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Historia dedicada a YOONGLH ♡
El verano en Seúl parecía no tener fin, el sol brilla sin cesar en lo alto haciendo que cada movimiento sea una tortura. Para JiMin no era diferente, sumándole el hecho que debía llevar cajas dentro del departamento en el que viviría desde ahora.
—Solo dos más —se animó para volver a salir del lugar, que se mantenía fresco gracias al aire acondicionado, y buscar las cajas restantes.
Para su suerte, el hombre de la mudanza le ayudó a llevarlas hasta el pasillo frente al elevador. Decidió que llevaría ambas de un solo, sacando la fuerza que sus brazos no tenían, pero no tener que soportar más el clima le alentó.
Apenas cruzó la puerta, soltó ambas cajas escuchando su celular sonar— ¡Voy, voy, voy! —gritó, corriendo por todo el lugar buscando el aparato, el cuál había quedado en medio de dos cajas. Una vez lo tomó, respondió rápido— ¿Aló?
—JiMinie~~ —escuchó la voz al otro lado, no evitó cruzarse de brazos y hacer una mueca de disgusto— ¿Cómo te va con las cosas?
—Cansado, hasta ahora pude meter todas las cajas —respondió, tomando asiento en el suelo—. Hubiera sido más rápido si alguien hubiera cumplido su promesa.
El alfa al otro lado de la línea río inocentemente— Sabes que este pedido salió de la nada, no podía dejar a mi jefe sólo.
—Lo sé, lo sé —el omega apretó el aparato entre su hombro y mejilla para comenzar a abrir una de las cajas frente a él—. Cuando puedas visitame hyung y trae pastel, tanto has presumido los postres de ahí y al fin podré probarlos.
—Pues no tardaré mucho en salir de aquí, el pedido está casi hecho, llegaré en un rato.
De vuelta a la acción, el pequeño pelirrosa miró sin ánimos el resto de cajas; tenía mucho trabajo que hacer. Divisó su laptop y la tomó, haría que Kai le ayudará con las cosas, su pereza podía más en ese momento.
La curiosidad volvió a él y comenzó a buscar los lugares más lindos para visitar en DaeGu, al ser de Busan y apenas mudarse no conocía el lugar en absoluto. Era un omega conejo graduado de la preparatoria hace un año ya, sin ninguna idea que hacer con su futuro.
Buscando ponerse más cómodo, dejó salir sus orejas de conejo y su colita; con tanto ajetreo no quería golpearlas al ser tan sensibles, por lo que las ocultó. Usualmente las ocultaba por lo mismo, la mayoría de la gente también lo hacía por lo qué era normal; no importaba si fueran omegas, alfas y betas, cada quién elige dónde o cuándo mostrarlas.
Las sugerencias de lugares se mostraban en la pantalla, algunos le llamaban la atención y otros no tanto. Se supone que está ahí para un año sabático, además de pensar en que desea hacer en un futuro cercano, duda mucho poder encontrar lo que desea hacer por el resto de su vida, pero con tal de lograr pensar que hacer por unos años le basta por ahora.
Pasó inmerso en la pantalla hasta que escuchó el timbre de la puerta ser tocado. Se levantó y se dirigió a abrirla, encontrándose con su primo al otro lado.
—Eso fue rápido.
—Te dije que terminaría rápido —ambos sonrieron y el más alto se acercó a darle un gran abrazo a su primo. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que se vieron— No has crecido nada JiMin.
El pelirosa se separa y golpea el brazo del alfa— Odio tu forma de decir "te extraño".
Ambos entraron y tomaron asiento en el suelo junto a las cajas— ¿Aún no llegan tus muebles?
—No, se supone que llegan en una hora, así que llegaste justo a tiempo —el omega sonrió travieso, Kai sabía que a él le tocaría mover todo lo pesado; siempre había sido así.
—No cambias, solo evolucionas —recordando el pequeño presente del menor, elevó la bolsa que traía en su mano colocándola sobre una de las cajas—. Espero que tengas algo de tomar y utensilios al menos.
El pelirosa se levantó rápidamente y corrió hasta la cocina, trayendo dos botellas con agua— Por ahora esto, no he desempacado los vasos —en otra pequeña carrera hasta la cocina, consigue traer consigo dos cubiertos—, pero estos, por alguna razón, estaban en mi bolso.
El alfa no se vio para nada sorprendido por ello, solo se enfocó en sacar el pequeño pastel de la caja azul en la que venía— Mi jefe lo hizo, ya tenía apartado otro pero por error él lo arruinó, así que hizo este completamente con sus manos.
El pequeño pastel estaba cubierto con glaseado color rosa, decorado con cerezas rojas hechas con el mismo producto y en el centro unas palabras que decían "Happy Day". El pequeño omega quedó complacido visual y aromáticamente, puesto que inclusive el pastel emitía un dulce aroma, nada empalagoso.— Es muy lindo.
—Prueba —ordenó el alfa. Kai le había hablado del lugar que trabajaba, aunque más solo mencionaba el hecho que hacen los mejores postres que han existido. Además del hecho de ser primos, a ambos siempre los unió el amor a la repostería, hacían toda clase de postre en sus años de preadolescencia, eso fue hasta que JiMin se alejó de esto, pero Kai siguió—. Debes probar los postres hechos por el mejor repostero del mundo.
—Estas lleno de orgullo por él ¿No es así? —sin hacer esperar al contrario, tomó un trozo del pastel con el tenedor y lo llevó a su boca. La explosión de sabor lo llenó por completo, todo se sentía tan bien equilibrado, la suavidad, la dulzura y el aroma, que inclusive Kai se percató de cómo el aroma a miel del omega mostraba lo feliz que se sintió.
—¿Ahora notas el porqué estoy orgulloso?
Con los ojos saltones, sus orejitas animadas y aún masticando, JiMin asintió dándole toda la razón al alfa— ¡Sabe delicioso! ¡Más que eso!
Kai asintió, cruzándose de brazos con una sonrisa complaciente; siempre amaba ver ese tipo de reacciones a la cocina de su jefe— Sweet Taste tiene lo mejor que Corea puede ofrecerte en postres.
—¡Quiero ir! ¡Vamos ahora! —alentó el omega, queriéndose levantar, pero el brazo del alfa volvió a sentarlo.
—Está cerrado, hoy es miércoles.
El entrecejo del omega se arrugó y sus orejas cayeron tristes— ¿Qué clase de repostería no abre los miércoles?
—La nuestra, solo abrimos los viernes, el resto del tiempo solo hacemos pedidos —explicó el castaño.
Ahora el omega se encontraba confundido— ¿Por qué?
—Por su demanda, antes se hacía de abrir casi toda la semana, pero apenas llegaba el mediodía y casi todo se había vendido. Al jefe le tocaba hacer cada vez más postres, era muy agotador, sin contar los pedidos personalizados.
—¿Y por qué no contrata a más gente? ¿O compra maquinaria más grande? Podría abrir una fábrica a ese paso.
—¿Te das cuenta del sabor que tiene el pastel? —JiMin asintió en respuesta— Solo el jefe puede hacer un postre tan magnífico, yo puedo también, pero el toque del jefe siempre se nota; él no quiere perder eso, además de que no le interesa hacer todo tan grande.
Comprendiendo las palabras del alfa, el pequeño omega asintió. El resto de la tarde se la pasaron acomodando todo en el departamento del omega, casi estaba todo listo.
Ya en la noche, JiMin se encontraba revisando su celular, Kai ya se había ido puesto que había quedado muy agotado. En la mente del omega no dejaba de pasear el pastel que había probado ese día. Se dirigió hasta su refrigeradora y sacó lo que quedaba de este, llevó la vista hasta el celular y tecleo el nombre de la repostería.
No habían páginas promocionales en las redes, solo se encontraba la ubicación en google maps con varías reseñas positivas.
Volvió su atención al postre, tomó un poco del lustre con su dedo y la llevó a su boca.
La explosión de sabores volvió a pasar— Cereza, miel, canela y un poco de ron.
El recuerdo de sus días haciendo postres volvió, junto al anhelo de ver ese lugar aunque sea una vez.
Este es el pastel
Buenas, esta historia nace del deseo que provocó un fanart que vi en Twitter
Yoonmin lleno de dulzura y diversión uwu
Espero les guste owo♡
Nos leemos luego~
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