Jaemin le tendió el vaso de yogurt a la chica frente a él con una sonrisa amable, la chica dio una leve inclinación.

—Que tenga un buen día —le dijo, acomodando su gorra del uniforme —. ¿Qué desea ordenar?

—Uhm... —un hombre miró el menú — Deme... Uno de mora azul.

—A la orden —se dio la vuelta, estirando el brazo para agarrar un pequeño vaso de cartón para luego llevarlo bajo una máquina de yogurt.

Ese día era domingo, y los domingos trabajaba en la tienda de helados de yogurt de la familia de Chenle para ganar uno que otro dinero. El castaño se encontraba atendiendo la caja del otro lado, regalando sonrisas amables al igual que Jaemin lo hacía. Llevaban trabajando durante un par de horas, y el turno de Jaemin ya casi terminaba.

Después de entregar su último yogurt, se recargó en la caja, mirando a las personas comer felizmente junto a sus familiares o amigos. Le gustaría que su madre estuviese ahí junto a su hermano menor, comiendo lo que más le gustaba. Como una bonita familia.

—Mira quienes vienen ahí —Chenle lo codeó para que mirase la puerta.

La campanita anunció la llegada de nuevos clientes, dejando entrar así a tres chicos.

—¡Lele, Lele! —saludó Renjun al acercarse.

—Hola Renjun hyung —respondió Chenle —. ¿Lo de siempre? ¿Para Soora también?

—Sí, claro —miró a los otros dos —. ¿Qué quieren ustedes?

—Dos de fresa, Jungwoo también quiere — dijo Lucas, mirando su móvil.

—¿Y tú Jeno?

El pelinegro alzó la vista, mirando el menú por sobre la cabeza de Jaemin, quien lo miraba fijo. Poniéndolo nervioso.

—Lo que sea, no importa.

—Jaemin-ah, dale el especial —pidió Chenle.

Jaemin asintió, girándose para preparar el pedido. El especial eran tres sabores combinados, con chispas, galletas, M&Ms, nueces o cualquier cosa que quisieras ponerle como extra.

—¿Alguna decoración? —le sonrió.

Jeno lo pensó. —No importa.

Aplanó los labios, metiendo la cuchara cuadrada en el recipiente de nueces pequeñas, bajo la atenta mirada del pelinegro frente a él. Lo miró dudoso, a lo que Jeno asintió aburrido, viendo como las nueces cubrían su helado de yogurt. Se lo tendió, dibujando una sonrisa que hacían sus ojos desaparecer. Jeno tomó el yogurt, con la cuchara recogió un poco, llevándola cerca de su nariz, oliéndola como un lindo conejo y luego la llevó a la boca.

—¿Y bien? —preguntó Renjun —Está bueno, ¿cierto?

Jeno cerró los ojos asintiendo con una pequeña mueca en los labios.

—Sabía que te gustaría —Renjun rió, golpeando levemente sus hombros.

—Aquí están los suyos —Chenle tendió los otros —. ¿Y qué les trae por aquí?

—Bueno, les hablé sobre tu grandioso local familiar y quisieron venir a probar.

—No tenías que...

—No es nada —agitó la mano quitándole importancia.

El reloj hizo un TIC anunciando el final del turno de Jaemin, a lo que el pelirosa sonrió ampliamente, quitándose la gorra y rodeando el escritorio para salir.

—Nos vemos luego Lele —se despidió.

—¡Jaemin-ah, espera un momento! —Renjun lo llamó, haciendo que se detuviera —¿Por qué no te acompaña Jeno? Después de todo van por el mismo camino, ¿no?

—Ah... —lo miró —C-claro.