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Capítulo 12: Citas & Reuniones...

—Tu... Tu trenza... Es la misma que la que estaba usando yo, ¿no? —preguntó Accel, sorprendiendo a Yuuki que se sonrojó un poco avergonzada tras el Undine haber notado que la chica Imp tenía la misma trenza que Asuna le hizo a Accel y que comúnmente usa Asuna.

—Eh... Eh... Esto... Ehm... Sí... ¿No te gusta? ¿Me queda mal? —inquirió ella, tímidamente. Accel, igual tímido, se sonrojó nerviosamente.

—¡S... Sí! ¡D... Digo, me gusta mucho! ¡No lo decía porque no me gustara! ¡Todo lo contrario! ¡En serio me gusta mucho! Te... Te ves muy linda... Muy, pero que muy linda —al final, logró calmarse y sonreír mostrando una linda y tierna expresión.

—Gra... Gracias... —dijo Yuuki tímidamente.

Surgió un momento de silencio entre los dos y después Accel, aún tímido, consiguió dejar de estarlo tras algo haber llamado su atención:

—Ehm... Esto... Yuuki...

—¿Sí? —preguntó ella, ligeramente confundida.

—Tu ropa... —dijo, notando que la vestimenta que traía Yuuki en un día en el que no tendrían que enfrentarse en algún combate o misión, era la que normalmente ella llevaba— Es la ropa de combate, ¿no?

La chica Imp observó su propia ropa y luego sonrió:

—Ah, sí —dijo ella, sonriéndole un poco tímidamente—. Ya les había dicho en una ocasión que soy muy indecisa para escoger ropa. Esta me gusta mucho y es la única que he usado durante un largo tiempo.

—Bueno, y... ¿Qué tal si vas conmigo a comprarte ropa?

—Yo... Bueno... —balbuceó Yuuki tímidamente, habiéndola tomado por sorpresa esa proposición— Jane-nee me dijo que algún día podríamos ir juntas de compras, pero... Sinceramente no creo que encuentre algo que me convenza, siempre termino rechazando todo por una cosa o por otra —dijo, y Accel le sonrió.

—Pero dices que te gusta mucho la ropa que llevas, ¿no?

—Sí, pero es diferente. Esta es la ropa que escogió el juego por mí.

—Sí, pero el juego está diseñado para que nuestra ropa de inicio sea basándose en nuestros propios gustos. Te gusta la ropa precisamente porque fue diseñada según tus gustos. Además de que fuiste tú quien escogiste la raza Imp cuando comenzó el juego. ¿No significa que puedes elegir por ti misma según tus gustos?

—Sí... Ahora que lo dices... Es cierto... —admitió, sorprendida.

—Entonces yo te acompaño a una tienda de ropa dentro del juego. Conozco algunas, cerca de aquí. ¿Vamos?

—¡Sí! —exclamó muy entusiasmada, alegrándolo— Pero... —dijo ahora con una voz un poco más baja, confundiéndolo— Tú me ayudarás a escoger, ¿verdad, Accel-kun?

Tras sorprenderse, él se sonrojó muy tímido:

—¿Eh? Bueno... Yo...

—¡Vamos! —rápidamente, Yuuki cogió con su mano izquierda, la mano derecha del Undine que se sonrojó más tímidamente— ¡Seguro con tu ayuda me decido más rápido! ¡Tenemos todo el día! ¡Estoy emocionada, vamos! —y decidió ser ella la primera en comenzar a caminar, llevando con ella a un tímido y sonrojado Accel.

Los dos continuaron caminando mientras Yuuki miraba a su derecha y a su izquierda, con Accel un poco más atrás de ella, todavía los dos cogidos de las manos.

—Me avisas dónde es, Accel-kun.

—S... Sí. Sigue adelante.

Los dos llegaron, aún cogidos de las manos, frente a una tienda de ropa.

—Es aquí, ¿no? —preguntó Yuuki mirando el cartel con el nombre de la tienda.

—Sí —respondió el Undine, que pasó a notar que continuaba cogido de la mano de Yuuki, sonrojándose tímidamente.

—¡Vamos! —la chica Imp entró a la tienda, todavía cogida de la mano de Accel.

...

Dentro de la tienda, ya no cogidos de las manos, Yuuki comenzó a mirar la ropa a su alrededor, muy emocionada.

La pelimorada sostuvo algunas vestimentas durante unos segundos y luego entró en uno de los probadores. Accel decidió sentarse en un asiento frente al probador de Yuuki, no tan cerca. Después de un tiempo de esperar, la chica Imp abrió solo un poco la cortina de su probador, llamando la atención de Accel.

Ahora que lo pienso... Decidió vestirse al “modo antiguo”... Cierto... Vine a darme cuenta ahora a pesar de lo mucho que esperé porque cuando estoy con ella... Es como si olvidara que estoy dentro de un mundo virtual... Ella... —pensaba Accel, quien no pudo terminar instantáneamente su reflexión, porque entonces Yuuki abrió del todo la cortina, mostrando una linda combinación de ropa, que consistía en un abrigo morado oscuro, con capucha que contaba con cubiertas blandas de color blanco. Yuuki además, llevaba una mini falda blanca con bordes purpúreos y un cinturón con forma de lazo rojo, pero el abrigo no se encontraba abrochado por completo, por lo que se podía observar que debajo llevaba una blusa negra. Yuuki mantuvo su diadema roja, pero tenía medias largas negras hasta un poco después de la rodilla. Al verla así, Accel se sorprendió sonrojándose, observando a Yuuki, que se encontraba ya sonrojada y un poco tímida— Ella... Ella es mi realidad... —pensó él, con una sonrisa.

—Disculpa que me demorara tanto... Es que... Escogí mucha ropa y... No terminaba de decidirme... Y aún así estoy un poco indecisa con esta, pero... No sé... ¿Qué tú crees, Accel-kun?

—... A... E... Esto... —el Undine comenzó a balbucear tímido y sorprendido porque de repente le hubieran preguntado su opinión al respecto. Casi sin saber qué decir, se levantó reciamente de su asiento, aún sonrojado—: ¡¡¡Te ves muy linda!!!

Tras exclamar esto entusiasmadamente, Yuuki se sorprendió y se sonrojó con timidez. Fue entonces cuando los dos se dieron cuenta de que habían llamado la atención de todos en la tienda, por lo que se sintieron instantáneamente igual de nerviosos que avergonzados, en especial Accel.

—E... Entonces me quedo con este —dijo ella, disponiéndose a cerrar la cortina del probador, pero él la detuvo.

—¡Espera! —Yuuki se contuvo antes de cerrar la cortina de su probador— Yo... Bueno... En serio te ves muy linda y... Fue algo que escogiste por ti misma, así que... No tengo prisa. Tenemos todo el tiempo del mundo, tú misma lo dijiste, así que... ¿Por qué no te pruebas las demás ropas? Seguro te quedan muy bien.

—S... Sí... Si tú lo dices... Lo intentaré —dijo ella, al principio sorprendida y tímida por las palabras de Accel, quien sonrió y se sentó de nuevo en su asiento tras Yuuki entrar de nuevo en el probador.

El Undine esta vez tuvo que esperar un poco menos, ya la chica Imp se sentía más confiada e iba mostrando sus combinaciones de ropa una detrás de otra, todas gustándole a Accel que no dejaba de estar tiernamente sonrojado.

—¡Muchas gracias por todo, Accel-kun! Creo que con esto es más que suficiente —dijo, mostrándole toda la ropa que traía como un gran bulto en sus brazos.

—Está bien. Déjame ayudarte —el Undine agarró el bulto de ropa. Yuuki se sorprendió, pero sonrió en lo que el peliazul se acercaba a la encargada de la tienda—. Quiero comprar todo esto.

—¡No, espera, Accel-kun! ¡Yo soy la que quería la ropa! ¡No es justo que seas tú quien la pague! —protestó la chica Imp, sin embargo el Undine sonrió confiado.

—Pero yo insisto, Yuuki. Fue mía la idea de venir a comprar ropa, y fui el primero que tuvo la idea de pagarla —bromeó, haciendo que Yuuki ligeramente molesta inflara sus mofletes en una especie de acto de berrinche realmente tierno.

—¡Pero es injusto, Accel-kun!

La encargada comenzó a reírse divertida, llamando la atención de los dos:

—Si dejas que tu novio pague la ropa, les haré un 50% de descuento —dijo, sorprendiendo grandemente a Accel y a Yuuki, que se sonrojaron.

—¡N... N... No es mi novio! —explicó tímidamente, y la encargada sonrió.

—Está bien, está bien. Pero si no es tu novio al menos pronto estarán en esos términos, ¿no? —tras la mujer decir esto, los dos volvieron a sonrojarse mucho más que antes— ¿Y bien? ¿Aceptas mi propuesta? —le preguntó a la chica Imp.

—... No. No tengo problemas de dinero. En serio no me gustaría...

—¡Póngalo todo en mi cuenta! —se apresuró a decir Accel dirigiéndose a la encargada, entregándole un pequeño saco de monedas que rápidamente había sacado de su “Sistema de Comando”, sorprendiendo a Yuuki.

—¡Oye, espera, Accel-kun! —la chica Imp intentó detenerlo, pero la encargada cogió rápido el saco de monedas.

—¡Lo siento, ya es tarde! —dijo la mujer sonriendo muy bromista, y ante esto, Yuuki infló un poco sus mofletes.

—¡Cielos! ¡Es injusto!

—¿Entonces pongo toda la ropa en el “Sistema de Comando” de la señorita? —preguntó la encargada, y Accel le asintió con la cabeza. Entonces la mujer envió la ropa comprimida dentro de un código hacia Yuuki, recibiendo esta última dicha información en su “Sistema de Comando”— Ya está. Bueno. La próxima vez para que no tenga que llevar tantas monedas, podrías activar la opción de “Tarjeta de Crédito” que hay en el “Sistema de Comando” para registrar, dentro de una tarjeta de crédito que te proporciona el juego, todo el dinero que desees que esté dentro de tu pertenencia. Y cuando pase un mes exacto de la fecha en la que creaste tu tarjeta de crédito, obtendrás gratis $1000 en la tarjeta —dijo, dejando muy sorprendidos a Yuuki y a Accel.

—¡Whoa! ¡¿En serio?! —preguntó el Undine.

—Eso es todo un negocio —comentó la chica Imp igual sorprendida—. Imagina que divides todo tu dinero en varias tarjetas. Podrías recibir más de $1000 cada mes.

—Sí. E imagínate si fuera como en GGO que puedes ganar dinero en la vida real solo jugando dentro del juego —dijo él, sorprendiendo a Yuuki que luego se deprimió un poco, confundiendo a Accel—. ¿Qué pasa?

—Yo... Yo nunca he jugado GGO —dijo ella, sorprendiendo al peliazul.

¿Pero... por qué parece deprimida solo por eso? —se preguntó Accel confundido en su pensamiento tras observar la triste expresión en el rostro de Yuuki.

...

Después, los dos se encontraban caminando por la ciudad, uno al lado del otro, un poco callados y tímidos sin querer mirarse a los ojos.

—Esto... Discúlpame si dije algo que... te lastimó... —dijo Accel tímidamente, haciendo sonreír a Yuuki, quien iba vestida con el primer conjunto que escogió.

—No. Tranquilo. Solo son cosas mías sin importancia —dijo ella, logrando que el Undine sonriera más aliviado—. ¡Ah! ¡Vamos al primer lugar que tenía pensado!

—¿Al primer lugar? —preguntó él sorprendido.

—¡Sí! Pero esta vez me dejas pagar a mí. No me gustó que pagaras tú toda mi ropa —dijo ella, inflando nuevamente sus cachetes tiernamente.

—Está bien. Mientras no se tenga que gastar mucho, estoy dispuesto a dejar que tú pagues. Pero si la cantidad de dinero es alta, yo seré el que pague.

—¡Cielos! Es injusto, Accel-kun.

—Jeje —él sonrió divertido.

—Al lugar al que quiero ir no hay que gastar mucho... ¡Ah, ya sé! —exclamó, de repente emocionada— Iré a varios lugares en los que se tenga que gastar poco y así pagaré yo —dijo, sorprendiendo a Accel.

—Cielos. Yuuki, eso es injusto.

—Jeje —esta vez ella fue la que sonrió divertida, pero el Undine también sonrió alegremente cuando de repente la chica Imp corrió hacia un pequeño puesto de helados—. ¡Helado! —exclamó entusiasmada mientras señalaba el puesto de helados.

...

Los dos terminaron en un banco a la sombra, tomando sus respectivos barquillos de helado.

—Así que a ti también te gusta el helado de menta —dijo Yuuki, notando que Accel había pedido el mismo sabor de helado que ella.

—Sí. Es mi sabor de helado favorito.

—¡El mío también! —comentó muy emocionada, haciendo sonreír al Undine.

—Yuuki... —dijo, mientras ella probaba su helado.

—¿Hm? —preguntó, con la boca un poco llena.

—¿Por qué querías tener una cita conmigo?

Yuuki, sorprendida por un momento, luego terminó sonrojándose tímidamente:

—¡E... E... Esto! ¡No dije lo de tener una cita por la parte de lo que hacen los novios y todo eso! ¡Ni siquiera pensé en eso cuando se me ocurrió lo de la cita! ¡En serio! —se esforzó en aclarar, muy nerviosa.

Accel se confundió al principio, pero luego sonrió tiernamente:

—Yo no he dicho nada, jeje. Sé que cuando dijiste tener una “cita”, no te referías a hacer lo que hacen los novios. No te preocupes. Entiendo que te referías a una salida de amigos, ¿no? —preguntó con una tierna sonrisa, y Yuuki más calmada le asintió con la cabeza— Por eso... ¿por qué exactamente una cita?

—Bueno... Es que... No me gusta cuando discutimos... Y sé que la mayoría de las veces no es como que estemos molestos con el otro, pero... No me gusta sentirme distante de ti, Accel-kun —dijo ella, sorprendiendo a Accel que se sonrojó al escucharla—... Por eso... Aunque se supone que lo aclaramos todo entre nosotros... Quería pasar un buen rato a tu lado y asegurarme de que no fuéramos ni un poco menos unidos. ¡Es por eso que se me ocurrió que tuviéramos una cita! —exclamó sonriente, mientras el Undine se encontraba sonrojado y ligeramente boquiabierto— ¡Oh! ¡Ya sé! ¡¿Por qué no tenemos una cita siempre que nos sintamos distantes el uno con el otro?!

Accel esta vez solo pudo sonreír incrédulamente volteando su cabeza hacia el lado contrario de Yuuki:

Por favor, no, Yuuki. Si es así voy a querer discutir contigo solo para tener luego una cita. Pero a la vez no voy a querer discutir contigo y me veré en una situación muy complicada... ¡Cielos! ¡¿Qué puedo hacer?! ¡No quiero renunciar a seguir teniendo citas con Yuuki! ¡Es más de lo que nunca pensé que lograría!

—¿Accel-kun? —preguntó ella, confundida al notar que el Undine tenía volteada la cabeza hacia el lado contrario de la chica Imp, y entonces el peliazul decidió mirarla con una sonrisa.

—¿Sabes...? Siempre podemos tener citas más a menudo —dijo él, sorprendiendo a Yuuki—. Ya sabes... Estas... Salidas de amigos... Podríamos tenerlas más a menudo y así nuestra relación se puede ir fortaleciendo más y más. ¿No crees?

Yuuki se sorprendió sonrojándose un poco tímidamente:

—S... Sí... Siempre podemos seguir teniendo este tipo de citas más a menudo, supongo que sí... —dijo, haciendo sonrojar a Accel.

—¿V... Verdad?

—Sí. Es una buena idea.

—Bien. Entonces... Podríamos salir juntos una vez a la semana... ¿Te parece bien? —preguntó él, haciendo que Yuuki se sonrojara aún más.

—S... Sí.

—Bien. Entonces nos pondremos de acuerdo un día de estos, supongo —dijo, muy tímido. Yuuki le asintió con la cabeza, y los dos se mantuvieron callados durante un tiempo, tímidos, mientras seguían tomando sus helados.

—¡Bien! —exclamó ella levantándose de repente, llamando la atención de Accel— ¡Terminemos nuestros helados y continuemos con el paseo!

Accel se sorprendió, pero terminó sonriéndole:

—Sí —dijo, continuando con su helado.

...

Luego, los dos continuaron caminando por la ciudad, observando las diversas tiendas mientras también conversaban.

En un momento en el que Yuuki caminaba recto mirando hacia el frente con su habitual y resplandeciente sonrisa, Accel desde la izquierda de ella, observó de perfil el rostro de la chica Imp y, sonrojado, luego miró la ropa que esta llevaba y que fue la primera que había escogido en la tienda.

Se ve muy linda... ¿Pero cómo podría decírselo de una mejor manera sin que suene apresurado?...

Él, muy sonrojado y tímido, decidió mirar hacia otro lado, tímidamente.

—Oh, Accel-kun... —dijo Yuuki cuando miró de reojo al Undine, llamándole la atención algo del peliazul, quien se volteó hacia ella notándola confundida.

—¿Qué sucede?

—Esa bufanda que llevas...

Accel se sorprendió, pero luego sonrió mientras tocaba la bufanda que traía alrededor de su cuello:

—Ah, esta... —dijo, mirando sonriente a la bufanda.

—Sí. Es como la que llevas junto a tu vestimenta de combate, pero... Esta es un poco diferente, ¿no?

—Sí. Son muy parecidas, pero si te fijas bien no son iguales, ¿verdad? —comentó, mientras continuaba mirando con una sonrisa su bufanda— Esta bufanda... me la cosió la otra Yuuki... Y decidí usarla junto a mi ropa casual, así no se estropeará durante los combates, ¿no? —preguntó sonriendo tiernamente, aún mirando su bufanda. Yuuki tuvo una expresión incómoda en su rostro, inflando un poco sus mofletes y luego mirando hacia adelante, confundiendo a Accel— ¿Yuuki? ¿Pasa algo?

—¡N... No, nada! —dijo ella, tratando de mostrarse serena con una sonrisa ligeramente forzada, pero Accel continuaba ligeramente confundido sin saber qué pensar al respecto, dejando de tocar su bufanda para observar a la chica Imp— ¿“La otra Yuuki”? Se siente un poco incómodo pensar que Accel-kun tiene a “dos Yuuki”, por así decirlo... No sé por qué, pero esa idea... me desagrada un poco, de cierta manera... ¡Ah! Me siento mal, ¿pero por qué me siento mal? Sé que me siento mal, pero ni siquiera sé por qué. ¡¿Por qué?! ¿Acaso estaré...? ¿... ce... celosa?

¿Habré dicho algo que no debía? Cielos... Estoy metiendo mucho la pata y ni siquiera sé qué es lo que estoy haciendo mal...

De repente, la chica Imp observó un poco hacia su derecha y notó algo que pareció alegrarla mucho:

—¡Oh, mira, Accel-kun! —dijo, cogiendo con su mano izquierda la mano derecha del chico y llevándoselo hacia una tienda, sonrojándolo y poniéndolo nervioso.

¡Yuuki! ¡Deberías avisarme antes de cogerme de la mano! ¡Mi corazón no está listo para ese tipo de sorpresas!

El Undine fue guiado por la chica Imp hasta una pequeña tienda, donde vendían muchos dulces que alegraban mucho a la pelimorada.

—¡Dulces, dulces! —exclamó muy contenta. Accel se quedó sorprendido por un momento, pero le terminó mostrando una tierna sonrisa a Yuuki, quien seguía igual de sonriente hasta notar que continuaba cogida de la mano del peliazul, por lo que separó su mano un poco avergonzada y sonrojada, sorprendiendo al Undine que igual de tímido y sonrojado, pero con una ligera sonrisa, colocó su mano izquierda detrás de la cabeza.

—Bien, entonces... ¿quieres un dulce? —preguntó él un poco nerviosamente.

Yuuki asintió con la cabeza:

—¡Sí! ¡Pero yo pago!

—Vale, vale. Usted manda, jefa —bromeó Accel, y ella le sonrió, disponiéndose a pedir los dulces que iba a comprar.

Los dos terminaron comiendo esos dulces sentados en un banco.

Las golosinas parecían muy apetitosas, y por el sonrojo de Yuuki mientras comía y la sonrisa que hacía tierna pero inconscientemente, debían estar realmente deliciosas. Yuuki había comprado cuatro, dos para cada uno, de distinto tipo los dos dulces que sostenían en cada mano. Accel al principio los miraba sorprendido, parecían similares a los dulces del mundo real, pero tenían un toque que los llevaba más al mundo virtual.

Son un tanto diferentes a los dulces del mundo real... —pensó él, decidiendo probar el dulce en su mano derecha, sorprendiéndose por lo delicioso que estaba— ¡Whoa! ¡Qué rico!

—¡¿Verdad?! —preguntó ella muy contenta en lo que se disponía a probar su segundo dulce. Mientras, Accel masticaba aún su primer dulce, y decidió mirar a Yuuki que masticaba su segundo dulce con los ojos cerrados, y muy alegre disfrutando del sabor. El Undine sonrió cuando se dio cuenta de algo.

“Mundo real”, ¿eh?... Otra vez desperté y me di cuenta de que este es el mundo virtual... Creo... que lo que me ata al mundo real... Es la idea de poder encontrarme con Yuuki otra vez en el mundo virtual... ¿En qué momento puedo decir que comencé a enamorarme de ella?... —tras pensar en esto, Accel recordó la primera vez que vio a Yuuki y que se sonrojó sin siquiera saber apenas su nombre, lo que provocó que el Undine sonriera volviendo de su fugaz recuerdo— Sí... Creo que fue en ese momento... ¿Entonces se puede decir que fue un amor a primera vista?

Él continuaba sonriendo, pero esta vez Yuuki lo notó y lo miró un poco confundida:

—¿Accel-kun?

—Lo siento, estaba pensando y, me dio de repente por sonreír.

—¿Y en qué estabas pensando? —preguntó ella con una sonrisa.

—Ah, bueno... —balbuceó Accel sin saber qué responder— ¡Ah, Yuuki! ¿Cuál es tu comida favorita? —preguntó rápidamente, cambiando de tema. La chica Imp se quedó un poco confundida mientras el Undine se encontraba muy nervioso— ¡Por favor, que cambie de tema! —rogó desesperadamente en sus pensamientos.

Finalmente Yuuki sonrió con despreocupación:

—¡Estos dulces! Siempre que puedo vengo a comprar estos dulces. Me alegro de que la señora que los vendía en ALO decidió también venderlos en SALO.

Accel sonrió aliviado:

Uf, menos mal que conseguí que cambiara de tema... —pensó, antes de darse cuenta de algo que lo sorprendió— Ehm... Yuuki... Me refería a tu comida favorita en el mundo real —dijo él, sorprendiendo a la chica Imp que luego bajó un poco deprimida la cabeza, confundiendo a Accel—. ¿Eh? ¿Dije algo malo?

Entonces Yuuki sonrió levemente mientras intentaba recordar lo que ella solía comer en el mundo real:

—Bueno... Me gusta mucho la tarta de manzana, el arroz con leche, el pan de yakisoba y el ramen —decía, sorprendiendo a Accel que notaba que Yuuki seguía mostrando esa sonrisa que parecía faltarle alegría—. Mmm... Aunque si tuviera que escoger una comida favorita... supongo que elegiría la sopa de frijoles rojos. Ah, también me gustan mucho los crepés, incluso más que el helado, creo. Aunque... hace tiempo que no pruebo nada de eso... —dijo, confundiendo más a Accel debido al tono ligeramente más apagado de la chica, y fue entonces cuando Yuuki consideró que había dicho algo que sonaba extraño— ¡E... Esto! ¡Lo digo porque hace tiempo que no he coincidido con nada de eso en el mundo real!

Accel le sonrió:

—Pero algunas de esas cosas las venden en muchos lugares en el mundo real, en especial en Japón, creo... —dijo, cuando fue él quien se dio cuenta de algo— ¡Porque eres de Japón, ¿verdad?! —preguntó, haciendo que Yuuki sonriera divertida.

—Sí, no te preocupes. Aunque SALO sea un juego mundial, no solo estoy hablando japonés para que me entiendas, es que en serio soy japonesa.

—Bueno, la verdad es que no me importa de dónde seas, solo no quería asumir cosas —dijo, cerrando sus ojos y mostrando una tierna sonrisa, sorprendiendo a Yuuki—. Además, aunque fueras de otro país y no habláramos el mismo idioma, siempre podemos encontrarnos aquí, ¿no? Y bien yo podría aprender tu idioma si hiciera falta, ¿no? —preguntó, con una tierna y tímida sonrisa, sorprendiendo más a Yuuki que dejó de mirarlo y volteó a ver hacia adelante, un poco cabizbaja.

—Sí... Claro... —respondió, aunque un poco débil, y esta vez el Undine no pareció notar este bajo tono de voz mientras abría los ojos aún mostrando su adorable sonrisa— ¿Por qué tiene que ser tan tierno?... Estás haciendo todo esto más difícil, Accel-kun —pensó, decidiendo decirle algo al peliazul—: La verdad es que... Donde yo vivo en el mundo real... —e hizo una pausa, llamando la atención del Undine—... casi nunca puedo comer todo eso que me gusta, jiji.

Accel se sorprendió, pero le terminó sonriendo:

—Ah, pero ese no es problema. Te puedo llevar a lugares dentro de SALO donde venden todo ese tipo de cosas y... —pero el Undine hizo una pausa, que confundió a Yuuki, mientras Accel se encontraba de repente un poco nervioso debido a lo que realmente quería decirle a la chica Imp—... “y si quieres podemos vernos en el mundo real y, ¡te puedo llevar toda la comida que quieras!”. ¿Debería decírselo? ¿Yuuki no lo tomará mal? ¿Perderé la relación que actualmente tengo con ella si le digo algo como eso? ¡¿Por qué es tan difícil?! ¡No hay manera de que pueda decírselo! —pensó, quejándose internamente en vez de finalmente decírselo a Yuuki, quien observaba al peliazul un poco confundida, mientras él apretaba su puño derecho en el que no tenía ningún dulce, muy frustrado.

—¿Accel-kun? —inquirió ella, todavía confundida.

El Undine, notando que Yuuki lo estaba llamando, terminó sonriéndole:

—Lo siento, no es nada.

Ante esto, Yuuki sonrió igualmente y luego miró hacia el cielo:

—La verdad... es que me gustaría probar algo después de tanto tiempo de no probarlo, aunque... Ni siquiera sé si en el mundo real lo siguen vendiendo... y lo que sí sé es que no lo venden en el mundo virtual... —dijo, confundiendo un poco a Accel, a quien le resultaba ligeramente extraño ese comentario de la chica Imp.

—¿Ni siquiera sabes si en el mundo real lo siguen vendiendo? —preguntó, y la pelimorada aún mirando al cielo, solo le asintió con la cabeza y con una leve sonrisa— Qué extraño... —pensó— Y bueno... ¿de qué se trata? —inquirió, haciendo que Yuuki volteara a verlo, un poco confundida— O sea, ¿de qué comida se trata? —añadió Accel con una sonrisa, al comprender la confusión de la chica Imp.

—¡Ah! ¡Pocky! —aclaró Yuuki muy feliz, sorprendiendo al Undine.

—¿Pocky? —preguntó el peliazul mostrándose ligeramente aturdido, por lo que Yuuki terminó sonriendo un poco avergonzada.

No era que Accel no supiera lo que era el “pocky”. Él sabía perfectamente que se trataba de una golosina japonesa que consistía en un palito de pan cubierto con chocolate, y de hecho, la había probado varias veces aunque no tantas ya que no se consideraba un fan adicto del chocolate; pero lo que le sorprendió fue lo inesperado de esa respuesta.

—Lo siento, lo siento. Sé que suena raro, pero... —comenzó diciendo Yuuki, otra vez mirando al cielo— Realmente quería comer un pocky después de tanto tiempo desde la última vez que probé uno, pero... ¡Olvídalo, olvídalo! No es tan importante, jeje —dijo, sonriendo tiernamente, aunque dejando todavía pensativo a Accel.

¿Qué sucede en la vida de Yuuki?... ¿No hay pocky por donde ella vive al punto de que ni siquiera sabe si aún existen los pocky?... ¿Acaso vive aislada del mundo real de una forma incluso más grave que la mía?... Y aunque me resulta extraño ese tema... No puedo dejar de sentirme triste por lo poco que sé de ella... —pensó, decidiendo mirar también al cielo—... Pocky, ¿eh?... Con respecto a la tarta de manzana, al arroz con leche, al pan de yakisoba y al ramen... sí conozco dónde lo venden dentro de SALO, o por lo menos puedo averiguar, pero... En cuanto a los pocky... No sé qué hacer...

...

Después de un rato de divertirse por la ciudad y de mucho conversar, la cita, o más bien “el paseo”, había terminado.

Los dos decidieron detenerse frente a la casa de Accel.

—Bueno, entonces nos vemos mañana en casa de Jane y Karl, ¿no? —preguntó Yuuki, y el Undine le sonrió asintiéndole con la cabeza.

—Está bien. Será por la tarde, ¿de acuerdo?

—¡Sí! —asintió con la cabeza sonriendo alegremente, y luego decidió retirarse por la derecha de Accel— ¡Chao! —dijo, pero de repente ella misma se detuvo, confundiendo al peliazul.

—¿Pasa algo, Yuuki? —preguntó él, confundido. La chica Imp seguía de espaldas a Accel, por lo que este preocupado por ella, se viró para quedar de frente a la pelimorada—... ¿Yuuki? —volvió a preguntar, al no recibir respuesta, y decidió caminar hacia ella, pero se detuvo sorprendido al observar que la chica Imp se volteó rápidamente y corrió hacia él, abrazándolo y sorprendiéndolo a la vez que sonrojándolo— Ah... E... Esto... ¿Yuuki? —preguntó, sorprendido y confundido, mientras ella lo seguía abrazando.

—¡Gracias!

—¿Eh? —preguntó, más confundido.

—No sé por qué... ni cómo, pero... ¡Todos los días a tu lado son realmente felices para mí!

Yuuki exclamó aquello, muy sonriente con los ojos cerrados, aún abrazando a Accel que se sonrojó por completo al oír eso, y luego se sorprendió más al ver que la chica Imp abrió los ojos y levantó la cabeza, mirando sonrojada pero sonriente y fijamente al Undine, el cual comenzó a sentirse instintivamente un poco nervioso.

Lo que dije no es mentira, pero... —pensaba Yuuki, quien un poco inquieta apretó sus propias manos que tenía juntadas detrás de la espalda de Accel, mientras lo seguía mirando fijamente—... Pero... Pero... Este ha sido el abrazo más complicado de toda mi vida... No quiero solo abrazarlo... quiero besarlo... Este abrazo solo está reteniendo las ganas que tengo de besarlo, pero... Sé que no puedo besarlo... no estaría bien... Al único que haría daño es a Accel-kun incluso si Accel-kun en serio correspondiera mis sentimientos... Por eso... tengo que aguantar aunque sea con todas mis fuerzas...

Fue lo que ella pensó, mientras continuaba apretando sus dos manos, y de repente, recordó las palabras de Accel: «Bueno, la verdad es que no me importa de dónde seas, solo no quería asumir cosas. Además, aunque fueras de otro país y no habláramos el mismo idioma, siempre podemos encontrarnos aquí, ¿no? Y bien yo podría aprender tu idioma si hiciera falta, ¿no?».

Esas palabras hicieron que Yuuki se deprimiera ligeramente, y por eso decidió bajar la cabeza, confundiendo un poco más a Accel.

¡¿Por qué tenías que decir algo como eso?! ¡¿Por qué no puedes dejar de ser tierno?! ¡Tengo miedo! ¡Tengo miedo! ¡Tengo miedo de hacerte daño! Pero al mismo tiempo... si la alternativa es no estar más a tu lado, Accel-kun... Prefiero aguantar, aguantar y seguir aguantando... con tal de estar a tu lado y de no lastimarte... aunque yo resulte la única lastimada...

—... ¿Yuuki? —preguntó el Undine, preocupado.

Entonces Yuuki rápidamente dejó de abrazarlo y se apartó de él como si nada:

—¡Whoa! ¡Qué cálido! Lo cierto es que tenía un poco de frío. ¡Gracias, Accel-kun! ¡Eres muy cálido, en serio! —le dijo, sorprendiéndolo— ¡Nos vemos! —y decidió retirarse, dejando todavía confundido a Accel, quien finalmente decidió desconectarse.

[...]

Yuuki, sintiéndose ligeramente mal, terminó caminando un poco cabizbaja hasta llegar a su casa. Mei se encontraba esperándola en la puerta de la residencia de la chica Imp, sentada en las escaleritas de la entrada mientras movía sus pies delicadamente sobre la nieve. Yuuki se había detenido detrás de la cerca que da al jardín delantero de su casa, y la Undine notando esto, se confundió, por lo que se levantó y se acercó solo unos breves pasos hacia la pelimorada.

Entonces Yuuki, con la mirada un poco perdida, levantó la cabeza para observar a Mei, quien estaba claramente preocupada por la chica Imp, así que Yuuki le sonrió un poco forzadamente cerrando los ojos para que su amiga no se preocupara, pero terminó teniendo justo el efecto contrario. Mei, más preocupada, corrió hacia la chica Imp, abrazándola mientras la pelimorada también la abrazaba intentando no llorar.

Las dos entraron a la casa. Yuuki se encontraba sentada en uno de los sofás de su sala, mientras Mei le traía unas galletas y como bebida, un chocolate caliente.

—Toma —le dijo la Undine con una sonrisa. La pelimorada también le sonrió, pero débilmente—. ¿Me cuentas? —preguntó, sentándose a su lado en el mismo sofá.

—Creo que... me estoy enamorando de Accel-kun... —dijo Yuuki. Mei completamente seria sin inmutarse, solo se mantuvo callada durante unos cuantos segundos, hasta que finalmente sonrió un poco de forma burlona.

—Ah, ¿te das cuenta ahora? —preguntó bromeando, haciendo que Yuuki terminara mostrando un rostro entre avergonzado y nervioso— Era más que obvio que estabas enamorada de Accel-kun, perdón, que estás enamorada de Accel-kun —dijo, y Yuuki terminó sonriendo tiernamente apenada.

—Sí... Tienes razón... Yo tan solo... —comenzó diciendo, cuando fue interrumpida por Mei.

—... tan solo estabas tratando de negártelo a ti misma, ¿no? —preguntó la Undine con una sonrisa. Yuuki se sorprendió al comienzo, pero rápidamente sonrió afirmándolo y le asintió con la cabeza.

—Sí...

—... Hemos estado un buen tiempo hablando del mismo tema, pero... Pensé que estaba más que claro que habías decidido aceptar que tus sentimientos hacia Accel-kun se trataban de un amor romántico... Sí pensé que tu parte obstinada bien podría estar todavía buscando algo que lo negara, pero... Al parecer sí era verdad que tu parte obstinada estaba actuando después de todo... ¿Por qué haces eso, Yuuki? —preguntó, aunque mostrando un ligero tono preocupado hacia la chica Imp.

—... Lo siento... Es que... tengo miedo... —dijo, mientras Mei hacía una expresión complicada.

—¿Aún sigues con eso?

—Tengo miedo... tengo miedo... sigo teniendo este miedo de que Accel-kun me rechace por mi historia y complicada situación... Por lo que... quiero... intentar que Accel-kun y yo... que entre los dos solo exista una relación de amigos... a pesar... a pesar... —musitó, sin saber qué decir exactamente.

—... a pesar del enorme amor que sientes por él —terminó nuevamente Mei por ella, y Yuuki sin sorprenderse por lo bien que la conocía su amiga a estas alturas, le asintió con la cabeza, aunque un poco triste—. No tienes por qué preocuparte, Yuuki, ya te lo he dicho. Accel-kun es un chico maravilloso. Él no te juzgará, porque él te ama. Y no le harás daño. Yo... nunca he estado enamorada, pero... mis padres sí... —dijo de repente, llamando la atención de Yuuki, quien notó una sonrisa sincera pero incómoda en el rostro de Mei a medida que esta continuaba hablando— Y gracias al amor de mis padres, nací yo, y mis hermanos... Pasamos por muchas cosas, pero... mis padres nunca dejaron de amarse... ni siquiera en sus últimos momentos... Sé que ese no es el mejor ejemplo, pero... es que no conozco a nadie más en la misma condición que tú, aunque... De algo estoy segura... Y es que no conozco mucho a Accel-kun, pero... por lo poco que lo conozco... ya estoy completamente segura de que él lo daría todo solo para estar a tu lado, de la forma que fuera... Daño de verdad le harás si tratas de mantener una distancia forzada entre tú y él... Accel-kun... él... tengo la impresión de que él incluso estaría dispuesto a permanecer solo como “amigos”, si es lo que tú realmente quieres, solo con tal de estar a tu lado, pero... no hay necesidad de eso... porque tú no quieres eso... ¿Por qué no le confiesas tus sentimientos? Él sin dudas los corresponderá... —dijo, y Yuuki se mantuvo callada, un poco pensativa.

[...]

Ichigo despertó en su habitación en el mundo real. Se levantó de su cama y bajó las escaleras, buscando algunas revistas en las mesitas de la sala.

—A ver, a ver... —decía, y encontró una revista que pareció agradarle— Sí, creo que es esta... —comenzó a mirar el interior de la revista, que más bien parecía un menú. Ichigo sonrió al ver la oferta de una tarta de manzana— ¡Bien! —se alegró, y luego decidió llamar a la tienda donde vendían esa tarta de manzana— ¿Aló? Sí. Me gustaría comprar una tarta de manzana, pan de yakisoba, arroz con leche y un tazón de ramen... Sí, para traer a la casa... Sí, yo les mando la dirección por correo. Muchas gracias —agradeció, colgó la llamada, y luego envió un correo a la tienda con su dirección.

Después de un rato en el que Ichigo se encontraba preparando comida, tocaron finalmente el timbre de la casa, y el pelinaranja fue a atender a la puerta, aún con el delantal puesto.

—Hola. Buenas —saludó cortésmente Ichigo tras abrir la puerta.

—Buenas. ¿Es usted Ichigo-san? —preguntó el repartidor que parecía traer dentro de una gran bolsa todo lo que el pelinaranja había pedido.

—Sí —respondió, y el repartidor amablemente le sonrió.

—¿Usted se va a comer esto o va a hacer una réplica? —preguntó el joven repartidor bromeando al observar el delantal de Ichigo, aunque este al principio no comprendió, así que reaccionó inocentemente confundido.

—¿Eh? —al ver su confusión, el repartidor le señaló su delantal, haciendo que el pelinaranja terminara sonriendo— Ah, lo que pedí es para mí. Pero yo le estoy preparando la comida a mi mamá, jeje —aclaró, sorprendiendo al repartidor.

—Oh, qué buen hijo —dijo, haciendo sonreír a Ichigo un poco apenado.

—Bueno, aquí tiene su dinero —dijo el pelinaranja, dándole el dinero al repartidor, quien primero le entregó la bolsa y luego cogió el dinero.

—Muchas gracias —dijo, y después se retiró.

Cerrando la puerta, Ichigo dejó la bolsa en la mesa del comedor.

—Bien. Continuemos... —dijo, y prosiguió cocinando.

Cuando terminó, envolvió la comida en papel celofán para conservarla, dejándola sobre la mesa junto a una nota: «“Mamá, sé que estás ocupada, por eso te preparé la comida. No te preocupes por mí, yo ya comí. Te quiero”. Ichigo».

Tras dejar esta nota junto con la comida, el pelinaranja cogió la bolsa con lo que pidió por teléfono y se sentó en el sofá de la sala, sacando todos los alimentos y colocándolos sobre la mesa.

—Bien... ¿Por dónde comienzo? —se preguntó, mirando las cuatro opciones, hasta que pareció decidirse— Bueno, la tarta de manzana sí que no la he probado nunca... —dijo, picando un trozo de la tarta y llevándoselo a la boca. Tras masticar y saborear, Ichigo cerró los ojos un poco sonrojado— En serio está rica... Yuuki —comentó, mientras continuaba masticando, sonriendo sonrojado.

[...]

Al otro día, domingo 14 de mayo del año 2056, Ichigo había preparado su despertador para levantarse a las 7:00 PM.

El reloj sonó, e Ichigo no tardó mucho en levantarse y mirar la fecha, alegrándose con un gran e inusual brillo en sus ojos. Decidió cambiarse de ropa, agarrando la bufanda que había lavado y colocándosela alrededor del cuello con mucho cuidado. Sonrió al verse en el espejo con esa bufanda, y decidió bajar rápido las escaleras, encontrándose con su mamá que estaba detenida mirando sorprendida y boquiabierta la casa que brillaba de lo limpia que se encontraba.

—¡Oh, mamá! ¡Buenos días!

—Ichigo... —decía Sashima, que se encontraba sin saber qué decir al respecto.

—¿Qué? —preguntó él, un poco confundido.

—Ayer por la noche vi que había un plato de comida, pero...

—Ah, eso. Fui yo. Lo cociné para ti. ¿No viste la nota?

—Sí, claro que sí, pero lo que no había notado es que la casa estaba tan limpia —dijo, aún sorprendida.

—Ah, eso. También fui yo. Quería que la casa estuviera más limpia que nunca para cuando vinieran los abuelos, así que limpié antes de acostarme a dormir —dijo, un poco tímido y avergonzado pero con una tierna sonrisa, dejando sorprendida a Sashima, la cual terminó sonriéndole.

Realmente quiere mucho a su abuela Asuna... Supongo que mamá es muy especial para él... —pensaba Sashima mientras observaba sonriente a su hijo.

—¿Te molestó que limpiara? —preguntó él, sorprendiéndola y haciendo que sonriera divertida.

—Claro que no, claro que no. Me alegra mucho que te entusiasmes tanto por ver a los abuelos —le dijo, por lo que Ichigo sonrió. En ese momento tocaron el timbre de la puerta, y el pelinaranja rápidamente se entusiasmó.

—¡Abro yo! —dijo Ichigo, corriendo hacia la puerta, pero cuando la abrió, resultaron ser solo Taisha y su familia, lo que deprimió al pelinaranja que lo dejó bien claro en su expresivo rostro.

—¡Hola! —lo saludó Taisha con una sonrisa.

—Ah, eres tú, hola —dijo Ichigo serio, sin emoción. Su amiga pelirroja, ahora molesta por la actitud desinteresada del pelinaranja, decidió golpear fuertemente a este con su puño izquierdo en la cabeza—. ¡At, at, at! —se quejó por el dolor.

—¡¿Qué clase de reacción fue esa?! ¡Si no querías que yo estuviera aquí, habérmelo dicho para no molestarme en venir! —dijo ella, mientras los demás sonreían al ver esta escena.

—No es eso. Es que esperaba que llegaran primero mis abuelos, lo siento —se sinceró, sorprendiendo a Taisha, quien terminó sonriéndole.

—Ah, haberlo dicho antes —dijo ella, entrando muy confiada a la casa con los ojos cerrados, pasando por el lado de Ichigo que no se creía la actitud de su amiga.

—Hola, Ichigo-kun —le dijo Jun, saludando al pelinaranja, y entrando junto al resto de la familia de su amiga pelirroja.

—Disculpa a Taisha-chan, aunque tú ya debes saber muy bien cómo es ella, jeje —bromeó Keiko, e Ichigo le sonrió.

—Tranquilos. Taisha y yo seremos amigos por siempre a pesar de todo, y a pesar de lo difícil que es tratar con ella —bromeó por su parte el pelinaranja con los abuelos paternos de Taisha, quienes le sonrieron y luego se dirigieron a hablar con Sashima, quien ya estaba hablando con Taisha.

—Hace tiempo que no nos veíamos, ¿eh, Ichigo-kun? —le preguntó Len King, el padre de Taisha.

—Sí, es verdad —concordó el pelinaranja con una sonrisa.

—¿Taisha te causa muchos problemas? —inquirió Tanya King, la madre de Taisha, que aunque usualmente parecía ser una mujer de rostro frío y actitud “de hielo”, por así decirlo, le dirigió una cordial sonrisa a Ichigo mientras le preguntaba eso.

—Ah, bueno... algunos... —dijo él, igual con una sonrisa.

—Entonces lo está haciendo bien —dijo Tanya, dejando impactado a Ichigo e incluso a su esposo Len, retirándose la mujer hacia Sashima para conversar con ella.

—E... E... Esto... —Len no sabía exactamente qué decir acerca de su esposa.

—Tranquilo. Era de esperarse de la madre de Taisha, jeje —sonrió Ichigo, y Len le terminó devolviendo la sonrisa, retirándose junto a su esposa.

—¡Sí! ¡Esa es mi hija, después de todo! —exclamó Rai King muy orgulloso, dirigiéndose a Ichigo, quien no se creía el comportamiento del abuelo materno de Taisha, pero por la cara de su esposa Shino, ella al parecer tampoco se creía la actitud de su marido. Shino pasó a acomodarse las gafas antes de decirle algo a su esposo.

—No es algo que halagar de nuestra hija, cariño —le dijo, aunque Rai se confundió por un momento.

—Ah, ¿no? —preguntó él. Shino sonrió todavía más incrédula, igual que Ichigo.

—Bueno, me alegra verte de nuevo, Ichigo-kun —le dijo Shino, y el pelinaranja le sonrió mientras observaba pasar por su lado a Rai y a Shino hacia Sashima, esta que, tras saludar a estos dos últimos invitados, fue guiando servicialmente a todos hacia la sala. El último fue Ichigo, que miró hacia fuera de la puerta durante unos segundos, antes de finalmente cerrarla y retirarse junto a los demás.

Sashima conversaba con Len y Tanya, mientras que los abuelos conversaban entre ellos, e Ichigo y Taisha conversaban como los únicos adolescentes presentes, cuando de repente tocaron nuevamente el timbre, lo que animó otra vez al pelinaranja, que rápido se levantó y corrió hacia la puerta.

—¡Abro yo, abro yo! —dijo, dejando sorprendidos a todos.

Ichigo llegó a la puerta, y al abrirla, se desilusionó nuevamente al ver que se trataba de cuatro adultos y que ninguno eran sus abuelos: Chad Diamond, vestido con un abrigo que parecía refrescante; Shinka Diamond con su largo cabello castaño y suelto, aunque recogido ligeramente en un moño atado a su derecha, y vistiendo un cómodo y holgado abrigo; Sanae Suzuki, con su rubio pelo largo y suelto que le llegaba a los tobillos, con ropa sencilla pero un poco holgada; y Kai Suzuki, con una chaqueta blanca que parecía muy cómoda y que abrigaba bastante.

—Ah... Son ustedes... —dijo el pelinaranja, deprimido.

—¿Quiénes son, Ichigo? —preguntó Sashima, asomándose desde la sala.

...

Luego, todos terminaron conversando en la sala.

—Ah, así que los llamó Rai-kun —comentó Keiko, dirigiéndose con una amable sonrisa a los más recientes en llegar, los cuales le asintieron.

—¿Y sus hijos y nietas? —les preguntó Rai amigablemente.

—Lo siento, lo siento. Pero ninguno de ellos pudo venir. Intentamos que vinieran, pero en serio estaban muy ocupados —dijo Sanae.

—¡¿Hah?! —preguntó de repente Rai, sorprendiendo a todos— ¡Los invité en especial para que Taisha, Ichigo-kun y Ryoichi-kun conocieran a sus nietas de una vez por todas! ¡Es más, regresen ahora mismo, vuestra presencia aquí es innecesaria! —concluyó, cruzando los brazos y cerrando los ojos, haciendo sonreír a casi todos.

—¡Cielos, Rai-kun, no seas injusto! En serio que lo intentamos —dijo Sanae, y Rai abriendo los ojos, le sonrió aún con los brazos cruzados.

—Vamos, solo estaba bromeando —les dijo Rai, sonriéndoles.

—¿Y Penny? ¿Ella y su familia no van a venir? También la invitamos —agregó Shino, llamando la atención de los demás adultos.

—No. Ella también estaba ocupada, y lo cierto es que su familia no es de salir mucho, ya lo sabes —sonrió Chad.

—¿Mimori-chan, Sorata-kun y Mavis-chan están trabajando hoy? —les preguntó Shino, manteniendo su común tono de voz sereno pero amigable.

—Sí, hoy los tres tenían que trabajar —dijo Kai.

—¿Y en cuanto a Sarah-chan y Sumire-chan? ¿Por qué no pudieron venir hoy? —preguntó nuevamente Shino, curiosa.

—Justo hoy se habían puesto de acuerdo para salir un grupo de amigos en la escuela. Intentaron convencer a los demás de salir otro día, pero no lo consiguieron —respondió Shinka, con una cordial sonrisa.

—¿Sarah-chan y Sumire-chan están en la misma escuela? —preguntó Shino.

—Sí, justo como Taisha-chan, Ichigo-kun y Ryoichi-kun —dijo Chad.

—¡Cielos! ¡Quiero conocer a Sarah-chan y a Sumire-chan! —se quejó Taisha, sorprendiendo a todos los presentes, que terminaron sonriendo.

Luego, tocaron otra vez el timbre de la casa, pero esta vez Ichigo, que desde hace rato tenía cara de desinterés, aburrido de lo que él consideraba “conversación de adultos”, ni se inmutó, sorprendiendo a todos.

—Oh, ¿no vas a abrir, Ichigo? —le preguntó Sashima a su hijo.

—¿Por qué debería? Seguro es Ryoichi, o algún otro invitado de la familia de Taisha —dijo, serio y desanimado.

—O bien podrían ser tus abuelos —le sonrió Sashima.

—Nosotros no invitamos a nadie más —aclaró Rai, alegrando a Ichigo.

—¡¿En serio?! —preguntó el pelinaranja, muy entusiasmado.

—Pero Ryoichi pudo haber invitado a alguien más —comentó Taisha, aunque solo para molestar a Ichigo, consiguiendo que este la fulminara con la mirada.

—Vale, vale. Iré yo —dijo finalmente Sashima, levantándose de su asiento y dirigiéndose hacia la puerta, abriéndola—: Oh, papá, mamá.

Al escuchar aquello, a Ichigo le brillaron los ojos debido a la emoción:

—¡¿Dijo “mamá”?! ¡Dijo “mamá”! —exclamó, levantándose para dirigirse al corredor, hacia la puerta de la entrada.

—¿No oyó que también dijo “papá”? —preguntó Taisha incrédulamente.

—Sí lo oyó, lo que directamente lo ignoró —le dijo Tanya como nada a su hija, sonriendo las dos, mientras Jun se acercaba a su hijo Len para hablarle bajo al oído.

—Tu esposa y tu hija dan un poco de miedo, ¿no? —preguntó, y Len le sonrió.

—Sí... creo que soy masoquista —bromeó, y su padre sonrió incrédulamente.

Ichigo se asomó por el pasillo que daba a la puerta de la entrada de la casa, y observó a Kazuto y a Asuna, esta última que mientras conversaba con su hija Sashima, notó a Ichigo y le sonrió tiernamente.

El pelinaranja, muy emocionado, decidió correr por el pasillo hacia Asuna, saltando levemente sobre ella y abrazándola fuertemente, sorprendiéndola.

—¡Abuela Asuna, bienvenida! —exclamó, muy contento por verla, y ella terminó sonriendo, acariciando tiernamente la cabeza de su nieto mientras lo abrazaba.

—Te extrañé mucho, Ac... Ichigo-kun —dijo Asuna, y mientras su nieto continuaba abrazándola, se sorprendió al notar la bufanda naranja alrededor del cuello de Ichigo que hacía tiempo ella le había cosido. Asuna se alegró enormemente por ello—. Vaya, llevas puesta esa bufanda, qué sorpresa.

Ichigo se apartó de ella, pero con una sonrisa:

—¡Ah, lo notaste! ¡Me queda muy bien, ¿no?!

Asuna sonriente le asintió con la cabeza:

—Sí. Te queda muy bien.

—¡Claro, después de todo me la hiciste tú! —dijo, mostrando una amplia y tierna sonrisa. Asuna, sorprendida en un principio, terminó sonriendo tiernamente conmovida, y esta vez fue ella quien abrazó fuertemente a Ichigo, este que casi no podía respirar.

—¡Cielos! ¡Pero qué tierno eres, Ichigo-kun! ¡Cuánto te extrañé! —dijo Asuna, mientras Ichigo trataba de apartarse discretamente de ella por lo incómodo que se encontraba debido al repentino abrazo.

—A... A... Abu... ¡Abuela Asuna, que no puedo respirar!

...

Todos se encontraban sentados en la sala, esperando a la familia de Ryoichi que eran los únicos que faltaban por llegar.

—¿Entonces solo faltan Ryoutarou y su familia por llegar? —preguntó Kazuto.

—Sí —le respondió Sashima a su padre, y en ese momento tocaron el timbre.

—Ya voy yo —dijo Ichigo, más calmado, yendo hacia la puerta sin apuro.

—¡Yo! —saludó Ryoichi, muy entusiasmado como de costumbre.

—¿Quién eres? —preguntó Ichigo, bromeando, logrando que Ryoichi quedara muy sorprendido.

—¡¿Cómo?! ¡Soy yo, Ryoichi Tsuboi! ¡¿No te acuerdas de mí?!

—Claro que sí, jaja. Solo estaba bromeando. Aprende a saludar como las personas normales, “yo” —dijo, bromeando al final con la forma de saludar de Ryoichi.

—Buenas, Ichigo-kun —saludó Rikka, e Ichigo le sonrió.

—Buenas, Rikka-san.

—¡Dime que no somos los últimos! —intervino Ryoutarou, muy preocupado.

—No son los últimos —dijo el pelinaranja, y Ryoutarou se alegró.

—¡Bien, les dije que no seríamos los últimos! —exclamó aliviado, pasando hacia dentro de la casa muy calmado junto a su familia e Ichigo, y cuando llegó a la sala, se sorprendió al ver a todos— ¡¿Eh?! ¡Pero si están todos aquí! —y se dirigió a hablarle a Ichigo—: ¡¿Pero no me dijiste que no éramos los últimos?!

—Se lo dije porque usted me pidió que se lo dijera —bromeó el pelinaranja, dejando a Ryoutarou incrédulo, mientras todos sonreían e Ichigo chocó los “cinco” con su abuelo Kazuto que se mostraba orgulloso por lo que había hecho su nieto.

—¡Kazuto-kun, no te enorgullezcas de esas cosas de tu nieto! —se quejó Ryoutarou, ligeramente molesto.

—¿Por qué no? Es lo que hubiera hecho yo —dijo Kazuto, y todos terminaron riendo, excepto Ryoutarou que hizo un mohín de molestia demasiado infantil.

...

Después de mucho conversar, ya eran más de las 12:00 de la tarde y todos habían pasado al comedor para continuar charlando en lo que Ichigo y Sashima preparaban los platos.

—Aquí está el almuerzo —dijo, comenzando a servir con ayudada de su hijo.

—¡Genial, la comida de Sashima-chan después de tanto tiempo! —dijo Asuna.

—De hecho, la cocinó Ichigo —le sonrió Sashima a su mamá.

—¡Mejor aún! —se alegró Asuna, y todos sonrieron.

Todos comenzaron a alternar entre comer y charlar.

—Estamos en mayo, ¿por qué hay tanto frío? —comentó casualmente Ryoichi.

—Oh, ahora que lo dices es verdad —concordó Taisha.

Ichigo, que estaba comiendo sentado a la izquierda de su abuelo Kazuto, se detuvo un momento, recordando las palabras de Yuuki:

«Realmente quería comer un pocky después de tanto tiempo desde la última vez que probé uno, pero... ¡Olvídalo, olvídalo! No es tan importante, jeje».

Tras recordar esto, Ichigo miró a Kazuto y se dispuso a decirle algo:

—Abuelo Kazuto —dijo, llamando la atención de Kazuto que se sorprendió un poco—. Aprovechando que nos reunimos y que puedo verte después de tanto tiempo... quería pedirte algo, pero... incluso hasta para mí es raro, pero... —musitó tímidamente y un poco nervioso, pero Kazuto le sonrió tiernamente con calidez.

—Tranquilo, pide lo que quieras.

Ichigo se sorprendió, pero le sonrió alegremente:

—Quería preguntarte si puedes incorporar los pocky en SALO.

Kazuto se sorprendió por un momento, un tanto extrañado:

—¿Pocky?

—Sé que es extraño, pero... —iba a terminar de decir Ichigo, cuando fue interrumpido por su abuelo Kazuto.

—Sí, es algo extraña esa petición, pero realmente no es mala idea —dijo el adulto, sorprendiendo al muchacho pelinaranja—. Lo cierto es que en ninguno de los VRMMO de la Kirigaya Corporation puedes comprar pocky... Sí, creo que será una muy buena idea incorporar pocky... Si quieres hoy mismo habrá tiendas donde vendan pocky, por lo menos en SALO, luego me encargaré de que haya en otros VRMMO, ¿te parece bien? —preguntó casualmente, entusiasmando pero enormemente a Ichigo.

—¡Me parece fantástico, gracias, Abuelo Kazuto, eres el mejor! —dijo, y Kazuto sonrió tras escuchar a su nieto, decidiendo acariciarle la cabeza. Ichigo sonrió encantadoramente por la caricia y luego continuó comiendo muy contento. Asuna, que se encontraba almorzando en silencio entre su esposo Kazuto y su hija Sashima, se mostraba pensativa, recordando su conversación con Jane.

—¿Estás molesta, Jane-chan? —le había preguntado Asuna en su recuerdo a Jane, y en ese momento la Cait Sith suspiró incrédula ante la confusión de la Undine.

—Claro que estoy molesta... Solo para aclararlo... ¿Estás enamorada de Accel-kun? —preguntó, confundiendo más a Asuna, quien terminó sonriendo.

—Bueno. Se puede decir que sí estoy enamorada de Accel-kun, pero no es el tipo de amor de ser novios y darse besitos, que ese sí es el tipo de amor que siente Accel-kun por la otra Yuuki —dijo Asuna, dejando más confundida a Jane—. De todas formas, ¿por qué me lo preguntas?

—Porque no me gusta el tipo de relación que tienes con Accel-kun. Él es muy inocente, y aunque tú no estés enamorada de él y solo sea tu extraña forma de mostrarle tu aprecio... Él perfectamente podría acabar enamorándose de ti.

Asuna realmente se sorprendió:

—¿Enamorarse de mí?

—Es solo una posibilidad, pero sí. Creo firmemente que Accel-kun es el tipo de chico que solo se enamora una vez y de una sola persona por el resto se su vida, pero... Nunca está de más prevenir.

—Tranquila, no creo que Accel-kun se enamore de mí —sonrió aunque ahora levemente preocupada Asuna—... ¿Será posible que Accel se termine enamorando de mí?... Es imposible... ¿verdad? —y entonces volvió de su recuerdo, decidiendo decirle algo a su hija—: Sashima-chan —dijo, y la aludida dejó de comer un poco sorprendida.

—¿Qué?

—Es que... me surgió una duda... ¿No sabrás si Ac... Ichigo-kun pueda estar enamorado de alguien? —inquirió.

Sashima se sorprendió, pero le terminó sonriendo a su mamá:

—Sí, creo que Ichigo está enamorado de una chica muy cercana a él dentro de SALO que se llama Yuuki —respondió sencillamente, pero Asuna que en ese momento estaba tomando agua, se atoró y comenzó a toser varias veces para no ahogarse, preocupando tanto a Sashima, como a Kazuto y a Ichigo.

—¿Estás bien, Abuela Asuna? —preguntó su nieto preocupado, pero ella logró sonreírle aunque con dificultad.

—Tranquilos, no pasa nada.

—Cielos, no nos des esos sustos. Ten más cuidado —le dijo Kazuto con una aliviada sonrisa a su esposa, la cual le sonrió tiernamente, y entonces tanto Kazuto como Ichigo decidieron continuar conversando, lo mismo que hizo Asuna con Sashima, virándose hacia su hija y mostrándose un poco preocupada.

—¡¿“Yuuki”?! —le preguntó Asuna a Sashima, pero en voz lo suficientemente baja como para que solo su hija la escuchara.

—Sí, ¿por qué?

—¿Y no sabes de qué raza es esa tal “Yuuki” dentro de SALO?

—“Spriggan”, ¿por qué? —preguntó Sashima, en este punto bastante confundida.

En cambio, Asuna sonrió muy aliviada, colocando su mano derecha en el pecho:

—Ah, menos mal... —susurró en serio muy aliviada, confundiendo más a Sashima— ¡Menos mal! ¡Esa “Yuuki” no soy yo, menos mal! —pensó.

—¿Sabes...? —preguntó de repente Sashima con una sonrisa, llamando la atención de Asuna— Últimamente se ha mencionado mucho el nombre de “Yuuki”, ¿no lo crees? —comentó, y Asuna se sorprendió, pero terminó sonriendo tiernamente.

—Sí... —dijo, aunque un poco cabizbaja— Y... Aún tengo interés en conocer a la Yuuki que es tan cercana a Ichigo-kun... —pensó Asuna.

Después de mucho conversar, todos finalmente se retiraron de casa de Sashima.

Asuna y Kazuto fueron los últimos en irse, y la primera le dio un beso en la frente a Ichigo antes de marcharse.

—Hoy tenías que reunirte en la casa de Taisha y Ryoichi dentro de SALO, ¿no? —le preguntó Sashima a su hijo, que se sorprendió.

—Oh, es cierto.

—Bueno, tienes un poco de tiempo hasta que ellos lleguen a su casa y se conecten, ¿qué harás?

—No sé, tal vez solo dé una vuelta por SALO —sonrió Ichigo.

El pelinaranja decidió subir hasta su habitación, y se colocó el AmuSphere, acostándose en su cama:

—¡Link Start! —dijo, despertando Accel en su cama dentro del mundo virtual.

[...]

Accel se sentó en su cama y miró por la ventana, un poco pensativo, para luego, observar serio y preocupado hacia ambos lados, varias veces.

—¡Bien! Parece que esa chica problemática no está por aquí —dijo, aliviado tras comprobar que al parecer, Asuna no se encontraba, aunque ella básicamente acababa de salir de casa de Ichigo, por lo que era imposible que Asuna pudiera conectarse tan rápido, pero por supuesto, Accel continuaba sin saber que se trataba de su abuela—. Entonces... —se levantó y colocó sus manos en su cintura— El Abuelo Kazuto dijo que estarían los pocky para hoy, pero... Primero tiene que llegar a su casa o a la Kirigaya Corporation para programar los pocky dentro de SALO... así que... Mejor paseo un poco por ahí hasta ese momento —y decidió acercarse a la puerta de su casa para abrirla, pero, de repente, al abrir la puerta, Yuuki saltó lanzándose arriba del Undine, cayendo este de espaldas al piso y con la chica Imp encima de él.

—¡Accel-kun! —exclamó, muy emocionada, pero el peliazul se encontraba un poco adolorido, sobre todo en su espalda— ¡Accel-kun, menos mal que ya te conectaste, no podía esperar más! —confesó muy feliz, mientras aún encima de él, lo abrazaba de una forma muy cariñosa.

—¿Yu... Yuuki? —preguntó sorprendido, al caer en cuenta de quién se trataba.

—Nadie se conectaba, me sentía muy aburrida. Tuve el presentimiento de que serías el primero en conectarte y por eso esperé frente a tu casa, cuando vi que en serio fuiste el primero en conectarte, me alegré mucho y subí las escaleras esperando a que abrieras la puerta para abrazarte. ¡Te extrañé mucho, Accel-kun!

Accel sonrojado, instantáneamente se sintió muy tímido al respecto:

—Pero... ¿Nadie se había conectado hasta ahora? ¿Ni siquiera Mei-chan?

Yuuki infló un poco sus cachetes, negándolo con la cabeza y cerrando sus ojos:

—¡No, ni siquiera Mei-chan! ¡Por eso estaba tan aburrida!

—¿Ni siquiera estaba abierto el bar de Cleo y sus amigos?

—¡No, ni siquiera el bar de Accio-kun! —dijo, abriendo los ojos, y Accel sonrió.

—¿Y qué quieres que hagamos ahora?

—¡Cualquier cosa! ¡Cualquier cosa es divertida contigo, Accel-kun!

El Undine sonrió tiernamente al notar el entusiasmo de la chica Imp, y decidió acariciar levemente el cabello de la pelimorada, más cerca de la oreja izquierda de esta. Yuuki se sorprendió sonrojándose, y tímida decidió ser la primera en levantarse. Accel se confundió un poco y se sentó en el suelo, pensando si había hecho algo mal.

¿Le habrá molestado que acariciara su cabello? —se preguntó Accel, tímido en su pensamiento, decidiendo levantarse— Bueno... ¿qué hacemos entonces, Yuuki? —le preguntó sonriéndole a la chica Imp, quien le devolvió la sonrisa.

—¡Vamos a enfrentar al Jefe del Piso 12! —exclamó, levantando sus dos puños, muy entusiasmada. En cambio, Accel se quedó sonriente un rato en silencio, hasta que terminó de analizar lo que Yuuki acababa de decir.

—... ¡¡¿EH?!! —preguntó completamente atónito. Yuuki cerró los ojos y sacó un poco la lengua después de sonreír ampliamente.

...

Después, los dos caminaban por la “Ciudad de Inicio” mientras conversaban.

—Ah, con que se trata de eso... —dijo el Undine después de que, al parecer, Yuuki le había explicado todo.

—Mientras esperamos a los demás para explicarles todo, ¿por qué no comemos algo rico? —preguntó la chica Imp que caminaba a la derecha del peliazul, quien le sonrió a su compañera y asintió con la cabeza, sorprendiéndose luego al ver algo más a la derecha de Yuuki: una pequeña tienda de dulces donde también vendían pocky, lo que terminó dejando muy impresionado a Accel que instantáneamente se detuvo. Yuuki, confundida por la actitud del Undine, también se detuvo y miró en la dirección en la que veía el peliazul— ¿Qué sucede, Accel-kun?... —pero antes de que finalmente viera hacia donde estaba mirando el Undine, este rápidamente sujetó a Yuuki por los hombros y la viró hacia él, para que no mirara hacia los pocky.

—¡Nada, no es nada! —dijo, un poco nervioso, dejando confundida a Yuuki— Esto... ¡¿Te puedo comprar unos dulces?! ¡Estoy seguro de que te encantarán!

—Ah... Bien... Supongo... —dijo la chica Imp, aunque ligeramente confundida, haciendo sonreír a Accel.

—Bien. Espérame en esos asientos, ¿sí? —preguntó, señalándole unos bancos más a la derecha de la tienda donde vendían pocky.

—Sí —respondió ella, asintiéndole con la cabeza y sonriéndole tras ver los asientos. Yuuki se dirigió hacia uno de los bancos y se sentó a esperar mientras Accel se colocaba frente a la tienda, mirando los pocky en venta, aún con asombro.

¡Increíble, Abuelo Kazuto! ¡Eres increíble! ¡Lo hiciste en un abrir y cerrar de ojos! ¡Gracias, gracias, muchas gracias! —pensó Accel, muy contento y sinceramente agradecido, observando los pocky.

—¿Le puedo ayudar en algo? —preguntó la dueña de la tiendita.

—¡Sí! —exclamó Accel, muy alegre.

Yuuki se encontraba esperando aún sentada en el mismo banco, moviendo sus pies para distraerse un poco, cuando notó que finalmente el Undine se acercaba a ella, pero se sorprendió al ver que Accel traía una caja de pocky en su mano izquierda, mientras él además tenía un pocky en la boca.

—... ¿Accel-kun? —preguntó, aún ligeramente aturdida por ver los pocky.

—¿Quieres? —le preguntó Accel, señalándole a Yuuki el pocky en su boca con su mano derecha.

La chica Imp, muy alegre, sonrió emocionada y al parecer malinterpretándolo, mordió el pocky que Accel tenía en su boca, lo que lo sorprendió, poniéndolo muy sonrojado y nervioso, alejándose rápidamente un poco y dejando el pocky en la boca de Yuuki que se confundió por la actitud del Undine, quien no sabía exactamente qué decir en esa situación.

—¡¿Qué fue eso, Yuuki?! —preguntó, muy sonrojado, tímido y nervioso, mientras ella continuaba confundida por la actitud del peliazul, aunque aún masticando como si nada el pocky que le arrebató de la boca.

—¿Qué sucede? —inquirió, confundida, no vocalizando tan bien debido al pocky en su boca.

—¡Me... Me... Me refería a que si querías uno de los pocky de la caja de pocky! ¡Aunque es verdad que yo señalé al pocky que tenía en la boca, no me refería precisamente a ese pocky! —se defendió, muy nervioso.

—Ah... —se sorprendió aunque solo ligeramente Yuuki, aún con el pocky en su boca— Pero de todas formas no es para reaccionar así, ya que no es nada —dijo, inocentemente. En cambio, Accel, aún un poco tímido y sonrojado, intentó mantener la calma, pero seguía igual de tímido y nervioso. La chica Imp miró al Undine un poco sorprendida, y se dispuso a decirle algo—: ¿En serio me darás un pocky de la caja?

Accel se sorprendió, pero luego le sonrió un poco tímidamente y sonrojado:

—En realidad todos eran para ti, Yuuki —dijo, extendiéndole la caja de pocky, sorprendiendo a la pelimorada, quien terminó sonriendo tiernamente y ruborizada—. Me dijiste que hace tiempo querías probar un pocky... así que... bueno... Quería hacerte feliz y... —iba a terminar de decir, pero fue interrumpido por Yuuki, aún sonrojada con su tierna sonrisa.

—Gracias... Accel-kun —le agradeció la chica Imp, de una forma tan tierna que el Undine se sonrojó grandemente, teniendo que apartar tímidamente la mirada.

—S... Sí... Fu... Fue un placer —dijo muy tímido.

Luego, los dos caminaron un poco más. Accel con las manos en los bolsillos, tenía un pocky que masticaba mientras Yuuki también saboreaba uno y tenía el resto de la caja en sus manos. La chica Imp decidió mirar al Undine que caminaba esta vez a su derecha, comenzando a pensar y reflexionar.

Es cierto... —pensaba Yuuki, mirando al peliazul— Le dije a Accel-kun que desde hace tiempo no había probado un pocky... Y... Aunque no habían pocky dentro de ALO o SALO... Seguro le pidió a Kirito-san o a Asuna-chan que añadieran pocky en las tiendas de SALO, y así fue como hoy los compró... Todo... Todo esto... —pensaba, esta vez mirando la caja de pocky en sus manos, que decidió guardar sin apuro dentro de su “Sistema de Comando”, en lo que tanto Yuuki y Accel terminaban con los pocky que estaban masticando— Todo esto por mí... Se tomó todas esas molestias solo por mí... solo por verme feliz... solo por un comentario... A Accel-kun le pareció más importante mi felicidad que lo que me importa a mí misma... Y... Me siento muy feliz... Muy feliz y alegre por este acto de Accel-kun... Realmente me siento muy feliz... por ser tan importante para alguien... ¿Qué puedo decir? Yo... —y otra vez miró al Undine, sin detener sus pensamientos. La chica Imp cerró sus ojos y decidió darle un tierno beso en la mejilla izquierda al peliazul, el cual se detuvo junto a ella, muy sorprendido por el beso, ruborizándolo casi por completo—... Después de todo... estoy enamorada de Accel-kun... —pensó, sonriendo tiernamente y muy feliz.

—¿Yu... Yuuki? —preguntó el Undine, aún sorprendido por el beso, mientras que la chica Imp solo había apartado un poco sus labios de la mejilla izquierda del peliazul, aún muy cerca de él, incluso colocando su mano derecha en el hombro izquierdo de Accel, y su mano izquierda en el pecho del muchacho.

—Accel-kun... —dijo ella, en voz muy baja, poniendo un poco nervioso al Undine, quien se encontraba aún sonrojado—... En serio, gracias... Muchas gracias... —agradeció todavía en voz baja, dejando más sonrojado al peliazul—... Te quiero mucho, Accel-kun —y él se quedó muy sorprendido, ruborizándose casi por completo, mirando hacia la chica Imp, quien levantó la mirada para ver directamente al Undine, los dos mirándose tiernamente y sonrojados, acercando lentamente sus rostros y cerrando los ojos, a punto de darse un beso.

—¡Yuuki, Accel! —exclamó Jane que venía corriendo junto a Karl desde atrás, contentos por haberlos visto a lo lejos.

El Undine y la chica Imp voltearon sus rostros por reflejo al ser llamados, viendo ahora hacia sus amigos que accidentalmente los acababan de interrumpir.

—¡Los reconocí a lo lejos y por eso yo...! —iba a terminar de decir la Cait Sith, que parecía estar muy alegre, pero se quedó sorprendida y boquiabierta al ver la posición en la que se encontraban Accel y Yuuki, esta última aún con su mano derecha en el hombro izquierdo del Undine, y su mano izquierda en el pecho de él, además de sus rostros sonrojados y relativamente cercanos uno del otro—... Yo... ¡Lo siento! ¡No quería interrumpir! ¡Mátenme!

Tanto Accel como Yuuki se confundieron al escucharla, y decidieron mirarse entre ellos, notando la forma en la que se encontraban a la vista de todos. Los dos, finalmente volviendo de su ensimismamiento causado por el profundo estado de enamoramiento, se ruborizaron y muy avergonzados, se apartaron y viraron de espaldas al otro, mientras Jane no se creía lo que veía.

—Hola, chicos... ¿Are? ¿Qué sucede? —preguntó Mei acercándose a ellos junto a sus hermanos.

—Mei-chan, por favor, mátame —le rogó Jane, confundiendo enormemente a la chica Undine que parpadeó varias veces antes de finalmente reaccionar.

—¡¿Eh?! —preguntó la peliazul, bastante atónita.

[...]

Los “Sleeping Knights” se reunieron en casa de Jane y Karl, sentados en los asientos de la sala mientras la Cait Sith les servía unos dulces y bebidas en lo que conversaban.

—Ah, ya entendí. Así que fue eso lo que pasó —sonrió Mei calmadamente mientras tomaba un poco de té, poniendo tímidos y más sonrojados a Accel y Yuuki, que sostenían sus tazas de té con muchos nervios.

—¡N... N... No es tan así! ¡A... Accel-kun y yo no íbamos a hacer nada raro!

—Claro que no iban a hacer algo raro... —comentó tranquilamente Mei tomando té, logrando que Accel y Yuuki suspiraran más tranquilos al escuchar eso— Después de todo... Un beso no es nada raro... Es especialmente común en novios.

Accel y Yuuki se atoraron con el té que habían comenzado a tomar, mientras la Undine bebía elegantemente de su propia taza, sin ningún tipo de inquietud.

—¡Bien dicho, Mei-chan! ¡Por eso me caes tan bien! —dijo Jane, halagando a la Undine, esta última que le dirigió a la Cait Sith su común sonrisa, y continuó tomando su té con mucha calma.

—¡Q... Q... Que no es nada de eso! —dijo Yuuki muy nerviosa, y todos sonrieron, excepto Rei, quien se levantó de su asiento, llamando la atención de todos que pasaron a observar cómo el Sylph se dirigía hacia la puerta de la habitación donde se encontraban— Re... ¿Rei-kun? ¿A dónde vas? —preguntó, un poco preocupada.

—Quiero coger un poco el aire —dijo el Sylph, saliendo de la habitación, confundiendo a todos, excepto a Mei que parecía saber muy bien el motivo.

—¿Qué le sucederá a Rei-kun? —se preguntó Yuuki aún preocupada.

¿En serio no te das cuenta, Yuuki?... —se preguntó Mei en su pensamiento, solo un poco incrédula— Aunque bueno... supongo que es normal teniendo en cuenta lo lenta que va tu relación con Accel-kun... —pensó, de nuevo tomando de su taza.

—Bueno, Yuuki. ¿Querías decirnos algo? —preguntó la Cait Sith, y Yuuki sonriente pareció alegrarse tras escucharla.

—¡Ah, sí! ¡Quería decirles que...! —iba a terminar de decir la chica Imp, pero a todos les llamó la atención que de repente Rei había entrado de nuevo a la habitación.

—¿Rei-nii? ¿No habías salido? —preguntó Kei confundido.

—Me los encontré a ellos —dijo el chico Sylph, dejando espacio para que pasaran los miembros del gremio “Lucky Star”, sorprendiendo a todos, a Accel no tanto, pero Yuuki se alegró mucho incluso levantándose de su asiento.

—¡Haru-kun! ¡Natsumi-chan! —exclamó, contenta por verlos.

...

—¡¿El Piso 12?! —preguntó Jane muy sorprendida.

—¡Sí! Creo que Haru-kun y su grupo ya están listos —dijo Yuuki.

—¡¿En serio?! —se sorprendió Karl— Pero... hace poco Haru-kun estaba en el Nivel 51, ¿no? ¿En qué nivel está ahora?

Yuuki ante esto, sonrió muy orgullosa:

—¡Nivel 88! —dijo y sorprendió a todos, excepto a los “Lucky Star” y a Accel.

—¡¿En serio?! —preguntaron todos los sorprendidos.

—¡¿Volviste a aliarte con esa tal Quinella, maldito desgraciado?! —preguntó Karl, levantándose muy molesto y yendo hacia Haru disponiéndose a golpearlo, incluso cogiéndolo del cuello de la camisa, mientras el Spriggan de los “Lucky Star” observaba molesto a su compañero de raza de los “Sleeping Knights”, aunque Haru logró controlarse para no atacar a Karl, pese a ser ese su justificado primer impulso.

—¡Vamos, vamos, vamos! —dijo Yuuki, acercándose a ellos dos y separándolos— ¡No es nada de eso, Karl-kun! ¡¿Acaso no confías en mi efectivo entrenamiento?! —preguntó, cruzando los brazos muy confiada.

—No desconfío, pero... —musitó Karl, sin saber qué más decir.

—Claro, también ayudó que Haru-kun ¡es increíble! Pero no olvidemos mis méritos como maestra, ¿sí? —agregó Yuuki, bromeando.

—Ni el mejor maestro puede lograr algo como eso, Yuuki —dijo Mei, haciendo que la chica Imp inflara un poco sus cachetes—. Haru-kun sí que es increíble. Seguro lo que aprendía de ti lo usaba en su tiempo libre y fue así como en tan poco tiempo subió tanto de nivel.

—¡Cielos! ¡Mei-chan! Quería un poco de mérito como profesora —bromeó Yuuki, haciendo sonreír a todos.

—Y en cuanto a la actitud de Karl, perdónalo, Haru-kun —intervino Jane—. Él tan solo está celoso de que avances de nivel tan rápido y él no.

—¡Cállate, Jane-chan! —refutó Karl, y todos sonrieron.

—Yuuki-sensei me enseñó lo básico y en lo que debía mejorar, y por supuesto, no podemos olvidar los beneficios de SALO, donde es más fácil subir de nivel si encuentras la misión indicada... Aún así, reconozco que fue muy difícil, usé la mayoría del tiempo libre después de cada entrenamiento con Yuuki-sensei para dedicarme a subir de nivel y ganar experiencia combativa... Lo cierto es que le debo mucho a Yuuki-sensei por aconsejarme y guiarme por el camino correcto, en muchos sentidos —sonrió tiernamente Haru, quien dejaba ver su habitual personalidad fría pero que ahora no resultaba distante, todo lo contrario, su sonrisa era muy cálida y sincera.

Yuuki se ruborizó tímidamente:

—Jeje, “Yuuki-sensei”... me gusta como suena —sonrió la pelimorada.

—¿Y qué hay con respecto a los demás miembros? ¿En qué nivel están? —preguntó curiosamente Jane, mirando a los demás integrantes de los “Lucky Star”.

—¡Nivel 87! —dijo Natsumi, sorprendiendo a Karl.

—¡¿En serio?! —preguntó el Spriggan de los “Sleeping Knights”.

—El resto de los “Lucky Star” también hemos estado entrenando duro —sonrió Natsumi amigablemente.

—¿Y los demás? —preguntó Karl, mirando al resto.

—¡Takahiro: Nivel 85! —dijo el Salamander de los “Lucky Star”, presentándose.

—Hayato: Nivel 84 —dijo el Sylph del mismo gremio.

—¡Maguro: Nivel 83! —se presentó el Gnome del grupo.

—Yu... Yuma... Nivel 82 —tartamudeó tímidamente el Cait Sith que faltaba por presentarse, confundiendo un poco a Karl.

—¿“Yu Yuma”?

—Es un poco tímido, su nombre es solo “Yuma” —aclaró Natsumi.

—Ah —sonrió Karl al comprender.

—¿Eres idiota? ¿Acaso no ves su nombre encima de su barra de jugador? —preguntó rudamente Jane, molestando un poco a Karl.

—Sí, sí. No me trates así —se quejó el Spriggan con la Cait Sith.

—¿Y ustedes en qué nivel están? —preguntó Takahiro a los “Sleeping Knights”.

—¡Kei: Nivel 94! —dijo Kei.

—Rei: Nivel 94 —se presentó Rei, serio como de costumbre.

—Mei: Nivel 95 —sonrió serenamente Mei.

—Jane: Nivel 90 —dijo Jane, sorprendiendo a Karl.

—¡¿En serio?! ¡¿Ya estás en el Nivel 90?!

—Sí —respondió Jane como si nada.

—¡¿En qué momento?! —preguntó Karl, aún muy sorprendido.

—¿Acaso crees que no hago nada? Yo también he estado entrenando mucho, ¿sabes? —dijo Jane, arqueando una ceja incrédulamente.

—¿Y tú en qué nivel estás, Karl-san? —preguntó Takahiro, y el Spriggan de los “Sleeping Knights” infló un poco sus cachetes y volteó ligeramente su cabeza, con cierta renuencia.

—... Nivel 85.

—¡Genial, eso significa que estamos en el mismo nivel! —se alegró Takahiro, pero Karl infló un poco más sus cachetes, no alegre del todo.

—No te sientas mal por ser el de más bajo nivel del gremio. Alguno tenía que serlo —dijo Kei, colocando su brazo por encima del hombro derecho de Karl, el más alejado a él.

—Kei, sé que lo estás intentando, pero no lo estás animando —comentó Mei mientras continuaba tomando de su té con mucha tranquilidad, sorprendiendo a Kei.

—Ah, ¿no? —preguntó el Salamander mirando sorprendido a su hermana, cuando de repente Karl se enfadó sorprendiendo a todos.

—¡CIELOS! ¡Ya van a ver! ¡Voy a superar el Nivel 90! —declaró enérgicamente Karl, haciendo sonreír a todos.

Karl no se enfada con los demás por ser él el de más bajo nivel... solo se enfada consigo mismo por no mejorar cada vez más. Karl es un buen chico... —pensó Jane con una tierna sonrisa mirando a Karl.

—¡Bien! ¡Vamos al Piso 12! —dijo Yuuki levantándose muy entusiasmada.

—¡SÍ!

[...]

Todos conversaban caminando juntos antes de llegar a la “Mazmorra de los Pisos de SALO”.

—Entonces ya saben, solo acompañaremos a los “Lucky Star” y ellos derrotarán al Jefe del Piso 12, ¿entendido? —preguntó Yuuki, y todos le asintieron.

Cuando llegaron al Piso 12, todos se sorprendieron al ver la cantidad de jugadores que se encontraban reunidos.

Más les llamó la atención el hecho de que se tratara de jugadores del mismo gremio, que una vez, se interpuso entre ellos y el Piso 9.

—¿Q... Qué está sucediendo? —preguntó Yuuki sorprendida, sin creer lo que estaba viendo, llamando la atención del líder Sylph que se viró hacia ellos junto a sus demás jugadores seguidores.

—Oh, miren a quiénes tenemos aquí —dijo el Sylph con voz socarrona, sosteniendo una lanza por encima de su hombro izquierdo, mirando de forma creída a Yuuki y los demás—. Hace tiempo que no nos veíamos. ¿Y bien? ¿Vienen a enfrentar al jefe de este piso?

—Sí —respondió rápidamente Accel con un rostro serio y decidido, sin titubeos.

—... —el Sylph se quedó callado durante dos segundos, ligeramente asustado al principio por el tono frío e intimidante de Accel, pero rápidamente se esforzó y recuperó la compostura con su mismo tono creído— Pues lo siento. Esta vez vine yo personalmente para que no nos engañaran como hicieron ustedes en el Piso 9.

Ante esto, Accel sonrió confiadamente mientras cruzaba los brazos:

—Ah, se te quedó como un trauma —se burló el Undine, sorprendiendo al Sylph que se molestó instintivamente—. Ya veo. No puedes permitir que te dejen en ridículo de nuevo... Incluso te acuerdas del piso que era... realmente yo no me acordaba de qué piso era... pero supongo que para ti quedó registrado como “el Piso de tu vergüenza”, ¿cierto?

El Sylph se acercó muy enfadado por la efectiva provocación de Accel:

—¡¿Cómo dices?!

En cambio, Accel continuaba serio y con los brazos cruzados, sin inmutarse, mirando directamente a los ojos al Sylph:

—¿Y bien? ¿Por qué no acaban de entrar al Piso 12?

—Solo estamos aquí 30 jugadores, estamos esperando a unos 20 más —dijo el Sylph, un poco más calmado, pero Accel le sonrió nuevamente de forma burlona.

—¿La última vez no llevaste primero 20 y luego no fue que llegaron 30? ¿Qué sucede? ¿Tienes miedo de la última vez que te enfrentamos?

—¡Maldi...! —iba a terminar de decir el Sylph, mucho más molesto, pero Accel lo interrumpió como si nada.

—De hecho es algo extraña la obsesión que tienen por reunir a tanta gente tratándose de solo los primeros pisos que bien podrían ser derrotados con menos jugadores. ¿Tan desesperados están por obtener suministros para vuestro gremio? —preguntó Accel con tono serio y calmado, ya no burlón. El Sylph estuvo a punto de refutarle molesto al Undine, pero este último como si nada, se apresuró a continuar hablando— En realidad, no me interesa. ¿Y bien? ¿Por qué no acaban de entrar al Piso 12? —finalmente repitió la pregunta más importante.

—... —el Sylph se mantuvo unos segundos en silencio, calmándose antes de responderle, mirando directamente a los ojos a Accel que aún ni se inmutaba, mirándolo más serio el Undine que el Sylph a él— Estamos esperando al resto de nuestros jugadores. ¿Algún problema?

—¿Entonces podemos pasar nosotros mientras ustedes esperan? —preguntó Accel calmadamente.

—Lo siento —dijo el Sylph, sonriéndole maliciosamente, molestando al Undine.

—¿Por qué? —preguntó Accel.

—No sé si lo sabes, pero soy el Vicecomandante del Ejército Sylph, por lo que tengo mucha autoridad dentro de SALO —se jactó, pero no logró impresionar a Accel.

—¿Y qué con eso? —inquirió el Undine, y el Sylph le sonrió nuevamente maliciosamente, sacando un documento que le mostró a Accel y sus amigos.

—Este documento me permite disponer lo que yo guste del Piso 12. ¡Y no permitiré que otro gremio intente enfrentar al jefe de este piso! ¡Cualquiera que intente enfrentarnos, recibirá un reinicio de personaje como castigo! —dijo, esta vez sí sorprendiendo a todos los presentes.

—¿Un... reinicio? —preguntó Yuuki muy sorprendida, casi atónita.

... ¿Qué sucederá con Yuuki si pasa por un reinicio?... ¿Será para ella lo mismo que morir?... ¡No! No puedo tomar ese riesgo... —pensaba Mei preocupada mirando a Yuuki, decidiendo mirar luego hacia su compañero Undine para decirle algo—: Accel-kun, será mejor que nos vayam... —iba a terminar de decir Mei, cuando Accel se mostró muy molesto.

—¡NO! ¡¡Eso es abuso de poder!! ¡¡No puedes hacer algo como eso!! —se quejó Accel apretando sus puños muy molesto, sorprendiendo a todos sus amigos.

—Ah, ¿no? Yo juraría que sí —se burló el Sylph, molestando más a Accel que apretó aún más sus puños, mirando con furia a su contrincante.

—Accel-kun, tranquilízate. Podemos esperar al otro piso —dijo Mei, tratando de calmar al Undine, que continuaba molesto.

—¡Es que no es justo! ¡¡No es justo!! —se molestó Accel.

—¿Por qué...? —se preguntó Yuuki en voz baja, llamando la atención del Undine, quien se tranquilizó un poco mirando a la chica Imp que tenía los ojos muy abiertos y se encontraba muy turbada, respirando en intervalos relativamente largos, con un poco de dificultad— ¿Por qué sucede esto?... —se preguntaba, sintiéndose muy mal— No quiero hacer daño a nadie y mucho menos vincular a mis amigos en peleas absurdas, pero... ¿qué se supone que haga ahora? —dijo, dejando un poco serio a Accel.

—¿Y bien, Accel-kun? ¿Entonces qué planeas hacer? —preguntó Mei, mirando seriamente a su compañero Undine, este que tan solo suspiró y cerró sus ojos, como comenzando a analizar la situación, decidiendo virarse completamente de frente a la chica Imp.

—Yuuki... —dijo Accel en voz relativamente baja, llamando la atención de la chica Imp que aún un poco atónita, volteó a ver directamente al Undine— A partir de hoy, dejo oficialmente a los “Sleeping Knights”.

Esa fue su declaración, que dejó muy sorprendida a Yuuki, quien al principio tardó en reaccionar al igual que los demás.

—... ¿Eh?... ¿Cómo?... —preguntó Yuuki, luego abriendo más los ojos al entender lo que había dicho el Undine, pero aún encontrándose aturdida al respecto— ¿Cómo dices... Accel-kun?...

—¡¿Cómo?! —preguntaron todos sus amigos del gremio, mientras Yuuki continuaba callada, aún atónita observando a Accel, que la miraba serio y calmado como si nada.

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