Capítulo 18; 온명 (Final)
Chaeyoung puso su denuncia, al ser una mujer importante, su palabra valía más para la "justicia", al menos en Corea.
Pidió ver a Mark mientras su esposo se mantenía alejado. A paso lento caminó por la delegación, él estaba en una celda de allí, temporalmente.
Mark levantó la vista a Chaeyoung con expresión seria, viéndola a través de las rejas. Él abrió su boca seca para dejar salir su voz vacía, sin emoción alguna.
— ¿Qué quieres ahora?
— vengo a decirte que aún puedes escoger, no tiene que terminar así. Sí aún quieres te daré dinero para que te vayas lejos.
— ¿Por qué?
— creo que a Mina no le gustaría verte en prisión. La conozco lo suficiente para saber que siente mucha culpa. Así que, si quieres aceptar, retiraré los cargos inmediatamente.
— no importa...Ya no me importa. Diré toda la verdad. Mi nombre quedó manchado en todo el país. Odio el día que pensé en tí para sacarte dinero; Mina se alejó de mí y es tonto porque ahora maldigo el día que la conocí —expresó lo que había pensado un par de horas atrás—. De cierta forma me usó para hacer todo lo que hicimos, yo sólo tenía un sueño.
— bueno...ella no te amenazó para seguir su plan, pudiste haberte negado y no lo hiciste — su voz sonó en un tono grave. Mark bajó el rostro haciendo una leve mueca, Chaeyoung tenía un punto, pero no le daría la razón—. Y también es tu decisión estar aquí, yo te doy la opción de irte y no la tomas. En cuanto a mí...— colocó sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón—, fue tu codicia la que te llevó a mí, además tengo entendido que fuiste tú el que convenció a Mina para que estuviera conmigo.
— soy tan...—no terminó la frase.
— piénsalo, si dices algo sobre lo que hiciste con tus estafas, probablemente nunca vayas a salir de prisión.
— lo sé. Pero le informaré a la policía los nombres de las personas con las que estuve, buscarán pruebas y las encontrarán cuando vean mi habitación y los testimonios de esos cerdos.
Ya no tienes pruebas...
— no... Ahora sólo será tu palabra, Mark— al escuchar eso, él abrió los ojos, pensando, nervioso, sus manos apretaron el colchón sucio donde estaba sentado–—. Si das los nombres y esos hombres vienen, te reconocen y deciden ponerte una denuncia... Sólo ahí tendrás pruebas.
— Mina era mi cómplice, Ella tendrá que pagar también.
Chaeyoung apretó la mandíbula. Mark era tan terco.
— te advierto que si metes a Mina en esto, ella no irá a prisión porque yo no lo permitiré. Cuando dije que quería a Mina, es que realmente la quiero... conmigo. No contigo, ni en prisión; ni con nadie más, ni sola. Conmigo.
— eso es....— murmuro Mark, sin terminar la frase.
— ¿obsesivo? Tal vez... No lo sé. Pero estoy segura que amo a Mina, haría lo que fuera por ella, no importa si es algo estúpido. Es lo que mi corazón desea.
— ¿Y si ella no quiere estar contigo? ¿La dejarías ir?
Chaeyoung lo pensó seria, esa decisión era difícil. Lo analizó e imaginó que Mina realmente le decía que no quería estar con ella.
— si es su voluntad, sí... Por más que me duela, la dejaría. Tampoco la tendría a la fuerza, pero en este caso...Yo no la estoy obligando, ella quiere estar conmigo. —un silencio incómodo vino y Chaeyoung observó al chico—. Piénsalo, piensa en lo que te dije, considera mi oportunidad, es mejor que una vida en prisión.
Noviembre, lunes 7
Después de estar en la delegación, Chaeyoung y Yugyeom fueron a ver a un abogado, estaban estacionados fuera del edificio.
— ¿estás segura de esto, Chaeyoung nuestros padres nos matarán cuando se enteren — Kim no estaba seguro del todo, pero la idea le hacía ilusión.
— no les diremos, el abogado será confidencial. La prensa es la que lo dará a conocer. Sólo que... no sé cuándo.
Yugyeom asintió y ambos se bajaron del auto para ir donde su abogado. Ambos fueron en silencio y a cada paso sus corazones aumentaban su ritmo. Era como caminar a la libertad. Cuando llegaron a la oficina vieron al abogado de Chaeyoung .
— Son, tengo los papeles listos para firmar. Tal y como los ordenó —le dijo el hombre cuando llegaron.
Chaeyoung y Yugyeom se sentaron en la mesa y Kim fue el primero en tomar el bolígrafo, cuando lo colocó cerca del papel para poner su firma, volvió a ver a Chaeyoung y esta asintió.
Así que lo hizo, le pasó el bolígrafo a Chaeyoung y esta también firmó.
— felicidades, ahora están divorciados— anunció—. Esta hecho. Tomará aproximadamente un mes que los procesos terminen —dijo el hombre.
— perfecto — contestó la rubia.
El abogado se fue con los papeles y Yugyeom y Chaeyoung se miraron de frente.
— ¿Realmente estás segura de que esto es lo correcto?
— por más estúpido que sea es lo que mi corazón desea. Quiero estar con ella. No me importa arriesgarlo todo — las palabras de Chaeyoung realmente eran sinceras. Y Yugyeom comprobó eso viendo los radiantes ojos de la chica de cara de bebé.
— bien...— el mayor levantó la comisura de sus labios, él también tenía sueños que cumplir. Ahora era libre para buscar algo que hace años le habían quitado el derecho—. Fue un placer haber sido tu esposo por cinco años.
Chaeyoung rió.
— fuiste el mejor esposo que pude tener—sonrió y añadió—. También eres el mejor amigo que pueda existir.
— nuestros caminos se separan temporalmente. Avísame cuando vuelvas al país.
Ambos se abrazaron y una cálida sensación los envolvió, realmente lo correcto era esto. Era su felicidad y poco les importaba lo que sus familiares dijeran.
Ellos ya no podían controlar sus vidas.
— ve con ella — le avisó Yugyeom a Chaeyoung—. Empaca tus cosas y duerme bien. Mañana sale tu avión.
— gracias por comprar los boletos.
Noviembre, viernes 11
Las ruedas de su maleta iban justo detrás suyo. Chaeyoung se abría paso en medio de toda esas ajetreadas y apartadas personas. Varios disfrutando, unos con prisa, otros... cansados. De todo había en ese aeropuerto.
El ruido era alto, el sonido del las voces mezcladas en multitud, niños jugando y gritando. El fuerte y estruendoso sonido de los aviones al volar sobre el lugar. Otro sonido proviniente de los aviones al aterrizar y Chaeyoung lo ignoraba todo.
Tenía sus audífonos puestos escuchando una canción relajante porque se encontraba nerviosa y emocionada. Tuvo que bajar el volumen de su música para concentrarse y darle su pasaporte a la trabajadora. Esta le atendió, comprobó sus datos con veracidad y rápidamente la dejó ir. Para que así pudiera continuar su viaje.
Chaeyoung sabía que no todo era color rosa, las cosas habían estado algo tensas y Mina... sabía que ella estaba con una profunda inquietud.
Chaeyoung estaba deseosa de ver a su adorada pelinegra, sin embargo, también sentía miedo, como una sensación que invadía su cuerpo y le hacía tener un gran vacío en el estómago.
No era una sensación agradable.
La rubia buscó su asiento, era uno junto a la ventana. Se sorprendió, normalmente le tocaba ir en el centro.
Cuando se sentó trató de relajarse y eliminar la tensión mientras miraba la ventana y veía muchas luces producto de creaciones humanas, estas destacaban más porque era de noche. Probablemente llegaría a su destino en la mañana y el viaje era algo largo.
Noviembre, sábado 12
Ante sus ojos tenía al tranquilo y cálido amanecer, a diferencia del clima frío que Corea empezaba a tener, donde Mina se encontraba, era una playa muy tranquila.
Había estado ahí en esa casa por una semana aproximadamente.
Como estaba sola, dejaba salir todas las emociones internas que normalmente ocultaba cuando alguien se encontraba cerca, como llorar, reír, enfurecerse consigo misma, estar en paz, de todo experimentó cuando pensaba, así que tuvo tiempo para reflexionar sobre lo que había hecho, pensar en las cosas que desearía haber cambiado, pero también agradecida por todo lo que realizó.
Todas sus acciones la habían guiado a ese camino con un único objetivo. Así que realmente pensó en todo lo que la coreana le había dicho.
De vez en cuando salía para observar el sempiterno cielo. Esta vez, amanecía con los rayos del sol iluminando el cielo poco a poco y al mismo tiempo reflejando su luz en el horizonte del inconmensurable mar.
Cuando terminó la espectacular vista decidió volver a la casa. Quedaba algo cerca de la playa.
Otro día más en soledad consigo misma.
Una pequeña mesa estaba situada al lado de la ventana, donde a través del cristal se reflejaban los destellos de la estrella central de nuestra galaxia. Solía
sentarse y ver el tiempo pasar.
¿Cómo reaccionaría cuando ella llegue?
¿Cómo reaccionaría ella?
¿Qué le diría?
Durante esa semana, imaginaba que decirle cuando la viera llegar. Realmente no sabía que día Chaeyoung llegaría a hacerle compañía, desde que llegó, la menor no contestaba sus mensajes ni llamadas y se sentía verdaderamente sola, aunque veía personas por su ventana, a lo lejos en la playa disfrutando del agua o del sol, había momentos en los que sentía que sólo existía ella, sin Chaeyoung o alguien a quien conociera cerca, se sentía sola.
Sus ojos viajaron por la ventana y vieron la misma imagen que solía imaginar, sólo que está vez era verdad y lo sabía porque su cuerpo se puso de pie, su corazón se aceleró y creyó entrar en transe cuando entró en pánico.
Realmente no importó mucho todo lo que había preparado por decir. Lo olvidó todo. Chaeyoung estaba de pie con la maleta en su mano, viéndola.
De verdad era ella.
— hablé con él... Aún no quiere aceptar —habló mientras caminó—. ¿Cómo has estado? — le preguntó Chaeyoung.
— bien — se acercó a paso lento—. Un poco sola — rió y la menor le entregó una pequeña risa.
— ¿Acaso te quedaste encerrada aquí? — hizo un gesto gracioso e inspeccionó la sala.
— No. No hay mucho que hacer aquí. Sólo salí a ver el mar. ¿Por qué no contestaste mis llamadas? Me preocupé— le reclamó Mina sutilmente, aún un
poco abrumada y avergonzada.
— lo siento, Necesitaba pensar un poco mejor las cosas — la mano de Chaeyoung se deslizó en la de Mina hasta entrelazar sus dedos—. Lo siento.
— soy yo la que debería disculparse — rió un poco.
Por alguna razón ninguna de las dos quería hacer algo precipitado. Mina bajó su cabeza y Chaeyoung la abrazó.
— todo está bien, Minari, ahora está bien— su abrazo era muy cálido y agradable, de esos abrazos que logran transmitir calma. Lentamente se separaron y sonrieron tímidamente. Chaeyoung la agarró de la mano y la llevó hasta la cama. Se sentaron en el borde, juntas—. Sé que no te sientes bien del todo y honestamente yo tampoco, pero...podemos empezar otra vez. De verdad te quiero, te amo Mina, así que... ¿Ahora sí aceptas ser mi novia Myoui Mina?— hizo una pausa y añadió—. Ya no tengo ningún compromiso — bromeó y Mina la miró sorprendida.
— ¿Cómo?
— ahora estoy divorciada.
— ¿Por qué? — le preguntó incrédula—. ¿Y tus padres lo saben?
— No, por supuesto que no y cuando lo sepan van a estar furiosos. Pero no importa, es lo que a Yugyeom y a mi nos hacía felices.
— bueno... Sí lo dices de esa manera, no suena mal— algo en su interior se removió. Pero no de mala forma, sintió algo que le dió tranquilidad.
— y ahora responde Mina — Chaeyoung exigió una respuesta. Su mano agarró la de Mina mientras la miraba con ojos brillantes, tenía ilusión que Mina aceptaría está vez.
Cuando Chaeyoung se acercó un poco más a ella, Mina se abalanzó sobre la menor, dándole un abrazo, por el movimiento cayeron a la cama y Mina le dió un beso.
— sí quiero, también te amo, Chaeyoung. Pero aún necesito tiempo — No estaba tranquila del todo. No aún.
— creí que...— Chae frunció el ceño preocupada, decepcionada. Había esperado otra respuesta y su pecho dolió profundamente. Tanto que podría llorar.
Chaeyoung colocó sus manos sobre el colchón y bufó.
Mina lo notó y suspiró.
— es solo que...— dijo en medio del silencio—. Aún no puedo evitar pensar en lo que hice...Quiero decir, lo dejé a la deriva cuando yo también soy culpable. No es justo. Y tampoco para ti, Chaeyoung, tu merecías a alguien mejor que yo.
— deja de decir eso — Chaeyoung colocó una mano en su espalda y se movió para sentarse mientras Mina se acomodó a horcajadas sobre ella. Las manos de Chaeyoung estaban acariciándola en toda la piel de su espalda y Mina se estremeció—. Yo quiero estar contigo... de verdad. Mis sentimientos son sinceros y estoy segura que los tuyos también.
— quedé con ese miedo... No quiero hacerte daño en el futuro, Chaeyoung.
— no lo harás — Chaeyoung llevó su mano a la cintura de Mina y recostó su cabeza en el cuello de la pelinegra—. No lo harás porque me amas. Lo sé.
— lo hago — confirmó. Sus manos se elevaron hasta acariciar el corto cabello de Chaeyoung.
Sin previó aviso, la mayor besó sus labios. Era difícil negarse y no seguir el ritmo de sus cálidos labios. Hacían que su alma se estremeciera y más aún cuando la menor deslizaba sus palmas envolviendo su cintura.
Mina suspiró, era sensible a los toques de Chaeyoung. Pero no era la única. Chaeyoung amaba cuando Mina la abrazaba y la acariciaba.
— ¿Por qué siempre terminamos de esta manera? — Dijo Mina riendo contra el cuello de la menor.
— No sé a qué se deba, pero no tengo ninguna objeción. Me encanta tenerte — compartieron un cálido beso—. Acepta, por favor.
— Chaeyoung... —"reclamó". Juntaron sus manos una vez más—. Debemos hacer bien las cosas.
— eso pretendo hacer. Ya que ambas sabemos cómo nos sentimos deberíamos hacer algo por ello. No te sientas mal, no me importa con que intenciones llegaste a mi vida, ahora es diferente y yo he caído en un profundo hechizo por ti, Mina. No robaste mi dinero, pero sí mi corazón — dijo en broma—. Además, nadie dijo que iba a ser fácil o que todo será perfecto, pero debemos intentarlo... juntas.
— bien — aceptó finalmente—, pero aún me preocupa lo que tu familia dirá.
— que se jodan. Ellos saben que el matrimonio era falso, pero se negaron a ver la realidad. No voy a fingir más para ellos algo que nunca he sido.
— tal vez un día lo aceptarán.
En este momento Chaeyoung se sentía muy bien, personalmente se sentía muy bien, aunque no era todo perfecto y de oro, se encontraba bien, toda esta pequeña y larga experiencia con Mina la había hecho pensar que ahora tenía un propósito, había encontrado lo que siempre quiso.
Su deseo se había cumplido. Ahora tampoco estaba tan controlada por sus padres y todas las noches hacía lo que quería, suena tonto, pero gracias a Mina volvió a pintar y dejar volar su imaginación.
Mina aún con preocupaciones y culpas por buenas, malas y terribles decisiones, estaba dispuesta a ser feliz con Chaeyoung. Al final todas las decisiones las llevaron a un único camino y habían encontrado su destino; aquel destino era juntas.
Fin 💗
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Nota: Bueno, espero que les haya gustado esta historia.
Sin más que decir, ¡Gracias por leer! ♡
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