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🎫 Capítulo 7

Al día siguiente, Felix se despertó lentamente, desorientado por la luz del sol que inundaba la habitación desconocida. Al abrir los ojos, su mirada se posó en el techo de Hyunjin, y de repente, todos los recuerdos de la noche anterior fluyeron a su mente.

-¿Qué... qué fue lo que pasó? -dijo el pecoso.

Su rostro se ruborizó intensamente al recordar cada momento, cada detalle. Se había acostado con su crush, Hyunjin. Aunque se sentía un poco culpable por estar cuidando a su hermano menor, Shinyu, no podía negar la emoción que aún persistía.

-¿Cómo pude hacer eso? ¿Y si Shinyu se enteró? -se decía mentalmente el castaño.

Pánico y ansiedad se apoderaron de él. Felix rogaba que el hermano de Hyunjin no hubiera escuchado nada, que no hubiera descubierto su secreto.

-Por favor, que no haya escuchado nada... -susurró Felix.

Se sentó en la cama, intentando calmar su corazón acelerado y claro su mente. Luego, se levantó y se dirigió hacia el gran espejo que dominaba la habitación de Hyunjin. Sin poder evitarlo, se acercó y se contempló en el reflejo.

Su cuerpo estaba marcado por chupetones y huellas de pasión, evidencia de la intensidad de la noche anterior. Felix se observó detenidamente, su rostro ruborizándose aún más. Sin embargo, en lugar de vergüenza, una sonrisa se dibujó en sus labios.

Había cumplido su fantasía más morbosa, y la realidad superaba con creces sus expectativas. Cada marca en su piel era un recordatorio del placer y la conexión que había compartido con Hyunjin.

-Me marcó... -susurraba Felix.

Su mirada se detuvo en un chupetón particularmente visible en su cuello. Sonrió, recordando el momento exacto en que Hyunjin lo había hecho.

-¡Su hermano! - se gritó mentalmente el castaño.

De tan perdido en la bruma de placer que estaba experimentando anoche, no recordaba a Shinyu. Tal vez los escuchó o no... Felix rogaba que no hubiera escuchado nada.

Con esfuerzo, Felix se levantó de la cama, sintiendo una punzada en su cadera y espalda. El dolor era fuerte, pero su hambre era aún mayor. Se moría de hambre.

Felix se dirigió a la cocina, cada paso resonando en su cuerpo dolorido pero no se arrepentía de lo que pasó.

-Ay... -gimió de dolor.

Felix entró en la cocina, cojeando ligeramente, y se sorprendió al ver a Hyunjin preparando el desayuno.

-¡Oh, hola Lixie! ¿Cómo amaneciste? -saludó el pelinegro.

-Bi-bien, gracias.

Se sentó en una silla, haciendo muecas de dolor. Hyunjin lo observó con una sonrisa maliciosa.

-Parece que hice un buen trabajo anoche.

-No es divertido, me du-duele mi cadera y mi espalda. -se queja el menor.

Le dio un golpe juguetón a Hyunjin, que se rió.

-Fu-fuiste muy rudo conmigo, Hyunjin.

-Pero si fuiste tú el que me dijo que fuera más rápido y bueno, no pude resistirme.

Hyunjin sonreía mientras veía cómo Lix se ponía rojo como un tomate, y eso le parecía muy adorable.

-Vamos, Lixie, no seas tan dramático. Un poco de dolor es parte del placer, ¿recuerdas? -dice Hyunjin acercándose a él pecoso poco a poco.

-Hyunjin , no digas eso... -dice Felix ruborizado.

Hyunjin se rió y le dio un beso en la mejilla, haciendo que Felix se sonrojara aún más.

-Bu-bueno, sí, lo dije... pe-pero porque me hiciste caso, eh. -se queja otra vez el menor.

-Bueno, ya que ambos lo deseábamos, más que nada, así que ya no discutas, ok.

Hyunjin se acercó a Felix y le dio un piquito en los labios. Lix lo recibió contento, amando a Hyunjin y sabiendo que el amor era mutuo, más allá de lo físico.

En ese momento, Shinyu entró en la cocina, con hambre y curiosidad. Vio a sus Hyungs en la cocina, pareciendo muy cómodos.

-¿Por qué Felix gritaba así anoche? ¿Le dolía algo? -pensaba Shinyu.

-Hola buenos dias -El pequeño entraba a la cocina saludando a sus Hyungs.


-Hola, Yunnie, ¿cómo amaneciste, pequeño? -El castaño le decía, jurando que el niño no había escuchado nada, aunque más allá de haber escuchado algo, parecía más bien preocupado.

-Ah, hola Lixie Hyung, hola Jinnie.

-Hola, Yunnie, ¿tienes hambre? -preguntó el Hwang mayor.

El menor de todos asintió y se dirigió hacia su Hyung menor.

-Lix, ¿puedo preguntarte algo?

El menor no se quedaría con la intriga de anoche, no.

-Sí, claro, Yun, ¿cuál es tu pregunta?

Felix no sabía lo que le preguntaría el menor.

-Hyung, ¿te dolía algo anoche?

El menor lo decía con toda la inocencia del mundo, sin saber el contexto de eso.

Felix estaba super nervioso, al parecer el pequeñín sí había escuchado sus fuertes gemidos de anoche.

-¿Por qué la pregunta, Yun? -preguntaba Felix nervioso y sonrojado, al igual que Hyunjin, este veía la escena rojo y nervioso, ya que su inocente hermano había escuchado su fogosa y apasionada noche.

-Es que los escuché anoche, tú hacías sonidos de dolor y... y se escuchaba que estabas con un dolor fuerte. -dijo Shinyu preocupado.

Los mayores se veían asombrados, sin poder creerlo. Se suponía que el menor estaba dormido anoche.

-Pero lo que me sorprende es que Lixie Hyung pedía más de ese dolor y Jinnie Hyung decía que sí, todo lo que su cachorrito pidiera. ¿Qué era lo que le dio Jinnie hyung? -preguntaba el pequeño super intrigado.

El menor había escuchado al parecer todo.

Los dos mayores estaban más que rojos de los nervios, no sabían qué decir. Felix maldecía en todos los sentidos y Hyunjin lo mismo. Le habría puesto una almohada en la cara, pero ninguno de los dos se arrepentía de lo que habían hecho anoche.

-Bueno, Yunnie, lo que pasó fue... emm... Felixie tenía dolor de espalda anoche y bueno, lo ayudé a que desapareciera el dolor. Si, y le estaba dando dulces a Lix, y se acabaron, y por eso Lixie pedía más de esos dulces, sí. -mintió el mayor de los tres.

No sabía qué mentira decir, pero al parecer su hermano pequeño se la había creído.

-Ah ¿si?, Lixie hyung, ¿ya no le duele la espalda?

-Sí, ya no me duele la espalda.

Felix estaba muy rojo, pero al parecer ya estaban a salvo.

-¿Y de qué sabor era el dulce que le dió Jinnie Hyung? ¿Estaba rico?

El menor lo decía con tanta inocencia.

-Sí, Yunnie, era de sabor leche. Ese era el dulce. -dijo Hyunjin.

Esas palabras tenían doble sentido que el menor no entendió, pero Felix sí lo entendió a la perfección.

-Ohh, ¿y ya no tienes? ¿Me das un poquito?

El menor quería un poco de eso sin saber que Hyunjin se refería a otra cosa que no era tan dulce.

-Ay, no, no, Yun, no puedes comer dulce de eso.- dijo Felix, estaba tan nervioso.

-Dile algo. -dijo el castaño mientras miraba a Hyunjin con el ceño fruncido.

-Sí, Yun, no puedes comer de ese dulce especial, bueno, no aún.

Hyunjin reía un poco, ya que el menor era el más confundido ahí.

-Sí, ya se acabó el dulce, Yun. -trató de aclarar Felix.

-¿Y cuándo me darán de ese dulce?

El menor quería de ese dulce especial.

-Cuando seas mayor de edad. -respondió Hyunjin.

Con esa respuesta, el menor se puso a desayunar, y Felix lo veía de forma un poco roja debido a la pequeña escena del "dulce especial".

La noche de ayer...

La noche de ayer, el menor estaba en su habitación, sin hacer nada, viendo videos animados en su iPad hasta que le dio sed y un poco de hambre. Decidió ir a la cocina por algo de comer y beber. Ya en la cocina, tomó un poco de agua y, con la ayuda de una silla, subió a la alacena para buscar algo de merendar y agarró unas galletas que su madre cocinaba.

Después de comer y agarrar más galletas, iba otra vez a su habitación, pasando por el pasillo, hasta que oyó algo raro. No sabía que esos ruidos provenían del cuarto de su hermano mayor. Se acercó a la puerta y, en ese momento, escuchó más sonidos raros.

Detrás de la puerta se escuchaban gemidos, jadeos, sonidos de cuerpos chocar, como si estuvieran aplaudiendo.

"¿Están aplaudiendo? ¿Están jugando?"

El pequeño e inocente Shinyu pensaba que estaban jugando un juego inofensivo.

-A-ahhh~ Jinnie, más, más.

Entre más sonidos se escuchaban, el pequeño Hwang nunca se imaginaba, ni siquiera le pasaba por la mente, algo obsceno, ya que la inocencia lo cubría por completo. Ya que la inocencia de un niño de cinco años, el pequeño no dijo nada y se fue.

En su habitación, pensaba y pensaba:

"¿Tal vez estén jugando? Aplaudían mucho, así que sí estaban jugando"

"Pero Lixie hyung pedía más, tal vez otra partida más del juego."

El menor pensaba en esas cosas, sin imaginar nada más.

"¿Tal vez estén jugando?" -se repetía.

El pequeño no sabía que su hermano y su Lixie Hyung estaban haciendo algo que no era adecuado para sus oídos, y no tenía que saberlo.

"Mmm, tal vez les pregunte qué sucede" -pensó, con curiosidad infantil.

La inocencia y pureza del pequeño Shinyu contrastaba con la escena que había presenciado, sin entender su significado. Su mente seguía pensando en juegos y diversión, ajeno a la realidad.

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