⋆ ˖ ࣪ 11⋆ ˖ ࣪
—¿Cómo se atreve Jaemin a vestir así? — frunció el ceño comiendo de sus frituras como si ellas tuvieran la culpa.
—¿De qué hablas? —Renjun se giró a mirarlo. Jaemin metía un billete a la máquina de refrescos, y lo que llevaba ese día era una simple camiseta a rayas blancas y unos jeans negros un poco ceñidos a sus piernas —Yo le veo normal.
—Mírale bien, sólo quiere llamar la atención con esos jeans.
Renjun alzó una ceja y pestañeó varias veces antes de reír con fuerza, logrando que Jeno le mirase mal.
—Pues, logró llamar tu atención —rió aún más cuando le lanzó frituras a la cara —. Pero como sea, necesito hablarte de algo. Hace poco tu-...
Jeno escuchaba la voz lejana de Renjun explicar el porqué debió de haber sacado una nota más alta en el examen de química, o algo así, le había dejado de prestar atención. Tampoco era que siempre lo hacía, pero había veces en que hablaba hasta por los codos, y ese era el día. Incluso Lucas se había quedado dormido.
— ... Y por eso no quiero que llegue el viernes —terminó Renjun asintiendo varias veces.
—Espera, ¿qué es el viernes? —lo miró confundido. No haber prestado atención quizás fue mala idea.
—La visita anual a la casa de ancianos — dijo obvio, bebiendo de su refresco —. ¿Lo olvidaste?
Jeno cerró los ojos con fuerza, haciendo una mueca y largando un quejido. ¡Lo había olvidado! Sus planes de dormir todo el día se fueron por la borda.
—Eish, ¿es obligatorio?
—Por supuesto que sí, ¿quieres perder puntos?
Volvió a quejarse, fingiendo un ataque al corazón haciendo que el rubio rodase los ojos. El móvil de Lucas sonó en sus jeans, levantándolo de golpe. Escondió un bostezo y respondió sin ver de quien era.
—Lucas Wong... —frunció y miró la pantalla —Ah... Sí, lo olvidé... No es para tanto... No empieces... ¡De acuerdo, de acuerdo! Iré a recogerlo... Ajá... Yo también te quiero...
—¿Jungwoo hyung? —cuestionó Renjun con una ceja alzada.
El moreno asintió, bloqueando su móvil y bostezando nuevamente.
—Quiere que vaya por su amigo, él no podrá y me pidió ayuda —miró a los chicos —. ¿Me acompañan?
—¿Y gastar mi tiempo? No gracias —se negó Jeno.
—¿Qué dices Renjun?
—Le prometí a Soora ayudarle con algo — le sonrió apenado.
—Que buenos amigos tengo, en serio, soy tan afortunado —suspiró —. Bueno chicos, tengo clases. Nos vemos.
Se despidieron, quedando solos en aquella mesa de piedra. Jeno regresó su mirada a Renjun, quién lo miraba con ambas cejas alzadas de una manera pícara.
—¿Qué?
—¿Qué pasó ayer con Nana? —preguntó emocionado, inclinándose en la mesa para estar más cerca.
—No sé de qué hablas.
—Supe que fuiste a la 24/7.
—Por un café.
—¿A las 5 de la madrugada? —alzó una ceja —¿Esperas que te crea que ya estabas despierto a esa hora? Nuestras clases empiezan a las ocho, y tú te levantas una hora menos.
Jeno entre cerró los ojos. — ¿Tú cómo sabes? ¿Quién te dijo?
—No me cambies de tema.
Rodó los ojos. —Sólo fui por un estúpido café, nada más.
—Y luego lo acompañaste a casa sin soltarlo —sonrió con picardía.
—¿Quién me ha delatado? —se levantó ceñudo —Mataré a ese soplón.
Renjun rió.
꒰♡꒱
Jeno se sentó bajo el gran árbol al otro lado del jardín trasero, soltando un suspiro y cerrando los ojos. Estaba por ponerse audífonos para que pensaran que escuchaba música y así no lo molestaran.
—¡Hola hyung!
Pero esa voz lo interrumpió.
Buscó por todas partes para encontrar al dueño de aquella voz medio chillona que conocía muy bien. Pero no lo encontró.
—¡Acá arriba hyung!
Levantó la vista, encontrándolo aferrado de una rama gruesa del árbol saludándolo con una mano y una sonrisa amplia en su regordeto rostro. Jeno lo miró ceñudo.
—¿Ahora te crees Tarzán?
Jaemin rió. —Un pájaro bebé cayó cerca de donde estaba, así que pensé en llevarlo a su nido antes de que su madre volviera, pero...
—No sabes bajar, ¿cierto?
Negó. Jeno suspiró levantándose, sacudió sus ropas y lo miró desde abajo.
—Salta —estiró sus brazos —. Yo te atrapo.
—N-no creo que sea buena idea hyung... Podría aplastarte y...
—Que saltes —ordenó.
Jaemin lo pensó, y al final acabó aceptando. Por lo que se sentó lentamente en la rama, pasó la pierna derecha hasta juntarla con la izquierda y miró a Jeno esperándolo con los brazos estirados. Cerró los ojos y entonces saltó.
Jeno lo atrapó, sí. Pero no como lo había pensado. Pues su cuerpo amortiguó su caída.
Jaemin miró el rostro de Jeno muy cerca del suyo, Jeno lo miró sin expresiones. Ambos callados, demasiado cerca.
—Jaemin...
—¿S-sí?
Jeno lo miró unos segundos.
—Pesas.
—Ah, sí, sí. Lo siento —se levantó rápidamente, ayudándolo a levantarse también.
—Idiota.
—¿Eh? —lo miró confundido.
—Pudiste haberte herido, idiota.
—Pero estoy bien —extendió los brazos —. Gracias a hyung ~
Sonrió mostrando sus dientes y desapareciendo sus ojos de aquella forma tan tierna. Tan linda, tan inocente...
Tan Jaemin.
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