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TRES

Alice cerró los ojos, dejándose llevar por las sensaciones que Eddie provocaba al embestirla con tanta maestría. La forma de su miembro era perfecta para alcanzar su punto G cada vez que entraba con más intensidad. La mujer gimió sin vergüenza. No alcanzaba el nivel de una actriz porno, pero era mucho más ruidosa que el promedio.

―Estoy muy cerca ―articuló con dificultad.

El castaño elevó más una de las torneadas piernas femeninas contra su pecho para un mejor acceso. El sonido de la unión de sus cuerpos era bastante hipnótico.

―Un poco más.

Alice buscó sus labios con necesidad. Brock la saboreó con lujuria, deseando que ella estuviera disfrutando el momento tanto como él.

―No apartes tus ojos de mí. Quiero verte llegar ―pidió el hombre.

La pelirroja hizo un esfuerzo para cumplir con el deseo de Eddie. Cuando obtuvo su liberación, él siguió embistiéndola hasta que también alcanzó la suya. Se tumbó al lado de la mujer, con la mirada en el techo. Aquel encuentro había sido bastante intenso.

―Eso fue... uff ―Alice no encontró palabras para describir lo que había sucedido.

Se sintió bien. Me gustó.

―Mucho más que bien ―dijo Eddie.

―¿Ya terminaron con su experimento de compatibilidad?

―Nada de hablar ¿recuerdas, V? ―protestó la mujer―. Todavía necesito hacer otra prueba.

―Eso suena aún más excelente.

El castaño la tomó de la cintura cuando ella se sentó encima suyo.

―Que él no hable ¿sí?

―Lo escucho en mi mente.

―Pues que se mantenga así. Yo estoy compartiendo esto contigo, no con ustedes ¿de acuerdo?

Eddie asintió. Alice se inclinó hacia adelante para comenzar otro beso apasionado. Desearon no tener que respirar para prolongar el momento por mucho tiempo.

―Si me pides que me tire de un puente, lo haría con gusto ―Brock la observó embobado por su belleza y sensualidad.

―Tienes suerte de que en este momento necesite otra cosa de ti.


_―_―_


―¿Por qué no vamos a ver a Alice?

―Porque es muy pronto. Pasaron cinco minutos desde la última vez que preguntaste.

Eddie cerró su laptop y se acercó a la heladera para buscar una botella de jugo.

―¿Por qué los humanos son tan extraños?

―No somos extraños ―suspiró cansado―. Tal vez yo lo soy porque estoy hablando contigo

―Alice nos hace sentir bien, tenemos que ir a verla.

―Así no funcionan las cosas. Tendremos una cita con ella, la veremos allí.

―Pero podemos bajar y verla ahora. Tal vez la beses y regresemos a la cama.

―Ya te dije que ella prefiere pensar que cuando estamos juntos logro apagarte de alguna forma.

―Eso no sucede en la realidad.

―Lo sé, solamente te recuerdo la situación.

―Ella es linda, hay que verla.

―Entiende algo V, si hago lo que te pido... Alice ya no querrá vernos. Así que intenta pensar en otra cosa.

―No puedo. Tú no dejas de pensar en ella.

―De acuerdo, buscaré un nuevo tema para investigar. Nos mantendremos ocupados con eso.


_―_―_


Cuando Eddie fue a buscarla, Alice lo recibió con un corto beso. Después giró para mostrarle el vuelo de su vestido floreado. Estaba emocionada porque hacía tiempo que no salía a bailar.

―Te ves hermosa. Dile que se ve hermosa.

―Déjame pensar, V. Alice, te ves hermosa.

La pelirroja sonrió.

―Gracias a ambos. Tú también te ves muy bien, Eddie. ¿Nos vamos?

―Por supuesto ―ofreció su brazo izquierdo.

Antes de ir a bailar, se detuvieron en una pizzería para cenar. Después fueron hasta un club que alternaba música de todos los ritmos durante toda la noche. Apenas llegaron y fueron directo a la pista. Permanecieron ahí durante tres canciones. Luego, Alice se acercó a una de las mesas con sillas altas mientras que Eddie fue por las bebidas.

―Todavía no estamos cerca de la mitad de la cita y ya sobrepasas la diversión de todas las que he tenido ―comentó la mujer.

―Me alegra escucharlo. También la estoy pasando bien.

Regresaron a la pista después de hidratarse. Alice utilizaba sus movimientos para tentarlo. Eddie quedó impresionado con la forma de bailar de la pelirroja.

Fueron los últimos en salir del local. Ya era de madrugada, así que decidieron ir en busca de la vista nocturna de toda la ciudad.

―¿Sabes qué es lo mejor de todo esto? ―preguntó la mujer cuando llegaron al otro extremo del puente.

―Dime.

―No tengo miedo de que alguien nos robe. Sé que tú lo evitarás en un segundo.

Alice se había quitado las sandalias y las llevaba en las manos. Sus pies le dolían de tanto bailar, pero no estaba acostumbrada a quejarse de eso.

―¿Quieres una mejor vista que esta?

―Siempre.

―Sujétate bien.

Eddie la cargó al estilo princesa y ella le rodeó el cuello con sus brazos. Poco a poco, Venom fue haciéndose presente, pero sin cubrir el rostro del castaño. Alice ahogó un grito cuando él comenzó a correr muy rápido. El viento le revolvió el cabello y una sensación del vértigo se apoderó de su estómago. Cuando reaccionó, ya estaban en una de las plataformas más elevadas del puente. Brock la bajó con cuidado, manteniéndola pegada a él, pues el espacio que tenían no era mucho.

―Es impresionante ―comentó maravillada.

―Es un buen lugar para pensar.

―Definitivamente, esta es la mejor cita de mi vida.

Le dio un beso y después recostó su cabeza en el pecho el hombre, con la mirada fija en el paisaje de la ciudad. Después de varios minutos, bajaron para ir en dirección al departamento. Alice se quedó dormida en los brazos del castaño.

―¿Crees que se dé cuenta si tomamos un atajo?

―No.

Venom cubrió por completo el cuerpo de Brock, así como una parte de Alice, para sujetarla bien. Comenzaron a correr y saltar entre los edificios. El castaño decidió llevar a la mujer hasta su departamento. Venom podría abrir la puerta del balcón de Alice, pero no querían invadir demasiado su privacidad. La acostaron en la cama del castaño y la cubrieron con una manta. Eddie se quedó contemplando el rostro de la mujer.

―Deberías pedirle que sea tu novia.

―Es muy pronto.

―Ella te gusta mucho.

―Lo sé.

―Entonces pídeselo.

―¿Quieres que acepte? Entonces debemos esperar un poco.

Eddie se quedó dormido observándola.

Varias horas después, Alice se movió en la cama. No reconoció el lugar. Al ver a Brock durmiendo a su lado, supuso que era su departamento. Aquel sitio iba a la perfección con la personalidad del periodista. Los tonos oscuros eran los predominantes.

―Buenos días ―dijo al ver que él abría los ojos.

―Buenos días, Alice.

―Buenos días.

La mujer se levantó y comenzó a caminar por todo el lugar.

―Así que este es el departamento de Eddie Brock, genial.

―Estaba peor antes de que llegara.

―No sabía que tenías conocimientos sobre decoración, V.

―Aprendí un poco de todo.

―Te creo. Necesito una ducha ―caminó hasta la puerta que parecía el baño.

Abrió la puerta y encendió la luz.

―Eddie, ¿por qué no me acompañas?

El castaño se quitó la camiseta y fue corriendo hacia el baño. 

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