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[30] Miedo

YeonJun estaba en la cocina impidiéndole el paso al alfa con sus brazos estirados y el ceño fruncido.

—Ya te dije que lo puedo hacer solo —dijo el omega por quinta vez, Sunoo estaba en el hombro del alfa balbuceando sus cosas de bebé mientras que el mismo alfa estaba intentando entrar a la cocina para así, preparar algo de comer para los dos.

—Tienes fiebre, ve a descansar —pidió. El peligris achicó los ojos y retrocedió a la cocina.

SooBin soltó un suspiro y no tuvo de otra más que sentarse en un banco y ver al omega en la cocina.

—Dejame hacerlo —pidió por quinta vez.

—No, SooBin. Puedo hacerlo perfectamente —dijo rellenando algunos panes cuadrados.

YeonJun se verdad que se sentía mal, no era solo fiebre lo que tenía, sentía que su cabeza iba a explotar y sentía que no podía sostener cualquier objeto con fuerza.

Más no iba a dejar que el alfa cocinara, una pequeña pero muy pequeña parte de él le quería demostrar al alfa que una fiebre y un dolor de cabeza no lo hacen débil.

—¿Estás seguro de lo que dijiste anoche? —preguntó dejando un biberón frente al castaño para luego dejar dos platos, el suyo con un sándwich y el del alfa con dos.

No tenía mucho apetito que digamos.

—¿Qué dije anoche? —preguntó de vuelta colocando a Sunoo en la posición correcta para alimentarlo.

—Que nada de... Lo de antes... Volvería a pasar —contestó comiendo con suma lentitud.

SooBin asintió entendiendo.

—Estoy seguro —desvió la mirada y la conectó a la del omega— Varias personas me aconsejaron... Pero no les hice caso y esto pasó. YeonJun, no sabes cuanto he llorado desde ese día, me sentía arrepentido, furioso, decepcionado de mi mismo, me prometí no volver a meter la pata contigo y te prometo que nada volverá a pasar.

YeonJun tragó grueso ante las cortas palabras del alfa.

Y de repente, empezó a llorar, SooBin lo miró preocupado, no podía levantarse para abrazarlo, tenía al pequeño Sunoo en sus brazos. 

—Todo fue tan rápido, SooBin, y-y... —sorbió su nariz secando su lágrimas. De repente se había puesto sentimental, no entendía aquel cambio de humor— Y-yo nunca pude odiarte... N-no cuando, cuando seguías enviando cosas muy bonitas y tiernas —el alfa escuchando los balbuceos del omega frente a él olisqueó el aire, el aroma a vainilla estaba un poco más dulce de lo normal.

Frunció el ceño por eso.

Va a entrar en celo. Le dijo su lobo.

¿Qué? Su aroma no está tan dulce así. Contestó.

A los segundos el omega secó sus lágrimas y se disculpó por su sentimentalismo.

YeonJun se levantó con su plato a medio comer y el biberón vacío, dedicándose a lavarlos, maldiciendo el malestar que tenía.

—Yo lo hago —se ofreció SooBin metiendo su plato vacío en el lava vajillas. YeonJun tomó en brazos a Sunoo, sin obtener algún tipo de llanto o queja.

El alfa lavó los platos con rapidez, pasando su mirada a YeonJun esporádicamente. Su lobo le había dicho que el omega entraría en celo, pero no veía indicios de alguna incomodidad, algún calor o algo.

Por eso, al terminar de lavar los platos y secar sus manos con un pañuelo acercó su nariz al cuello del omega.

—¿Qué haces? —preguntó el peligris alejándose.

—Solo dejame olerte —pidió. YeonJun soltó un suspiro y ladeó su cabeza para darle mejor acceso al alfa a su cuello.

SooBin inhaló con fuerza, llenando sus pulmones de ese delicioso aroma, contuvo un gruñido y se alejó.

Definitivamente YeonJun olía a omega en celo.

Su aroma no estaba tan fuerte pero si te acercabas a su cuello se podía percibir aquel toque meloso y sensual, característico del celo.

—Vas a entrar en celo —dijo besando su mejilla. El omega soltó una risa y se dio la vuelta para empezar a subir las escaleras, era la hora de dormir de su cachorro.

—No tengo celos desde antes de quedar en cinta —contó entrando a la habitación del bebé para dejarlo con delicadeza en su cuna, la cual, empezó a mecer suavemente para ayudar al sueño de su bebé.

YeonJun frunció el ceño. No podía entrar en celo en ese momento, no tenía sentido.

Se supone que luego del nacimiento de Sunoo tendría una etapa de calor y sus celos retomarían su ritmo normal, cada mes y tres días. Pero ya su cachorro tenía tres meses de nacido y no había tenido una etapa de celo.

Hizo memoria de sus anteriores celos, no había sentido molestias en su vientre y mucho menos, había empezado a producir lubricante natural, no sentía la necesidad de estar con un alfa en el ámbito sexual.

Pero si estaba algo sensible.

Algo característico de YeonJun en sus celos era lo sensible que se colocaba y una muestra de ellos fue como hace minutos lloró recordando los regalos de SooBin.

Dio un salto en su lugar cuando unos brazos lo rodearon desde atrás y un mentón se posó en su hombro. SooBin besó castamente su cuello antes de mirar al bebé durmiente en la cuna.

—No creo estar en celo —le dijo en un susurro.

SooBin en silencio lo sacó de la habitación y lo guió a la suya.

—Puede que yo me esté equivocando, pero algo que es seguro es que tienes fiebre y malestar, así que descansa un poco —le habló en un tono cariñoso que le hizo sonreír.

El omega besó castamente los labios del castaño y se recostó en la cama, sintiendo su cuerpo pesar.

—¿Sabes cambiar un pañal? —preguntó con los ojos cerrados y casi en un susurro, tenía pequeños escalofríos producto de la fiebre, no podía arroparse por muchas ganas que tuviese.

—Si el paquete trae las instrucciones, si, si lo sé cambiar —contestó haciendo sonreír levemente al peligris.

SooBin se quedó sentado en una esquina mirando al omega dormir, o eso fue hasta que se escuchó el llanto de Sunoo.

El alfa se levantó y fue a la habitación, para asomarse en la cuna, apenas lo hizo el bebé calmó su llanto, sonriendo segundos después.

—Dime por favor que tu pañal está limpio —le dijo tomándolo en brazos para revisar su pañal casi que con el corazón en la garganta, no le molestaría cambiar un pañal, era su cachorro después de todo, pero prefería evitarlo.

Soltó un suspiro cuando notó todo en orden.

—No me gusta tu ropa —habló avanzando al pequeño armario en una esquina— Voy a colocarte el mejor enterizo que hay —dejó al bebé en uno de sus brazos y empezó a abrir todos los cajones en busca del mejor enterizo que había, obviamente, el que él le regaló.

Al conseguirlo sonrió y empezó a vestir a su cachorro, besando sus mejillas y haciéndole reír.

Sunoo soltó un bostezo cuando el alfa empezó a caminar de izquierda a derecha, tarareando cualquier canción, SooBin no entendía la razón del despertar del cachorro, aunque duró poco ya que cuando lo estaba dejando en su cuna el bebé se aferró a su playera.

Soltó una risita y quitó su prenda para dejarla entre las manitas del bebé que cayó dormido de nuevo dándole la seguridad a SooBin de que dormiría un buen rato.

El alfa miró su torso desnudo mientras caminaba a la habitación contigua, la del omega para así, poder colocarse alguna de sus prendas mientras tanto, entró en silencio imaginando que encontraría al omega aún dormido, más lo encontró sentado en el borde de la cama sosteniendo su cabeza entre sus manos, el olor a vainilla lo hizo detenerse en el umbral, era potente, dulce y atrayente.

—¿YeonJun? ¿Estás bien? —preguntó acercándose para agacharse frente a él. Colocó sus manos en las rodillas del omega y lo sintió temblar.

Está en celo.

Lo sé.

El omega quitó sus manos de su cabeza y miró fijamente al alfa que solo abrió la boca para decir algo, congelándose apenas apreció el cambio de color que tuvieron sus ojos.

Del marrón oscuro al más claro, su lobo y él estaban en una disputa por el control. SooBin soltó un jadeo de dolor cuando sintió su espalda golpear contra el piso, YeonJun estaba sobre él sosteniendo sus hombros.

SooBin-ssi —habló. Su voz era suave, relajante, tanto así que SooBin olvidó hasta su nombre, solo la voz de omega podía causar aquel efecto en un alfa.

Antes de poder decir algo, YeonJun lo había jalado del cuello para besarlo con fiereza, los chasquidos reinaron en la habitación mientras que sus labios se movían a un intenso frenesí.

SooBin se acomodó en el suelo, sentado con el omega en sus muslos y lo miró con la respiración agitada al separarse.

YeonJun en ese momento estaba siendo controlado por su lobo así que, por muy bien que estén las cosas entre ellos dos, no podía arriesgarse a meter la pata y arrojar por la borda todo el avance que había tenido.

Por eso, sostuvo al omega de los hombros y lo observó.

—No estás consciente de lo que estás haciendo —le dijo. YeonJun asintió muy seguro— No, no sabes. Sube a la cama —pidió en un tono suave.

El omega abrió la boca y frunció el ceño, negando. Sabía que el alfa no se lo pedía en una segunda intención, así que no se movería.

Ve a la cama, por favor —pidió usando su voz de alfa, el peligris soltó un jadeo e ignoró su orden al abrazarlo para empezar a restregar su mejilla en su hombro. SooBin suspiró, pasando una de sus manos por la espalda del omega.

Tenía que llamar a TaeHyun, solo que no sabía que le diría.

¿Qué se llevara a Sunoo? ¿Qué cuidara a YeonJun?

No quería dejar al bebé a cargo del alfa, no por algún yo de odio o rencor si no que ya había escuchado dos cosas ocurridas con el grupo de amigos y su pequeño, así que no quería que nada malo le pasara.

Pero por otro lado, debía hacerse cargo de YeonJun.

—M-mi cachorro... —salió de sus pensamientos cuando el omega se separó, sudoroso y agitado, ya sus ojos habían tomado su color oscuro, señal del dominio humano.

SooBin acunó sus mejillas y lo obligó a verlo, haciéndolo ignorar el llanto de Sunoo.

—Acuéstate, yo me hago cargo —besó castamente sus labios y se levantó para salir de la habitación. Sonrió de medio lado cuando su cachorro calló su llanto apenas lo observó— Hola, pequeño~ —saludó tomándolo en brazos para revisar su pañal, esta vez, si que estaba sucio.

El pequeño Sunoo apenas rozó su naricita con el hombro del alfa soltó un pequeño y tierno estornudo, el aroma del omega había resultado muy fuerte para su nariz.

—Eres muy tierno, bebé —dijo quitando su enterizo para poder cambiar su pañal, agradecía a todo lo que conocía de que el bebé solo había hecho del uno y no del horroroso dos, así que todo sería más fácil.

SooBin hizo todo con lentitud, siguiendo las instrucciones del envoltorio cercano, al lograrlo besó la frente del bebé y lo cargó para ir a la habitación del omega.

Si tenía al cachorro sabía que no volvería a lanzarse encima de él.

Sunoo volvió a estornudar, llamando la atención del omega de espaldas.

—S-salud —dijo volteando para seguir acomodando distintas prendas en la cama haciendo una media luna para así lograr su nido.

—Dame tu teléfono —pidió nervioso, el aroma del omega lo estaba volviendo loco. YeonJun solamente señaló a un buró.

—La clave es... Doce cero dos —dijo recostándose en su nido sintiéndose incómodo con las prendas que tenía.

SooBin buscó en los contactos con rapidez, teniendo que salir de la habitación para así poder hablar con normalidad.

¿Qué hizo el alfa? —atendió Kang del otro lado.

—Es el alfa —contestó— YeonJun entró en celo y necesito que...

¿Celo? Él no tiene celos desde hace mucho —le cortó.

—Está es celo justo ahora —relamió sus labios— Necesito que cuides a Sunoo, por favor.

Oye, si lo del celo de YeonJun hyung es mentira y solo quieres estar solo con él te voy a golpear. Ya voy para allá —y colgó haciendo al alfa castaño entrar en una especie de crisis.

Se supone que Sunoo quedaría en cuidado de Kang por los tres días del celo, así que debía hacer una especie de mini-maleta para el bebé, ahora el dilema era...

—¿Qué necesita un bebé? —le preguntó al cachorro que solo soltó una risa, tal vez burlándose de su desesperación.


















No diré nada, ya saben como soy xd

The_Dark_Diamond

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