[12] Mejillas
Ocho meses de gestación.
—Me gustan tus mejillas, son lindas y gorditas, pareces un bebé, si que si~ —dijo YeonJun pellizcando las mejillas en sus manos— Un lindo bebé —no, no le estaba hablando a Sunoo, le estaba hablando a SooBin que comía pollo frito sin inmutarse de los mimos del omega.
Sunoo no estaba en casa, Sana se lo había llevado a un zoológico con la excusa de que el niño no había visto una cebra en persona.
Así que YeonJun no tenía a quien llenan de besos y apodos lindos más que a SooBin.
—¡Eres muy tierno! —chilló abrazando al castaño que masticó con tranquilidad la papa frita que había metido en su boca, normalmente YeonJun no estaría así de cariñoso con él pero al estar en cinta se volvía demasiado dulce con quien se moviera y estuviera a su alcance.
En este caso, SooBin.
—Solo estoy comiendo, Yeon-ye —dijo tomando uno de los muslos de pollo para comerlo bajo la mirada del peligris, ya habían almorzado pero SooBin seguía con hambre y con antojo de pollo frito.
Seguramente lo va a vomitar. Le dijo a su lobo.
Apuesto que no, tiene semanas comiendo de esa manera. Le contestó.
Era verdad, SooBin llevaba todo el mes comiendo de forma exagerada, comía el doble y eso lo tenía con las mejillas infladas y a punto de explotar.
Obviamente era producto de "el embarazo compartido" que tenían, a YeonJun no le importaba pero a SooBin al parecer si.
—¿Crees que esté gordo? —preguntó al finalizar el pollo, se levantó de la cama y alzó su camisa para mirar su abdomen, ya no tenía los abdominales tan marcados como antes.
—No, estás bonito —le contestó el peligris mientras recogía los envases de la cama.
—Siquiera me estás viendo —se quejó SooBin recostándose en la cama.
—Te veo todos los días de mi vida, no pasará nada si no te veo unos segundos —le dijo llenando sus mejillas de besos apenas lo tuvo cerca.
SooBin ahora sabía que sentía Sunoo cuando los dos le llenaban las mejillas de besos.
Le gustaba.
—Mañana es la tonta entrevista —recordó lloriqueando, le habían invitado a una entrevista a un importante programa que se veía fuera de Corea, era algo que le convenía para poder captar atención a la empresa y demás, pero no quería ir porque sabía que además de lo profesional la mujer que le entrevistaría le preguntaría algo sobre rumores o de su familia.
—Tu solo lo ignoras y ya, no respondes y es suficiente como para que ella entienda que no obtendrá algo de aquello, además no quedarás como un maleducado ya que te invitaron con la intención de saber más sobre la empresa y no sobre tu vida privada —le dijo el omega peinando su cabello.
—Deberías ir tu, tu eres más viejo en esto —dijo recibiendo mimos del peligris.
—No me digas viejo —frunció el ceño. YeonJun tenía un año más que SooBin en aquello, había ido a numerosas entrevistas y, a pesar de que esa no era la primera entrevista de SooBin al alfa no le agradaba asistir a estas porque se molestaba fácil gracias a las preguntas descaradas de las personas.
Pero debía hacerlo.
—¿Me ajustas la corbata? —preguntó SooBin estirando dicha prenda a YeonJun que asintió con la cabeza. Eran las ocho de la mañana y SooBin se estaba preparando para ir a la dichosa entrevista.
El peligris hizo el nudo lo más lento posible, estaba concentrado en su tarea, el nudo tenía que quedar bonito para que el castaño se viera bonito.
O esa, era su lógica.
Cuando terminó dejó un beso en las comisuras ajenas y lo observó hacer lo demás.
—¿Me peinas? —preguntó de nuevo, volteando a ver al omega con el cepillo y el gel de cabello en manos.
—Por la Luna SooBin, pareces un niño. Ven acá —le dijo palmeando la cama, el alfa le entregó los productos y se sentó de espaldas al peligris que empezó a quitar los nudos con cuidado para luego hacer un peinado que había imaginado muchas veces en SooBin.
SooBin siempre tenía el cabello hacia adelante y a él le gustaba pero también le gustaría probar otro estilo.
Así que con un poco de gel logró su sueño.
—Te ves lindo —alagó cuando el alfa volteó a verlo con la frente descubierta, su cabello estaba de lado y se veía más mayor.
Me gusta. Habló su lobo.
Nos gusta.
—Gracias~ —canturreó besando sus mejillas. Cuando fue a verse en el espejo alzó las cejas, se veía muy bien.
—¡Papá! ¡Papá! ¡Alfnkdskdnauto! —eso fue lo que escucharon los adultos cuando Sunoo entró a la habitación corriendo, chocando con SooBin.
—¿Qué dijiste, bebé? Habla más lento —le dijo SooBin agachándose a su altura.
—Hay una añaña en mi auto —dijo más lento señalando la puerta indicando que fuera a correr a ese feo insecto.
—Araña, pequeño. Dilo, araña —corrigió SooBin mientras caminaba a la habitación del niño para quitar la dichosa araña del auto.
—Añaña.
—Araña.
—Añara.
—A. Ra. Ña.
—A. Ra. Ña.
—Ahora dilo rápido. Araña —le dijo tomando dicho animal para dejarlo en una ventana y se fuera.
—¡Araña! —gritó haciendo un gran esfuerzo por pronunciar la palabra.
SooBin lo cargó y lo felicitó como era debido, con besos y cosquillas.
Cuando ya fue hora de irse, Sunoo y YeonJun estaban viendo caricaturas en la habitación de los mayores.
—Sunoo, mirame —pidió. El niño volteó a verlo atento— Quedas a cargo, bebé, tienes que cuidar a tu papá como un niño grande, ¿está bien? —Sunoo asintió entendiendo que era algo importante— Vengo en unas horas, adiós.
Sunoo se acercó y besó la mejilla del alfa antes de abrazarlo.
—Adiós, papá Soo —y cuando el alfa lo soltó se arrojó a la cama para seguir viendo su caricatura.
SooBin besó castamente los labios del peligris.
—Ya sabes, no respondas cosas que no tengan que ver con las empresas y no te dejes llevar —le recordó el peligris acomodando las solapas de su traje.
SooBin asintió y lo besó una última vez antes de salir directo al set de grabación.
YeonJun aprovechó que Sunoo se había quedado dormido para ir a hacerse unas palomitas, el niño llevaba toda la hora persiguiéndolo y preguntándole que iba a hacer o ofreciéndose para llevarle cosas.
Muy tierno.
Pero él quería palomitas y no le diría a su hijo que se las hiciera y no quería tenerlo ahí en la cocina mientras hacía tal cosa ya que podría saltar algo de aceite o asustarse por el ruido del maíz explotando.
Así que cuando tuvo las palomitas listas y en un cuenco volvió a la habitación dispuesto a ver aquella entrevista en vivo. Se sentó a un lado de Sunoo y cambió el canal infantil a los canales de chismes y demás, hasta que encontró el programa en donde estaba su esposo.
—Hoy tenemos a un invitado especial, importante en el mundo empresarial y electrónico, alguien que causó una gran sorpresa a todos cuando se reveló como hijo de los Choi, dueños de Electronic's C&H. Hoy tenemos en el set a Choi SooBin —la mujer sonrió a la cámara y aplaudió un par de veces para voltear a ver a SooBin que genia entrando con una media sonrisa.
—El peinado me quedó muy bien, debería ser estilista, ¿verdad que si, Sunnie? —volteó a ver a su hijo que estaba más que dormido— Si, él dijo que si —comió más palomitas y achicó los ojos cuando la mujer estrechó la mano con SooBin y besó su mejilla.
En lo que seguía venía el típico: "Es un gusto tenerte aquí" "¿Fue muy difícil llegar aquí?" Palabras que parecían ser de protocolo mismo. Cuando la verdadera entrevista llegó, por así decirlo, Sunoo despertó.
—Papi, quiedo ver mi caditatuda —pidió Sunoo apoyándose de uno de los muslos del omega que volteó a verlo.
—Pero mira, tu papá está en la televisión —señaló, Sunoo volteó y miró a SooBin quien este respondiendo unas preguntas sobre los nuevos productos que se estarían comercializando en ambas empresas.
Sunoo abrió la boca y la tapó con sus manitos.
—¿¡La tevelisión se comió a papá!? —preguntó con los ojitos cristalizados. YeonJun negó con su cabeza y buscó la manera de explicarle que era una cámara que los grababa y los transmitía ahí, aunque Sunoo no entendió y solamente se quedó tranquilo por las palomitas.
YeonJun besó la frente de su hijo y volteó su mirada a la televisión, SooBin ahora tenía el ceño fruncido.
—Tengo entendido que usted contrajo matrimonio con Choi YeonJun, dueño de Technologic I&N y ahora hay una unificación —SooBin asintió— ¿Por qué él no está aquí? Si no mal recuerdo producción envió un correo invitando a los dos, ¿los rumores son ciertos? ¿Choi YeonJun está en cinta de nuevo? —preguntó la mujer.
Que descarada. YeonJun frunció el ceño y apreció como SooBin se quedaba en silencio, la mujer entendió a los segundos y habló.
—¿Cómo prepararía usted a su heredero? ¿A qué edad crea que es debido empezar a preparar a los herederos?
—A la edad de diecisiete años —contestó SooBin haciendo a YeonJun alzar las cejas.
—Me parece bien. Supongo que el pequeño Sunoo será entrenado a los diecisiete años —dijo la mujer con confianza.
—¿Qué? Repita lo que dijo, por favor —pidió SooBin con el ceño más fruncido que antes.
La mujer repititó sus palabras, cayendo en cuenta minutos después. En ningún momento ellos habían dicho el nombre de su hijo, puede que se haya filtrado, quien sabe.
Igual no se molestarían por eso, era solo su nombre y, algún día él estaría a mando de las empresas y sería una figura pública, todos sabrían su nombre.
Pero lo que a los dos les molestó fue la confianza con la que la mujer se refirió el niño, como si lo conociera desde hace años.
—Un poco más de respeto, señorita Park. Mi hijo no es sobrino ni nada suyo para tomarse esas confianzas —dijo SooBin empezando a mover su pierna, señal de su evidente enojo.
—Lo siento, joven Choi. No volverá a pasar. Digame, ¿cuántos hijos planean tener Choi YeonJun y usted? Son millonarios, podrían mantener a diez niños —bromeó en un intento de aliviar el ambiente pero SooBin ya estaba harto. Por eso, dirigió su mirada a su reloj, faltaban diez minutos para irse.
—Quedan diez minutos de entrevista, señorita Park y estoy dispuesto a quedarme en silencio esos diez minutos si sigue preguntando cosas que no le incumben. Vinimos a hablar de la empresa, no de mi vida privada —SooBin esbozó la sonrisa más falsa que tenía haciendo carcajear a YeonJun del otro lado de la pantalla.
—Esa mujer, ¿¡sabes qué me preguntó luego!? ¡Ah, quería irme ya! ¡Y las tazas no tenían café! ¡Estaban vacías!
—Ya, cálmate —calmó YeonJun peinando el cabello húmedo de SooBin. Ya era de noche, SooBin había llegado echando humo por las orejas, estuvo todo el día molesto y ahora que era de noche y estaban acomodados para dormir, seguía quejándose.
—¡Es que-... ¡No lo soporto! —dijo dándole un pequeño golpe a la almohada más cercana, YeonJun suspiró y recostó su cabeza en el pecho ajeno.
—Yo no soporto mi espalda y no estoy gritando —le dijo.
—¿Quieres un masaje? —se ofreció SooBin bajando una de sus manos a la espalda ajena para dar pequeños masajes ahí. YeonJun no dijo nada, solamente soltó un suspiro y se concentró en las manos ajenas haciéndole el mejor masaje del mundo, según él.
SooBin se quedó también en silencio mirando el techo sin dejar de mover sus dedos.
Al rato, la puerta de la habitación se abrió. Sunoo sorbió su nariz y apretó su peluche de pulpo en sus manitos.
—Sunnie, ¿qué pasa, hijo? —preguntó SooBin mirando la silueta del niño caminar hacia él, estiró su mano libre y tocó la mejilla del niño.
—Quesadilla —lloriqueó Sunoo subiendo a la cama.
—¿Pesadilla? —el niño asintió acurrucándose en el pecho de su papá, SooBin pasó su mano libre por su espalda y se aseguró de que el niño se quedara dormido. Soltó un suspiro y miró las dos cabezas encima de su pecho, esbozó una sonrisa orgullosa y se dedicó a dormir con el calor de sus rayitos de sol.
Su familia.
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¡EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO LLEGA EL/LA NUEVA/O INTEGRANTE!
¿Están listos?
The_Dark_Diamond
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