo pensando que Yuuki podría estar molesta conmigo, me sentía realmente mal... Así que estar lejos de Yuuki, en cualquier sentido... Sería un dolor incalculable, posiblemente horroroso, desgarrador.

—... Igualmente... Fingir que no hay dolor, no hará desaparecer el dolor... Así que asúmelo porque tendrás que vivir con ese dolor hasta que desaparezca —dijo Mei, después de sonreír ligera y débilmente, sorprendiendo a Accel con sus palabras—. Entiendo que tu pesar antes de conocer a Yuuki pudo ser muy doloroso, pero... Creo que la que peor lo pasará será Yuuki, ¿no?...

Accel se sorprendió un poco confundido, mientras continuaba escuchando.

—Será ella la que más sufrirá... ¿Y tú no eres capaz de aguantar un poco tu sufrimiento cuando el dolor de Yuuki será mucho más que el tuyo?...

Esas palabras parecieron herir como una cuchilla penetrando la piel real de Accel, quien entrecerró ligeramente los ojos pensando al respecto.

Mientras, Mei continuó hablando:

—En parte te entiendo... Realmente te entiendo... Viniste a este mundo virtual buscando un lugar que fuera algo así como tu refugio en el mundo real, pero... Si te adaptas a vivir dentro de un juego como si fuera la vida real... acabarás decepcionándote de la misma forma, ¿no te das cuenta? La vida real no es la que nos decepciona, son las personas y sus leyes absurdas. Somos nosotros los que decidimos si queremos que nuestras vidas sean divertidas o aburridas dependiendo de lo que nosotros mismos consideramos sobre lo que nos rodea.

Tras terminar de escucharla, Accel sonrió débilmente un poco de forma amarga:

—Gracias, Mei-chan... Seguiré tu consejo y pensaré acerca de lo de Yuuki, pero no te prometo nada por el momento, ¿vale?

—... Claro... No puedo obligarte a que de la nada cambies tu forma de ver las cosas... —dijo ella, sorprendiendo ligeramente a Accel que comenzaba hasta ese entonces a mostrar una mirada ligeramente perdida— Yo misma... No creo ser capaz de aceptar que Yuuki de repente se marche de mi vida... Es algo que me niego a aceptar, para ser totalmente sinceros... Pero... aún así, existe una enorme diferencia entre mi yo actual y tu yo actual, Accel-kun —Mei le dirigió una seria mirada a Accel.

—... ¿Una enorme diferencia?... ¿Cuál?

—Tú actualmente has abierto tu corazón únicamente a Yuuki. Aunque no lo creas, continúas ignorando a las personas a tu alrededor y... estás ignorando a personas realmente importantes. Si te obsesionas con Yuuki no llegarás a nada sano. Existe un límite entre el mundo real y el mundo virtual, uno que hay que respetar... No importa cuántos avatares nos creemos, seguimos siendo la misma persona que en el mundo real. No... No hagas lo que yo hice por tanto tiempo, es un consejo... No tengas miedo a mirar de frente a las personas que te rodean... Cada ser humano está experimentando su propio sufrimiento... y rechazar la ayuda que nos brindan nuestros seres queridos... te convertirá en una persona realmente despreciable... Si no eres capaz de darte cuenta a tiempo... podría no haber retorno.

—... Rechazar... la ayuda... de nuestros seres queridos... —mientras Accel, impresionado, repetía estas palabras, a su mente por alguna razón llegaron las imágenes de una foto familiar que se había tomado hace mucho tiempo.

En esa foto, la familia de Ryoichi y Taisha estaban presentes y algunos otros miembros también; y Accel recordó vívidamente los rostros sonrientes de sus dos mejores amigos rodeando al asocial Ichigo que despreciaba con toda su alma ese tipo de eventos... Pero Accel... Ichigo no los despreciaba a ellos, claro que no.

El Undine volviendo de su recuerdo rechinó sus dientes con una ligera molestia:

—Yo...

Pero antes de que el chico peliazul pudiera decir algo, Mei lo interrumpió:

—Algo más, Accel-kun —dijo ella, llamando la atención del muchacho que volvió a mirar el rostro serio de la Undine que le dirigía lo que parecía ser una fría mirada—... Quería hablar contigo para ayudarte con tu problema como alguien que pasó por una situación similar a tu sufrimiento, pero... En realidad, lo que más me importa dejarte claro... Es que no pienso consentir que hagas sufrir a Yuuki.

Las palabras de Mei ya no parecían frías, sino que realmente eran cuchillas heladas que perforaban profundamente en la conciencia de Accel.

—... ¿Hacer... sufrir a Yuuki? ¿Por qué yo haría eso?

—Si te mantienes en este mismo camino donde ignoras al resto de las personas, en especial a las más importantes que tanto se esfuerzan por tu bien... Existe la posibilidad de que te termines convirtiendo en un ser despreciable incapaz de diferenciar entre el bien y el mal... Una cosa es que no te interese la felicidad o infelicidad de los otros, pero... interferir para que una persona sufra solo para tu beneficio personal... es algo que solo haría un monstruo. Ese es el límite que nadie debería cruzar. Por eso... si comienzas a centrarte en Yuuki como tu único “ser” preciado... Es muy probable que termines recurriendo a métodos despiadados en contra del resto de las personas con la insana justificación de que lo haces por el bien de Yuuki, pero en realidad... solo sería un acto egoísta de tu parte... Y eso, afectaría directamente a Yuuki que tanto se preocupa por los demás...

—...

—Por eso te advierto, Accel-kun... Terminantemente no puedes cruzar esa línea... —las frías y cortantes palabras de Mei llegaron al Undine con una intimidante aura despiadada en su habla, mirada y postura aparentemente serena—... Eres libre de tomar mi advertencia como una amenaza si con eso lo entiendes mejor...

—... —aunque cualquiera en su lugar pudo haberse asustado, Accel más bien estaba impresionado, ya que creía que le habían quedado muy claras las intenciones de Mei, pero las interrogantes del Undine continuaban siendo muchas— Acerca de Yuuki...

—¿Acerca de mí? ¿De qué hablan? —preguntó de repente la chica Imp, acercándose a ellos y sorprendiéndolos.

—Yuuki —dijo Accel, sorprendido por verla.

—¿Llevas mucho tiempo aquí, Yuuki?

—No, vine ahora porque estaba preocupada por Accel-kun y... los dos se demoraban mucho, así que pensé que algo malo había pasado... —mencionó la chica Imp con la misma tierna expresión de su rostro que siempre mostraba.

—Pero no te preocupes, estamos bien, está todo bien. Solo conversaba un poco con Accel-kun, eso es todo —Mei se levantó y se acercó a Yuuki, colocando su mano izquierda en la cabeza de la pelimorada, acariciándola delicadamente—. ¿Por qué no te quedas un rato con Accel-kun, Yuuki? Yo iré con Jane-chan y los demás, seguro necesitarán un poco de ayuda para organizar todo antes de irnos hacia tu casa. Accel-kun y yo estábamos hablando de un tema relacionado contigo. Él te explicará. Tómense su tiempo para conversar —dijo Mei, confundiendo un poco a Yuuki cuando la Undine retiró su mano de la cabeza de la chica Imp y se disponía a irse, deteniéndose de espaldas a la pelimorada para mirarla volteando un poco su cabeza y mostrar una sonrisa antes de irse.

Mientras, Yuuki solo miraba un poco sorprendida y confundida a Accel. Una vez que Mei se retiró, la chica Imp continuaba mirando al muchacho Undine que se sonrojó un poco tímido.

—¿Por qué no vamos a un mejor lugar para conversar? —preguntó Yuuki, mostrándole una tierna sonrisa a Accel mientras juntaba sus manos detrás de su cuerpo.

—Oh... Sí. Donde tú prefieras.

Los dos decidieron ir a la azotea de la casa de Jane y Karl, aunque estaba completamente abierta y era un espacio muy amplio. Era simplemente la cima de un edificio, más que una azotea. Yuuki se sentó en uno de los cuatro extremos de la terraza en forma de rectángulo, el que daba hacia abajo a la entrada principal de la casa. Accel decidió sentarse a su lado derecho, los dos dejando los pies cómodamente en el aire disfrutando de la refrescante brisa que pasaba.

—... Así que de eso estaban hablando... —dijo Yuuki mirando sonriente hacia el hermoso cielo azul encima de ellos, después de que al parecer Accel le contara una parte de lo que él estaba conversando con Mei, sin mencionar lo que hablaron con más profundidad acerca de la chica Imp, quien ahora movía felizmente sus piernas hacia adelante y hacia atrás muy alegre y contenta.

—Sí —respondió el Undine, aunque aún un poco tímido. Si Yuuki no fuera tan inocente y distraída, hubiera notado que Accel le estaba ocultando algo—. No te lo puedo contar todo porque entonces sabrías que en realidad Mei y yo estábamos hablando de la verdad que desconozco de ti y que me insistes en ocultar... Por lo que solo te dije que hablábamos de lo que una vez te conté acerca de que solo recuperé la razón de mi vida gracias a ti... Pero...

Accel miró un poco tímido a Yuuki, que seguía mirando sonriente al cielo.

—¿Sabes...? —de repente Yuuki preguntó, llamando la atención de Accel que se sorprendió mientras se concentraba en escucharla atentamente— Dentro de los VRMMO te puedes encontrar a muchos jugadores diciendo cosas del tipo de: «La vida no es como un juego»... Pero... La vida sí es como un juego... La única diferencia es que nada de lo que hacemos, se puede reiniciar —esas palabras sorprendieron grandemente a Accel—. No es como que un juego pueda cambiar nuestras vidas. Este mundo virtual es un mundo creado a partir del mundo real. Si lo miras bien, no es mucha diferencia entre un mundo y el otro. ¿No dices que probaste miles de VRMMO antes de este? Y viniste a encontrar la razón de tu vida en este... Entonces no era la necesidad de otro mundo... ¡Era la necesidad de conocer a la persona indicada que te otorgara la razón que necesitabas en tu vida, ¿no es verdad?!

Yuuki acercó muy emocionada su rostro al de Accel, que se sonrojó aún un poco sorprendido al respecto.

—Sí... Y en mi caso esa persona resultaste ser tú, Yuuki —mencionó el Undine todavía sonrojado y con una tierna sonrisa.

La chica Imp se sorprendió, y como si notara en ese momento su cercanía con el peliazul, se sonrojó ligeramente y echó hacia atrás su cabeza, un poco apenada.

—Ah... Verdad... Yo... Verdad, que soy yo, esa persona... ¡Pero bueno! ¡Lo que quiero decir es...! —tartamudeaba Yuuki, haciendo sonreír a Accel.

—Sí. Sé lo que quieres decir. Que lo que necesitaba no era un VRMMO, era un vínculo especial con otra persona. Y a esa persona lo mismo la pude haber conocido en otro VRMMO o en la misma vida real —mencionó Accel tiernamente sonriente, sorprendiendo un poco a Yuuki que intentó disimular igual con una sonrisa.

—Sí. Justo eso —asintió ella—. Es justo eso... Pero en mi caso... No me hubieras llegado a conocer ni en la vida real ni en otro VRMMO... En todo caso solo me hubieras llegado a conocer en ALO, así que... —pensaba filosóficamente Yuuki, un poco entristecida pero aún intentando ocultarlo con una sonrisa.

—¿Yuuki? —preguntó Accel confundido, notando que la chica Imp no mostraba el mismo ánimo que hace un momento.

—¡Ah! ¡Cierto! Lo que quería decirte era... —Yuuki volvió a sonreír tan animada como siempre— Aunque sea un mundo virtual, es creado por humanos, no es tan alejado de la realidad. El mundo virtual es basado en el mundo real, los jugadores son personas reales, las reglas del juego son creadas en base a las leyes del mundo real. Por mucho que intentes alejarte del mundo real y refugiarte en el virtual... la realidad... la auténtica realidad... es que el virtual depende del real...

»... No se puede escapar de la realidad, ya que hasta los mundos virtuales son creación de personas del mundo real, que ponen en esos nuevos mundos un sistema parecido al del mundo real. Las personas crearán un mundo en correspondencia a su propia ideología, eso es inevitable, simplemente viven sus vidas de la forma que ellas consideran correcta... Incluso las personas malas no se cohíben de la maldad, mientras que las buenas personas no marcan la diferencia, incluso menos que en el mundo real, porque siempre serán buenas, a diferencia de los malos...

De repente la voz de Yuuki se detuvo como si continuara filosofando, pero internamente mirando hacia el paisaje de la “Ciudad de Inicio”. Mientras, Accel cada vez más sorprendido, no dejaba de mirar sonrojado a la tierna y adorable Yuuki que ahora pasaba a mirar nuevamente al cielo.

Esas palabras de Yuuki... Ese razonamiento de ella... Me marcaron mucho... Realmente... Significó mucho para mí... Y seguramente será... algo que recordaré siempre... —pensó Accel mirando aún sonrojado y con un intenso brillo en sus ojos a la chica Imp— Yuuki... ¿Puedes voltear tu rostro hacia mí un momento?...

Ella, aunque confundida, instintivamente sonriente volteó su cabeza hacia él:

—¿Huh? —preguntó Yuuki, cuando se sorprendió sonrojándose al notar que Accel sonrojado acercaba lentamente su rostro al de la chica Imp, cerrando sus ojos en lo que parecía que se disponía a besar a Yuuki, la cual no se movía sorprendida por la situación— Accel... kun... —dijo ella, sin creerse lo que estaba pasando.

Accel al escuchar la voz de Yuuki, abrió un poco sus ojos, comprendiendo lo que al parecer estaba haciendo inconscientemente y se sorprendió de sí mismo.

—¿Eh?... Ah... ¡Lo siento! ¡Lo siento! Mejor vámonos con los demás, ¿sí? ¡No fue nada, juro que no fue nada! —le insistió Accel nervioso y apenado a Yuuki, quien aún sonrojada le asintió tímidamente con la cabeza.

—¡¡¡CIELOS!!! —se escuchó un fuerte quejido que venía de detrás de Accel y Yuuki, quienes al voltear confundidos por dicho lamento, se sorprendieron al ver que se trataba de Jane y Mei, que estaban en compañía de Karl, Kei y Rei detrás de ellas— ¡¡¿Por qué no se besan?!! —preguntaron Jane y Mei al unísono.

—¡¿C... Cómo?! ¡N... N... No era nada de eso! —refutaron Accel y Yuuki igual al unísono, muy avergonzados, sonrojados y apenados.

—¡Claro que era eso! ¡Cielos! —insistieron otra vez Jane y Mei.

—Es un poco creepy que Jane-chan y Mei-chan digan lo mismo al mismo tiempo, ¿no lo crees así, Kei-kun? —preguntó Karl mostrándose con un poco de miedo, aunque tratando de sonreír obviamente de forma forzada. Kei estaba casi igual que él.

—S... Sí... Lo cierto es que da un poco de miedo... —asintió Kei igual asustado.

[...]

Los siete miembros de los “Sleeping Knights” se dirigieron a la “Ciudad Natal Spriggan”, hogar de Karl y de Yuuki, en dirección a la casa de esta última.

Al llegar, Accel, Karl y Jane se sorprendieron al ver la casa de la chica Imp. Era muy grande a pesar de que ahí vivía solo ella. La habitación en la que dormía parecía ser la habitación más pequeña en toda la casa. Contaba con una gran sala, una gran cocina, un gran baño y dos cuartos para dormir, del mismo tamaño los dos. La casa recordaba mucho a la pacífica y acogedora cabaña en la que vivía Asuna dentro de ALO junto a su esposo Kirito. Todo eso era en el interior de la casa.

Por fuera, era igual de parecida a la cabaña de Asuna en ALO, incluso sus alrededores se llenaban fácilmente de nieve y parecía una casa en la cima de una helada montaña. Aunque la intensa y continua nieve era algo al parecer común en la “Ciudad Natal Spriggan” dentro de SALO.

—¡¡Nieve!! —Yuuki exclamó muy entusiasmada, saltando sobre una pequeña montañita de nieve que había en el jardín delantero de su casa.

La chica Imp se quedó de espaldas al piso nevado y comenzó a hacer un “ángel de nieve” moviendo sus brazos de arriba hacia abajo y viceversa varias veces con el mismo entusiasmo que una niña pequeña, como si hubiera visto nieve por primera vez en su vida, lo que dejaba más sorprendidos a Accel, Jane y Karl; los cuales mirando incrédulos la actitud infantil de Yuuki delante de su propia casa, solo pudieron limitarse a sonreír tiernamente sin saber qué más hacer.

—Yuuki siempre es así —comentó Mei, llamando la atención de Accel que volteó a ver a su compañera Undine.

Hace poco habían tenido lo que se podría llamar un “enfrentamiento” de algún tipo, pero Accel no le guardaba rencor o algo parecido a Mei, y esta debido a la sonrisa pacífica y sincera que estaba mostrando, tampoco parecía estar enfada con el muchacho Undine. Mei en cambio, también miraba igual de sonriente que los demás, a Yuuki que seguía entretenida y muy divertida haciendo el mismo “ángel de nieve”.

—Yuuki se distrae fácilmente con los animales o cualquier cosa que le parezca linda y divertida, así como la nieve, por eso a pesar de que su casa está rodeada de nieve todos los días, cuando la ve no duda en tirarse de espaldas en la nieve y hacer un “ángel de nieve” —explicó Mei. Tras escucharla, Accel volvió a mirar hacia Yuuki y sonrió tiernamente observando a la joven chica Imp—. El nombre de Yuuki significa “Coraje”, pero lo mismo puede significar “Nieve”, y ambas son perfectas para ella, ¿no lo crees?

Ante la pregunta de Mei acompañada por una sonrisa, Accel asintió tiernamente con la cabeza mirando aún con una sentimental sonrisa a Yuuki.

—Sí —respondió el muchacho Undine, y Mei le dirigió una nueva sonrisa.

Luego ella se acercó a la chica Imp:

—Vamos, Yuuki. Tienes que abrir la casa. Tienes invitados, recuerda.

Mei levantó a Yuuki de la nieve, sorprendiéndose la joven Imp al darse cuenta.

—¡Oh! ¡Cierto! ¡Lo siento! —se disculpó la pelimorada llevándose la mano derecha a detrás de la cabeza mientras cerraba los ojos sacando un poco la lengua, ligeramente avergonzada pero risueña.

Yuuki abrió la puerta y los dejó pasar. Todos conversaban amigablemente dentro de la casa, cuando la chica Imp decidió salir para tomar un poco el aire y ver la nieve que caía lentamente. El aire era frío pero no se sentía molesto. Solo los dos únicos integrantes Undine del gremio captaron al instante la salida de Yuuki. A Accel le había llamado mucho la atención ver que la chica Imp saliera mientras todos conversaban.

—¿Qué te parece la casa de Yuuki? —preguntó repentinamente Mei.

Accel aunque al principio sorprendido, luego sonrió:

—Es muy acogedora y cálida... Me... Me recuerda mucho a una casa que mi familia tiene en el campo... Que es igual de cálida y acogedora... —dijo el Undine con una reconfortante mirada y expresión en su rostro. Su tranquilidad era tal que Mei se sorprendió un poco, pero también le sonrió tiernamente— Era la casa de los abuelos de mi abuela materna, o sea, mis tatarabuelos... Por supuesto no los conocí, pero según me contaba mi mamá, mi abuela se esforzó mucho por tener de vuelta esa casa en el campo que en ese momento no nos pertenecía, pero... Siempre que estaba ahí... me sentía realmente bien... Aunque... creo que es como dijo Yuuki, no es el lugar, sino la gente... Esa casa en el campo era un lugar donde cada cierto tiempo podía pasar más tiempo con mi abuela y... Cada vez que estoy con mi abuela me siento muy, pero muy feliz...

Accel cerró sus ojos, mostrando una tierna y cálida sonrisa acompañada de un pequeño sonrojo, que sorprendió a la Undine, que también se llegó a sonrojar.

—Aunque es un poco contradictorio, ¿no crees? —inquirió el peliazul, abriendo sus ojos y mirando por la gran ventana que daba a la ciudad.

—¿Contradictorio? ¿El qué? —preguntó Mei confundida.

—La ciudad... Los Spriggan se caracterizan por colores oscuros, como son el morado y el negro... Pero aquí, justo esta, la ciudad de los Spriggan; se caracteriza por poseer una gran cantidad de nieve todo el tiempo.

Mei, esta vez no sonrojada, sonrió al comprender que Accel había cambiado ligeramente de tema.

—Aunque no queda mal esa combinación, el blanco de la nieve y el negro de los Spriggan... No queda del todo mal, de hecho queda bastante bien. Me gusta esa combinación... —entonces el Undine se levantó, confundiendo un poco a Mei— Bueno... Voy a ver a Yuuki, seguro no se ha cansado de jugar con la nieve.

Mei asintió con una sonrisa, y vio marchar a Accel.

El Undine salió por la misma puerta que Yuuki, la puerta de atrás que da al jardín trasero. Dicho jardín estaba completamente cubierto de nieve pero el aire seguía siendo muy refrescante y para nada resultaba molesto. Aún así, Accel sentía un poco de frío a pesar de poseer una vestimenta bastante holgada y abrigada, incluso llevaba la misma bufanda de siempre alrededor de su cuello.

Accel y Yuuki eran los únicos que al llegar a casa de la joven Imp, no se habían puesto lo que se dice “cómodos”, ya que ninguno se quitó su vestimenta de combate, ni siquiera la pelimorada se había quitado su coraza como siempre lo hacía para ponerse cómoda. Accel pensaba que si él, que tenía una ropa bastante abrigada, sentía un leve frío, tal vez Yuuki se helaría de frío con esa ropa que ella llevaba y que no se podía decir que abrigara mucho. Accel agarró con su mano derecha su bufanda por la parte de delante del cuello mirando hacia el cielo. Suspiró, y dejó escapar el vapor de su boca que ahora era visible por el helado ambiente.

—¿Yuuki tendrá frío? —se preguntaba Accel, acomodando su bufanda un poco más hacia arriba, tapando su boca.

El Undine cerró sus ojos como si nada, colocando sus manos en sus bolsillos. Decidió caminar hacia la izquierda, pero se sorprendió al notar que su pie había chocado con algo. Al abrir los ojos y mirar hacia abajo, se sorprendió aún más al ver que se trataba de Yuuki, quien estaba sentada en la nieve, con su espalda acomodada contra la pared, dormida al parecer después de cansarse jugando en la nieve.

—Yuuki... —Accel mencionó el nombre de la pelimorada como en un susurro, ligeramente sorprendido tras verla así. El Undine terminó sonriendo tiernamente mientras la observaba, decidiendo aún con sus manos en los bolsillos, agacharse para mirar directamente a la chica Imp, de frente a esta— Oye, Yuuki, hace mucho frío aquí afuera, te vas a resfriar... —dijo él, aunque sabía que era inútil.

La pelimorada solo inhalaba y exhalaba como parte de su procedimiento para cada vez estar más y más sumergida en el sueño que parecía ser a cada instante más profundo. Accel no pudo evitar sonreír por lo tierna que Yuuki se veía durmiendo.

—Qué linda... —susurró él, pero luego se sorprendió al darse cuenta de que Yuuki tenía puestos lo que parecían ser unos audífonos en los dos oídos— Oh, ¿se quedó dormida oyendo música?

Accel volvió a dejar escapar una ligera pero tierna sonrisa, la cual casi se desvaneció por completo cuando se sorprendió al encontrarle un cierto parecido a la forma en la que estaba durmiendo Yuuki con respecto a la manera de dormir de Noromi aquella vez que la vio en la azotea de la escuela.

No me lo puedo creer... ¿En serio hay una posibilidad de que Noromi pueda ser Yuuki?... —se preguntó Accel en su pensamiento, pero le llamó la atención que Yuuki se encogió tiernamente de hombros, inflando un poco sus cachetes mientras seguía durmiendo. Esto hizo que el Undine sonriera con ternura observándola— No, no puede ser. Yuuki es mucho, mucho más tierna y linda —pensó, sonriendo al afirmarse a sí mismo que esa ligera posibilidad debía ser errónea—... ¿Por qué es tan linda?... —se preguntó en voz baja después de un tiempo en el que estaba callado, solo observándola mientras dormía.

Accel se sonrojó mientras decidía casi que por instinto, acercar su rostro al de ella, disponiéndose a darle un beso, pero cuando ya estaba muy cerca, se arrepintió en el último momento, recordando fugazmente la patada que le propinó Noromi. Se sintió un poco atemorizado y con dudas en si besar a Yuuki o no.

Mejor no lo hago... En ese momento recibí una patada y muy fuerte, y en ese momento ni siquiera tenía la intención de besarla... Imagínate la patada que recibiría ahora que sí tengo intenciones de besarla... —se decía Accel a sí mismo en sus pensamientos, preocupado, hasta que se sorprendió al notar que Yuuki comenzaba a despertarse abriendo lentamente los ojos y estirándose un poco.

La chica Imp se quedó mirando fijamente aún un poco adormilada a Accel, que estaba sonrojado al ver así de tierna a Yuuki acabando de despertarse frente a él.

—... ¡Oh! ¡Accel-kun, ¿qué haces aquí?! —preguntó la pelimorada ahora mirándolo entusiasmada tras despertarse por completo.

Accel, mientras se le quitaba el sonrojo, le terminó sonriendo:

—Vine a buscarte, estaba preocupado por ti. ¿No tienes frío? Pensé que estabas jugando con la nieve, pero te quedaste dormida escuchando música, ¿verdad?

Yuuki asintió con la cabeza:

—¡Sí! Me encanta la música. Pero no te preocupes, estoy bien aq... —iba a terminar de decirle Yuuki, pero ella misma se interrumpió, para sorpresa de Accel.

La chica Imp comenzó a abrir y cerrar su boca y sus ojos, al parecer de forma intermitente como si fuera a...

—A... A... ¡Achú! —Yuuki terminó dejando escapar un estornudo que parecía haber estado evitando durante unos buenos segundos.

Accel se preocupó un poco, pero aún mirándola de forma tierna:

—¿Ves? —preguntó él, mientras Yuuki se llevaba su dedo índice izquierdo de forma horizontal por debajo de su nariz inflando un poco sus cachetes, no queriendo reconocer que no pudo aguantar ese estornudo delante de Accel— Te lo dije. Vas a pillar un resfriado si te quedas mucho tiempo aquí afuera. Vamos adentro, ¿sí?

Yuuki apartó su dedo índice, mirándolo aún un poco con los cachetes inflados:

—Pero yo quiero quedarme un rato más aquí...

Accel se sorprendió, pero terminó suspirando de forma incrédula:

—Vaya, Vaya —el Undine decidió sentarse a la derecha de Yuuki, sorprendiendo a esta—. Entonces no me dejas de otra, me tengo que quedar a tu lado sí o sí —Accel se quedó sentado a la derecha de la chica Imp, mirándola con una sonrisa mientras ella solo lo miraba sorprendida sin esperarse aquello.

Accel, que miraba tiernamente a Yuuki (la cual se encontraba muy ruborizada en este punto viendo directamente a los ojos de Accel y luego al rostro de este), sonrió un poco más mientras se quitaba su bufanda.

—Mi ropa es más holgada que la tuya, así que no importa que te preste mi bufanda, ¿verdad? —preguntó Accel con una tierna sonrisa mientras abrigaba gentilmente el cuello de Yuuki con su propia bufanda.

La chica Imp estaba aún más sorprendida, pero logró asentir tímidamente con la cabeza, sin decir nada. Pero entonces cuidadosamente viró su cabeza hacia adelante de ella, acercando su cuerpo al de Accel y colocando su hombro derecho contra el hombro del muchacho Undine, el cual se sorprendió, pero sonrió como si nada, también mirando hacia el frente. Él cerró los ojos acomodándose tiernamente, mientras que Yuuki aún sonrojada y un poco nerviosa con el rubor de sus mejillas casi llegando a sus lindas y puntiagudas orejitas, dejaba escapar un poco de vapor por su boca.

—Accel-kun... ¿Puedo hacerte una pregunta?

El Undine abrió los ojos solo para mirar sonriente hacia Yuuki, con sencillez:

—Claro. Pregunta lo que quieras.

Yuuki se detuvo un momento antes preguntar, aún nerviosa y ruborizada:

—... ¿Alguna vez te has enamorado?...

Por supuesto, la pregunta de la chica Imp había tomado completamente por sorpresa a Accel, quien magistralmente logró disimular su impacto con una común sonrisa, pero su “yo” interno estaba cundiendo en pánico en ese momento.

¡¿Pero qué demonios?! ¡Entre todas las preguntas que me podía hacer, ¿por qué precisamente esa?! —Accel protestó en su pensamiento, para luego, aunque todavía nervioso y tratando de mantener una sonrisa con los ojos cerrados, disponerse a responderle a Yuuki—: Bueno... Eso... Esto... S... Sí... Se puede decir que hace poco me enamoré por primera vez en mi vida...

Accel quería que se lo tragara la tierra...

No había muchas probabilidades de que todo saliera bien después de dar una respuesta así. En el peor de los casos, terminarían hablando de romance y Accel podría terminar con el corazón roto por primera y posiblemente única vez en su vida. Él no quería eso. Pero tuvo que animarse a sí mismo pensando que en su situación actual no tenía muchas opciones aparte de ser lo más sincero posible sin entrar en detalles, a no ser que Yuuki preguntara específicamente, porque él no quería mentirle.

Accel miró al suelo, lleno de nieve, un poco más relajado y menos tenso.

—Ya... Ya veo... —comentó Yuuki un poco decaída de ánimo—... ¿Y puedo hacerte otra pregunta?

—Claro —respondió él con la misma calmada y tierna sonrisa, pero por dentro Accel por supuesto, continuaba en pánico—. ¡Que no pregunte de quién! ¡Que no pregunte de quién! ¡Que no pregunte de quién!...

—¿Y puedo saber de quién?

¡Puta Vida!

Accel no pudo evitar quejarse internamente:

¡¿De todas formas a qué demonios viene todo esto?! —aunque nervioso y juntando todas sus fuerzas para no hacer evidente su pánico, se llevó el dedo índice derecho a su mejilla derecha, tratando de controlarse— Ehm... Eso... Esto... Eso es...

—Vale, lo siento —dijo de repente Yuuki, sorprendiendo a Accel que volteó a verla confundido—. Entiendo que es un tema personal... Disculpa por preguntar acerca de eso, no lo volveré a hacer —entonces la chica Imp juntó sus piernas con sus brazos de forma tímida, un poco seria y decaída de ánimo, lo que sorprendió más al Undine.

—Yuuki... —dijo Accel, tratando de mostrar un tono serio.

—¿Hm? —preguntó Yuuki sin voltear a ver al Undine, casi sin emoción alguna.

—No es algo que me incomode contarte... De hecho me gustaría contártelo... —la chica Imp se sorprendió al escuchar aquellas palabras, volteando a ver al peliazul— ¿Quieres saber?... —Yuuki continuaba sorprendida, pero un brillo apareció en sus ojos.

—Hm... ¡Hmm! —la pelimorada asintió vigorosamente, por lo cual Accel aunque nervioso y sonrojado, se dispuso a sincerarse en ese momento.

—La verdad es q...

Pero Accel no logró terminar de decirlo, porque una explosión ocurrió muy cerca de ellos, llamando la atención de los dos muchachos, y más cuando un jugador aparentemente de la raza Spriggan, fue lanzado contra la casa de Yuuki, cayendo delante de ella y de Accel que miraban al lastimado jugador sin creérselo.

—¡¿Pero qué...?! —se preguntaba el Undine confundido.

—¡¿E... Estás bien?! —inquirió Yuuki preocupada por el jugador delante de ella. Se quitó la bufanda devolviéndosela al Undine mientras ella se acercaba al jugador, sujetando delicadamente la cabeza del Spriggan con cuidado de no lastimarlo más.

—C... C... Co... rran... Corran... —susurró el jugador con sus últimas fuerzas, antes de desaparecer a través de partículas de luz delante de los ojos de Yuuki que se había quedado atónita tras ver esto.

—Pe... Pero... ¿Pero qué demonios está ocurriendo aquí? —se preguntó ella.

—Oh... ¿Así que eso fue todo? Jo... No debí haber perdido mi tiempo con ese inútil —dijo la voz de otro jugador, que se encontraba volando con sus alas de Spriggan, al parecer muy cerca de Accel y Yuuki, quienes lo escucharon y al voltear la mirada hacia arriba, se sorprendieron al ver que se trataba de Haru.

Pero Haru parecía un poco diferente, con algunos tonos azules tanto en su ropa negra de Spriggan como en su cabello que antes solo era negro azabache, pero ahora su pelo presentaba algunos mechones azulinos dispersos por sus hebras.

—¡¿Ha... Haru-kun?! —preguntó Yuuki, mirando atónita hacia Haru aún sin poder dar crédito a lo que estaba viendo.

Haru pareció sorprenderse un poco al notar que era Yuuki quien estaba junto al otro jugador Spriggan que había desaparecido, pero como si nada, él tan solo se limitó a sonreír pareciendo un poco divertido:

—¡Oh! Pero si es Yuuki-chan. ¡Cuánto tiempo! —Haru saludó a la chica Imp con naturalidad, aún volando encima de ellos, y luego el Spriggan advirtió que Accel se encontraba al lado de la pelimorada— Oh, y también Accel-kun. Me alegra verlos de nuevo —dijo, pero Yuuki continuaba confundida y preocupada al respecto, apretando sus puños como si sospechara lo que estaba pasando.

—¿Qué te pasa, Haru-kun?... Fuiste tú... ¿quien le hizo eso a ese jugador Spriggan? —inquirió ella, mirando seria a Haru. Él pareció mostrarse un poco confundido, pero luego sonrió confiadamente al respecto.

—Ah, sí, fui yo —admitió Haru con una confiada y para nada arrepentida sonrisa, que dejó sorprendidos tanto a Accel como a Yuuki, en especial a esta última.

Los demás “Sleeping Knights” finalmente salieron todos juntos por la puerta de atrás de la casa, preocupados, posiblemente debido a la explosión del impacto de hace tan solo unos segundos. Aunque la casa de Yuuki estaba un poco alejada de la zona más transitable de la ciudad, algunos jugadores cerca también voltearon a ver, confundidos.

—Pero... ¿Por qué, Haru-kun? —inquirió la chica Imp, aturdida.

—Pues porque me dio la gana, ¿por qué más? —Haru mostró una sonrisa un tanto diabólica, que hizo molestar instintivamente a Yuuki.

Ella abrió los ojos, muy furiosa y apoyando bien sus pies en el suelo. Yuuki se lanzó con un increíble salto hacia Haru, sacando su espada con la intención de darle una fuerte estocada, pero Haru, como si nada, colocó su propia hoja en la dirección de dicho ataque de Yuuki, quien lo seguía mirando con mucho enfado en sus ojos. La chica Imp sacó también sus alas con su mismo diseño vampírico y, haciendo mucha fuerza con su espada, logró echar un poco hacia atrás a Haru que no parecía tener dificultades para resistir al principio el fuerte impulso con el que se había lanzado la pelimorada.

—¡Yuuki! —exclamó Jane preocupada, sacando sus alas Cait Sith para disponerse a ayudarla, pero Accel extendió su brazo delante de Jane, logrando detenerla.

—Espera... —dijo el Undine, confundiendo un poco a su amiga Cait Sith— Entiendo ese sentimiento de pensar que Yuuki puede parecer débil e inocente debido a su lindo rostro y apariencia que puede hacer que bajes la guardia, pero... —Accel dejó de extender su brazo mientras sonreía más confiado, mirando hacia Yuuki— ¡Ella es sin dudas la mejor espadachín de todos! —exclamó Accel, muy confiado en sus palabras.

Jane se sorprendió, pero sonrió tiernamente con una leve pizca de preocupación. Miró ligeramente inquietada hacia Yuuki que seguía mirando con desprecio a Haru, quien continuaba sonriendo muy confiado como si nada.

—¡¿Por qué, Haru-kun?! ¡¿A qué viene este drástico cambio en ti?! —preguntó la chica Imp. El Spriggan en cambio, seguía sonriendo sin inmutarse.

—Te lo explicaré todo, pero... —Haru extendió su mano izquierda hacia Yuuki con una confiada sonrisa— Primero me gustaría que te unieras a mí, Haruhi-nee-chan —dijo él, confundiendo a Yuuki por la forma en la que Haru la había llamado.

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