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Capítulo 14: Parentescos...

Todos estaban confundidos ante lo que acababa de suceder.

Entonces, la gran puerta que daba a la recámara del jefe, se abrió.

Los “Lucky Star” habían completado el Piso 12 y, obviamente muy contentos, corrieron hacia los “Sleeping Knights” para agradecerles.

—¡Accel-kun, Accel-kun! ¡Completamos el Piso 12! ¡Todo gracias a ustedes! —dijo Natsumi, acercándose junto a Haru, pero este último se detuvo, confundido al observar los rostros medio entristecidos de Accel y los demás.

—¿Qué sucede? ¿Por qué tienen esas caras? —preguntó Haru.

—¿Y Yuuki? —inquirió Natsumi, mirando preocupada a su alrededor porque no la observaba. Mei frunció un poco los labios con sus dientes, y decidió retirarse sin decir palabra alguna. Los “Lucky Star” ahora estaban aún más confundidos, pero Accel decidió voltearse con una débil sonrisa.

—Fe... Felicidades —les dijo el Undine, preocupando a Haru.

—No... Nosotros nos iremos con Mei-nee, nos vemos mañana en el bar de Accio-kun —dijo Kei, retirándose junto a su hermano Rei.

—Chicos... —dijo Accel, dirigiéndose a los jugadores del “Ejército Spriggan”— Gracias por todo... Díganle al “King” que hicieron un excelente trabajo —y les hizo una reverencia en agradecimiento. Los jugadores le respondieron también con una reverencia, y luego se retiraron.

Después, los “Lucky Star” se quedaron conversando con Accel, Jane y Karl. El Undine conversaba con Haru, Jane con Natsumi, y Karl con los demás.

—Así que eso fue lo que sucedió... —dijo Haru, tras Accel al parecer contarle todo— Sí que es extraño...

—No comprendo del todo a Yuuki... No sé qué pensar después de esto... ¿Acaso no le agrado y no sabe cómo decírmelo? —se preguntó Accel entristecido, por lo que Haru no pudo evitar expresar su incredulidad ante el comentario del Undine.

—¡¿HAH?! ¿Hablas en serio? ¿Acaso tienes problemas mentales? ¿“Que no le agradas a Yuuki”? Por favor, los conozco lo suficiente como para saber que ustedes dos se aman —afirmó Haru, sonrojando avergonzadamente al peliazul.

—¡¿Nos amamos?! —se sorprendió Accel, ruborizado casi por completo.

—Bueno... —dijo Haru, ligeramente desconcertado ahora por la actitud avergonzada del Undine— Por lo visto sí puedo afirmar que tú sí la amas en un nivel romántico, como para querer ser novio de ella o algo así, pero... Aunque no es tan evidente en Yuuki-sensei porque ella siempre le muestra cariño a todos... Lo cierto es que de seguro eres de entre todos los que la maestra conoce, la persona a la que Yuuki-sensei más quiere —declaró, sorprendiendo a Accel—... Debería ser evidente, ¿no? Es decir... Ustedes dos tienen una relación muy fuerte a pesar de que por lo que sé, no se conocen por tanto tiempo. Mei-san conoce a Yuuki-sensei desde mucho antes, ¿no? Pero creo que hasta la propia Mei-san es consciente de que Yuuki-sensei te quiere más a ti que a ella. Y creo que eso hace muy feliz a Mei-san. De hecho... por alguna razón nos hace muy felices a todos nosotros. Siempre que los veo a ustedes dos... es como si ustedes dos transmitieran un aura de paz muy relajante... Y por lo menos a mí... ustedes me recuerdan a la relación que yo tenía con Haruhi-nee-chan... Claro, no quería ser novio de mi hermana o algo así, no pienses raro, solo... Me refiero a que tú y Yuuki... son capaces de ayudarse sin decir que necesitan ayuda, es algo que simplemente... sienten... Ustedes están conectados... No sé cómo explicarlo, pero... solo sé que es algo muy lindo... y creo que es algo tan fuerte, que será eterno.

Finalizó, dejando muy sorprendido a Accel, que no tenía palabras.

—Así que no digas locuras como que Yuuki-sensei no te quiere o algo así.

—Pero... ¿Y cómo se explica lo que pasó? —preguntó el Undine.

—A ver... —el Spriggan cerró los ojos y cruzó los brazos, tratando de pensar al respecto—... Sí, dije que su actitud era extraña... pero me refería a otro sentido. Es decir, Yuuki sufrió cuando pensó que te fuiste, fue ella la primera que se acercó a ti; dado todo eso, es imposible decir que a estas alturas no te quiere. ¿Al menos eso lo tienes claro?

—S... Sí, es verdad, perdón... —se disculpó avergonzadamente Accel, haciendo sonreír un poco incrédulamente a Haru.

—No tienes que disculparte, es solo para tratar de explicarte cómo yo lo veo... Mmm... Es decir, cuando dije que su actitud era extraña... Me refería a que... es como si nos faltaran datos... elementos importantes para comprender el comportamiento de Yuuki-sensei. Si supiéramos por lo que ha pasado, tal vez la entendiéramos mejor...

—¡Oh! —Accel se sorprendió, llamando la atención de Haru— Eso... Eso tiene más sentido... Claro... Me estuvo comparando con otra persona, o al menos eso entendí... ¡Wow, Haru-kun, gracias! ¡Eres muy inteligente!

—¿Qué? —se rió el Spriggan incrédulamente— Tú eres más inteligente que yo, hoy mismo lo acabaste de demostrar con todo lo que hiciste para que nosotros pudiéramos entrar al Piso 12... ¡Jeje! —de repente Haru sonrió, para confusión de Accel— Al parecer, lo que pasa es que no eres muy inteligente cuando se tratan de cosas directamente relacionadas con tus sentimientos. Creo que es algo muy común.

—S... Sí, puede ser... —confesó Accel, aunque avergonzado.

—Mmm... No sé por qué esa actitud de Yuuki-sensei... no es como que ella hable mucho de su vida... No podemos saber más allá de lo que ella no nos cuenta... ni siquiera la persona más cercana a ella podría entender lo que ella quiere ocultar... Pero... Cuando no podemos entender a alguien, y ese alguien realmente nos importa... solo tenemos que esforzarnos por comprender... y seguir esforzándonos —dijo Haru.

Accel le sonrió tiernamente al Spriggan tras escucharlo:

—Gracias, Haru-kun. Vamos juntos al “Monumento a los Espadachines”, ¿no quieres ver sus nombres?

—Sí, pero iremos solos —dijo el Spriggan, sorprendiendo al Undine—. Ahora es una situación difícil de entender para ti debido a lo que sucedió con Yuuki-sensei, ¿no? Pues es mejor que por hoy descanses, mañana de seguro todo se solucionará entre ustedes. Vuestra relación no se irá abajo por algo tan insignificante. No es la primera vez que hay ese tipo de tensión pasajera entre ustedes dos, ¿no? Así que nosotros los “Lucky Star” iremos al “Monumento a los Espadachines”, y vosotros podréis descansar.

—Gracias, Haru-kun —dijo Accel sonriéndole, y Haru le devolvió la sonrisa.

—¡Chicos, terminen de agradecerles a Jane y a Karl, nos vamos hacia el “Monumento a los Espadachines”! —dijo el líder de los “Lucky Star”.

...

Al salir de la “Mazmorra de los Pisos” después de que los “Lucky Star” se adelantaran: Accel, Jane y Karl se detuvieron en la entrada.

—Bueno, creo que será mejor que nos vayamos, ¿no? —preguntó el Undine, y Karl y Jane, aunque un poco nerviosos, le asintieron con la cabeza— Entonces... nos vemos mañana —dijo, siendo el primero en desconectarse.

Jane y Karl se quedaron un rato en silencio, hasta que el Spriggan decidió ser el primero en tomar la iniciativa para desconectarse.

—Bueno, yo también me voy a desconec... —iba a terminar de decir Karl, pero Jane sostuvo con su mano izquierda la manga derecha de la chaqueta negra del Spriggan, la manga más cercana a ella. Karl se sorprendió, e incluso se sonrojó por el actual comportamiento nada común de parte de Jane, que se veía tiernamente sujetando con sus dedos la manga de la chaqueta del Spriggan.

[...]

Ichigo se despertó en su cama, y se quitó el AmuSphere aún acostado de espaldas, mirando el techo de forma pensativa.

Mientras, Yuuki se encontraba en el “Monumento a los Espadachines”, observando los nombres debajo del Piso 12, que eran los nombres de los miembros del gremio “Lucky Star”. La chica Imp al principio miraba seria y casi sin emoción, pero al notar que se trataba de los nombres de sus amigos de los “Lucky Star”, sonrió alegre.

—Menos mal... Lo consiguieron... Son increíbles, Haru-kun —se dijo Yuuki.

—¿Yuuki? —preguntó Natsumi, llamando la atención de la chica Imp que se volteó hacia atrás, y se sorprendió al ver que los “Lucky Star” se encontraban entrando, y se habían quedado igual de sorprendidos al ver a Yuuki.

—Natsumi-chan... —dijo la pelimorada sorprendida. La Undine, alegrándose mucho, corrió hacia Yuuki, saltando sobre ella y abrazándola.

—¡Yuuki! ¡Qué bueno verte, Yuuki! —decía Natsumi, abrazándola fuertemente.

—¡Gracias, Yuuki! —le agradecieron el resto de los integrantes de los “Lucky Star”, que se habían acercado más a ella para abrazarla, excepto Haru, que tan solo se acercó con una cálida sonrisa.

—Gracias a ti y tu gremio fue que logramos ganar. Gracias. Muchas gracias —continuó agradeciéndole Natsumi.

—Ah, no fue nada. Fueron ustedes los que completaron el piso, nosotros solo los ayudamos un poco —dijo Yuuki, quien volteó a ver hacia Haru, un poco sorprendida mientras observaba al Spriggan que le mostraba una tierna sonrisa.

Todos los “Lucky Star” terminaron delante del “Monumento a los Espadachines”, conversando muy alegres, mientras Haru tenía a la derecha a sus compañeros de gremio, y a la izquierda a Yuuki, conversando con esta última.

—Te sentías mal, pero eres tan buena y gentil que no pudiste evitar preocuparte por si habíamos completado el piso o no —le comentó el Spriggan a la chica Imp.

—No... No soy buena ni gentil... —negó la pelimorada un poco deprimida— Solo me sentía culpable por haber salido corriendo y haberlos abandonado... Mi actitud no es nada admirable —dijo, haciendo sonreír un poco a Haru.

—Pero al menos te sentiste culpable y viniste... algunos ni siquiera llegan a sentirse culpables... y mucho menos vendrían hasta aquí —comentó el Spriggan, y los dos se quedaron unos segundos en silencio—... Te estoy muy agradecido, Yuuki... Siempre estaré en deuda contigo... Y realmente quiero permanecer a tu lado —dijo, dejando sorprendida a la chica Imp que volteó a verlo—... Ninguno de los “Lucky Star” quiere alejarse de ti y de ninguno de los “Sleeping Knights”... no es una deuda que tenemos con ustedes... Tan solo es natural que las personas busquen estar cerca de donde se sienten a gusto —agregó, dejando más sorprendida a la pelimorada—... No sé qué es lo que sucede entre tú y Accel, pero... vuestra relación es algo muy lindo... A todos nos gustaría que no se distanciaran por pequeñas cosas. ¿No quieres a Accel-kun? —preguntó, sorprendiendo más a Yuuki, que se sonrojó y bajó tímidamente la cabeza.

—... Sí... Quiero mucho a Accel-kun... Y... Siempre lo querré —dijo, haciendo sonreír a Haru, este que colocó su mano izquierda en el hombro derecho de Yuuki.

—Entonces si pueden seguir demostrando que se quieren, háganlo, y dejen de lado las preocupaciones innecesarias... No sabemos cuándo puede ser nuestro último día, no sabemos si nos arrepentiremos por no haber vivido más plenamente o por no haber hecho lo que tanto nos privamos de hacer... La vida es muy corta como para desperdiciarla vanamente, y cada momento, por insignificante que parezca, es sumamente valioso e insustituible —dijo Haru con una débil sonrisa, pero sus palabras eran lo que él realmente pensaba y sentía, eso Yuuki pudo notarlo perfectamente en los melancólicos ojos del Spriggan, que reflejaban una profunda tristeza que estaba intentando convertir en un importante consejo de vida. La chica Imp, viendo esto y entristeciéndose por Haru, no iba a desperdiciar las palabras de su amigo Spriggan que tanto se estaba preocupando por ella.

—Gracias, Haru-kun —agradeció la pelimorada con una débil sonrisa.

—¡Vamos a tomarnos una foto! —dijo de repente Natsumi, muy emocionada, sorprendiendo a Haru y a Yuuki.

—Ah, yo les tiro la foto —se ofreció la chica Imp con una sonrisa. Natsumi asintió alegremente y le ofreció la cámara fotográfica holográfica. Los “Lucky Star” se prepararon frente al monumento, mirando hacia Yuuki que se había alejado de ellos con la cámara—: ¡Aquí voy! —avisó la pelimorada, finalmente tirando la foto; Haru se encontraba en el medio y Natsumi a la izquierda de este.

Cuando la foto fue tomada, Natsumi sonrió y corrió hacia Yuuki:

—Déjame ver cómo quedó —dijo la Undine, pero sorprendió a la chica Imp cuando Natsumi con su mano izquierda, cogió la mano derecha de Yuuki, y corrió hacia sus compañeros después de presionar con su mano derecha la punta superior de la cámara en forma de rombo.

—¡E... Espera! ¡Natsumi-chan! —dijo la chica Imp, que terminó ubicada entre Haru y Natsumi, esta última que abrazaba a Yuuki, la cual seguía confundida en lo que la cámara aún se demoraba en tirar la foto.

—¿En serio creías que no te incluiríamos, Yuuki? ¡Tú ya eres una de nuestros valiosos amigos! ¡Te queremos, Yuuki! —sonrió Natsumi, aún abrazando a la chica Imp, la cual aunque sorprendida, terminó sonriendo, y luego todos sonrieron a la cámara.

...

Después de salir del “Monumento a los Espadachines”, Natsumi le entregó a Yuuki la foto que se habían tomado los “Lucky Star” con la chica Imp, y esta estaba sorprendida por ello.

—Toma. Guárdala. Nosotros también la atesoraremos por siempre —dijo Natsumi. Yuuki, aún sorprendida, cogió la foto y la observó por un corto tiempo, terminando sonriendo muy feliz.

—Gracias... —dijo la chica Imp, cuando de repente Natsumi besó tiernamente la mejilla izquierda de Yuuki que se sorprendió, así como se asombraron todos los chicos que además se sonrojaron, excepto Haru que solo sonrió por ello.

—Gracias a ti, Yuuki —le dijo Natsumi con una tierna sonrisa.

[...]

Mientras, en casa de Ichigo, este se encontraba acostado de espaldas en su sofá, mirando pensativo hacia el techo, cavilando acerca de lo que había sucedido con Yuuki.

En ese momento, alguien tocó el timbre de su casa.

Ichigo, un poco sorprendido, se levantó y abrió la puerta, sorprendiéndose más al ver que se trataba de Taisha y de Ryoichi.

—¡Taisha, Ryoichi! ¿Qué hacen aquí? —preguntó el pelinaranja.

—¡Vinimos a quedarnos a comer, a dormir y a desayunar! —dijo Taisha, muy entusiasmada y con mucha confianza.

—¿Eh? ¡¿Pero qué te crees que es mi casa, un hotel?! —preguntó Ichigo, pero la pelirroja así como el de pelo cobrizo, únicamente sonrieron cerrando los ojos como si nada, algo que dejó más incrédulo a Ichigo, pero los dejó pasar.

...

Al otro día, por la mañana del martes 16 de mayo del año 2056, en casa de Ichigo, este estaba ayudando a Taisha a lavar los platos en la cocina. Mientras, Ryoichi solo se encontraba sentado en uno de los asientos de la mesa de comedor, jugando con su “VR-PSP”. El de pelo cobrizo parecía estar jugando muy contento, por lo que Taisha no pudo evitar mirarlo un poco molesta en lo que continuaba lavando los platos.

—Lo único que hace es jugar mientras nosotros limpiamos —comentó ella.

—Bueno, es Ryoichi —sonrió Ichigo.

Después, los tres ya vestidos con sus uniformes, se prepararon para un aperitivo antes de salir hacia la escuela.

Ryoichi había dejado de jugar con el “VR-PSP” y pasó a jugar con los videojuegos guardados en la base de datos de su “PulseBrace”.

Mientras, Taisha e Ichigo cortaban unos trozos de manzana para comer.

—Estoy preparando unas cuantas más para Sashima-san, ¿vale? —preguntó la pelirroja, y el pelinaranja le sonrió.

—Sí, muchas gracias. Cuando ustedes vienen ella suele quedarse un poco más dormida de lo habitual, tal pareciera que sabe que tú y yo siempre terminamos cocinando —dijo Ichigo, por lo que Taisha le sonrió.

El pelinaranja continuaba cortando la manzana frente a él, pero le llamó la atención fijarse en el hecho de que Taisha parecía muy aterradora con el cuchillo que ella sostenía, cortando la manzana con mucha rapidez y agilidad con sus manos, provocando que Ichigo tragara en seco, un poco asustado.

—¿Sabes...? —preguntó el pelinaranja, aún un poco asustado, mirando el cuchillo en las manos de Taisha, mientras esta seguía cortando la manzana frente a ella.

—¿Hm? —inquirió la pelirroja en lo que continuaba cortando.

—... Siento un escalofrío cada vez que veo tu increíble habilidad con el cuchillo... —se sinceró Ichigo.

—Ah, eso... es que antes trabajaba como asesina... —dijo Taisha, todavía seria sin inmutarse, dejando al pelinaranja completamente impactado y más asustado.

—... ¡¿CÓMO?! —preguntó Ichigo.

—... en una serie de televisión... —terminó la frase Taisha, aún seria.

—¡No te olvides de decir eso! ¡Si esa frase la dejas a medias podrías matar a alguien de un susto! —dijo el pelinaranja, y ella sonrió un poco maliciosamente.

—Oh, ¿sí? Tal vez lo hice con esa intención —dijo Taisha, esto último sonriendo un poco perversamente, preocupando a Ichigo.

Esta chica da miedo... —pensó el pelinaranja, cuando pareció caer en cuenta—: Oh, ¿serie de televisión? —preguntó, al darse cuenta de lo que ella dijo.

[...]

Taisha, Ryoichi e Ichigo caminaban hacia la escuela, y los dos últimos iban un poco atrás de la pelirroja.

Ichigo observaba a su amiga, aún muy sorprendido por el hecho de que ella había trabajado en una serie de televisión.

—Ryoichi-kun —dijo Ichigo, llamando la atención del de pelo cobrizo.

—¿Sí? —preguntó su primo.

—¿Tú sabías que Taisha-chan había trabajado en una serie de televisión?

—Ah, claro que sí... Tú... ¿Tú no lo sabías? —preguntó Ryoichi, aunque el de pelo cobrizo parecía demasiado extrañado por el desconocimiento de Ichigo, como si el pelinaranja debiera estar enterado de eso desde hace mucho tiempo.

—Pues... no —dijo Ichigo, confundido por la mirada de Ryoichi y no solo por sus palabras. En cambio, el de pelo cobrizo se mantuvo unos pocos segundos en silencio, como si fuera un tema muy delicado, pero decidió hablar.

—Fue creo que cuando teníamos siete años —dijo, sorprendiendo a Ichigo.

—¿Siete años? —preguntó el pelinaranja.

—Ella... —comenzó diciendo, haciendo una pausa mientras recodaba algunos momentos de Taisha en el pasado, a medida que él iba contando— Ella hizo unas pruebas para un casting, para un pequeño papel en una serie de comedia de la televisión, pero a los directores les gustó tanto su actuación que le dieron un papel principal en la misma serie... Taisha-chan era tan buena actuando que muchos directores de diferentes programas de televisión le pedían que actuara en papeles muy importantes en varias series de televisión... Realmente Taisha-chan era increíble actuando... y posiblemente aún lo sea... —dijo, quedándose callado unos segundos, en lo que parecía deprimido, para confusión de Ichigo que comenzaba a preocuparse al respecto.

—Y... ¿por qué dejó de actuar?

—... ¿Sabes siquiera por qué comenzó a actuar? —preguntó Ryoichi, aunque sus palabras sonaron un poco ásperas, casi reprensoras, hostiles; lo que sorprendió a Ichigo—... Pues... Por ti —dijo, dejando al pelinaranja más sorprendido.

—... ¿Por mí?

—Recuerda que en ese tiempo tú estabas muy deprimido... —dijo, sin necesidad de explicar la razón que los dos tenían como demasiado obvia— No eras el mismo Ichigo que siempre sonreía y nos daba ánimos... Tú pasaste a ser el que necesitaba ánimos... Entonces Taisha-chan pensó: «¿Por qué no participo en una comedia para hacer reír a Ichigo-kun?».

Ante estas palabras, Ichigo abrió los ojos mostrando gran sorpresa, y Ryoichi continuó hablando, con un rostro medio entristecido:

—... De hecho... no fue hasta hace poco que volviste a sonreír, gracias a que conociste a Yuuki... Recuerdo que antes eras tú el que nos hacía sonreír, eras la persona que siempre nos apoyaba y animaba, a mí, a Taisha, y a todos a tu alrededor... Es por eso que Taisha y yo queríamos animarte cuando entraste en depresión... Pero no importa lo que hiciéramos... tú no parecías ser feliz... De hecho, por lo visto nunca viste a Taisha en la televisión... significa que todo fue en vano...

Dijo Ryoichi, sorprendiendo a Ichigo, quien se deprimió un poco, comenzando a recordar un momento de su infancia, cuando estaba encerrado en su habitación, en un gran estado de depresión, sentado en la cama con los pies sobre la misma y sus brazos sobre sus rodillas.

—Ichigo... Ichigo... —decía Sashima detrás de la puerta de la habitación, tratando de llamar la atención de su hijo—... ¿Por qué no ves la televisión?... Tai... Taisha-chan tiene una sorpresa para ti... —decía Sashima, un poco nerviosa, preocupada y entristecida por su hijo, colocando su frente sobre la puerta—... Ichigo... —dijo, al no recibir respuesta—... ¿Prefieres quedarte en tu habitación?...

—... Sí... —respondió el pelinaranja, con una voz débil y sin emoción.

—... —Sashima se quedó en silencio, muy entristecida por la situación de su hijo—... Está bien... Le diré a Taisha-chan que hoy no podrás ver el programa... —dijo, haciendo una pausa, pero Ichigo no hablaba—... Bueno... Me iré... Si me necesitas me avisas... ¿sí?...

—... Sí... —respondió el pelinaranja, otra vez con un tono de voz débil, y entonces Sashima decidió retirarse, pero dejando caer algunas lágrimas por su tristeza.

Ichigo volvió de aquel recuerdo, sintiéndose muy mal:

Así que mi madre en ese momento... se refería a que Taisha estaba actuando en la televisión... —pensó, devastado por la revelación— Y... ¿Por qué fue que Taisha dejó de actuar?

—Como decía... —prosiguió Ryoichi—... Taisha era muy buena actuando... Ella no solo hacía series de comedia... También trabajó en películas y series de diferentes géneros... Resultó tan buena actuando... que muchos comenzaron a discutir acerca de su futuro... Todos querían que ella actuara en sus proyectos... Fue cuando Taisha se dio cuenta de que estaba harta de ese mundo... —dijo el de pelo cobrizo con voz seria, dejando sorprendido a Ichigo, que decidió mirar hacia la espalda de Taisha, quien caminaba justo delante de los dos—... El motivo por el cual Taisha se metió en ese mundo... hacer que volvieras a sonreír... nunca sucedió... Para colmo... Taisha tenía que aguantar a todas esas personas ambiciosas que solo querían ganar más y más dinero a costa del talento de Taisha...

»Los padres y abuelos de Taisha, por supuesto le recomendaron que saliera de ese mundo mucho antes... pero ella quería seguir intentándolo... hasta que se dio cuenta de que no conseguía nada más que sufrimiento... Taisha pensó que tal vez lo único que debía hacer es cambiar sus métodos, pero... realmente no se le ocurría nada mejor... —Ryoichi terminó sonriendo aunque un poco forzadamente— Fue por eso que veías que Taisha insistía con presentarte a varias chicas tratando de que te enamoraras de alguna de ellas... Posiblemente Taisha había llegado a la conclusión de: «No soy la persona indicada para hacer que Ichigo recupere la sonrisa... pero puedo ser la persona indicada para encontrar a esa persona indicada» —dijo, dejando muy sorprendido a Ichigo, que bajó la cabeza muy deprimido—... Puede que nunca lo pensaste, pero... Tú nos salvaste la vida a Taisha y a mí... y a mucha más gente... Tu sonrisa... Tu sonrisa en momentos muy tristes nos salvó... Y me molesta admitirlo, pero... Yo no hice por ti ni el 0.01% de lo que Taisha hizo por ti —finalizó, dejando mucho más sorprendido a Ichigo.

—Yo... —el pelinaranja no sabía qué decir.

—Taisha siempre fue talentosa... siempre ha estado por delante de mí en todo momento... —dijo Ryoichi, observando a la pelirroja caminar de espaldas y por delante de él—... Hiciera lo que hiciera... ella siempre estaría por delante de mí... Y realmente eso nunca me ha molestado... ¿Cómo podría molestarme con alguien que aprecio tanto? Mucho menos podría molestarme con la persona que más amo... Lo único que me molestaba era que por mucho que lo intentaba... nunca notaste lo mucho que yo hacía por ti... Claro, nunca notaste lo que hacía Taisha por ti... y ella siempre hizo mucho más que yo... ¿Cómo podrías notarme?... —se preguntó, sonriendo un poco entristecido.

—... Lo... Lo siento... —se disculpó Ichigo, sin saber qué más decir.

—Taisha es realmente talentosa... Estoy seguro de que muchos quieren que vuelva a ese mundo de la actuación... incluso sé que a ella le gustaba actuar, solo que no quería sentirse como un objeto que solo servía para hacer dinero... A Taisha le gustaba recibir cartas de sus fans... Ella les pedía que fueran totalmente sinceros con ella, por ejemplo, si creían que debía mejorar algo en su actuación... Uno de los fans le dijo: «Tú no tienes nada que mejorar. Tú ya eres perfecta. Sigue así»... ¿Sabes lo que Taisha le respondió?... «Todos tenemos que mejorar. Ni somos ni seremos perfectos, no importa lo mucho que lo intentemos... Pero es mejor estar lo más cerca posible de la perfección que estar repitiendo la misma rutina como unos títeres sin la capacidad de mejorar»...

Al escuchar esto, Ichigo muy sorprendido, miró nuevamente hacia la pelirroja.

—... Sé que a Taisha le gustaba ese mundo... Que hubiera seguido en ese mundo de no existir personas tan ambiciosas... Sé incluso que Taisha de vez en cuando escribe sus propios guiones, y que le gustaría dirigir sus propias obras... Claro, intenta negarlo, pero... Solo intenta negarlo para no preocupar a los que sabían de su vida en la actuación... —dijo Ryoichi, aún mirando a la pelirroja, y terminó sonriendo más feliz— ¡Oye! ¿Sabes lo que quiero ser cuando sea mayor? —preguntó de repente el de pelo cobrizo, sorprendiendo a Ichigo por la repentina emoción de su primo. Entonces el pelinaranja negó con la cabeza, esperando la respuesta de Ryoichi—: ¡Ser el manager de Taisha-chan! —declaró muy feliz, sonriente y sonrojado con los ojos cerrados, dejando sorprendido a Ichigo— Así me aseguraría de que Taisha fuera feliz haciendo lo que a ella le gusta... sin preocuparse por la ambición de los demás —dijo, abriendo sus ojos y manteniendo su tierna y alegre sonrisa, dejando sorprendido a Ichigo, quien le terminó sonriendo igual tiernamente.

—¿Dijeron mi nombre? —preguntó Taisha con rostro curioso, volteándose hacia sus amigos, y aún caminando, de espaldas.

—¡No, claro que no! —negó Ryoichi, un poco asustado, mientras Taisha los observaba ligeramente sospechando, pero decidió virarse de nuevo hacia adelante.

—Bueno, no importa. Apúrense o llegaremos tarde —les dijo la pelirroja.

Ryoichi le sonrió a Ichigo, y este le devolvió la sonrisa. El de pelo cobrizo aceleró el paso y se colocó a la derecha de Taisha para comenzar a conversar con ella, en lo que Ichigo los continuaba mirando desde atrás, con una sonrisa, pero terminó un poco serio, reflexionando en su pensamiento.

En ese tiempo... —pensaba Ichigo, recordando cuando se encontraba solitario, entre todos sus compañeros de clase, en el patio de su Primaria, pero Taisha y Ryoichi se acercaron a él extendiéndole cada uno una mano, con una sonrisa, dejando únicamente un poco sorprendido a Ichigo—... Sí... ahora que recuerdo... Taisha y Ryoichi intentaron animarme incontables veces... Es extraño... En ese momento no me di cuenta... pero ahora lo recuerdo claramente... Supongo que cuando no tienes remedio, no tienes remedio... —pensó, comenzando a recordar sus momentos en los que más sintió soledad—... No solo Taisha y Ryoichi... mi familia... mis abuelos... mi mamá... Todos me apoyaron... Pero yo solo seguía hundiéndome en mi propia depresión... Nunca consideré aceptar su ayuda... tal vez, porque en un principio nunca pensé que estaban tratando de ayudarme... Nadie me lo dijo claramente... yo mismo tenía que entenderlo... ¿Qué iba a entender? Yo estaba destrozado... pero solo yo tengo la culpa...

Pensaba Ichigo, sintiéndose muy culpable, recordando cuando él se encontraba depresivo, pero observaba a escondidas que su madre lloraba en soledad:

... Aunque a mi mamá también le dolía... ella intentaba ayudarme... —reflexionó, recordando cuando Sashima intentó que él viera el programa de la televisión y otros momentos en los que en su presencia, le sonreía para tratar de animarlo, como si todo estuviera bien, como si ella no estuviera sufriendo igualmente—... Ella pretendía ser fuerte para darme fuerzas a mí... y yo solo empeoraba las cosas para ella... sin darme cuenta... Realmente me arrepiento... no pretendía hacerle daño ni a ella, ni a nadie... Mi depresión egoísta tal vez me hizo creer que el único que estaba sufriendo era yo... Me arrepiento... me arrepiento de todo ese tiempo que intenté alejarme de todos aquellos que solo intentaban acercarse a mí... Con el tiempo mejoré mi depresión, pero... hasta ahora no me había dado cuenta de todo lo que han hecho por mí... «Realmente lo que pensamos o sentimos no importa... el mundo seguirá girando, no importa si estás triste o feliz»... —pensó, ahora recordando una vez que él se encontraba en una especie de funeral, cogido de la mano de su madre, frente a la foto de quien había muerto—... Desde aquel día siempre he pensando eso y hasta cierto punto, lo sigo pensando...

Recordando, en aquel momento, Ichigo había llorado con mucha intensidad, pero... unas lágrimas que no eran de él, cayeron por su izquierda, donde se encontraba su mamá. Ichigo miró hacia arriba, observando que Sashima también estaba llorando, pero ella intentaba con todas sus fuerzas no seguir... no delante de su hijo.

... Pero es realmente agobiante saber que hay personas que se preocupan por ti a pesar de tener sus propias preocupaciones... —pensó Ichigo, recordando las lágrimas de Sashima— Mi mamá estaba llorando... no dejaba de llorar... si bien vi alguna de sus lágrimas... no eran nada con respecto al pesar que ella sentía e intentaba ocultarme con tal de hacerme sentir mejor... Después de todo... ¿Qué madre no quiere felicidad para su hijo? Solo una mujer que no puede ser considerada madre ni aunque tenga un hijo biológico... Incluso una madre adoptiva que ama realmente a sus hijos, es más madre que una madre biológica que no es capaz de poner a sus hijos por encima de ella... Toda madre pensaría que debe ser fuerte si quiere que su hijo sea fuerte y siga adelante... Lo siento, mamá... ahora me doy cuenta del significado de esas lágrimas que estabas conteniendo... esas lágrimas que salieron porque en tu interior ya no quedaba espacio para acumular más lágrimas... tenías que llorar... te ibas a sentir peor si no llorabas... No te culpo... Te amo y realmente lo que pasó no es culpa de nadie...

Pensó, ahora recordando su expresión de sorpresa, cuando observó las lágrimas caer de las mejillas de su madre, cuando estaban en el funeral.

¿Es justo?... Claro que no es justo... No existe una explicación de por qué sería justo lo que pasó... ¿Me conformo? Claro que no me conformo... ¿Quién se conformaría?... Pero... realmente no es como que pueda hacer algo... Sea quien tenga la culpa... Todos estuvieron intentando que yo siguiera hacia adelante... y yo solo iba cada vez más hacia atrás... Si alguna vez se me otorga el poder para cambiar las cosas y hacer este mundo más justo... sin dudas usaré ese poder... Pero por ahora tengo que cambiar las cosas solo como yo mismo pueda hacerlo en mis condiciones actuales... ¿“Cambiar”? No, yo no pienso cambiar. Solo daré lo mejor de mí por aquello que está vivo y aún amo... porque aún me queda eso... —pensó Ichigo, recordando a su familia, amigos, y en especial a Yuuki con una gran y tierna sonrisa y sus ojos cerrados—... En el tiempo en el que intenté apartarme de todo y de todos... he sido muy egoísta con aquellos que se preocuparon por mí. Y es que... nunca les pedí que se preocuparan por mí... así que no debería ser mi culpa si ellos se sienten mal o no por mí... pero yo tampoco pedí ser un amargado aburrido de la vida... fue algo que pasó debido a mi maldita depresión... Así que... aunque yo no les pedí ayuda ni preocupación por mí... realmente no soy tan cruel como para dejar que las personas que una vez me importaron y ahora me importan, sufran... Sí, soy una horrible persona, pero soy una persona que ama y que posee a muchas personas importantes para mí, personas que me hacen sumamente feliz. Quiero ayudarlos, a todos los que amo... y creo que la mejor forma de ayudar a los demás... es primeramente, ayudarse a uno mismo.

[...]

Ichigo, Ryoichi y Taisha llegaron a su aula.

El salón de clases tenía una capacidad de 36 estudiantes, aunque actualmente su matrícula era de 31, porque cinco estudiantes del curso anterior se cambiaron de escuela. Posiblemente Ichigo no se interesaba por estas cosas, pero ese día de los 31 estudiantes, solo 28 estaban en el aula (contando a Ichigo, Ryoichi y Taisha, que fueron los últimos en llegar).

En lo que Ryoichi y Taisha se dirigían a sus respectivos asientos (los dos últimos de la tercera fila de izquierda a derecha desde la ventana), Ichigo observó que Noromi se encontraba sentada en su asiento, el primero de la segunda fila, que era la misma en la que se sentaba Ichigo, solo que este se ubicaba en la penúltima silla.

Noromi estaba conversando con las que parecían ser sus dos amigas más cercanas, las cuales se encontraban ahora justo delante de ella y parecían discutir algo importante. Ichigo decidió acercarse a ellas para conversar con Noromi, aunque al principio dudando.

—Dicen que están enfermos y que por eso no pudieron venir —le dijo “Li” a Noromi.

—Vamos a ir a visitarlos después de clases, ¿hoy puedes, Noromi-chan? —preguntó “Fi”, pero Noromi negó con la cabeza, aunque arrepentida.

—Lo siento, hoy tampoco podré acompañarlas —les dijo. Las tres parecían arrepentidas, pero observaron que Ichigo se acercaba a ellas, y este se encontraba un poco nervioso, sin saber qué decir cuando notó que era el centro de atención de las tres chicas—. ¿Qué sucede? ¿Quieres algo? —preguntó, poniendo más nervioso a Ichigo.

—G... Gracias... Sin ti no hubiera llegado a tiempo a lo que tenía que hacer ayer... —dijo el pelinaranja, pero Noromi no se sorprendió, manteniendo su seriedad.

—Ya veo, no hay de qué —dijo Noromi.

—Esto... ¿No tuviste problemas... con aquello con lo que tenías prisa? —preguntó Ichigo, y esta vez Noromi sí se sorprendió, pero le asintió con la cabeza.

—Sí, no tuve problemas, así que no te preocupes.

—Ya veo. Bueno, entonces gracias, nuevamente —dijo Ichigo, haciendo una pequeña reverencia, y luego se retiró hacia su asiento, dejando un poco intrigadas a “Li” y a “Fi”, las dos que al instante de que Ichigo se alejara lo suficiente, miraron con una sonrisa pícara a Noromi, sobre todo “Fi” que parecía la más interesada.

Noromi se sorprendió al ver la expresión en los rostros de sus dos amigas:

—Ehm... ¿Qué sucede?

—¿Y bien? ¿Qué sucedió ayer? Cuenta, cuenta —dijo “Fi”, muy interesada.

—¿Salieron juntos? —preguntó “Li”, juntando sus manos y cruzando sus dedos, muy sonrojada y entusiasmada, confundiendo a Noromi.

—¿Eh? ¿Cómo llegaste a esa conclusión? —le preguntó Noromi, incrédula.

—¿Entonces qué sucedió entre ustedes dos, No-chan? —preguntó “Fi”, un poco confundida, y Noromi suspiró incrédulamente.

—Primero; ya les dije que no me llamen así. Segundo; solo lo acompañé hasta su casa porque él no tenía paraguas, eso es todo —dijo Noromi, completamente seria, desanimando a sus amigas.

—Cielos. Qué aburrido —dijo “Fi”, mientras que Noromi seguía incrédula.

—¿Y en serio qué esperabas? No me gusta, y aunque me gustara alguien siquiera, no tendría tiempo para esas tonterías del amor —dijo Noromi.

—No digas eso delante de Abechi-kun —comentó “Li”, un poco preocupada.

—¿Y qué quieres? ¿Que le dé falsas esperanzas? Yo creo que eso sería más cruel —dijo Noromi, cruzando los brazos con una expresión complicada en su rostro.

—¿Me estás diciendo que en serio no te interesa Abechi-kun? —preguntó “Fi”.

—¿Debería? —inquirió Noromi, pareciendo no darle mucha importancia.

—Él siempre te apoya y te anima, haría cualquier cosa por ti —dijo “Li”.

—Yo también me apoyo y me animo. Y yo haría cualquier cosa por mí, ¿cuál es la diferencia? —preguntó Noromi, sorprendiendo a sus dos amigas, que se quedaron con los ojos bien abiertos debido a lo terminante de ese comentario.

—¡Cielos, Noromi-chan, no es lo mismo! —dijo “Li”.

—Uf, qué narcisista —bromeó “Fi”.

—Se llama amor propio, pero bueno, llámalo como quieras —dijo Noromi, nuevamente sin darle mucha importancia a lo que estaban hablando.

—Abechi-kun es el tipo de chico que aún enfermo como está ahora, estoy segura que le dices que te ayude en algo, y él pone su vida en riesgo por ti. Así de grande es su amor por ti. Además, creo que te gusta, solo que quieres negártelo por tus propias razones —dijo “Li”, dejando a Noromi un poco pensativa al respecto.

—Ejem, Ejem —fingió Taisha que se estaba aclarando la garganta, para llamar la atención de Ichigo. Se hallaban relativamente cerca, ya que delante de Taisha se sentaba Ryoichi, y a la izquierda del de pelo cobrizo, se sentaba Ichigo, quien se dio cuenta de la tos fingida de Taisha.

—¿Qué sucede? —preguntó el pelinaranja, confundido.

—Estoy esperando una respuesta, ¿a qué vino tu conversación completamente inesperada con Noromi-chan? —inquirió Taisha, dejando incrédulo a Ichigo.

—¿Ya estamos otra vez? Es solo inesperada para ti. Si alguno de ustedes hubiera compartido un paraguas conmigo, Noromi-chan no tendría que haberme acompañado hasta mi casa con el suyo —dijo el pelinaranja, sorprendiendo a Taisha.

—¡¿Hasta tu casa?! —preguntó la pelirroja sorprendida, cuando en ese momento, el maestro entró al aula, y todos los que se encontraban de pie, se sentaron.

—Bien, comencemos pasando la lista —dijo el profesor, y al terminar, decidió revisar la lista, para anotar en la pizarra a los ausentes, los cuales eran solo tres—. Bien... los ausentes son: Katsuki Abechi-kun, Ryouta Aomori-kun y Shin Uenoyama-kun... —dijo, analizándolo por un momento— Ellos son bastante cercanos a ustedes tres, ¿no, Fiona-chan, Lidya-chan, Noromi-chan? —preguntó, dirigiéndose a “Fi”, a “Li” y a Noromi, ya que “Fiona” se sentaba en la segunda silla detrás de Noromi, y “Lidya” en la tercera.

—Sí —respondió Fiona.

—Entonces... ¿les podrían tomar apuntes? Una a cada uno, y luego antes de ir a sus casas, ¿podrían entregárselos? —preguntó nuevamente el profesor, sorprendiendo a Noromi, que parecía muy preocupada al respecto.

—Sí, clar... —iba a terminar de decir Lidya, cuando Noromi de repente, se levantó exaltada, llamando la atención de todos en el aula.

—¡Espere, sensei!

—... ¿Hay algún problema, Noromi-chan? —preguntó confundido el profesor.

Noromi se disponía a hablar, pero tal parecía que algo llegó a su mente, y no fue capaz de decir palabra alguna, por lo que se sentó otra vez, un poco desanimada.

—... No, no hay problema —dijo Noromi, dejando confundidos a todos.

—¿En serio, Noromi-chan? —preguntó preocupado el profesor.

—Sí. En serio no hay problema, disculpe —dijo ella, y el profesor aunque aún confundido, decidió continuar con la clase.

—Bueno... empecemos entonces por donde nos quedamos en la clase pasada... —dijo, virándose hacia la pizarra para comenzar a escribir en ella, pero Noromi estaba cabizbaja y preocupada, lo que todavía no dejaba de mirar Ichigo, un poco intrigado.

[...]

Mientras Ichigo se encontraba en clases, Kirito estaba dentro de SALO, en su salón del trono dentro del “Kingdom”, mirando por la gran ventana que le dejaba ver la “Ciudad de Inicio” y a algunos jugadores caminando y conversando.

Kirito notó que alguien acababa de abrir la puerta, y por eso se viró hacia atrás, observando que se trataba de Asuna, pero la Undine miraba de un lado a otro del salón, aún sin entrar del todo, preocupada, confundiendo a Kirito.

—Esto... ¿Asuna? ¿Sucede algo?

—... ¿Accel-kun no está por aquí? —preguntó ella.

Kirito al principio se sorprendió, pero rápidamente comprendiendo, sonrió:

—Ah, no, eso solo fue ayer. De todas formas yo te aviso si él vuelve a venir —dijo Kirito. Asuna sonrió aliviada, y entró sin preocupaciones al salón del trono, cerrando la puerta y acercándose a su esposo.

—Menos mal. Realmente me sorprendió mucho ver a Accel-kun antier.

—Sí. Realmente fue una sorpresa. Y casi te descubre —agregó Kirito, pasando los dos a recordar ese momento...

Asuna y Kirito estaban conversando el domingo en el salón del trono, y Accel estaba siendo guiado por Hiroshi, caminando por los pasillos del reino, dirigiéndose hacia el salón del trono.

—Es por aquí, Prince-sama —dijo Hiroshi, sorprendiendo a Accel.

—Ah, pero no me llame así tan formal. Solo llámeme “Accel”, y sin el “sama”, realmente no es necesario —dijo el Undine.

—Ah, está bien, Accel-san —dijo Hiroshi, dejando incrédulo al peliazul.

Bueno... el “san” también es bastante formal... pero no importa —pensó el Undine, cerrando los ojos y suspirando—... Bueno, ahora que me voy a reunir con el Abuelo Kazuto para resolver este problema, de seguro este ganará la dichosa competencia que tienen el Abuelo Kazuto y la Abuela Asuna por encontrarme... —pensó, sin saber que Asuna ya había ganado la apuesta para ese entonces.

—Kirito-sama, voy a entrar... —dijo Hiroshi, tras tocar educadamente la puerta.

—Ah, está bien —dijo Kirito, virándose hacia la puerta, él y Asuna estaban tranquilos, con una sonrisa cada uno. Pero cuando Hiroshi pasó, y seguido de este, comenzó pasando también Accel... Asuna rápidamente se sorprendió pero actuó lo más veloz posible, haciendo honor a su apodo del “Destello Veloz”. Por suerte ni Hiroshi ni Accel estaban mirando hacia Kirito y ella, por lo que Asuna, con una increíble rapidez, comenzó a operar en su “Sistema de Comando”, tocando varios comandos—. ¿Qué sucede, Hiroshi-kun? —preguntó Kirito, acercándose a Hiroshi y Accel.

—Este es Accel-kun, su nieto —dijo Hiroshi, dejando muy sorprendido a Kirito, que se preocupó porque él sabía que Asuna se encontraba con él en esa habitación.

—¡¿A... A... Accel kun?! —preguntó Kirito, que rápidamente asustado, miró hacia atrás, donde debería estar Asuna, pero no parecía haber alguien, lo que alivió a Kirito, que rápidamente había comprendido todo— Menos mal... usó la poción de “invisibilidad”. Qué suerte que Asuna es inteligente y rápida —pensó, volviendo a mirar a Accel, este que se encontraba un poco confundido, al igual que Hiroshi.

—¿Sucede algo, abuelo? —preguntó Accel.

Kirito estaba aún un poco nervioso:

—¡¿Eh?! N... No, nada, para nada.

—Bueno. Significa que ganaste tu apuesta con la Abuela Asuna, ¿no? —bromeó Accel, sorprendiendo a Kirito, al igual que a Hiroshi.

Ah, cierto... Ichigo-kun pensaba que la apuesta aún seguía en pie... porque no sabía que Asuna ya la había ganado... Uf, y ahora que lo pienso, menos mal que la poción de “invisibilidad” también hace desaparecer tu rastro en el mapa, porque entonces descubriría que Asuna está aquí —pensó Kirito.

—¿Abuelo? —preguntó el chico Undine, confundido por el nerviosismo que parecía tener Kirito.

—Ah, no es nada, no es nada —dijo Kirito—. Hiroshi-kun, gracias por traer a Accel-kun. ¿Podrías dejarnos a solas? Y cuando se vaya Accel-kun, me gustaría hablar contigo —dijo, y Hiroshi aunque un poco confundido, hizo una pequeña reverencia.

—Está bien, Kin... digo, Kirito-sama —rectificó Hiroshi, y luego se retiró.

Supuestamente, en esa habitación Accel se quedó solo con Kirito.

—¿Entonces? ¿A qué se debe el honor de que hayas venido aquí? —preguntó Kirito con una sonrisa más calmada y natural.

Accel le sonrió:

—Pues... —dijo, comenzando a contarle todo.

Pasaron unos minutos, comprobados por el reloj en el salón del trono, hasta que Accel terminó de contarle todo a Kirito.

—Entiendo... —dijo el abuelo, analizando lo que su nieto le había dicho.

—Es por eso que quería pedirte ayuda. Disculpa si te estoy molestando.

—Nah, no te preocupes. Claro que te ayudaré —le dijo Kirito con una sonrisa.

—Gracias, abuelo —le agradeció Accel con una cálida sonrisa—. Por eso quería evitar que nos hagan lo mismo mañana cuando volvamos a ir al Piso 12. También ayudaría que inhabilites la entrada al piso —dijo el Undine, y Kirito decidió verificar algo en su “Sistema de Comando”.

—Sí... ciertamente todavía no han completado el Piso 12 como tú dices...

—Es por eso que quiero darles una lección por abusar de su cargo de “Vicecomandante del Ejército Sylph” —dijo Accel, y Kirito le asintió con la cabeza.

—Sí. Realmente ese Sylph no miente con respecto a su cargo, pero... aprovecharse así de su cargo, está realmente mal —dijo serio, cruzándose de brazos.

—Y es por eso que quiero tu permiso para controlar durante todo el tiempo que yo desee, el Piso 12. Además de que me gustaría contar con algunos jugadores con cargos de soldados oficiales, no me importa si son de un “Ejército” o de una “Guardia Real”, ni siquiera me importa la raza —agregó, y Kirito volvió a asentir con la cabeza.

—Sí. Puedo darte toda la cantidad de jugadores del “Ejército Spriggan” que tú creas necesario, por eso no te preocupes.

—Eso sería genial —dijo Accel con una sincera y alegre sonrisa—. Así con el permiso tuyo y la ocupación del Piso 12, podría poner condiciones como... provocar una “Desconexión Forzada” al que osara llevarme la contraria después de explicarles lo que no pueden hacer, de eso se encargarían los jugadores del “Ejército Spriggan”, ¿no?

Kirito asintió con la cabeza a la vez que le sonrió a su nieto:

—Muy buena idea. Pero sabes que eres el “Prince of the Game”, ¿no? —preguntó Kirito, sorprendiendo a Accel— La habilidad de “Desconexión Forzada” es una habilidad de la que solo pueden disponer aquellos a los que el “King”, la “Queen”, la “Princess” y el “Prince of the Game” se lo han permitido, o sea: yo, Asuna, Sashima y tú respectivamente —dijo, pero Accel sonrió sin mucho interés.

—Realmente no quiero abusar más de mi posición. Esto está siendo un gran esfuerzo para mí porque nunca pensé hacer algo como esto, pero quiero hacerlo por Yuuki —dijo Accel, dejando sorprendido a Kirito, que le terminó sonriendo a su nieto.

¡Qué lindo, está completamente enamorado! —pensó Asuna aún oculta con el efecto de la poción de “invisibilidad”.

—Es la chica que te gusta, ¿eh? —preguntó Kirito, dejando sorprendido a Accel, quien se sonrojó nervioso, pero apartando un poco la mirada, le asintió con la cabeza a su abuelo, este que le sonrió a su nieto— Tranquilo, sé cómo se siente eso —le dijo el Spriggan, haciendo sonreír al peliazul—. ¿Y bien? ¿Cuántos jugadores crees que necesitarías?

—... Mmm... Creo que... los otros jugadores son como unos... 50 en total, así que... 80, creo que con 80 me basta y me sobra.

Kirito volvió a asentir con la cabeza:

—Bien, esos 80 jugadores contarán con la habilidad de “Desconexión Forzada”, y no solo eso —dijo, dejando un poco sorprendido a Accel, mientras Kirito sonreía confiadamente—: También, cuando despierten en el mundo real, los jugadores que te contradigan y sean atacados por la habilidad de “Desconexión Forzada”... estos notarán que sus AmuSphere quedarán completamente inutilizables.

Dijo, sorprendiendo a Accel que sonrió un poco amargamente.

—Vaya... me leíste el pensamiento, abuelo. Estaba dudando si sugerirte algo así... no sé, me pareció un poco exagerado...

—No, no es exagerado —dijo seriamente Kirito, sorprendiendo a Accel—. Lo que está haciendo ese Sylph... es realmente grave... Actualmente estamos pasando por unos cuantos problemas en cuanto a la búsqueda de cierta organización... tú no te preocupes por eso y tan solo disfruta el juego, pero... lo que quiero decir es que no podemos tener en el poder a un abusivo como ese, ya que nos alejaríamos mucho del objetivo del juego y de los problemas realmente importantes... Soy de la opinión de que los males hay que cortarlos de raíz.

Las palabras de Kirito sonaron tan confiadas, serias, y maduras, que Accel no pudo evitar sonreír después de mostrarse enternecidamente orgulloso de su abuelo.

—Sí... Entiendo... En realidad... tampoco sabía cómo pedírtelo porque ya me parecía abusiva toda la ayuda que estoy recibiendo de ti, pero... justo quería eso —dijo el Undine, alegrando a Kirito—. Después de todo... Ese maldito Sylph nos amenazó con el “reinicio”... Pues yo le daré una medicina peor que la que él usó contra nosotros...

—Así me gusta, estoy muy orgulloso de mi nieto. Y no te preocupes, tú no me causas ningún problema. Somos familia y siempre te apoyaremos —dijo Kirito, y Accel le sonrió tiernamente—. Ah, por cierto... —dijo cambiando de tema, y sorprendiendo un poco al Undine— En cuanto a ese jugador Sylph... le puedes decir que queda despojado de su puesto de Vicecomandante, yo me encargo de esa parte.

—¡Muchas gracias, abuelo! —dijo Accel, haciéndole una reverencia a Kirito, este que volvió de su recuerdo.

—Y por suerte, no le dio a Accel-kun por ver el mapa antes de entrar, porque de seguro se hubiera dado cuenta de que la que él conoce como “Yuuki”, estaba conversando conmigo en el salón del trono. Hiroshi-kun no sabía nada de que estabas aquí, de saberlo, nos hubiera avisado, de hecho, ya le expliqué todo a Hiroshi-kun. Pero por suerte lo resolvimos, ¿verdad? —preguntó Kirito, y Asuna le sonrió tiernamente.

—Por eso tuve que modificar mi ubicación en el mapa... lo alteré de tal forma que siempre que estoy dentro del “Kingdom”, a Accel le sale como que estoy desconectada —dijo Asuna.

—Bien pensado, tuviste mucha suerte de que Accel no se fijara en eso antes.

—Jaja, ciertamente no sé hasta cuándo podré durar con todo esto...

[...]

En el aula de Ichigo, a la hora de receso, el pelinaranja se levantó de su asiento y se acercó al de Noromi, donde ella se encontraba solitariamente estudiando.

—Oye, “chica zurda” —dijo Ichigo para llamar su atención, sorprendiendo a Noromi que miró hacia el pelinaranja, sin esperárselo.

—¿“Chica zurda”? —preguntó Noromi sorprendida por el repentino apodo.

—Quería llamarte así a partir de hoy, pero no quería decírtelo delante de tus amigas —dijo Ichigo sonriéndole tiernamente, dejando un poco más sorprendida a Noromi, la cual terminó sonriendo, cerrando los ojos y volteando su cabeza de nuevo hacia adelante.

—Conque “chica zurda”... menudo apodo —dijo ella con una sonrisa.

—¿Tienes algún problema con llevarle los apuntes a alguno de ellos? —examinó, cambiando forzadamente de tema, sorprendiendo a Noromi que volteó a verlo.

—¿Y a ti qué te importa? —preguntó ahora molesta.

—Realmente no me importa mucho, pero... —comenzó diciendo Ichigo, haciendo una pequeña pausa— Bueno... sí, sí me importa —dijo, sorprendiendo aún más a Noromi—. Y no es porque seamos amigos cercanos o nos tengamos mucho aprecio, pero... Hace poco comencé a pensar que tal vez debería preocuparme por los demás e intentar ayudarlos, así como cuando uno recibe ayuda de los lugares más inesperados y de las personas más inesperadas.

—... ¿Incluso cuando nadie te ha pedido ayuda? —preguntó Noromi.

—Seamos sinceros... no esperamos a que nos digan «Respira», para luego finalmente poder respirar. Es algo que hacemos involuntariamente. Pues yo quiero que así mismo, mi cuerpo se mueva involuntariamente, pero para ayudar a los demás.

Noromi cerró un poco los ojos durante unos segundos, meditando lo que dijo él:

—... Hoy también tengo prisa... por eso ir a llevarles los apuntes haría que me demorara más, y se lo iba a explicar al profesor para que me librara de eso, pero... Entonces pensé algo que me afirmó que a pesar de eso, no podía fallarles —dijo Noromi, sorprendiendo un poco a Ichigo—. Eso es todo, no tienes que preocuparte... —dijo, haciendo una pequeña pausa y dirigiéndole una sonrisa a Ichigo, que se confundió por esto—... “chico entrometido” —dijo, de forma burlona.

Ichigo se sorprendió, pero le sonrió:

—Bueno, si dices que no tengo que preocuparme... Te haré caso —dijo con una sonrisa, decidiendo retirarse hasta su asiento.

—Ejem —tosió Taisha completamente de forma fingida, llamando la atención del pelinaranja que pasó a mirarla confundido—. No sé ahora de lo que estaban hablando ni me interesa, solo que a partir de ahora tienes extremadamente prohibido hablar con Noromi-chan.

Ichigo puso los ojos en blanco, completamente incrédulo:

—¡¿Otra vez?! —se preguntó el pelinaranja— Y otra vez te pregunto: «¿acaso te crees mi madre?». Lo haces ver de forma tan cliché que tal pareciera que tarde o temprano me acabaré enamorando de Noromi-chan.

—Eso es lo que me preocupa —confesó la pelirroja.

—Pero yo te digo que eso no va a pasar. Yo solo amo a Yuuki —le dijo Ichigo.

—Vamos, ustedes dos, no monten una escenita. En cualquier momento el resto del aula notará su discusión —intervino Ryoichi.

Taisha volteó molesta la mirada, cerrando los ojos y cruzando los brazos. Ichigo igualmente decidió ignorarla, volteando hacia adelante y cerrando sus ojos, pero luego los abrió, recordando lo último que le había dicho Yuuki el día anterior, por lo que el pelinaranja colocó su codo derecho sobre la mesa y apoyó su mejilla derecha en la palma de su mano diestra, mirando de forma pensativa por la ventana.

Respecto a Yuuki... —pensó Ichigo, un poco preocupado y entristecido— Hoy acordamos vernos en SALO en el bar de Cleo-chan, para luego ir todos juntos a la casa de Mei-chan... ¿Yuuki irá?... No sé realmente lo que pasó ayer... Creí que todo se había solucionado... de hecho... Sí, Yuuki fue quien me afirmó que no estaba molesta... entonces... ¿A qué vino todo eso?... —se preguntaba, recordando ese preciso momento que tanto lo confundía, y volvió de su recuerdo con una expresión triste, hasta que pareció darse cuenta de algo— Ahora que lo pienso... —pensó, mirando aún por la ventana, en lo que el profesor entraba para dar el turno de clases que correspondía—... Taisha y Ryoichi vinieron hasta mi casa solo porque estaban preocupados por mí... —y terminó sonriendo—... Al menos... Parece que estoy mejorando en esto... de comprender a las personas y lo que ellas intentan hacer por tu bien...

...

A la hora de almuerzo, Ichigo se encontraba con las manos en los bolsillos, aún sentado en su asiento, mirando por la ventana. Mientras, Taisha y Ryoichi conversaban amigablemente con los hermanos Eielson.

Ichigo decidió levantarse y salir del aula, caminando por los pasillos que se encontraban llenos de estudiantes.

El pelinaranja, con expresión seria en su rostro, cerró los ojos, suspirando, cuando lo interrumpió una voz conocida.

—¡Accel-kun! —dijo la voz de una chica.

Ichigo abrió los ojos, sorprendido. Había reconocido dicha voz, pero al instante, no concibiéndolo como posible, volteó en dirección de la voz. Justo a su derecha, se encontraba efectivamente: Yuuki.

Ella tenía su mismo pelo violeta y ojos rojos, pero con el uniforme para chicas del mismo Instituto Umesato, llevando además un maletín delante de ella, que sostenía con ambas manos, solo que no mostraba sus tiernas y puntiagudas orejitas.

—¿Yu... Yuuki? —apenas Ichigo logró preguntar, mirando completamente en shock a la persona a su lado, ligeramente boquiabierto... no podía creérselo.

—¡Menos mal que llegué! Un poco tarde, ¡pero lo importante es que llegué! —bromeó Yuuki, sacando un poco la lengua de forma divertida, y luego sonriendo tiernamente, mientras Ichigo continuaba en shock, más confundido.

—¿Por... Por qué estás aquí? —preguntó el pelinaranja, con voz casi inaudible. Yuuki pareció confundida por la pregunta de Ichigo.

—¿Por qué? —preguntó Yuuki, luego sonriendo divertidamente— ¡Pues porque estudio aquí! ¡Qué cosas dices, Accel-kun! Jeje —sonrió, pero luego se preocupó al darse cuenta de algo—: ¡Ups! Lo siento, es verdad. Aquí debo llamarte... ¿I-chi-go... kun? —preguntó, dividiendo el nombre en sílabas, pero de una forma tan tierna que hizo sonrojar al pelinaranja, que seguía sorprendido.

De repente, Yuuki desapareció de delante de Ichigo.

El pelinaranja se sorprendió más aún, y luego bajó la cabeza, deprimiéndose:

—Claro... una ilusión... ¿en qué demonios estaba pensando...?

...

Después él, aún en el horario de almuerzo, subió las escaleras hasta llegar a la azotea. Aunque no en shock, volvió a sorprenderse por ver que... Yuuki estaba ahí.

Llevaba otra vez el uniforme escolar, pero sin el maletín. Se encontraba de espaldas a Ichigo, pegada a la baranda de la azotea, observando el cielo. El pelinaranja solo pudo mirar todavía sorprendido hacia Yuuki, sin decir palabra alguna. Aunque fuera nuevamente una ilusión, parte de él deseaba que fuera real, pero tenía miedo de que volviera a desaparecer si pronunciaba la más mínima palabra.

La chica, aún con sus dos manos juntadas tiernamente detrás de su cuerpo, finalmente pareció notar la presencia de Ichigo, así que se volteó hacia él:

—¡Acc... digo, Ichigo-kun, ven, te estaba esperando! —dijo Yuuki.

El pelinaranja, aunque aún sorprendido, permaneció a simple vista lo más serio y calmado posible, decidiendo acercarse a Yuuki, y colocándose a la derecha de esta, mirando hacia abajo de la azotea, a los estudiantes que conversaban en el patio.

Yuuki lo continuaba mirando con una sonrisa, y luego decidió mirar nuevamente hacia el cielo.

—... Uf, fue un poco difícil llegar hoy a la escuela... ¿no quieres saber lo que me pasó? ¿No estás preocupado por mí, Ichigo-kun? —preguntó ella, mirando de nuevo hacia el pelinaranja, este que continuaba tratando de ignorarla, pero apretando sus puños aún dentro de sus bolsillos—... Es un poco difícil llamarte “Ichigo”, a veces se me olvida que estamos en el mundo real y termino llamándote “Accel”... —dijo, cambiando de tema, y esta vez Ichigo pareció contenerse más, no solo apretando sus puños, sino también frunciendo los labios con sus dientes— ¿Qué sucede, Ichigo-kun? ¿Por qué estás tan distante de mí?... Acaso... ¿no te importo? —le preguntó Yuuki, acercándose un poco a él, de una forma tan tierna que Ichigo no resistió virar su cabeza hacia ella para hablarle.

—Yuuki, ¡yo...! —iba a terminar de decir, pero ella ya había desaparecido.

Ichigo volvió a desanimarse, por lo que decidió volver a su aula... esta vez observando como si Yuuki formara parte de la conversación de Taisha y los demás. Pero Yuuki, al ver entrar a Ichigo en el aula, lo saludó con la mano derecha y con una tierna sonrisa, haciendo sentir ligeramente peor a Ichigo, quien durante los turnos de por la tarde, aún se imaginaba que Yuuki era parte de sus compañeros de aula, sentada justo detrás de él, en un asiento que de por sí, era de los que se encontraban vacíos.

A la salida de la escuela, Ichigo se puso sus zapatos y guardó los otros dentro de su casillero, pero al virarse hacia la salida de la escuela, se sorprendió al observar a Yuuki, esta vez de nuevo con su maletín delante de ella, sujetándolo con sus dos manos, y parecía un poco emocionada de tanto esperar a Ichigo, que seguía sorprendido.

—¡Ichigo-kun! —dijo Yuuki, contenta por verlo— ¡Vamos juntos a casa, ¿sí?! —preguntó ella. El pelinaranja entrecerró sus ojos a punto de decirle algo que sonaba doloroso para él, pero se sorprendió al ser interrumpido por la repentina lluvia— ¡Oh, está lloviendo! Qué mal, no traje paraguas —dijo ella, mirando la lluvia. Ichigo observó serio hacia Yuuki, pero sin hacerle caso a lo que ella decía, decidió sacar el paraguas de su mochila, lo que llamó la atención de Yuuki—: ¡Oh, trajiste paraguas, genial, Ichigo-kun! ¡Vamos juntos! —dijo ella, quien terminó debajo del paraguas del pelinaranja, aunque ella mojándose un poco el hombro más cercano a la lluvia; sin embargo, Yuuki no parecía molesta, y continuaba con su alegre sonrisa.

«¿Por qué esta ilusión es tan dolorosamente real?», Ichigo se preguntó mientras miraba con seriedad hacia Yuuki a su lado, frunciendo los labios con sus dientes.

Lamentablemente, Ichigo ya había experimentado algo similar, en el pasado.

El día antes de que Ichigo perdiera su habitual sonrisa, él había tenido una pesadilla. Soñó que su padre pasaba más tiempo con él de lo que era normal, al principio Ichigo por supuesto se sintió plenamente feliz, pero... luego su padre desapareció en el sueño.

Nadie lo conocía, ninguna persona podía recordarlo por mucho que Ichigo les hablara de él. Su pesadilla llegó a un punto en el que el mismo Ichigo se veía incapaz de pronunciar el nombre de su padre, y finalmente él también se olvidó de su existencia.

Ichigo se despertó llorando, y fue con su mamá, contándole lo que había soñado. Sashima le sonrió tranquilizadoramente y le dijo que no tenía por qué preocuparse, que algo como eso nunca podría suceder, que su padre siempre estaría ahí a su lado, y que ese tipo de pesadillas no se hacían realidad. Ichigo, aliviado, sonrió y durmió ese día con su mamá. Pero, lamentablemente... al día siguiente su padre ya no vivía.

Por eso, actualmente, Ichigo no quería revivir esa amarga experiencia. No quería pensar en la más mínima posibilidad de que Yuuki desapareciera justo como su padre en el pasado. Pero al mismo tiempo, Ichigo pensó que estas alucinaciones eran algún tipo de señal; sin embargo, él continuaba rechazando la posibilidad de que algo malo le sucediera a Yuuki... que nunca pudiera volver a verla... él no podría soportarlo... Y no quería que fuera justo ahora, que estaba comenzando a cambiar para mejor, que estaba comenzando a valorar más a las personas que lo rodean...

—¡Ichigo-kun! —gritó Ryoichi, llamando la atención del pelinaranja, que volteó un poco hacia atrás para observar que Ryoichi y Taisha, cada uno debajo de su propio paraguas, se acercaban a Ichigo, ya que aún no habían salido del jardín donde estaba la entrada al Instituto Umesato— Espéranos, vamos juntos —dijo el de pelo cobrizo, pero rápidamente notó que había una lágrima recorriendo la mejilla izquierda de su primo.

—... Ichigo-kun, ¿estás bien? —preguntó Taisha, preocupada.

—¿Eh?... Ah... —el pelinaranja se limpió la lágrima de su mejilla— Es solo la lluvia, no es nada importante —y les sonrió despreocupadamente a sus dos amigos.

—... Bueno... Está bien... —dijo Taisha, aunque no muy convencida.

—Vámonos —les dijo Ichigo con una sonrisa, ellos le asintieron con la cabeza, y luego el pelinaranja notó, que Yuuki ya había desaparecido de su lado. Ichigo no supo cómo sentirse al respecto.

[...]

Noromi había salido corriendo debajo de su paraguas, llamando la atención de Ichigo, Ryoichi y Taisha. No era común observar a la serena e inalterable Noromi, comportarse tan apresurada. Por supuesto, aunque Ichigo tenía curiosidad, no creía correcto entrometerse demasiado en la vida de otra persona.

Tras llegar a su casa, el pelinaranja subió hasta su habitación y se cambió de ropa, para luego disponerse a sumergirse dentro de SALO, pero en ese momento, volvió a escuchar la voz de Yuuki justo cuando iba a acostarse en su cama.

—¡Ichigo-kun!

El pelinaranja se sorprendió al darse cuenta de que la voz provenía de fuera de la ventana de su habitación. Ichigo se asomó y observó que Yuuki estaba vestida de forma casual para una salida, levantando su mano derecha para llamar la atención del chico.

—¡Vamos, Ichigo-kun! ¡Vamos a llegar tarde! ¡Taisha-nee-chan y los demás nos están esperando! —dijo Yuuki, pero rápidamente esta ya había desaparecido.

Con tal de no pensar negativamente, el pelinaranja se obligó a pensar que particularmente era un poco tonta esa alucinación, después de todo... era demasiado temprano, ya que Taisha y Ryoichi tardarían un poco más que Ichigo en conectarse. Por otro lado, si Yuuki estuviera realmente debajo de su casa y tan apresurada por conectarse, ¿por qué no se conectaba ella misma? Y en ese caso, ¿desde dónde se conectaría ella?... Ichigo llenó su mente de pensamientos triviales como esos.

Finalmente, el pelinaranja se acostó de espaldas en su cama, preparándose para entrar en SALO, colocándose el AmuSphere sobre su cabeza.

Estoy comenzando un tiempo en el que durante la escuela y después, me imagino que Yuuki me espera o está a mi lado... Siento que... siempre necesito verla... Sería... realmente genial poder verla también en el mundo real... O sea... todo el tiempo... —pensó Ichigo, siempre tratando de llenar su cabeza de pensamientos positivos, completamente ajenos al miedo de perder a Yuuki por culpa de esas extrañas premoniciones en forma de alucinaciones—: ¡Link Start!

Su avatar Accel despertó acostado en su cama dentro del juego.

El Undine se levantó y decidió colocarse su capa anaranjada, pero cambiando el color de esta a azul, haciendo juego con el resto de la vestimenta inicial de su avatar.

Accel se miró al espejo y sonrió débilmente:

—Bien, creo que ya puedo ir saliendo —se dijo, y abrió la puerta de su apartamento, pero bajando las escaleras hasta la calle de la “Ciudad de Inicio”, se tropezó justo cuando Asuna estaba subiendo las escaleras, por lo que Accel terminó cayendo sin querer, con su rostro en el pecho de Asuna, esta última que estaba sorprendida, pero no se inmutó más allá de una leve sorpresa.

—¿Accel-kun?... ¿Estás bien? —preguntó Asuna, y él rápidamente apartó su cara del pecho de Asuna, mirando a esta muy sonrojado y avergonzado.

—¡Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento! ¡En serio lo siento! ¡Te juro que fue un accidente, no fue intencional! ¡No fue intencional, no fue intencional! —continuó diciendo, muy avergonzado, nervioso y preocupado, pero Asuna sonrió despreocupadamente, confundiendo a Accel.

—Vamos, no tienes que ponerte así. ¿Por qué creería que no fue un accidente? —le preguntó Asuna sonriente, haciendo que Accel parpadeara varias veces en señal de confusión— Bueno, en realidad te creo por ser mi nieto. Si fueras otro chico lo más probable es que ya te hubiera lanzado a volar de un puñetazo... —pensó Asuna en su interior, manteniendo delante de Accel su misma sonrisa despreocupada.

—¿Eh? ¡¿Eh?! —se preguntó el chico Undine, muy sorprendido, confundiendo un poco a Asuna— ¡¿Cómo es que tú no reaccionas mal ante esto?!

Y Asuna volvió a sonreír despreocupadamente:

—Ah, eso es porque soy tu A... —iba a terminar de decir “Abuela”, pero valiéndose de su rápida capacidad de reacción, interfirió antes de que Accel sospechara más—: A... A... miga... ¡Amiga! —dijo, con una gran sonrisa, confundiendo un poco a Accel, que la miraba de forma sospechosa— Y, esto... Accel-kun... No es que tenga algún problema con esto, pero... ¿No te importa seguir arriba de mí?

Accel parpadeó dos veces, confundido por la última pregunta de Asuna, y entonces notó que él continuaba encima de ella incluso después de la caída, por lo que rápidamente se levantó muy avergonzado, y ayudó a Asuna a levantarse.

Luego, Accel miró a su alrededor, observando que por suerte no había nadie:

—¡Uf! ¡Menos mal! ¡Nadie pasaba por aquí! ¡Menos mal que nadie vio eso! Otra vez, lo siento por eso —dijo él, y Asuna le volvió a sonreír despreocupadamente.

—¿Doy la impresión de que soy el tipo de chica que se molestaría demasiado por un accidente de este tipo, Accel-kun? —preguntó ella, con curiosidad.

—Pues... sí, la verdad es que sí —confesó él.

—Ya veo, jeje... Mmm... Te conectaste un poco antes de lo habitual, ¿no? Qué mal. Yo quería darte una sorpresa cuando te conectaras —dijo Asuna con una sonrisa.

—Entonces hice bien en conectarme antes de lo habitual.

—¡Qué cruel, Accel-kun!

—Lo siento, tengo que irme —dijo el Undine, decidiendo retirarse, haciendo sonreír a Asuna que lo observaba irse.

...

Accel finalmente llegó al bar “Ocean of Oasis”. Entró, y se encontró solo a Cleo, Julius, y Marcus: los tres que sonrieron al verlo.

—¡Oh, Accel-kun! —dijo Marcus, acercándose al Undine.

—Hola, ¿cómo están? —preguntó el peliazul, cuando se acercaron a ellos los gemelos Mito y Miko que sonrientes estaban cargando algunas cajas, al parecer ayudando a Cleo con el bar, como de costumbre.

—Ah, está aquí el guapo novio de Yuuki-chan, ¿verdad? —preguntó Miko, sonrojando avergonzadamente a Accel por su comentario.

—¿E... ¡Eh!? —se sorprendió el Undine, muy avergonzado.

—Accel-kun no es el novio de Yuuki... por ahora, claro —bromeó Cleo, sonriéndole al Undine, este que se ruborizó más avergonzado, haciendo sonreír a sus amigos. Accel se sentó alrededor de una de las mesas del bar, conversando con Mito que tenía muchas preguntas acerca de tácticas de batalla.

En ese momento llegaron Mei y sus dos hermanos.

—Ah, hola, Mei-chan —dijo Accel.

—¡Hola, Accel-kun! —saludó Kei.

—¡Ya llegamos! —dijo Karl, entrando junto a Jane.

—¡Genial, ya casi estamos todos! —comentó Kei.

—Solo falta... —susurró Jane, un poco entristecida.

—Yuuki... —finalizaron Karl y Accel al mismo tiempo, un poco tristes, confundiendo a Cleo y los amigos de esta.

—... ¿Yuuki en serio vendrá? —se preguntó Jane, preocupada.

—¿Qué fue lo que sucedió? —preguntó Cleo.

—Ahora te cuento —dijo Mei, acercándose a Cleo.

Todos se quedaron un poco callados y entristecidos, cuando alguien finalmente abrió la puerta y entró al bar, llamando la atención de todos que voltearon a ver y se sorprendieron al observar que se trataba de Yuuki, que se encontraba un poco cabizbaja, pero al instante sonrió alegre tras observar que todos sus compañeros de gremio ya estaban allí reunidos.

—Oh, chicos. Llegaron primero —dijo Yuuki con una tierna sonrisa.

—¡Yuuki! —exclamó Jane, muy alegre.

—Yuuki —dijo Accel, acercándose a la chica Imp, estando justo frente a ella—... ¿Estás bien? —preguntó el Undine, y la pelimorada, aunque al principio sorprendida, terminó sonriéndole tiernamente.

—Ah, ¡sí! Discúlpame si actué raro ayer... Yo solo... Me sentía un poco confundida y aturdida, pero... No te preocupes. Ya estoy bien. No volverá a pasar algo como eso, lo prometo... Yo... Quiero estar siempre a tu lado, Accel-kun —dijo Yuuki, sorprendiendo y sonrojando a todos los presentes, excepto a Rei que tan solo se sorprendió—. Manteniendo siempre nuestra buena relación.

Accel sonrió, conmovido:

—Yuuki... —dijo, tiernamente.

—¿Hm? —preguntó la chica Imp, igual tiernamente.

De repente, el Undine la abrazó, tomándola completamente desprevenida.

—Eh... Ehm... ¿Accel-kun? —preguntó Yuuki, ligeramente ruborizada.

—Me alegra que todo esté bien... Yo... —dijo el peliazul, haciendo una breve pausa, mientras intentaba organizar sus pensamientos y sentimientos, para transmitirlos en palabras— Mi mayor miedo es levantarme un día, y no tenerte a mi lado...

Todos se sorprendieron por esas sinceras palabras, en especial Yuuki.

Accel había sonado realmente preocupado, como si la posibilidad de ese miedo fuera realmente factible. Yuuki por unos segundos no supo qué decir.

—... Tengo miedo de que no estés ahí, que todo haya sido una mentira, que nunca te hubiera conocido y que todo haya sido producto de mi imaginación... Tengo miedo de que no pueda volver a verte o de que me odies... tengo miedo, mucho miedo...

Yuuki, que estaba escuchando atentamente, terminó sonriendo y cerró sus ojos, respondiendo al abrazo del Undine, que no se inmutó y continuó abrazándola.

—... Todo está bien, Accel-kun. Yo estoy aquí, siempre estaré aquí.

—Gracias por existir, Yuuki...

—Gracias por permanecer a mi lado, Accel-kun...

Los dos dejaron de abrazarse, pero se miraron tiernamente durante varios segundos, hasta que finalmente, ligeramente avergonzados, apartaron un poco sus miradas y sonrieron con timidez.

—¡Bien! ¡Ahora que está todo solucionado, vamos a sonreír todos! —propuso Jane, muy energética y feliz.

—¿Y de qué conversamos? —preguntó Karl.

—De lo linda que es Yuuki, por ejemplo —sugirió Jane, sorprendiendo a Yuuki.

—Sí, sí. Hablemos de eso —concordó Cleo, confundiendo aún más a Yuuki, mientras Accel sonreía incrédulamente.

—¡Yuuki es la más linda del mundo! —afirmó Miko, continuando las chicas conversando acerca de lo linda que es Yuuki, como si esta no estuviera presente.

—¿Por qué siempre me tratan como a una niña? —preguntó Yuuki un poco deprimida, con los ojos aguados.

—Bueno, eso es bueno, ¿no? Porque significa que eres muy linda —dijo Accel con una tierna sonrisa, mientras los dos estaban de frente a sus amigos que no paraban de conversar, y Yuuki deprimida volteó su cabeza hacia Accel, mostrándole una tierna mirada con sus ojos aguados, sonrojando al Undine.

—¿Pero tan linda soy como para eso? —bromeó Yuuki, y Accel sonrojado, no atreviéndose a responder, se puso ligeramente nervioso— ¿No? —continuó bromeando.

Accel, muy tímido y tomándose muy en serio esa pregunta, se dispuso a hablar:

—¡Sí, eres muy, pero que muy linda! —dijo, muy tímido y sonrojado. Yuuki, sorprendida al escucharlo, se sonrojó un poco, volteando la mirada hacia abajo y al lado contrario de donde estaba Accel, lo mismo que le pasaba muy tímido a este que ahora se encontraba mirando hacia abajo y al lado contrario de donde estaba Yuuki.

—Bien, ¡vamos a casa de Mei-nee-chan! —dijo Kei, levantando su puño derecho muy entusiasmado.

—¡Sí! —dijeron Yuuki, Jane y Karl al unísono.

...

Los “Sleeping Knights” salieron del bar “Ocean of Oasis”.

Decidieron caminar hasta la casa de Mei, que se encontraba en la “Ciudad Natal Undine”. Mei caminaba delante de todos, sus dos hermanos marchaban solo un poco detrás de ella en lo que conversaban, Jane y Karl más atrás, y Yuuki y Accel siendo los últimos. La Cait Sith miró disimuladamente hacia Yuuki y Accel, por lo que sonrió virándose hacia ellos en lo que seguía caminando en marcha atrás.

—Yuuki-chan, ¿has pensado tener una segunda cita con Accel-kun? —preguntó Jane, confundiendo a la chica Imp.

—¿Eh? —inquirió la pelimorada.

—Algo de eso escuché de Mei-chan —comentó Jane con una confiada sonrisa.

—M... ¡Mei-chan! —exclamó Yuuki, viendo avergonzada y ruborizada hacia la Undine, la cual oyendo su nombre miró hacia atrás, y en pocos segundos intuyó a qué podía deberse todo, por lo que volteó su mirada nuevamente hacia adelante, colocando la palma de su mano derecha en su boca, como ocultando finamente su sonrisa.

—Ara, Ara —dijo Mei, dejando a Yuuki con un poco de humo avergonzado saliendo de sus orejas, y haciendo reír muy divertida a Jane.

—S... Solo hablamos de eso un poco... Como una posibilidad, no concretamos nada —aclaró Accel también ligeramente tímido.

—Incluso así... Qué suertuda, Yuuki-chan —dijo Jane sonriendo pícaramente, confundiendo a Yuuki y a Accel.

—¿Suertuda? ¿Por qué? —preguntó la chica Imp.

—Porque eres la primera chica con mayor posibilidad de tener dos citas con Accel-kun. Las demás chicas no llegan ni a la primera cita.

—¿Las “demás chicas”? —preguntó Yuuki, preocupando a Accel, y luego también a Jane, que se arrepintió por un instante debido a cómo lo había expresado.

—Ah, no es que Accel-kun se interese por muchas chicas —aclaró la Cait Sith—. Solo que yo siempre intentaba que Accel-kun saliera más porque siempre se pasaba el día metido en casa, y por eso yo le presentaba a varias chicas, pero Accel-kun las acababa rechazando a todas.

—... Las rechazaba a todas porque no tenía interés en ninguna de ellas. Al no sentir nada por ellas, no quería salir con ellas si sabía que no iba a resultar en nada serio, tan solo era eso —dijo Accel, únicamente logrando que Jane sonriera más pícaramente.

—Oh... —la Cait Sith mostró una especie de sonrisa perversa, llamando la atención del Undine y de la chica Imp— Accel-kun, así que dices que sí estás interesado en Yuuki y que sí vas en serio con ella... —dijo, ruborizando a los dos.

—¡Yo... Yo...! Yo... —comenzó a balbucear Accel, tímido y avergonzado sin saber qué decir, siendo observado por Yuuki que parecía muy entusiasmada por saber lo que el Undine iba a decir.

—Vamos, Accel-kun. ¿Por qué no lo niegas? —continuó provocando la Cait Sith, molestando al Undine.

—¡Ay, ya cállate, Jane! —protestó el peliazul, y la Cait Sith sonrió virándose de nuevo hacia adelante, dejando tiernamente sonrojado a Accel, mientras Yuuki bajaba un poco su mirada tímidamente, igual sonrojada y sonriente.

...

Los “Sleeping Knights” llegaron a casa de Mei.

Se sentaron en unos sofás mientras ella les servía té y les brindaba algunos dulces. La casa de Mei era súper grande, tanto que parecía una mansión, lo que terminó dejando impresionados y boquiabiertos a Accel, Jane y Karl.

La sala era inmensa. Había una gran mesa entre los asientos y un sofá de cuatro plazas de espaldas a la amplia cocina. En ese sofá se sentaron Yuuki, Accel, Karl y Jane. Frente al sofá, había otro igual, en el que se sentaron Kei, Rei, y Mei cuando no estaba sirviendo té o dulces a sus invitados. En los dos costados de un sofá al otro, había otros dos sofás, cada uno de una única plaza, por lo que la sala tenía en total seis sofás (dos de cuatro plazas y cuatro de una).

—Parece un castillo, ¿eh? —le preguntó Kei, sonriéndole a Accel— Y con lo refinada que es Mei-nee-chan, ella tal pareciera la princesa del castillo, solo hay que ver lo fina que es para servir el té —comentó el Salamander, mientras Mei les servía el té con mucho cuidado y una sonrisa—. Mi casa y la de Rei-nii en comparación, no son la gran cosa. Pero Mei compró esta casa después de esforzarse mucho.

—Ah, ¿es la misma casa que tiene en ALO? —preguntó Accel, y Kei le asintió con la cabeza.

—Sí. Las únicas propiedades de casas que no se mantuvieron de ALO, son las de la “Ciudad de Inicio”, pero las cafeterías, tiendas y otros puestos también se mantuvieron —dijo el Salamander.

—¡Yo viví un tiempo con Mei-chan aquí! —dijo Yuuki.

—Ah, cierto. De hecho, Mei-nee-chan la compró para ti realmente —dijo Kei.

—Sí que son buenas amigas —le sonrió Accel mirando tiernamente a Yuuki, que muy feliz y sonrojada, cerró los ojos con una sonrisa.

—¡Sí! —admitió la chica Imp, muy contenta.

...

Después de pasar un rato conversando amigablemente entre todos, todavía se encontraban en casa de Mei.

—¿Van a ir al “Concurso de Herrería”? —les preguntó Karl a sus compañeros.

—¿“Concurso de Herrería”? —inquirió Kei, sorprendido y confundido.

—La familia de Karl tiene varias herrerías por todo ALO y SALO, pero Karl no está muy interesado en la herrería —aclaró Jane, dejando sorprendida a Yuuki.

—¿“Herrería”? —preguntó la chica Imp.

—¿Tu familia es Leprechaun en ALO? —le preguntó Kei a Karl.

—No, solo mi abuela paterna y mi padre son Leprechaun en ALO, pero en SALO son Salamander, como mi abuelo paterno —dijo, sorprendiendo más a Yuuki.

—¿Abuela Leprechaun? ¿Abuelo Salamander? —se preguntaba la chica Imp, que le vino a la mente la imagen de Lizbeth y Klein en el pasado, cuando todos sonreían al verlos discutir pero siempre tan unidos— Y Karl-kun es primo de Accel-kun en la vida real, así que... —pensó Yuuki, mirando a Karl y luego a Accel.

—¿Y el resto de tu familia qué raza es? —preguntó Kei.

—Mis abuelos maternos son Sylph —dijo Karl, sorprendiendo un poco más a Yuuki—. Mi padre es un Salamander y mi madre una Sylph.

—¿Y tú por qué eres un Spriggan? ¿Acaso te quieres rebelar ante tu familia? —bromeó Kei.

—Kei, ya basta —dijo Mei, un poco seria, llamando la atención del Salamander que se deprimió, bajando la cabeza un poco entristecido y sintiéndose culpable por haber sido reprendido por su hermana mayor.

—Bueno... —dijo Karl, un poco incómodo con esa situación—... La verdad es que soy un gran fanático del abuelo de Accel-kun, el “Espadachín Negro”.

—Ah, ahora entiendo —sonrió Kei.

—¿Entonces van al concurso? —preguntó Karl.

—Claro. Podemos encontrarnos todos en el lugar donde se realizará, ¿dónde es?

—Es en el centro de la “Ciudad de Inicio”, alrededor de la “Fuente de Inicio” —le respondió Karl a Mei.

—¿Y qué se hace en un “Concurso de Herrería”? —le preguntó Rei al Spriggan.

—Bueno, mi padre será el jurado esta vez —dijo Karl—. Este concurso se realiza una vez al año. Se valora la rapidez con la que se crean las armas y la calidad de acuerdo con el material que se usa.

—Vaya, pareces saber mucho para no querer ser herrero —dijo Kei, y Karl sonrió al escuchar eso.

—Sí, me gusta la herrería, pero no quiero dedicarme a eso.

—¡Bien, es la hora de la comida! —exclamó Kei muy entusiasmado.

—Oye, si apuras a la cocinera, la cocinera no te servirá a ti —dijo Mei muy severa, levantándose de su asiento, y todos sonrieron mientras Kei juntaba las palmas de sus manos, cerrando los ojos.

—¡Lo siento, Cocinera-sama! —dijo el Salamander dirigiéndose a su hermana, y todos sonrieron, incluida Mei que decidió ir a la cocina.

Todos muy sorprendidos la observaron cocinar con una increíble habilidad.

Yuuki, que estaba sentada en el sofá de espaldas a la cocina, en el costado izquierdo, volteó un poco su cuerpo hacia atrás, colocando sus brazos sobre el espaldar del sofá, mirando con una sonrisa a Mei mientras esta cocinaba, recordándole tanto a Asuna como a Siune en el pasado.

—Es muy buena cocinando... —comentó Accel, que estaba sentado a la derecha de Yuuki, y a la izquierda de Karl, este que se encontraba a la izquierda de Jane, sentada esta al costado derecho del mismo sofá— No sé cómo cocinará mi abuela en los VRMMO, pero en la vida real mi abuela es increíble cocinando —dijo, llamando la atención de Yuuki que se sorprendió, ligeramente confundida—... Pero mi familia dice que mi abuela cocina también increíble en los VRMMO... me gustaría comer la comida preparada por mi abuela en los VRMMO... Ver a Mei me hizo recordar a mi abuela...

—Tú... ¿No has visto a As...? —iba a terminar de preguntar Yuuki, pero cambió a tiempo la pregunta antes de ser descubierta— ¿... a tu abuela, en los VRMMO?

—No, pero claro que me gustaría conocerla, la quiero mucho —dijo Accel, haciendo sonreír a Yuuki, mirándose tiernamente estos dos durante un corto tiempo.

Mei terminó de cocinar y colocó todos los platos en la gran mesa en el centro de la sala. La comida era realmente variada y aparentaba ser muy sabrosa. A todos se les aguaba la boca al observar la comida. Mei se sentó en el costado izquierdo de su sofá, frente a Jane y a la izquierda de Kei.

—Coman como y cuanto gusten —dijo la Undine.

—¡Genial! —dijeron Kei y Karl al mismo tiempo, siendo estos dos los primeros en comenzar a comer como todo unos glotones.

Los demás, excepto Yuuki y Jane que aún no probaban el banquete, comían de forma más calmada. Yuuki sonriente, miró hacia su derecha y observó a Jane que igual miraba la comida, pero por un momento, la chica Imp se sorprendió al imaginarse a su antiguo compañero Jun en Jane, lo que dejó a Yuuki un poco boquiabierta. Cuando Jane volteó a ver a Yuuki porque sentía que la estaban mirando, la pelimorada dejó de imaginarse a Jun en Jane, y esta última le sonrió tiernamente a Yuuki, por lo que la chica Imp también sonrió, miró hacia la comida, y luego negó con la cabeza.

No... No puede ser. Voy a dejar de pensar en eso —se dijo Yuuki, que decidió comenzar a comer, pero Jane aún no se decidía, lo que notó Karl, confundido.

—Jane-chan, ¿por qué no comes? ¿Estás a dieta? —preguntó el Spriggan, llamando la atención de todos, y sonrojando avergonzadamente a la Cait Sith.

—¡No digas tonterías, Karl-kun! —dijo Jane.

—¿Entonces qué sucede? ¿Pasa algo malo con la comida? —preguntó Mei, preocupada, así que Jane con una tierna sonrisa pasó a negar con la cabeza.

—No, no es nada de eso, Mei-chan. Se ve deliciosa y al parecer todos están disfrutándola, pero... —dijo la Cait Sith, un poco tímida, haciendo sonreír a Karl que pareció darse cuenta de lo que sucedía.

—Ah, ya sé. Ustedes no han visto a Jane-chan comer con ganas, ¿verdad? —preguntó el Spriggan, avergonzando a la Cait Sith y confundiendo a los demás.

—¿Comer con ganas? —inquirió Mei confundida.

—¡Sí, sí! —dijo Karl muy sonriente y sonrojado— ¡Cuando Jane-chan observa una comida muy, pero que muy sabrosa, no puede evitar comer como toda una glotona! ¡Y eso avergüenza a Jane-chan! ¡¿No es linda?! —preguntó, recibiendo un fuerte golpe del puño izquierdo de la Cait Sith.

—¡Si sabes que me avergüenza no lo vayas diciendo por ahí!

—Ah, tranquila, Jane-chan —le dijo Mei con una sonrisa—. Estoy acostumbrada a la glotonería de Kei, así que no te cortes. Me gusta que los demás disfruten la comida que preparo con tanta dedicación —dijo, mostrándole una muy tierna sonrisa.

—¡Oh, Mei-chan, cásate conmigo! —bromeó Jane sonrojada, haciendo sonreír a la chica Undine.

—Pero tú también cocinas muy bien, Jane —dijo Accel.

—Sí, pero no tiene nada de gracia comer la comida que tú mismo preparas. Es mucho más satisfactorio probar la deliciosa y bien preparada comida de los demás —dijo Jane con una sonrisa, alegrando a Mei.

—¡Sí, Jane-chan, sé a lo que te refieres! —concordó la muchacha Undine, y tanto ella como la Cait Sith sonrieron muy divertidas, mientras los demás las observaban un poco incrédulos.

—Bueno, entonces vamos a comer —dijo Karl.

Jane, aunque aún un poco nerviosa al comienzo, observó detenidamente la comida encima de la mesa que tan ansiosa estaba por probar, terminando por acabar comiendo casi con la misma glotonería que Karl y Kei, o incluso más, sorprendiendo a sus amigos, que terminaron sonriéndole. Yuuki miraba a Jane un poco sorprendida, recordando que esa misma actitud era la de Jun a la hora de comer la deliciosa comida que preparaba Asuna.

—Vaya, vaya. A alguien le gustó mucho la comida, ¿eh? —preguntó Karl bromeando con Jane, esta que se atoró avergonzadamente con la comida, lo que sorprendió más aún a Yuuki, que se imaginó por un momento a Silica en Jane, porque esa actitud tímida y avergonzada de Jane cuando le decían algo, era propia de Silica.

—¿Desde hace cuánto que no comes una comida tan deliciosa como la de Mei-nee? —preguntó Kei. Jane se sorprendió por la pregunta, y entonces la Cait Sith puso su dedo índice y pulgar en su barbilla, lo que sorprendió más a Yuuki porque reconoció esa actitud pensativa como propia de Rai, quien ella conoció como muy cercano a Sinon.

—Pues es una buena pregunta... Creo que no probaba una comida tan deliciosa desde hace mucho, mucho tiempo —se sinceró Jane.

—Oye, yo cocino muy delicioso —dijo Accel, un poco molesto cruzando los brazos.

—Sí, pero tan sabroso como Mei-chan... Tienes que esforzarte, Accel-kun.

—¡Ya verás, cocinaré el plato más delicioso que vas a probar! —declaró el Undine, y Jane sonrió un poco maliciosamente mirando a su compañero Spriggan.

—¿Y tú, Karl-kun? ¿Cuándo aprenderás a cocinar? —preguntó la Cait Sith, provocando al muchacho Spriggan, tocando Jane con su hombro izquierdo de forma confiada el hombro derecho de Karl, lo que también llamó la atención de Yuuki, porque esta actitud con el hombro era común en Sinon.

—¡Yo aprenderé a cocinar a su debido tiempo! —exclamó Karl muy orgulloso— ¡¿Verdad, Accel-kun?! —preguntó el Spriggan, colocando su brazo izquierdo por encima del cuello del Undine, este que miraba serio sin creérselo a Karl que no paraba de sonreír con los ojos cerrados.

En cuanto a Karl, esta actitud despreocupada y el acto de colocar el brazo por encima del cuello de alguien de forma amigable, a Yuuki le recordó automáticamente a la actitud de Klein, y de hecho, Accel tuvo la misma actitud que Kirito hubiera tenido en el pasado, cada vez que Klein le colocaba su brazo por encima de su cuello, incluso miró a Karl de la misma forma que Kirito miraba a Klein, lo que provocó que esta vez Yuuki se imaginara a Karl y Accel como si fueran Klein y Kirito, respectivamente.

—¿No crees que tu tiempo ya se está pasando, Karl-kun? —preguntó Accel, sin creerse la confiada actitud del Spriggan, que cruzó sus brazos de una forma más confiada aún.

—¡Tengo toda una vida por delante! —dijo confiadamente, con los brazos cruzados y los ojos cerrados. Luego abrió solo su ojo izquierdo mirando aún confiado al peliazul, y levantando un poco su puño izquierdo— Además, siempre puedes enseñarme tú, Accel-kun.

—No puedes depender siempre de mí, Karl-kun, además... —comenzó diciendo el Undine, que luego pasó a sonreírle un poco maliciosamente al Spriggan—... ¿Acaso no prefieres que quien te enseñe sea Jane-chan? —preguntó, sonrojándose Karl muy tímidamente y avergonzado, colocando su mano derecha tiernamente detrás de la cabeza, sonrojando de paso a la chica Cait Sith que decidió no decir nada mientras todos los demás sonreían, excepto Yuuki, que estaba sorprendida porque la sucesión de acciones de Karl: cruzar los brazos, levantar un poco su puño y sonrojarse avergonzadamente colocando su mano detrás de la cabeza; era algo que comúnmente hacía Lizbeth, y Yuuki se la imaginó en Karl— ¿O acaso lo niegas, Karl-kun? —continuó preguntando Accel, bromeando con el Spriggan, este que se ruborizó más avergonzado, intentando negarlo moviendo sus manos nerviosamente, actitud que Yuuki recordó como propia de Leafa.

—¡C... Claro que no! —exclamó Karl muy avergonzado.

—¿“Claro que no lo niegas”? —bromeó Accel.

Karl, ya completamente rojo y muy tímido, colocó sus manos en el borde de su asiento, entre sus dos piernas abiertas, como un tierno niño tímido, incluso mirando al suelo, actitud que era idéntica a la de Recon.

Mientras todos reían excepto Jane que estaba sonrojada, y Accel que solo sonreía, Yuuki volteó a ver a este último. El Undine cerró los ojos por un momento, sonriendo con una tierna expresión al observar a sus compañeros, lo que Yuuki comparó rápidamente con la misma expresión que mostraba Asuna en el pasado. Esto terminó sonrojando a la chica Imp, que estaba ya a punto del llanto, cuando la Asuna que Yuuki imaginaba, volteó la mirada hacia la pelimorada, por notar que esta la estaba observando, y aunque al principio sorprendida, Asuna le acabó sonriendo tiernamente a Yuuki, lo mismo que haría Accel, cuando Yuuki dejó de imaginarse a Asuna en él.

—¿Qué sucede, Yuuki? —le preguntó Accel con su tierna y calmada sonrisa. La chica Imp al ver esto, se sonrojó conmovida y feliz, comenzando a dejar caer sus lágrimas por sus mejillas, aún con una sonrisa, sin notar todavía que ella estaba llorando— ¿Yu... Yuuki, qué sucede? ¿Por qué estás llorando? ¿Te sientes mal? —preguntó el Undine, ahora preocupado por Yuuki, esta que fue en ese momento que notó que estaba llorando, secando con sus manos las lágrimas que caían por sus mejillas, pero aún así, Yuuki sonrió alegremente como si nada.

—No es nada. No se preocupen, solo... —dijo la chica Imp, haciendo una pequeña pausa, aún un poco confundida ella también— Tan solo... Estoy muy feliz de pasar el tiempo con todos ustedes... mis valiosos amigos —dijo, entre pequeñas lágrimas cayendo por sus mejillas, haciendo que todos terminaran sonriendo igual de felices al escuchar a Yuuki.

Karl sonrió y sostuvo un vaso con refresco, levantándose y alzando también su mano con el vaso:

—Entonces... ¡Por Yuuki! —dijo Karl, haciendo recordar a Yuuki cuando Klein hacía eso mismo, y mientras, Jane sonreía también, sujetando uno de los vasos y levantándose.

—¡Sí, por Yuuki! —dijo Jane, volviéndole a recordar lo que haría Jun.

—¡Sí! —dijeron todos levantando sus vasos de refresco, excepto Yuuki, que observaba cómo ellos continuaban con la especie de celebración, conversando muy amigables entre sonrisas.

Yuuki rápidamente se imaginó a sus antiguos compañeros de gremio, en los actuales compañeros. Se imaginó a Jane como el entusiasta Jun, a Karl como la hiperactiva Nori, a Mei como la tranquila Siune, a Rei como el callado Tecchi, a Kei como el sonriente Talken, y a Accel como la amable Asuna. Y, tras recordar a sus antiguos compañeros de gremio gracias a los actuales, Yuuki cerró los ojos, mostrando una gran y reluciente, feliz sonrisa.

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