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Y aquí estaba yo Angel, una chica de 19 años siendo sobornada por su amiga la cual había hecho la más estúpida apuesta, bueno estúpida para ella no para mí. Seguía repitiéndome que la ayudara, ya llevaba toda la tarde rogándome y la verdad me estaba desesperando, incluso me siguió a mi trabajo. Amaba a mi amiga pero si no dejaba de insistir le arrancaría la cabeza, "mentirosa" o genial mi conciencia otra vez. Su locura era tal que la bandeja de mensajes de mí celular ya estaba llena, ni contar con los mensajes de WhatsApp. Como buena amiga que soy me acerque a ella.
-Yun enserio si no vas a pedir nada será mejor que te vayas mi jefe se está comenzando a molestar –era una vil mentira lo que había dicho.
-Está bien pediré un café.
-¿Que? Solo un café, enserio Yun –debía de estar bromeando.
-O lo olvide y también quiero que mi amiga me ayude con una apuesta que hice –me sonrió, la muy hija de su mamá.
-Si te ayudo pedirás algo mas –tenía que obtener algo a cambio.
-Sip incluso te daré propina.
Tome su orden, creo que realmente no tenía otra opción más que ayudarla, después de todo ella era mi mejor amiga y no la dejaría sola.
Me espero hasta que Salí de mi trabajo, la noche ya estaba muy adentrada, caminamos un poco hasta llegar a un pequeño parque que se encontraba cerca de la cafetería en la que trabajaba. Decidimos sentarnos en unos columpios, temblé al sentir al contacto del metal con mi cuerpo.
-Y bien cuál es tu plan –pregunte ya que hacia frio y lo que más quería en esos momentos era mi cálida cama.
-A eso –rio como niña pequeña –no tengo uno todavía.
-O no, encero estuviste toda la tarde y parte de la noche rogando para que no tuvieras ningún plan.
-No exactamente, mi plan consistía en hacer que me ayudaras y tú como la gran amiga mía que eres me ayudarías con lo demás.
-Ok ya pensare en algo –respondí de mala gana.
Yun me sonreía de una manera tan tierna que la muy desgraciada, me hacía caer en sus trampas. Mi celular comenzó a sonar, rápida mente conteste.
-Hola, Rap. Si ya Salí del trabajo estoy en el parque que está cerca de la cafetería. Si aquí te espero.
Mi amiga me observaba con ojos de gato, de cierta manera me sonroje un poco.
-A sí que el grandulón te ha hablado.
-Que no es obvio.
-Esto me huele a romance –mención con una voz muy tonta.
-Hay por dios Yun, Rap siempre me viene a buscar después del trabajo y eso tú lo sabes perfectamente.
-No crees que se preocupa mucho por ti, que tal y le gustas.
-A no porque él ya tiene novia creo se llama Miranda, estudia composición al igual que él. Y si de una vez quieres saber porque me viene a buscar todos los días, es sencillo cabeza de chorlito recuerda que vivo con él y los otros dos trogloditas.
-Lo olvide, pero como es que terminaste viviendo con ellos.
-Larga historia –una voz diferente se hiso presente.
Era Rap que se encontraba parado enfrente de nosotras.
-Hola, Gigante.
-Hola chibi –el muy inhumano se burló de mi por mi estatura, bueno a lado de él cualquiera se ve pequeño.
-Bien veo que yo ya sobro aquí así que me voy –Yun se levantó de su asiento –No olvides pensar en cómo ayudarme, cuento contigo Angel.
Se dirigió a la salida dejándome sola con Rap, no dejaba de verme de una manera divertida, incluso comenzó a reírse.
-Se puede saber que están divertido –pregunte irritada.
-Dime ahora que es lo que te ha pedido hacer Yun.
-Quiere que la ayuda a pensar en algo –evadí un poco la pregunta de Rap.
-Que se supone es ese "algo" –hiso comillas con los dedos.
-A por dios Namjoon acaso eres policía –grite molesta.
Abrió los ojos como platos, eso fue gracioso ya que como era coreano sus ojos rasgados se veían graciosos, él sabía que solo lo llamaba por su nombre cuando me molestaba realmente. Cambio su expresión a una más tierna, cosa poco común en él.
-Sabes que me preocupo por ti chibi, anda dime que es y tal vez yo con mi gran inteligencia te pueda ayudar –genial salió su diva del momento y eso que es hombre.
Me molestaba un poco cuando comenzaba a presumir su inteligencia, pero la verdad era que fuera como fuera era inteligente, lo malo era que él lo sabía y se encargaba de restregárselo a todo mundo. En fin termine contándole sobre la estúpida apuesta de Yun, mientras tomamos un taxi para nuestra casa, también le conté sobre como quede envuelta en todo eso. Al llegar a casa, me tumbe sobre el sofá que había en la sala, Rap se sentó en un sillón a lado de este.
-No hemos acabado, dime enserio la ayudaras.
-Solo es un simple favor, nada grabe –respondí.
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