❝ Un chico dulce y romántico ❞

¿Tienes novia? ¿Estás soltero?

Eran las preguntas con las que frecuentemente interrogaban a Ni-ki día a día. A lo que sin ningún tipo de duda o titubeo respondía el nombre de quien lo tenía hecho un manojo de suspiros y sonrisas como todo un bobo enamorado.

¿Quién era?

Kim Sunoo, era su nombre.

No era una chica claramente, sin embargo, no es como si Ni-ki se sintiera inferior por eso. Para el era algo normal, el amaba a Sunoo y Sunoo lo amaba a el. Simplemente eran dos personas amando como cualquier otro ser humano en todo el planeta.

Sunoo parecía tener al pobre de Nishimura bajo un embrujo, como solían decir sus amigos al ver el efecto que causaba en el menor.

¿Pero cómo no estarlo?

Aquella era la pregunta con la que solía contraatacar sintiéndose embelesado por la belleza y linda personalidad de su chico.

Si, su chico.

Un lindo y dulce chico que parecía ser la ternura personificada frente a cualquiera que lo viera, con esos labios rositas tan tiernos y abultados que tanto le gustaba besar. Sus esponjosos cachetitos y hermosos luceros que eran sus bellos ojos tampoco se quedaban atrás. Algo definitivo en Ni-ki era el gran favoritismo hacia su atractiva mirada y el brillo único de sus ojos, aquellos que lo hacían perderse.

Pero generalmente todo, definitivamente todo de él le gustaba.

La comprensión y dulzura con la que trataba a todos, junto a su linda sonrisa que iluminaba hasta el rincón más oscuro, era algo digno de presenciar. Un chico de flexible pensamiento y mente abierta, siempre respetuoso y amable con todo aquel que se le acercará.

Se sentía el chico más feliz del mundo por haber conocido a Sunoo.

Ni-ki era el ser más afortunado y Sunoo.. Sunoo era su novio a quien no dejaba de querer, su amor pareciendo crecer conforme pasaba el tiempo. Poder decir orgullosamente que Kim Sunoo era su adorado novio del que estaba perdidamente enamorado, era más que un gran honor. Sunoo se había adueñado del corazón del pequeño Riki con tan solo una mirada acompañada de su cálida sonrisa.

—"Sí, mi padre es presidente de un banco, pero no me trates diferente por eso, por favor."—dijo sintiendo sus mejillas calentarse—"Kim Sunwoo, solo llámame Sunoo".

—"Puedes llamarme Ni-ki"

Recordó aquel pequeño suceso hace buen tiempo. Después de aquel día, una extraña sensación de curiosidad fue convirtiéndose en necesidad y por último en amor, trayendo consigo a un Ni-ki enamorado.

Lo mejor de todo, es que el sentimiento era mutuo y no algo unitario. Ambos habían sido flechados por Cupido o y unidos por el destino. Como si de dos piezas de rompecabezas perdidas se tratarán.

Aquel par tenía pasatiempos y cosas diferentes que atender, sin embargo, su tiempo libre juntos era una de sus cosas favoritas.

Como en aquel momento, en el que Sunoo se encontraba sentado sobre la comodidad de las piernas de Ni-ki que acariciaba sus suaves cabellos con mucho cariño, mientras que en la televisión se reproducía una película en la que estaban centrados.

—Ahora, ¿Qué película quieres ver, Sunnie?—preguntó al pelirosa chico sobre sus piernas al ver la pantalla anunciando el fin de la película.

Sunoo con una dulce sonrisa dejando ver sus ojitos entrecerrados como dos preciosas medias lunas, se acomodó mejor en las piernas de Ni-ki viendo a los ojos a este con un lindo puchero en sus labios.

—Hay una serie que me ha llamado mucho la atención y yo.. quería verla contigo, Kiki—dijo suavemente poniendo ojitos de cachorrito mojado.

Ya sabía lo que significaba aquel gesto y..

—No Sunsun, otra de esas series no, el romance no es lo mío solecito, podemos ver otra cosa—propuso tomando el control del televisor.

Tras esa pequeña proposición no espero que la calidez en sus piernas y pecho se esfumarse.

Su mirada se encontró con la de su chico, el se encontraba en el mueble de a lado a un metro de distancia. Lo observó con detenimiento, viendo su tan común gesto infantil de cruzarse de brazos e inflar sus mejillas levemente.

Estaba enojado.

—Yo si veo lo que a ti te gusta, ¿Por qué no podemos ver lo que a mi si? ¿Huh?—interrogó alejándose de a poco del rubio frente a el.

Tremendo drama que se iba a armar ahora.

—Pero.. Sunnie, ¡Vamos! todo es tan cursi y fuera de lugar, todo es tan empalagoso y hostigante.

—¡Lo sé! el amor lo es y a mi me gusta, quiero ver esa serie—dijo viendo a Ni-ki con evidente molestia. Aunque lejos de parecer un amargado, parecía un gatito enojado.

—No Sunoo, me rehusó no quiero ver nada que tenga que ver con romance.

—Mi verdadero amor miraría telenovelas, series y películas de romance conmigo o.. es que ¿Acaso no me quieres?—dijo con la voz rota.

Ni-ki intentó tomarlo en sus brazos al ver unas pequeñas lágrimas bajar de sus ojitos, pero no espero que el tierno y dulce pelirosa se alejara y se encogiera como un pequeño frijol en su lugar.

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Bueno ya habían pasado cinco minutos desde que su chico estaba hecho bolita en el frío piso. A ese paso se iba a resfriar, así que sin pensarlo mucho lo levantó del suelo como costal de papas, haciendo caso omiso a sus quejas.

No espero mucho para acogerlo en sus brazos y brindarle unas suaves caricias tratando de aliviar su llanto.

—Esta bien, esta bien, tu ganas. Veremos la serie que quieras pero, por favor no llores Sunnie, no me gusta verte triste cariño.

Sus palabras parecieron reconfortar el pequeño corazón encogido de Sunoo, quien al escuchar tales palabras salir de los labios de su novio enrolló ambos delgados brazos detrás del cuello de Ni-ki. Finalmente, dejando un pequeño besito en la nariz de Ni-ki haciéndolo reír por la ternura y dulzura de Sunoo.

—Sabía que tomarías una decisión sabia cariño—comentó tomando el control del televisor.

¿Ya había mencionado lo manipulador y dramático que podía llegar a ser si se lo proponía? Porque si, era un ángel a quien le gustaba jugar sucio a veces.

—Entonces, ¿sabías que cedería ante tu escena?—preguntó confundido.

El pelirosa hizo un gesto de silencio, llevando su dedo índice a sus rosados labios, previamente guiñando un ojo a Ni-ki, con una sonrisa triunfante dejando al rubio más que confundido.

¿Cómo podía cambiar de actitud tan rápido?

—Y.. te quedaras ahí parado o vendrás a hacerme cariñitos y a disfrutar esto tanto como yo—sonrió mostrado su perfecta dentadura junto a las bellas medias lunas que se formaban en sus ojitos.

¿Cómo poder resistirse ante los encantos de su adorable chico?

Sin previo aviso lo tomó de la cintura besando ambas lindas mejillas de Sunoo.

—¿Estas enojadito?—preguntó Sunoo con un puchero.

—Si puedo estar así por siempre contigo, no me molesta para nada, solecito.

El mencionado con un fuerte rubor en sus mejillas, le pegó suavemente con su pequeño puño directamente a su hombro. Estaba sumamente avergonzado, pero su corazoncito se sentía cálido por los cumplidos y lo bonito que le trataba su rubio.

—Y así dices que mis películas son cursis y muy dulzonas—murmuró entrecerrando sus párpados viendo de manera sospechosa a Ni-ki.

—Esto es diferente, señorito Kim—afirmó con un pequeño toque suave en la perfecta y linda nariz de Sunoo.

—¿Porqué Kinnie?

Ni-ki suspiró ligeramente y revolvió un poco los sedosos cabellos rosas de Sunoo con cariño.

-Porque yo no estoy actuando cariño, yo si te quiero mucho mucho de verdad.

—¿Hasta la luna?—preguntó con un hermoso brillo en sus ojitos.

Su novio era un super amante de lo romántico y lo sabía, por ello no se molestaba en hacerlo sentir en ese ambiente. Si a través de las acciones y frases cursis que le decía a su lindo Sunoo, su chico era feliz, el lo haría y cuantas veces el quisiera.

—Hasta allí y mas allá, solecito—contestó tomando suavemente el mentón de Sunoo juntando los esponjosos belfos del pelirosa sobre los suyos.

Porque si, el amaba mucho a Sunoo, a veces no sabía como expresarse, si. Pero eso no era impedimento para no demostrar cuánto lo quería con las acciones.

Gracias por leer 💕