[26] Cita
SooBin soltó un quejido mientras se levantaba de la comodidad de su cama, alguien estaba tocando insistentemente su puerta y, a pesar de que avisó que ya iba a abrir, seguían tocando.
Tomó una playera cualquiera de su armario y se la colocó para ir a ver quien era la persona que quería derribar su puerta.
Al abrir encontró la altanera sonrisa de su hermano mayor, Choi EunHae vestía su típico traje mientras que tenía una bolsa de regalo en sus manos.
—¿Qué haces aquí? —preguntó con el ceño fruncido. Ya no le trataba con honoríficos y mucho menos le dirigía la palabra y el alfa mayor lo sabía muy bien así que no entendía que hacía de pié frente a su puerta diciéndole:
—¡Felicitaciones, hermano! —sin permiso de nadie entró a la vivienda pegando la bolsa de regalo al pecho del alfa.
—¿Por qué felicitaciones? —volvió a preguntar cerrando la puerta, resignado a que EunHae se quedaría ahí algunos minutos. Abrió la bolsa de regalo color melón y sacó un hoodie negro, muy bonito a decir verdad.
Pero seguía sin entender la razón del regalo.
—¡Eres padre! ¿No puedo felicitarte por eso? —preguntó tomando asiento en los sillones individuales.
—¿Cómo sabes? —frunció el ceño dejando la prenda en su hombro para volver a bajar la vista y averiguar que tenía la pequeña caja.
EunHae esbozó su más alegre sonrisa en cuanto el alfa menor reveló un reloj de muñeca plateado.
—El bebé tiene dos meses apenas, tú te acostaste con ese omega a finales de marzo, no soy tan tonto, hermanito —se levantó y le quitó el reloj de las manos para poder ponérselo con delicadeza en la muñeca al castaño.
SooBin se sentía confuso, intrigado y desconfiado.
—Supongo que gracias —dijo mirando el reloj en su muñeca.
—Es muy lindo que ya tengas una familia, me alegro por ti, SooBin —las palabras sonaban sinceras, pero SooBin no le creía— Dime, ¿cómo vas con el omega?
El castaño solo subió sus hombros no queriendo informar nada sobre su pequeño avance con YeonJun.
No quería decirle nada sobre YeonJun o Sunoo en realidad, ese sentimiento de desconfianza estaba presente en todo su ser, su lobo estaba alerta a cualquier movimiento y sus ojos no dejaban de buscar indicios de una segunda intención de EunHae.
—Debo ir a la empresa, espero y uses mis obsequios, los compré pensando exactamente en ti —dijo palmeando su hombro. Los dos alfas se vieron por un un segundo, EunHae sonrió y se despidió dejando a SooBin en la soledad de su apartamento.
Observó el reloj detalladamente, no pesaba mucho y podía ser usado con cualquier estilo, le gustaba.
Luego, observó el hoddie, podría servirle para ir con YeonJun al parque en un hora.
No confío. Dijo su lobo.
Yo tampoco, tiene que haber alguna segunda intención.
¿Cómo cuál?
No lo sé.
—No me gusta despegarme de ti, ¿sabes? —YeonJun estaba vistiendo a su cachorro recién bañado con un enterizo naranja, el bebé se movía como oruga mirando lo que el omega hacía— Pero no puedo llevarte a mi... ¿Cita? Supongo que es una cita, ¿tu qué crees, churrito? —preguntó mirando al bebé.
Sunoo solo alzó sus manitas para ser cargado.
—Creo que es una cita —dijo cargando el bebé que lloriqueó mientras seguía moviendo sus brazos al cuello del omega. El peligris sonrió y acomodó al pequeño para que su nariz quedase pegada a su glándula de olor.
En unos minutos debía partir al parque que le había indicado SooBin así que debía asegurarse de que su pequeño quedase oliendo a él y él a su bebé.
Así que se arrojó a su cama y dejó al bebé en su pecho rezándole a todos los Dioses que conocía para que Sunoo no le babease la ropa o el cuello.
Sintió sus ojos pesar y se levantó rápidamente de la cama haciendo que el bebé se quejara levemente. Caminó a su espejo de cuerpo completo y miró su atuendo.
Jeans ajustados negros, tenis negros, un sweater púrpura unas tallas más grandes, junto a un bebé en un enterizo naranja en sus brazos.
—Nos vemos bien —dijo mirando al bebé con la mano en la boca— No me vas a tocar con esa mano, churro, no quiero tus babas en mi cara —habló dejando un beso en la frente del bebé.
Salió de su habitación y bajó las escaleras con cuidado, al llegar a la sala encontró a ChaerYeong con una mueca triste, mirando su teléfono.
—Yeon-ye...—dijo tecleando algo en el aparato— Hyuka, Sana noona y HyeJin noona tienen que irse.
—¿Irse? —preguntó mirando al reloj de la pared, aún tenía tiempo.
ChaerYeong asintió y empezó a explicar que Hyuka debía volver a su lugar de nacimiento a arreglar algunos papeles para poder quedarse ahí en Busan por un buen tiempo, por otro lado HyeJin debía viajar a Daegu por un trabajo que surgió y por último Sana debía volver a Japón para estar al pendiente de su empresa, no era una nueva noticia ya que la japonesa había viajado numerosas veces a Japón y había vuelto con regalos para todos, Minatozaki había estado muy al pendiente del omega del grupo y había alegado en una de sus numerosas reuniones que todos se habían vuelto muy importantes para ella.
Sin darse cuenta habían formado un grupo de amigos con diferentes trabajos y rangos, era extraño para algunos pero todos se querían.
—¿Cuándo deben partir? —preguntó haciéndole morisquetas a Sunoo para, aunque sea, hacerlo sonreír pero el bebé solo le veía con ojos curiosos y brillantes no entendiendo lo que estaba haciendo el omega.
—Tienen diferentes fechas de partida, Hyuka se irá en dos días, Sana noona creo que luego de los tres meses de Sunoo y HyeJin noona no sé —contó ChaerYeong llamando al alfa castaño.
—SooBin vendrá a conocer a Sunoo el viernes —dijo con normalidad dando un salto en su lugar cuando un grito proveniente del teléfono de la omega, resonó.
—¡Entonces voy a cancelar el viaje! ¡Tengo que ver eso! —YeonJun rió por las palabras de Kai y se levantó en dirección a la cocina.
—¿De verdad viene el viernes? —preguntó TaeHyun comiendo de un envase de ramen instantáneo. YeonJun asintió abriendo el refrigerador para asegurarse de que había dejado las fórmulas de Sunoo preparadas— ¿Él te presionó o usted lo invitó?
—Yo lo invité, Tae —dijo. El alfa pelinegro estiró sus manos y recibió a Sunoo con una sonrisa, lo acomodó en uno de sus brazos y siguió comiendo, le gustaba tener al pequeño cerca o encima de él, eso si, mientras este dormía o solamente estaba balbuceando, sin llorar y con el pañal limpio.
YeonJun se despidió de su hijo, besándole repetidas veces las mejillas gozando de los quejidos molestos que soltaba el bebé por tantos besos. Se despidió de sus dos amigos y salió en dirección al parque a su cita con SooBin.
—Tu reloj está genial —dijo YeonJun al notar el accesorio en la muñeca del alfa, tenía un barbijo y unos lentes oscuros buscando pasar desapercibido sabiendo que la prensa podría caerle encima preguntando sobre Sunoo y el alfa desconocido, TaeHyun. Estaban caminando por el parque, no habían tantas personas y las que pasaban a sus costados estaban haciendo ejercicios.
—Gracias... EunHae me lo dio —dijo alzando su mano para ver el reloj, aún sin entender el propósito de ese regalo. Llevaba unos jeans blancos junto a sus converse negras y el Hoddie que le había regalado su hermano.
—¿EunHae? Dijiste que no hablabas y no querías saber nada de él —le recordó arqueando una ceja.
SooBin asintió.
—Y sigue siendo así, solo que hoy fue a mi departamento felicitándome y regalándome esto —señaló el hoddie y el reloj.
—¿Felicitándote?
—Si, por... Nuestro hijo —SooBin no ocultó su radiante sonrisa, no se preocupó en hacerlo.
Y YeonJun, si no tuviese el barbijo todos estarían viendo su gran sonrisa.
Aquel "nuestro" había alborotado a sus lobos y había despertado miles de sensaciones en ellos.
—Aunque tengo un mal presentimiento —admitió borrando su sonrisa— Debe tener segundas intenciones, pero aún no sé cuales.
El omega alzó sus hombros y esquivó a un niño que venía corriendo a su dirección, sonrió bajo su barbijo imaginando a su cachorro corriendo por ahí en unos años.
—¿Quieres helado? —preguntó dirigiéndose a un carrito de helados de paleta. El peligris asintió y miró los diferentes sabores, señalando uno de naranja, SooBin tomó uno de fresa— Yo pago —YeonJun negó extendiéndole el billete al hombre que lucía confundido, no sabiendo cual billete agarrar.
—Dejame pagar —dijo el omega.
—No, yo pago —insistió SooBin.
YeonJun bufó guardando el billete en su bolsillo, dándose la vuelta para caminar bajando su barbijo para así comer de su paleta. SooBin le agradeció al hombre y aceleró los pasos hasta alcanzar al omega.
—La próxima vez pago yo —le dijo YeonJun comiendo de su helado.
—No, no lo vas a hacer —negó haciendo al peligris fruncir el ceño— Yo soy el que te invita a las citas así que yo debo pagar, también soy yo el que quiere conquistarte así que yo debo pagar.
El peligris solo asintió sentándose en una banca.
—Cuentame algo de ti —dijo al cabo de unos segundos en silencio, SooBin lo miró extrañado.
—¿Algo de mi? —YeonJun asintió— Lo sabes todo, YeonJun. Sabes cuales son mis gustos, sabes que pienso, que me gusta y que no, que odio y que no, lo sabes todo.
El omega quitó sus lentes y observó con detenimiento al alfa a su lado.
—Sabes que soy el segundo hijo de los Choi, que estuve escondido por veinte años, no sé que quieres que te diga —sus ojos estaban conectados, no se despegaban, YeonJun tal vez estaba buscando la mentira en sus ojos pero solo encontraba sinceridad y un brillo inexplicable.
SooBin no estaba mintiendo.
—Entonces no me mentiste en eso —dijo casi en un susurro. El castaño negó con su cabeza mientras sonreía bajando su vista a los labios del peligris, estaban húmedos y tinturados por el colorante naranja del helado.
Vamos a besarlo. Animó su lobo.
No, estamos en público.
—¿Puedo besarte? —preguntó a pesar de que le negó la acción a su lobo, YeonJun sonrió de medio lado y negó.
—Estamos en público.
—¿Y si vamos a otro lugar puedo? —volvió a preguntar.
YeonJun miró al frente y apoyó su espalda en la banca.
—Terminemos el helado y vamos a otro lugar —dijo, apretando sus labios para no sonreír por la emoción notoria del alfa.
Los dos miraron pasar a muchas personas, niños, abuelos, jóvenes paseando a sus mascotas y a múltiples parejas sintiéndose muy bien en aquel lugar a pesar de que solo estaban comiendo de sus helados y mirando al frente. Se sentían tan bien estando solamente uno al lado del otro.
—Ese chico tiene el cabello genial —señaló el alfa a un chico de cabello amarillo que miraba con una sonrisa a otro chico jugando animado con un perro.
—Muy llamativo —negó el omega saboreando lo último de su paleta, había sido refrescante a decir verdad. SooBin fue el primero en levantarse aguantándose en tomar la mano del peligris para guiarlo a otro lugar— Calma, no es para tanto —rió YeonJun arrojando la paleta de madera en un cesto caminando junto al emocionado SooBin.
El alfa miró todo a su alrededor buscando el lugar indicado para poder besar al peligris a su lado.
—Ven —YeonJun adelantó su paso mientras acomodaba su barbijo para entrar al local de vídeo juegos que había visto.
En dicho local se podía alquilar un cubículo por una hora o más para poder jugar tu vídeo juego favorito. Así que YeonJun tomó cualquier juego y pidió lo mínimo que alquilaban en el lugar, una hora.
SooBin sonrió emocionado, siguiendo a la chica al cubículo que les correspondía.
—Diviertanse, adentro hay otros juegos más y algunas botanas —informó la chica extendiendo la llave del cubículo al omega que asintió en agradecimiento, entrando al lugar seguido del alfa quien fue el encargado de cerrar la puerta.
YeonJun miró el lugar, una pantalla grande y de alta gama en la pared junto a un buró con botanas aún en sus bolsas y dos cómodos poof de color morado.
Notó algunos posters en las paredes y quiso acercarse a verlos pero el alfa lo volteó con rapidez y bajó su barbijo para unir sus labios.
Había esperado mucho para eso.
¿Ven lo que les digo? No puedo aguantar tanto tiempo sin actualizar :'D
¿Ustedes ya empezaron las clases? Si es así, les mando desde aquí (Venezuela) mucho apoyo y muchas energías para que hagan sus tareas y saquen muy buenas calificaciones ♥
“Se que puede ser difícil esta nueva modalidad de estudio, que hasta algunos dicen que no funciona, más no te rindas y lucha por conseguir lo que quieres"
Créditos a quien corresponda esa frasesita :3
The_Dark_Diamond
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