Capítulo 1: 계획
—¡amor! —le gritó sonriente—, ven aquí —ella alzó la mano para que su novio pudiera ubicarla entre todas las mesas de ese café al aire libre.
Jungkook sonrió de manera coqueta y se dirigió hacia ella, era una chica hermosa con la piel blanca, un cabello negro y suave, lindos labios y una linda actitud; sin duda la quería mucho.
—hoy te vez tan elegante —ella lo inspeccionó de arriba a abajo, viendo su ropa fina e impecable. Jungkook se inclinó y le dio un beso en los labios como saludo—. He investigado a dos personas —habló bajo para no ser escuchada.
—¿de quiénes se trata? —preguntó mientras tomó asiento al lado de su novia. Su curiosidad había despertado, normalmente era él quien investigaba a los sujetos. Ella le deslizó un folder en la mesa y cuando llegó a manos del joven, lo abrió cuidadosamente, pero de manera natural.
El pelinegro leyó un momento el primer expediente, sonaba como una buena opción, el tipo tenía dinero, pero nada que destacara con sus anteriores... ¿presas? y así pasó al segundo posible objetivo.
Con solo ver la foto pudo reconocerlo a la perfección, abrió mucho los ojos, sorprendido; sin creerlo, leyó el nombre para asegurarse que se trataba de la misma persona.
—¡¿Kim Taehyung?! amor, ¿correremos el riesgo? Está involucrado con el gobierno.
—Lo sé —sonrió ella—, sería el robo de nuestra vida. No tendríamos más problemas. Mira lo que podría estar ganando.
Jungkook observó el aproximado de cuánto ganaba por mes y se imaginó disfrutando de todo ese dinero junto a su pareja, seguro sus futuros hijos tendrían lo mejor de lo mejor. Eso lo convenció.
—a veces hay que tomar riesgos ¿no? —dio una sonrisa nerviosa, no muy convencido y SooRi asintió— ¿y cuando empezarás a verlo? —le preguntó a su novia.
—hay un pequeño detalle con eso —ella alzó la comisura de sus labios, una sonrisa forzada tratando de convencer a su pareja. Jungkook frunció el ceño, confundido. SooRi se acercó a su rostro y susurró—. El gran hermoso y joven, primer ministro... Bueno, él tiene un pequeño secretito que descubrí ayer... Sabes que lo haría yo, pero esta vez... no puedo. No está en mis manos. Así que... tendrás que hacerlo tú.
—oh...
Jungkook se mordió el labio preocupado, en el 100% de sus estafas anteriores, era ella quien seducía a los tontos e infieles millonarios, el sólo se encargaba de robar los datos que ella le daba y hacer que todo el dinero desapareciera de sus primeros dueños, apoderándose de toda la riqueza.
—yo... —pronunció apenas audible, sus labios se secaron y tuvo que humedecerlos con su lengua—, yo no sé si pueda hacerlo bien... —Jungkook no tenía esos gustos, jamás pensó en acostarse con otro hombre, pero el dinero era mucho y era tentador.
—no es tan difícil —dijo ella—. Te acostumbrarás eventualmente... Sólo tienes que mantener claro el objetivo.
—no lo sé... No estoy seguro de querer hacerlo.
—es sólo una vez —le insistió la chica.
Jungkook bajó la mirada, era cierto que ella siempre hacia el trabajo sucio y lo hacía por él. ¿Por qué no sacrificarse por ella también?
Miró a SooRi a los ojos, ella tenía una mirada expectante, esperando que Jungkook hablara.
El chico cerró los ojos un segundo y finalmente pronunció:
—lo haré, por nosotros.
✘✘✘
Julio, jueves 28
—¿Puedes leer estos papeles?
—claro —respondió aburrido, ya quería largarse de su trabajo, estaba agotado, cansado de lo mismo.
Lastimosamente volver a su casa tampoco era relajante.
A la edad de 25 años había conseguido ser el primer ministro de Corea, después de la muerte de Lee Nak-yeon. Era joven, tenía dinero, una gran casa, también, era muy atractivo y muchos lo adoraban, le tenían respeto pues su familia era importante.
Y es que, parecer un Ídol le dio más fama de lo que cualquiera imaginó. Las mujeres le caían como cascada, aun sabiendo que estaba casado.
Se podría decir que tenía la vida que muchos deseaban. Pero él no la quería.
En el escritorio vio una foto de su esposa y él. Fingiendo que todo estaba bien, fingiendo que se amaban.
Por supuesto la boda sólo fue un estúpido arreglo, era una manta perfecta para ocultar la verdad. Su reputación era muy alta, todos los días tenía que mantener una actitud impecable para sostener el castillo de mentiras que conforman su vida.
Sus padres le obligaron a ocultar quién era. Le obligaron a estar con alguien que no amaba. Le obligaron a estudiar algo que no le gustaba, aunque era muy bueno en lo que hacía. Lo odiaba.
Y a casusa de todo eso Taehyung era infeliz.
Se estaba asfixiando en la vida que fue obligado a construir.
Había un pequeño reflejo en el vidrio de la foto que observaba; Taehyung vio su rostro un poco triste y pensativo. Admiraba su belleza, sabía que era muy guapo, pero no podía evitar pensar ¿Cuánto duraría su juventud?. Porque sentía que toda su vida había sido un desperdicio.
—sí tan sólo tuviera un poco de alegría en mi vida... —esa voz... era una pequeña súplica para sí mismo—. Quiero algo que me haga feliz.
Suspiró y alzó la mirada hacía el techo, viendo a la nada. Aun no era hora de irse, pero determinado, tomó las llaves de su auto y salió sin importarle su trabajo. Ya podría seguir mañana. Hoy quería descansar.
Recorrió los pasillos hasta la salida, el cielo estaba un poco nublado y hacía un frío que helaba los huesos. Sin duda, un día extraño para el mes de julio. Fue al parqueo donde se encontraba su auto, metió las llaves para encender el motor y salió sin problema.
—maldito tráfico —había salido de un aburrido trabajo para estar en medio de un montón de vehículos que no avanzaban, apenas para tomar un buen vaso de detergente.
El cielo empezó a nublarse aún más dejándolo completamente gris. Todavía era muy de día para visitar su "lugar favorito", lastimosamente sólo abrían de noche. No tendría otra cosa más que hacer que llegar a dormir. Al menos, ya no estaba en su trabajo.
A Taehyung siempre le gustó el arte, cualquier cosa que derivará de ello le interesaba, pero sus padres le prohibieron estudiar algo relacionado, decían cosas como "no eres tan bueno" o "te morirás de hambre, estudia algo que tenga futuro" y recibiendo ese tipo de comentarios, terminaron por derrumbar los sueños de un alegre adolescente.
La lluvia se hizo presente, llovía tan fuerte que los golpeteos de las gotas contra el vidrio eran audibles. Activó el parabrisas, todo estaba en silencio y sólo escuchaba el movimiento de los parabrisas deslizarse por el vidrio.
—¡Dios! —se quejó. Encendió la radio y subió el volumen de una canción, que al contrario de ser tranquila como el jazz que solía escuchar, está era de rock y le recordó a sus días de adolescente, trayéndole muchos recuerdos. Por ese entonces, había conocido a un chico que solía ser su mejor amigo, siempre adorable y de vez en cuando tenían relaciones sexuales. Ahora se preguntaba dónde estaría. Sin duda, sería divertido volverlo a ver.
Sacándolo bruscamente de sus pensamientos, del lado de su puerta, alguien tocó la ventana muy fuerte. Taehyung se asustó pensando que querían robarle el auto o era alguna chica queriendo sacarle una foto o una loca que tratará de meterse a su auto, como toda una acosadora.
Ya le había pasado antes.
—no mires, no mires... Solo ignora Taehyung —tarareo bajo, pero los golpeteos no cesaban, el sonido se le hizo tedioso y le llegó a irritar. Así que por fin, miró a su ventana.
No era una chica, tampoco era un indigente, ni tenía aspecto de ladrón, por lo que decidió bajar un poco el vidrio.
—disculpa... Acaban de asaltarme y vivo largo, por favor podrías llevarme aunque sea un poco más cerca de mi casa, va en esta dirección —habló fuerte para ser escuchado a través de la intensa lluvia y el ruido de los autos.
Tan solo un segundo le bastó para apreciar las hermosas facciones del chico completamente bañado por la lluvia.
Taehyung desconfió por un momento, pero ¿Acaso tenía algo mejor que hacer?. Asintió con la cabeza y le hizo un seña con la mano.
—sube.
El chico sonrió, hizo una pequeña reverencia en agradecimiento y luego corrió hacia el otro lado para montarse en el asiento copiloto. Cuando este entró, Taehyung le inspeccionó. Era un joven de unos 21 años quizá. Rostro fino, piel blanquecina y un intenso pelo negro.
—estas un poco mojado, eh. —bromeó para romper el hielo.
—¿Un poco? —él miró todo su cuerpo, estaba completamente mojado—, ¡oh! Lo siento mucho, estoy mojando el asiento —su rostro parecía preocupado.
—descuida, de todos modos, tengo que llevarlo a lavar —sonrió restándole importancia—, además, no todos los días se encuentra tan fácil a un chico tan lindo como tú —no pudo evitar hacer ese comentario, el chico era realmente hermoso.
El más joven se sonrojó muy levemente, nunca había recibido un alago de otro hombre.
—¿cómo fue que te asaltaron? ¿Quieres que te lleve a poner una denuncia? —ofreció Taehyung—, hay una delegación policial cerca.
—me gustaría, pero no sé si sirva de algo, no he visto sus rostros, por suerte no robaron mi celular —explicó. A cada palabra Taehyung sentía que estaba más cautivado por esa hermosa voz.
Milagrosamente, el tráfico por fin empezó a avanzar y en cuestión de minutos estaban por llegar a su destino.
—¿Cómo te llamas? Te monté a mi auto y aún no sé tu nombre.
El más joven vió al mayor a los ojos y sonrió divertido.
—mi nombre es Jeon Jungkook.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro