Chaeyoung despertó muy temprano en la mañana. Apenas estaba amaneciendo.

Se talló sus ojos con cansancio y un delicioso aroma invadió sus fosas nasales, se topó con la chaqueta de Jisoo, la cual estaba entre sus manos y la llevó a su rostro.

Aspiró lo más que pudo y se sonrojó; en verdad le avergonzaba estar haciendo eso y le avergonzó aún más al sentir la creciente humedad en su intimidad.

Aún con las mejillas sonrojadas, Chaeyoung bajó sus pantalones por completo junto con su ropa interior y comenzó a frotar un poco su centro.

Chaeyoung tomó entre sus manos la chaqueta de Jisoo y la puso en su boca, sabía que llegaba a ser muy ruidosa cuando estaba excitada y prefería no despertar a sus madres.

Comenzo masturbar más su centro, deslizándose entre sus pliegues. Retiró su boca de la chaqueta y lamió dos de sus dedos. No perdió tiempo y se penetró con ambos dígitos, la lubricación natural ayudaba más a que estos entraran fácilmente.

Volvió a morder y llenar de saliva la chaqueta de la alfa mientras se penetraba más rápidamente con sus dedos.

A su cabeza llegaron imágenes completamente eróticas y obscenas de Jisoo tomándola con fuerza, follándola, anudándola, corriéndose dentro de ella.

Chaeyoung no aguantó demasiado y se corrió en gran cantidad sobre sus sabanas.

Respirando agitadamente, la omega se paró de su cama y se metió a su baño para tomar una ducha. Era más que evidente que no podría asistir al colegio durante un par de días, se sintió mal al recordar que no podría presentar su prueba de cálculo para la cual había estudiado mucho junto a Jisoo.

Se sonrojó al recordar a Jisoo y comenzó a lubricar un poco.

La omega cerró sus ojos y terminó de bañarse rápidamente. Tomó uno de sus supresores y se lo pasó por la garganta, estaba avergonzada, bastante, de imaginarse a ella haciendo cosas obscenas con su unnie. Se puso un conjunto cómodo y suelto para después bajar a la cocina. Tiffany se encontraba cocinando el desayuno, Chaeyoung se extrañó un poco, últimamente su mamá pasaba mucho tiempo en la casa.

―Hola bebé, despertaste.― Dijo la omega apagando la estufa y tomando un plato.―Siéntate, hice el desayuno.

Chaeyoung asintió y se sentó en una silla y esperó a que su mamá le sirviera su desayuno. Se lamió los labios al ver su desayuno favorito en el plato, huevos estrellados con tocino.

―Oye mamá.― Dijo Chaeyoung después de masticar.

―¿Sí, Chaeyoung?

―Estas pasando mucho tiempo en casa, no es que me moleste, me encanta, pero ¿por qué?

―Oh... Me dí cuenta de que pasaba mucho tiempo en el trabajo, más del necesario como para ser la jefa, así que decidí pasar más tiempo con mis amores. Quiero estar aquí para ti Chaeyoung, sé no que te abres mucho y que tal vez sea más complicado hablar con Taeyeon porque es alfa, pero somos tus madres bebé y quiero que confíes en nosotras. Tu mamá se esfuerza mucho para poder entenderte y ayudarte y yo también me quiero esforzar. Prométeme que intentarás confiar más en nosotras por favor.

Chaeyoung sintió como las lágrimas se acumulaban.

―Sí, mamá... Lo intentaré, quiero contarles más sobre... Les prometo que me abriré más con ustedes.

―Oh bebé...― Tiffany abrazó a su hija y le acarició el pelo mientras sentía como Chaeyoung lloraba en silencio―Gracias.

La omega sabía que su hija tenía algunos problemas de autoestima y se sentía como la peor de todos por no haberlo notado antes. Quería estar mucho más involucrada en la vida de Chaeyoung, quería ayudarla, quería protegerla y no se cansaría de hacerlo hasta que alguien llegue a su vida y sea lo suficientemente bueno y capaz de cuidar y amar a su Chaeyoung. Y afortunadamente ya la había encontrado, su nombre es Kim Jisoo y podía apostar todo lo que tenía a que esa alfa risueña era la pareja predestinada de Chaeyoung.